Todos los derechos de Ranma pertenecen a la gran Rumiko.

" EL SECRETO"

Me atragante —¿Ryugen dice? ¿Shinnosuke? —dije sorprendido y ella vino a mi mente, exclamé tan fuerte que el viejo me miró asombrado por mi reacción.

—Claro que no, estaríamos en serios aprietos si un senador es ejecutado de esa manera. Ryugen Hiro, el padre del senador es a quien le dispararon. Una más y estás fuera Saotome, ¿estamos claros? —Me señaló con el índice.

El viejo Happosai me miró como esperando una maldita disculpa, me volteé con fastidio, si que me había portado mal esta vez con el viejo y todo por ir en busca de un oasis, un espejismo...

—En fin señoras, aquí hay un cambio de dirección, es obvio que el caso de la fiscal Kuno y del abogado Ryugen están relacionados, ya que el abogado vendría hoy por las pruebas y todo lo relacionado con el homicidio de la fiscal Kuno, dadas las circunstancias se convierte en un solo caso y, como ambos en tiempo diferente fueron fiscales de la nación, es un caso único, hay que averiguar el móvil y dada la inexperiencia y desinterés… —pronunció mirándome— Y como además hay un menor que no aparece, lo siento amigo pero no puedes irte —dijo mirando al viejo—. No están listos, Happosai se hará cargo —concluyó el Jefe Yamamoto.

El viejo hizo una mueca y siguió con los documentos —¿Y, el caso Zhang? —espetó.

—Taro se va a encargar de encontrar la relación, si es que hay alguna, o quizás solo la fiscal comió ahí ese día y se enteró de que estaba embarazada al mismo tiempo —dijo Yamamoto intentando sonar serio.

—Hmmmm ... —fue la respuesta de Happosai—. Necesito al muchacho Saotome, yo soy un viejo y necesito una espalda fuerte y unas piernas ágiles —me miró.

—Haz lo que quieras Happosai, pero hay que encontrar el móvil y presentar cargos, el senador y toda la corte política de la nación me están presionando, anoche hablé con Ryugen Shinnosuke y con el procurador y ambos tenían algo en común, se oían consternados y furiosos. Mi cabeza depende de ti y este crío. No más paseos Saotome— dijo el jefe mientras salía—. Por cierto, el Senador ha pedido que se refuerce la seguridad para su esposa. Su suegra no aparece, ni el niño, y teme que la siguiente sea su esposa. —Desapareció por la puerta rumbo a su oficina.

—No me mires así viejo, soy el detective Saotome no un maldito guardaespaldas, que se encargue Taro —dije renuente.

—¿No has oído a Yamamoto? —preguntó sonriendo y mostrando sus amarillentos dientes— Taro está encargado de Zhang.

—Pero nunca dijo que yo estuviera encargado de la Señora —dije recalcando la "S" entre dientes— ¿Por qué me encargaría yo? —Lo encaré.

—Pues porque tendrías la oportunidad de verla todo el tiempo, y dejarías de sufrir porque no te hizo caso en el instituto… —se rio con ahínco—, o tal vez te animes a confesar que las mujeres no son lo tuyo y te pongas a hacer tu trabajo una vez resuelto ese tema.

—Escúchame… —dije acercándome raudo a donde estaba—. No es mi hombría lo que se ha puesto a prueba, es tu habilidad para resolver casos, concéntrate o Yamamoto perderá su trabajo, de las mujeres para mi yo me ocupo y esa mujer no me interesa. —Me di media vuelta.

A mis espaldas oí una risa, Taro sonreía burlón mientras me miraba de reojo.

—¿Cuál es tu problema, imbécil? —Lo miré retador.

—Ninguno, yo solo disfruto verte hacer pataletas de niña mimada. Actúas como si fueras Sherlock Holmes pero aquí no eres más que un novato, eres un luchador no un policía capacitado, que tengas músculos y fuerza no te dan los sesos para estar en esto, ubícate. Todos estos días te he oído hablar de la esposa del senador en el instituto, pero es obvio que las mujeres de su clase no se fijan en tipos como tú, y también es obvio que le dejaste el paquete nuevo a Ryugen, si es que alguna vez tuviste una oportunidad. Solo la he visto una vez en persona, pero no me hace menos hombre reconocer que es de esas mujeres que te la pone dura en cuanto la miras. Así que deja de ser tan engreído, nenita o verás para qué naciste...

