Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.


Capítulo 4

La noche recibió a ambos ninjas guiándolos a un merecido descanso. La primera en rendirse fue Sakura cuyo sentimiento de seguridad al sostener la mano del mayor le permitían relajarse lo suficiente como para dormir. Por otro lado, Kakashi se limitó a observarla por largos minutos, intentando velar su sueño al igual que la noche anterior.

Intentó mantenerse despierto con ese propósito, sin embargo las largas horas que llevaba despierto por no haber pegado ojo luego del acontecimiento, sumado a la respiración rítmica junto a él que lo llevaba a un estado de relajación lo hicieron sucumbir ante el sueño.

El descanso del hombre se vió interrumpido horas después, despertando a mitad de la noche sin tener claridad de qué hora era puesto que solo veía oscuridad. Su sueño ligero provocaba que despertara ante la mínima percepción de ruido o movimiento. Aún confundido, notó cómo Sakura comenzaba a retorcerse junto a él, dejando escapar leves gemidos que demostraban incomodidad y algo de miedo… cada vez se movía más bruscamente sin llegar a despertar. Pesadillas, pensó el peliplata.

Fue entonces que notó que sus manos se habían soltado. La de él continuaba apoyada en la almohada junto a sus cabezas, pero al parecer Sakura se había girado en algún momento provocando que se perdiera la conexión de ambos cuerpos. El hombre consideró si el mal dormir de la joven se podría asociar al hecho de no tener sus manos unidas, y en una prueba experimental buscó la mano de Sakura tomándola entre la suya.

El movimiento de parte de la chica cesó de manera casi automática, haciendo que los músculos de su rostro que se encontraban fruncidos se relajaran. Esto pudo ser observado por el copy ninja gracias a una tenue luz de la luna que se colaba por entre las cortinas de la ventana.

El mayor se sorprendía por la influencia que su presencia estaba demostrando generar en la chica, una gran responsabilidad estaba recayendo en sus hombros de forma imperceptible. La menor parecía sentirse segura sólo junto a él, con su presencia y su tacto. Por un lado, comprendía que al ser el jounin a cargo del equipo 7 siempre estuvo allí para proteger a sus alumnos, ya que debía guiarlos en el mundo ninja.

La primera vez que salieron de la aldea en su misión hacia el país de las olas, Kakashi los protegió a los 3 frente a los dos ninjas que los atacaron en el camino.

Recordaba como Naruto se había paralizado por completo, como Sasuke había saltado frente a su compañera para protegerla, y también recordaba el rostro de Sakura en completo pánico pensando que iban a morir allí mismo. Sin embargo, ambos ninjas enemigos no fueron un gran problema para Kakashi quien tomó a cado uno por el cuello presionandolos con el interior de sus brazos. El rostro de Sakura en ese momento se iluminó en completa admiración y entendimiento de lo que significaba ser un verdadero ninja.

Kakashi sonrió ante el recuerdo, en su opinión esa misión los cambió como equipo. Sakura siguió enamorada de Sasuke por algunos años, pero en ese entonces fue cuando comenzó a tomarle importancia a su entrenamiento ninja. Sasuke comprometió severamente su vida para salvar a Naruto, demostrando que sí quería a sus compañeros de equipo pese a negarlo cuando se lo preguntaban. Y Naruto se propuso ser reconocido por Sasuke, llevándolo a un arduo entrenamiento que lo llevó a ser el ninja que era hoy en día.

En ese tiempo, Sakura era quien siempre se quedaba atrás… como su interés ninja comenzó de forma tardía, requirió de mucho más tiempo para alcanzar a sus compañeros y Kakashi como su maestro y reconociendo su debilidad ante los enemigos, siempre estuvo atento para protegerla.

Esa fue una costumbre que le costó un poco quitar. Cuando volvieron a salir en misiones de equipo luego del extenso entrenamiento que la menor tuvo con Lady Tsunade, Kakashi siguió saltando frente a la muchacha ante la mínima señal de peligro… sólo se detuvo cuando ésta lo encaró molesta y le asestó un golpe que lo dejó en el hospital por algunos días. Su castigo más allá del golpe fue el hospital… y vaya que Sakura sabía cuánto odiaba ese lugar.

El copy ninja sentía que había vuelto a ese tiempo, en el que se sentía responsable de proteger a Sakura porque no creía que pudiera hacerlo por sí misma y eso le preocupaba. No quería que todo el avance de Sakura se viera truncado por una misión… una maldita misión.

Notando que la respiración de la joven volvía a ser rítmica en señal de un profundo sueño, pensó en formas de ayudarla, pero no llegó a ninguna solución concreta. Si de él dependiera, haría todo lo posible para que la joven no fuera arrastrada a una depresión que consumiera su alma… tal y como la que vivió él mismo cuando era más joven.

Kakashi sabía por carne propia lo doloroso que eso podría ser. ¿Qué harías tú, Obito? Aún con este ojo, no pude prever lo que se avecinaba...

Intentando alejar los dolorosos recuerdos, el mayor volvió a cerrar los ojos obligándose a dormir.

xXxXxXx

Un nuevo día llegó y Sakura volvió a despertar sin contratiempos. El mayor se encontraba sentado junto a ella, con su libro naranja en una mano y con la otra sosteniendo la de la chica. Cuando ésta comenzó a desperezarse la miró de reojo.

— Buenos días, Sakura-chan. – la saludó, queriendo saber si recordaba la pesadilla que seguramente tuvo durante la noche.

— Buenos días, Kakashi-sensei – la joven soltó la mano del mayor, estirando ambos brazos hacia arriba despertando a sus músculos.

— ¿Cómo dormiste?

— Creo que bien. No me desperté en ningún momento – respondió con una sonrisa. Bien, al parecer no recuerda nada.

Cada uno comenzó con su rutina mañanera, vistiéndose y alistándose para reunirse con el Uzumaki para desayunar. Una vez listos se dirigieron a la habitación del rubio y llamaron. Kakashi tocó tres veces, pero no recibió ninguna respuesta. No sería una sorpresa para ninguno que Naruto siguiera durmiendo, por lo que ingresaron forzando la cerradura.

Evidentemente el rubio parecía estar en un profundo sueño, puesto que no los había sentido invadir su habitación. En un rincón se podía ver la comida instantánea apilada y por el suelo diversas piezas de ropa que debían ser las que el Uzumaki había usado los dos días anteriores. Como siempre, su habitación era un desastre.

Algo cansado por el retraso, Kakashi se acercó al joven y sin delicadeza alguna lo empujó fuera de la cama.

— ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Nos atacan? - Naruto se sentó en el suelo alzando sus brazos en posición "de ataque".

— Si no te apresuras te atacaré yo. Tengo hambre - respondió al peliplata. Naruto le respondió bostezando y sacudiendo su mano, restándole importancia a las palabras de su sensei.

— ¿Qué hora es?

— Son las 8:15 am – confirmó el mayor, viendo la posición del sol por la ventana.

— Es muy temprano – alegó.

— Naruto, solo apresúrate - pareciera que el mayor no estaba de humor para su alumno. Sin más, se dio media vuelta y con Sakura siguiéndolo salieron de la habitación.

