Daliah observaba a través de la ventana de la cocina a su tia, sentada sobre una de las sillas que tenían junto al pequeño rio que circulaba cerca de la casa. Emily se encerró en el dormitorio, mientras que Ian se encontraba junto a su prima, muerto de ganas por acercarse a su madre.
Las estrellas se podían ver en aquella noche despejada, haciendo que lo sucedido durante todo el día, pareciera como si hubiera sido una mera ilusión. Jackeline siempre habia aprovechado aquellas noches para observar las estrellas, y de paso enseñar a sus hijos las constelaciones. Pero esa vez, era distinto...
―Emily solo necesita tiempo... - Daliah observó curiosa a su primo, al mismo tiempo que este seguía observando a su madre por la ventana.
―¿Como es que estas tan tranquilo?
El pequeño se encogió de hombros y sonrió.
―Tengo seis años, pero no soy tonto... Siempre sabia que ocurría algo.
―¿A que te refieres? - la castaña se sentó en el suelo de la cocina y se llevó una de las manos a la cabeza.
― Era extraño que siempre que me escapaba aparecía el mismo lobo y me traía de nuevo a casa... ahora tiene sentido. - Ian miró a su prima y se sentó junto a ella. ― Por mi hermana no te preocupes, estará bien.
La adolescente asintió. Unos pasos comenzaron a escucharse a través de las escaleras de la casa, y del piso superior bajó el hombre rubio. Tenia puesto esta vez una camisa blanca, con pantalones negros y el pelo largo recogido en una coleta; llegó a la cocina y observó a los dos que se encontraban sentados en el suelo. Como si se hubiera quemado en una hoguera, Ian se levantó de un brinco y se quedó observando al hombre con una mirada feliz, y un rostro serio.
―¿No tendríais que estar ya en vuestros dormitorios? - La voz de Gabriel sonó enfadado.
―Las chinches me hablan... y es terrorífico - Daliah se levantó despacio mientras se cruzaba de brazos. El rubio le miró con mala cara porque sabia perfectamente que le estaba tomando el pelo; se encogió de hombros. ― No pienso irme a dormir hasta estar segura que Tia Jacky y Emily están bien.
El pequeño pelirrojo llevó su mirada desde Daliah hasta su padre y después se dirigió a la puerta de la cocina, sabia que si se ponía la castaña de esa forma, seria complicado convencerla de que se callara. Observó como su madre no estaba ya sobre la silla del jardín y se preocupó.
―¡MAMÁ NO ESTA!
La castaña se colocó rápidamente junto a su primo y se dió cuenta de que en efecto, habia desaparecido Jacky.
―¡MIERDA! ¿Donde puede estar? - la castaña comenzó a ponerse nerviosa.― ¡TIA JACKY!
―¡MAMÁ!
Salió al jardín junto Ian y comenzaron a mirar a su alrededor. Lo único que eran capaces de ver sin alejarse de la iluminación que proporcionaba la casa, era la silla en donde hacia unos minutos habia estado sentada la pelirroja, y un poco del riachuelo. Gabriel salió calmado al jardín y se apoyó sobre el marco de la puerta, observándoles.
―¡¿QUE ESTA OCURRIENDO?¡
Los gritos desesperados de Ian provocaron que Emily bajara a gran velocidad para saber que sucedía. Ian en cuanto vió a su hermana, corrió a abrazarse a su pierna y comenzó a llorar. La rubia le acarició la cabeza y se arrodillo hasta ponerse de la altura del pequeño.
―¿Que sucede? ¿Porqué tanto grito?
―Mamá... no está. ―el pequeño sorbió por la nariz mientras que Daliah se aproximaba a los dos.
―Solo dejamos de mirar por la ventana un par de minutos y desapareció...
― Típico de los Lavigne... únicos en crear grandes montañas de minúsculos granos de arena...
Emily todavía molesta he intentando por todos los medios el ignorar al rubio, se giró furiosa a enfrentarlo.
― No os creáis que por ser nuestro padre, tenéis derecho a tratarnos como os de la gana...¿y no se supone que tendría que preocuparse por madre?
El rubio sonrió indiferente he hizo un gesto hacia el riachuelo. La adolescente se sintió ignorada y de no ser que Daliah exclamó un grito sorprendida, le habría soltado una blasfemia.
