Siempre…siempre ha sido asi….

Nací en una familia, no acaudalada, pero si de ingresos considerables. Era la heredera de los Busujima, la doncella del dojo, una princesa educada y elegante princesa (hime), experta en la disciplina del kendo, era una diestra en el arte de la espada. Una chica elegante, educada y refinada.

.Claro…síganlo creyendo…idiotas.

¿Una princesa?, debo serlo, por obligación y mantener el buen nombre de su familia. En realidad, era todo lo contrario a lo que todos esperaban, bajo ese manto de elegancia y educación, había una oscuridad suprimida con todas mis fuerzas. Su verdadero yo.

Un monstruo, no, un demonio que aspiraba a salir con desesperación de mi interior. Con todo su sadismo y crueldad, despedazar a sus oponentes y quien quisiera hacerle el mal. Cada día que pasaba, era muy difícil el mantener dentro de mi a ese demonio, mi maldito "verdadero yo". Ya no podía soportarlo tanto, saldría en cualquier momento y sin que pueda evitarlo, ahí fue cuando me preguntaba, "¿que debía hacer?".

Lo admito, soy una sádica, una muy cruel, quería ver sangre, escuchar huesos crujir hasta romperse, ¡oír los lamentos de las pobres victimas que cayeran en mis manos!, ¡por kami!, ¡casi llego a un orgasmo al pensarlo!. Mis ansias por masacrar a alguien, son cada día mas incontrolables. Quería despedazar a alguien.

Por suerte, ese día llego. Déjenme contarles sobre como un día mi suerte me sonrió.

—Hola ojou-chan…

Y para mi alegría, por fin podría realizar mi mas grande deseo depravado.

—….—siendo sincera, no me interesaba en nada ese sujeto, pero admitía que serviría. Estaba ansiada en romperle el cráneo.

Era un pervertido, un asqueroso pedófilo y además de eso, un borracho, pues se notaba a lenguas ese asqueroso olor a alcohol etílico. Su rostro era desagradable.

—Oye, ¿no quieres divertirte?, te aseguro que no te arrepentirás. Lo gozaras—apenas podía arrastrar sus palabras por su embriaguez, era asqueroso. Ya quería destrozarlo—pero no solo yo ganare, mira esto. Te pagare.

De su bolsillo saco un sobre con dinero, había una cantidad considerable. Eso solo avivo mis ganas de partirle el cráneo. Eso me hizo sonreír, porque al fin me dio los motivos legales para masacrarlo.

El también sonrió, talvez piense que me convenció. Pobre imbécil. Además de satisfacer mi depravado deseo, sacare de las calles a un peligroso degenerado. ¡Todos ganamos!.

Me tenia acorralada en un callejón.

Era una dicha lo que me pasaba, pues por fin podría liberar toda esta frustración y salvajismo bestial que he reprimido por todos estos año. Podría masacrar a esta escoria

Al fin podría ser yo misma.

¡BAM!

¿Are?.

No se que paso, pero no fui yo, porque ni bien he terminado de tomar el mango de mi espada. Ese sujeto salió volando cuando algo lo golpeo en el rostro, fue tanta la fuerza ejercida, que termino estrellándose en unos tachos de basura, que estaban a unos cuantos metro ahí. El tipo quedo totalmente inconsciente.

No entendía que pasaba, todo paso tan rápido que no tuve mucho tiempo para analizarlo. ¿Qué pasaba?.

—¿Estas bien?.

Esa fue la primera vez que lo vi a el y entro en mi vida, de una patada al sujeto y a mis emociones. Se notaba que era extranjero, americano podría apostar. Sus rubios cabellos, sus muy llamativos ojos rojos, era un poco mas joven que yo, solo uno o dos años menor, ese chico vestía algo simple, tenis rojos, pantalones negros con algunos retoques rojos, una camiseta naranja, lo mas representante en ella, era una enorme estrella azul. Era Rock.

Sus ojos demostraban comprensión y preocupación, supongo que trataba de tener el tacto adecuado para la situación, pues evito que me "violaran", eso me dio un poco de ternura. También me daba gracia el verlo nervioso por no saber como hacerlo en realidad, pues lógicamente no podía. Solo era un niño.

—¡Rock!, ¿estas bien?

No le pude responder a tiempo, pues rápidamente un sujeto muy similar a el llego, solo que con un cabello aun mas alargado y ojos azules. Lo mas probable era que fuera su padre. Cuando quería hablar con el, pude observar como unos policías llegaban junto a el. Se dirigían hacia mi y el sujeto inconsciente, claramente tomarían mis declaraciones y apresarían a ese degenerado. No mentiría, me sentía frustrada por no lograr darle aunque sea, un golpe en su cráneo. Pero mi atención se centro en el rubio menor.

Estaba hablando con uno de los policías, supongo que tomando también su declaración, el señor solo estaba ahí de brazos cruzados, obviamente representando a su hijo. Me era increíble que ambos dominaran el idioma japonés a pesar de ser extranjeros.

El tipo fue apresado, estaba aun semi-inconsciente, fue una patada de ese chico que lo dejo así, eso me dejo muy sorprendida, ¿Cuánta fuerza tiene ese chico?. Mando a volar a ese asqueroso degenerado.

Fuimos todos a la estación de policía, pues debían seguir los reglamentos para meter a ese tipo en prisión. En el trayecto, veía de reojo a ese niño, era llamativo y algo tierno, el verlo observar toda la ciudad por la ventana policial, con algo de asombro, tal parece que no la conocía y eso era lógico al saberse que era extranjero. Talvez era su primera vez en este país.

Admitiré algo, me llamaban mucho la atención esos ojos de color carmesí que tenia, eran muy bonitos. Como un rubí.

Cuando llegamos, se realizo todo lo legal y el tipo fue llevado a prisión, no sin antes forcejear y maldecir a todos los presentes por todo lo que le estaba ocurriendo. Idiota, si no hubiera sido un asqueroso pervertido y pedófilo, nada de esto le hubiera pasado. Es solo su culpa.

—Ten, supongo que estas asustada. Esto te hará bien.

En su inocencia, el me extendió una barra de chocolate, la verdad no sabia como responderle, pues estaba siendo muy amable conmigo, cuando normalmente la gente me trata mas con respeto y educación, con elogios y palabras de gente de alta alcurnia. Esto era algo nuevo para mi.

—G-Gracias…—le respondí mientras un poco temblorosa tomaba ese chocolate, ¿Por qué tartamudee?. Eso no me lo esperaba.

—De nada.

Me dedico una ligera sonrisa, pero aun así, era muy bonita. Yo tampoco pude evitar hacerlo, pues a pesar de que debería estar furiosa por haberme quitado la oportunidad de masacrar a alguien, la verdad estaba contenta de ser rescatada. Este chico me agrado bastante.

—Me llamo Saeko Busijima—me presente adecuadamente, debía mostrar educación en todo momento—¿Quién eres tu?.

—Me llamo Rock Howard, un placer—el me respondía también educado, pero también era mas ligero y soltado.

Rock Howard, no se porque, pero me pareció un nombre y apellido muy bonito en ese momento. El era especial.

Podía sentirlo.

-(0)-

—¿Hmm? —la kendoka se despertaba poco a poco, era ese sueño otra vez. Ese recuerdo del día que conoció a Rock—vaya, había olvidado aquello—susurraba aun adormilada.

Estaban en el autobús, el resto de sus compañeros aun dormían, incluso la maestra Kyouko, ahora manejaba la enfermera rubia. Debió haberla reemplazado en algún momento para que descanse, algo que en realidad merecía. Pues ella estaba conduciendo todo este tiempo.

Se levanto de su asiento y se quito la mayoría de la pereza estirándose un poco, le funciono, así que se dirigió a hacerle compañía a la conductora. No pudo evitar dejar escapara una ligera sonrisa divertida, al ver como Hirano aun dormido, abrazaba su arma improvisada de clavos. Era tierno si se veía de una forma diferente.

Se sentó en el copiloto y soltó un suspiro.