Ambos esperaron en el pasillo a que su compañero se les uniera, lo que ocurrió pasados unos minutos.

— Ya estoy listo. ¡Buenos días! - Kakashi y Sakura se limitaron a asentir con la cabeza en un gesto de saludo. Los tres se encaminaron a un nuevo lugar para comer, y así ir conociendo el ambiente de cada negocio.

Esta vez escogieron una cafetería, al parecer eran pocos los lugares que abrían a esas horas. Juntos pidieron su comida en un mesón y luego la llevaron a una mesa. Naruto había pedido un té y tres sandwiches. Sakura un jugo y una magdalena. Y Kakashi un té y un sandwich.

Sakura seguía sin hablar directamente con el Uzumaki. Aún se encontraba avergonzada por su comportamiento hacia su mejor amigo, pero se sentía incapaz de hacer algo al respecto. Durante todo su desayuno sólo hablaron Kakashi y Naruto, Sakura solo hacía breves intervenciones de "si" o "no" cuando le hablaban directamente.

Naruto miraba fijamente a su mejor amiga, preguntándose qué podía hacer para ayudarla… para que ésta le hablara. Sin embargo, su mirada no hacía más que presionar a la chica, quien al notarlo comenzó a encogerse cada vez más en su lugar. Kakashi lo notó, era como ayer cuando el hombre del parche se les acercó preguntando el precio de la chica. Era como si Sakura quisiera hacerse tan pequeña, hasta llegar al punto de desaparecer.

Con disimulo, tomó la mano de la chica por debajo de la mesa, quien lo miró. En sus ojos sólo se podía leer un urgente "ayúdame, sácame de aquí". El mayor sabía que lo que estaba a punto de hacer podría dañar los sentimientos de Naruto, pero se había prometido a sí mismo proteger a Sakura.

Corriendo su silla hacia atrás, provocando el chillido de ésta, se puso de pie arrastrando a la chica a hacer lo mismo que él puesto que seguía tomando su mano. Naruto los miró desconcertado, sin saber si debía ponerse de pie él también, así que lo hizo. Los tres ninjas estaban parados en torno a la mesa, mirándose incómodamente unos a otros.

— Nosotros comenzaremos con nuestra parte de la misión hoy - dijo el mayor rápidamente — Recuerda reportarte a las mismas horas de ayer, comenzando a las 12 del medio día - sin nada más que decir, comenzó a caminar hacia la puerta junto con la joven.

— Sukea-sensei, espera. ¿No van a la posada? Yo también-

— No, Menma. Nos veremos después - lo interrumpió. No quería dejar al joven sin explicaciones, pero debía sacar a la chica de allí.

Ambos caminaron de vuelta a la posada en un silencio incómodo. La situación no era alguna que le hubiera gustado provocar a ninguno de ellos… Y nuevamente la culpa invadió a Sakura. Si no fuera por mi, por mi debilidad, nada de esto estaría pasando.

Soltaron sus manos al llegar a la habitación compartida, Sakura fue con rapidez al baño y cerró la puerta tras ella. Necesitaba orinar con urgencia y si no fuera porque no tardaba más de un minuto en hacerlo, no hubiese cerrado la puerta. Lo que obviamente hubiese sido muy vergonzoso.

Lavó sus manos y mojó su rostro, intentando borrar de su mente la cara que había puesto Naruto cuando ellos se marcharon del lugar sin él. Al otro lado de la puerta, Kakashi hablaba a los susurros con su ninken más leal, Pakkun, ordenándole que esperara al Uzumaki en su habitación y le explicara su comportamiento al igual que la situación y reacciones que Sakura estaba teniendo.

En cuanto Sakura abrió la puerta, el perro ninja ya se había esfumado y ahora solo un Kakashi peliplata la esperaba.

— ¿Lista? - preguntó el mayor.

— Sí.

xXxXxXx

Sakura y Kakashi dedican la mañana a caminar por las calles de Kirifuri. Para el día de hoy, se habían propuesto averiguar sobre el lugar en que reside la banda. Sabían que en un principio habían estado usando el hotel para ese propósito, pero luego de ver a los hombres que salían del lugar ayer, sumado a lo que el hombre de esa calle les había contado, dudaban que siguiera siendo así.

Ya habían logrado averiguar el nombre y propósitos de 3 de los 5 miembros, lo que era un gran avance. El mismo copy ninja no creía que fuera necesario averiguar mucho sobre los otros dos, puesto que ya sabían que el líder trabajaba con su hermano menor quien podría ser su punto débil. Y si el líder caía, los demás le seguirían.

Ya habían almorzado y se habían reportado con sus otros dos compañeros horas atrás, siendo ya las 17:00 pm. El día no había sido tan "provechoso" como el anterior, pero confiaban en la información que Sasuke había conseguido en su almuerzo con los aldeanos.

Ahora mismo se encontraban sentados en una banca, simplemente viendo a las personas caminar. Sakura se encontraba tranquila por primera vez en el día, había costado un poco que la rigidez abandonara su cuerpo luego del desayuno con Naruto. Sin embargo, la presencia de dos hombres al final de la calle la puso alerta.

Notando el cambio de postura en la menor, Kakashi dirigió su mirada hacia el lugar, notando que aquellos dos hombres no eran más ni menos que los que vieron salir del hotel ayer. Desde su lugar, pareciera que estaban discutiendo. Sakura no podía oír nada y Kakashi solo escuchaba palabras sueltas ya que a pesar de su buena audición éstos se encontraban muy lejos.

— Kakashi-sensei ¿No son-

— Lo sé. Lo siento, Sakura, pero debo acercarme un poco a ellos para lograr escuchar algo. Iré a ese puesto de verduras, esperame aquí - sin decir nada más, hizo lo que le había dicho a la joven. No podía dejar pasar la única oportunidad de información que se les había presentado ese día.

Intentando aparentar normalidad, Kakashi caminó hasta el puesto que lo localizaba a unos pocos metros de los dos hombres. Saludó como si nada al dependiente de la tienda, quien inmediatamente le ofreció una bolsa para escoger verduras.

El mayor comenzó por las naranjas, apretandolas y fijando su vista en ellas como si estuviera tomando su tiempo para escogerlas, sin embargo la realidad distaba mucho de eso. La verdad es que estaba completamente concentrado en lograr captar la conversación de los hombres, y desde su nuevo lugar esto fue completamente posible. Sólo, no esperaba lo que iba a escuchar…

— ¡Te digo que no lo sé! Esos idiotas desaparecieron hace dos noches, no tengo idea de dónde están.

— ¿Cómo es posible que no lo sepas? Si esos bastardos se atreven a traicionarme… - habló el que parecía ser el jefe con amenaza.

— No lo creo, Masayoshi-sama. Al menos Shigeru no lo haría, y tu sabes que los otros dos lo obedecían en todo. - Así que hablan de tres hombres, pensó el Hatake.

El "jefe" suspiró — ¿Qué es lo último que supiste de ellos? - preguntó con cansancio.

