Aquellas palabras dejaron estáticos a todos los presentes. Los ojos de Sabo se abrieron de par en par. Sus brazos cayeron con fuerza al costado de su cuerpo. Su corazón comenzó a latir con mucha fuerza y su boca se abrió levemente, como si estuviera intentando procesar lo que acaba de escuchar. Koala cerró las manos en dos puños y se los llevó al pecho, impactada. Luffy estaba serio, tenía su mirada posada en ese niño. El sombrero ensombrecía su mirada, pero no podía moverse. Ni siquiera sabía como reaccionar. Zoro, quien estaba cruzado de brazos, afiló la mirada. El corazón de Nami dio un vuelco. Desvió la mirada hacia su capitán intentando dilucidar sus pensamientos, pero fue imposible saber lo que él estaba pensando. Usopp y Brook tenían la boca abierta de manera exagerada. Sanji no pudo evitar meter la mano en su bolsillo y sacar un cigarrillo; lentamente, intentando no llamar la atención, encendió el pitillo y se lo llevó a la boca. Chopper tenía los brazos estirados, había quedado congelado en su lugar y solo respiraba. Robin, en cambio, parecía tranquila. Franky dio un paso atrás, como si estuviera procesando toda esa información. Fue Jinbe quien soltó un grito ahogado.

La noticia incluso impacto al resto de los miembros del ejército revolucionario y a Vivi. Dragon frunció el ceño y posó sus ojos en el niño. Cuando lo había encontrado en el bosque había notado algo extraño, un aura poderosa, una voluntad que era bastante llamativa para tratarse de un simple mocoso de cuatro años. Y esa era la razón. Ser el hijo de Portgas D Ace, implicaba que ese niño llevaba sangre de Gold Roger.

Al darse cuenta de que nadie hablaba, Rina apretó los labios e hizo una mueca.

- Solo quería que lo supieran - Soltó.

Estiró su brazo y tomó la mano de Haru.

- Vamos.

Rápidamente se giró y comenzó a arrastrar a su hijo hacia el gran barco.

- ¿Puedo...? - Sabo se mordió el labio inferior con tanta fuerza que comenzó a sentir el sabor a sangre.

Ella se giró y clavó sus verdes ojos en él con sorpresa. El rubio acababa de dar un paso al frente, se había quitado el sombrero y lo llevaba en la mano derecha. Haru alzó la mirada hacia su madre y la contempló algo confundido, la mano que lo sostenía había comenzado a sudar.

- ¿Puedo verlo? - Volvió a repetir el rubio.

Rina asintió con su cabeza, pero no pudo hablar. Su rostro estaba serio y por su espalda comenzaban a caer unas delgadas gotas heladas. Sabo avanzó dando pequeños pasos y tardó unos minutos en estar delante de ellos, parecieron horas. Sabo posó sus ojos en la mujer y luego se agachó para poder estar a la altura del niño. Respiró hondo. Rina desvió la mirada y apretó los labios. Cuando los oscuros ojos de Sabo se posaron en los de Haru, su corazón comenzó a latir con fuerza. El niño lo contemplaba perplejo. Y de golpe lo supo. El único parecido que ese niño tenía con Ace, era el color oscuro de su cabello. Negro como la misma noche. Sin embargo, el parecido no estaba en su físico. La expresión en su rostro era idéntica a la de su hermano cuando lo había conocido años atrás. Todavía podía recordar cuando con solo 5 años, lo había visto por primera vez. Y Haru, quien tenía casi la misma edad, tenía esa misma poderosa obstinación. Mi nombre es Ace, la voz todavía resonaba en su cabeza como si hubiese sido ayer. Sus pulmones devoraban el aire con desesperación y la sangre recorría su cuerpo con tanta velocidad que comenzó a sentir un extraño calor en sus extremidades. Se le secó la boca. Aún recordaba los murmullos en Gray Terminal cuando lo encontró de casualidad entre las pilas de chatarra. Voy a ser un pirata. Le entraron ganas de vomitar, pero contuvo el malestar. No tenía ninguna duda.

El rubio estiró el brazo e intentó tocar el hombro del niño, pero éste se echó hacia atrás. Sus ojos lo fulminaban con cierta desconfianza. Rina tragó saliva y se agachó para poder estar a la altura de su hijo. Apoyó una mano en su cabeza y le acarició el cuero cabelludo con la punta de sus dedos.

- ¿Haru? - Le susurró al oído sin quitarle la mirada de encima - ¿Recuerdas que una vez te conté acerca de tus tíos?

El niño asintió algo pensativo.

- ¿Hablas de los hermanos de papá? - Preugntó al cabo de unos segundos como si quiera confirmar lo que sospechaba.

- Exacto - Rina dejó escapar un suspiro y señaló a Sabo con el rostro.