Lo que más me enfureció fue oír que Taro había fantaseado con Akane y le di un buen empujón.

—Aquí no hay cámaras ni medallas, nenita, aquí vas a tener que pelear como los hombres —dijo retirándose la corbata en un solo movimiento

—Ve llamando tu ambulancia, Kishaba...

Esquivé el primer puñetazo con facilidad pero no la patada circular, tenía condición de atleta, podía reconocer perfectamente. Alcance a conectarle un puño en la nariz que empezó a sangrar y él, de un combo bien armado, me lanzó contra el escritorio. Happosai observaba expectante hasta que caí sobre el escritorio y, cuando iba a levantarme, el viejo dijo:

—Ya basta señoritas, cuando crea que hay algo en su técnica que no haya visto, continúan.

—Taro, límpiate la nariz y ayúdame con los agentes que serán la protección de la señora Ryugen —Taro me miró de reojo y sonrió.

—No te metas viejo… Esto es entre él y yo.. —dije desafiante.

—Happosai podría darte una paliza si lo quisiera, es maestro de artes marciales en técnica de estilo libre, es algo así como tú pero sin tanto maquillaje y menos blof —dijo riendo.

—Saotome, llama a la oficina del senador y que te concedan el permiso de interrogar a Akane Ryugen —ordenó el viejo.

—¿El permiso de interrogar? Es una testigo requerido, viejo —dije limpiándome la sangre de la boca después del ejercicio con Taro.

—Esto es el Japón chico, no América, y son los 80's, todavía somos dueños del mundo. La señora solo puede ser interrogada si el senador está de acuerdo.

—Que bien, si es una maldita asesina y su esposo no quiere que vaya a prisión, caso cerrado —respondí sarcástico.

Yamamoto entró a la oficina.

—¿Qué demonios hacen? Se escuchó un estruendo espantoso hasta la otra ala del edificio.

—Nada, nada... —dijo el viejo—. Veían quién bailaba mejor... —sonrió ladino.

—¿Qué demonios haces, Saotome? —preguntó Yamamoto oyéndome hacer la llamada a la secretaria.

—Llamando al senador para obtener el permiso del interrogatorio a la esposa —respondí fastidiado.

—Noooo, tú no, pásame la llamada a la oficina, el senador es sumamente excéntrico y con el asesinato de su Padre lo tomará a mal. Cuando tenga el permiso citen a la señora y avísenme día y hora.

—¿Excéntrico? ¿A qué te refieres? Para mí solo es un sujeto con un cargo público.

Volteé en blanco los ojos, quién era ese tipo al que todo el mundo le rendía una pleitesía absoluta.

—La Señora Ryugen vive bajo estrictas normas de entradas y salidas de la casa, el Senador ejerce control sobre ella a toda hora, su marido sabe que esa clase de mujeres son joyas que despiertan la codicia de otros.

No era necesario decirlo de sobra lo sabía yo—pensé para mí—

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A las 3 de la tarde tenía la autorización de manos del fiscal interino en mis manos, donde tenía el permiso para interrogar a Akane Ryugen de manera oficial. Leía su nombre, una y otra vez impreso en ese documento, esperaba que el viejo terminara su acostumbrado Yakisoba para escuchar el plan.

—No pienses que voy a disculparme por lo de la mañana porque eres maestro de artes marciales —dije jugando a enfadarlo.

—No sería tu estilo... —contestó mientras se llenaba la boca de fideos.

Seguí mirando el citatorio.

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El día siguiente, cuando atravesé la puerta, el viejo ya se quitaba el pullover y sacaba su pipa de tabaco mientras me observaba calmo por primera vez en esta semana, que habíamos tenido un gran ajetreo.

—Ranma, comunícame con la Señora Ryugen.

—¿Quéééé?¿Por qué yo? —chillé en mi asiento.

—Porque eres mi mano derecha, eres un detective y esto es una orden, y aún estoy a cargo. —Siguió llenando su pipa.

