Exención de responsabilidad: no soy dueña de vampery academy ni de ningún libro de esta saga, todo es de la maravillosa Richelle Mead.
Solo me Divierto creando nuevos escenarios e historias.
Nota: Saludos a Brenda-I y Inkpoint2 , gracias por sus comentarios.
Capitulo 3
Di un paso más al lado acercándome a Adrian, tratando de que la marcha frenética de mi corazón cesara, los pocos mormullos que había entre mis amigos pararon, podía sentir todas sus miradas fijas en nosotros. Él también lo hizo porque por fin alzo su rostro regalándome la arrebatadora vista de sus verdes ojos. Por mi mente paso de nuevo nuestra conversación aquella última vez que me hablo.
"Adrian, yo…
"¡Yo te amé!" —gritó. Se levantó de su silla tan rápidamente que nunca lo vi venir—. "Yo te amaba, y me destruiste. Te llevaste mi corazón y lo arrancaste. ¡Puedes decir que también me has estacado!" —El cambio en sus rasgos también me tomó por sorpresa. Su voz llenó la habitación. Tanto dolor, tanta ira. Así que a diferencia del habitual Adrian. Se dirigió hacia mí, estrechó mi mano sobre su pecho—. Yo. Te. Amaba. Y tú me usaste todo el tiempo.
"No, no. No es cierto" —yo no tenía miedo de Adrian, pero en la cara de esa emoción, me encontré servil. Tenía miedo de algo mucho más grande que aún no lograba comprender—." No te estaba utilizando. Yo te amaba. Aún lo hago, pero…
Él parecía disgustado. "Rose, vamos".
"¡Lo digo en serio! Yo te amo". —Ahora me puse de pie, con dolor o no, tratando de mirarlo a los ojos—. "Siempre, lo hare, pero… No creo que funcionemos como pareja".
"Esa es una línea de ruptura de mierda, y tú lo sabes".
Sacudo mi cabeza tratando de volver al presente.
"Ha pasado mucho tiempo" le digo sin saber que más decir.
El me mira un poco divertido de repente, me cuestiona con una de sus cejas. Joder ¿Tenía que verse tan malditamente caliente? "Poco más de cinco años ¿No?"
Asiento.
"Te fuiste sin decir adiós"
"Te lastime… no pensé que te importara realmente creo que me odias" le digo arrugando la nariz.
"Solo un poco. Aun si, debiste decir adiós"
"No quería que me tiraras la jodida puerta en la cara" bufo exasperada haciendo que su sonrisa burlona crezca.
"Impaciente y gritona como siempre"
"Exasperante y ridículo como siempre" respondo. La sonrisa se borra de su rostro "Lo siento, yo… Solamente…yo" tartamudeaba sin poder hablar con coherencia. Maldito seas Adrian Ivashkov. "Lo siento, Adi" digo en voz baja para que solo él me escuche, utilizando el nombre con el que a veces solía llamarlo "Espero que algún día podamos volver a ser amigos". El me estudio por lo que a mi parecer fueron horas buscando la verdad en mis palabras y tal vez cuestionándose porque no podía leer mi aura.
Asiente con una sonrisa que no llega a sus ojos, tratando de verse alegre
"¿No lo somos ya pequeño dhampir?"
Mi corazón se estrujo y mi alma se estremeció ante el apodo que me dio hace tanto tiempo. Haciéndome sentir como si respirara por primera vez en muchos años.
"No me digas que tan pronto me olvidaste, pequeño dhampir" bromeó él.
"¿Cómo podría?"
"Si, si todos te extrañamos niña- dice Abe rompiendo el momento -Ahora todos a la mesa y vamos a desayunar".
Syd, me aparto una silla entre ella y mi madre.
Ágilmente todos tomamos asiento en la mesa e hicimos nuestras órdenes a uno de los meseros-
"Gracias" Le sonrío.
Me mantuve en silencio observado la conversación en la que habían caído mis amigos a excepción de Dimitri, Adrian y yo todos participaban hablando con familiaridad y si cohibición alguna. El tema se centró en el embarazo de Mia y su pronta boda con Eddie. Una de las razones de mi regreso. Las chicas se ponían de acuerdo sobre algunas compras de bebé que harían en el centro comercial de la ciudad más cercana.
"¿Y que tal estuvo tu viaje? ¿Muchas aventuras Indiana?" reímos juntas ante el apodo que me dio mi madre por mi elección de carrera universitaria.
Si, si fui a la universidad en este tiempo. A ella le parecía gracioso descubrir que desde pequeña tengo un flechazo con Indiana Jones y que yo decidiera dedicarme a la misma profesión que el susodicho. Los demás nos miraron interrogantes y aun sorprendidos por nuestro comportamiento y relación tan intima.
