XXlalalulu: Hola! En el capítulo anterior corregí algo que había preguntado Tarble, por lo general en los tartamudeos ponía puntos, Pero me traicionó fanfiction lol. Nah, en realidad estoy aprendiendo como subir cosas aquí. Así que bueno, me queda prestar atención a eso, porque encima suelo hacerlo mucho, y me traiciona la costumbre. Bueno, disfruten y dejen sus reviews. Gracias a todos los que se dan una paseadita por acá.

Advertencia, esto no tiene Lemon, sino SMUT, MUCHO SMUT ¿Por qué? Porque soy una maldita pervertida XD

No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…

Capítulo 4

Tenía los ojos cerrados, sin embargo podía percibir la poca claridad color naranja a través de sus parpados. Suspiró dichosa, había vuelto a dormir complacida en la habitación matrimonial. Podría así, recuperar las horas de sueño que perdió, y también algo del tiempo que estuvo alejada de su esposo. Notó que seguían sin moverse de la posición de anoche…Vegeta abrazándola firmemente desde su espalda, con sus piernas entrelazadas en las suyas. Como si temiera que en la noche ella se arrepintiera y ya no quisiera dormir a su lado. Y ella aferrada a sus brazos para que no soltara su agarre.

Retorció suavemente su cuerpo en los brazos del guerrero, para degustar la sensación que su musculosa forma le otorgaba. Era relajante. Movió en un pequeño círculo su trasero contra su pelvis, que tenía una media erección. A la princesa le gustó sentirlo, luego un movimiento suave de arriba abajo, acariciándolo, le deleitaba saber que se empezaba a sentir aún más grande y duro. Siguió dibujando suaves círculos, de un lado al otro, de arriba, abajo…

-¿Te gusta jugar con fuego mujer?-Le dijo con voz ronca y semidormida, de un movimiento rápido la puso boca arriba posicionándose sobre ella.

Serena abrió de golpe los ojos al sentir la voz de Vegeta y el movimiento rápido y juguetón que hizo quitarles las sabanas. Lo tenía de frente viendo al profundo de esos ojos negros, que parecían que guardaban un demonio a punto de comerla.

-¿Cómo sabías que me estaba despertando?-Con voz calmada preguntaba al príncipe.

-Mmmm…-Gruñó un poco-Por el ki, el tuyo es muy débil, pero cuando te tengo así de cerca es fácil leerlo. Debo mejorar esa habilidad contigo, no tanto para saber dónde estás, sino para saber que estas bien.

-Oh…-Alcanzó a contestar antes de que el rompiera su distancia con un beso.

-Así que… ¿Estabas soñando? ¿O solo tenías ganas de ponerme duro con tus movimientos vulgares?...jeje…Mujer vulgar-Dijo con una sonrisa ladina y una mirada insinuante.

-Estaba medio dormida…-Se enrojeció-Y… ¿Te pareció molesto?-Se puso una mano en la boca como queriendo tapar su pena.

-Jaja… -Soltó relajado -Te extrañé.- Y se la quedó mirando.

Serena casi se siente siendo tragada al vacío desde la superficie de la cama. Te extrañé, le dijo con el ceño fruncido de siempre, pero con la mirada relajada y brillante. Te extrañé, no sonó como eso, sino como un te amo, mezclado con un gracias por perdonarme ¿Por qué? no entendía por qué, ni cómo pero así sonaba, así…Lo sintió.

Vegeta observó la conmoción en su mirada, en esos ojos azules, grandes y hermosos; que prometían que sólo a él lo verían así, con afecto. Mostrándole desde allí todo su ser, sus pensamientos, su cariño. Que era SUYA. Solo se quedó mirándola sin parpadear cuando ella comenzó a recorrer con sus dedos, el cabello de su frente, sus cejas, sus pómulos, orejas, volviendo a su nariz y bajar lentamente por sus labios. Era casi como si lo estuviera adorando, y respondiendo yo también.

Bajó para comenzar a besarla. Ella se abrazó a su cuello, subiendo sus dedos a su nuca y dejarlos enredados en su pelo, para alcanzar a acariciar la piel debajo de su melena negra. Subió su cola por debajo de su camisón gris, retirándolo totalmente; dejando descubiertos sus pechos, para estimularlos con el mismo rabo. Serena comenzó a gemir apenas sintió la suavidad de su pelaje, y como se enredaba en cada uno de sus pechos. Él sostuvo sus manos con las suyas, entrelazando sus dedos por arriba de la cabeza, concentrado en absorber sus gemidos y suspiros en su boca. Tocó los labios de la hembra con su lengua, para pedirle permiso a enredarla con la suya. Ella se lo concedió devolviendo el mismo gesto, y mordisqueándole suavemente la boca.