Haru clavó sus grandes ojos en el rubio con cierta sorpresa. Lo examinó por varios segundos y antes de que cualquier pudiera reaccionar, se abalanzó sobre su cuerpo. Sabo abrió los ojos, estupefacto. Los delgados brazos del niño habían rodeado su cuerpo con fuerza y el rostro estaba escondido en su hombro. Apretó los labios con fuerza sin saber que hacer. Involuntariamente, sus manos se apoyaron en la pequeña espalda de Haru y lo apretó con cuidado hacia él. Sintió un extraño nudo en su garganta.

Rina se puso de pie y se cruzó de brazos. Si lo pensaba en frío había sido un error revelar esa información delante de tantas personas, estaba segura de que algunos hombres en el barco la habían oído. Sin embargo, había querido sacarse ese peso de encima desde hacía varios años. En cierto punto, se sentía liberador.

Al darse cuenta de que Luffy seguía sin reaccionar, Usopp quien se encontraba a escasos metros de su capitán, dio un paso al frente y lo empujó con la palma de su mano. Fue automático. En el momento que Luffy dio el primer paso hacia delante, no pudo detenerse hasta situarse junto a Sabo. Su rostro era serio, una mezcla entre confusión e incredulidad. Se agachó para poder estar a la altura del niño. Cuando Haru soltó al rubio, se giró hacia él e hizo exactamente lo mismo.

Sabo aprovechó que había sido liberado para ponerse de pie y mirar a Rina.

- Sé que lo tendría que haber dicho antes, pero... - Soltó ella de golpe.

- Esta bien - La interrumpió el rubio con el rostro serio - Entiendo.

La mujer apretó los labios y asintió. Sabía que no era necesario dar explicaciones, sin embargo dentro de su ser se sentía obligada. Aun así, tomó las palabras de Sabo y no dijo más nada. Las voces de Haru y Luffy los sacaron de sus pensamientos. Se estaban riendo. Ambos se giraron hacia ellos y notaron que el morocho estiraba su cara mientras hacía muecas extrañas. El niño soltaba carcajadas sin poder contenerse. Rina desvió la mirada, no pudo evitar soltar una mueca. Pero bastaron dos segundos para que volviera la preocupación a su cuerpo.

- Haru, tenemos que irnos.

- ¿Tan rápido? - Bufó el niño mientras se giraba hacia ella. Su sonrisa había desaparecido.

- ¡Alto ahí!

Antes de que Rina pudiera tomar la mano de su hijo, Luffy estiró su brazo y la tomó de la muñeca con tanta fuerza que la obligó a soltar un chillido. Cuando la goma se contrajo, la arrastró varios pasos hacia el morocho.

- ¡No puedes irte! - Dijo con el rostro serio.

- ¿Qué? - Cuando notó la mirada ensombrecida por el sombrero, apretó los dientes.

- ¡No te irás hasta que cocines las galletas!

- ¿Las galletas? - Preguntó ella sorprendida.

- ¡Oi, Luffy! - Exclamó Nami mientras alzaba un puño - ¡¿Qué demonios te pasa?!

Sanji utilizó la fuerza de sus piernas para pegar un salto, dar dos vueltas en el aire y caer con la pierna extendida sobre la cabeza de Luffy. El talón dio justo en el medio de su cráneo y el morocho no tuvo otra opción que soltar la mano de Rina.

- ¡¿Cómo te através a exigirle a una dama eso?! - Gritó.

El capitán se llevó ambas manos a la cabeza y comenzó a fregar la zona del golpe con el Mugiwara puesto. Los ojos perplejos de Rina seguían puestos en Luffy sin terminar de entender que había querido decir.

- Pero Haru dijo que las mejores eran de chocolate - Masculló adolorido.

- ¡Es cierto! - Aclaró el niño.

- ¿Galletas de chocolate? - El rostro de Rina se suavizó, pero no pudo evitar soltar un suspiro - Lo siento, pero no tengo tiempo.

- ¿Tiempo? - Preguntó Sanji mientras se paraba junto a su capitán.

- Tengo que ir al Nuevo Mundo, tengo que encontrarme con un informante.

- ¿Informante? - Preguntó Sabo mientras fruncía el ceño.

- Ya sabes, me dirá si me están buscando, si saben dónde estoy - Desvió la mirada con nerviosismo. Sabía que los ojos de todos los presentes estaban puestos en ella - Ese tipo de cosas.

- ¡Oi, espera! - Usopp palideció - ¡¿Estás hablando de alguien dentro del gobierno?!

Rina alzó su mirada hacia el francotirador. Sus ojos destellaban cierta gelidez. Asintió con el rostro.

- Es un viejo amigo - Susurró - Una vez que tenga esa información, sabré como proceder.

Dragon afiló la mirada.

- Es por eso que tengo que irme ahora - Murmuró mientras tomaba a su hijo de la mano - Además - Rina posó sus verdes ojos en el líder del ejército revolucionario - No quiero atraerlos hasta aquí.

