Después de la desaparición de Brooklyn, la sensación de culpa en Mitzy era demasiada, pero no podía hablar con nadie al respecto. Quería saber que estaba bien, a pesar de decidir casarse con Kai, Brooklyn seguía ocupando sus pensamientos.
Mitzy no tenía personas de confianza en la ciudad, su única amiga estaba en su ciudad natal, Amsterdam. A pesar de que su familia se fue para buscarle un pretendiente de buena posición, Mitzy tenía contacto mes con mes con su amiga, Lilith Halla.
Mientras Mitzy se preparaba para volverse la señora Hiwatari, su segunda carta del mes llegó a Amsterdam unas semas después.
– Señorita Halla, le llegó otra carta –
La chica la abrió con emoción al ver que era de Mitzy, dos cartas casi juntas, algo grande debió haber pasado, dudaba que Mitzy e hubiese pasado lo que a ella, donde olvidaba contar algo y mandaba otra carta.
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Lily:
Sé que apenas te escribí, pero si hay alguien a quien tenía contarle esto, eres tú.
Después del baile que hubo en el castillo Hiwatari, me ha pedido casarme con él y acepté.
Espero asistas a la boda, quiero que me cuentes sobre todos esos pretendientes que te consigue tu padre.
P.D. Brooklyn ya sabe sobre la boda
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Lilith no podía creer lo que leía, era una gran noticia, considerando lo mucho que le contaba que quería a Brooklyn, la conocía bien, su amiga no se aceptaría casarse con cualquiera por más "ideal" que sus padres lo consideraran para ella.
Lilith salió casi corriendo de casa y fue a visitar a su amigo de la infancia, Glen Koning.
Glen era un chico de baja estatura comparado con la mayoría de los hombres de la ciudad, además sus rasgos finos y su larga cabellera negra lo hacían lucir hermoso y delicado, pero en realidad era un aspirante a policía, manejaba todo tipo de armas y se defendía perfectamente en combate, aún con su porte delicado, siempre mostraba un rostro serio y mayormente inexpresivo.
– ¡Glen! –
Lilith entró corriendo a su estudio y casi tropieza con la alfombra. Glen miró a su amiga, la dulce chica pelirroja que era tan torpe que a veces sentía pena por ella. No era buena haciendo amigos, pero entre él y Mitzy, no necesitaba más, o eso decía ella.
Lilith le contó sobre la boda, le pidió ir con ella, pero Glen estaba en medio de un caso, no pensaba ir a ningún lado hasta resolverlo.
Sin embargo, Glen para tranquilidad de la familia de su amiga, la acomodó con alguien de confianza para que la llevaran.
Mitzy por su parte, seguía con sus preparativos, lo que más odiaba era la idea de usar un vestido blanco ¿Qué tenía de malo usar uno negro?
Aunque eso no era lo que más ocupaba su mente, además de su preocupación por Brooklyn, estaba ansiosa por la boda, en especial después de aquel día en que Kai la mando a llamar al castillo para que conociera su futura casa.
Kai le dio un recorrido especial, donde se aseguro que ninguno de sus sirvientes los molestara. Mientras Mitzy miraba emocionada los libros en el estudio de Kai, este se acerco a dar leves besos en su cuello, causando que Mitzy no tardara en cambiar su atención hacia su prometido. Kai la sentó sobre el escritorio y la besó con intensidad, antes de darse cuenta, piernas de Mitzy estaban en el aire mientras su prometido devoraba con pasión la vagina de Mitzy. No hicieron nada más, pero la habilidad de de la boca de Kai dejó a Mitzy deseosa de que no la soltara hasta que la volviera completamente suya.
– Fue un adelanto –
Le dijo Kai mientras saboreaba el sabor de su amada en su boca
– Para que te ayude a pasar las noches hasta que llegue el momento en que te haga mía –
Y así había sido, aquel recuerdo servía a Mitzy como inspiración para tocar su cuerpo en las noches, Kai simplemente supo darle lo que necesitaba.
Mitzy estaba en su cuarto mirando por la ventana hacia el castillo, anhelando que llegara el día de la boda para estar con Kai, cuando al reconocer la roja cabellera gritó.
– ¡Lily! –
Bajó corriendo a encontrar a su amiga, a quien llevó a su habitación, le contó todo sobre la boda y Kai.
– Descansa del viaje, mañana iremos a donde podamos hablar sin interrupciones –
Ese día la familia de Mitzy preguntó si ya estaba comprometida, la chica contó sobre los pretendientes que le conseguía su padre, pero hasta ahora no había nadie con quien pensara en comprometerse.