Tuve que colgar dos veces, simplemente me había puesto los pelos de punta marcar, el viejo seguía sacando carpetas y rebuscando en los estantes.

Repicó una, dos ... y...

—Residencia Ryugen —contestó una mujer.

—Hola, necesito hablar con la Señora Akane Ten.. Ryugen...

—Un momento, ¿de parte de quién? —preguntó el interlocutor del otro lado de la línea.

—De la policía.

—Claro...Permítame.

Una voz profunda y aterciopelada se oyó en el auricular...

—Moshi, moshi… —dijo ella y mi corazón estalló.

—Señora, la busca el detective Happosai.

—Ranma, ¿eres tú? —dijo esa voz , mientras Happosai me miraba de soslayo.

—Un momento por favor… —Con manos temblorosas dejé el auricular en el escritorio.

—Happosai tu llamada, tienes a Akane Ryugen al teléfono —dije y para mi mala suerte me había memorizado el número de teléfono.

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A las 6 la puerta de la oficina que daba a la calle se abrió y apareció Ryugen Shinnosuke, de la mano de ella, no pude evitar mirar, ella vestía una falda negra hasta la rodilla en línea A, con medias de lana y flats, un sweater de cuello tejido en negro y un blazer de terciopelo rojo ceñido con solapas adornado con unos pendientes de perlas. Sin zapatillas de tacón alto era aún más pequeña de lo que recordaba, junto a él lucía como una miniatura y su largo cuello quedaba bien con ese tipo de vestimenta. Aunque como no usaba casi maquillaje seguía conservando esas facciones aniñadas que me habían embrujado en el instituto. Él la llevaba de la mano y ella le sonreía cuando lo miraba, parecían felices, eso me hizo pensar en nuestro encuentro en el malecón y lo bien que había interpretado su monólogo. Decidí mirar hacia otro lado.

En ese instante, el jefe Yamamoto entró a la oficina, donde se congregaban los guardias de seguridad de Ryugen; dos esperaban en la entrada, uno en el auto y uno más, Toshio, había decidido entrar con ellos. Cuando eché un ojo por la ventana miré el despliegue de seguridad; dos patrullas afuera vigilando y una circulando en la calle, era obvio que los escoltas de este tipo estaban armados y no dudaría que él también lo estuviera. Taro miraba a Akane sin pudor alguno, de arriba abajo, y se atrevió a ofrecer una silla y algo de beber como si esto fuera un maldito bar,mientras yo rememoraba sus palabras.

Ryugen observaba todo con su traje de 500 mil yenes y sus zapatos igual de costosos que su esposa, a la que ostentaba con orgullo, mientras un pobre diablo como Taro la deseaba frente a él y él lo sabía. Era como uno de esos patéticos cuadros de cómo se transforma tu vida si sigues las reglas sociales que el sistema ha impuesto.

Yamamoto los instaló en la oficina de Happosai para el interrogatorio, que era un testimonio "oficial" y que se usaría en un caso legal en la corte y, zalamero, se ofreció a dejarlo escuchar el interrogatorio de la "Señora" si no consideraba pertinente dejar a su esposa a solas con un detective de la nación, condecorado en varias ocasiones. Ryugen esbozó una sonrisa de poder condescendiente al jefe y le estrechó la mano.

Akane y Ryugen entraron juntos a la oficina de Happosai y unos segundos después Ryugen salió de la oficina y Toshio se quedó como un perro guardián en custodia de la puerta donde Happosai y Akane estaban dentro.

—Ehhh Saotome, Happosai quiere que presencies el interrogatorio oficial —dijo.

—¿Qué? ¿Yo, por qué? —pregunté molesto.

—Supongo que ahora eres la puta del viejo y como no tienes un caso asignado como propio, debes cooperar con la investigación del caso que lleva o te irás a casa —dijo alzando los hombros mi interlocutor.

—Maldición… —Caminé hacia la puerta de la oficina del viejo.

Toshio me miró retador, me recordaba tal vez del malecón, miró a su jefe sentado, fumando. Ryugen le hizo la seña de que me dejara pasar mientras exhalaba una gran cantidad de humo.