Un extraño silencio invadió a los presentes. La débil brisa que venía del mar, agitó las copas de los árboles y varios pétalos rosas cayeron al suelo con suaves movimientos ovalados.

- Nostros también vamos al Nuevo Mundo - Soltó Robin de repente.

- ¡Es cierto! - Exclamó Chopper.

- Yohohohoho - Brook hizo girar su bastón en su muñeca - Podríamos llevarte a destino.

- Bien - Luffy se cruzó de brazos y sonrió - Está decidido.

- ¡No! - La voz de Rina sacó a todos de sus pensamientos - Si ellos saben donde estoy, será como llevarlos a sus garras.

- No deberías preocuparte por eso - Dijo Zoro, desperocupado - Ya estamos dentro de su rango.

Cuando la mirada de Rina se cruzó con la de Nico Robin, tuvo que cerrar los ojos. Admitía que tenían razón. El gobierno ya estaba detrás de Robin. Desde hacía años. Aún así, no quería ser responsable de algún ataque hacía la tripulación. Reprimió las ganas que tenía de suspirar.

- ¿Oi, no crees que es mejor para tu hijo que viaje junto a nosotros? - La voz de Franky fue algo agresiva.

- Además, si el CP0 aparece - Luffy chocó un puño contra la palma de su mano - Les patearemos el trasero.

Era increíble la confianza que se tenían. Rina apretó los labios y desvió la mirada. Había algo en Luffy que le recordaba a Ace. Mi hermano pequeño va a ser el Rey de los Piratas. A pesar de ser un recuerdo lejano, su voz seguía latente en su mente. Quizás tenían razón. Quizás era ella quien los estaba infravalorando. Después de todo, ellos habían sido los que irrumpieron en Enies Lobby hacía dos años. Sin nombrar el hecho de que Luffy había ingresado a Impel Down y había participado en la guerra de Marineford. Sintió que Haru le apretaba la mano con sus pequeños dedos.

- De acuerdo.

- ¡Yuhu! - Luffy dio un salto levantando la mano en un puño - ¡Tendremos galletas!

- Oi, oi, oi... - Sanji le dio un ligero golpe en la cabeza. Respiró hondo y de golpe, sus ojos se tornaron dos corazones rosados - Eso significa que habrá más señoritas en el barco.

Sabo estaba serio. La palabra informante seguía retumbando en su mente. Posó sus ojos en Dragon y cuando lo vio asentir, apretó los labios. Era extraño escuchar que alguien dentro del mismo gobierno le estuviera pasando información a alguien fuera. Y si tenía información, significaba que era alguien con poder. Alguien de rango. Alguien que tuviera la suficiente información como para saber que era lo que el CP0 estaba planeando. Sintió que alguien le tomaba la mano y lo sacó de sus pensamiento. Bajó la mirada y notó que Haru lo sostenía con fuerza.

- ¿Tu también vas a venir? - Preguntó inocentemente.

Sabo abrió la boca como para decir algo, pero no sabía que decir. Alzó la mirada y buscó a Dragon.

- ¡No pensaras ir, ¿Verdad?! - Koala apareció a su lado en cuestión se segundos.

- Yo...

- Ve - La voz de Dragon los tomó por sorpresa.

- ¡Pero, Dragon-san...! - Koala se acercó a él con el ceño fruncido - ¡En este momento es crucial tener a Sabo aquí!

- No puedo detenerlo - Su voz era seria - Aún así necesito que estés alerta.

Sabo asintió con el rostro.

- Koala - Dragon desvió sus imponentes ojos hacía la pelinaranja - Voy a pedirte que vayas.

- ¿Qué? - La mujer estiró sus brazos a los lados de su cuerpo - Pero...

- Necesito que vayas para mantenerlo con los pies en la tierra - Susurró mientras se inclinaba para poder estar a su altura - Necesito que estés pendiente del den den mushi por si son necesarios. Dudo que él esté 100% enfocado en ello - Le hizo señas para que volteara. Koala alzó la mirada por sobre el hombro y notó que Sabo ya se encontraba junto a Haru de nuevo. Luffy seguía haciendo sus extrañas caras mientras estiraba su rostro y ambos reían. Usopp se había unido a ellos y también sonreía - Y además - El morocho bajó aún más la voz - El asunto del informante podría ser interesante.

La mirada de Koala cambió de un momento al otro.

- De acuerdo.

Respiró hondo y se giró hacia los Mugiwara. Todos se habían congregado alrededor del niño. Usopp, Brook y Chopper reían de lo que Luffy hacía. Franky apretaba su nariz y su cabello cambiaba de forma, llamando la atención de Haru. Zoro estaba cruzado de brazos, contemplaba el gran buque que estaba anclado a escasos metros de la costa. Nami y Vivi se habían acercado a Rina e intercambiaban palabras, parecían hablar de algo serio. Robin estaba a unos metros del gran tumulto con una sonrisa, a su lado estaba Jinbe. Sanji, quien giraba alrededor de las tres mujeres, no pudo evitar que un hilo de sangre cayera por su nariz. Fue entonces cuando Koala se dio cuenta que quizás no era tan mala idea viajar con ellos. A pesar de que no pertenecían a ese mundo de descontrol, no se aburriría en lo absoluto. Sonrió.

