Disclaimer: ¡Skip Beat! No es de mi propiedad. Skip Beat! Le pertenece a Yoshiki Nakamura al igual que todos sus personajes. Casi todas mis historias se van a enfocar en Universos Alternos, por lo que lo único que cogeré de Yoshiki Nakamura serán los nombres de sus personajes y espero mostrar el respeto que merecen.
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Capitulo cinco: Un Cambio
Yashiro Yukihito POV
- ¡Kuon! ¿Puedes contestar? Sé que estás ahí- nada, no importaba cuantas veces golpeara la puerta, mi mejor amigo no me respondía. Pero yo no me iría de aquí sin asegurarme de que estuviese bien. Por lo que marque de nuevo su teléfono, lo escuche sonar dentro de su apartamento y pasar a su máquina de mensajes.
- ¡Kuon! Es como el noveno mensaje que te dejo, realmente estoy preocupado por ti- más silencio- ¡Kuon contesta el maldito teléfono, sé que estás ahí! - yo solía ser de los hombres que sabía aguantar la compostura, pero realmente comenzaba a desesperarme.
Con un suspiro me derrumbe en la puerta principal. Deje mis espejuelos en mi mano izquierda, mientras la derecha apretaba el puente de mi nariz. Ya había pasado una semana desde lo de Tina y Rick.
Flashback
Kuon no había dicho palabra alguna en todo el camino. Su expresión vacía y mirada desenfocada me dejaba saber que aún no podía creer lo que había ocurrido. Su semblante no era mucho mejor, podía ver como se oscurecía con cada segundo que pasaba.
Nunca antes había tenido que pasar por la necesidad de animarlo. Desde que nos conocemos, siempre ha sido una persona feliz y despreocupada. Su niñez siempre fue mejor que la mía propia y sus padres lo consentían en todo. Por lo que estaba seguro de que él no sabía cómo hacerle frente a una decepción como esta.
Deje escapar un gruñido y mis nudillos se emblanquecieron por la fuerza con la que apretaba el volante. No podía verlo de esa manera. Tan perdido, tan dolido, tan desesperado. Además de mi mejor amigo, él era como mi hermano. Alguien en que podía confiar.
Y sin embargo en estos momentos no puedo hacer nada por él. Solo esperar que sea el, quien decida hablar. Quería que me gritara, que se enojara, incluso aguantaría un puño suyo, con tal de que solo reaccionara. Pero eso nunca paso.
Fin Flashback
Había dejado una enorme cantidad de mensajes y había venido aquí por lo menos unas diez veces en esta semana. Aun así, el no daba señales de vida y estaba empezando a desesperarme. Estaba realmente preocupado por Kuon. Desde que lo conozco, él siempre fue un hombre responsable y educado. Pero desde lo que ocurrió, ni siquiera había ido a trabajar.
Yo no era un hombre violento, pero el deseo de rodear mis manos sobre el cuello de Rick se me hacía demasiado tentador. Pero tenía que controlarme. En este momento Kuon me necesitaba lo supiera el o no.
Con otro suspiro me coloque mis espejuelos nuevamente y marque de nuevo su teléfono. El cual volvió a sonar una y otra vez hasta que la contestadora volvió a escucharse.
-Kuon, es Yashiro… otra vez. Todos estamos muy preocupados por ti. Tu madre me llamo personalmente cuando tu no contestaste sus llamadas. Está dispuesta a tomar un vuelo de inmediato y dejar a todos sus pacientes solo para estar aquí contigo.
-No- me contesto en voz baja, pero con autoridad.
-Vaya, si hubiese sabido que eso es lo que necesitaba para que contestaras, te lo hubiese dicho antes.
-Dile que no venga.
-Solo si me abres- contrarreste.
-Está abierto- y con eso colgó.
Le di la vuelta a la perilla y efectivamente la puerta estaba abierta. Me adentre en el oscuro apartamento. Eran las once de la noche y no había ni una sola luz encendida. Supuse que las cortinas estaban cerradas también, porque ni el reflejo de la luna entraba por las ventanas. No había absolutamente nada que alumbrara el lugar. Camine a pasos vacilantes, sabía dónde estaba todas las cosas, pero aun así tome precauciones. Levante mi mano y comencé a buscar el interruptor de la luz.
-Déjala apagada- susurro Kuon. Miré de dónde provenía la voz y me sentí aliviado al verlo en una pieza. Realmente estaba preocupado de que hiciera una estupidez.
-Kuon…- no sabía que decirle realmente que ya no haya escuchado. A este punto mis ojos se comenzaban a acostumbrar a la oscuridad por lo que pude darle un mejor vistazo. Tenía un aspecto bastante horrible. Comenzando por esa barba de una semana sin rasurar, el brillo apagado de sus ojos verdes. Su cabello rubio era lo más que se podía ver en esa oscuridad y se encontraba completamente desordenado. Tenía unos pantalones largos y una camisilla, obviamente no importándole el frio que hacía.