Querían prolongar lo más que pudieran el momento, como si estuvieran sedientos de los jugos de los que se habían privado el día anterior. Serena envolvió sus piernas a las caderas de su esposo, y movió sus pelvis hacia arriba, para sentir su polla totalmente dura. Quería hacerle saber lo mojada que estaba, lo caliente que se sentía.

Vegeta gruñó en su boca al sentir las bragas mojadas y tibias de su esposa. Soltó sus manos; pero ella mantuvo sus manos en la misma posición apretando las almohadas debajo de su cabeza. El príncipe comenzó a descender en un camino de besos y lamidas, que hicieron que arqueara su espalda debajo de él. Tomó sus pechos que parecían rebotar invitándolo a calmar las ansias de estimulación. Los masajeaba, lamia y succionaba, pasaba su lengua luego de cada pellizco, dejándolos chorreando en su saliva, los gozaba, gemía con la dulzura de sus pezones en la boca.-Serena…-gimió suave, lleno de lujuria escuchando los quejidos de deseo que salían de ella. Quería darle placer, placer puro. Siguió lamiendo todo el camino hasta quitar sus bragas mojadas. Acariciaba sus muslos cerca de la entrepierna y le dio una explícita olfateada al olor obsceno de su vagina.

Serena lo vió, se sonrojó un poco sorprendida del gesto pervertido que acababa de darle. Él clavó su mirada llena de deseo en sus ojos azules que le reflejaban lo mismo, que no le mentían, que querían lo mismo que él.

-¡AH, VEGETA!-Gritó de placer cuando sintió su boca unirse a los labios de su centro, dando besos intensos y prolongados, lamiendo los alrededores. Sintió como su cola se envolvía en una de sus pantorrillas y sus manos se posicionaban en su trasero, para apretarla y darle mejor acceso al toque de su lengua, de arriba hacia abajo.

-Mmmm…Serena…-Gimió mientras degustaba con la punta de su lengua su clítoris hinchado. Lo beso suavemente y le dio succiones que la hacían vibrar contra su boca. Mojó el dedo índice con los jugos que salían de la hembra, lo introdujo con cuidado de no tocar, ni romper la barrera virginal del ser celestial y puro, que estaba en sus manos sacudiéndose de lujuria, con el flequillo pegado a su frente de sudor, y el resto de la melena rubia se había soltado, y ahora estaba rodeándola como un halo.

Continúo metiendo y sacando su dedo, y chupando su clítoris. Una y otra vez, intensamente…

-¡Aaaah! ¡Ve-Vegeta! ¡Cerca, muy, muy cerca!-Dijo como pudo, volviendo a tener la sensación de lava acumulada que sale su vientre, hasta bajar a su pelvis.-¡DIOS MIO SÍ!¡AAAAHH!

Apenas sintió la presión en su dedo, posicionó su boca e hizo lo que tanto estaba anhelando. Bebió todo el néctar que salió de la princesa, y mientras salía, seguía acariciando su clítoris en círculos con el pulgar. -"Es mucho de nuevo"-pensaba perdido en la sensación.-"ME ENCANTA".-Finalizó, terminando de tragar.

Serena se sintió desplomada luego de explotar y sentir la succión de su esposo. Abrió los ojos ruborizada, mientras él la besaba, con el mismo rubor y mirada que ella, dándole de probar el sabor que había salido de su entrepierna. Pero que él se había tragado completamente. Lo vió recostarse a su lado y se acomodó en su pecho, para recuperar la respiración y que su corazón se relajara, con el aroma que emanaba del príncipe.

-También quiero probarte-Le susurró Serena al oído, mientras bajaba seductoramente la mano hasta su polla, que estaba tan dura e hinchada que se dejaba ver por el bóxer.

-NO.- Detuvo su mano en seco -Sé que mi miembro te asusta.- La vió parpadear hacia él. -No hace falta, podemos ir más despacio hasta que te acostumbres aunque sea a verlo sin sentir temor.- Finalizó con tono sincero.