Jackeline se aproximó hasta ellos con una mano llena de pequeñas flores naranjas , y ocultó una punzada de dolor cuando Ian corrió a su pierna y le abrazó- La castaña por su parte, se quedó observando a su prima, quien todavía evitaba mirar al hombre de ojos ámbar a los ojos.
―He recibido una paloma de los Noïr, consiguieron resistir lo suficiente como para no tener muchas bajas... - La pelirroja acarició la cabeza del pequeño y después se detuvo junto a Gabriel , Daliah y Emily - Aunque les pilló bastante por sorpresa.
―¿Margaret y su familia se encuentran bien? - La rubia miró asustada a su madre mientras que el hombre fruncía el ceño - En su estado los sobresaltos no le pueden sentar bien...
―Si, varios lobos les pillaron desprevenidos pero no sufrieron mucho...
―Ahora di la parte importante del mensaje.
Los tres jóvenes miraron con una ceja enarcada al rubio y Daliah pudo darse cuenta de que su tia le dió una mirada helada al hombre.
―¿Porqué esa manía de discutirme lo que digo? - La pelirroja se cruzó de brazos y se puso delante del rubio, visiblemente molesta.
―¿Cuantos cazadores han muerto?.
―No se porque supones eso, estamos bien.
―"¿Porqué me da la sensación de que ahora mismo es como si no estuviéramos?" - Daliah miró la escena entre curiosa y confundida; Diversión y preocupación eran las emociones que tenia ahora mismo en su interior. Jackeline miró por el rabillo del ojo a su sobrina y después volvió a mirar mal a Gabriel.
―Dilo.
La pelirroja suspiró astiada y visiblemente enfadada.
―Gabriel Ritc...
― Señor murciegalo para ti, señorita Lavigne. - Le interrumpió el nombrado con calma, mientras le miraba divertido; LA mujer dió una patada al suelo y se llevó las manos a la cara.― ¡MALDICION, FUERON 7! ¿VALE? Somos 7 malditos Cazadores menos, no quedamos ahora mismo mas que tres, sin contar a mi hermano,Ryan y Jillian. No tengo ni idea de que vamos a hacer a partir de ahora.
Daliah vió como su tia se sentaba sobre el césped, completamente abatida. Se acercó junto a ella y le miró preocupada.
―¿Porqué no querías decirnos eso? ¿Es tan importante?
Jackeline levantó la mirada del suelo y al mismo tiempo que sonreía, le puso una mano en la mejilla a la par que miraba a Emily.
―No es algo con lo que me gustaría preocuparos.
―Nos preocupa mas no saber a donde vas tia, tus escapadas sin avisar son aterradoras.
―Mamá, ¡Quiero ayudar! Enseñame a ser igual de fuerte que tu. - Ian sonrió a su madre y le abrazó por la espalda, aprovechando que se encontraba sentada sobre el suelo.
―No.
La pelirroja levantó la mirada y vió como Gabriel se encontraba con rostro serio, observando fijamente al pequeño Ian. El chico al escuchar aquello, clavó sus ojos azules como su madre sobre los ámbar del vampiro.
―Necesita ayuda, ella sola no puede protegernos a todos. Soy mayor y quiero ayudarle para que no tenga que cuidar de nosotros tanto. Si tu no ayudas a mamá yo lo haré.
―Seis años no te hacen ser mayor aunque si seas valiente...
―Lo importante es saber defenderse prima... - El pequeño miró a Daliah con ojos tristes al tiempo que le deletreaba "Ayudame" con los labios .
―Cariño, no te preocupes te enseñaré todo lo que se...- Jackeline sonrió orgullosa, al mismo tiempo que notó como le clavaban la mirada tanto el padre como la hija - No me miréis así, ya tenia pensado hacerlo tarde o temprano.
Emily suspiró.
―Madre, me molesta decirlo pero el... vampiro tiene razón. Ian es demasiado pequeño y eso es muy peligroso para el.
"¿El vampiro?" - Gabriel miró sonriendo a Jacky y esta le devolvió la mirada mientras negaba con la cabeza.― Me da igual el peligro, ninguno va a convertirse en protector de este pueblo.