- ¡Bien, es hora de irnos! - Gritó Luffy.

- Vivi - Nami le tomó la mano - ¿Vendrás con nosotros, verdad?

- Yo...

La peliceleste desvió la mirada y tragó saliva. La cabeza todavía le daba vueltas. Era difícil aceptar que su padre había muerto. Todavía tenía las horribles imágenes dandole vueltas por la cabeza. Era un recuerdo tan lejano, pero al mismo tiempo demasiado próximo. Tragó saliva.

- Anda, Vivi - Insistió Usopp con cierta sorpresa - ¿A dónde vas a ir? Es probable que el gobierno te esté buscando. Tu misma lo dijiste, querían llevarte a algún lado. Quien sabe para qué.

- ¡Usopp tiene razón, Vivi-chan! - Sanji dio un paso al frente.

- ¡Yo realmente quiero ir con ustedes! - Sus ojos se llenaron de lágrimas - ¡Pero tengo que volver a Arabasta! - Una gota cayó por su menton y se la quitó con la manga de su vestido - Ahora más que nunca tengo que estar allí.

- Nosotros podemos llevarte - Dijo Nami algo conmovida por sus palabras.

- No - Susurró, pero todos la oyeron con claridad - Si ellos me ven con ustedes, podrían atacar mi reino. Tendrían la excusa perfecta para tomar Arabasta y no puedo permitir que esto suceda.

El silencio invadió a la tripulación. Los ojos de todos estaban puestos en Vivi. Sus rostros demostraban comprensión, compasión y cierta rabia.

- ¿Cómo vas a llegar hasta allí? - Preguntó inocentemente Chopper.

- Nosotros la llevaremos - Dijo Lindbergh.

Vivi abrió los labios y se giró hacía los cuatro miembros del ejército revolucionario. Les regaló una sonrisa y asintió. Luffy comenzó a caminar hacia ella y cuando estuvo a escasos metros, estiró su brazo y apoyó la mano en el hombro de la peliceleste. Vivi apretó los labios con fuerza para no sollozar. Sin decir nada más, el capitán se giró y comenzó a caminar hacia su tripulación. Pasó a través del grupo y continuó caminando por la orilla de la isla en busca del Sunny. Poco a poco, cada uno de los miembros de la tripulación comenzaron a caminar detrás suyo. En sumo silencio.

Rina se giró hacia los mimebros del ejército revolucionario y luego de agradecerles por sacarla de Mariejois, tomó a Haru en brazos y comenzó a caminar siguiendo al grupo. Sabo y Koala se despidieron de sus nakamas y encabezaron el final de la fila. No tardaron mucho en divisar el Sunny. Cuando estuvo lo suficientemente cerca para admirar aquel barco, Rina soltó en un susurro:

- Increíble.

- Gracias - Dijo Franky con orgullo mientras se cruzaba de brazos.

- ¿Tu lo hiciste? - Se giró hacia él con sorpresa.

- Es mi gran obra - Sonrió.

El Thousand Sunny era un barco como pocos. A pesar de no ser muy grande, pues a lo largo de su vida había visto varios navíos mucho más enormes, su casco parecía tan resistente como un buque de guerra de la marina. Lo más llamativo era el diseño. El Sunny reflejaba la personalidad de los miembros que navegaban en él.

Cuando el ancla fue alzada y la brisa golpeó las grandes velas blancas, el barco comenzó a desplzarse por el agua casi sin movimiento. Sabo y Koala intercambiaron una mirada, sabían cual era la explicación de ese poderoso viento.

Era como estar flotando sobre el basto mar. El sol golpeó en el rostro de todos los presentes a medida que el barco se encaminaba hacia el Red Line. Nami contempló su Log Pose y suspiró. La siguiente isla era Sabaody.

- Necesitamos volver a realizar el recubrimiento. Será un viaje largo hasta el Nuevo Mundo - Se giró hacia Rina y clavó sus amarronados ojos en ella - ¿Dónde se supone que vas a ver ese hombre?

- Se llama Laios.

- ¿Laios? - Preguntó Usopp con curiosidad.

- Es una isla cerca del Red Line - Rina se giró hacia él - Es una de las primeras islas a la que se puede llegar cuando se entra al Nuevo Mundo.

- He oído que no es una zona muy regulada por el gobierno - Robin se dejó caer en una de las reposeras que había sobre la cubierta del Sunny.