—Que día tan loco, ¿no? —preguntaba la enfermera, tratando de hacer conversación.

—Si, un día te levantas para vivir tu vida normal—respondía un poco frustrada la pelimorada, dejando su espada a un lado—y al otro, te enfrentas a un apocalipsis zombie.

La rubia solo reía nerviosa, pues su alumna tenia razón, nadie se espero esto, pero así era la vida, una perra impredecible. Ahora solo les quedaba sobrevivir como pudieran, cosa que veían un poco difícil por como iban las cosas. Les faltaban suministros, armas y combustible, pues era obvio que ese autobús no iba a tener siempre el tanque lleno. Debían encontrar todo eso y rápido.

¿Talvez eso fue aquello que Rock salió a buscar?, estaba preocupada porque el rubio se fuera solo, bueno, ni tan solo, pues Rei se fue con el. Aun así era preocupante por los peligros que ambos enfrentaban, salir así nomas era demasiado peligroso por obvias razones, aun cuando sea Rock tan poderoso. Las provisiones debieron salir a buscarlos todos juntos, era algo que la tenia muy preocupada. Esperaba que estuvieran a salvo y reunirse con todos una vez mas.

—Ojala y se encuentren bien—Shizuka deseaba preocupada y en voz baja.

—Lo están—respondía mostrando seriedad en el exterior, pero internamente también estaba muy preocupada por Rock. Por Rei solo un poco—estamos en la zona residencial de la ciudad, esto podría ponerse un poco peligroso. Mas de esas cosas podrían estar por aquí—mencionaba seria tomando su espada.

—¿Crees que deba cambiar de dirección?—preguntaba un poco asustada la rubia.

—No, sigamos. Es peligroso pero debemos adentrarnos—respondió seria la kendoka, cosa que no entendía la rubia—debemos buscar provisiones y todo lo que nos sea útil, los complejos departamentales podrían tener lo que buscamos. Además, si tenemos suerte, podremos encontrar un refugio adecuado si los edificios no están infestados de esas cosas. Debemos correr el riesgo.

—E-Entiendo….—respondía dudosa y nerviosa la rubia.

Saeko se levanto y se dirigió hacia sus compañeros aun dormidos, empezó a golpear ligeramente uno de los asientos, logrando despertar poco a poco a sus compañeros sobrevivientes.

—¿Busujima-san?—Kyoko se refregaba un ojo en somnolencia—¿Qué sucede?.

—Entramos en una zona un poco peligrosa, es mejor que nos preparemos—respondía la kendoka observando hacia afuera, cuando dijo eso, a todos se les fue el sueño. El eso volvió a ver a sus compañeros—vamos a salir a reconocer el área y también a recoger provisiones. Además de buscar un lugar seguro donde refugiarnos.

Esa declaración hizo estremecer a mas de uno, pues la verdad se sentían mas seguros dentro del autobús que afuera, por eso dudaban y no querían para nada el bajarse. Pero Saeko tenia razón, no podían quedarse dentro toda la vida, debían salir en algún momento para buscar provisiones.

Así que todos suspiraron resignados a sus posibles muertes.

—Bueno, es algo lógico—respondía Saya acomodándose los lentes, aunque se notaba nerviosa. Era algo de esperarse—deberemos formar grupos para un mejor desempeño.

—No, iremos todos juntos. Un solo grupo—Saeko respondía seria como siempre, creando dudas a los demás. Aunque no era mala idea—si nos separamos, podríamos toparnos con grupos de esas cosas, diezmarnos de poco a poco. Así que mejor todos juntos.

—¿No seria mas arriesgado?, seriamos un grupo grande y fácil de detectar—preguntaba un poco temeroso Kota aun con su pistola de clavos.

—No del todo, siempre y cuando vayamos en silencio—Lily se gano la atención de todos—recuerden que una de nuestras ventajas en que esas cosas son ciegas. Si vamos con cautela, podremos realizarlo con riesgos bajos.

—Es verdad—mencionaba Kyouko recordando ese detalle—si lo vemos de ese modo, es mejor que vayamos todos juntos. Así que podremos sobrevivir.

Todos empezaron a alistarse, Kota revisaba su pistola de clavos, además de su munición, Saya y Kyoko revisaba en una mochila, la cantidad de suministros que necesitarían, como herramientas y medicinas. Lily y Saeko solo pulían sus armas.

La kendoka notaba que la rubia estaba muy preocupada, de vez en cuando revisaba su celular sin éxito, pues no tenia señal, por lo tanto, no habían mensajes o llamadas. Su hermano no había vuelto a llamarla, ya habían pasado por donde se supone debían reunirse y el no estaba ahí. No había llegado, eso la tenía muy preocupada. ¿Le había pasado algo?.

En eso, Hirano noto que había alguien mas. Una de las chicas que pertenecían al grupo del molesto de Shido, estaba hasta atrás, observándolos a todos mientras se preparaban. Ella se puso algo nerviosa al ver que sin querer, llamo la atención de todos. No sabia como dirigirse a ellos.

—Oye, tu eras parte del grupo de Shido. ¿No?—preguntaba seria y fría Saeko, elevándole aun mas los nervios a la chica. Aun así respondió—¿Quién eres?, ¿qué haces aquí?.

—M-Me llamo Miku Yuuki—se presentaba nerviosa la chica, cabello anaranjado con una cinta, el uniforme escolar femenino cubría casi nada su muy exuberante y muy bien atribuido, el cual era muy similar al de las chicas presentes. Siendo superadas solo por las dos maestras del autobús—bueno, me quede porque tenia un mal presentimiento con Shido. No me daba muy buena espina.

Los presentes entendían a la chica, ellos tampoco confiaban ni un poco en ese tipejo, mucho menos tenían una buena imagen de el. Así que podían decir que congeniaban con la chica.

Kyoko suspirando, decidió tomar la palabra.

—Bueno, ahora eres parte de este grupo. Así que prepárate tu también—respondió seria la maestra, haciendo estremecer un poco a la chica, pues estaba un poco asustada por salir—vamos a salir a buscar provisiones, además de un refugio adecuado. Tu también debes ayudarnos.

Ya resignada, pero aun atemorizada, la chica asintió y se levanto de su lugar, dirigiéndose a ayudar a Saya y Kyoko. Aunque también buscaba por ahí, algo que pudiera usar para defenderse afuera. No quería estar desprotegida.

—Oigan, ¿creen que Rock y Saya…?—preguntaba un poco preocupado Hirano mientras preparaba su arma.

—Ellos están bien—mencionaba un poco mas molesta la Kendoka, interrumpiendo al gordito. Le molestaba que pensaran que el rubio y la peli naranja hubieran pasado a mejor vida, eso no era posible. O eso esperaba—…eso espero…

Pensaba un poco preocupada.

-(0)-

Ya habían recogido varias cosas importantes, como comida, agua, herramientas y ropa. Todos metidos en dos mochilas militares, pertenecientes a Mary, no es como si la rubia fuera a usarlos ahora de todos modos. Aun así, estaban un poco cansados y hambrientos, por lo que debían descansar y comer un poco. Así que luego de que colocaran barricadas a las puertas y ventanas, decidieron cocinar y descansar por un rato. Debían estar aptos para cuando salieran de la casa.

—Bien, cocinare algo para ambos. Tu solo siéntate ahí—Rock se dirigía a la cocina a preparar algo un poco ligero y Rei se sentaba—¿quieres algo en especifico?.

—No—respondió seca, sentada en la mesa de la cocina, Rock solo reía nervioso y empezaba a cocinar. Ante la mirada de Rei—o-oye, ¿no seria mejor que te ayude?.

—No te preocupes, tu quédate ahí yo me encargo.

Rei a regañadientes acepto, no quería estar ahí sin hacer nada, se sentía inútil dejando que el haga todo. Pero estaba asombrada por las actitudes culinarias de su amigo rubio, veía su fuerte espalda, solo cubierta por una camisa negra sin mangas, se veia que era un luchador poderoso y formidable. Ahora el verlo así, cocinando con total naturaleza, era un poco raro, pues ver a un tipo con tanta fuerza, cocinando, no era normal (según ella).