―Gabriel... - la mujer se incorporó con cuidado de no hacer daño a Ian, y se aproximó hasta quedar a un par de centímetros del rubio - Todos estos años, hemos logrado sobrevivir por el esfuerzo de los pocos cazadores que vigilábamos la zona... ademas te recuerdo que puede pasar si decides hacer lo mismo que hiciste a Becky...
―¿Una cazadora les tenderá una trampa y me torturaran durante el resto de su existencia? - Sonrió divertido mientras llevaba una mano a la mejilla de la pelirroja, quien comenzó a reír sin apartarse de la caricia.
― No... Se escaparan para intentarlo por su cuenta... - Con su mano, sujetó la mano del rubio con fuerza al mismo tiempo que le miraba directamente a los ojos y muy convencida - ... Y eso es algo que no pienso permitir.
Emily apartó la mirada de la escena he inmediatamente se metió en la casa, demasiadas noticias para un día y todavía no se veía preparada para reconocer que después de tantos años, su padre se habia atrevido a mostrar la cara. Daliah observó como su prima volvía de regreso a la casa, y decidió hacer lo mismo.
Jackeline cuando vió a su sobrina que se alejaba, se acercó corriendo hasta ella y la detuvo ante la sorprendida cara de la adolescente.
―¿A donde crees que vas, pequeña? ― La pelirroja sonrió y le abrazó― Todavía no tengo noticias de tus padres, pero por ahora no puedo dejar que te quedes sola en esa casa. Ves a la habitación de invitados que tenemos, mañana te prometo que saldré a buscar a Chris y a Jillian.
Ian observó como su madre y Daliah hablaban y al rato miró por el sitio en que habían visto salir a la pelirroja del otro lado del arroyo. Se acercó al riachuelo y poniéndose de cuclillas intentó ver que habia por esa zona. Gabriel observaba la escena entre las dos chicas en silencio.
―Tia... vivimos a un par de calles, no te preocupes ya todo está bien.
―Estoy preocupada, los licantropos han entrado demasiado al pueblo y tambien vampiros peligrosos... no estoy segura de dejarte sola.
― Jackeline, Carla está por los alrededores ...― El rubio giró la cabeza para controlar la ubicación del pequeño ― Podría mandarle y que se ocupe de ella.
Daliah enarcó una ceja confusa; Jackeline se separó de su sobrina y se giró a observar al rubio. Se cruzó de brazos.
― ¿No seria demasiado?
―Se sentenciaron ellos primero... han herido a su hijo ― Gabriel sonrió torcidamente mientras se giraba y miraba directamente a Jackeline― Carla se adelantó a Roselli y desapareció del mapa, no creo tenga problema en estar entre humanos.
Con las piernas al punto de fallarle, Tyler consiguió alejarse lo suficiente de Waldhouse. Siguió caminando por las ultimas palabras que le habia dicho su madre, pero todavía no habia dado con nadie.
La noche habia aparecido y su cansancio de estar todo el día caminando, comenzaba a pasarle factura. Se detuvo junto a un gran árbol y se sentó en las raíces del mismo, sus pantalones estaban hechos jirones y la camiseta tenia un color verdoso difícil de quitar. Suspiró.
― No se como llegaré a Walschbronn a pié... - Se llevó una mano a la cabeza mientras de sus ojos amenazaba con aparecer lagrimas - Daliah espera que regrese con nuestros padres... y ni siquiera se como contarle lo que a pasado.
Se incorporó y comenzó a buscar pequeños palos y ramas, que le sirvieran para hacerse una fogata que le facilitara el poder acampar ahí en esa noche fría. Varios troncos rotos y un par de piedras fue todo con lo que pudo dar, sabia que o encontraba algo que le sirviera para provocar una mecha o tendría grandes problemas.
Con suerte logró dar con algo de Yesca, por lo que volvió hasta el árbol junto al que se habia sentado antes y se preparó la hoguera improvisada. Rompiendo un trozo de su camiseta y con un par de palos, comenzó a frotar un palo contra un trozo de madera recio para sacar chispa.
Comenzó a recordar los días que se habia ido con su Tia de acampada, aquellos años en los que su padre no habia querido que se pusiera en peligro con las cosas extrañas que sucedían en los bosques. Jackeline siempre habia intentando proteger a través del conocimiento, y gracias a ella , de repente un día su padre decidió confiar en el y terminar de entrenarlo.
Comenzó a frotar mas fuerte al mismo tiempo que los ojos se le volvían a humedecer.
