Capitulo 4: El Vacio

Tenía que darle credito a su compañero.

Kai'sa se impresionó de que el joven todavía estuviera consciente y alerta a pesar de las 3 horas qué habían pasado ya en la helada estepa. Kai'sa podía sentir como podía abrise el portal, ya hacía menos frio que antes, ya se invertían los flujos. Aun así, ella tenia su armadura, que de todo la protegía y el joven simplemente un abrigo en unos de los sitios mas fríos de Freijord.

Estaban protegidos detrás de un muro de nieve, un improvisado refugio a unos 100 metros de donde se abriria la convergencia. El rubio había anunciado preocupado que las bestias del Vacio podrían localizarlas tan cerca, pero la Cazadora había desechado eso.

-Entraran criaturas enloquecidas de hambre sin nada mas que una pequeña conciencia y sin conocimiento de este mundo. Una avanzadilla por así decirlo.

"Estarán enloquecidos por todos los nuevos olores y sensaciones. Exploraran un poco y volverán a esperar a alguien mas alto en la cadena de mando. ESO NO puede suceder, ¿queda claro? - le preguntó en un tono duro, para asegurarse de que su compañero entendia. - Debo cerrar el portal antes de que cualquier cabeza de mando, general, lider o lo que sea que lidere a un batallon de esas cosas cruze el portal. Y si estas dentro, dentro te quedas. - finalizó en un tono que no admitía replica.

El otro asintió, atento, sin tonterias, con esa decisión en la mirada que tanto gustaba y perturbaba a la cazadora a partes iguales. Intentó proseguir a pesar de su interno sonrojo, al ser consciente de que su compañero la observaba con toda su atención.

-Una vez dentro, tenemos que ser rápidos. Ahí si tendremos que camuflar nuestro olor pues seremos algo que nunca o pocas veces han visto. Algo vivo.

"Dejarán un par de guardias. Acabamos con ellos, y si hace falta te bañas en su sangre hasta que pases desapercibido. ¿Alguna pregunta?"

-Perfectamente claro, mi Señora. -musitó apenas, mientras la miraba con intesidad al casco.

Ella no pudo evitarlo. Su casco siguió sin desplegarse de su rostro pero acercó una mano a la del rubió, mientras mantenía su mirada. Sus manos se encontraron, aunque en su interior ambos sabían que la armadura retrocedería ante el toque del rubio. Se encontraron sorprendentemente agradecidos que fuera así. Pero ninguno dijo nada.

Sentía frio en su mano, ese frio invernal y malevolo que debía estar raspando la piel del joven rubio. Y aun así su toque le sorprendió al notar su calida mano aferrando la suya.

Se quedaron asi unos minutos, y Ezreal devolvió el apretón y le sostuvo su mano firmemente. Quiso creer que necesitaba apoyo, pero sabía que no era así. Se estaban dando fuerzas mutuamente, por que lo que iban a hacer igual los mandaba a la tumba.

-Tal vez encontremos algo no lo sé. - confesó repentinamente nerviosa. El la miró sorprendido, pero sabía lo que quería decir. Lo sentía.

-Tal vez haya algo ahi no lo sé. Ya me has dicho que nunca has hecho esto por mas de unos minutos pero tal vez encontremos algo, sino de mis padres, de algo que debilite al Vacio.

-Viví allí 17 años. -respondió la otra, ofendida y con su nerviosismo consumiendola. Los riesgos... - ¿Creés que no habría encontrado algo así?

Ezreal se encogió de hombros y puso su sonrisa, esa sonrisa que descubrió solo tenía para ella. O eso le gustaba pensar en la privacidad de su mente.

-Tal vez juntos podamos hacer lo que sola no pudiste.

Y con esa simple promesa, y sin que ella se lo esperara, beso su mano y volvió a su puesto de guardia, dejandola con la cabeza hecha un lio y su corazón revoloteando acelarado por alguna extraña razón.

/

Fueron 5 horas al final.