Lo veía fascinada, él estaba dispuesto a dejar de lado su satisfacción, hasta que ella fuera a él sin sentirse obligada. Se sentó de costado apoyando una mano en la cama, y la otra en el pecho del príncipe

-Yo…- Sonrió dulcemente -…Mientras lo acariciaba con mi trasero…- un rubor pintó su cara - y sentía que se ponía más grande…- Lo miró a los ojos, ambos con la mirada entreabierta, llena de deseo -…Me gustó sentirlo así…- Fue bajando su mano por el pecho lentamente-…Ahora solo quiero tocarlo…-Se acercó a la boca de su esposo para besarlo, y su mano tocó la punta de su pene, y se metió dentro del bóxer bajando por su longitud.

-Aaaaah…Serena...-Suspiró Vegeta soltando el tierno beso, llevado por el dulce toque de la mano de su esposa.

-Ya no me asusta- Respondió contra su boca -Quiero sentir su sabor.

Vegeta asintió, con el pulso acelerado, y la respiración pesada. Con dolor pulsante en su polla, pero dispuesto a detenerse, si algo sucedía y ella no pudiera seguir.

Serena quitó el bóxer, haciendo que su esposo salivara de anticipación, se acomodó entre las musculosas piernas del príncipe. Observó su virilidad atentamente, y lo tomó con una mano, no podía envolver todo su grosor. Un pequeño escalofrió paso entre los dos cuando empezó a estimularlo de arriba a abajo. Trataba de recordar las cosas que había visto con Mina, cuando investigaba sobre el sexo y erotismo. También recordaba lo que Ami le había dicho sobre que los Saiyajin tenían el pene de mayor tamaño. El de Vegeta parecía de más de veinte centímetros, no había pornografía sobre su raza, por eso se había impactado cuando vio lo que le esperaba a su virginidad.

En cambio ahora sintiendo su calor en la palma de su mano, acariciando la gruesa punta con su pulgar. Solo quería más de él. Con su mano libre se sostuvo de la cadera del príncipe, y bajó a comenzar a besar sus testículos, y darle lamidas suaves, sin detener la otra mano. Vegeta seguía viéndola, respiraba duro, y ahogaba gemidos en la garganta. Esos sonidos sólo incitaban a la princesa, mientras seguía el camino por su longitud, con besos cada vez más intensos y su lengua cada vez más hambrienta. Comenzó a sentir como el pre-semen empezaba a escurrir de su punta ardiente. Lo miró sedienta y lo metió en su boca.

-¡Ah! ¡Serena!-Gruñó con los dientes apretados, alcanzando sus manos a su melena rubia, tomando suavemente en puño sus rizos. No para manejar el ritmo, sino para acariciarla, y darle señales de lo mucho que lo estaba disfrutando. La princesa se ayudaba con una mano, subiendo y bajando, ya que apenas cabía en su boca; mientras chupaba la caliente erección. De a poco se iba acostumbrando a tenerlo dentro, tratando de no rozarlo con los dientes y regulando la respiración para poder meterlo más al fondo hasta casi tocar la garganta. Lo metía y lo sacaba dándole círculos con la lengua hasta la punta, para luego volver a meterlo en un ritmo constante. Animada y encendida de ver como el príncipe suspiraba, gruñía y gemía de placer. No quiso parar, le satisfacía demasiado complacerlo con su boca, encontró un ritmo constante y delicioso para ambos.

-¡Ah! ¡Sí mujer!-gruñó con la mandíbula apretada-¡Ah Serena! ¡Sí! ¡Serena!

La boca de Serena chorreaba de sentir la textura y el sabor obsceno de su esposo, sentía el suave agarre de sus manos en su pelo, y su cuerpo calentándose cada vez más.

-¡AH! Puedes parar…si quieres…-Dijo a su esposa como pudo con la respiración cortada-¡Estoy por venirme!

Al escuchar eso Serena aceleró el ritmo, estaba dispuesta a ir hasta el final. Sintió como la punta comenzó a vibrar, y se la engulló hasta el fondo. Vegeta al sentir el fondo caliente de su garganta, hizo su cabeza hacia atrás, y eyaculó con un rugido ahogado.

-¡Aaaaah!¡Sí!-Cerró los ojos perdido en la sensación de su clímax.

Serena, sintió el líquido caliente a través de su garganta y dio dos tragos grandes del mismo. Era mucho, le gustó, quería beberlo todo, así como él hizo con ella. Lo entendió era excitante. El ultimo y tercer trago llenó sus mejillas, le dio una intensa chupada esperando absorber todo lo que salía; haciendo un pequeño ¡pop! con sus labios, lo tragó y empezó a relamer los pequeños restos que habían quedado en sus dedos y la punta. Lo quería todo.