"Maldita sea, así no voy a llegar a ningún lado... necesito superarlo ya ..."
Tyler maldijo para sus adentros y cuando se percató de que comenzaba a salir un poco de humo, siguió frotando el palo con mucha mas fuerza. El joven utilizó demasiada fuerza y por el mismo ritmo , se le rompió el arco improvisando, rozando sus manos directamente sobre el palo con gran fuerza y provocándose una dolorosa quemazón en ellas.
―¡Mierda! ― Soltó el palo instintivamente y se llevó las manos a la altura de la boca, para comenzar a soplaras.― Joder.
El árbol mas próximo a el comenzó a mover sus ramas extrañamente de forma suave, mientras que todavía concentrado por el dolor no se dió cuenta de la ausencia del Aire. Terminó de destrozar su camiseta y se vendó las manos con los trozos de camiseta; Levantándose con cuidado pateó el montón de leña que habia preparado , visiblemente enfadado.
― Genial, será mejor que me haga una lanza ya que no funciona el método hoguera.― se agachó a recoger un palo que podría servir de pequeña lanza y al tiempo de cogerlo, comenzó a escuchar unas risas tras el.
Se dió media vuelta y al hacerlo no vió absolutamente nada, en cambio ahí estaba la risa.. Una gota de sudor comenzó a recorrer por su frente completamente nervioso.
"¿Acaso me han descubierto ya? ¿Porqué no los oi llegar? ¿Licantropos?"
―¿Quien eres? Muéstrate ...― Tyler miró en todas direcciones intentando averiguar de donde provenía el sonido pero no lograba averiguarlo.― No estoy de humor para tonterías, sal de una vez.
Por uno de los lados en los que habia estado recogiendo ramas, comenzó a aproximarse una silueta que conforme se acercaba , el joven era capaz de verle un poco con los rallos de luz que reflejaba la luna. No era demasiados, pero los justos como para observar como una chica de pelo largo y Vestido sin mangas se aproximaba hacia el, con una sonrisa en la cara.
El castaño miró confuso y desconfiado hacia la joven y se percató que le sobresalían las orejas de forma puntiaguda.
―¿Quién eres?
La joven se acercó hasta quedar a un par de centímetros de el y señaló con la cabeza hacia el resto del arco para hacer el fuego.
―¿De verdad esperabas que algo mojado te sirviera para hacer fuego? ― La chica negó con la cabeza mientras sonreía― Me sorprendes...¿Como has llegado hasta esta zona?
La melodiosa voz de la joven dejó momentáneamente hipnotizado a Tyler. Al tenerla tan cerca, pudo ver que en sus orejas tenia varios pendientes y que sus ojos brillaban del mismo color que la luna, era incluso eclipsante. Parecía como si todo lo que habia al rededor de ellos hubiera desaparecido de repente, pero al mismo tiempo estaba mucho mas presente.
A pesar de la falta de aire, los arboles al rededor de la joven se movían como si bailaran en su cercanía, y al mismo tiempo las estrellas comenzaban a brillar como si reclamaran su atención.
El joven sacudió la cabeza y volviendo en si, le dirigió una mirada indignada.
―He preguntado yo primero, ¿quien eres?
Un brillo apareció en los ojos de la joven al tiempo que sonreía divertida. Se apartó el pelo de la cara, apoyándolo detrás de sus orejas y después puso los brazos en jarras.
―Mi nombre es Irie... y no estas en posición de mandar nada, Ahora mismo estás en mi Territorio. ..― La chica al ver que el joven le estaba ignorando mientras miraba absorto sus orejas carraspeó ― Mira, mis ojos están aquí.
Se señaló el centro de la cara y Tyler apartó la mirada un poco avergonzado.
― Parece que no estás acostumbrado a ver otras criaturas distintas a los humanos, ¿he ―Irie sonrió.―Al menos, con forma humana...No te preocupes, si quisiera herirte no te hubiera dejado verme.
―¿Como puedo confiar en que me dices la verdad?
―Bueno, sigues vivo.
Una lechuza pasó sobrevolando por la cabeza de Tyler y acabó posada sobre el hombro de la joven. El castaño miró sorprendido la escena el tiempo suficiente, para admirar como la joven con gran destreza quitaba un par de plumas del ave y después la dejaba ir de nuevo.
