Quiero disculparme si dejo algunos errores ortográficos, a veces por más que lo leo despacio no los noto. Quiero agradecer a todas las personas que han leído estos capítulos aún si no han dejado un comentario, es muy significativo para mí.
Creo que han visto hacia donde se dirige esta historia, espero no decepcionarlos con mi concepción de Trunks.
…
"Veneno la confusión,
Veneno yo"
Veneno, Zoé
…
IV
Dual
…
«¿Bardock? Bardock».
Aquel nombre sacó a Trunks de su terror nocturno. ¿Dónde había escuchado ese nombre…? Su padre, su padre le había mencionado alguna vez ese nombre, y había dicho que era…
Y Trunks le miró el rostro con dolor. No había duda, con ese rostro y esa cabellera era difícil… ¡Era el padre del señor Goku! ¡IMPOSIBLE!
—Tienes un extraño color de cejas —dijo Bardock, cruzándose de brazos—, es un color extraño para un sayajin…
—Lo sé, —le interrumpió Trunks—. Mi padre me dijo que el vello de los sayajines es generalmente oscuro, pero yo soy mitad terrícola.
Bardok se llevó los dedos a la barbilla con interés.
—Así que terrícola, ¿eh?
—¿Conoce la tierra?
—No. No en realidad.
Bardock le miró con curiosidad.
«¿Será posible qué?... Su cara se me hace familiar, pero no me parece que…»
—No soy descendiente de usted, si se estaba preguntando eso —dijo Trunks.
Bardock se sentía confuso. Le miró, esperando algo, sin saber que preguntarle a ese extraño chico.
Trunks miraba, por la ventanilla, pasar el espacio oscuro con estrellas brillantes a lo lejos.
—Yo soy hijo del príncipe Vegeta.
—¡¿Príncipe Vegeta?!
Bardock no pudo evitar su sorpresa. Trunks le miró con seriedad y Bardock se repuso enseguida, cuando miró a los demás girar las cabezas, en penumbra, hacia ellos.
—Así es —dijo Trunks.
Bardock parpadeó con perplejidad.
«¿Vegeta? ¿Hijo de Vegeta? —pensó Bardock. Una gota de sudor rodó desde su frente hasta su barbilla—. Ahora que lo veo bien, se parece, se parece al chiquillo».
Se aclaró la garganta y se puso serio.
—¿Y por qué dijiste que no pensara que eras descendencia mía? —refutó Bardock con desconfianza.
Trunks parpadeó algo contrariado. Sabía cómo lo había mirado.
—Bu-bueno, porque supongo que usted es el padre del señor Goku, digo Ka-Kakaroto…
Bardok abrió los ojos desmesuradamente y Trunks apreció el gesto familiar con extrañez.
—¿N-no es así?
Bardock afirmó con la cabeza.
—Sí, tengo o tenía un hijo llamado Kakaroto, pero cómo es que tú…
Pero su conversación fue interrumpida.
«Atención a todos —dijo una voz femenina a través de los altavoces esparciéndose por cada rincón de la nave—, se les informa que se hará una parada en los siguientes tres minutos. Coordenadas 5012 ath 43 dm, base menor oficial del escuadrón 3».
Los dos hombres enarcaron una ceja. La bocina en el techo dejó de sonar y todos comenzaron a ponerse los cinturones, preparándose para el aterrizaje.
Bardock miró a Trunks por unos segundos y luego giró el cuerpo.
—Tenemos una conversación pendiente… Trunks —dijo y fue a su lugar.
Trunks suspiró y se abrochó con parsimonia, mientras pensaba en el extraño encuentro que acababa de tener. ¿Cómo el padre del señor Goku estaba en la misma nave qué él? Estaba muy confundido, además de que en un principio pensó que era Black… eso casi lo había trastornado.
Por otro lado Bardock regresó a su asiento. Oleg le había hecho llegar el recado de Chronoa sobre un sayajin, pero él no era sólo sayajin, también era terrícola, del planeta tierra, a donde había enviado a Kakaroto años, muchos años atrás. Siglos en realidad. Él mismo había viajado a través del tiempo y, en este momento, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado.