Ezreal pensó que moría del frio, quiso abandonar pero mil y una veces se negó este pensamiento, si por el por la muchacha que le acompañaba. Intentaba mantenerse fuerte aunque dolía como el infierno pero al final, cuando la noche asomaba en el horizonte, sus extremidades congeladas notaron como el frio se desvanecia de ellas. Lo notó.

Se estaba abriendo. Pero ellos seguían refugiados. No quería mirar. Ninguno. Pero los oyeron.

Susuros reptantes en el helado hielo. Gruñidos guturales y golpes de brazos y pechos al tiempo que escuchaban el silbido del acero. Peor lo mas perturbador es que no había nada más.

No tambores de guerra.

No vitores de ejercitos.

No había discursos elogiantes sobre la conquista.

No había nada. Solo un inmenso silencio interrumpido por los gorgoteos de las criaturas que se arrastraban fuera para matar y destruir todo. Sin excepción.

El Vacio.

No pudo describir con palabras lo angustiado que estaba en su momento por su compañera. 17 años así... era impensable como habia sobrevivido. Y lo había hecho. "Y lo volverá a hacer" se juró para si Ezreal.

Fueron minutos tensos, pero el ruido se alejaba y la noche, por una vez les concedia una ventaja. Serían muy dificiles de detectar.

Sin pensarlo mucho, deseosos de terminar, salieron disparados hacía la puerta. La euforia corría a través del muchacho al no escuchar sonidos tras de si y por primera vez lo vió. El portal era como el de las ruinas de Nymeria, pero sus esquinas se movían antinaturalmente, como un cuadro movíl alzando al aire sin nada que lo sostuviera.

Se miraron una vez mas antes de saltar. Pero lo hicieron.

No hubo una gran caida al Vacio, como el rubio esperaba. Se puso en pie de un salto para ver unos pasadizos ilumandos por algo que Ezreal no identificaba del todo. Kai'sa ya tenía cargados sus cohetes cuando se quedó helada. Ezreal tambien.

No había guardias.

No había mas ruidos.

Nada.

-Esto nunca pasa.-dijo la cazadora perturbada en voz baja, mientras se adentraban en la profundidad de los tuneles. -Salí hace 5 años de aquí y llevo cerrando portales todo este tiempo. Siempre hay guardias. Y a unas galerias de distancia siempre esta un batallón enorme de esas criaturas. Y si no, siempre hay alguna criatura hambrienta y perfida por lo alrededores. Ahora no hay nada. ¿Que está pasando?

Ezreal no tenía idea. La sensación de que algo iba mal le oprimia su brazo izquierdo, en su reliquia. Su instinto le gritaba peligro a cualquier lado que mirara pero todo estaba en silencio, no había nada ni nadie cerca. Ni siquiera el frio que le inquietaba todo el cuerpo apenas unos segundos atrás. Solo Vacio.

Avanzaron poco, unos 5 minutos, donde la Cazadora solo incrementaba su nerviosismo, cuando lo vieron. Una sala. Un fuego enorme. Con precaución, se acercaron arrastrandose, pero fue mas raro todavía.

Un viejo sentado en una roca. Ancianismo parecía, pues toda su piel estaba arrugada, calvo y sin barba pero sus ojos brillaban de un color negro espectral y su sombra, aunque parecía normal, parecía que intentaba expandirse, como si estuviera contenida en algo demasiado pequeño.

El viejo tenía una mueca siniestra, como una sonrisa burlona en la boca sin dientes. Y con aquellos ojos Ezreal juraba que les miraba. Que sabía que estaban alli. Que les permitia estar alli.

-Hola, pequeños. -se presentó con voz dulce, cariñosa, paternal, aunque no parecía salir de el, sino de algo mas. Los dos se miraron y se acercaron con cautela al ser, aunque se quedaron fuera de la sala. -¿Y bien, mi niña?

"Esto es surrealista" pensó Ezreal. No entendía nada. Pero Kai'sa desplegó su casco. Parecía onnubilada, su mirada estaba perdida en los ojos del viejo y la sonrisa del viejo era cada vez mas ancha con cada paso que la joven daba hacía el.