Apoyaba su cabeza en sus manos y veia con una ceja alzada y curiosa al rubio cocinar, se notaba que era un chico experto culinario, muchas dudas se le vinieron a la mente. ¿Cómo hubiera sido si hubiera tenido una verdadera relación con Rock?, ¿la hubiera tratado bien?, ¿hubiera sido un buen novio?, ¿cocinaría para ella?. Claro que la última pregunta se respondía por si sola al verlo cocinar para ambos.

Recordaba los momentos que tuvo con Hisashi, no pudo evitar que la tristeza la invadiera un poco, pues su novio había muerto hace muy poco. Su noviazgo era feliz, una pareja con un futuro prometedor, eran los novios perfectos, incluso talvez llegar a ser algo mas a futuro. Eso le dolía en el alma y aun no lo superaba, pues por culpa de esta desgracia que cayo en el mundo, lo perdió a el y posiblemente a su familia también. Pero debía seguir adelante y vivir.

Volviendo al tema….

Rock demostró ser alguien increíble en todo este tiempo, lo que aun resentía de el, es que le guarde tantos secretos, pero lo entendía al tener todos el derecho a la privacidad. Aun así, era muy estresante. Lo acepto, Rock jamás la amo y solo le hizo esa promesa para que no se entristeciera, eso le causaba mucho enojo, pues sentía como si hubiera jugado con ella, a pesar de entender el porque lo hizo, pero aun así, ella lo amaba (en ese entonces) hubiera dado todo por el, pero no fue sincero con ella. Eso hizo que lo odiara.

Aun lo odia, pero al mismo tiempo, lo aprecia como en el pasado, era demasiado molesta la mezcla de sentimientos y emociones al pensar en Rock. Le carcomía pensar que solo la apreciaba, pero no la amaba, ¿acaso ella no hizo algo bien?, siempre trato de ser la "chica perfecta" para que la notara, pero jamás funciono. Recibía halagos y felicitaciones de su parte, siempre con una sonrisa honesta, pero ella podía verlo en sus ojos. Solo había aprecio en esos ojos, no amor.

Eso fue lo que hizo que decidiera rendirse con el y aceptar los de Hiashi al ver que el si la amaba, primero solo lo hizo por despecho, pero al final termino enamorándose del chico peli-plata. Aun así, sus sentimientos por Rock no habían desaparecido del todo. Seguían ahí, sin que ella lo supiera o este consiente de ellos, bien ocultos dentro de ella. Esperando el momento de salir.

Pero ella era una chica decente, su novio había muerto recientemente, no por eso iba a lanzarse por Rock ahora. Debía honrar la memoria de Hiashi.

Aun así, no podía evitar pensar en las posibilidades, en aquellas probabilidades de haber tenido una relación entre ellos dos. ¿Le hubiera sido fiel?, sin duda alguna, la personalidad tímida y algo arraigada a otras mujeres, le confirmaban que no le hubiera puesto cuernos en ningún momento. ¿Seria atento?, obvio que si, se demuestra que debido a su actitud protectora, defendía a su familia y amigos sin dudar o temer a la muerte. Ahora obviamente todo eso se triplicaba con su pareja (ella).

¿Le hubiera dado una familia feliz?.

—Aquí tienes, espero te guste. Cómelo mientras este caliente—el rubio interrumpió sus pensamientos cuando sonriente, le dejo frente a ella un plato de arroz con cerdo empanizado con ensalada, además de te helado. El chico se sentó al otro lado—esto será suficiente para calmar nuestras ansias.

—Oh, gracias. Se ve rico—curiosa probo un bocado y gimió un poco emocionada, pues estaba delicioso. Rock sabia cocinar muy bien—y lo esta—respondía con una sonrisa, Rock igual. Así que empezaron a comer.

La comida estuvo buena, ambos quedaron satisfechos, Rei se encargo de lavar los platos voluntariamente, a pesar de las negativas de Rock, ella no quería sentirse inútil, así que el rubio no tuvo mas opción que dejarla. Rei era una mujer firme y eso lo respetaba y admiraba.

Luego ambos decidieron descansar un poco mas, se tumbaron en la sala, Rei en el sofá y Rock en el suelo a un lado de ella. Ambos quedaron callados, era un silencio no incomodo, pero si algo raro, al menos para Rei, pues Rock estaba tranquilo. De un momento a otro, se dio la vuelta y empezó a manipular su teléfono, suspirando al ver que no tenia ningún mensaje, ni siquiera tenia señal. Los satélites debieron haber colapsado.

Rei lo imitó también volteándose en el sofá, observando al chico, un sentimiento de pena la embargo al verlo afligido, era descorazonador el verlo decaído, así que solo hizo algo que nunca espero hacer, al menos no de momento. Extendió su mano y suavemente empezó a acariciarle sus rubios cabellos, eran suaves y sedosos, eso le causo un poco de sorpresa, pues se suponía que los chicos (o al menos la mayoría) no le daban mucha importancia al cuidado capilar. Pero el de Rock era firme y al mismo tiempo, muy suave. Era algo que hablaba muy bien de el

Aunque también le daba un poco de celos, ¿cómo lograba tal cuidado y suavidad?. Ni el de ella estaba tan bien cuidado.

Rock solo se dejo acariciar, pues la verdad era que aunque no lo admitiera, necesitaba un poco de confort y que alguien lo consolara. Rei era de las pocas mujeres que no le hacían saltar de los nervios.

Estaba triste, asustado y sin saber que hacer del todo. Hubiera querido que Terry y Mary estuvieran aquí, ellos si sabrían que hacer. El solo era un adolescente, con súper poderes claro esta, pero uno a fin de cuentas. Ahora tenia encima de si, la responsabilidad de mantener con vida a un grupo de sobreviviente de muertos vivientes con hambre de carne humana. ¿Cómo haría eso?.

—Saldremos de esta Rei—mencionaba tratando de sonar confiable y sereno—eso te lo aseguro.

—Yo se que si—respondía sin dejar de acariciarle el cabello—vas a salvarnos a todos—le respondía confiada y con una sonrisa, tenia toda su confianza en Rock. El era único en su opinión.

Ahí estaba otra vez, mas carga psicológica para el, toda esa confianza y seguridad que todos le tenían, pero los entendía, les había demostrado varias habilidades y fortalezas que lo habían postulado como un protector muy fiable. La naturaleza, no solo la humana, era que siempre seguirían y depositarían sus confianzas y vidas al mas fuerte. Rock en este caso.

Se sentía afligido y presionado, ¿cómo iba a mantenerlos con vida?, a pesar de que era poderoso, no sabia si lograría hacerlo. Solo era un chico, uno con una carga enorme, las decisiones que tome y las consecuencias, estarían grabados en el, en su mente y alma, con fuego. Todo eso lo tensaba.

Pero aun así, no podía mostrar dudas, pues eso solo atraería el pánico, causando un mortal desastre a futuro. Así que lo único que podía hacer ahora, era aceptar su destino. Cubrir sus inseguridades con una sonrisa.

—Claro que si—respondía con suavidad y sonriendo ligeramente—me encargare de eso.

—No lo harás solo Rock—respondía la peli-naranja de forma comprensible, asombrando un poco al rubio, el cual volteo a verla. Rei solo reía en voz baja al verlo—¿crees que no lo he notado?, al menos yo si. No debes de tomarte toda la responsabilidad, sostener toda la carga sobre tus hombros. Rock, podemos ayudarte.

—Pero…

—Rock, al igual que yo, solo eres un joven. No debes cargar todo tu solo—Rock solo desvió su mirada nuevamente al frente, dudando sobre todo esto. El tenia el poder—debemos apoyarnos entre todos nosotros.