"Anda Rose, cuéntanos- insistió Jill al otro lado de la mesa redonda junto a mi padre- siempre me entero por ellos en tus cartas. Quiero oírte esta vez a ti".
La joven chica no se dio cuenta de su desliz y se ganó miradas de asombro al saber que mantenemos correspondencia.
"Solo los aburriré" le digo tratando de alejar la atención.
"Por favor, Rose, no te vemos hace mucho. Queremos saber sobre lo que has estado haciendo" Pidió Lissa un par de sillas más allá.
"Anda, Indiana Jones" – molesta Syd empujándome con su codo. "Cuantos sobre tu viaje".
Rodeé los ojos por su comportamiento- "No digan que no se los advertí"- les digo- bajo las atentas miradas- "No fue nada del otro mundo. Estuvimos en la selva guiándonos por mapas de más de quinientos años, tratando de hallar la coherencia en semejantes garabatos por casi un mes, hasta que logramos encontrar un camino oculto dentro de una montaña que nos llevó a unas ruinas, todo indica que descubrimos un antiguo lugar ceremonial en la selva entre Colombia y Brasil, donde se presentaban sacrificios a los dioses y a su vez encontramos restos de lo que sabemos fueron supremos sacerdotes".
"¿Realmente fue algo así al estilo Indiana Jones?" -cuestiona Ed un poco confundido.
"Podría decirse que si"
"¿Incluyendo las trampas, la acción y la aventura?" inquiere Christian.
"Sip" les digo haciendo estallar la p.
"Genial" murmura el chico fuego en un tono bajo admirativo. "Espera un momento- dice sacudiendo su cabeza- ¿Qué demonios se supone que hacías tú en lugar así? ¿guardabas algún moroi?"
Mi madre miro entre los chicos y yo con el ceño fruncido "No les dijiste" acuso.
"Ja. Te lo dije" exclamo triunfal mi padre, mientras Janine le daba un billete de cincuenta dólares.
"¿Ustedes apostaron sobre esto también?" bufe negando. En el transcurso de los años descubrí que mis padres y en ocasiones Sydney apostaban con base en mi vida, mis decisiones. Según ellos, es mucho más emocionante que hacerlo sobre cualquier otra cosa, pues soy tan impredecible que nunca se sabe con qué cosa nueva saldré.
"¿Sobre qué apostaron?" cuestiono Lissa
"Sobre Rose, diciéndoles que fue a la universidad" les dice la alquimista.
"¿Fuiste a la universidad?" corearon el par de tontos con ojos grandes.
"Por supuesto ¿ustedes no lo hicieron?" replique.
"Por supuesto que fuimos, pero no por voluntad propia que digamos" murmura Sparky, pasándole un billete de cincuenta dólares al igual que Eddie a Adrian.
"Oh! Malditos desgraciados- me queje señalándolos- no puedo creer que apostaran inclusive sin mi aquí" lleve mi taza de chocolate caliente a la boca.
"Sin ti aquí para meternos en problemas tuvimos demasiado tiempo libre, sobre todo tiempo para especular que tonterías estarías haciendo. Y así- señala a Adrian- es como perdemos cincuenta dólares por romper nuestras expectativas"
"Quieres decir que están decepcionados por que fui a la universidad y conseguí un título" acuso ofendida.
"No, decimos que estamos decepcionados porque no estabas viajando al rededor del mundo cazando criaturas malvadas de la noche como o decían todos aquellos rumores"- se queja Ozera.
"O en su defecto aprendiendo técnicas increíbles de combate" termina Eddie.
"¿Y quién les dice que no hice todo eso?" cuestiono a la defensiva.
"¿Lo hiciste?" cuestiona Mia.
"Por supuesto que lo hizo" les dice el viejo en su tono de padre orgulloso.
Los dos chicos se levantan y le dan a Adrian cincuenta dólares más "Malditasea Rose, me acabas de hacer perder cien grandes" se queja el guardián.
Los miro confundida "Alguien que me explique que acaba de pasar"
Jill que había permanecido en silencio, siendo la que mayor conocimiento tenia acerca de mis logros en este tiempo me explico "Chris, aposto a que estabas por ahí cazando strigois, Eddie aposto que estabas aprendiendo técnicas de combate increíbles y mortales. Pero, Adrian, aposto por ti yendo a la universidad y haciendo todo lo que estos dos decían" Lo mire un tanto sorprendida por su fe en mí, él simple se encogió de hombros.
"Di que al menos, me invitaras una dona" molesto ganándome algunas risas.
"Tendré que pensarlo, podría representar un gran gasto para mis ganancias"
"Los ricos chupan" me queje entre dientes cruzándome de brazos.
"¿Qué estudiaste?" cuestiona la Dragomir mayor, interesada en obtener la mayor información posible sobre mí.