- Muchos traficantes hacen su paso por Laios - Murmuró Rina luego de suspirar - Hay cosas codiciadas por gente muy importante, reyes, altos mandos del gobierno. Es por eso que no tienen mucho interés en regular esa isla. Y justamente por esa razón, es el lugar perfecto para encontrarme con él.

- Tiene sentido - Franky se llevó la mano al mentón - ¿Pero como sabes que esa persona estará ahí? ¿Tienes alguna vivre card o algo?

- No - Rina se echó un mechón de cabello hacia atrás - Estoy segura de que me estará esperando ahí.

No estaba seguro de la razón, pero la determinación en la mirada de esa mujer convenció al carpintero del Sunny.

- No tardaremos mucho en llegar a Sabaody - Dijo Nami luego de mirar el cielo - Estos vientos nos favorecen, es posible que estemos allí antes de que anochezca.

Chopper, quien había estado medio recluído por la timidez ante desconocidos, dio un paso al frente. Señaló una de las muñecas de Rina, las cuales estaban envueltas con el que había sido el pañuelo de Sabo, y dijo:

- ¿Quieres que controle tus heridas? Soy médico.

Ella parpadeo dos veces y finalmente sonrió. El doctor del barco la llevó hasta el pequeño cuarto donde guardaba todos sus elementos médicos. Cuando la puerta se cerró, Sabo soltó un suspiro. Se cruzó de brazos y alzó el rostro hacia el cielo. Su sombrero estuvo a punto de caer, pero fue Koala quien con su mano derecha lo sostuvo.

- ¿Sabo? - Robin clavó sus claros ojos en él.

- Solo me pregunto quién y porqué informaría lo que hace el gobierno a ella.

- A mi tampoco me cierra la idea de que es una simple enfermera - Zoro frunció el ceño y se recostó contra una de las paredes del Sunny - Y tampoco me creo que ella no sepa la razón por la que la están buscando.

- Quizás tiene miedo - Acotó Sanji mientras se llevaba la mano a su bolsillo y sacaba un cigarillo. Se lo llevó a la boca y lo encendió con el encendedor de metal - Quizás no confía en nosotros.

- ¿Si no confiara en nosotros, por qué nos diría lo de Ace-kun? - Jinbe dio un paso al frente.

Sabo desvió la mirada hacia el gyojin y aflojó la mirada.

- Es cierto.

Paseó sus ojos por el Sunny hasta encontrar a Haru. El niño estaba sentada sobre el césped de la cubierta. No podía dejar de reír a causa de los gestos que Luffy hacía con su rostro. No pudo evitar soltar una mueca. Cuanto más lo veía, más se convencía de que era hijo de Ace. Dejó escapar un suspiro.

- Oi, oi, oi - Usopp comenzó a agitar sus brazos para llamar la atención de todos los presentes - ¿Crees que sea alguien peligroso?

- Es posible - Murmuró Nami algo asustada.

- ¡¿Y qué haremos si es alguien peligroso?! - Insistió el francotirador.

Zoro desenfundó parte de su katana con su dedo gordo.

- Yohohohohoho.

- Pero si hablamos de alguien peligroso - Franky se llevó la mano al mentón - Estaríamos hablando de alguien de alto mando dentro del gobierno. ¿Por qué le daría información que comprometa al mismo gobierno?

Un silencio abrumador recorrió a todos los presentes.

- Bueno... - Koala fue la primera que se animó a romper con ese estado de concentración - Si esa persona tiene información comprometedora del gobierno, tiene que ser alguien con un alto rango ¿Verdad?

- Koala tiene razón - Añadió Robin.

- Como sea - Zoro caminó hacía una de las paredes del Sunny, se recostó y cerró sus ojos - Ya veremos quien es en cuanto lleguemos.

- Zoro tiene razón - Franky suspiró y comenzó a subir las escaleras que llevaban al timón del Sunny - De nada sirve preocuparnos ahora.

En el interior de la sala médica de Chopper, el doctor había quitado el pañuelo que Sabo le había dado a Rina y había limpiado la herida con un algodón húmedo. Notó que los cortes de las esposas habían cicatrizado bastante bien, apenas se abrieron cuando pasó el algodón.

- Las has curado muy bien - Murmuró - Haru dijo que eres enfermera.

- Algo así... - Rina desvió la mirada hacia los frascos que había sobre el estante - Ayudo al médico del pueblo con los partos.

Chopper alzó la mirada y la contempló a los ojos. Los cabellos de la mujer estaban marañados y sus verdes ojos estaban enmascarados por unas grandes ojeras. Parecía que no había dormido por noches. Terminó de curar las muñecas de Rina y las envolvió con dos vendas de gasa.

- Con eso debería basta - Dijo el médico mientras tomaba su caja de medicamentos y la volvía a guardar en su lugar.

Chopper tomó las telas manchadas de sangre que Rina había usado como vendaje y estaba a punto de arrojarlas al pequeño tacho de basura cuando ella lo detuvo.