-Quiero que acabe...- la escuchó Ezreal. Un susurro tan íntimo, tan lleno de dolor, de sufrimiento y frustración. -No quiero luchar mas, no quiero más dolor, por favor... - ella solo se mecía ante el viejo, llorando desconsolada por algo que la atormentaba a mas no poder. Se arrodilló ante el sin despegar la mirada. Y el viejo ampliaba su sonrisa todavía mas, de forma aun mas antinatural, mas perversa. Sus ojos refulgían en el negro, gozosos por lo que provocaba.

-Puedo dartelo, pequeña... - dijo con maldad, alzando un poco el brazo.

-¡NOO! - rugío Ezreal, apartando el contacto visual entre ambos.

Ezreal la agarró y ella se aferró a el desesperada, su mirada volviendose un pozo negro sin fondo. La carcajada resonó en la habitación. Malevola, antigua, antinatural. Pero Ezreal no le miró, agarró a Kai'sa y se desplazó con ella hasta la salida con su reliquia. Los sacaría de allí, asi se agotara usando sus saltos.

-Te he hechado tanto de menos, Ezreal.

El viejo habló de nuevo. Ezreal no le miró, se giró sobre si mismo enfrentando sus pies, mientras Kai'sa seguía semiinconsciente y el la cargaba. Podía jurar que seguía riendo, pero lo escuchaba en su mente. ¿Que estaba pasando?

-¿Me conoces?

-Oh si.- Susurró el viejo con un placer siniestro que estremeció al joven.- Tu tambien debes suponer lo que soy ahora mismo, ¿no, muchacho? Eres un chico listo, tus padres me dijeron que eras todo un genio.

"Es un farol" se dijo Ezreal. Intentaba serenarse, pero ansiaba seguir escuchando un poco mas. Se fue alejando despacio, preparando el salto y manteniendo sus ojos fuera de los del anciano.

-¿De que me conoces? Nunca he estado aquí.

-Oh, pero el Vacio nunca olvida a uno de los suyos. Eres el único, Ezreal...- declaró con un murmullo de rabia y el fuego se apagaba cada vez mas rápido y el anciano parecía volverse cada vez mas grande. Oscuridad, chillidos, formas. - El único...que resistió.

Saltó sin pensarselo dos veces cuando el fuego se apagó de todo y un chillido ensordecedor timbraba en sus oidos.

Se agarró el corazón con la mano cuando llegaron al portal. Impicarse con el salto tantas veces seguidas cargaba en exceso su cuerpo y le pasaría factura. Pero no, ahora no podía descansar ni un segundo. Kai'sa parecía estar volviendo en si, por lo volvió a agarrar a la joven apretando los dientes y saltó.

El frio le dió la bienvenida y nunca creyó estar mas alegre. Agarró a Kai'sa mientras el resto de la tropa que los perseguía empezaba a juntarse en el portal. Podía sentirlos...

-¡Dime como cerrarlo! - gritó desesperado a la aturdida chica. Ella pareció volver en si despues del golpe y el grito. Activó su casco antes de nada mas y apartó al rubio sin ceremonias. Con destreza magistral sacó una daga de su armadura, fina, sin borde, apenas afilada. Se puso frente al portal y la hundió con facilidad hasta la mitad.

Sorpresivamente, el portal comenzó a cerrarse, mientras ambos escuchaban los horrores que alli dentro esperaban por salir. La avanzadilla estaba volviendo pero Kai'sa simplemente dejó la daga incrustada y masacró uno por uno a los congeneres bestias que habían reptado del Vacio.

Mientras Ezreal respiraba con dificultad y la visión se le volvia borrosa pero debía asegurarse de que el portal se cerraba completamente. A rastras, se obligó a mantener los ojos abiertos un poco mas y lo vio.

Podía jurar que había visto los mismo ojos negros y sombrios en el portal justo cuando se cerraba y le habló. No con palabras, pero de alguna forma, entendió su mirada.

"Nos volveremos a ver, viejo amigo"