— Sólo sé que iban a ir a ese restaurante junto a la posada Taiyō. Dijeron que iban a cenar y que luego vendrían al hotel, pero… no volvieron - una alerta se encendió en la cabeza de Kakashi. No puede ser, no pueden estar buscando justamente a esos tres…

— ¡Pues no pudieron haber desaparecido de la nada! ¡Todos en este estúpido pueblo saben que trabajan para mí! Sigue buscándolos, porque si siquiera están pensando en huir de mi, los atraparé y los mataré - Kakashi podía oír la rabia en la voz del "jefe". Mierda… esto es malo.

No cabían dudas, estaban buscando a los tres desgraciados que Sasuke y Naruto habían matado… A aquellos que rompieron a Sakura… MIERDA.

— ¿Va a querer algo más, señor? - sus pensamientos se vieron interrumpidos por el dependiente de la tienda.

— No, sólo llevaré esto. Gracias - el mayor había perdido la noción del tiempo y notó que ya había llenado completamente dos bolsas con… naranjas. Guió su mirada a la calle, pero ninguno de los dos hombres que habían estado discutiendo se encontraban allí. Luego miró la banca en la que se encontraba Sakura, encontrándose con unos preocupados ojos castaños de su henge.

No hay forma de que pueda decirle… No puedo decirle que los hombres del hotel que tanto estaban intentando averiguar estaban buscando a sus empleados perdidos, quienes no eran más ni menos que los que habían entrado a su habitación hace dos noches…

Sacudiendo su cabeza, siguió al dependiente del puesto de verduras a el mesón para que le cobrara y luego caminó hacia la chica. Definitivamente no puedo decirle nada… pensó por última vez, recomponiendose.

— Espero que te gusten las naranjas, Kiki-chan - dijo alzando ambos brazos para mostrarle las bolsas.

— Sí, sí me gustan - respondió con una sonrisa. El mayor se sentó junto a ella poniendo ambas bolsas en el suelo. — ¿Lograste escuchar algo?

— Sí, pero no era nada importante. Al parecer los que estaban de paso les robaron algo de dinero - inventó una historia rápidamente. Sakura suspiró a su lado.

— Supongo que no fue un buen día - dijo desanimada.

— No, pero ahora tenemos naranjas - bromeó.

Sabiendo que no iban a conseguir más información, acordaron volver a la posada temprano.

xXxXxXx

En la posada, Sakura se encontraba leyendo un libro sentada en el piso con su espalda apoyada en la cama. Por otro lado, el mayor estaba recostado sobre la cama con su Icha Icha naranja en la mano, sin embargo, lo que menos hacía era leer.

Debía encontrar la forma de hacerles saber a Naruto y a Sasuke sobre la disputa que había escuchado. Como equipo, debían cuidar sus pasos para no ser descubiertos por Hikari, o alguno de los bandidos del pueblo.

Se limitaría a hablar con ambos chicos puesto que no quería que la chica se enterara de lo que estaba pasando ya que no sabía cómo esto le podría afectar. Sakura ya se encontraba lo suficientemente frágil como para añadir más dolor a su persona, por lo que Kakashi seguía sopesando sus opciones.

Podría intentar escabullirse en la noche hacia la habitación de Naruto… No, Sakura lo notaría. La noche anterior tuvo pesadillas en cuanto soltó su mano.

Podría intentar enviar nuevamente a Pakkun… Pero no era seguro que tuviera un momento a solas con el ninken para darle el mensaje.

Podría usar un clon de sombras… Sí, creo que esa es la opción más viable.

Con la decisión ya tomada, optó por leer un poco del libro que tenía en su mano perdiendo la noción del tiempo.

— Kakashi-sensei, tengo algo de hambre - la joven habló desde el suelo. El mayor miró por la ventana notando que ya eran las 7 PM y que les quedaba una hora para la conexión con el resto de su equipo.

— ¿Te parece ir a chequear qué comida hay en la habitación de Naruto? - preguntó.

Sakura se mostraba algo insegura sobre esa idea, no tenía ánimos de toparse con el Uzumaki... No después de cómo ella se había estado comportando frente a él. Hizo una mueca torciendo su boca en lo que sopesaba la idea.

— No he escuchado a Naruto llegar... - añadió Kakashi, conociendo la forma en la pensaba su alumna y anticipando su dilema.

— Está bien - ambos se pusieron de pie e ingresaron a la habitación de su compañero.

Kakashi se acercó a la pila de comida empaquetada que tenía el rubio en una esquina, cogiendo dos sopas instantáneas y unas galletas saladas. Se las mostró a Sakura, quién asintió en forma de aprobación a la comida que había escogido el mayor.

Habiendo recolectado lo que querían, abandonaron el lugar.

— Necesitamos agua caliente para la sopa - dijo la chica.

— Jmm podríamos preguntar en recepción si nos pueden facilitar una cocinilla y una tetera. Siempre tienen en este tipo de lugares - Sakura estuvo de acuerdo con su sensei y se dirigieron a recepción activando el henge no jutsu.

Cómo siempre, se encontraba la misma chica. La "enemiga" de Sakura. Que problema... La joven les sonrió con simpatía, quizás un poco más al mayor que a la chica, pero Kakashi lo ignoró completamente.

— ¡Hola! ¿Los puedo ayudar en algo? - preguntó mirando fijamente al hombre.

— Si, ¿tienen una cocinilla y una tetera que podamos usar?

— Claro, debo ir a buscar las cosas a una bodega. ¿Podrías acompañarme? - la pregunta iba dirigida exclusivamente al mayor.

— Ambos iremos - La chica había salido de detrás del mostrador con unas llaves en sus manos, hizo un gesto de desagrado que hubiese sido imperceptible para cualquiera, menos para el Hatake.

— Oh, no es necesario que vengan ambos. Solo necesito ayuda para traer las cosas y dos personas son suficientes, además el lugar es algo estrecho - intentó persuadirlos la muchacha. Ahora Sakura tenía su ceño fruncido profundamente, no quería dejar a la desconocida a solas con su sensei… y tampoco quería estar sola ella misma.

— Insisto - se limitó a responder el mayor, tomando la mano de su alumna y extendiendo su otra mano en señal de que la muchacha de la posada los guiara.

Sin nada más que decir, la chica caminó por delante de los ninjas, dirigiéndose a un pasillo con baja iluminación. En él abrió la cuarta puerta de la izquierda con su llave y encendió la luz. De un estante sacó la cocinilla y se la entregó al mayor. Luego camino hacia el fondo de la habitación y sacó una caja que debía contener la tetera. La tomó del aza y se la entregó a Sakura.

— Bien, eso sería. ¿Necesitan algo más? - preguntó aún sin cerrar la puerta. Su tono de voz estaba cambiado, ya no se notaba la simpatía con la que se expresaba antes.

— No, esto será suficiente. Muchas gracias - ambos ninjas se inclinaron levemente en agradecimiento y volvieron sobre sus pasos perdiéndose escaleras arriba donde se encontraba su habitación.

Que lastima... Es tan apuesto aún con esa máscara, pensaba la recepcionista.

Cuando se encontraban a medio camino, la campanilla de la puerta de la posada sonó. Quizás la persona que entró sea Naruto, pensaron.