―Pensé que necesitarías ayuda para salir de este bosque, y después del numerito nefasto con la hoguera creo que acerté.
Un leve sonrojo de vergüenza apareció en las mejillas del joven.
―No a sido hoy mi día la verdad... ― Se arrascó la cabeza un poco nervioso.
―Ya lo vi... siento lo que le a pasado a tu madre, es una buena mujer... - Irie miró el pecho descubierto del castaño y sonrió torcidamente; Tyler al ver el gesto se cruzó de brazos - Valla... Se ve que entrenas mucho, menuda sorpresa.
― ¿Conocías a mi madre? Puede ser... ― Le miró con esperanza― ... acaso , ¿eras tu quien debia recogerme en este bosque?
La joven Levantó las manos y señaló hacia detrás de ella mientras negaba con la cabeza.
― Desgraciadamente hacia años que no veía a Jillian, pero si te dijo eso es probable que sepa de quien te hablaba.
―¿A...Años? ― le miró sorprendido; la chica aparentaba tener la misma Edad que el, incluso un poco mas joven, "¿Cuantos años tiene en realidad?".
―Sígueme, necesitas cambiarte de ropa antes de abandonar el bosque, o te podrían confundir con un pervertido.
Irie comenzó a volver por el camino del que habia aparecido, suponiendo que Tyler le estaba siguiendo no se giró en ningún momento. Al ver que no le esperaba y caminaba a paso ligero, el castaño tuvo que correr para alcanzarle.
El cielo nocturno habia dejado a la vista un gran numero de estrellas, pero al tiempo que se alejaba de su lado la joven, las estrellas por arte de magia desaparecían ― al igual que el aire que movía los arboles a su paso, dejaba de mover las copas de la vegetación―; Varias ramas le golpeaban en el pecho, pero las apartaba como si de mosquitos se tratasen.
Desconocía cuanto llevaban caminando, simplemente se quedó sorprendido cuando de repente llegaron hasta un lago junto a una pequeña cascada. Con toda la calma, Irie cogió de la mano a Tyler y le hizo un gesto para que le acompañara al interior del lago.
El joven le miró confuso y se detuvo.
―¿En serio esperas que me meta ahí? Estas loca.
―Venga señor valiente, ¿Puedes contra un Lobo pero te da miedo el agua? ...― le soltó la mano y se adentró un poco mas ella sola; le señaló riendo ― ¡No me digas! ¿Eres un Gato y le tienes miedo?
Tyler notó como el corazón le dió un leve vuelco.
Aquel sitio en el que se habían detenido recibía muchísima luz por parte de la luna, era un pequeño claro en medio de todo aquel bosque y hacia que la escena se viera como sacada de una novela de fantasía. Los reflejos de la luna sobre el pelo de Irie hacia que le salieran mechones azulados, en contraste con el agua del lago.
Quedó bastante sorprendido , era la primera vez que veía a una criatura como ella , pero no estaba seguro si el problema lo tenia el, que fantaseaba con todo a su alrededor, o si realmente ella no era humana.
Irie le lanzó agua a la cara.
―Vamos Chico, no tenemos todo el día. ¡Mojate!
Sacudió la cabeza y después entró con cuidado en el lago siguiendo a la joven.
"Maldición... ¿A donde demonios me estará llevando?"
―Mas bien, tendrías que preguntarte el porqué confiás tan abiertamente en mi sin conocerme ―Irie le sacó la lengua y se adentró en el interior de la cascada.
"Espera... ¿Que acaba de ser eso? "―Tyler se detuvo en seco y miró mas sorprendido hacia donde se habia dirigido ella.
La plaza de la aldea reflejaba los destrozos de la pasada guerra, manchas de sangre por todos lados y cadáveres a cada paso era lo que se podía llegar a ver. Las mujeres que se habían escondido juntas comenzaron a salir poco a poco. La señora Summers seguida de su hija en cuanto vieron toda la escena, torcieron el gesto con repugnancia hacia la escena.
―Amber... ten cuidado― la mujer cogió por los hombros a su hija― puede que todavía se encuentre alguno de esos animales locos por aquí, podría ser peligroso.
― Madre, ¿piensa que mi hermano estará a salvo?.
―Tu hermano no está aquí, ahora tenemos que preocuparnos por nosotros cariño.