En todo caso, ese joven afirmaba ser hijo del príncipe Vegeta, un hijo hibrido, ¿era eso verdad? ¿Debía creer a sus palabras?
Bardock se mordió el interior de la mejilla. Cruzado de brazos deseó tener una de sus premoniciones, al menos así podría comprobar la verdad.
Si era así, entonces tenía al mismísimo hijo del príncipe, la sangre real, en frente, ¿pero qué diablos hacía en el bote de basura renegada, exiliada y marginada que era el ejército?
Y conocía a Kakaroto, al parecer. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cómo había terminado el príncipe Vegeta teniendo un hijo mitad terrícola, precisamente terrícola?
La nave entró en turbulencia por unos segundos y después la inercia se sintió levemente bajo sus pies.
«Hemos llegado a nuestro destino. Las puertas se abrirán dentro de tres segundos. Les recomendamos que…
Y la voz de la máquina se perdió bajo el barullo de los guerreros al ponerse de pie y moverse hacia la salida. Trunks los observó casi correr hacia la salida entre gritos de camaradería.
—¿No piensas bajar? —le preguntó Bardock ya frente a él.
Trunks no había pensado en bajar, no sabía a dónde habían llegado y tampoco le importaba.
—Te aseguro que después la buena comida escaseará.
—La comida es escasa Trunks —dijo Mai colocando tres latas sobre la mesa—. No sé cómo alimentaremos a todos…
—¿Te encuentras bien?
Trunks dio un respingo. El estómago le dolía de hambre, pero siempre dolía, ese era un dolor aceptable, un dolor conocido y mal hábito bienvenido.
—Vamos, tenemos mucho de qué hablar —decidió Bardock.
Trunks comenzó a desabrochar su cinturón cuando Bardock ya pisaba la compuerta. Se echó la correa del arma en el hombro libre y una cruz de correas atravesó su pecho.
Salió de la nave bajando el puente, afuera hacía calor y una ligera brisa le golpeó la cara. Trunks observó varios puestos a lo largo de una ancha calle llena de gente. Bardock caminaba por el centro de ella. Trunks comenzó a caminar tras él, al poco tiempo Bardock elevó una vieja y rota lona de un puesto y se adentró en él. Trunks le siguió.
Adentro había un par de mesas bajo una luz muy suave, el calor era más fuerte debido a la humeante cocina, pero soportable.
Bardock ya estaba sentado en una mesa puesta en una esquina. Trunks caminó no muy convencido hasta él, habría preferido quedarse en la nave. Se sentó frente a él, puso el arma y la espada a un lado del asiento, como Bardock.
—Estas baratijas son un estorbo —dijo Bardock—. ¿Tú espada es de buen filo?
Trunks miró el estuche y el mango que sobresalía de él.
—Ahora está rota —dijo—, pero pronto regresará a su estado normal.
—Vaya… ¿tiene propiedades mágicas?
—Supongo que sí… —dijo sin mucho interés.
—¿Puedo tomar su orden?
El camarero se había acercado a ellos. El hombre parecido a un renacuajo, con enormes ojos y piel azul les miró.
—¡Señor, Bardock! Que gusto verlo, ¿le sirvo lo de siempre?
—Que sean dos.
El hombre parpadeó y después de asentir regresó a la cocina.
—Entonces dime, ¿conoces a mi hijo?
Bardock se había dado cuenta de cómo le había mirado al principio, cuando se acercó a él. Era terror puro en sus ojos.
—Sí, si nos referimos al mismo Kakaroto, entonces sí.
—Envié a mi hijo recién nacido al planeta tierra… pero no supe más de él.
Trunks no sabía si contarle todo lo que sabía, pero era su padre y estaba mostrando interés en él.
—Kakaroto, o Goku, como fue nombrado en la tierra, se crío en ese planeta. Tengo entendido que lo crió un anciano, al que mató por error al convertirse en ozaru. Luego él, él co-conoció a mi madre de pequeño. Cuando se convirtió en un adulto se casó con una mujer llamada Milk… tuvo un hijo que se llamaba Go-Gohan y actualmente tiene un hijo llamado Goten.
Los camareros comenzaron a servir platos alrededor de toda la mesa.
—¿Tenía?
Trunks se rascó la patilla, pensativo.
—Verá, es una historia complicada.
