Capítulo 4: Kristie

Lo primero que Kristie pensó cuando vio a Riley es que era guapo. Lo segundo, que no se fiaba de él. Había aprendido a desconfiar de los chicos guapos.

Su padre era así. Dedicaba medias sonrisas a las chicas y las llenaba de regalos hasta que se cansaba de ellas. Seguramente con su madre habría hecho lo mismo si ella no hubiera muerto antes de una sobredosis. Kristie había crecido viendo a distintas mujeres entrar en su casa para marcharse tiempo después entre lágrimas y se había prometido que ella nunca acabaría así.

Había empezado a trabajar para su padre pasando droga y se había creado cierta reputación, de ser eficiente con sus clientes y de ser muy dura con quienes querían algo que fuera más allá. Estaba dispuesta a demostrarle a Riley que esa reputación era cierta, pero Riley no era un chico normal y quizá sí que le interesaba lo que le ofrecía.

()()()()()()()()()()()()()

Kristie tarda mucho en decidirse a salir al sol, así que por eso la hice una persona algo precavida y desconfiada.