Vegeta abrió los ojos para verla, y otra imagen metafísica quedó grabada en él, una hermosa ninfa de piel blanca y cabellos dorados, arrodillada entre sus piernas, con las mejillas infladas llenas de su semen, relamiendo los restos de sus manos, y de la punta de su polla, como si se tratara de un néctar del cual no puede vivir. Miraba su rostro totalmente rojo, al igual que sus labios. Veía como esa boca virginal, dulce, lo había tirado al precipicio…Se sentía flotar.

Golpearon la puerta. Los dos pegaron un salto saliendo del ensueño. Vegeta se enderezó.

-¡El desayuno Señor!

-Aaajj voy a matar a Monaka.-Comentó en broma y molesto-Cúbrete bien-ordenó.

-¿Monaka? Pero si es temprano para el desayuno…-Interrogó

-Había vuelto a retomar mi rutina de antes de casarme.-Decía mientras se levantaba y se dirigía a la puerta.

Ella se tapó hasta la cabeza, y se hizo una pelota, al darse cuenta que su esposo atendió la puerta desnudo como estaba. Se quedó quieta y escuchaba en silencio.

Vegeta abrió de golpe la puerta

-Bu-bu-buenos días Señor. Ee-el desayuno-Dijo Monaka creyendo que estaba de malas y encima desnudo.

-Buen día.-Dijo Vegeta con voz calmada, pero con su ceño fruncido.-Vuelve en dos horas. Ah y trae el desayuno de la señora a éste cuarto. Trae bastante, vamos a estar con mucha hambre.

-Sí Señor.-contestó poniéndose sumamente avergonzado, asintió y se fue.

Vegeta cerró la puerta y se dirigía de nuevo a la cama

-Sabes…No creo que le estés pagando lo suficiente a tu pobre mayordomo-Comentaba mientras se destapaba la cara, apenas sintió cerrarse la puerta-Lo atendiste así desnudo, y ni siquiera le dijiste por favor y gracias. Creo que apenas terminen estas dos semanas voy a revisar algunas cuentas.

Vegeta no le prestó ninguna atención a su comentario, aunque le gustó saber que quería encargarse de administrar el castillo. Se acostó con ella y comenzó a besarla, a abrazarla, le gustaba su piel fresca entre las sabanas de satén.

-Estuviste maravillosa.-Comentaba entre besos y caricias.

-Qué bueno, nunca lo había hecho, sólo la información de Sailor Venus, ella es la diosa del amor y la lujuria.-Comentaba con una pequeña sonrisa, mientras lo besaba dulcemente…De pronto algo se le vino a la cabeza, frunció el ceño algo enojada, se quitó debajo de su esposo, se envolvió en las sabanas y le dio la espalda-¡¿CÓMO PUEDO COMPETIR CONTRA UNA MAMADA CON DOS LENGUAS?!

-¡¿Qué?! ¡¿Pero de qué hablas mujer?!

-¡TAMBIEN HAY VARIAS QUE TIENEN UN BUSTO ENORME!-Agregaba

Vegeta parpadeaba confundido, hasta que cayó en cuenta e hizo una pequeña mueca de enojo.

-¿Alguna de ellas te contó algo? ¿Slen?-Levantó una ceja esperando una respuesta.

-¡No hacía falta, era fácil adivinarlo!- Resopla llena de furia.

-¡Hmp!-Resopló en la nariz, viendo los celos de su esposa. Destapó su cara para verla a los ojos, se puso encima de ella con ambas manos a los costados -Tan pronto pueda voy a desarmar el harén. No lo necesito.-Acarició su mejilla esperando calmarla.

-No. Yo puedo hacerlo.-Miraba hacia los costados.-Además, sí me cayeron bien. Parecen buenas, podrían buscar otro tipo de profesión si quisieran; o si quieren quedarse trabajando en el castillo atendiendo otras tareas pueden hacerlo.

-Sabes...-Mencionaba mientras la seguía mirando y apoyaba los codos a los costados- en Vegeta-sai, no es ilegal comerciar con sexo, si los involucrados son mayores de edad, y hay pleno consentimiento de ambas partes. Cualquier fetiche u orientación se permite. Es más, hay muchos que lo hacen de forma independiente. Hay burdeles que son como empresas que mantienen muy bien a sus sirvientas sexuales.-Finalizó

-Oh…-Decía Serena-Mmmm…Igual quiero que sepan que no es que las vamos a tirar por ahí; y que cuentan con nuestro amparo.-Dijo sinceramente a su esposo que resoplaba, sabía que su bondad desafiaba su carácter -No hace falta esperar a que se terminen las dos semanas, puedo hacerlo en la horas que entrenas.