Bardock lo miró embrollarse, pero preguntó lo que más le interesaba.
—¿Derrotó a Frezzer?
Trunks lo miró con sorpresa.
—¿Có-cómo…?
—Sólo dime si derrotó a Frezzer —exigió Bardock con mirada lúgubre.
—Sí, sí lo derrotó.
—¿Convertido en súper sayajin?
Trunks no dejaba de mirarle con desconcierto.
—Sí, la primera vez el señor Goku alcanzó el nivel de súper sayajin.
—¿La primera vez? ¿Cómo?
—Él regresó hace tiempo, el resto de su ejército lo revivió y… y é-él y mi padre lo volvieron a derrotar…
Bardock tomó una enorme pierna, le arrancó un pedazo de carne y comenzó a masticar con velocidad.
«¿La primera vez? ¿Es que mis visiones no fueron acertadas?».
—Disculpe que le pregunte, pero ¿por qué nunca le ha ido a visitar?
—Kacharoto —dijo Bardock remoliendo un pedazo de carne—, Porque mi tiempo no es el suyo… no he querido interferir en su vida, he viajado mucho por el tiempo y eso es peligroso.
—Sí… entiendo… —musitó Trunks y miró el mantel sucio de la mesa con pesar.
—¿No piensas comer?
Trunks negó casi imperceptible con la cabeza.
Bardock suspiró de igual manera. El chico estaba desinflado, deprimido hasta los huesos. Se daba cuenta desde lejos.
—Deberías hacerlo, puedo escuchar tu estomago desde aquí —soltó Bardock.
—No, no tengo apetito.
Bardock se echó a reír.
—¡Nunca escuché a un sayajin decir semejante cosa!
—Bueno, yo soy mitad terrícola y nunca he comido demasiado en mi vida…
La voz de Trunks se apagó a la mitad de su defensa.
—Entonces mi hijo sí derrotó al malnacido de Frezer ¡Lo sabía! ¡Mi hijo derrotó a ese malnacido de Frezer! ¡El hijo de un clase baja!
Trunks lo miró sonreír y luego largarse a reír con júbilo. El resto de los comensales empezó a murmurar, pero el hombre no les puso atención, a Trunks poco le importó.
—Dios, uff —dijo Bardock al limpiarse la frente del sudor.
Trunks no entendía muy bien su comportamiento, esa alegría, pero podría darse una idea.
—¿Y por qué me ha preguntado eso? ¿Había escuchado algún rumor?
—Digamos que sí —dijo y se puso serio—, quizás te lo diga si me dices cómo es que eres hijo del príncipe Vegeta y cómo es que terminaste aquí.
Trunks consideró la oferta.
—Le diré sobre mi padre… pero no sobre porqué estoy aquí, si a cambio usted me dice cómo fue que terminó aquí.
—De acuerdo.
Trunks miró la carne sobre su plato. Su boca comenzó a salivar, su estómago a reclamar. ¿Hace cuánto que no daba una comida decente? La última había sido en Corporación Capsula, pero su estómago estaba tan acostumbrado a no comer en abundancia, que incluso allí se había limitado. Él y… Mai, se habían limitado con la comida.
Tomó la pieza de carne y se la llevó a la boca, masticó un poco y luego habló.
—Mi padre buscó a su hijo porque tenían la idea de acabar con Frezer con ayuda de él —dijo y la atención de Bardock quedó plasmada porque dejó de comer—, sin embargo el señor Goku se reusó. Raditz, s-su otro hijo y él entablaron una batalla en la que ambos… ambos perdieron la vida.
Bardock parpadeó perplejo. ¿Radiditz? ¡Dios!
—Para ese entonces mi padre con otro sayajin, llamado Napa, iban con destino a la tierra…
»En la tierra los amigos del señor Goku lo revivieron con la ayuda de unas esferas que cumplen deseos. Él y mi padre tuvieron una gran pelea y Goku le perdonó la vida. Mi padre escapó y supo que Frezer iba en busca de las esferas de los Namekusein, que eran mucho más poderosas que las de la tierra.
