Capitulo 3:Viaje.
Ezreal se sacó las gafas mientras se apretujaba en la cuasi helada cueva que habían encontrado. Si bien es cierto que había estado en Freijord antes, nunca estuvo tan al norte como lo estaba ahora mismo con su improvisada compañera de viaje de hace unas semanas.
No sabía que le aterraba más, que murieran ambos congelados o que la Cazadora lo abandonara para sobrevivir pues ella parecía imperterrita antes las inclemencias del tiempo y simplemente se posó en la entrada de la cueva, escudriñando en la tormenta algún posible peligro.
Kai'sa.
Aún no sabía muy bien que pensar de ella. Fueron 14 dias de silencio en su totalidad practicamente, con ella liderando la marcha y el detrás cúal fiel escudero. Los primeros dias, no habia aguantado el mutismo de su compañera y la había atormentado con historias y preguntas, hasta que la pelimorado le lanzó un par de misiles al lado de donde estaba y le advirtió que o se callaba o no llegaría vivo a la salida del bosque.
-¡Por el amor de Valoran, eres explorador!¡Debería gustarte el silencio, por la Grieta! - exclamó frustrada, adelantandose unos pasos.
El otro respondió enojado y algo asustado por la situación en la que se acababa de encontrar.
-¡Pues precisamente!¡Me pasó solo gran parte del año, me encanta hablar cuando estoy con otro ser vivo!¡Creí que tu lo entenderías, incluso Kassadin fue mas sociable cuando le acompañé a Shurima de lo que tu lo estas siendo!
-¡Viajas conmigo, no con el Caminante!¡Y si no, solo tienes que volver por donde viniste!
Y con esa sutil interacción, Ezreal solo suspiró y continuó caminando callado. "Va a ser un viaje muy largo..."
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Al contrario de las otras expediciones de Ezreal, Kai'sa no optó por alojarse en algunas de las ciudades-estado que tenian en su camino y apenas aceptó que Ezreal hubiera comprado algunos suministros en un pueblo a las afueras de Rakelstake.
Habría suplicado, incluso pataleado llegado el caso de haber sido otra persona. Ashe era una gran amiga suya y tenía una gran relación con el resto de campeones Avarosanos. Braum le había salvado de lo lindo en la grieta y Ezreal no podía sino agradecerselo siempre que podía.
Pero esta expedición era distinta. Kai'sa no lo dijo mas allá de su primera (y única, pues Ezreal entendió de que nada servía) discusión, pero le dió a entender con sus acciones y el apenas empezó a darse cuenta en ese momento. El silencio de Kai'sa se lo decía dia tras dia, pero el no lo había entendido hasta ese momento.
Con el Vacio no hay hazañas.
Con el no hay gloria ni tesoros por recuperar.
Y aún así, el rubio se impulsaba a seguir por sendas solo transitadas por trolls y barbaros cuyo conocimiento de tesoro era una fogata en alguna cueva medianamente calida durante una fria tormenta invernal.
Y aun así, la Cazadora le intrigaba.
No es que fuera integra (ya se había topado antes con esa clase de gente, poco valorada en Valoran y con demasiadas responsabilidades para su gusto), sino que parecía cargar con un peso terrible sobre sus hombros a todas horas. A dos dias de Demacia, se habían detenido para seguir un pequeño rastro de sangre verde que conducía directamente con una presa que el buen Cho'Gath acababa de devorar. Ezreal no lo olvidaría nunca.
Ella lo saludó con toda la calma del mundo, mientras le acariciaba su cabeza con ternura mientras la sangre de su victima todavía se escurría por la cabeza de la gigantesca criatura de su anterior festín. Unos minutos despues, giró su cabeza hacía Ezreal, le miró con todos sus ojos, y se marchó sin más ronroneando de una forma que al rubio comicamente le pareció de calma.
Ninguno del resto de campeones del Vacio parecía tener tal carga sobre sus hombros,a pesar de que todo lidiaban con sus recuerdos de alguna manera. Y aun así, despues de que el monstruo se fuera, la joven recogió los pobres restos que quedaban del pobre y cruel terror que el Vacio pudiera haber creado, y los enterró como se entierra a un ser querido ante el mudo chico rubio, que no podía quitar la vista de encima de ella.
Una vez terminó, se arrodilló unos minutos ante la tumba, con las manos juntas, susurrando una oración de paz.
Solo cuando pararon aquella noche Ezreal preguntó.
-¿Por qué?
Ella le miró y le entendió sin más explicación. Podría no haber contestado y a Ezreal no le hubiera parecido mal, pero la escucho susurrando.
-Porque antes fue alguien o algo. Y el Vacio es enemigo de todos.
Y con eso el rubio le pasó algo que nunca jamás le había pasado. Se interesó. No por la respuesta en si, sino por todo lo que conllevaba esa respuesta. Se interesó por una vida. No por un tesoro, una expedición o sus padres.
Otra persona le resultaba interesante. El pesanmiento de eso le sacudió de repente y no pudo hablar más aquella noche. Empezó a observarla mas de cerca. Como se quedaba mirando el paisaje cuando creia que el estaba dormido. Como desactivaba el casco, simplemente para disfrutar de la calida brisa que corría por las noches en los campos de Demacia. Como disfrutaba de las melodias de los pajaros cuando se detenía a tomar el aliento en la fronoda pradera que limitaba con Freijord.