Di unos pasos más adelante y me tropecé con lo que parecían ser botellas vacías de whiskey. Él no me miraba a los ojos. Con un suspiro encendí las luces y lo vi sisear. A la luz de las luces pude ver las marcas negras debajo de sus ojos, seguramente por no dormir.
Arrugue el ceño y con mi mano libre le señale la puerta del baño.
-No estoy de humor para…
-No te pregunte- le corte sin darle la oportunidad a que continuara- ahora mismo entras al baño, te aseas bien y regresas aquí para que comas algo.
Cualquier excusa que fuese a dar murió en su garganta cuando me quite mis espejuelos. Kuon sabia mejor que nadie el peligro que significaba esa acción. Por lo que con pesar se levantó del suelo y se dirigió al baño.
Tan pronto escuché el agua correr, comencé a limpiar. Me encargue de botar todas las botellas vacías, las latas esparcidas y lavar la ropa acumulada. Cuando abrí la nevera me encontré con que estaba prácticamente vacía, pero no me detendría de prepararle una buena comida nutritiva.
Subí las mangas de mi camisa y me puse a cocinar algo para Kuon con las pocas cosas que pude divisar, preparé una pasta Alfredo con pechuga a la plancha y ensalada. Era algo pesado para esta hora, pero tenía la certeza de que no había comido bien en días. Además, aproveche para llenar la cafetera. El café le vendría bien para aclarar su mente.
Cuando todo estuvo listo y puse la ropa limpia en la secadora, escuche movimiento en la cocina. Kuon se encontraba sentado en la barra de la misma, por lo que le serví una taza caliente de café. El no dijo nada, solo le dio un sorbo y las lágrimas comenzaron a caer.
El que dijo alguna vez que los hombres no lloran, definitivamente nunca le han partido el corazón. Y en el caso de Kuon esto era una realidad.
- ¡Maldita sea Yashiro! ¿Por qué? - me dijo y ya yo sabía a lo que se estaba refiriendo.
-No era para ti amigo- le dije mientras le colocaba una mano en el hombro.
-Tu siempre presentisteis que había algo mal en ella. Tina nunca te agrado. ¿Por qué no te hice caso cuando me dijiste que ella no era para mí?- pregunto mientras se secaba las lágrimas con las mangas de la camisa.
-La amabas Kuon y como ella misma te dijo, en el corazón no se manda. Tu decidiste enamorarte de ella y no funciono- susurre.
-Le di mi corazón y le hubiese dado mi vida si me lo pedía. Maldición, incluso hubiese dado mi vida por Rick- me dijo mientras levantaba el rostro, mirándome con seriedad y yo sabía que era cierto. Para Kuon, primero estaba su familia y amigos antes que incluso el mismo. Es por eso que no merecía nada de esto. Pero la vida a la verdad es injusta y el destino no siempre está de nuestro lado.
-Tal vez Kuon, solo tal vez, la vida tiene otros planes para ti- intente de sonar lo más positivo posible. Esperando de todo corazón que tuviese razón.
-Debo de verme horrible- rio por lo bajo una sonrisa que no llego a sus ojos.
-Estabas peor cuando llegue- me golpeo el hombro con suavidad.
-Perdóname- bajo la cabeza.
- ¿Por qué?- le pregunte algo confundido.
-Por preocuparlos a todos. Solo necesitaba estar un tiempo solo. Para poder procesar todo esto- hablo entremedio de pequeños suspiros.
-No tienes nada de que disculparte. Es normal que quieras estar a solas después de eso, pero por lo menos me hubieras contestado las llamadas o las de tu madre- abrió los ojos con terror, pero yo sabía ya cuáles eran sus pensamientos- tranquilo. Ayer hable con ella y le asegure que encontraría la manera de ayudarte. No tienes que preocuparte por encontrarla en tu puerta, pero deberías llamarla solo para que no se preocupe.
-Gracias. Me sentiría peor si supiera que yo fui el causante de que ella dejara sus obligaciones por venir a consolarme.
-Hablando de obligaciones- le recordé.
-Seguramente estoy en muchos problemas en el hospital, ¿cierto? - esta vez desvió la mirada avergonzado.
-Solo digamos que no fue fácil, pero conseguí que te dieran dos semanas libres del trabajo. Arregle tu agenda de manera que no tuvieras que ser molestado hasta dentro de una semana.
-No sabes cuánto te lo agradezco Yashiro.
-Puedes empezar por comer algo.
-No tengo hambre en realidad.
-Si tengo que obligarte a comer, lo voy a hacer y sabes que tengo mis métodos- le advertí.
Tomo el tenedor y llevo un bocado a su boca. Lo saboreo con cuidado y luego trago. Me miró fijamente y sonrió.
-No está mal. Es bastante pasable. Mucho mejor que la de mi madre.
-Que no te oiga decir eso- le dije, recordando lo que sucedió la última vez que hablo sin fijarse que ella estaba escuchando.
Deje escapar una sonrisa mientras me servía un plato para mí también. La verdad es que la cocina no se me daba tan mal, pero no me gustaba mucho que digamos.