— Buenas tardes, Tara - esa voz... definitivamente no era de Naruto, pero Kakashi sabía que la había oído antes. Sakura siguió subiendo las escaleras, algo distraída por lo que el mayor aprovechó la oportunidad para asomarse y ver quién había ingresado a la posaba.

— B-buenas tardes, Yuu-san - la voz de la joven se entrecortaba. Fue entonces que Kakashi lo vió, era el hombre que había estado discutiendo con el "jefe" del hotel un par de horas atrás. Esto no puede ser bueno, pensó el copy ninja.

Era más que obvio para el Hatake que el propósito de ese hombre era buscar información sobre el paradero de los tres hombres que Sasuke y Naruto habían matado.

— ¿Sensei? ¿Ocurre algo? - Sakura había vuelto sobre sus pasos cuando notó que el mayor no la seguía.

— No, pero acaba de entrar un nuevo cliente y quiero escuchar su conversación. ¿Puedes esperarme arriba antes de que nos vean? - nuevamente, esa idea no le agradaba a Sakura, pero no quería comprometer la misión aún más de lo que ya lo estaba haciendo con todas sus peticiones por lo que accedió.

La joven subió hasta el final de las escaleras, lugar desde donde no podía escuchar lo que ese cliente decía pero si podía observar a su sensei... un punto visible, pensaron ambos.

— Cariño, necesito saber si tres de mis hombres se alojaron aquí hace dos noches... O si supiste u oíste algo de ellos por allí - el hombre se encontraba inclinado sobre el mostrador, intimidando a la joven.

— ¿Tres hombres? - la joven pensó en eso por un momento. Hace dos noches fue que llegó el equipo de Kakashi, compuesto por tres chicos... y una chica. No, no creo que se refiera a ellos, pensó la muchacha. Para evitarse problemas decidió preguntar — ¿Cómo lucen?

En su interior, Kakashi esperaba que la chica no los mencionara, o podrían tener serios problemas.

— Son de mi edad, algo corpulentos... - respondió el hombre, sin saber cómo brindar características más específicas.

— Oh ya veo. Entonces no, no les he visto ni escuchado de ellos, señor Yuu.

— ¿Por qué preguntaste? ¿Has visto a otro grupo por aquí? - todas las alertas se encendieron en la cabeza del Hatake, sabiendo que la chica los delataría aún sin tener la intención de ello.

Mierda. Esto es malo.

— Bueno, hace dos días llegó un grupo de cuatro a la posada. Dos chicos, una chica, y un hombre, pero ayer se fue uno por lo que solo quedan tres.

— ¿En serio? Eso es interesante... - el hombre evaluó en su mente si ese grupo podría tener algo que ver con las desapariciones. - Muchas gracias, primor. Nos estamos viendo - sin más, abandonó el lugar.

La chica volvió a respirar tranquila, pensando en si había hecho bien en hablar sobre el grupo del apuesto hombre. Supongo que no importa, ellos parecen buena gente y dudo que estén involucrados con Yuu o su jefe, Masayoshi.

La chica, que ahora sabía que se llamaba Tara, había hablado sobre ellos y no era necesario que Yuu fuera muy inteligente para vincular un grupo de forasteros desconocidos con la desaparición de sus subordinados. Kakashi subió la escalera para encontrarse con su alumna, quien lo miraba preocupada.

— ¿Algo de lo que preocuparse?

— No, al parecer estaban controlando cuántos forasteros habían llegado - Sakura abrió sus ojos en pánico. ¿Estaban tras ellos? ¿Tras ella?

Ya le había quedado más que claro que Kirifuri era un pueblo invadido de bandidos que centraban su atención en muchachas jóvenes... no quería estar en peligro de nuevo, no podría soportarlo.

Las manos de su sensei se posaron en sus hombros, trayendola de vuelta al mundo real — Sakura, respira. Todo está bien, no hay nada de qué preocuparse.

Las palabras del mayor surtían efecto poco a poco. — Supongo que si hubiera pasado algo malo, me lo dirías ¿Verdad, sensei? - Sakura pudo ver cómo se formaban dos ojitos felices en el rostro del mayor.

Debido al constante uso de su hitae, la muchacha siempre llegaba a ver solo un ojo feliz, pero gracias al henge no jutsu ahora veía los dos. Con el paso de los años Sakura había aprendido a leer las expresiones de su maestro mediante ese único ojo visible, por lo que pasar los últimos días viendo ambos era toda una experiencia religiosa. No pudo evitar reparar en lo atractivo que podía ser… Lo que la llevó a preguntarse, una vez más, el porqué de la máscara.

Quizás la chica nunca lo había visto sin ella, pero aún así pondría sus manos al fuego porque su maestro era malditamente guapo. Aunque supongo que nos estamos desviando del tema.

Cómo siempre, escogió creer ciegamente en las palabras de su sensei. Cuando llegaron a la habitación, Sakura husmeó en la caja que le había entregado la recepcionista, encontrando una tetera y un set de cuatro tazas. Sacó todo de la caja y se encaminó con la tetera al baño para llenarla con agua de la ducha.

Mientras el mayor conectaba la pequeña lata de gas a la cocinilla para hacerla funcionar.

Una vez hervida el agua, prepararon su sopa instantánea y comieron en silencio. Al finalizar con la sopa, comieron un par de galletas y volvieron a su hobby de leer cada uno su respectivo libro.

Página tras página la idea de que se estaba perdiendo de algo venía a la mente de Sakura, de que le estaban ocultando algo, pero estamos hablando de Kakashi-sensei… y en este no momento no existía persona en la que confiara más que en él. Confía. Confía. Confía. Se repetía esa palabra a sí misma, con la esperanza de que su cerebro pudiera aceptarla y absorberla.

Antes de notarlo, llegó la hora de hacer conexión con su equipo.

— Sasuke, ahora cuéntanos cómo te fue en el almuerzo de los aldeanos - Kakashi guió la conversación luego de la ronda de saludos con sus estúpidos nombres clave.

— Me informaron que el encargado del hotel se llama Masayoshi y su subordinado de confianza es Yuu. Ambos parecen estar cortados por la misma tijera… son insensibles y ambiciosos, solo les interesa el dinero. Al parecer el líder de Hikari mantiene un trato y una amistad de años con Masayoshi, quién es el encargado de hacer conexiones con renegados y bandidos de todos los países. - la relación de los personajes que habían estado conociendo se iban esclareciendo poco a poco.

Algo que no agradó al Hatake era la directa relación de los hombres del hotel, que indudablemente deben estar desconfiando de ellos por la desaparición de los tres hombres, y la banda de Hikari… Debía advertir a sus mocosos sobre lo que estaba pasando, y proseguir con extrema delicadeza.

— Eso es muy útil… ¿Algo más, Sasuke? - instó Kakashi.

— Aún no está del todo claro, pero además de los intereses que cobra la banda a los aldeanos por vivir aquí en Kirifuri, el hotel resulta ser una segunda fuente de ingresos… Creo que también reciben dinero directo de otra nación, pero no puedo asegurarlo. - añadió el Uchiha.

— Eso está bien, los próximos días intenta averiguar algo más sobre esto - respondió el líder. — ¿Naruto? ¿Algo que decir?

