"Quieres retarlo, quieres ir en su contra, cuando su fuerza es como la de un huracán, un desastre natural, una ley irrompible, no puedes luchar con él… no por siempre"

Comer, dormir, caminar, respirar, cosas que se podría pensar son fáciles de hacer para la mayoría de las personas al punto de realizarlas sin pensar, lo básico de lo básico, la base de la pirámide, cosas sencillas para la mayoría a excepción de… Toshinori.

Respirar ya era un milagro para él, una anomalía médica, nadie se explicaba cómo era que aún estaba vivo ni siquiera él mismo, tendría que haber muerto la primera vez que se enfrentó a All For One, pero el villano tampoco murió por lo que fue un alivio sobrevivir la primera vez, estuvo seguro entonces que sería en la segunda batalla, ya no tenía nada para seguir, sabía que Gran Torino (quien era algo así como su único pariente) ya estaba preparado para su partida, y el One For All se iría con él a la tumba, sin su opuesto no era necesario tal poder.

Pero en el último segundo, cuando se rindió por primera vez en su carrera como héroe, una azotea, unas botas rojas, un niño de rizos verdes, y una pregunta llena de esperanza deslumbraron su mente, haciendo que su cuerpo se moviera por sí solo lo suficiente rápido para esquivar y contraatacar, poniendo fin a quien fue su gran némesis.

Tras la pelea quedó atónito, él no tenía interés para vivir después de ella su trabajo estaba hecho, solo le quedaba descansar, incluso se había ofrecido como voluntario esperando ese desenlace, y el título de noticieros y periódicos (que no leería) donde el héroe número uno había muerto para salvar el país al enfrentarse a un poderoso villano, pero todo se esfumó en un mísero segundo.

Todo a causa de "El chico de verde", como lo había apodado Gran Torino después de innumerables ocasiones donde Toshinori lo menciono. En defensa de Toshinori solo lo había visto (por desgracia) dos veces, y por supuesto lo más resaltante fue su cabello, que incluso se asemejaba a un brócoli (a Toshinori le gustaba el brócoli).

Dos veces en un día, un día que jamás podría olvidar y por el que aún respiraba. El día que como un gran idiota había dejado escapar al que pensó podría ser su sucesor. El peso de culpa por no haber ayudado a un chico con sus sueños cuando en sus manos estaba brindarle la posibilidad, y la culpa de haberle quitado a la sociedad un posible héroe con la capacidad de brindar ayuda a todos lo carcomía a diario.

Su memoria siempre había sido perfecta, por lo tanto recordaba ese día con lujos de detalle.

Estando en una ciudad nueva se había perdido mientras perseguía a un villano, lo que termino con un rehén, al principio solo lo vio como un civil al que salvar, pero luego el chico se había aferrado a él como si su vida dependiera de ello, aunque literalmente así era. Lo impactante ocurrió luego cuando el chico hizo la pregunta que Toshinori no dudo en responder con realismo, no, no podía ser un héroe sin una peculiaridad, por lo menos no uno como All Might.

Técnicamente todo iba bien hasta allí, hasta que una explosión a lo lejos lo hizo sudar frío mientras revisaba sus bolsillos, y el villano que debía retener no estaba. Entonces se apresuró lo más rápido que su desgastado cuerpo le permitió, solo para verse obligado a mirar desde un lado como un chico se asfixiaba y los héroes no podían hacer nada, la escena le recordó cuan patético era.

Una mancha verde atravesó a los espectadores y a los héroes en un segundo, Toshinori sintió que su corazón se frenaba a ver quién era, no fue fácil olvidar aquellos zapatos rojos y bolso amarillo.

El chico de antes, al que le habían dicho que no podía ser un héroe, nada menos que el propio héroe número uno, se había lanzado a ayudar a alguien y por su extraña manera de correr, Toshinori podía jurar que las piernas del chico se habían movido por sí solas, si eso no era la esencia de un héroe, entonces ya no sabía que era.