Entré en el cubículo. Ella estaba de espaldas a mí, ni se inmutó cuando escuchó la puerta abrirse, quizás pensó que era su flamante marido viniendo a rescatarla de un terrible interrogatorio, ¡bah!

Cuando entré su fragancia a jazmines me emboscó, estaba en todo el ambiente, podía distinguir su aroma como un perro a kilómetros. Ella jadeó y yo pasé de largo.

—Saotome, que bueno que entras ¿puedes grabar el interrogatorio por favor?—dijo el viejo, haciéndome la seña del micrófono. Rebusqué entre los cajones, lo encontré e introduje el cassette y coloque el pequeño micrófono en el escritorio cerca de ella, casi sin hacer ningún ruido. Era como una ceremonia solemne.

—¿Podemos comenzar? —dijo Happosai.

—Cuando quiera… —respondió ella muy serena, y Happosai me hizo la seña con el dedo de que oprimiera "Rec", grabar.

La puerta se abrió de nuevo y Ryugen apareció en el marco, sí que era alto. Tomó asiento al lado de ella y entrelazaron sus manos, él descansaba los dedos en el muslo de ella en una familiaridad total, era un momento muy íntimo vivido en público.

Comienza a grabar Saotome.

—Señora, este es un interrogatorio oficial, será grabado para los fines policiales que convengan. La interrogará el detective Happosai, que soy yo, y como testigo del gobierno está el detective Saotome, y como su abogado el senador Ryugen Shinnosuke que actualmente es su esposo —concluyó Happosai y ella asintió.

—Cariño, debes aceptar verbalmente —dijo una voz muy grave que pertenecía a Shinnosuke.

—De acuerdo.., —dijo ella.

—¿Conoció usted a Kuno Kodachi? —preguntó el viejo sentándose en el escritorio a observarla.

—Si —respondió ella.

—¿Cuál era su relación con ella?

—Ninguna.

—¿Dónde la conoció?

—Es la hermana de mi cuñado Kuno Tatewaki, esposo de mi hermana —contestó mientras veía al suelo.

—¿Sabe a qué se dedicaba?

—Sé que era abogada, como todos en la familia de mi esposo… —Lo miró mientras él le sonreía cariñosamente.

—¿A qué se dedica su cuñado?

—Es un empresario.

—¿En qué?

—En una agencia de servicios de recursos humanos, no sé mucho al respecto, lo siento.

—¿Son muy cercanos?

—No, no lo somos.. —Por un momento su mirada se cruzó con la mía.

—¿Cuántas veces, si es que puede enumerarlas, vio a Kuno Kodachi y entablaron algún tipo de conversación?

—La vi ocasionalmente en el instituto, cuando íbamos a competencias y su instituto participaba, la vi en mi fiesta de compromiso.. —intenté levantarme para darle la espalda y me tropecé con el cable del micrófono y la grabadora cayó al suelo. Ryugen me miró y alzó las cejas evidenciando mi torpeza, mientras el viejo me miraba curioso.

—Lo siento, continúe —dijo el viejo.

—¿Se siente bien detective? —preguntó con sorna Ryugen.

—Perfectamente… —Le devolví con una mirada retadora que reconoció.

—La vi el día de mi boda, la vi en una cena en año nuevo el año pasado y nunca entablé una amistad con ella ni conversábamos porque siempre fuimos mujeres no afines.. —respondió mirando al viejo.

–¿Era su enemiga?

—No, solo no éramos amigas. No considero que yo sea una persona de enemigos —dijo Akane sosteniéndole la mirada.

—¿Tuvieron alguna riña en algún momento? —insistió Happosai

—Detective, no acostumbro salir de casa mas que para visitar a mi familia, no tengo muchas amistades, por lo que las riñas son con mi familia o con mi esposo —dijo agachando la cabeza de nuevo.

—¿Conoció a Ryugen Hiro?

—Claro, era mi suegro —contestó ella y Shinnosuke cristalizó la mirada.

—¿Cómo era su relación con él?

—Mi suegro es… —hizo una pausa— … era, lo siento, una persona sumamente reservada pero generosa, no convivíamos más que en fiestas familiares. Pero era amable y honesto.

—¿Tenía enemigos..?