»Mi madre, su nieto Gohan y otro amigo viajaron al planeta para detenerlo, y el señor Goku llegó poco después. Al final mi padre y Goku se enfrentaron a Frezer, mi padre murió y el señor Goku se convirtió en super sayajin y logró terminar con Frezer. Él no murió y regresó a la tierra buscando venganza donde esta vez él… él fue derrotado junto a su padre, el Rey Cold.
»Con la ayuda de las esferas mi padre también regresó a la vida y eventualmente formó una relación con mi madre y así fue como yo nací.
Mencionar a su madre le atormentó de dolor y la comida le supo a acido, mientras que Bardock regresaba a lo suyo.
Siguieron comiendo por unos minutos hasta que Bardock se decidió a hablar.
—Yo me enfrenté a Frezer… antes de que destruyera el planeta. Sabía de sus planes de erradicarnos, pero no pude derrotarle, el muy malnacido hizo explotar nuestro planeta. Yo sobreviví debido a un agujero de tiempo. Viaje muchos años atrás en la historia, tiempo después Chronoa me encontró y desde entonces he ido viajando de lugar en lugar ayudando en algunas batallas, pero hace tiempo que me encuentro aquí.
—Ya veo…
Después de eso Bardock se dedicó a comer, Trunks lo miró de reojo, tenía un estilo muy parecido al de su hijo. Un tiempo después le fue imposible comer más.
—¿No te lo vas a acabar? —preguntó Bardock.
Trunks negó con la cabeza. Bardock terminó limpiando la mesa.
—¡Ay, pero qué bien! —dijo y se palmeó el abultado vientre.
Trunks bebió el vaso entero de agua. De pronto no sólo se sentía vacío, si no insignificante, como las gotas hundidas al final del vaso.
—Tenemos que regresar —dijo Bardock y se puso de pie—, hoy tendremos una nueva misión.
Trunks sin más le siguió.
De regreso en la nave todos hablaban, parecían un grupo que se conocía de tiempo. Miraba a Bardock conversar con otros soldados, y cada vez le parecía que le sacaba más parecido con el señor Goku, en sus formas y movimientos, Bardock era más serio e imponía de una manera diferente, algo… algo más parecido a su padre. ¿Lo habría conocido? En ese tiempo su padre debió contar con pocos años. Quizás… quizás le preguntara.
La nave despegó después de un rato, Trunks habría preferido ir a dormir otra vez, pero temía volver a tener una pesadilla dentro del tubo.
Pasadas unas horas la nave paró en seco y luces rojas iluminaron el lugar. Trunks se puso de pie como un resorte y miró confundido el ajetrear que había invadido a sus nuevos compañeros.
«Se ha detectado un código 13. Repetimos código 13…
Trunks miró correr a todos hacia la parte posterior de la nave, en cuanto estuvo en el andén, la compuerta grande se abrió.
Entonces no necesitó preguntar qué era exactamente lo que sucedía.
Era una guerra.
Abajo, en un pequeño planeta las explosiones nacían desde la tierra y crecían como hongos a una pasmosa velocidad.
—¡Todos pongan atención! —gritó el capitán Oleg, tomando fuertemente su arma—. Esta intromisión no ha salido como esperábamos, el planeta está siendo invadido. Nuestro sistema ha logrado entrar al de las naves atacantes, sabemos que sus intenciones son —y caminó por el medio de las dos filas que los guerreros formaban— ¡Exterminar a los habitantes y obtener los recursos minerales del planeta!
Un murmullo de desaprobación e ira llenó el ambiente.
—Debemos detenerlos, ellos no han querido tener un dialogo con nosotros —el capitán dejó su vaivén y les dirigió una mirada seria—, de ser necesario habría que exterminarlos a ellos. ¡¿Entendido?!
—¡Sí señor!
—¡Héctor!
Y al grito del capitán el joven soldado se hizo escuchar.
—Tenemos entendido que las técnicas de los atacantes no son en extremo poderosas, nos enfocaremos en destruir sus naves y proteger a los nativos.
El capitán y varios más asintieron.
—Aer, Dorian, Héctor, Marlo… y tú Trunks, irán conmigo al frente —dijo Bardock de brazos cruzados.
Trunks frunció el ceño. ¿Él? ¿Por qué él?
—El resto hará filas como de costumbre. No esperamos recibir refuerzos hasta dentro de un par de horas, así que esto queda en nuestras manos —dijo el capitán.