Lo intento seguir luego del incidente, a pesar de que la prensa casi se lo traga vivo como siempre, pero por alguna extraña razón lo perdió de vista. El grandioso héroe número uno no había podido seguir a un estudiante de preparatoria, nadie lo creería a excepción de Gran Torino que siempre lo considero algo idiota. Al día de hoy aun no lograba explicarse cómo lo había perdido, solo un giro en una esquina había bastado para perderlo de vista. Sí, definitivamente era un idiota.

El sonido del timbre del apartamento lo sacó de sus pensamientos. Solo había unos cuantos metros desde la sala de estar hasta la puerta principal, pero incluso con la calefacción encendida la herida en su costado palpitaba como si estuviese expuesta al cruel invierno. Sabía que sería un mal día desde que el dolor insoportable lo había hecho despertar a las cuatro de la mañana sin ninguna posibilidad de volver a dormir. Miró en dirección al reloj de la sala y vio que ya estaba anocheciendo, era extraño como el día podía irse tan rápido y a la vez tan lento.

Con un suspiro de resignación se levantó del cómodo sofá y atravesó el pequeño tramo hasta la puerta para encontrarse con un agotado repartidor de comidas medio congelado, medio dormido.

"Buenas tardes, el servicio de comida Héroes de la cocina le agradece por preferirnos". El estado de ánimo del chico era tan vivaz como el clima.

Toshinori sintió empatía por él y decidió darle una propina un poco elevada, lo que inmediatamente pareció devolver a la vida al chico porque inmediatamente miró hacia arriba para ver quien le había dado su paga de un mes de trabajo.

"¿¡All Might!? ¡Oh por Dios, eres All Might! ¡Santo cielo! ¿Puedes darme tu autógrafo? O ¿Una foto? Digo, si no te molesta claro"

Claramente esta no era una reacción que Toshinori esperaba, aun se le hacía raro que aunque se retiró como héroe profesional hace casi seis años, las personas lo reconocieran y lo alabaran a cada lugar que iba. ¿Qué veneraban? ¿Un cuerpo que ya no podía proteger a nadie? Ciertamente no tenía sentido para él, pero no iba a descargar sus frustraciones con el chico, así coloco su mejor sonrisa y le dio la foto junto con su autógrafo, pero le hizo prometer no decir su dirección en redes sociales, definitivamente no quería reporteros rodeando el edificio de cuatro pisos o villanos cobrando venganza.

Para cuando termino, la comida ya estaba helada, pero nada que un microondas no pueda reparar.

Luego de un par de horas de haber comido solo un parte de lo que compro (su estómago no podía digerir más) y guardar la sobras para el desayuno, decidió realizar el plan de estudio para la clase 2ª, de la cual era el maestro encargado, pero solo la parte teórica, su cuerpo ya no funcionaba lo suficiente como para impartir clases prácticas.

Eso hubiese hecho si alguna persona no presionara el timbre de apartamento, cosa que lo coloco inmediatamente en alerta. No esperaba a nadie, casi nadie conocía su ubicación, no había pedido más comida, y podía contar con los dedos de una mano cuantas veces había escuchado ese sonido, y todos habían sido por comida o medicamentos cuando él no podía salir a cómpralos.

Entonces volvió hacer el mismo recorrido hasta la puerta principal, pero esta vez iba más alerta, y el poder del One For All retumbando en sus venas, su cuerpo podía ser inútil, pero el poder de la particularidad era más fuerte que nunca. De un solo tirón abrió la puerta y dejo que todo su cuerpo emitiera el aura intimidante con la que había enfrentado a villanos antes, solo para encontrar a una especie de niño metido en una chaqueta para adultos, y con la cabeza casi que queriendo llegar al suelo y rizos verdes… pero zapatos grises.

"Disculpe molestarlo, soy el nuevo chico encargado de sacar la basura de los apartamentos" si Toshinori no tuviese buena audición, no hubiese escuchado nada del susurro del chico.