El rubio no dijo nada, dejando que Rei siguiera acariciándole la cabeza, estaba reflexivo y pensativo, la verdad dudaba sobre las palabras de ella, aunque tenia un poco de razón. Saeko, Liky y Rei eran muy buenas con la espada, el bo y lanza respectivamente, Hirano mostraba ser muy bueno con las armas de fuego o eso demostraba su habilidad con esa pistola de clavos. Tenia mucha habilidad.

Y aunque no eran muy luchadoras, la maestra y la enfermera aportaban mucho al grupo. Rei tenia razón, no era necesario ponerse toda la carga sobre el, todos debían aportar a su supervivencia. Era eso o morir.

Desde ese momento, Rock pudo respirar tranquilo y aliviado, gracias a Rei pudo entender que no era necesario el cargar con todo, ella mismo se lo había dicho, quería protegerse así misma y a los demás. Apostaba que el resto del grupo pensaban igual.

—Gracias Rei—sonreía un poco, estando agradecido con su amiga de la infancia. Sus palabras eran tan reconfortantes.

Volvió cerrar sus ojos, dejando que las caricias de Rei a su cabello, lo relajaran. Eran suaves y lo arrullaban, se sentía bien el que lo hiciera. Rei no lo admitiría en voz alta, pero también disfrutaba acariciando al rubio. Era bastante relajante.

Pero no podían quedarse así para siempre.

Paso hora y media, ya habían comido y descansado lo suficiente, debían ponerse en marcha, aunque era una lástima. Porque la casa de Rock era bastante segura y muy bien equipada, pero lastimosamente estaba demasiado lejos del centro, donde por lógica, podían abastecerse y reunir varios suministros. Lastimosamente debían dejar esta casa.

Ninguno de los dos se habían cambiado, no tenían mucho tiempo para eso, podrían hacerlo después, cuando hallan encontrado un refugio adecuado para ellos y el resto del grupo. Por ahora solo debían escapar de ahí, así que se aseguraron las mochilas en sus espaldas y al mirarse, asintieron entre ellos. Ya era hora de escapar.

Quito las barricadas de la puerta lo mas suave y silenciosamente posible, evitando ocasionar ruidos que llamaran la atención de esas cosas, si es que hubiera por ahí. Cosa que si los había, pues solo abrió un poco la puerta y vio caminando muchas de esas cosas muy cerca. Muy despacio cerro la puerta y suspiro.

—¿Hay muchos de ellos?—preguntaba preocupada Rei empuñando su lanza.

—Si, demasiados. Muy cerca de la moto—respondía un proco frustrado, cruzándose de brazos. La moto estaba tan cerca—no podemos acercarnos lo suficientemente rápido para encenderlo siquiera.

—No nos queda mas que abrirnos paso peleando—mencionaba preocupada la peli-naranja, también asustado. Pero era comprensible—¿verdad?.

—Claro, si queremos una lenta y agónica muerte—respondía sarcástico el rubio—así que esa no es una opción.

—¿Entonces que, genio?—pregunto un poco molesta Rei.

En eso Rock se puso a pensar, la verdad no tenían muchas opciones, pues nada se le venia a la mente. Excepto algo un poco loco, pero solo funcionaria si Rei sabía conducir motos. Debía arriesgarse.

—Oye Rei, ¿sabes conducir motos?—preguntaba curioso a su amiga, la cual se sorprendió por esa pregunta.

—P-Pues si…—respondía sin entender el porque de esa pregunta—¿Por qué preguntas?.

—Bien, entonces ten esto—para sorpresa de ella, le paso su mochila. En eso el empezó a salir—¡espera!, ¿que estas haciendo?.

—Voy a despejar el área—mencionaba serio, confirmando el temor de la peli-naranja. Notando esto, suspiro y volvió a cerrar la puerta—sabes encender y conducir una moto, te daré el tiempo y espacio necesario para que lo hagas. Si lo hiciéramos juntos, acabaríamos como la cena de esas cosas por la falta de tiempo y espacio. Así que debo hacerlo.

—P-Pero, tus manos….

La chica tomaba las manos del rubio, era cierto, aun estaban lastimadas por el uso de Raging Storm. Estaban cubiertas con nuevos vendajes, pues Rei se encargo de cambiarle los anteriores que ya estaban muy sucios. Estaban aun quemadas.

Aunque eso no le afectaba en hacer algunas cosas ligeras, como lo era el cocinar. Pero si en otras cosas como combates y manipulación de su chi, por eso trataba de hacer el menor uso de ellos, pero la situación lo ameritaba. Debía arriesgarse no solo por su propio bien, también el de Rei. Además el resto del grupo los estaban esperando.

—Oye, no te preocupes. Estoy bien—claro que no lo estaba, pues sentía las ligeras caricias de su amiga y le causaba ligero dolor su tacto. Pero no decía nada porque no quería hacerla sentir mal.

—¿En serio?—se notaba preocupada.

—Si, es verdad—mentía, pero Rei se la creía. Ella soltó su mano—bien, cuando inicie, espera 30 segundos, o los que sean necesarios hasta que estés segura que no hay mas de esas cosas cerca de ti. Cuando eso pase, no te confíes y hagas las cosas rápido. Ve lentamente hacia la moto y ahí si enciéndela lo mas rápido posible, yo estaré cerca. Ahí me recogerás. ¿Entendido?.

—….S-Si—respondía no muy segura de ese plan, pues arriesgaba demasiado la vida de Rock.

El rubio asintió y empezó el plan.

—¡Oigan monstruos asquerosos!—exclamaba llamando la atención de esa legión de zombies, cerrando la puerta tras de el. Rei solo rezaba que Rock estuviera a salvo—¿quieren comer?, ¡atrápenme entonces!.

—¡Groaaaar!.

El rubio dio un salto a un muro, impulsándose a una distancia prudente, comenzado a correr, siendo perseguido por una horda de zombies hambrientos de carne humana. Con dolor muy bien fingido, lanzo dos ondas de energía terrestre, chocando y derribando a un grupo de zombies. Empezó a combatir contra esos monstruos.

Se defendía con poderosas patadas, pero mas evadía y huía, alejándose poco a poco de la zona. Llevándose a los caminantes cada vez mas lejos.

—¡Groa…!

Uno de esos monstruos cayo muerto, atravesado por una lanza en su cráneo, pero antes de rugir y alertar al resto, un ladrillo se metió en su boca. La causante era Rei, quien siguiendo las indicaciones de Rock, salía sigilosamente de la casa, dejando el cuerpo en el suelo. Alarmada se tapo la boca y se apoyo en la pared. Otro grupo de zombies corrían siguiendo el caos que Rock estaba ocasionando, era una suerte que no la notaran. Agradecía al cielo por la ceguera de esas cosas.

Cuando se fueron, suspiro aliviada, pero no era tiempo de perderse en ello. Así que sigilosamente se acercaba al vehículo ligero, observando hacia todos lados para evitar alguna desagradable sorpresa.

A lo lejos veia como Rock luchaba contra esas cosas.

Resiste Rock—pensaba preocupada la peli-naranja, saco las llaves y probaba uno a uno, desesperándose por no lograr hacerlo rápido—¡vamos maldita sea! —pensaba desesperada, hasta que logro encontró la adecuada. Haciéndola sonreír victoriosa—¡eso es!.

¡Brooooom!.

Los monstruos escucharon como Rei encendía y preparaba la moto, algunos se regresaban al sitio del ruido. Estaba un poco tensa, pero debía esperar hasta que abrieran una abertura, ya que esos monstruos estaban muy apegados entre si. Debía esperar la oportunidad adecuada.

¡Fooooosh!.

La cual se presento muy pronto, ya que el rubio desde lejos, lanzo un repuuken, que se llevo de frente a varios de ellos. Por lo que Rei sonrió y dio marcha, conduciendo por la zona despejada. Rock sonrió al ver que el plan dio resultado, pero debía alcanzarla ya que estaba muy lejos de ella. Así que dio otro salto impulsado por su chi.