- Por favor, no... - Se las arrebató de la mano y las apretó contra su pecho.

El doctor del barco la contempló algo perplejo, sin saber para que quería guardar algo como eso. No solo estaban manchadas con sangre, también tenían polvo y mugre. Sintió que la mirada de Rina se aflojaba. Ella se agachó para poder estar a su altura.

- Muchas gracias - Sonrió - Eres un gran médico.

De repente las mejillas de Chopper se tornaron rosadas.

- ¡Deja de bromear! - Exclamó mientras se alejaba varios pasos hacia atrás. Comenzó a mover sus brazos sin poder dejar de sonreír - ¡Tus halagos no me hacen ni un porquito feliz, cabrona!

Rina dejó escapar una carcajada y se enderezó. Contempló el pañuelo todo sucio y suspiró. Todavía podía escuchar la voz de Chopper cuando abandonó aquel camarote. El sol la cegó por varios segundos. Examinó la cubierta del barco buscando a su hijo y cuando lo divisó aun jugando con Luffy, sonrió. Bajó los peldaños hasta caminar por el césped nuevamente. Pasó junto a Luffy, Haru y Usopp. Zoro abrió su ojo cuando la sintió avanzar. Pero Rina no se detuvo hasta situarse junto a Sabo. Estiró sus brazos y le tendió el pañuelo. El rubio la contempló algo confundido.

- Gracias. Prometo comprarte otro en algún momento.

Sin poder creer lo que le estaba diciendo, Sabo dejó escapar una sonrisa. Agarró su pañuelo todo roto y manchado, y lo guardó en uno de sus bolsillos.

- No es necesario.

Escucharon un chillido. De golpe una gaviota con sombrero y una bolsa marrón sobre sus hombros, se posó en el sombrero de copa de Sabo.

- ¡Oi, ¿Qué demonios?! - El rubio comenzó a sacudir su cabeza para que el pájaro se fuera.

Pero el animal simplemente comenzó a agitar las alas y a chillar, sus garras se aferraron más al sombrero.

- ¡¿Pero, qué...?!

- Es el periódico - Rina estiró su brazo y tomó uno de los diarios que descanzaba en la espalda del New Coo.

Como la gaviota se dio cuenta de que todavía no le habían pagado, comenzó a chillar más fuerte. Fue entonces cuando Sabo se quitó el sombrero y lo comenzó a agitar con ambas manos. El New Coo por fin lo soltó, pero se posó en uno de los mástiles esperando su dinero.

Rina estiró el periódico y palideció. Sus ojos se abrieron como platos en el momento exacto que leía la portada del titular. Las manos le comenzaron a temblar y no pudo evitar girar hacia el capitán de ese barco.

- Tiene que ser mentira - Susurró.

Todos los Mugiwara la contemplaron con seriedad. Incluso Sabo y Koala posaron sus ojos en ella. Luffy dejó de juguetear con Haru y se puso de pie.

- ¿En verdad venciste a un yonko? - Dijo casi sin voz.

- ¿Te refieres a Kaido? - Preguntó el morocho con ingenuidad.

- No puede ser - Aferró el diario con más fuerza y volvió a leer el titular - Incluso te llaman el nuevo yonko. Y sus recopensas han subido.

- ¡¿Qué?! - Exclamaron Usopp y Chopper a la vez.

Luffy quien no podía esperar, apareció junto a Rina en cuestión de segundos con los ojos convertidos en estrellas.

- ¡¿Mi recompensa a subido?! - Exclamó emocionado mientras daba pequeño saltos cual niño pequeño.

Fue entonces cuando Rina colocó cada una de las recompensas sobre el césped del Sunny. Las recompensas no solo habían aumentado considerablemente, era la primera vez que aumentaban tanto de golpe. La primera imagen en aparecer fue la de Mugiwara no Luffy, su recompensa había pasado a ser de 3 mil millones de berries. El capitán de los Mugiwaras comenzó a reír a carcajadas. El segundo cartel pertenecía a Kaizoku Gari Zoro, su recompensa había asendido a 900 millones de berries. El peliverde se cruzó de brazos y sonrió. El siguiente fue Kuro Ashi Sanji, su recompensa valía 890 millones de berries.

- ¡Maldición! - Gritó ofendido - ¡¿Cómo es posible que el marimo idiota tenga una recompensa más alta?!

La cuarta recompensa fue la de God Usopp, la recompensa del francotirador había ascendido a los 550 millones de berries. Palideció al darse cuenta de que eso solo atraería a más enemigos. La recompensa de Dorobo Neko Nami marcaba los 166 millones de berries.

- ¡¿Por qué tan alta?! - Gritó con angustia.

Cuando la arqueóloga divisó su recompensa, sonrió. La cabeza de Akuma no Ko Nico Robin había aumentado a 280 millones de berries. La siguiente fue la de Wataame Daisuki, Pet, Chopper. Su recompensa ascendió el considerable monto de 150 berries.

