Como bien todos los derechos sobre los personajes le corresponden a Rumiko Takahasi. Esta es solo una historia alternativa, para darle gusto a la imaginación.
-¿Qué haces aquí Ryoga?- le dijo llamando su atención, pues parecía perdido en sus pensamientos. Tarde o temprano tendría que hablar con él pero después de lo ocurrido en este día que no parecía terminar, esperaba me hubieran dado una tregua y postergarlo hasta el siguiente día, pero el universo dispone de las circunstancias a su manera. Así que decido no postergar más esta conversación.
-Si me permites, quisiera hablar contigo- contesta, y en su mirada se vislumbraba un deje de tristeza y rabia -¿Podemos ir al café que está aquí cerca?
Asiento con la cabeza y nos encaminamos al lugar; siento la distancia que nos separa aún estando caminando uno junto al otro.
¿Cómo llegamos a esto?
Para que sigo mintiéndome, claro que lo sé.
Nos sentamos en el lugar de siempre, ordenando lo acostumbrado.
-¿Y bien?- digo, rompiendo el incómodo silencio. El se toma su tiempo, mirándome fijamente.
-Disculpame Akane, disculpa mi cobardía por no haber enfrentado la situación como correspondía. Se que mis disculpas no excusan mis acciones, y tú no merecías esa falta de respeto de mi parte, tampoco compensa el mal rato que te hice pasar. Y que nuestra relación ya no tiene arreglo, pero no era la manera de terminarla...- su rostro denota que también está tan dolido como yo.
-¡No es todo tu culpa!- le interrumpo -La relación es de dos, por consiguiente también soy responsable. Debimos haber sido sinceros el uno con el otro, y haber terminado la relación hace un buen tiempo. Nos pusimos cómodos y caímos en la monotonía, o quizás no somos las personas indicadas para estar juntos- concluyo siendo honesta con él y a la vez conmigo misma.
-Quizás tengas razón, ya no hay marcha atrás para lo sucedido. Y quizás tampoco podremos ser amigos, pero no quería retirarme así como así, sin enfrentar mis acciones- concluye.
El mesero se acerca con lo que hemos ordenado, dándonos un respiro de la conversación, lo cual agradezco.
-Mmm ¿Y ya estás listo para los próximos exámenes?- pregunto, tratando de aminorar la tensión.
-Sabes que no soy tan buen estudiante como tú, pero trato de arreglarmelas- dice con una tímida sonrisa.
-¡Lo sé!- le confirmó riéndome.
El también comienza a reír, haciendo que el ambiente se aligere, permitiendonos degustar lo ordenado y terminar con una plática más amena. Nos despedimos en el lugar, y nuevamente me encamino a casa, solo que ahora más tranquila y reconfortada. Dar por cerrado esa parte de mi vida, me hace sentir ligera, y no es que todo haya sido malo pero es tiempo de avanzar y cada uno tiene su propio camino para seguir. Estando más cerca de casa, noto una sombra en el tejado, quizás el gato de la anciana Umeko volvió a escapar. Al minino le gusta venir a casa para que Kasumi lo alimente y termina durmiendo sobre mi habitación.
-¡Ya llegué!- les anunció desde la entrada, saliendo Kasumi a recibirme.
-Hola, hermana ¿Cómo ha sido tu día? ¿Quieres cenar? Hay algo de curry- me informa.
-¡Ha sido un día de locos!- contesto a una de sus preguntas -Estoy cansada, ya después te cuento, y ya cené algo no te preocupes. Oye, me pareció haber visto el gato de la anciana Umeko en el tejado- le comento.
-Pues no lo he visto por aquí hoy, ya sabes que primero viene a la cocina- me dice pensativa -Quizás lo confudiste.
-Puede ser- digo mientras subo las escaleras -iré a tomar un baño para relajarme- ella solo me contesta con su cálida sonrisa.
Ya en mi habitación, después del baño, escuchó ruidos en el tejado. Quizás si es el gato de la anciana Umeko, ya también está algo viejo y no haya como bajar. Terminó de vestirme, unos cortos pantaloncillos y una ligera blusa de tirantes, y salgo al patio para buscar la escalera y ayudar al gato a bajar. Esta un poco oscuro, pero noto la sombra a la altura de mi habitación, ajusto la escalera y comienzo a subir. Apenas mis pies están en el tejado, cuando siento que alguien me toma de la cintura por la espalda tratando de inmovilizarme...
Un par de horas antes...
Las farolas han comenzado a encenderse, anunciando el término del día. Estoy frente a la residencia Tendo, mis pies me han traído hasta aquí mientras divagaba. Todo el día he tratado de pensar como arreglar el desastre que había ocasionado. Y ahora que estoy aquí, estoy petrificado. ¿Y si ella no quiere verme? Porque habría de hacerlo, después de lo que pasó. Y si accediera, ¿qué le digo? Estoy hecho un lío, y estar de pie frente a la casa de Akane no ayuda en lo más mínimo. Así que busco un lugar donde nadie me moleste para idear una solución, siendo el lugar elegido el tejado de la residencia Tendo. Estar aquí arriba es relajante, sopla una suave brisa y es todo tan tranquilo, haciendo que me deje llevar otra vez por mis pensamientos; hasta que un ruido me saca de ellos.