Rei entendió lo que Rock pretendía al verlo correr velozmente por encima de los muros residenciales, así que se desvió y se dirigía a donde intuía iba su amigo rubio, no se equivoco. Pues Rock dio un gran salto y aterrizo a un lado de ella, que había frenado. El se subio en la parte trasera de la moto, tomando una de las mochilas y colocándosela en la espalda. La otra estaba al frente de Rei.

—¡Tus manos!—Rei exclamaba preocupada al ver el mal estado de sus vendajes.

—¡No hay tiempo!—respondía el rubio aguantándose el dolor—¡sigamos Rei!—ordenaba al ser ella quien conducía, ya que el no podía por obvias razones. Sus manos ardían.

A regañadientes acato esa orden, tragándose su preocupación por el, empezó a conducir lo mas rápido que pudo, no era del todo peligroso al no haber personas en las calles. Pero si muchos obstáculos ya sea basura o cosas derribadas.

Algunos monstruos salían de la nada y ella debía evadirlos como pudiera, a los que no había mas opción, Rock a pesar de lastimarse, los quitaba del camino con varias ondas repuuken. A Rei todavía le parecía increíble aquello, que su amigo pudiera manipular el chi. Era increible, pero no era tiempo de distracciones. Debía concentrarse en el camino.

Ya estaban mas tranquilos y aliviados, pues ya el peligro había pasado de momento, aun así no podían confiarse y por eso tenían toda su atención y concentración en el camino. Aunque Rei estaba muy preocupada por el rubio, ya que a pesar de que fingía lo mas que podía, estaba claro que no estaba bien. Su respiración era agitada y sus nuevos vendajes estaban un poco quemados, obviamente por los ataques energéticos. Debía cambiárselos pronto.

—Demonios—susurraba frustrada al ver como el indicador de gasolina, indicaba que pronto quedarían varados. Por suerte y milagro, había una estación de gasolina ahí. Eso la alivió un poco—bueno, al menos la suerte nos sonríe un poco mas.

Se estacionaron cerca de los dispensadores de gasolina, aunque Rei tuvo que ayudar a Rock para que baje, cosa que le dio un poco de vergüenza al sentirse inútil. Aunque eso le causo diversión a Rei.

No se daban cuenta, como alguien los había visto desde las sombras y los asechaba. Sonriendo maniacamente.

—V-Ve por mas provisiones medicas. No tenemos muchas—ordenaba Rock a una dudosa y sorprendida Rei—yo me quedare aquí a llenar el tanque. Además de llenar algún bidón con mas gasolina.

—Esta bien Rock—respondía un poco dudosa al no querer dejar solo a su amigo—no bajes la guardia—le decía preocupada alejándose de el.

—Tu igual—deseaba el rubio mientras comenzaba a llenar el tanque de la moto.

Pasaban los minutos y Rock ya había llenado el tanque, además de un bidón que había encontrado por ahí, aunque ahora estaba algo dudoso. ¿Cómo llevarían todo?, ya estaban muy apretados con ambas mochilas llenas, además de las medicinas que Rei iba a traer, lo mas seguro era que fuera una funda casi llena. Así que no habría mucho espacio.

Estaban demasiado abastecidos, eso era bueno y malo a la vez, pero debían arriesgarse. No podían perder la oportunidad de llevar provisiones, Shizuka lo mas probable, era quien mas las necesitara al ser la enfermera que cuidaría y trataría a todos. Así que era un riesgo valido.

—¡Rock!.

Ante esa exclamación, el mencionado volteo rápidamente hacia su amiga, quien era la que lo había llamado con un tono aterrado. El también lo estaba.

Rei estaba muy aterrada y temblando, pues había sido atrapada, no por un zombie, sino por algo peor, otro ser humano, pero podía notar que estaba fuera de si, loco y era muy peligroso, todo eso lo decían su comportamiento y cambiantes expresiones faciales. Ademas, estaba armado con un revolver. Por eso Rei estaba tan sumisa.

Esto complicaba demasiado las cosas.

Esto debe ser una broma—pensaba furioso el rubio.

—Vaya, vaya, miren lo que me encontré. ¡Que afortunado soy!—exclamaba con locura ese tipo—provisiones, medicinas, un vehículo y una muy sexy mujer—mencionaba mientras asquerosamente lamia la mejilla de una aterrada Rei, eso enojaba al rubio. No se lo iba a perdonar—gracias extranjero por reunir esas cosas para mi y mi mujer, fue generoso de tu parte. Ahora lárgate.

—Te lo advertiré una sola vez—empezaba a hablar Rock en un tono muy amenazante y molesto—suéltala ahora o vas a sufrir las consecuencias.

—¿Oh?, ¿me amenazas?—preguntaba divertido en su locura, meneando el arma, cosa que asustaba a Rei por el bien de Rock—¿sabes una cosa?, ¡tuve que matar a mi familia al convertirse en esas cosas!, eso me libero y pude ser quien soy en realidad. Aun sabiendo eso, ¿no me tienes miedo?, ¡puedo matarte si quiero maldito extranjero!.

Esta perdido…—pensaba serio viendo el actuar del sujeto. —solo tengo una oportunidad.

—Pero soy misericordioso, veo que estas lastimado, eres patético. Por eso te doy esta oportunidad—veia con burla los vendajes en las manos del rubio—aléjate de la moto y deja que mi mujer y yo nos vayamos, necesitamos "conocernos" mejor cuanto antes y en un lugar seguro. Debemos repoblar la tierra después de todo.

Acto seguido, volvió a lamer asquerosamente la mejilla de una aterrada Rei, quien suplicaba con la mirada, que Rock la salvara, cosa que el rubio iba a hacer sin dudar. Pues no podía soportar la ira que le embargaba, al ver como ese tipo manoseaba tan asquerosamente, los pechos de su amiga. Era un ser repugnante.

El verlo actuar así, le aclaro todo. Este tipo no tenía arreglo.

—Puedes meterte tu misericordia por el culo—respondía molesto el rubio, enfureciendo al loco—que quede claro, yo te di la oportunidad de irte ileso. Fuiste un idiota al no aceptar, ¿en serio crees que te daré a Rei así como así?. ¡Vete a la mierda!.

—Rock…—Rei susurraba enternecida y con una ligera sonrisa por las palabras del rubio.

—¡¿Eso crees?!—riendo totalmente loco, lanzo violentamente a Rei hacia un lado, lastimándola un poco. Eso ya no lo soportaba Rock—¡debiste quedarte a morir en tu país niño lindo!, ¡tu eres quien va a mo…!.

—¡Reepuuken!

¡Foooosh!.

El loco no se espero aquello, cuando extendió sus brazos en forma amenazante a los lados, el chico como si fuera una especie de mago, le lanzo una onda de energía azul, el cual lo golpeo brutalmente, lanzándolo contra una viga de acero, la cual le atravesó la pierna. Dejándolo paralítico.

El arma había caído de sus manos, rodo hasta la asombrada chica pelinaranja. Ella la tomo sin dudar, les serviría de mucho a futuro. Sabía que la usarían tarde o temprano y tenía razón, pues el estruendo causado por el ataque, llamo la atención de varios zombies que estaban alrededor. Se acercaban rápidamente a su lugar.

—¡Rock!—Rei se acercaba preocupada a su amigo, el cual estaba jadeando mientras se apoyaba en una rodilla—¡¿estas bien?!.

—S-Si, no te preocupes—a pesar del cansancio y el dolor, le sonreía amigablemente. Eso a ella le dolía mucho al saber que no era verdad—debemos irnos, debimos haber llamado demasiado la atención con esto. Pronto seremos visitados.

Rei estaba de acuerdo, así que lo ayudo a levantarse y caminar, a paso lento se dirigían a la moto, ignorando los gritos de dolor de aquel sujeto, que sentía una agonía irreal al tener su pierna atravesada y desangrándose. El karma golpea duro.