- ¡¿Qué?! - Chilló mientras agarraba el cartel y comenzaba a llorar - ¡¿Por qué aumenta tan poco?!

La octava recompensa era la de Cyborg Franky, esta se había elevado a 240 millones de berries.

- ¡Super Franky Shogun!

El noveno cartel era de Soul King Brook, su valor final llegaba a los 200 millones de berries.

- Yohohohohoho.

Y por último, la recompensa de Kaikyo Jinbe había aumentado a 833 millones de berries.

Koala contó cada una de las recompensas y dijo:

- Eso da un total de más de 7 mil millones de berries.

Rina apretó el diario contra su pecho algo incredula. Había oído varias cosas sobre los Mugiwara en los últimos tiempos, pero eso era otro nivel. Mi hermano pequeño va a ser el Rey de los Piratas, sintió un ligero escalofrío que subía por su espalda. Parecía ser surrealista como alguien tan joven había sido capaz de vencer a una leyenda como Kaido. Dejó escapar un suspiro y volvió a enfocar su atención en el informe del periódico. Big Mom había escapado de Wano a tiempo y nadie sabía de su paradero. Rina afiló la mirada.

El New Coo, al ver que nadie se dignaba a abonarle, descendió del mástil y comenzó a picotear la cabeza Usopp con mucha fuerza.

- ¡¿Ya han venido por mi cabeza?! - Gritó el francotirador mientras corría en circulos - ¡Que alguien me ayude!

Haru comenzó a reír y a aplaudir mientras conteplaba como la gaviota hacía de las suyas. Luffy se unió a las carcajadas con una mano en su vientre.

Cansada de semejante escandalo, Nami bufó. Sacó una moneda del bolsillo de sus pantalones y la depositó en la pequeña caja de madera que el animal tenía en el cuello. El pájaro, satisfecho, se alejó volando. La navegante contempló los cielos y luego su log pose.

- Si los vientos sigue así - Comentó luego de analizar las distancias - Llegaremos pronto, antes de que anochezca.

- ¡Bien! - Exclamó Luffy con su contagiosa sonrisa - ¡Tenemos que celebrar! - Automáticamente sus ojos se posaron en Rina - ¡Con las galletas de chocolate!

- ¡Si! - Gritó Haru mientras levantaba los brazos.

- ¡Apoyo la moción! - Usopp se sumó a los alaridos - Después de todo, estás tratando con un yonko ¿Verdad? Por tu seguridad, recomendaría hacer lo que él te dice - Agregó mientras pasaba un brazo por los hombros de Luffy.

- ¡Usopp tiene razón! - Chilló el morocho.

Fue Sanji quien de una patada en la nuca los estroló contra una de las paredes del Sunny.

- ¡¿CÓMO SE ATREVEN A AMENAZAR A UNA DAMA!?

- Pero Sanji... - Luffy, quien fue el primero en ponerse de pie, acomodó su sombrero - ¡Queremos las galletas!

- ¡Así es, Sanji! - Acotó el francotirador algo molesto por el golpe que se había dado.

- ¡Comerán las galletas cuando Rina-chan quiera cocinarlas! - Dijo el cocinero mientras cerraba ambas manos en puños.

- Puedo cocinarlas ahora.

- ¡¿Qué?! - Sanji se giró hacía ella con la boca tan abierta que dejó caer el cigarrillo.

- ¡Galletas! - Gritaron Luffy, Usopp y Haru a la vez. Esta vez, se les unió Chopper.

- Solo necesitaré unos pocos ingredientes - Murmuró ella mientras contaba con los dedos, intentando calcular las cantidades para hacer una buena ración de galletas.

- ¡Yo puedo ayudarte en eso, Rina-chwan! - Sanji apareció a su lado con los ojos hechos dos corazones.

De repente el cocinero parecía más emocionado que Luffy y Usopp juntos.

- Oi, oi, oi... - Usopp agitó su mano con velocidad.

(...)

Tal y como Nami predijo, llegaron a Sabaody cuando el sol se estaba ocultando. Fue sencillo pasar desapercibidos dada a la cantidad de barcos que por día atracaban en los muelles de la última isla antes del Nuevo Mundo. Las luces de los poblados se encendían e iluminaban las copas de los grandes árboles que conformaban aquella isla tan peculiar. El brillo de las luces del gran parque de diversiones iluminaron el rostro de Haru, quien estaba pegado a la baranda del Sunny. El niño podía oír la música y los otros chicos reír y gritar. Emocionado, comenzó a dar pequeños saltos.

- ¿Podemos ir, mamá? - Preguntó sin quitar la mirada de la gran noria de burbujas que movía delante de sus ojos.

Rina abrió los labios, pero antes de que pudiera decir sintió la presencia de Luffy, Usopp, Brook y Chopper en su espalda. Alzó la mirada y notó que los cuatró estaban a escasos metros suyo.