-Ah! Eso me recuerda.- Dijo Vegeta y se giraba a alcanzar su scouter. -Quédate bien tapada de nuevo-Tomaba su scouter, en una dirección que no se viera a su esposa escondida bajo de las sabanas y hacía una llamada.-Kakarotto.

-Alteza.-Contestaba Kakarotto, mientras desayunaba, algo extrañado de lo temprano que llamaba, antes de su entrenamiento -Buenos días.

-Hoy no voy a entrenar. Puedes usar las salas de entrenamiento, si no las dejas destruidas.-Advirtió afilando la mirada asesina.

-OH!-Agrandó la vista, nunca supo de que el príncipe faltara un día a entrenar, sólo si estaba tan herido de alguna batalla, que lo dejara metido en el tanque de regeneración…Ahí se dio cuenta-¡JA UNA BUENA MAÑANA ENTONCES!- Dijo guiñando un ojo.

-¡VETE AL DIABLO HIJO DE PUTA!-Colgó en seco, enojado de sus atrevimientos de siempre. Vaya el tipo no aprendía…

-¿Ese era tu compañero de entrenamiento?-Preguntó Serena, mientras se destapaba de nuevo la cara.

-ES UN HIJO DE PUTA ESO ES LO QUE ES.-Refunfuñando mientras se acomodaba de nuevo en la cama.-No es mi compañero, es mi rival, y un tipo fuera de lugar.-Terminó aclarando con enojo.

-Sonaba amable-Comentó la princesa y se acomodaba en el pecho de su esposo.

-¡HHMM!-Gruñó enojado. No quería que se hiciera amiga de él, para luego aguantar los comentarios del tonto ése -Ni se te ocurra llevarte bien con el insecto ése. Sólo tuvo suerte, nada más.- Sentenció -Ahora descansemos un par de horas más, quiero que conozcas los bosques y montañas de mis dominios.

Serena dio una risita traviesa que lo hizo resoplar y lo relajó, la envolvió en sus brazos. Los dos absorbieron el aroma exquisito del otro, para descansar un poco más.

Desayunaban en el balcón, prácticamente sin hablar, masacrando toda la comida que veían a su paso, y saboreando cada plato como si fuera el último

-¡WOW!-Dijo apenas Serena con sus mejillas a punto de explotar, del sándwich triple que estaba comiendo-Ayer con Rei Y Ami, probé estas mismas frutas y éste mismo sándwich pero más pequeño, de pavo.-Terminaba de tragar-No recuerdo que toda la comida fuera tan deliciosa. ¿Le agregaron algo diferente?-Y agarraba otro gran bocado del sándwich

-Supongo que…-Dijo Vegeta mientras terminaba de tragar, entendiendo exactamente a lo que se refería -Cuando te sientes bien…-Mirándola con su ceño fruncido, pero la mirada negra, brillante -La comida sabe mejor.

Ella le sonrió tan brillantemente, que lo hizo sonrojar un poco, y volvió inmediatamente a su plato algo avergonzado y ruborizado. No sabía si ella estaba consciente de lo que le hacía, de cómo estaba moviendo otras cosas dentro de él a parte de lujuria y necesidad carnal. Pero suponía que a ella también le sucedía lo mismo, cuando la quedó mirando atentamente, tomó tímidamente su mano, rozó sus nudillos; y casi hizo que se atragantara con el bocado. ¡Ja! Su pecho se levantaba de triunfo cuando la vió mucho más ruborizada que él, roja brillante como un tomate.

-Jajajajaja- Rio en forma de burla -No vayas a morir mujer…- Dio una sonrisa ladina, y maligna que siempre le gustaba dar -Todavía nos falta mucho…- Comentó medio en chiste medio en serio, casi sin darse cuenta. Sostuvo la mirada cuando ella miró hacia abajo algo seria y largó un pequeño suspiro.-"¡Excelente!¡Mierda!¡LO ACABO DE ARRUINAR TODO!-"

Serena escuchó su comentario al aire, supo que era muy cierto, sentía como el momento estaba cerca y le gustó, ansió el momento. Lo miró de nuevo, le dedicó otra sonrisa, se levantó lentamente y se sentó en el regazo del príncipe. Se abrazó a su cuello, dándole un tierno beso, pero con la mirada desbordada en deseo.