— Sí. Hoy tuve más suerte y descubrí que la residencia de Hikari se encuentra a las afueras del pueblo. Específicamente a dos kilómetros dirección Noreste, rodeada por un pantano. Pude seguir a alguien hacía allá, pero no acercarme demasiado. Por lo que alcancé a ver, reciben muchas visitas durante el día, tienen bastante seguridad pero mucha gente entra y sale del lugar… - Sakura se encontraba profundamente agradecida de que la misión parecía progresar. Estaban encontrando información y pronto tendrían una estrategia que los llevaría al éxito y un pronto retorno a su hogar.

Una pequeña sonrisa se dejó ver en su rostro y un brillo surcó sus ojos, ambos siendo visibles para el mayor. Kakashi, al igual que Sakura, celebraba internamente este avance, pero no quería engañarse a sí mismo pensando que esto resolvía algo… ya que aún quedaban muchos cables sueltos para conectar y finalizar la misión.

— Bien. ¿Qué hay de ustedes, Kakashi y Sakura? - preguntó Sasuke.

— Nosotros no tuvimos suerte hoy, como les dijimos más temprano. - respondió Kakashi.

— Oh, ¡pero ayer averiguaron mucho! No se preocupen - agrego rápidamente Naruto, en un intento de subirles el ánimo. Maestro y alumna no se encontraban afectados por la nula información que consiguieron ese día, pero de todas formas sonrieron ante las palabras de su compañero.

Naruto había recibido el mensaje de Pakkun, y a pesar de que en un principio sus ánimos estaban por el suelo, había encontrado nueva determinación para hacer todo lo que estuviera a su alcance para hacer sentir bien a su hermanita. Si Sakura necesitaba no verlo, él la evadería, tal y como estaba haciendo ahora aún sin volver a la posada. Si Sakura necesitaba palabras de aliento, él se las brindaría tal y como acababa de hacer…

Había decidido no tomar ningún gesto, palabra, ni mirada de parte de Sakura que lo hiciera sentir mal como algo personal. Porque cada vez que el Uzumaki necesitó a su amiga en el pasado, ella estuvo ahí.

Naruto recordaba los primeros meses en que fueron miembros del equipo 7, Sakura había sido hiriente y distante por su propia situación familiar (o la falta de ella), sin embargo a medida que su amistad crecía la chica había trabajado arduamente para enmendar el daño que causó. Cuando lograron conocerse, y conocer la historia del otro, no hubo quién los separarse.

Cada discusión, cada traba en su camino, cada decepción no hizo más que acercarlos. Cuando Naruto se fue de la aldea en un largo viaje de entrenamiento que duró dos años y medio, Sakura sintió que su corazón se rompía, pero estaba feliz por su amigo ya que sabía que se convertiría en un gran ninja. Y cuando éste volvió, fue como si el tiempo no hubiera pasado… seguían siendo los mismos chicos de antes.

Sakura lo visitaba constantemente, por un lado para pasar tiempo con él, y por otro para intentar transmitirle un poco de disciplina obligándolo a limpiar su departamento. Y Naruto la visitaba, mayormente cuando se le acaba su dinero para la comida y aprovechar de acompañar a la solitaria chica mientras cenaban.

Kakashi lo sabía. Los había visto más de una vez visitándose el uno al otro. Cuando salían de misiones y la chica no los acompañaba Naruto insistía en preguntar el por qué, o cuando Kakashi entrenaba personalmente a la chica ésta le contaba cuánto extrañaba entrenar con el Jinchuriki. Si no fuera porque la relación de ambos era completamente fraternal, el mayor hubiese pensado tiempo atrás que era el mismo tiempo el que había cambiado la dirección de los sentimientos de la chica desde el Uchiha hacia el Uzumaki.

Es por eso que tanto Naruto como Kakashi sabían que su relación podía salir airosa de esta situación. Quizás Sakura aún no se encontraba del todo segura, pero no había absolutamente nada que la hiciera sentir de ese modo en la actualidad.

— Bueno, creo que eso es todo por hoy. Debo irme - el Uchiha fue el que comenzó las despedidas.

Luego de su última conexión del día como equipo, Kakashi y Sakura hablaron sobre el plan para el día siguiente. Les tocaría a ellos intentar descubrir más sobre la relación entre el dueño del hotel y la banda Hikari. Su intención era descubrir si el dinero que se le daba a la banda era por algún tipo de impuesto, o si tenían negocios aún más turbios.

— Kirifuri es un pueblo pequeño… quizás si interrogas a alguien… podría ser a la misma chica de la recepción podríamos averiguar un poco más - Sugirió la chica, hecho que puso en alerta al Hatake. ¿Estará sospechando algo?, pensó.

— ¿Por qué ella? Creí que la odiabas y ahora quieres que hable con ella… ¿a solas? - intentó tentarla.

— ¡No lo digo en ese sentido! ¡No es una cita, Kakashi-sensei! - refunfuñó la chica, y podría jurar que escuchó un "pervertido" saliendo de su boca lo que hizo sonreír al mayor — Lo que digo es que podrías interrogarla usando genjutsu. Si alguien vino a hablar con ella hoy sobre forasteros, es que debe conocer a la gente de aquí… - enfatizó.

Un poco más relajado porque la chica no estaba sospechando de él consideró su idea… no podía negar que le brindaba una gran oportunidad para interrogar a la chica sobre la conversación que escuchó hoy… incluso podría intentar cambiar sus recuerdos sobre ellos para que entregara la información que él quisiera si aquel tipo volvía.

— Creo que es una buena idea, Sakura-chan.

Finalmente acordaron que Kakashi interrogaría a la recepcionista, Tara, el día siguiente, y mientras lo hacía dejaría a Sakura con un clon ya que ésta no quería molestar a Naruto.

Sin más, repitieron su nueva rutina nocturna aceptando el descanso que sus cuerpos les exigía y diciéndole adiós a ese día.

xXxXxXx

Kakashi no sabía qué hora de la madrugada era exactamente, lo único que sabías es que Sakura dormía profundamente a su lado desde hace tiempo. Él también había dormido por un rato, pero le ordenó a su cerebro despertar para llevar a cabo su cometido para hablar con Naruto. Iba a proceder con el plan de enviar a un clon de sombras a la habitación del rubio, esto le ayudaría ya que el clon sabe lo mismo que él al momento de crearlo y una vez deshaga el jutsu, la conversación con el menor vendría a su mente en forma de recuerdos.

Lo único que necesitaba ahora es la movilidad de sus dedos para realizar los sellos del jutsu, sin embargo la chica a su lado mantenía presa su mano izquierda. Intentando ser suave y sigiloso, el peliplata tomó la mano de Sakura que sostenía la suya y suavemente la bajó para que la chica ahora sostuviera su muñeca, sin perturbar su sueño. Una vez liberada su mano, creó a su clon quien ya sabía la "misión" que debía completar, en silencio se dio la vuelta y salió de la habitación con destino a la del Uzumaki.

Naruto no estaba seguro de por qué sentía que alguien sacudía su hombro… Tampoco por qué ese alguien era su sensei, ni por qué todo esto ocurría de madrugada ya que la oscuridad del lugar era absoluta.