"Antropología con énfasis en arqueología, paralelamente estudie literatura y letras. Tengo una especialización en Pueblos y culturas antiguas, otra en Literatura inglesa y una en la Influencia de la literatura antigua sobre el hombre moderno".
"¿Qué?" cuestione a la defensiva al ver que nadie decía nada.
Fue como si mis palabras los sacaran de un trance porque inmediatamente Adrian alzo su puño en señal de victoria gritando "SI", su grito fue acompañado por dos fuertes "NO" de Ozera y Castile.
"¿Qué demonios les pasa?" les grito Mia, al parecer le habían dado un susto "Casi me adelantan el parto, estúpidos" Los chicos rápidamente se disculparon con ella.
"Definitivamente te estoy invitando una dona, tacha eso, será una caja de donas" dijo Ivashkov tomando cien dólares de cada uno de los otros dos idiotas.
"Si serán estúpidos- los regaño- no creen que vaya a la universidad, pero se atreven apostar que carrera podría o no haber estudiado- niego fingiendo decepción- la siguiente vez me preguntan y repartimos las ganancias" termino con una sonrisa cómplice.
El desayuno continuo entre conversaciones triviales, las chicas nos ponemos de acuerdo para ir al día siguiente (horario humano) al centro comercial, lo cual sería hoy después de la cena. Para alcanzar a ir y volver en el día humano.
"Janine y yo tendremos que hacer algunos negocios- no puedo evitar girar los ojos por la palabra negocios, aunque secretamente espero que sea cierto y no solo una excusa para obtener privacidad- Nos veremos en la cena para discutir los negocios de Syd y tu próxima gira Rose" él y mamá se despiden y se marchan dejándonos con un ambiente de pronto tenso.
"¿Gira? ¿Iras a otra excursión arqueológica Buffy? ¿No me invitas?"
"Es la etapa final de la promoción de mi último libro. Tuve que suspenderla por el viaje"
"¿Libros? ¿Qué libros?"
"Los que les dije tantas veces que leyeran" se queja Jill un tanto enfurruñada.
"No, no es cierto- se defiende Lissa- dijiste que los escribió una chica turca, una tal Gölge öpücüğü. No Rose."
"Ese es mi seudónimo Liss"
"Además, Rose le pidió que no le dijera a nadie" -interviene la alquimista.
"Tarde o temprano lo descubriríamos" – se quejó Eddie.
"Miren- comienzo con un suave suspiro – sé que lo más probable es que no merezco el gran recibimiento que me están dando o la amistad sincera y apoyo que me ofrecieron aun en la distancia por todos estos años, pero han pasado muchas cosas en este tiempo y entre otras cosas no me sentí capaz de tener este enfrentamiento, de volver. Algún día lo descubrirían por su cuenta, pero mientras eso sucedía quise evitar algún tipo de emboscada en alguna de mis giras o un evento"- lo ultimo lo dije sosteniendo la mirada de Lissa, ella entendió que la gran parte de mi discurso era para ella, y bueno Dimitri.
"No se quejen, ella tiene razón. De algún modo todos nos hemos lastimado unos a otros- exhorta Mia sabiamente- Además, Eddie si no lo descubriste fue por necio. Te dije que leyeras esos libros."
"¿Lo sabias?" pregunta un tanto incrédulo el guardián.
"Por supuesto. Si al menos hubieras abierto el libro cuando me dijiste que lo leerías y no buscado el resumen en internet, habrías visto que casi todos están autografiados- le sonríe con superioridad su futura esposa- Aun no he terminado el ultimo, pero esta genial Rose. Después lo traeré para que lo firmes para mi" dice mi amiga mirando un tanto excitada.
"Me alegra que te haya gustado- le sonrió de vuelta- estoy segura que podre conseguirte un paquete de regalo esos no los encuentran en las tiendas son exclusivos y solo se regalan unos cuantos". No pudimos evitar reír con el chillido emocionada de mi amiga.
"he estado molestando a Jill para que me consiga uno de esos".
Lissa aseguro que conseguiría los libros, pues aun no podía creer que la chica que odiaba ir a la biblioteca escribiera alguno.
"¿Qué harás el resto del día Rose?" Cuestiona Jill con las mejillas sonrojadas, sonreí viendo que algunas cosas jamás cambian. Todos me miraban esperando mi respuesta.
"Llegué esta madrugada y tan solo pude tener algunas horas de sueño antes de encontrarnos esta mañana. Creo que lo mejor será que vaya a descansar para estar lista para la salida a la ciudad". Los chicos asintieron con comprensión, aunque un poco decepcionados. En ese instante el chillido de una mujer que se acercaba a grandes pasos a nuestra mesa cambio nuestro punto de atención.
"Adrian" chillo la moroi de cabellera caramelo arrojándose en el regazo del nombrado y atrapándolo en un muy apasionado beso.
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