-Sí-Contestó-Falta lo mejor-Acariciando sus labios con los suyos.

El príncipe se relajó al ver que no había arruinado nada, o que no se lo había tomado como una insistencia o reclamo de su parte. Por otro lado el gesto de sentarse sobre él y darle ése suave beso, contrastaba con la mirada azulada y algo excitada que le dio. Decidió darle la misma mirada mientras la sostenía de su pequeña cintura.

Ambos se decían sin palabras que la próxima vez sería el momento. Se miraban llenos de anhelo. Océanos contra Oscuridad. Prometiéndose por fin concretar su unión.

Se terminaban de cambiar en silencio en el closet. De espaldas cada quien concentrado en lo suyo. A Vegeta le pareció curioso el pensamiento de estar vistiéndose compartiendo su armario con quien era ahora su esposa. Se dio vuelta

-Átate más el cabello-Dijo mientras veía que se había hecho sus típicos odangos con los mechones sueltos- es muy largo puede engancharse en alguna rama

-Sí –contestó ella, mientras tomaba los mechones y los terminaba de envolver totalmente-Bien…-Dijo terminando de arreglarse y girando a verlo

Se había vestido como él se lo pidió, informal, con una camisa de algodón sin mangas, color azul turquesa con cuello blanco, y unas bermudas de jean, zapatillas de tela deportivas, de franjas negras. Llevaba también una pequeña mochila en su espalda, lista para una excursión.

-Mmmm… ¿No vas muy fresca?-Cuestionó Vegeta, mientras terminaba de ajustar sus botas y alineaba la manga de sus pantalones. Él se había vestido con una camisa sencilla manga larga azul oscuro, una campera negra, pantalones de jean negro, y las botas del mismo color de plataforma baja, muy parecidas a las que usaba para entrenar

-Jummm…Esta muy soleado, siento calor, más si vamos a caminar y andar por largo rato.-Le decía mientras apreciaba al príncipe, que se veía guapísimo como siempre-"uff!Control Serena…Control"-Se repetía en su mente

-Tus piernas están muy descubiertas, podrías hacerte raspones, y vamos a ir volando, te dará frio en la altura-La aconsejó terminado un pequeño escrutinio a sus suaves piernas, y su delicada cintura que se resaltaba con ése atuendo-"¿acaso cualquier ropa la hace ver hermosa?"-Reflexionaba-"Agh! ¡Cuenta hasta diez!"-Sacudía sus pensamientos.

-Uhmmm…Bueno, llevaré una campera de algodón bien gruesa.-Dijo mientras se la ponía con el cierre abierto -Ja! Lista para la aventura- Con tono alegre y entusiasmo.

Vegeta la vió con una campera rosa con capucha. Le llamó la atención el bordado de un conejo en el pecho, sobre el seno izquierdo. Casi espontáneamente, apoyó la punta de su dedo índice sobre él. Notó a Serena suspirar hacia adentro sorprendida por su gesto, viéndolo a los ojos, sintiendo la electricidad que corrió entre los dos.

-Bien.-dijo Vegeta en tono natural mientras se giraban y salían listos para pasear-Preparé unas capsulas con mucha agua y comida, por si se hace tarde y nos da hambre, pero volveremos antes de la cena.-Mientras guardaba un estuche con capsulas dentro del bolsillo interno de la campera

-Oye! ¡Déjame verlas!-Se apresuró la princesa con mucha curiosidad. Los saiyajin habían compartido esa tecnología con ellos y los terrícolas, pero nunca tuvo oportunidad de verlas bien de cerca.

-No presiones el botón en la punta-Advirtió el príncipe-Eso las activa y desempacan lo que tienen guardo-Le dio una en su delicada mano blanca

-¡Wow! ¿Del planeta Tech Tech? ¿Verdad? Es del planeta de la esposa de tu hermano-Comentaba y Vegeta solo asentía- Me cayó bien tu hermano, parecía muy relajado en la boda, a pesar de los rumores de su supuesto destierro-Dio una pequeña carcajada-Su esposa también, tal vez pueda conocerlos más de cerca. Hacernos amigas…

-Deja de hacer lista de amigos con todo el mundo.-Sentenció de forma gruñona-Él es un guerrero débil. No es muy saiyajin y su esposa…Es…rara...-Comentó con algo de disgusto.