Amber miró a su madre ocultando unas lagrimas que amenazaban con salirse de los ojos y decidió seguirla. Estaba preocupada por Nathaniel y al parecer era la única de la familia que lo hacia.
― No te preocupes, regresare a casa te lo prometo.
― Temo mas por las cosas que te vallas a encontrar por el camino,¿Saliendo fuera del toque de queda? Quien sabe que cosa tan terrible es la que provocó los asesinatos.
― Tendré Cuidado...
Traicioneras lagrimas comenzaron a deslizarse a través de la suave mejilla de la adolescente, al mismo tiempo que caminaban esquivando cadáveres por la calle de regreso hacia su casa.
―Desearía saber seguro que no se van a levantar de nuevo...―La señora Summers comenzó a abanicarse con intención de alejarse parte del olor a putrefacción que provenía de los cadáveres.
―Si estuvieran vivos, ahora mismo vosotras dos estaríais muertas.
―Querida, hay que ser mas delicada con las personas asustadas.
Unas voces proveniente desde detrás de ellas les obligó a girarse y observar a los recién llegados. En cuanto pudieron tenerles en el punto de visión, observaron a dos mujeres aproximarse hacia ellas.
Una mujer de cabellos rubios recogidos en un moño , vestido largo Granate con hombros al descubierto y mangas con pequeños cortes hasta las muñecas ,Junto a una mujer Castaña con un recogido de flores negras, Vestido verde oscuro con una larga cola, mangas cortas y guantes negros . se pararon apenas a un par de pasos de ellas y observaron detrás de ellas.
― Disculpad queridas, ¿Que a sucedido por aquí? ... ― La mujer del vestido verde dirigió una amable mirada hacia la madre de la adolescente― Mi amiga y yo acabamos de tener un contratiempo con nuestro carruaje y nos vimos en la necesidad de tener que pedir cobijo.
Un fuerte viento comenzó a recorrer las ramas de los arboles al mismo tiempo que una rubia pasaba corriendo por un camino oculto entre la vegetación. Giselle no dudó en salir corriendo en cuanto vio un grupo de lobos huir de Walschbronn hacia la oscuridad del bosque.
La noche se habia alzado demasiado lúgubre acompañada de los graznidos de un par de cuervos que se encontraban apoyados sobre algunas ramas.
Se detuvo junto a un amplio lago que reflejaba sobre sus aguas agitadas por el viento la luna. Se cruzó de brazos y miró hacia la luna. Durante su infancia se la pasó escapándose de casa y corriendo hacia sitios como ese, para pedir a la luna que le dejara reencontrarse con su padre.
Suspiró y miró a su alrededor por algún rastro que hubieran dejado las criaturas.
Sobre una roca junto al lago comenzó a notar un rastro de sangre, caminando con calma y apartándose el vestido a cada paso que daba, apartó con el pie la roca dejando visible el cadáver de lo que antes habia sido uno de los lobos que habia estado persiguiendo. Se agachó para ver los cortes que tenia el Licantropo sobre la piel, y al hacerlo parte de los cabellos de Giselle se cayeron sutiles sobre la cara.
Las heridas parecían recientes, y un ligero crujido sonó en el ambiente, por lo que la rubia se puso en guardia y con gracia giró sobre si misma apartándose del cadáver. Al tiempo de apartarse, una flecha pasó atravesándole la parte baja de la falda de su vestido rojo y cayendo justo donde habia estado colocada segundos antes. Se apartó el pelo en la cara y se puso a mirar en la dirección por donde habia salido la flecha.
―Si ibas a quitarme el trabajo, al menos podrías haber matado a los otros tres también, Cazador de pacotilla.
Una sombra armada salió desde detrás de un árbol y le apuntó con una ballesta.
―¿Que haces aquí? Vampiro...
―"La voz es de un joven... valla, encima novato "― Giselle sonrió mientras miraba divertida hacia el chico― Mira novato, tienes otros tres perros en el bosque así que no pierdas el tiempo conmigo y ves a por ellos. Yo tengo cosas mas importantes que hacer que perder el tiempo contigo.
Dispuesta a ignorarlo, la joven se transformó delante del cazador en Zorro para salir corriendo y despistarlo por el bosque, cuando sin esperarselo una flecha le alcanzó pero en vez de clavarse en su cuerpo, una red le alcanzó haciendo que no pudiera salir.