—No lo sé, nuestra relación era estrictamente familiar y, como le dije, era ocasional cuando nos veíamos.

—¿Sabe a qué se dedicaba?

—Claro, era abogado y dueño de la firma con su nombre.

—¿Sabe quién es Nodoka Tendo? —dijo el viejo y apreté los puños.

—Claro, es mi madre… —Algo en sus ojos cambió. Ryugen la observaba—. Es decir, es la segunda esposa de mi padre pero ella me crió y la quiero como a una madre.

—¿Ella es madre de alguna de sus hermanas?

—No.

—¿Ella tuvo otros hijos con su padre?

—No, los deseaba pero no.

—¿Por qué no?

—No tienes que contestar a eso, cariño —dijo Ryugen percatándose de lo visiblemente afectada que se veía Akane.

—Estaba imposibilitada.

—¿Cómo era la relación entre ustedes?

—Ella es mi madre, es la única madre que conocí, la mía murió cuando nací, no la recuerdo.. —Una lágrima escapó de su rostro.

—¿Es Yuzuru Ryugen el menor sustraído de su casa sin su consentimiento?

Sollozó. Y sentí arder mi cabeza.

—¿Señora?..

—Disculpe —dijo sollozando—, sí, es mi hijo.

—¿Cómo ocurrió todo? Sé que es difícil pero, ¿podría narrarlo?

—Linda, sé que estás sufriendo pero si no le dices al detective no podrán hallar a nuestro hijo y a tu madre. —Sentí mis entrañas revolverse cuando vi a Ryugen pasarle un brazo por los hombros y se hizo lugar en su cuello, mirándome.

—Yuzuru adora jugar en el estanque Koi —dijo gimoteando, se le entrecortaba la voz por momentos—. Mi madre había venido a almorzar como cada Lunes, pasaba el día entero con nosotros, Shinnosuke se había marchado al congreso y yo estaba en el segundo piso, había subido al tocador un momento. Cuando oí gritos en el estanque y bajé corriendo, un hombre me golpeó en el recibidor. Fue todo, no los volví a ver.

—¿Cuando usted bajo vio que se los llevaban? —continuó el viejo.

—No, yo solo vi a un hombre con vestimenta ninja que fue el que me golpeó.

—¿Con máscara? —preguntó Happosai.

—Sí… —dijo ella secándose las lágrimas con el pañuelo que su marido le había ofrecido visiblemente conmovido.

—¿Hay algo más que quiera agregar? —dijo Happosai.

Se hizo el silencio un momento —...No… —terminó de decir ella.

Happosai me hizo la seña de que cortara la grabación ahí.

—Gracias Senador, Señora...

—Un momento... —dijo Ryugen.

—¿No te conozco? —Me señaló—. Eres el instructor de artes marciales de la escuela de Mikado Sanzenin, mi amigo el empresario patinador.

—Sí, Señor —respondí serio.

—Desde que te vi la primera vez tu rostro me era familiar y en nuestro anterior encuentro te recordé de mi fiesta de compromiso. ¿Y ahora eres detective?

—Sí, Señor...

—Que lástima, esperaba encontrar un buen rival... Le diré a Mikado que te vi —dijo sonriendo y se volteó a ver a Akane—. Vamos a casa cariño, necesitas descansar. —La tomó de los hombros, le puso su gabardina encima, ella se dejó hacer con los ojos llorosos y le hizo una seña a Toshio. Cuando salieron de la oficina Yamamoto se deshizo tratando de que el Senador se fuera contento, preguntándole si le había incomodado algo, a lo que Ryugen sonrió y salió. Cuando se fueron Yamamoto quiso saber todo del interrogatorio y si el senador se había sentido incómodo con nosotros, lo cual me exasperó por completo.

Después de escuchar el interrogatorio varias veces y pedirnos detalles, pidió que se le pasara a su secretaria para que se transcribiera a máquina a una versión impresa y se archivara en el expediente del caso. Yo también me puse a escuchar repetidamente el interrogatorio y oír lo devota de la familia que era Akane, no me cabía duda de que esa patética escena en el malecón no había sido más que un montaje para interpretar el papel de víctima. ¿Pero por qué? Nuestras vidas ya no estaban relacionadas y nunca más se volverían a cruzar. Con eso en la cabeza llegué a mi apartamento e intente conciliar el sueño sin éxito.