Era hermosa, pero eso resaltaba a la vista de cualquiera y practicamente podría decir lo mismo de casi todas las campeonas de la Liga.
"Menos Lissandra" pensó preocupado, sintiendo ahora como el frio calaba mas hondo en sus huesos. La Bruja de Hielo podría estar apenas a unos kilometros y ellos no eran reencarnables como en la Grieta.
-Relajate.- pronunció con voz firme la Cazadora, como si adivinara sus pensamientos. Ahora lo miraba a el directamente, o al menos estaba seguro de eso, pues nunca en esas dos semanas de viaje se había quitado el casco cuando hablaba con el. Ezreal ni siquiera recordaba que hubiera dormido alguna vez en todo ese tiempo.
-Hemos dado un rodeo. Atravesamos todo el territorio de Sejuani, cruzando el estrecho y ahora nos dirigmos hacia lo que los barbaros llaman Picos del Troll, pues casi ningún humano sobrevive allí sin ayuda. Nos ha llevado mas tiempo pero aun así, el portal debería abrirse pronto a unos kilometros de aquí.
-¿C-C-omo qu-que un rodeo? - preguntó el rubio, tiritando de frio, pero ahora no era el momento de flaquezas. Si ella aguantaba, Ezreal tambien tenía su orgullo y había logrado grandes viajes y hazañas. El Vacío sería mucho peor y era hora de dejarse idioteces. Endureciendose ante las heladas aometidas, imprimió firmeza en su voz. -¿Y como lo sabes?¿Puedes sentirlo?
Había descubierto mucho Kai'sa aun si no se quitaba su armadura y apenas hablaba. Ella no era callada, simplemente le agobiaban las tonterías. Descubrió con gusto que podían hablar o comparar impresiones siempre que el rubio dejara sus tonterías de lado pues Kai'sa siempre lo miraba enfadada y se negaba a repsonderle durante unos dias.
Entendió porque quería tenerlo todo controlado. Pues nunca pudo controlar nada antes de salir del Vacio. Siempre escapando. Siempre huyendo. Ezreal, por cualquier razón que fuera, no podía ignorar ese dolor, aun cuando ella hacía lo posible por evitar cualquier tema referido a su estancia en el Vacio.
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"No debería ser tan amable con el" se reprendió mentalmente de nuevo la Cazadora mientras comentaba con el joven rubio los detalles de su ubicación y su plan. Intentó odiarlo y al comienzo fue un terrible dolor de cabeza pero acabo por...encariñarse podría decir.
Dejadas la tonterías de lado, el rubio tenía un lado sorpresivamente maduro y comprensivo. No podría haberlo dicho por la juvenil risa despreocupada que se encontró ansiando por escuchar mientras charlaban al acampar.
Al principio se dijo que era normal. A pesar de todo lo que había sufrido y despues de todo lo que habñia pasado, era una mujer joven con curiosidades. No era ajena al conocimiento del sexo opuesto si bien siempre tuvo muchas cosas en las que pensar y no fue mas que una información relevante del carácter de las personas. "Son tus hormonas", se dijo la primera semana, mientras se ruborizaba al observar como dormitaba el atrativo rubio frente a ella. "Impulsos" se dijo una noche con firmeza, mientras desactivaba su casco, y se acercaba lentamente al joven, casi sin querer, como si no pudiera evitarlo.
Sus labios parecían suaves...
"Impulsos...QUE DEBEN CONTROLARSE" le recordó aquella molesta voz que le había salvado la vida pequeña y casi toda su vida dulta. Su conciencia.
Con desgana, con una mueca extraña, deshizo toda la distancia que había recorrido y volvió activarse el caso. Y, sin embargo...
Como sabiendo el resultado, acercó una mano a la del rubió. Y de nuevo. Su mano y la suya se tocaron. Su corazón chilllaba. "17 años esperando poder acariciar a alguien" pensó mientras unas pequeñas lagrimas se derramaba de sus ojos "y tenía que ser el chico mas guapo y encantador de Valoran".
Su mente volvió al presente cuando una particular ola de frio pruo entro en la cueva y obligando el rubio a encogerse mas en sus capas.
Esperó hasta que se reincorporara para continuar con su curso de acción. Su tono era frio, pero le molestaba en su interior lo mal que se sentia por su compañero ahora mismo.
-Siempre pude sentirlos.- reveló calmada. -Así fue como pude salir.
Si solo su padre no se hubiera vuelto loco...
-Este es el plan. El portal se abrirá y entrará la primera oleada. En contra de mi codigo, les dejare marchar con una ventaja de una hora que será el tiempo que tu y yo aprovecharemos para entrar alli y descubriremos lo que sea que podamos.
-¿Una hora? -protestó el rubio. Un temor se atenazó en el pecho de la pelimorada pero se obligó a retenerlo y mantener su voz fría.
-Tu puedes quedarte más si quieres, pues yo no soy tu dueño. Cumplí con mi parte de traerte y lo que tu hagas allí dentro es cosa tuya. Pero si quieres sobrevivir – dijo por último mientras le daba la espalda y volvía a su puesto de guardia. - te aconsejo que me hagas caso.
Le hubiera gustado añadir un "por favor" a esa frase. Pero eso significaría enfrentar unos sentimientos que de momento y aunque pareciera increible, le asustaban mas que el propio Vacio.