-AAAJAJAJAJAJA!-se reía burlona-¡Creo que los saiyajin tienen un apetito variado y muy grande en todos los sentidos Jajajajajaja!

-HMMMMM…-Gruñía y enfocaba su mirada asesina, cruzó los brazos enojado y se le acercó hasta milímetros de su cara en advertencia. Ella se calló instantáneamente y lo veía con los ojos azules grandes como dos platos -BIEN!- Alzó la voz -El momento de la risa se terminó. Nos vamos.-ordenó, cerró su campera negra hasta arriba y se dirigían al patio. Al llegar la tomó en sus brazos enredándole bien los de ella a su cuello, los pies de Serena sobre los suyos. Un brazo alrededor de su espalda y otro sobre su cintura. También enredó su cola al mismo aérea para asegurarse de que no se escapara de su agarre- ¿Lista? –preguntó sintiéndola tan de cerca con sus pechos aplastados contra él, el ritmo de suave de su respiración y su aroma fresco y floral.

-S-Sí!-Dijo segura y algo nerviosa de sentir sus pectorales duros y brazos fuertes contra ella, y ése olor amaderado de nuevo chocando contra sus fosas nasales -"Ay !No es justo! Es muy sexy! Maldito!"-Pensaba medio en broma.

Salieron volando. El día estaba soleado. Era la estación veraniega de Vegeta-sai, su sol era más grande como el de la vía láctea, el calor era mucho más fuerte, por eso suponía, los saiyajin eran de piel más morena, y los días más calurosos. Pero en las alturas el aire se sentía más fresco. Se dio cuenta que él volaba más despacio de lo que en realidad podía, quizá era para que no se quedara sin aire como aquella vez.

Los dominios del príncipe Vegeta eran de extensiones enormes. Fueron a recorrer primero las montañas con valles desérticos donde a veces le gustaba realizar entrenamientos, y algunas peleas con el tonto de Kakarotto, como él le decía. Ya que ahí podían realizar toda la destrucción que quisieran sin molestar a nadie, o desaparecer un ala entera del castillo. Le mostró como concentraba su ki, para tirar rayos de energía, y los diferentes ataques finales que tenía. Le gustó fanfarronear un poco frente a la hembra que lo miraba atónita, y le hacía pequeñas porras aplaudiendo y alentando.

La princesa estaba impresionada del poder de su esposo. En verdad era un guerrero que entrenaba a la par de cualquier soldado, y se notaba que disfrutaba mucho de entrenar, parecía más cómodo y más natural. Hasta hizo verdadera conversación relatando alguna que otra pelea o estrategia de batalla. Ella lo escuchaba hablar, deleitándose con su voz, hipnotizada. Quería que siempre fuera así, y no tan gruñón o callado. Que confiara en abrirse a ella realmente. Pero los sentimientos son como una cosa desconocida para su raza, que no los entienden. Nadie se ha ocupado de estudiarlos porque lo ven como una debilidad. Lo ven como una desventaja que puede usar su enemigo en su contra. Según le explicaba cómo fueron sus primeros entrenamientos.

-¡Te dije que trajeras pantalones largos!-La regañaba mientras subían la copa de un árbol, donde podían ver el palacio, y más a lo lejos la ciudad. Llegaron al bosque donde se encontraba una laguna donde vieron varios animales, que la princesa vió en los libros que Ami le había dado; aunque no recordaba si alguno era peligroso, se veían exóticos, tomando agua, hasta que Vegeta los espantó con un rayo de ki, no quería correr el riesgo de que alguno se acercara a molestar. Serena lo reprendió un poco, y él solo le dio una sonrisa ladina y burlona.

Luego del recorrido a través de los árboles frondosos, e increíblemente altos. Vegeta encontró al árbol más alto para ver como atardecía, y mostrarle donde quedaba la ciudad. No podía volar con ella en brazos, porque alguna de las ramas seguro chocaría contra él y de seguro golpearía a su esposa. Fueron subiendo mientras la ayudaba, alzándola de a tramos y asegurándose que no se cayera, vió algunos raspones en sus piernas blancas mientras se acomodaban en la rama más alta y más firme, sosteniendo de otra rama como barra de contención

-Ah! ¡Ya estoy bien!-Le contestó cuando la regañó-Me he golpeado más fuerte entrenando con Lita o cuando Rei me agarra con la guardia baja y me patea el trasero.-Finalizó

- ¿Ah? ¿Entrenas?-Le preguntó extrañado levantando una ceja.