– Buenas noches –
Saludó Kai al entrar, Mitzy estaba emocionada de verlo al igual que sus padres, pero Lilith sintió miedo al ver aquella mirada, se puso nerviosa. Mitzy lo presentó con ella y Kai se portó del mismo modo educado que con la familia de Mitzy. Kai la invitó a acompañarlos a dar una vuelta y así conocer a la amiga de Mitzy.
Lilith estaba nerviosa, jamás salía de noche, temía que algo pasara. Kai dijo que todo estaba bien y de ser necesario las protegería.
– ¿Y por qué no la visitas en el día como una persona normal? –
Mitzy explicó que Kai trabajaba todo el día y sólo podía visitar en las noches.
– Si tanto te quiere podría hacer tiempo para ti –
Kai se molestó con la insistente curiosidad de la chica, quien de una u otra forma trataba de hacerlo decir ir qué de visitar a esas horas, en definitiva Lilith se había ganado el desagrado del chico, quien se retiró antes de lo habitual.
Lilith no tardó en decirle a su amiga que ese chico escondía algo, quizá era malo.
– No todos son como la gente que persigue Glen, además, dime el nombre de alguien en quien confíes que no seamos Glen y yo –
Las chicas fueron a dormir, Lilith se acomodó en la cama de su amiga y la abrazó para dormir, tal como lo hacía cuando eran pequeñas y Mitzy se escapaba a su casa cuando caían truenos en la noche, pues sabía lo mucho que le asustaban.
– Hoy no Kai –
Susurró de forma casi inaudible a su mano mientras apagaba la linterna, Lilith había caído rendida de cansancio del viaje.
A la mañana siguiente, las chicas no perdieron tiempo en salir, había tanto de qué hablar que no podían mencionar en casa. Mitzy llevó a Lilith a almorzar bajo los árboles cerca del lago, donde podía ver su futura casa y lo más importante aún estando a la vista de todos, tenían privacidad para hablar.
Mitzy le contó con lujo de detalles todo sobre Brooklyn y sobre Kai, la pelirroja estaba boquiabierta y sonrojada de vergüenza de si quiera imaginar estar a solas con un hombre.
– Es mejor que aprendas – comió una uva – cuando te cases tendrás que hacerlo con tu esposo –
Lilith no deseaba pensar en eso, no estaba lista. Apretó su vestido y le contó a su amiga.
– Papá me dijo que si no elijo a un pretendiente antes de mi cumpleaños, me casará con el que más me convenga –
Mitzy sabía a lo que se refería, la casarían con quien tuviera más dinero y ofreciera más riquezas a su familia.
– No quiero hacer algo así con un hombre… –
Agregó su amiga, quien parecía que lloraría en cualquier momento.
– Es diferente cuando lo quieres –
Le explicó Mitzy, quien trató de hacerla entender lo que se sentía. Lilith miraba a su amiga escuchando lo que decía, cuando su mirada se perdió completamente al ver pasar a un chico pálido con una cabellera roja como el fuego y una mirada dura y amenazante, no pudo evitar sonrojarse. Mitzy al ver que la atención de su amiga desapareció, volteó a buscar la distracción y soltó una risa pero no dijo nada, se limitó a ver a su amiga perdida, hasta que el chico se percató que era observado. Lilith trataba de actuar como si nada, pero no podía dejar de mirar de reojo hasta que llegaron a buscarlas, era hora de la prueba de vestido con los arreglos y accesorios. Las chicas pasaron al lado del pelirrojo y los dos chicos que lo acompañaban, Lilith casi tropieza tratando de ocultar su vergüenza.
En casa Mitzy mostró el atuendo completo para su boda, se miró al espejo y se emocionó, faltaba menos para ser la señora Hiwatari.
Una vez más Kai visitó en la noche, esta vez Lilith se colocó detrás de su amiga, la desconfianza se notaba en sus ojos. Kai anunció que todo estaba listo para la vida, tratando de actuar normal ante las miradas de Lilith.
– El domingo de la próxima semana será la boda –
Anunció Kai, los padres de Mitzy estaban felices, al igual que su amiga. Nuevamente salieron en la noche, Kai no toleraba a Lilith, así que mientras caminaban y Lilith asustada miraba alrededor, jaló a Mitzy entre los árboles y antes de que Mitzy dijera algo por su amiga, la besó.
Lilith y su naturaleza torpe y despistada la llevaron a tardar en darse cuenta que ahora estaba sola, caminó despacio por las calles, asustada. Mientras en la obscuridad de un callejón Kai besaba a Mitzy, tanto se estaban dejando llevar que Mitzy había bajado su mano a la entrepierna de su prometido, estaba duro y caliente.
– ¿Mi… Mitzy? –
Lilith comenzó a sentir que sus piernas temblaban del miedo, escuchó algo detrás de ella.