—¡Sí señor!
—Andando —murmuró Bardock. A su lado, colgados de la pared había una hilera de cascos, tomó uno y caminó hacia el límite de la escotilla.
El resto de los guerreros le siguió. Trunks miró a Aer tomar un casco y acercarse a la escotilla con rapidez, por lo que se apresuró a hacer lo mismo. Se ajustó el casco y se descolgó el arma y cuando llegó a la escotilla sintió el pulso arriba, la respiración agitada y la mente concentrada.
Bardock saltó al espacio y una especie de tabla oscura le dio alcance, él prácticamente brincó sobre ella y le transportó como en una burbuja que reflejaba la luz en ella.
El resto hizo lo mismo y Trunks saltó. Sus pies tocaron la liviana superficie y pudo apenas distinguir el campo formado alrededor suyo por las, cada vez más cercanas, explosiones que había en el planeta.
Una vez más fuego.
Destrucción.
Muerte.
¿Qué más podía esperarle allí?
Se había lanzado a las fauces de un viejo monstruo, el monstruo bajo su cama, el monstruo que plagaba sus pesadillas de cada noche.
La tabla de deslizamiento tocó tierra y Trunks bajó de ella.
—¡Rápido! —gritó Aer.
El resto de los guerreros se dispersaron. Trunks de pronto perdió a Bardock de vista. Se quedó allí de pie sin poder moverse. Sentía la respiración pesada y no estaba seguro a dónde moverse. ¿Qué le pasaba?
Un nativo pasó frente a sus ojos y se internó por la calle contigua a él. Unos metros más adelante un robot emergió y lo mató con una ráfaga de energía.
La visión de Trunks se volvió roja, la ira explotó dentro y de un golpe se transformó en súper sayajin, saltó hacia el robot y de un corte de espada le hizo explotar.
La ciudad estaba siendo devastada y él se introdujo eliminando cada uno de los robots que le salían al paso. Los nativos corrían de un lado a otro, estaban aún con vida. ¡Rápido, tenía que terminar con todo eso rápido!
Se elevó al cielo y divisó la nave madre a lo lejos.
Trunks partió con una impaciencia y un desasosiego que le pasaron desapercibidos.
…
Bardock golpeó a los invasores que le salieron al paso y se coló dentro de la nave madre. Los soldados al interior corrieron para frenarlo, pero él los fulminó uno a uno con un certero rayo de ki, mientras avanzaba buscando el cuarto de control.
Divisó un soldado que corría a lo lejos y le siguió.
—¡Tú! ¡Detente!
El soldado entró a una habitación y cerró la puerta.
—¡… el maldito escuadrón tres nos está aniquilando…!—Bardock escuchó desde el interior.
Enterró el codo en la puerta de metal y la extrajo con una mano. Tan rápido como un suspiro aprisionó el cuello del soldado. La llamada se había cortado en la pantalla frente a él. El soldado alzó el brazo y un golpe de energía quemó los controles.
—¡¿Dime con quién estabas hablando?! —exigió Bardock.
El soldado estiró los labios y le enseñó los apretados dientes.
—Entonces hablaras por las malas.
Bardock le dobló un brazo hasta quebrarlo. El soldado gimió de dolor y se retorció.
—Bien, bien, bien. Ahora, con ese aire que te queda dime quién estaba al otro lado o te…
Pero Bardock no terminó su amenaza. Miró por la venta, un enorme poder crecía y se dirigía hacia ellos. Rompió el techo de la nave para salir y la explosión lo atrapó.
…
Trunks respiraba con dificultad, sentía un calor sofocante trepar por su cuello. Había hecho explotar la nave madre, pero sentía picos de excitación y aprensión. ¿Qué le pasaba?
Entonces lo vio salir de entre las llamas de fuego. Su oscura silueta y su lento caminar.
Él no estaba muerto.
…
Bardock salió del fuego para toparse con que el dueño de ese descomunal poder era Trunks. El chico se encontraba en súper sayajin, sus cejas antes lilas eran ahora oro. Bardock tragó fuerte, podía percibir que su aura no era del todo buena.