—¡Ayúdenme!, ¡no me dejen aquí!—exclamaba aterrado y adolorido, pues era una presa fácil en su estado. Pero era ignorado por ambos—¡ayúdenme maldita sea!, ¡me van a devorar!, ¡voy a morir!—suplicaba alterado y aterrado, cuando volteo a ver a un lado, sus peores temores se habían cumplido. Algunos caminantes ya estaban llegando—¡no!, ¡ya están aquí!, ¡llévenme con ustedes!, ¡prometo no volver a intentarlo!, ¡socorro!.

Rock era una persona seria, pero hasta el tenía un corazón demasiado blando, incluso en los momentos equivocados, por eso estaba tentado en ayudar a ese tipo, pues sus lamentos eran demasiado penosos. Pero afortunadamente fue detenido por una seria Rei.

Ella solo le negó con la cabeza y el entendió, además de darle la razón, ese tipo era un peligro andante, solo pondría en peligro a cualquiera que se cruce con el. Desgraciadamente, solo la muerte le deparaba de destino a ese pobre diablo. Ellos debían seguir con su camino, tenían un deber que cumplir y compañeros que salvar. No podían ponerlo en riesgo llevándolos con el.

El solo suspiro derrotado y tenso, no podían hacer nada por el, pues por si mismo, se busco este final. Talvez en la otra vida encuentre la paz, o eso esperaban.

—¡Nooooo!—exclamó aterrado y llorando, al ver como velozmente se alejaban en su moto, mientras que los zombies se acercaban lentamente hacia el. Era su final.

Si tan solo hubiera sabido que fueron sus gritos quienes lo atrajeron, se hubiera quedado callado. Pero fue su propia locura quien lo sentencio a una muerte lenta y dolorosa.

Rei seguía conduciendo, Rock ahora se sostenía de la cintura de la chica, pues estaba mas agotado y era la única forma segura de no caerse, además de equilibrarse por la cantidad elevada de suministros que llevaban. Aunque la chica estaba muy sonrojada y tensa por el abrazo del chico, pero entendía que era necesario, así su amigo no se caía. Mejor prevenir que lamentar.

—¿Volveremos al centro de la ciudad?—preguntaba un poco abochornada la chica por el abrazo de Rock.

—Si, recuerda que esa era la idea principal—respondía el rubio sin darse cuenta de la situación de su amiga—ellos ya debieron haberse abastecido con suficientes provisiones, ahora deben estar en camino a buscar un refugio adecuado. Solo debemos seguir el camino que seguiríamos originalmente y lo mas probable es que nos encontremos con ellos en el camino.

—E-Entiendo…

Siguieron su camino, evadiendo a los zombies que se le atravesaban, pues no estaban en condiciones de pelear. Hasta que vieron frente a ellos, algo que los hizo sonreír. Era su autobús.

-(0)-

Corrían lo mas rápido posible, huyendo de los zombies que los perseguían para devorarlos. Ya habían reunido las herramientas y suministros suficientes para sobrevivir un poco mas. Ahora solo faltaba encontrar un refugio.

¡Slash!.

Unos tres zombies caían muertos, con sus cráneos destrozados, Saeko no se tentaba en matarlos, pues ya no eran humanos y por eso no hacia falta tenerles delicadeza. Incluso creía que los ayudaba a descansar en paz al matarlos.

Tensa se cubría la boca, pues sin quererlo ni poderlo evitar, dejaba escapar una sádica sonrisa. Tenia miedo de que su grupo supiera sobre su malvado fetiche, podrían empezar a temerle y juzgarla, alejándolos de ella y dejándola sola. No, eso debía evitarlo, no podía dejar que nadie lo sepa. En especial Rock.

—¡Busujima!—Lily atravesaba a un muerto por la cabeza con su bastón bo, había salido de la nada y estaba por comerse a la kendoka. Eso la sorprendió—¡pon mas atención!—regañaba la rubia.

—¿Eh?, s-si, lo siento—se disculpaba muy apenada y comenzaba a destrozar a cuanto zombie se le atravesara.

Estaban dentro de un complejo departamental, habían tomado bastantes provisiones de varios departamentos, pues al parecer sus dueños se llevaron muchas cosas y por suerte dejaron pocas que a ellos les servía de mucho. Agradecían por su suerte.

Pero no era un sitio adecuado para tenerlo de refugio, pues estaba infestado de zombies y para colmo, al parecer eran departamentos de solteros, pues eran muy pequeños y no entrarían todos en una sola habitación. Tampoco podían quedarse uno en cada uno, pues serian blanco fácil y no podrían auxiliar a tiempo a quien lo necesitara. Seria mejor una casa o algo así, pues podrían tener sus propias habitaciones y privacidad, al mismo tiempo que estaban todos juntos bajo un mismo techo.

—¡¿Cuántos pisos faltan?!—preguntaba alarmado Hirano, mientras disparaba a los zombies que los seguían.

—¡Dos pisos!, ¡el primero y la planta baja!—respondía Saeko corriendo.

Era toda una odisea el salir de ese edificio, se decidió que las maestras y Miku se quedaran esperando en el autobús, pues ninguna servía para combatir y serían una carga mas que ayuda. Eso las indigno un poco, pero entendían que era verdad. Pero igual era denigrante.

Seguían corriendo, bajaban escaleras, no usaban elevadores por obvias razones. Corrían y evadían, cuando no les quedaba mas opción, atacaban a los zombies. Todos cuatro tenían mochilas llenas de provisiones.

—¡Prepárense!, ¡estamos por salir!—exclamaba Saya por medio de una radio de mano.

—"¡Entendido"—respondía Kyoko al otro lado de la línea.

La rubia escucho también, por lo que encendió lo motores, algo arriesgado ya que posiblemente llame la atención de mas zombies, pero no tenían mas opción. Debían salir a toda carrera a penas subieran ellos tres al autobús.

Se descubrió que era una buena idea, pues a pesar de que una horda de zombies se avecinaba, los cuatro salieron a toda velocidad del edificio, siendo perseguidos por otra horda de zombies. Corrieron hasta entrar al vehículo, muy cansados, agitados y desesperados. Vieron la muerte muy de cerca.

—¡¿Qué esperamos?!, ¡vámonos de aquí!—exclamaba alterado Hirano.

—¿E-EH?, ¡h-hai!.

Muy nerviosa, la enfermera empezó a conducir, dejando atrás y aplastando a los zombies que arañaban el vehículo tratando de entrar. A pesar de correr, pronto fueron dejados atrás. La tranquilidad volvió a sus almas.

Ahora todos respiraban tranquilos, pues el peligro había pasado de momento, lograban calmarse poco a poco. Hirano apoyo su cabeza en la cabecera del asiento delantero. Fue una de sus experiencias mas aterradoras de su vida, hasta dejo que su pistola cayera al suelo. Era demasiada emoción por un día, no soportaría otro mas seguido. Saya estaba igual, ¡diablos!, eran demasiadas veces que estuvo a punto de sufrir un infarto. Como desearía que Rock estuviera ahí.

Saeko estaba menos afectada, pero aun así respiraba agitada, incluso para ella era demasiado. Aunque le encanto como la adrenalina la invadió en el momento de luchar, ¡fue tan excitante!. Aunque no lo admitiría en voz alta, además de no volverlo a hacer tan pronto. Estaba agotada.

—¿Sigues preocupada por tu hermano?—preguntaba Hirano viendo a la rubia, la cual volvía a revisar su celular. Obteniendo resultados negativos—debes entender que las señales están muertas, no vas a recibir nada. Es la verdad por mas cruel que sea.

—Lo se, pero….—respondía un poco angustiada observando su teléfono, incluso veía como la batería ya estaba solo al 10%. Moriría en cualquier momento—haaa, tienes razón, estoy demasiado paranoica. Mi hermano es demasiado fuerte, estará bien. Luego se contactara conmigo de algún modo.

—En estos momentos, no se puede ser "demasiado paranoico"—respondía serena y comprensiva Kyoko, como toda una maestra. Era su deber mantenerla tranquila y a salvo—es lo mejor en estos momentos.