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Nabiki Tendo y Tatewaki Kuno aparecieron en la oficina, ella traía en brazos un bebé y tenía un enorme vientre de embarazo, se veía radiante, siempre había sido una mujer hermosa aunque no dejaba de ser intimidante. Con todo y el abultado vientre vi a Taro darle un repaso y parar en los pechos que habían aumentado de tamaño considerablemente, lo cual no pasó desapercibido para el "Rayo azul", que no muy contento, entró preguntando por el detective Happosai.

—Ah, mira el mesero… —dijo la bruja.

—¿Tú qué demonios piensas que haces aquí? —inquirió Tatewaki refiriéndose a mí.

Para ese momento entró Happosai arrastrando los pies con su acostumbrado Matcha y el diario "Asashi Shimbun", uno de los diarios más populares de todo el país. En la portada en letras grandes decía "GONPACHI ROJO" en alusión al asesinato de Ryugen Hiro, el prestigioso abogado y dueño de la firma con su nombre.

—¿Es a mí a quien buscan? —preguntó el viejo observando la patética escena que estábamos protagonizando en la entrada.

—¿Es usted el detective Happosai? —dijo el perro rabioso de Tatewaki.

El viejo asintió mostrando su placa, que sacó torpemente mientras derramaba un poco del té por el piso.

—Soy Kuno Tatewaki —respondió solemne—. Hermano de...

—Kuno Kodachi… lo sé, sé quién es usted —dijo el viejo—. Entre por favor. —Mientras Kuno le hacía señas a la bruja de Nabiki de que se mantuviera afuera con el bebé .

—Quisiera saber todo lo que se sabe del caso de mi hermana, se lo suplico, estoy desesperado, Kodachi… —dijo mirando con recelo hacia donde yo estaba, mientras el viejo me hacía la seña de que saliera también.

—Kodachi, era mi única hermana y la única familia que tengo, se lo suplico… —Alcancé a oír mientras salía, no quería un conflicto hoy.

La realidad es que no odiaba a Tatewaki, me daba un poco de lástima lo que le pasaba ahora, y después de tantos años quién era yo para juzgarle, sencillamente el tiempo nos había puesto a cada uno en su lugar, y nada teníamos que ver ya. Desde mi punto de vista y dada la escena del interrogatorio a Akane, nuestras vidas nunca estarían ligadas de nuevo y, con franqueza, nunca lo estuvieron.

Estaba por encenderme un cigarrillo cuando una voz familiar me sacó de la ensoñación.

—¡Seguramente has venido a buscarla! Después de tanto tiempo es un poco absurdo, ¿no crees?

Kuno Nabiki, que acunaba un bebé en su regazo, después de amamantarlo, me miraba cínica como siempre.

—¿A quién? —pregunté.

—Pues a Akane... —contestó sonriendo con malicia.

—¿Por qué tendría yo que buscarla? —dije apagando el cigarrillo molesto.

—Fácil, porque te enamoraste de ella… —concluyó mientras cubría a su hijo.

—Se equivoca, señora Kuno, yo no estoy enamorado de nadie, soy un oficial al servicio de la nación y no estoy interesado en ver a su hermana, por cierto, nunca pensé que siendo como es se le diera el papel de criar hijos… —dije mirando su prominente embarazo.

Ella sonrió con suficiencia y me respondió:

—Es verdad, a algunos se nos da y a otros no… —Me hizo un guiño.

Eso terminó por despertar mi mal humor y, justo cuando iba a responderle, el animal de Kuno salió del edificio y la abrazó, no sin lanzarme su típica mirada de advertencia. Le dio un afable beso en los labios, y la tomó del vientre. Mientras, yo me di media vuelta. Es que hasta ellos merecían felicidad, excepto yo...

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Happosai era un hombre muy solitario, nunca se había casado, no tenía una familia y le gustaban las mujeres jóvenes de senos grandes, que duraban una sola noche y nunca amanecían ahí, no creía en tener una familia, sentía que el mundo era un lugar terrible y que el acto de la crianza era el más inhumano y triste de todos. Entrenaba artes marciales desde su juventud, todas las tardes llegaba de la comisaría y entrenaba un poco, se daba una ducha, cenaba y leía algún libro o novela. No tenía televisión, había sido criado en el Japón budista y tradicional, eso no le interesaba, además vivía retirado del mundo.