Mientras Mitzy se preparaba para sacar el miembro de Kai, Lilith sintió como la jalaron girándola, gritó asustada al instante. Mitzy reconoció el grito y soltó a Kai, tenía que ir por ella.
Cuando llegaron, encontraron al pelirrojo de la tarde sujetando a alguien contra la pared y a Lilith llorando.
– ¡Lily! –
Mitzy corrió a abrazar a su amiga.
– Señorita Mitzy, no permitiré que se case –
Dijo el chico que estaba contra la pared y soltó una risa histérica al tratar de liberarse para atacar a las chicas, pero fue neutralizado por el pelirrojo a la par que en segundos Kai se puso frente a ellas.
Los dos chicos que estaban con el pelirrojo en la tarde llamaron a las autoridades, a pesar del disgusto de Kai, quien deseaba matar a Brooklyn por pensar si quiera en lastimar a Mitzy.
Mitzy agradeció al chico por salvar a su amiga, quien a penas y logró decir un gracias audible escondida detrás de Mitzy sonrojada por la presencia del chico, quien la miró e hizo un gesto con la cabeza, esa mirada penetrante y agresiva, fría como el hielo del invierno, la puso nerviosa pero a la vez no podía dejar de ver aquellos ojos.
– Ten cuidado la próxima vez –
Dijo a Lilith mientras se alejaba. Después de la conmoción Kai llevó a las chicas a casa y mandó a cuidar a Mitzy, quien ahora sería vigilada hasta el día de la boda.
Un par de días después de aquella noche, la ciudad no paraba de hablar de que Brooklyn había "desaparecido" de la celda y lo único que había quedado era un rastro de sangre.
Mitzy estaba preocupada por Brooklyn, jamás imaginó que pudiera ser capaz de algo así. Lilith tenía miedo. Mientras hablaban en casa, para calmar a su amiga, Mitzy decidió bromear un poco.
– ¿Sabes Lily? Deberías buscar y agradecer a tu salvador, estoy segura que no se negaría a tus atenciones –
Lilith no estaba de humor para bromas.
– No digas esas cosas, en verdad me asusté, esto es algo serio, además Brooklyn desapareció de nuevo y… –
Mitzy se molestó de recordar a Brooklyn de aquella manera.
– Ah pero si te gustaría agradecerle ¿No? –
Lilith se sonrojó y se puso nerviosa.
– Lily, tienes el pretexto ideal para acercarte al chico que te gusta. ¡Y no me digas que no te gusta! Ese día en el parque no dejaban de mirarse –
Lilith se metió avergonzada a la cama.
– Sólo me ayudó por que pasaba por ahí, no significa nada –
Mitzy suspiró ante la necedad de su amiga y se preparó para dormir.
Al día siguiente salieron escoltadas de los trabajadores de Kai, quienes se mantenían alertas pero a una distancia prudente para no molestar a las señoritas.
– ¿A dónde vamos? Deberíamos estar en casa, es peligroso –
Mitzy llegó a una casa y se acercó a la puerta, Lilith la miraba de lejos mirando a todos lados nerviosa cuando abrieron la puerta y vio a un enorme rubio y lo reconoció de inmediato, era uno de los chicos que estaban con el pelirrojo. Corrió a esconderse detrás de Mitzy.
– Venimos a agradecer a su amigo –
Lilith estaba nerviosa, los chicos las dejaron pasar, mientras el platinado llamaba al pelirrojo, el rubio las pasó a la sala y fue por algo de beber. El pelirrojo llegó a la sala, con aquella mirada seria, Lilith se puso nerviosa.
– Agradezco que salvaras a mi amiga, ¿Aceptarías acompañarla el fin de semana a mi boda con Hiwatari? –
Lilith sentía que moriría de vergüenza, el chico miró la invitación que le entregó Mitzy, miró a Lilith.
– Claro que si necesitas tratarla primero, puedes invitarla a salir –
Lilith se acercó a sujetar a Mitzy para tratar de hacerla parar.
– Bien, escóltenla mañana hasta aquí –
Agregó una frase en un idioma que ninguna de las dos reconoció.
Una vez fuera de vuelta en casa Lilith regañó a Mitzy por lo que había hecho.
– ¿De qué hablas? Te conseguí una cita con tu chico –
Apenas acabó la frase, Mitzy la hizo probarse algunos de sus vestidos, la haría impresionar al chico.
El pelirrojo y el platinado llegaron por Lilith a las 10 de la mañana, Lilith usaba uno de los vestidos negros de su amiga pero sentía que su escote era demasiado, además el corsee la hacía resaltar su cuerpo y eso no le agradaba. Nadie dijo nada en el camino, cuando llegaron a casa, el pelirrojo la esperaba y ambos chicos salieron, dejándolos solos.
Lilith se puso nerviosa, ni sabía qué debía hacer o decir.