Inmediatamente volvió colocarse en su postura más amable, aunque con la cara del chico enterrada en el suelo dudaba que siquiera hubiese visto el cambio en su expresión, aparentemente le tenía miedo. Bien hecho Toshinori, acabas de asustar a un chico por tu paranoia.

Prefirió no empeorar todo y solo ir por la basura que ya tenía apilada, y noto que pesaba más de lo que recordaba, se preguntó si un chico tan pequeño podría con ella.

"Disculpa hacerte esperar" soltó una pequeña risa sin ganas antes de añadir "No tengo basura para hoy, quizás mañana"

Toshinori no pudo evitar ver el suspiro de alivio que dejó escapar el niño, lo cual hizo que su cocina llena de basura valiera la pena. Pero por otro lado el chico inmediatamente se congeló, y se quedó sumamente quieto, algo le dijo a Toshinori que esperaba algún tipo de reprimenda por suspirar, pero ¿por qué? Él no tenía ni idea.

"Bien… ¿Algo más?" Toshinori no estaba tratando de echarlo pero el modo estatua del chico lo ponía nervioso, a el ex héroe número uno.

Como si fuese posible el chico se dobló más en una disculpa que apenas logró identificar, antes de salir casi disparado por el pasillo. Y lo siguiente que registró Toshinori era que él estaba gritando.

"¡Espera!" su mano se estiró por sí sola como si pudiese tomar al chico.

El pobre se detuvo a medio pasillo como si lo hubieran amenazado para hacerlo, la culpa se extendió inmediatamente en el pecho de Toshinori.

"Tu nombre ¿Puedes decirme tu nombre?" los hombros del chico se tensaron, antes de dar un paso más hacia la escalera que iba hacia abajo, Toshinori pensó que quizás había cruzado una línea y que no le iban a responder, hasta que como un susurro olvidado en el viento escucho…

"Soy Deku"

Un segundo, una respiración, un pequeño movimiento y Toshinori casi cae de rodillas ante el dolor que se instaló en su pecho, como si alguien hubiese con sus manos estrujado con rabia su corazón y luego hubiese decidido sacarle el aire, y para terminar verter un poco de hilo en sus venas. Ni todo el dolor que le causaba su herida podía compararse a lo que sentía ahora, levanto la vista y logro ver al chico bajando las escaleras, sus ojos se llenarlo de lágrimas y su garganta se hizo un nudo, a la imagen del chico se sobre puso otra, que parecía de otro chico pero algo en las entrañas de Toshinori le decía que era el mismo, solo que hombros anchos, una figura recta, una gran sonrisa en su rostro mientras que con una mano llena de cicatrices se despedía de él.

La imagen desapareció tan rápido como llegó, y si no lo hubiese afectado tanto Toshinori hubiese pensado que estaba alucinando.

Como pudo se arrastró de vuelta a su apartamento, y se dejó caer en el suelo junto a la puerta. El tiempo pasó, la temperatura se desplomó, su cuerpo se congeló, pero Toshinori no reunió la fuerza suficiente para levantarse del helado suelo, y lo peor es que ni siquiera sabía porque, pero en esa posición el dolor parecía disminuir un poco. Las lágrimas corrían sin motivo alguno por sus huesudas mejillas, y todo estaba demasiado silencioso.

El silencio reinó hasta que el teléfono en su bolsillo pareció resucitar todo a su alrededor, con una varita mágica rompe un hechizo. Toshinori considero seriamente que tan importante seria responder, pero luego notó que era el tono exclusivo para Katsuki, por lo que se tomó un segundo para recomponerse.

"Dime muchacho" esperaba que el otro no notara su desgana por hablar.

Pero la respuesta hizo que el mundo de Toshinori centelleara de color y sonido, de un momento a otro estaba de pie y buscando las llaves de su auto mientras le dictaban la dirección del hospital. Su corazón latía cada vez más rápido y el dolor sordo de antes disminuye lentamente.

Y si, Toshinori era un idiota.

Pero no un idiota que cometiera el mismo error dos veces.

Esta vez no lo perdería.