—Es verdad, así estarás precavida—también respondía Saeko, puede que sea una posible sádica asesina de closet, pero entendía que su deber como senpai, era ayudar a su kohai. Así que eso haría—eso te mantendrá alerta para evitar cualquier posible peligro.

Todos hablaban amenamente, hasta que la rubia vio algo en el espejo retrovisor mientras conducía, cosa que le dio nervios al no saber que intenciones tenia aquello que se acercaba.

Aquella moto encendía y apagaba las luces, como llamando su atención. Cosa que logro con éxito.

—¡O-Oigan!—nervioso llamaba la atención del grupo—¡nos están siguiendo!

El grupo se altero por eso, podrían ser buenas como malas noticias. En este nuevo y horrible mundo, los humanos podrían ser lo peor. Así que se asomaron, pero sus almas se llenaron de alivio y felicidad al saber de quienes se trataban. Así que les darían la bienvenida adecuada.

—¡Son Rock y Rei!—exclamaba alegre Hirano, la moto acelero y se coloco a un lado del bus. Quedando cara a cara con sus amigos—¡¿están bien?!—pregunto alterado al ver el estado del rubio, pues Rei estaba técnicamente ilesa. Incluso era ella quien conducía.

—¡¿Qué le paso a Rock?! —pregunto muy alterada Saya.

Saeko solo apretaba los puños en impotencia al ver sus manos en ese estado.

—Estamos bien—respondía Rei calmada y Rock alzaba tembloroso un pulgar—¡apártense de las ventanas!.

No entendían porque pedían eso, pero hicieron caso. En ese momento, Rock con mucho esfuerzo, empezó a lanzar las mochilas una por una, así como la funda con mas medicinas y mas cosas medicas, las cuales pasaban por las ventanas. Los del autobús estaban sorprendidos por la cantidad de suministros que habían logrado obtener.

Junto a lo que ellos tenían, era mas que suficiente para sobrevivir algunos meses. ¿De donde habían sacado todo esto?.

—Rei, dame el volante—decía Rock a una sorprendida pelinaranja.

—¿Q-Qué estas pensando?—preguntaba nerviosa y dudosa.

—Solo dámelo—Rei se sonrojo aun mas cuando el tomo el volante, pues el rubio se apegó aun mas a ella. Sintiendo el pecho firme de el en su espalda.

—¡Rock!, ¡¿qué diablos estas haciendo?!—preguntaba Saya claramente molesta y celosa por aquello.

—¡Díganle a Shizuka-sensei que abra la puerta del bus!—fue la orden del rubio.

Nadie entendía el porque del pedido de Rock, pero Rei si y estaba un poco nerviosa por aquello, era una locura. Aun así, la rubia abrió las puertas, aun sin saber el porque. Pero jamás se detuvo, Rock cuando vio las puertas abrirse, acelero un poco mas, quedando frente a la entrada. Rei observaba incrédula y temerosa al rubio.

La conductora tampoco entendía lo que pasaba.

—Rock, ¿no pensaras….?

—Vamos Rei, tu puedes—animaba a su amiga con una sonrisa, aun así para ella no era suficiente. Quería vivir—tu confía en mi.

Rei al verlo así, no pudo evitar aceptar, maldecía al rubio por ser tan convincente. Así que solo suspiro y se dejo llevar por el destino, internamente oraba para evitar caerse y morir. Aunque pensándolo bien, seria una muerte mas humana que ser devorada viva. No sonaba tan mal.

Rock quito su brazo derecho, por suerte el chico era bueno con las motos, así que tenía un excelente equilibrio. De esa manera, Rei podía voltearse alzando una pierna y quedar sentada de lado. Estaba nerviosa, veia como la calle pasaba a gran velocidad. No seria bonito el caer, así que nuevamente encomendó su alma a Dios y decidió seguir el plan de Rock. Se impulso y milagrosamente quedo parada sobre la puerta.

—Lo hice….—mencionaba sorprendida e incrédula la pelinaranja—¡si!, ¡lo hice!, ¡lo logre!, ¡trágate esa Bogard! —exclamaba emocionada y luego señalaba altiva a su amigo, el cual reía nervioso. Hasta que por poco se cae—e-estuvo cerca—menciono asustada y nerviosa mientras abrazaba el porta brazos de la entrada.

—¡Miyamoto-san!, ¡entra de una vez!—exclamaba nerviosa y asustada la rubia por el bienestar de su impulsiva alumna, la cual asintió y rápidamente subió.

—¡Shizuka-sensei!, ¡abra la puerta trasera del autobús!.

—¡¿Eh?!, ¡espera!.

Shizuka se quedo con la palabra en la boca, pues el rubio desacelero. Ella no le quedo mas remedio que cerrar las puertas delanteras. Rock quedo justo detrás del autobús, esperando que abrieran esa puerta.

Sus compañeros no entendían que estaba pensando el rubio.

—Momento, ¿va a hacerlo?—pregunto un poco alterada Saya al entender lo que haría.

—¿De qué estas hablando?—pregunto curioso el gordito amante de las armas.

—¡No hay tiempo!—exclamaba la rosada subiéndose a las sillas—¡háganse a un lado!.

No sabían que pasaba, pero por el tono de la rosadita, era algo muy serio y tonto a la vez lo que Rock haría. Así que la imitaron. La puerta se abrió y a pesar de estar lejos y a oscuras al ya ser de noche, pudieron ver que sonreía ligeramente. Eso les dio un escalofrió al entender que haría.

¡Ese idiota!.

¡Brooooom!

A pesar del terrible dolor en sus manos, acelero la moto, hizo una maniobra en la que alzo la llanta delantera, entrando por la parte trasera del bus la parte delantera, acelerando un poco mas, logro meter la parte trasera. Así metiéndolo por completo.

Rock suspiro aliviado y se dejo caer a uno de los asientos cercanos, riendo un poco aliviado de que su truco funcionara. Era la primera vez que lo hacia.

—¡Rock!, ¡¿en que diablos piensas?!—su ligero momento de descanso, fue violentamente interrumpido por una Saya molesta. La cual lo tomaba del cuello de la camisa y zarandeaba—¡¿Por qué diablos lo hiciste?!.

—Tranquila Saya, era lo necesario—la mencionada se asombraba y sonrojaba, pues por fin Rock la llamaba por su nombre y no por su apellido—además de este autobús, es mejor tener un vehículo de reserva, ¿no crees?.

—O-Oh, bueno, ¿ese es el motivo?—preguntaba aun sonrojada y nerviosa, acomodándose sus lentes, sonó muy bien su nombre saliendo de su boca. Aunque no lo admitiría—supongo que tienes razón…

Hirano reía ligeramente al entender que la debilidad de Saya, era Rock, pues a pesar de ser terca, orgullosa y altanera, hasta con el rubio, solo bastaba que este de sus razones y motivos para que ella diera marcha atrás a sus acciones. La muestra era lo que veía frente a el.

Incluso a Lily le parecía gracioso, a Kyoko casi le da un ataque por la imprudencia de su alumno. Pero por suerte no le dio alguno, Miku no lo conocía del todo bien, pero le llamaba la atención el chico. Admitía que sentía esto desde que puso en su lugar a los matones de Shido.

Pero a pesar de que a el le hacía gracia, había algunas personas que no tomaban muy bien la interacción de esos dos.

Saeko estaba tranquila o eso mostraba en el exterior, dentro de ella sentía una muy incomoda molestia, verlos a ambos tan unidos, de una forma muy intima y personal. Esa relación que tenían esos dos, era envidiable para ella, pues Saya gozaba de mas libertades y beneficios con el rubio. Algo que ella quisiera tener.

Rei estaba molesta, pues Saya siempre demostró tener una relación aun mas cercana con Rock, mas que ella, ¿cómo rayos lo había logrado?. Aunque ahora lo pensaba mejor, ¿por qué diablos le importaría de todos modos?. Ella solo veía a Rock como un amigo, ¡nada mas!...¿cierto?.