– Me llamo Yuriy –
El chico se sentó como si nada en el mismo sillón que Lilith.
– Li… Lilith, me lla .. me llamo Lilith –
No podía dejar de mirar hacia abajo.
– ¿Estás de acuerdo con que te acompañe a la boda? –
Lilith asintió en silencio mirando aún sus piernas.
– Me alegro, no me gustan esos eventos, pero sí la compañía –
Lilith se sonrojó e inevitablemente volteó a verlo. El pelirrojo se acercó a ella, acomodó su cabello detrás de su oído y le dijo.
– Por si no te haz dado cuenta me gustas –
Se alejó de su oído.
– No estás comprometida o algo así ¿Cierto? No quiero que llegue un loco a decirme que deje a su chica –
Lilith negó con la cabeza.
– No hablas mucho –
Tomó un poco de té, bajó su taza y miró con atención a la chica, no iba con la personalidad que demostraba, pero le gustaba lo que veía en aquel vestido. Lilith recordó lo que le dijo Mitzy, "debes agradecerle" sonó en su cabeza. Lilith acercó su mano hacia Yuriy sobre el sillón, él respondió poniendo su mano sobre ella. Lilith se puso nerviosa, Yuriy se acercó a ella. La chica podía sentir la respiración de Yuriy sobre ella.
– No haré nada que no quieras –
Lilith miró dentro de aquellos ojos de hielo y se acercó un poco, sus labios estaban a nada de rozar. Yuriy hizo el movimiento final besando a la chica, quien se perdió en aquel beso, llevó sus manos alrededor del cuello del pelirrojo quien se acercó más y la abrazó por la cintura.
Yuriy comenzó a besarla en el cuello, ni entendía que era eso que sentía, peri no quería detener al chico, quien no tardo mucho en comenzar la parte de sus pechos que salía por el escote, Lilith no sabía qué hacer, hasta que la lengua del pelirrojo subió desde el escote hasta sus labios, mientras la besaba, llevó una de sus manos a los pechos de Lilith, bajó el escote liberando su seno, bajó y lamió aquel pezón, causando un gemido en la chica quien llevó su mano a la boca y ahí, succionó.
Lilith gimió, Yuriy la acomodó en el sillón, la besó de nuevo y colocó su frente contra la de Lilith.
– ¿Quieres que me detenga? –
Lilith, con una respiración agitada logró responder.
– Continua –
Yuriy subió su mano por la pierna de Lilith hasta sentir su vagina, estaba húmedo, la miró de nuevo y empezó a jugar con sus dedos, Lilith empezó a gemir más fuerte. Yuriy metió sus dedos en la chica y en cuestión de segundos el sonido húmedo era li único que acompañaba los gemidos de Lilith.
– Te pagaré por salvarme –
Dijo la chica mientras los dedos de Yuriy entraron en ella, se detuvo y salió despacio. La miró y le pidió que se sentara. Lilith no entendió qué había pasado.
– No quiero que lo hagas por compromiso –
Lilith trató de entender si en verdad quería que pasara lo que hicieron o si en verdad era un pago por ayudarla. Su rostro se mostró triste y trató de disculparse.
– Te veré para la boda, pero si cambias de opinión podemos terminar esto –
Lilith se avergonzó
– Yo… se supone debería hacerlo… sólo con quien sea mi esposo –
Se levantó avergonzada, se había sentido bien pero había dejado creer al chico algo que no quería hacer, no de esa forma. Yuriy se mostró molesto al sentirse rechazado.
– Me… me gustó lo… lo que hacías, pero… no somos nada… así no pue… –
Yuriy la besó sin dejarla acabar.
– Entonces sé mi novia y si esto funciona, haremos lo demás –
Lilith aceptó aún avergonzada y Yuriy la llevó a casa de Mitzy, eran cerca de las cuatro de la tarde cuando Lilith volvió.
– Te tomaste tu tiempo, ¿Cómo le pagaste? –
Mitzy sonrió traviesa, cuando Lilith le contó lo que pasó se emocionó.
– ¿No te das cuenta? –
Lilith la miró sin entender
– Son novios hasta que lo dejes ir más allá, es como si fueras su prometida y una vez que se casen –
Lilith soltó un grito avergonzada, se puso roja.
– Ya no tendrás que casarte con quien quiera tu papá si te quedas con el pelirrojo –
¡Su papá! ¿Cómo explicaría a su padre que tenía novio? Mitzy estaba emocionada por su amiga y cuando Kai la visitó en la noche, le contó que si todo iba bien, ellos asistirían como invitados a una boda pronto. Kai vio lo importante que fue esa información en la amiga de Mitzy, sonrió, seguramente con eso dejaría de enfocarse en ellos.