— Naruto, despierta - dijo su sensei en voz baja.

— ¿Ahh? ¿Sensei? - el chico abrió sus ojos solo para volver a cerrarlos segundos después. Fue el ronquido el que alertó al clon de que el joven se había vuelto a dormir.

El clon estaba evitando hacer ruido que pudiera despertar a la chica en la habitación de al lado, pero el Uzumaki no estaba ayudando mucho que digamos.

— ¡Naruto! ¡Despierta ahora! - medio gritó/susurró.

— Si… quiero ramen, Iruka-sensei.

— No me dejas otra opción, mocoso - el clon se dirigió al baño y llenó un vaso con agua fría. Antes de verterlo sobre el chico, puso una mano sobre su boca para evitar cualquier grito que pudiera emitir y le echó el agua encima.

— ¡Mmmh! - intentó gritar Naruto, sentándose abruptamente en su cama. Su rostro mostraba sorpresa, abriendo excesivamente sus ojos azules.

— Lo siento, pero no despertabas y debo hablar contigo - el clon se justificó en el mismo tono desinteresado que el Kakashi original, provocando que un rubio enfadado quitará su mano de su boca de un golpe.

— Pues gracias eh. Me encanta que me despierten arrojando una cubeta de agua fría en mi cara. De noche. ¡Me encanta! Dattebayo - se quejó irónicamente.

— No era una cubeta, fue un vaso. Pff, a lo que vine. Soy un clon y debo hablar contigo sobre algo que ocurrió hoy - ambos hombres se pusieron serios — Hoy escuché una discusión entre el que administra el hotel y su subordinado. Peleaban porque habían quedado de ver ayer a tres hombres que trabajaban para él. Tres hombres de los que no saben nada desde hace dos noches, y cuyo último rastro los lleva al restaurante donde cenamos esa noche… ¿Entiendes a lo que voy? - el clon enarcó una ceja esperando la respuesta del menor.

— ¿Tres hombres? ¿Desaparecidos desde hace 2 noches? No serán… - Naruto esperaba que la respuesta fuera no, pero ya sabía que no sería así.

— Exacto. Esos hombres que… entraron a la habitación de Sakura, de los que se encargaron Sasuke y tú eran sus putos subordinados y ahora los están buscando - aseveró el clon.

— Mierda. ¿Sakura lo sabe? - la situación era extremadamente grave y el menor se preocupaba de cómo reaccionó o cómo reaccionaría la chica al enterarse…

La joven ya había pasado por bastante, y sumarle esto… Kami permita que no pase a mayores.

— No. Ya te comenté cómo está ella… no es lo mejor en este momento añadirle otra culpa o preocupación. Es por eso que vengo a ti de noche. Necesito que por la mañana vayas a ver a Sasuke y lo pongas al tanto, yo me encargaré de que Sakura no se entere de nada. - ambos hicieron una mueca ante ésto último. Odiaban mantener información oculta de su compañera, pero acordaban en que era necesario por el frágil estado de la chica. Si ella estuviera, aunque sea, en su 50% no tardarían en decírselo ya que saben que podría soportarlo. Pero ese no era el caso.

— Entiendo, yo me encargo, Kaka-sensei.

— Hay algo más. - añadió.

— ¿Más aún? Kami…

— Es posible que los del hotel lleguen a nosotros… - la tensión en ambos crecía con cada palabra. — El trabajador del hotel vino hoy a la posada a preguntarle a la chica de recepción si había visto o escuchado sobre los tres desaparecidos y ella le contó que nosotros llegamos al pueblo el mismo día en que ellos desaparecieron… No tardarán en atar cabos y descubrirnos.

— Esto cada vez se pone peor… ¿Qué vamos a hacer? - Naruto estaba ansioso, sabía que el avance que ellos pensaron que estaban consiguiendo por la información que habían recolectado ese día para la misión se estaba viniendo abajo. Pasaba una mano por su cabeza, sacudiendo su cabello ansiosamente intentando pensar en algo.

— Vamos a mantener un perfil aún más bajo - respondió el mayor. — Vamos a evitar a toda costa el lugar en donde dejaron los cuerpos. A todo esto debo preguntar… ¿Dónde los dejaron? Y ¿Se aseguraron de no dejar ningún rastro que los pueda delatar? - interrogó.

— Los arrojamos a un barranco a las afueras del pueblo… y no, ocultamos nuestro chakra y no dejamos nada pero de todos modos lo confirmaré con Sasuke. Él es más cuidadoso con estas cosas.

— Bien. Avísame. - no podían dejar ningún hilo suelto que los llevará a ellos como autores de la muerte de esos hombres, porque ya eran lo suficientemente sospechosos por sí mismos. — Si puedes, vuelve a cambiar tu apariencia fuera de la posada. La chica de la recepción ya nos conoce, por lo que frente a ella debemos seguir con la que hemos estado usando, pero afuera…

— Entiendo. Lo haré…

— Bien. Sakura misma me recomendó interrogar a la chica usando el sharingan, por lo que lo haré mañana y en cuanto pueda enviaré otro clon o a Pakkun para que hablemos sobre esto.

— Ok. ¿Cómo está ella? - se atrevió a preguntar Naruto.

— No muy bien - suspiró el mayor. — Está alerta todo el tiempo, temerosa, todo le asusta. Lo peor es que se pierde en sus pensamientos por largos momentos, desconecta de la realidad, y estoy seguro que son sus propios pensamientos los que la están apagando minuto a minuto… Ella cree que no me doy cuenta, pero lo hago. - la voz de Kakashi era pausada, con derrochando derrota — Incluso he tomado el tiempo, su récord hasta ahora es de 25 minutos desconectada. Podría haber una explosión justo junto a ella y simplemente no lo notaría - sonrió con ironía.

Ambos hicieron una mueca de lástima. Entendían hasta cierto punto lo que estaba ocurriendo con su compañera, pero no sabían cómo ayudarla…

— ¿Sabes? Antes ella solía perderse en su mundo también, y… encontraba genial que fuera así, porque siempre era sobre algo que había aprendido en el hospital o con Tsunade-sama. La medicina la apasiona a un punto que no comprendo, y… ver sus ojos brillar y hablar sobre eso por horas era… - no pudo terminar su idea, pero Naruto lo comprendió al igual que le llamó la atención el cómo hablaba de la chica.

Por la mente del rubio repasaba una conversación que había tenido con Ero-sennin tiempo atrás, sobre cómo todo el equipo de Kakashi había muerto y como él sufrió por años por no haberlos podido salvar… y cree que eso es lo que está comenzando a pasar. Sabe que los pensamientos destructivos de Sakura están fuera de su alcance, y eso lo estaba comenzando a afectar.

— Estamos haciendo lo que podemos, sensei. Todos nosotros.

— Lo sé… Ahora golpéame - dijo.

— ¿Qué? ¿Por qué? Sensei, entiendo que se sienta mal pero - el chico se atracaba con las palabras, casi con desesperación.