- ¿Si, podemos? - Preguntaron al unísono.

- ¡Estamos aquí solo para el recubrimiento! - Exclamó Nami furiosa.

- Nami-san tiene razón - Sanji dejó escapar humo de su boca - Además me trae malos recuerdos...

- Además debemos ir de compras, ¿Verdad, Rina-chan?

- ¡Oi, Nami! ¡No es justo! - Exclamó Luffy con el ceño fruncido.

- ¡Si, no es justo! - Se sumó Chopper.

- ¡Además tendremos que esperar tres días! - Añadió Usopp mienrtas se giraba con brusquedad hacia ella - ¡Podemos ir al parque de diversiones sin molestar a nadie!

- ¡¿Ah, si?! - Nami se cruzó de brazos - ¡¿Y quién se supone que va a pagar las entradas?!

- Ah, Nami-swan - El francotirador se acercó a la navegante intentando imitar la varonil voz de Sanji - ¿Quién iba a pensar que tu serías la única opción?

- ¡Vete de aquí! - La pelinaranja le dio un fuerte golpe en el rostro y lo mandó a volar.

Haru se acercó a su madre y se aferró a sus pantalones algo asustado.

- Pero mamá... yo si quiero ir... - Dijo casi en un susurro. No quería que lo golpearan también.

Robin se agachó para poder estar a su altura y le acarició los cortos cabellos negros. Le regaló una sonrisa. Nami se llevó la mano al rostro y suspiró.

- De acuerdo - Dijo finalmente - Si Haru quiere ir, los dejaré.

- ¡OI, NAMI! - Gritaron Chopper y Usopp enojados.

Llegaron al archipiélago y decidieron separarse en varios grupos. Luffy, Usopp, Brook, Chopper, Haru y Rina irían al parque de diversiones a pasar lo que quedaba del día; habían oído que de noche se montaba todo un espectaculo digno de ver. Sabo y Koala, quienes aprovecharían el tiempo para liberar esclavos y tomar contacto con otros miembros del ejército revolucionario, partieron hacía la zona sin ley. Nami y Robin, acompañadas de Sanji se dirigieron a la zona comercial en busca de buenas ofertas. Mientras que Zoro, Franky y Jinbe fueron directamente a buscar a Rayleigh para que le hiciera el recubrimiento al Sunny.

Cuando Luffy y los demás llegaron al parque de diversiones, notaron las grandes filas que había para subir a los juegos. Tal parecía ser que un barco repleto de hombres, mujeres y niños había llegado para enseñarles aquel atractivo a los curiosos turistas.

Rina decidió sentarse a esperar mientras el resto se divertía en diferentes juegos. El primero fue un carrousel con pequeñas burbujas que giraban y giraban. El siguiente era una pequeña imitación del Umi Ressha que conectaba Water 7 con Enies Lobby. El tren tenía muchos vagones de burbujas y llevaban a los pasajeros por varias subidas y bajadas. También se subieron al barco que iba de derecha a izquierda a una gran altura.

- ¡Tenemos hambre! - Gritó Haru cuando se encontró a su madre a la salida del juego.

- ¿Hambre? - Preguntó ella con sorpresa, no hacía mucho tiempo habían comido galletas.

- ¡Si, tenemos hambre! - Insistió Luffy.

- ¡Queremos algodón de azúcar! - Chilló Chopper.

- ¿Algodón de azúcar? - Rina alzó la mirada y notó que no muy lejos de donde estaban había un pequeño local que vendía todo tipo de dulces.

- ¡Oi, rápido! - Gritó Usopp.

Brook y él se encontraban haciendo la cola para poder subir a la gran noria característica de ese parque.

- ¡O se perderán la diversión!

- Vayan - Sonrió Rina - Iré por el algodón de azúcar mientras ustedes están en la noria.

Los tres asintieron entusiasmados. Luffy tomó a Haru en sus brazos para poder llegar más rápido y comenaron a correr en dirección a Usopp y Brook.

- ¡Ah, tener madre es genial! - Exclamó el reno mientras se imaginaba el gran algodón de azúcar que comería.

Los cinco se subieron a una de las grandes burbujas. El parque estaba tan atestado de personas que nadie notó que ellos eran piratas buscados.

Cuando la noria comenzó a girar, Rina suspiró. Era la primera vez que Haru veía algo como un parque de diversiones, y la expresión de su rostro era inigualable. Ella jamás había visto ese brillo en sus ojos. Apretó los labios con fuerza y caminó hasta el comerciante. Le pidió cinco algodones y mientras el hombre los preparaba, sacó algunos billetes de los que Nami le había dado.

- Te encontré...

Rina palideció. Dejó caer los berries y estuvo a punto de girar, pero ese hombre la aferró del hombro derecho y la estrelló contra el suelo.