-HMP!-resopló inflando sus mejillas, enojada-Te lo había contado en una de las citas del cortejo. Pero tú seguro ni me estabas escuchando, solo respondías con gruñidos, y a veces ni eso-Levantó el tono.

-Estaba tratando de no saltar a manosearte el trasero.-respondió también en tono alto pero juguetón-Pero ahora…nada me lo impide-Acercándose a apretarlo a través de la tela-Es muy suave, no alcanzo a cubrirlo con toda la mano…Me gusta-Ronroneó en su oído.

Serena casi se derrite en su toque, se puso nerviosa, y roja brillante, se sostuvo de su camisa dando una fuerte respiración al pecho de Vegeta.

-Ummm…Creo que podría ejercitarme más, luego de estas dos semanas-Comentó sintiendo esa pequeña inseguridad picar su mente

-Me gustas como estas, pero si quieres volverte más fuerte…-Dijo mientras pasaba a sostenerla de costado con un solo brazo-¿Es combate cuerpo a cuerpo lo que entrenas?

-Sí. Y a controlar mi poder. Sabes…-Le comentaba-Me puedo transformar en SailorMoon. Pero mis poderes son más de defensa y curación, o purificación. Puedo curar heridas pequeñas y raspones. En cambio heridas más grandes me lleva mucha energía. Mi madre tiene mayor poder por el cristal de plata. Ella luchó contra el Negaverso, purificó la tierra. Tiene gran poder de ataque también. Y algún día el cristal de plata pasará a mí-Finalizó

-Sí, sabia de eso-Hizo una pausa-Me gustaría verte entrenar o transformarte-Comentó viendo hacia la ciudad.

-¡ESO TAMBIEN TE LO HABIA OFRECIDO EN UNA CITA!-Lo acusó girando la vista también hacia la ciudad. Lo escuchó gruñir y resoplar…Una idea golpeó la mente de la princesa-¡Oye! ¡Comamos algo en la ciudad! ¡Cenemos ahí!¡Algún lugar discreto! Donde no nos molesten.

- ¡No!-Contestó tajante Vegeta-Además todo el planeta me conoce-Dijo enojado

-Tienes razón. Ésa cara de matón te delata.-En broma- Y ese cartel que dice "NO APTO PARA CITAS" en tu frente, rompe el ambiente. Haaaa...-Suspiró y siguió viendo al hermoso paisaje del anochecer.

-Grrrrr…-Gruñó un poco exagerado y molesto. Acentuando su ceño. La tomó en brazos y salió a lo alto volando, para bajar fuera de la zona del bosque, y evitar chocar con alguna rama. El impulso y la velocidad fue un poco más rápido. La princesa soltó un gritito.

-¡HIJO DE PUTA!¡MIERDA!-le reclamó enojada y le daba un golpe a su pecho-Auch…-Dijo cuando chocó contra él, pero no le había hecho daño a su pequeña mano.

-Ajajajajaja-Reía Vegeta al escuchar los insultos-EXCELENTE.-Afirmó contento y con mirada maliciosa-Ya sé cómo sacarte unas buenas groserías. Jajajajaja -Seguía riendo y sacaba su scouter-Espera aquí, hago una llamada-Ordenó y se alejó para que ella no alcanzara a oír fácilmente -Monaka…

-Señor-Contestaba el mayordomo

-Necesito que hagas algo, lo más rápido posible-mientras le daba órdenes, algo pasó por su mente…y creyó que también sería bueno pedírselo-…Ah y una pequeña cosa más…

-Sí Señor, en una hora estará todo hecho-Hizo reverencia y colgó.

-Bien-Se volteó a ver a su esposa-Tenemos una cena en una hora, podemos ir volando despacio, o descansar un poco, tus piernas seguro te están matando-Comentó y veía el rostro sorprendido de la hembra.

-¿Qué?... ¡¿En serio?!-Dijo emocionada-Oh… ¿Mi ropa te parece adecuada?

-Sí. El restaurante estará vacío para nosotros solos-Declaró algo presumido.

-Vaya. Bueno, descansemos, y luego vamos-Le sonrió entusiasmada.

Hasta aquí este capítulo y un saludito a

OhaioIzumikun: hola gracias por tu review, espero no te aburra la historia…Jajaja. Siempre veo a Rei hablándole a Serena en tono de 'ahora te lo aguantas muchacha'