— Naruto, soy un clon. Si vuelvo a la habitación podría despertar a Sakura, ya sea por entrar o por hacer los sellos para deshacer el jutsu. Sólo golpéame para desaparecer - Naruto ya había olvidado que no estaba hablando con el verdadero Kakashi, sino con un clon y entendiendo a lo que se refería por lo golpeó con fuerza en el estómago haciendo que desapareciera con un "poof".

xXxXxXx

De vuelta en la habitación de Kakashi y Sakura, el mayor esperaba despierto el golpe de recuerdos de la conversación que sostuvieron su clon y Naruto. Era una sensación extraña, y si caía dormido era posible que nunca lo recordara ya que vendría en forma de sueño y uno olvida la mayoría de sus sueños al despertar.

Por ahora, Sakura dormía tranquilamente. Estaba de lado, mirando hacia él y para el peliplata era algo divertido que la chica tuviera la boca levemente abierta con un hilo de saliva saliendo de ella… "Si Sakura supiera que la estoy viendo así se avergonzaría y luego me golpearía porque no podría evitar reirme", pensó.

De pronto, el golpe de imágenes y diálogos llegó, aturdiéndolo unos segundos en los que absorbía la información. "Bien… ya están advertidos y mañana hablaremos de cualquier información nueva".

Habiendo aclarado este punto que lo mantuvo preocupado, el mayor se permitió conciliar el sueño.

xXxXxXx

La mañana siguiente los recibió igual que las anteriores. Kakashi dejó la puerta abierta mientras tomaba un baño y Sakura observaba de reojo a Kakashi sentado en el retrete mientras ella tomaba el suyo. Lo "normal". Juntos, fueron a desayunar a la misma cafetería del día anterior y luego volvieron a la posada.

— Lo mejor será que vaya ahora a hablar con la chica - Sakura sabía que era necesario, ella misma lo había propuesto, pero eso no significaba que fuera más sencillo. Sabía que el mayor dejaría un clon, pero eso no era lo mismo… sin ella darse cuenta su labio inferior sobresalió formando un pequeño puchero que fue visto por el mayor — Seré rápido, por lo que hemos visto no tiene muchos clientes, pero si llegara a venir gente nueva sería por la tarde, por lo que debemos aprovechar la mañana para esto. Recuerda que no estarás sola. - añadió.

Sakura intentó recomponerse rápidamente, ya que al parecer era un libro abierto para el mayor. — Lo sé. No se preocupe por mi, Kakashi-sensei. - sonrió para demostrar seguridad. No queriendo ofender a la chica por su (algo patético) intento de demostrar valentía y bienestar, hizo los sellos necesarios que trajeron a una perfecta copia del hombre. Sería él mismo el que interrogaría a la chica y no su clon ya que no había tenido la oportunidad de entrenar y testear el control que estos tenían sobre el sharingan. Y definitivamente no usaría esta instancia como prueba.

— Ya me voy. Cuídala. - dijo dirigiéndose a su clon.

— Sí, sí. Alumna favorita, ya sé ese rollo. Adiós - le respondió este arrojándose a la cama y despidiéndose con su mano.

Para Sakura fue algo gracioso ver cómo ambos Kakashis parecían tener distintas personalidades. La técnica de clones de sombras sólidos, como los de Kakashi-sensei y Naruto no era una técnica que se enseñara en la academia. De hecho, era una técnica prohibida creada por el segundo y si Naruto la conocía era solamente porque antes de graduarse robó el pergamino que la detalla, obviamente fue todo un escándalo, pero no tuvo represalias porque fue engañado por un ninja traidor. Por otro lado, como bien su nombre lo dice, el copy ninja sólo copió la técnica de su alumno…

Es por eso que Sakura no sabía mucho de ellos, los veía constantemente durante entrenamientos y enfrentamientos, pero no era como si hablara con ellos. Desconocía si éstos tenían una personalidad propia, o el "detalle" de que el ninja original recibía toda la información que sus clones habían visto, oído, experimentado, etc.

— Hola. - le dijo al clon.

— Hola, Sakura. - le respondió, luego dio palmaditas en el espacio que había en la cama junto a él en una clara invitación — Ven aquí. No muerdo - los colores invadieron el rostro de la muchacha. — Al menos no fuerte - añadió burlón el clon.

¡Ellos definitivamente son diferentes! Kakashi-sensei es bromista, pero no así. Lo que no sabía la joven, era que Kakashi si bromeaba así, solo que lo hacía con sus amigos Genma, Gai, Asuma, y Kurenai. A sus queridos mocosos solo los sacaba de sus casillas llegando tarde o fingiendo desinterés sobre las cosas que hacían.

— E-está bien - la chica se acercó al clon y se sentó junto a él, mirándolo atentamente. Éste le extendió una mano y la chica la miró confundida. — ¿Ah? - medio preguntó.

— ¿Qué? ¿No es esto lo que hacen? ¿Tomarse de la mano? - ahora el clon ladeaba la cabeza, fingiendo estar confundido. La verdad es que esperaba aligerar el ambiente con la chica. Si ella creía que eran el mismo Kakashi con diferentes personalidades, quizás y sólo quizás se abriría con el clon… pensando que todo lo que dijera nunca llegaría al original, pese a estar viendo el rostro de Kakashi.

— Sí, pero… - intentó crear una excusa.

— Que yo sepa, esto es algo que hacen… que hacemos - insistió el clon. Sakura se encontraba indecisa, pero la curiosidad por el hecho de si sentiría la misma protección que con el Kakashi original le ganó y accedió a sostener la mano del clon.

Fue toda una sorpresa que las manos de ambos se sintieran exactamente iguales… sentía ese mismo calor que la hacía sentir segura por lo que se permitió a sí misma relajarse y recostarse en la cama.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— ¿Qué? ¿A mí no me dices sensei? Ya me están perdiendo el respeto… - Sakura sonrió ya que esa última frase era una que ya había escuchado decir al mayor en otras ocasiones.

— Claro que no, Kakashi-sensei - respondió esta vez.

— Así se dice. Dime, ¿Qué pregunta?

— Cuando no estás - gesticuló con su mano libre — Ya sabes. Aquí. ¿Dónde estás?

— Mmm - el clon puso una mano en su mentón, en señal de estar pensando — Estoy aquí. Sakura, yo soy Kakashi - enfatizó. — Los clones no son como los animales de invocación, no tenemos una dimensión propia, ni un lugar haciendo nuestra vida hasta que nos llaman. Nosotros somos los que nos invocan, por lo que sabemos lo que ellos saben. Quizás nuestro comportamiento cambie un poco, pero es porque somos quien nos convoca con todas sus facetas, temperamento, personalidades, etc y podemos escoger cómo comportarnos en ese momento. ¿Entiendes?

— Osea que, como tú te comportaste antes… ¿Kakashi-sensei se comporta así? - preguntó, evidentemente refiriéndose a su forma casi juguetona de hablar. El clon ignoró por completo el hecho de que volvió a referirse al original como "Kakashi".

— Sí. Quizás nunca lo hayas visto, pero si puedo llegar a ser así.

— Wow - exclamó.

— ¿Te sorprende? Después de todo soy el segundo más grande pervertido de Konoha, y bueno, tengo mis métodos para conocer chicas… A todo esto, no sé si sabías pero soy un hombre de culos.