Y Shizuka si lo admitía, aunque por dentro, estaba celosa, ¡muy celosa!. Saya era una muy dura rival por lo que veía, era demasiado cercana a el, ¿como podía competir con eso?, ¡era muy difícil!. La pelirrosa demostraba ser alguien muy importante para Rock, mientras que ella solo era su "sensei". No podía competir con eso.

En enojo hacia un puchero adorable.

—Rock, tus manos…—mas tranquila, pero ahora muy preocupada, tomaba con delicadeza, las vendadas manos del rubio. Se sentía culpable de ejercerle ese ligero dolor—están mas lastimadas y tus vendajes, están sucias y maltratadas. Deben tratarte rápido—decía preocupada en que Rock obtuviera una infección y eso agravara mas su situación.

—Marikawa-sensei lo tratara cuando lleguemos al lugar seguro que menciono—decía Saeko ocultando su preocupación.

—¿Lugar seguro?—preguntaban confundidos Rock y Rei al mismo tiempo.

—Oh, es cierto. Ustedes no estaban aquí—tomaba la palabra Lily—en este momento nos dirigimos a un lugar seguro, la casa de una amiga militar de Marikawa-sensei. Ella dice que estaremos protegidos ahí.

—Ya veo—respondía Rei entendiendo todo, pero luego noto algo que no había notado antes. No estaba la escoria de Shido ni sus seguidores—oigan, ¿dónde están las parias?.

Miku que no había hablado ni metido en toda la conversación, se sintió un poco ofendida, pues con vergüenza admitía que estaba en el grupo de Shido, pero ya no. Aun así, se sentía insultada. Pero la entendia.

—No los soportamos mas y los expulsamos del autobús—respondía aun molesto el gordito, el solo pensar en ese imbécil y sus patéticos seguidores, solo lo hacían querer vomitar. Eran escorias—si que eran molestos.

—Debieron hacer eso desde el principio—respondía molesta Rei, pues tuvo que soportar a ese idiota por demasiado tiempo.

—Si bueno, lo hecho, hecho esta. Ya se fueron y eso es lo único que importa—respondía Hirano quitándole importancia al asunto—me encanto la cara de terror que puso cuando casi le vuelo la oreja de un disparo—mencionaba sonriendo sádicamente por ese recuerdo.

—Me hubiera encantado verlo—decía decepcionada por no ser testigo, pero en eso noto a alguien. Eso la hizo ponerse seria nuevamente—oye tu, ¿acaso no eras parte de su grupo?.

Miku entro en nervios cuando la chica la señalo, su miedo creció cuando vio sus ojos y notaba que en ellos había desconfianza y molestia hacia ella. No sabía si estaba o no en peligro.

—Si, ella es Miki Yuuki—Kyoko hablo por su alumna—antes lo estaba y decidió seguir con nosotros.

—Antes perteneci, pero decidí quedarme con este grupo. La verdad Shido me daba miedo—admitía la otra pelirrosa, pero de cabello corto—solo lo seguía porque era un maestro y pensé que podría ayudarnos, pero luego empezó a portarse raro y ahí perdió mi confianza. Ya no me sentía segura.

Rei no era de quienes se fiaban de ajenos, peor si antes estaban asociados con las escorias de Shido, por eso la observaba analíticamente, tratando de encontrar rastros de mentira en sus excusas, no era una experta y por eso no estaba segura de la veracidad de sus motivos. Chasqueo la lengua molesta por eso, haciendo que Miku tuviera mas nervios y miedo, no quería que por desconfianza, la fueran a abandonar en la fría oscuridad de la noche. Ese seria sin dudas su final.

Rock también la veía, pero en un gesto tranquilo, había descansado lo suficiente como para tener un uso moderado de sus habilidades con el chi, por lo que decidió hacerle un escaneo. No encontrando malas intenciones en ella.

—Rei, calma, no creo que tenga malas intenciones—para sorpresa de la chica, Rock salió en su defensa—mírala, solo esta buscando protección.

—Puede que este fingiendo—le respondía Rei sin despegar la vista de Miku, cosa que la ponía aun mas nerviosa. Esa chica asustaba con su filosa lanza—¿que tal si solo esta fingiendo para llevarnos a una trampa hecha por Shido?.

—¡N-No es verdad….!—trataba de defenderse la nerviosa mujer.

—¿Es así?—preguntaba aun mas seria la usuaria de lanzas.

Nadie la apoyaba ni contradecía, la verdad era que Rei tenía cierto grado de razón y lógica. Los seguidores de la rata de Shido, demostraron ser ciegos creyentes de el, capaces de seguirlo a donde fuera solo por su "protección" y creencia estúpida en el, era algo tan patético. Además de provocarles vergüenza ajena.

De momento, Yuuki estaba sola, debía ganarse la confianza de todos si quería seguir aquí. Demostrar que ya no era una seguidora de Shido.

Se sentía en peligro, que en cualquier momento seria echada a los peligros del exterior. Maldecía el haber sido tan ciega en seguir a esa excusa de profesor, ahora estaba en peligro por eso. ¿Qué debía hacer?.

—¿Eh?.

Se sorprendió cuando una mano de poso en uno de sus hombros, cuando volteó a ver quien era, supo que era Rock. El le sonreía de forma tranquilizadora y linda. Eso la hizo sonrojar un poco.

El rubio se alejo poco a poco de ella, dirigiéndose a su grupo. Miku de quedo en su lugar.

—Dice la verdad—decía Rock en voz baja y en una pequeña reunión con sus amigos—esta siendo honesta.

—¿Cómo lo sabes?—preguntaba desconfiada Saya y un poco celosa por como protegía a la chica.

—Rock tiene razón—Lily intervino—nosotros dos sabemos manipular el chi, eso lo saben, ¿no?—preguntaba la usuaria de bo, recibiendo el asentimiento de todos—eso también nos permite sentir la energía de todos los seres vivos, así también reconocer sus naturalezas. Malignas o benignas.

—La de esa chica—Rock volvía a tomar la palabra—es benigna, eso quiere decir que no tiene malas intenciones. Es lo que opino.

Miku veia desde lejos aquella pequeña reunión, un poco nerviosa y temerosa. Pues talvez se decida su futuro al terminarlo.

Esperaba que el rubio lograra convencerlos.

—Es increíble…—mencionaba Saya, aun le era increíble esto de la energía vital.

—Hmm, como sea. No confío en ella—reacia y entregada a su desconfianza, Rei no daba su brazo a torcer. Era muy terca—la vigilare de cerca.

—Si eso quieres—Rock se encogía de hombros, al no encontrar forma de hacerla cambiar de opinión. En eso volvió a sentarse—espero y no te canses—mencionaba divertido, haciéndola enojar un poco. Pues Rock no tomaba muy en serio esto.

—Miku Yuuki—la mencionada se tenso cuando Rei la llamo por su nombre, su tono de voz era serio y frio. Eso la asustaba un poco—voy a tener un ojo sobre ti.

Y tras decir eso, se alejo de ella pasando a su lado. Sentándose en un puesto cercano.

A pesar de ello, no pudo evitar estremecerse al sentir la fría mirada de la chica en su espalda. Era demasiada tensión para ella.

—Bien, ya esta todo solucionado. Ahora vamos a descansar un poco—decía Saya sentada a un lado del rubio—¿cuánto falta para llegar?.

—Ya estamos cerca—respondía Shizuka viendo el camino—la casa de mi amiga esta mas adelante.

La verdad era que la rubia manejaba lo mas rápido que podía, para así llegar y así tratar las manos del rubio. Podría hacerlo ahora, pero deberían parar y eso era peligroso. Por eso debían seguir.

Esas lesiones en sus manos, se habían agravado según lo poco que pudo ver. Debía tratarlo lo mas pronto posible.

Lo veia ahí, todo tranquilo o eso quería aparentar, pues en realidad veia como inadvertidamente se sobaba las manos con ligeras muecas de dolor. Era claro que la estaba pasando mal, pero aun así trataba de no preocupar a nadie. Era algo noble de su parte.

Por suerte ya faltaba poco para llegar.