Trunks se lanzó hacia él y Bardock no pudo más que recibir el golpe de lleno. Viajó metros atrás hasta enterrarse en la tierra.
«¿Qué le sucede?» se preguntó Bardock y al sentir la proximidad de su ataque salió de entre la tierra para enfrentarlo.
—¡Muere maldito! —gritó Trunks.
Bardock chocó contra su golpe y entonces lo vio.
En los siguientes segundos Bardock tuvo una visión terrible de aquel aquejado muchacho. El devastador sentimiento del que fue conocedor le sacudió hasta los huesos. Un terrible desenlace y su imagen… no, quizá la imagen de Kakaroto y un Dios, una mezcla aberrante de los dos.
Bardock perdió la concentración momentáneamente. Luego se sacudió la cabeza para volver a la acción.
«No, eso no pasará.» se prometió.
Con decisión contraatacó a Trunks. El medio sayajin se lanzó por su cuello, Bardock giró sobre su propio eje y le golpeó con el codo izquierdo en las costillas, evitando por poco la llave del joven. Trunks no perdió el tiempo y antes de que el viejo sayajin terminara de dar su giro le asestó un gancho en el vientre y lo mandó de regreso a besar tierra. Luego Trunks bajó y caminó hacia él, tambaleándose como un borracho, sacó su espada, que estaba rota y al verla así la aventó con frustración.
—¡Sabes que me estas confundiendo! —gritó Bardock y después se limpió de la boca la tierra con el dorso de la mano.
—¡Tú, maldito asesino! ¡Eres un diablo infernal! ¡MORÍRAS!
Bardock miró a Trunks empezar a reunir un poderoso ataque y se puso de pie para contrarrestarlo. Ambos ataques colisionaron y Bardock perdió terreno rápidamente.
«¡Es muy poderoso!»
Pero tan veloz como perdió terreno lo volvió a ganar. Trunks estaba demasiado agitado.
«Se está cansando» pensó Bardock.
Casi al mismo tiempo se dio cuenta de que Aer y el resto los alcanzaban.
—¡No intervengan! —les gritó— ¡Está fuera de sí!
Los soldados se quedaron viendo la pelea metros atrás. A Bardock le preocupó que ellos fueran una distracción y Trunks comenzara a atacarles también, pero Trunks cortó el ataque, agitado y aparentemente cansado, ignorante del resto. Bardock se apresuró a alcanzarlo e intentar derribarlo, pero Trunks comenzó otra ola de golpes y patadas que esta vez pudo responder con más facilidad.
—¡Detente Trunks, yo no soy tu enemigo!
—¡No… dejaré que… mates más!
Trunks dejó un hueco en su defensa al golpearlo hacia adelante y Bardock aprovechó para golpearlo con ambos puños en la espalda. Trunks se hundió en el suelo, su transformación se perdió momentáneamente y su ki lanzó líneas de electricidad mientras hundía los codos en la tierra e intentaba ponerse de pie.
Bardock se acuclilló a su lado y él y Trunks se miraron a los ojos.
—¿Sabes quién soy ahora?
Trunks soltó un gemido lastimero y se quedó de rodillas. Bardock intentó ponerlo de pie, pero el chico sólo lo expulsó con su ki y comenzó a gritar mientras lo acumulaba.
—¡MAAAALDIIIIITOOOOO!
Su grito retumbó como un trueno cayendo a tierra, el aire a su alrededor se movió como un tornado y la tierra comenzó a temblar.
Bardock se hizo hacia atrás y apretó los dientes.
—¡Dorian! ¡Detenlo! —gritó al fin.
El soldado a rape se abrió paso de entre los demás y extendió un brazo hacia Trunks que gritaba descontrolado. El resto se tapó los oídos y Dorian comenzó a emitir un sonido bajo y vibrante, una especie de canto.
Tres segundos después Trunks cayó inconsciente.
…
Trunks se ha vuelto a salir de sus cabales. Con Bardock a su lado y una batalla de por medio era de esperarse. Espero que les haya gustado el capítulo a pesar de la recapitulación histórica, nos vemos en el próximo.
Envíen un review si quieren ayudar a Trunks a que reconozca a Bardock.
Sailor Moon by Naoko Takeuchi
Dragon Ball by Akira Toriyama