— Ok. Alto. Creo que esa fue demasiada información y no creo que Kakashi-sensei quiera que la tenga - nuevamente el rubor invadió el rostro de la chica, provocando la risa del clon.

— Bueno, no es como si él tuviera que saberlo… - ahora una de las cejas del clon se alzó en símbolo de una propuesta silenciosa. Sakura se limitó a asentir con la cabeza, accediendo.

Le dio algunas vueltas a lo que había dicho el clon, sobre que Kakashi-sensei no se enteraría… Eso significaba que todo lo que ellos hablaran quedaría entre ellos y cuando el clon se fuera no habría repercusiones.

Era tan tentador… sentía que estaba hablando con Kakashi-sensei, una versión algo más desvergonzada de él, pero seguía siendo él… Era un hecho que se sentía cómoda junto al clon, y tal vez, solo tal vez éste diera buenos consejos, y el tipo de contención que no se había atrevido a pedirle al original.

Sakura rememoró la fatídica noche, el cómo ella estaba fuera de sí cuando sus compañeros llegaron a ayudarla, cómo ella se había aferrado a el mayor mientras se deshacía en llanto, y lo reconfortante que había sido tener un hombro donde llorar, o mejor dicho, un pecho en el que hacerlo. Necesitaba eso de nuevo.

— Kakashi-sensei ¿Yo podría recostarme en ti? - la chica miraba el techo, pero la pregunta ya había escapado de su boca. Hubo unos breves instantes de silencio que pronto fueron llenados por la respuesta del clon.

— Ven aquí - invitó. Sin vacilación, la chica se acomodó más cerca de él y recostó su cabeza en el pecho del clon, justo sobre su corazón, escuchando el latido rítmico de éste. El clon pasó un brazo por la espalda de la chica, dejando caer una mano en los cabellos de ésta en un torpe intento de acariciarla respetuosamente.

Para menos, se sentía extrañamente bien. Estuvieron ahí, recostados en silencio dejando el tiempo pasar. No necesitaban nada más.

— ¿Crees que alguna vez el dolor se irá? - la pregunta tomó al hombre por sorpresa. Detuvo el movimiento de su mano sobre el cabello de la chica por un segundo, para luego retomarlo.

— ¿Quieres la verdad?

— Sí.

— Bien. Creo que existen dos alternativas: Una, el dolor nunca te abandona, pero con el tiempo aprendes a vivir con él. Y dos, ocurre algo que llena el dolor con felicidad y eres capaz de dejarlo atrás - respondió con honestidad. Sabía que la chica necesitaba honestidad. Él mismo había experimentado la primera opción, y lo seguía haciendo. Vivía con el peso del dolor día a día, luego de la muerte de su padre, de sus compañeros, de su sensei. Vivía con su memoria viva cada día. Sin embargo, también había experimentado la segunda opción ya que sus mocosos y sus amigos le permitían ser feliz.

Sakura contempló ambas opciones antes de volver a hablar.

— ¿Cómo consigo la segunda opción?

— Lamentablemente, no existe una receta mágica… pero la tristeza se combate con amor, con amigos, con familia - respondió el mayor.

— ¿Y qué pasa si mis amigos me odian? ¿Si me alejo de ellos? - preguntó dudosa.

— No creo que ese sea tu caso. Tienes amigos y compañeros que te adoran… hasta tu sensei te adora, por algo eres la favorita - dijo sonriendo. — Pero si eso llegara a ocurrir, supongo que te quedaría la primera opción.

— Ya veo… - el silencio volvió a caer sobre ellos.

El clon simplemente se quedó allí, sosteniendola hasta que la chica se separó de él.

— Gracias, por todo. Lo necesitaba.

— Sakura-chan… ¿Sabes que puedes pedirme lo que sea, verdad? Me refiero al otro yo. - el clon sabía que el original se molestaría con él por todo lo que había dicho y/o hecho… pero también que era necesario, después de todo era su propia idea.

— Lo sé. Gracias. - la chica dio la conversación por terminada.

xXxXxXx

En el piso de abajo, el verdadero Kakashi había logrado arrastrar a la chica en una habitación vacía. La verdad es que no había sido nada difícil, Kakashi sabía que la chica estaba tras él, por lo que simplemente la sedujo y la puso bajo el efecto del sharingan usando el genjutsu jinmon.

— Dime de nuevo, ¿Quién es Yuu?

— Yuu trabaja en el hotel Rafu. Es la mano derecha de Masayoshi.

— ¿Quién es Masayoshi?

— Es el que dirige el hotel y amigo de Hiroaki. Ambos son peligrosos.

— Háblame sobre Hiroaki - instó Kakashi.

— Es el líder de la banda Hikari, la que monopoliza el pueblo. Llegaron hace cinco meses, y se encargan de todo.

— ¿Qué relación tienes con ellos?

— Yo… - la chica se interrumpió a sí misma, lo que llamó la atención del ninja. Si bien el genjutsu jinmon era un genjutsu de interrogación, la funcionalidad de éste depende de la voluntad del sometido… y la joven se estaba resistiendo ahora.

— Tara, necesito que me digas qué relación tienes con Hiroaki y con Masayoshi ¿Bien? Te prometo que nada va a pasarte - insistió el ninja.

— Yo… ellos - la chica tomó una respiración profunda — Hotaka, uno de los miembros de Hikari, él… a veces me pregunta si hay alguna forastera alojada aquí - respondió finalmente.

Así que la "dulce" Tara ayuda a la banda, pensó el ninja.

— ¿Qué hace con las chicas? ¿Te pagan?

— Él… las vende a prostíbulos, o a gente poderosa de Amegakure… A cambio ellos, me dejan en paz. Ellos no me tocan, no me molestan…

— ¿Qué hay de Masayoshi?

— Nada. Sabe que no me puede tocar, pero cuando su hotel se llena, él envía a algunos clientes aquí. - El mayor no veía que la chica pudiera brindar más información relevante. Solo era un simple peón en el tablero…

— Ok, Tara. Ahora vas a olvidar todo lo que acaba de pasar desde que me viste bajar por las escaleras esta mañana. Los tres clientes de arriba son inofensivos, pasan la mayoría del tiempo en su habitación y no molestan a nadie. No los has visto hablar con nadie. Repítelo. - ordenó Kakashi, pasando a la parte de alterar los recuerdos de la chica.

— Los tres clientes del segundo piso son inofensivos, casi no salen de su habitación, no molestan a nadie. No los he visto hablar con nadie.

— Bien - el copy ninja desactivó el genjutsu que había puesto en la chica, la cual debería desmayarse por unos minutos. Una vez cayó inconsciente éste la puso sobre su hombro y la llevó nuevamente a recepción, donde la dejó sentada en su silla tras el mostrador.

Conforme con el trabajo que había realizado, volvió a su habitación esperando que su clon se haya comportado bien con su alumna...


N/A: Un poco de tensión, un poco de humor, un poco de sentimentalismo... ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué les está pareciendo la historia?

Cuídense mucho! y nos estamos leyendo.

Moonlight.