Cuando el teléfono repiqueteó en su departamento las 3 am, pensó inmediatamente en la comisaría, alguna nueva ejecución, una pista que había aparecido, una huella, o algún compañero muerto.

—Moshi, moshi...

—¿Detective Happosai...? —Se escuchó una voz conocida del otro lado del auricular.

—¿Señora Ryugen?, ¿se encuentra bien?

—Sí, todo bien, preferiría Akane, Akane Tendo —contestó del otro lado de la línea.

—Está bien Akane, ¿que necesitas?

—¿Puedo invitarlo a desayunar mañana?... —preguntó ella con voz apagada.

—¿Por cual motivo? —respondió el viejo sabiendo que esto era muy inusual.

—Hmmm, extraoficialmente... No tengo amigos en la ciudad como usted sabe, detective —El viejo captó.

—De acuerdo... ¿Y su esposo?...

—No tendrá usted ningún problema, detective, se lo aseguro…

—De acuerdo, Kiushu Jangara, en Chiyoda, a las 11 am.

—Ahí estaré… Una cosa más, detective... No le diga a Ranma… —dijo suplicante.

—¿Por qué no?

—Porque este no es un interrogatorio oficial...

El viejo sonrió —Hasta luego Akane —colgó.

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A las 11 am, de incógnito con pants y chaqueta, entraba Akane Ryugen al Kiushu Jangara. Antes de entrar echó una rápida mirada al lugar, era un típico barrio japonés de gente de clase media y baja. Dentro del local la gente sentada ahí desayunaba y, los que estaban de pie, caminaban de prisa en todas las direcciones, surtiendo pedidos y recibiendo dinero. Se sintió en confianza. En la parrilla al menos una docena de huevos se freían al mismo tiempo que platos con todo tipo de tallarines eran servidos. Una imagen del verdadero Tokyo citadino a las 10:30 am.

Mirar a Happosai de frente o de espaldas no era la gran cosa, había escuchado a su padre decir que era un oficial condecorado en múltiples ocasiones, pero ahí mismo lucía como un sujeto normal, desayunando a esa hora en esa parte tan en ambiente de la ciudad.

El viejo la miró de arriba abajo cuando se aproximó a la mesa —Siéntate Akane, estoy intrigado, no pude conciliar el sueño. ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme y que no pudiste decir ayer en el interrogatorio oficial?

La chica sonrió dulcemente.

—Y bien… —continuó el viejo mirándola expectante.

—Detective yo.. —habló jugando nerviosamente con sus manos y mirándose las uñas—. Me gustaría que si saben algo del paradero de mi hijo me lo notifiquen a mí y no a mi esposo directamente...—Lo miró.

—Señora, no puede llamar a las 3 de la mañana a mi casa y pedirme que la llame por su nombre, si no confía en mí del todo… —dijo el viejo empezando a juntar sus cosas para marcharse.

—Por favor Happosai, no te vayas… extraoficialmente y, arriesgando todo, decidí hablarte porque sé que eres un oficial condecorado y porque sé que tu trabajo es excepcional, pero debes entender que en mi posición no puedo confiar en todo el mundo.

—Seguimos en el mismo punto, Akane —dijo el viejo sin soltar sus cosas.

—Yuzuru no es hijo de mi esposo —Ya está, lo había dicho.

—Ya veo… —dejó sus cosas al lado y sacó su pipa.

—¿El senador lo sabe?

—No lo sé… —respondió ella exhalando.

—Pero ayer se veían como una pareja muy comprometida y feliz...

—Puedo tomar su orden —interrumpió el mesero.

—Claro —dijo Akane—. Yo quiero una sopa miso y un matcha —comentó sonriendo mientras el mesero la miraba embobado.

—A mí una orden de tallarines de la casa y un matcha también —dijo el anciano.