Comimos en silencio, solo escuchando el coque de los cubiertos sobre los platos. Al terminar pasamos la noche viendo el televisor, sin ver nada en específico y a las cuatro de la mañana, ya Kuon estaba durmiendo.
Le arrojé una sábana en el sofá y decidí que era el momento de devolverle la llamada a su padre. Así que lo más silencioso posible me fui hacia el balcón y cierre la puerta detrás de mí.
-Dr. Hizuri Kuu habla- respondió y supe que había tenido suerte y no se encontraba en ninguna operación.
-Buenas tardes Hizuri-san, lamento molestarlo a esta hora.
-Yukihito-san, me alegro que llamaras. ¿Cómo se encuentra? - Juliena no era la única que había estado preocupada por su hijo, Kuu sin duda amaba a Kuon con la misma intensidad que ella.
-Él está bien. Solo necesita tiempo para procesar. Sé que le duele en este momento y no es para menos, pero sé que estará bien. Yo estaré aquí para Kuon todo el tiempo que sea necesario.
- Entiendo – Kuu estuvo en silencio por unos segundos. Podía escuchar las ruedas rodando en su cabeza, una idea formándose y un pequeño escalofrió recorrió mi espalda. Le di el beneficio de la duda hasta que volvió a hablar- ¿Porque no darle realmente una oportunidad?
- Lo escucho – pasé mi mano por mis cabellos y contuve la respiración para no perderme ni una palabra.
- Como su padre lo conozco mejor que nadie, sé que es un hombre muy orgulloso y siempre se le dio bien aparentar frente a las personas- No había duda sobre eso. Yo mismo había sido testigo de innumerable de ocasiones en la que Kuon cambiaba por completo, regalando sonrisas amigables para los ojos de todos, pero letales para quienes conocían su verdadero significado- ¿Cuándo debe regresar a trabajar? Porque imagino que habrás movido todas tus cartas para darle unos días libres, ¿no?
Hizuri Kuu era de arnas tomar, realmente asustaba lo atento a detalles. Bueno no en balde era el Director de uno de los hospitales más prestigiosos de Tokio.
- Si señor -No valía la pena negar que hubo mano negra por mi parte para beneficio de Kuon.
- Eres un buen amigo Yukihito – san, sin duda Kuon tiene suerte de tenerte en su vida- lo escuche reír al otro lado del teléfono- Ahora, en lo que estaba. Tengo una proposición que seguramente también te afectara a ti.
- ¿De qué se trata? - la intriga me estaba matando.
- Pues veras, aun cuando este es un buen hospital, me temo que por ser el jefe pasan cosas de las cuales yo no me doy por enterado. El personal me respeta, pero me han llegado comentarios de terceros en los que insinúan que pequeñas injusticias han estado ocurriendo, en especial con mi personal. Por eso iba a contratar a varias personas que se hiciesen pasar por pacientes para que mirar y escucharan lo que ocurre realmente en los lugares que mis ojos no llegan.
- ¿En verdad cree usted que esté pasando algo grave en su hospital? - eso era toda una sorpresa, como ya lo dije antes, Hizuri Kuu no era un hombre que se le escapara muchas cosas.
- Me temo que sí, pero aquí es donde Kuon y tu entran en el plan. Veras, originalmente le iba a pedir a Kuon que luego de la boda, regresara a Tokio. Su madre y yo lo extrañamos mucho y sería bueno para ella tenerlo cerca. Pero ahora… creo que sería bueno para Kuon sencillamente regresar a casa. Regalarle un cambio de lugar. Una nueva oportunidad para comenzar en un lugar en donde no le recuerde a Tina ni a Rick.
- Si estoy entendiendo correctamente, usted quiere que nos hagamos pasar por pacientes en su hospital.
- Por una semana.
- Por una semana. Para comprobar si los rumores sobre ciertas irregularidades están ocurriendo sin su consentimiento. Reportar lo encontrado y ¿luego?
-Trabajaran para mí. Pediré que trasladen sus récords de los USA a Tokio.
- ¿Quiere contratarnos permanentemente?
- Sé que es un gran cambio y te estoy pidiendo mucho Yukihito…
- Por mí no hay problemas. A donde Kuon vaya yo iré con él. No me separare nunca de su lado mientras él me necesite – dije firmemente. No importa lo que tenga que hacer o donde tenga que vivir, pero la felicidad de Kuon será mi misión en la vida.
- Entonces, ¿Cuándo crees que pueda tener una respuesta de su parte?
- Tan pronto despierte, hablare con Kuon y le contare su plan. Yo estoy completamente de acuerdo con usted. Kuon necesita empezar en un lugar que no tenga fantasmas del pasado. Creo que ir a Tokio y trabajar en su hospital es una forma de que él pueda sanar sus heridas y comenzar de nuevo. Estoy seguro que una vez hable con él, Kuon también vera que esta es la mejor opción. Entonces le llamare para dejarle saber su decisión.
- Eso no será necesario – la voz profunda de Kuon sonó en mi espalda y me sobresalte por un momento- Dile a mi padre que acepto, pero con una condición.