Se revolvió completamente furiosa y enseñó los colmillos al joven que se aproximaba a ella sonriendo con suficiencia.
―Si le hacen una pregunta a alguien, por educación se debe responder... ― Se acuclilló junto al zorro furioso con aire triunfal― Ahora bien... ¿De verdad esperáis que iba a ser tan estúpido de creer que no está trabajando con esos perros?
Los ojos grises del animal miraron con odio al mismo tiempo que intentaba morder al joven. Desde donde se encontraban ahora la luna iluminó el rostro del cazador, mientras que cogía una cadena de plata y la colocaba al rededor del cuello del zorro.
Retiró la red y con la cadena de plata lista y un puñal de plata por si acaso colocado de defensa, se levantó y miró al animal.
―Tienes dos opciones, Te mato siendo un estúpido zorro o con tu forma humana. Tu decides.
―"¿En serio piensa que con eso solo podrá conmigo?" ― Giselle sonrió internamente.
En cuanto vió una leve distracción en el cazador, le mordió la mano y saltó alejándose del joven. Volvió a la forma humana y con delicadeza se limpió la sangre de la boca mientras sonreía de forma picara. La luz de la luna le iluminó el rostro tanto a ella como al joven. Los cabellos rubios del joven se confundían con el Ámbar de sus ojos que le miraban con odio.
― Maldita zorra...― se llevó la mano herida al pecho.
―No te preocupes, no te vas a convertir ni nada por el estilo... y si, ya se que soy una zorra perversa ― Le lanzó un beso con la mano― ¿Sabes? Todavía te falta mucho para llegar a ser un cazador que sea capaz de dar miedo a cualquiera. Matar criaturas es muy fácil, pero lo mas complicado querido, es el aprender a no subestimar a tu adversario... Que lastima. Serias un buen bocadito de no ser porque eres demasiado sencillo de conseguir.
Con el orgullo herido y muy furioso, el joven le arrojó el cuchillo de plata con intención de clavárselo a la rubia.
―Alejate de esta zona vampiro, a la próxima no tendré compasión.
―Siento desilusionarte de nuevo, es probable que volvamos a vernos en ese caso... y eso si no te matan antes... Nathaniel.
Giselle sonrió antes de desaparecer entre la espesura del bosque bajo la sorprendida mirada del joven.
El joven lanzó a un árbol cercano el puñal de plata, el cual se clavó en la corteza del mismo por la rabia acumulada. Humillado... así era como se sentía ahora mismo. Habia pasado un año fuera de casa siendo entrenado por Ryan, quien le habia enseñado todo lo necesario como para lograr dejar fuera de juego a cualquier criatura sobrenatural con la que se fuera a cruzar. Pero no le habia preparado lo suficiente como para dejar completamente fuera de juego a un vampiro que se creía superior a el por ser joven.
"¿Porqué no me avisó de que pueden leer la mente?" "¿Hay algo mas que no sepa?" "¿Como es que sabia mi nombre?― Nath se llevó las manos a la cabeza y ocultó su rostro entre estas.
Una vez tranquilizado se acercó hacia el cadáver del Licantropo que yacía en la orilla y comenzó a investigarlo. En comparación con el resto de lobos que habia estado persiguiendo, este se diferenciaba en notorios aspectos. Los dientes estaban mas afilados de lo normal y tenia unos colmillos mas desarrollados que los de los mismos vampiros, al mismo tiempo que las garras de los animales eran extremadamente alargadas y finalizaban en una peligrosa punta con forma de gancho, Lo cual daría a entrever que habían sido preparados a propósito para alguna misión.
Se quitó la gabardina negra que traía puesta y la colocó junto al cadáver. Después de haber recogido de nuevo el puñal, sujetó con fuerza la extremidad del animal y con un hábil corte, le separó el brazo derecho para después guardarlo en su gabardina y enrollarla de forma que se mantuviera oculta.
Limpió el filo del arma en el lago y tras guardárselo en el cinturón, cargó la prenda de vestir con la mano en su interior y emprendió el camino de regreso a la cabaña oculta en el bosque, en la cual se estaba escondiendo desde hacia ya un par de días. Aunque sentía como si estuviera siendo observando por algo oculto entre los arboles.