Akane se pasó un mechón detrás de la oreja y bajó la mirada —Nací en el seno de una familia de clase media pero arruinada, los matrimonios en la clase alta no son por amor, mi padre debía mucho dinero y yo ... no me quejo, sé que hay miles de mujeres como yo, somos moneda de cambio, algo que le permite a tu familia ser honorable… si eso existe. —Dio un sorbo a su té.

—Pues permítame felicitarla, usted aparenta felicidad muy bien —dijo exhalando su pipa.

—Es año electoral detective —aclaró Akane, y el viejo le dio una sonrisa ladina.

—¿Por eso no se entendía con Kodachi Kuno? —insistió Happosai.

—¿Extraoficialmente? —añadió ella.

—Claro, por supuesto.

—Kodachi y yo éramos dos mujeres muy diferentes, ella era una mujer rica de cuna, estudiada, con una carrera universitaria y yo soy la esposa del senador Ryugen, ¿acaso usted había escuchado el apellido Tendo dentro de la política o el círculo de dinero de esta nación?

—Por supuesto que no.

—Claro que no, no fui a la universidad, me casé con Shinnosuke antes de terminar la preparatoria y no tengo otra preparación que la que me dio mi padre en artes marciales. Soy el adorno de un tipo poderoso pero no ingenuo, por eso desconozco si Shinnosuke sabe que Yuzuru no es su hijo, pero eso no le quitaba a Kodachi que era una arpía.

—¿Por qué lo dice?

—Cada vez que tuvo oportunidad, me hizo saber que para ella no era más que una arrimada en este círculo social.

—Hmmm... —dijo el viejo mientras engullía los tallarines del plato que acababan de servirle —¿Cuál es tu relación con Ranma Saotome? —Ya está, lo había soltado.

Ella levantó la vista del té y le respondió —Ninguna, lo conocí en el instituto...

—Lo siento, no fue la pregunta correcta, ¿Cuál fue tu relación con Ranma Saotome? —Y terminó de engullir el último fideo.

Akane se quedó muda y por un momento sus enormes ojos iban hacia la puerta, al té y de nuevo a la puerta, mientras se apretaban para dejar escapar una furtiva lágrima. El viejo añadió:

—Cuéntame algo Akane, ¿es Ranma Saotome el padre biológico del menor sustraído?

Y una lágrima surcó el hermoso rostro de la mujer frente a él.

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Bueno hasta aquí el capítulo 5, creo que todos esperaban esto en las historia hasta este capítulo, lo que me gustaría saber es que más creen que va a pasar, aunque como saben la historia ya está diseñada.

Quiero agradecer a mi beta editora #SakuraSaotome baby disculpa mi poco español sabes que sin ti esto no sería posible y sinceramente el agradecimiento aquí no compensa el tiempo que le dedicas poniendo en español este trabajo de amateur que hago. Te quiero. #SakuraSaotome esta escribiendo su fic "Por un sueño" corran a leer su historia y no olviden dejarle un review son la motivación de las escritoras del fanfiction. Entren a su página de Instagram #SakuraSaotomefanarts de hermosos diseños hechos por su creatividad.

A mi b reader #SusyChantilly por todo su apoyo y sus las ideas tan geniales que aporta en las mesas redondas. Siempre encuentra la aguja en el pajar. Ella escribe "The Office" actualmente corran a leer la historia y dejen el review. Siempre nos hace felices

A mis Locas por el Dios Griego @Geral @Lu @ Juany @Linda que siempre son mi apoyo.

A las páginas de fb :

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Mundo Fanfics Inuyasha Y Ranma

Ranma fanfics por siempre

Gracias por recomendar mi fic!

A mis queridos lectores y lectoras que me dejan un review :

Pauvishana, Niomei, ElisaLJ, PequeT, Karol Butz Molina, Dinfinity, EsmeraldaYasmin, Alexandraaa417, Benani0125, Yeka453, Luchan87. Y los que lo dejan como invitados también y los que leen y no dejan review, gracias igual por leer son lo máximo.

Por último recuerden que esto es sin fines de herir la susceptibilidad de alguien, solo es con fines de diversión y distracción. Me encanta escribir la historia y me encanta leer sus reacciones. Les deseo lo mejor sigan adelante!

#Sailordancer7