No sé cuanto tiempo ha pasado, pero escucho a alguien subiendo al tejado, recordándome donde estoy. Si me descubren aquí, será mi ruina creerán que soy un ladrón o peor que eso, un acosador. Veo una pequeña silueta, en el borde del tejado, y lo único que atino a hacer es dirigirme rápidamente hacia ella y tratar de inmovilizarla. ¿Qué más podía hacer? Obviamente "Don Ideas Brillantes", no es mi segundo nombre y muy tarde me percató, que a quien tengo entre mis brazos es precisamente a quien he estado pensando todo esté tiempo, lo que me desconcentra y ella lo aprovecha...
Pero no le resultará tan sencillo, y en un descuido de parte del desconocido, atino a darle en las costillas con uno de mis codos, sacándolo de balance. Aprovecho la oportunidad para liberarme de su agarre que por el momento no es muy firme, pero él rápidamente se recupera y me toma del brazo.
-¡Vaya eres buena!- escucho que dice, y la voz me parece familiar -tenias razón cuando dijiste que sabías cuidar de ti misma, pero tampoco subestimes a tu oponente- continua y retoma su agarre ahora de frente, lo cual me pertime reconocer quién es.
-¿Ranma?- no puedo creerlo, él realmente está loco -¿Qué crees que estás haciendo, no fue suficiente con lo de está mañana?- arremeto contra él sin poder sazarme de entre sus brazos.
-Akane por favor ¡tranquilizate!, solo quiero que hablemos- trato de convencerla, pero ella continua arremolinándose -Escúchame, solo quiero aclarar lo que sucedió- insisto y afianzo aún más el agarre, pues de soltarla esto terminará peor. Pero también resultaba inconveniente para mi, que ella esté así de cerca, poder percibir su fragancia y su cuerpo amoldandose al mío aún cuando es contra su voluntad, lamentablemente.
-¿Cómo esperas que te crea, si no me sueltas?- no cedo en mi postura, pero tenerlo rodeándome con sus brazos y escuchar su ronca voz en mi oído, no ayuda en absoluto -Acaso ¿eres un acosador para que estés en el tejado, justo encima de mi habitación?
-¡No, claro que no! Es solo que vine a aclarar lo que pasó, pero no sabía si ibas a querer verme y que era lo que te diría. Así que para cuando me percaté, ya estaba aquí arriba- y era verdad, solo pedía al cielo que ella le creyera.
Lentamente dejó de moverme, considerando que a pesar de tener poco tiempo de conocerlo, ya había dejado en claro que era de las personas que primero actúan y luego reaccionan a sus acciones.
-Te escucho- digo firme y claro, le daría el beneficio de la duda, y esperaba no equivocarse.
-Veras- comenzó, tranqulizandole que ella se hubiera quedado quieta. Y decidiendo que lo mejor sería ser honesto, aún cuando su ego se opusiera -Me gustas, Akane. Y verte con alguien más, hizo que perdiera la cabeza- ella seguía sin moverse, ni emitir una sola palabra; eso lo estaba poniendo muy nervioso.
Estaba en shock, ¿había escuchado bien? No podía negar, que sintió que el pecho le ardía cuando lo escucho decirle que le gustaba.
-Akane... yo- intentó proseguir, quizás el sentimiento no era mutuo y por eso no recibía respuesta de su parte.
-También me gustas, Ranma- dijo, escondiendo su rostro en el pecho de él, pues aún no la había soltado su agarre -No puedo explicarlo, pero es así- continúo, alzando por fin su rostro para toparse con esos inquietos ojos azules que demandaban una respuesta.
Su corazón se aceleró al escucharla dar su respuesta, sentía como si en cualquier momento empezaría a flotar.
-Pero, quisiera ir con calma- agregó, viendo como la desilusión se dibujaba en su rostro. Pero tenía que ser honesta, primero consigo misma, y también con él -Estoy terminando una relación, y no me gustaría comenzar otra con el pie izquierdo por ir tan deprisa- esperaba que él comprendiera.
Olvidense de flotar, ni siquiera había sobrepasado los cinco centímetros y me habían estrellado de golpe con cara al suelo. Pero tomando las cosas con la cabeza fría, que era lo que usualmente no hacía, ella estaba en lo cierto. Recién se conocían, y debía concederle el tiempo para sanar lo que ella había pasado. Lentamente aflojó el abrazo en el cual la había aprisionado.
Ella lo vio debatir internamente, y sintió como el cálido abrazo se deshacía, haciéndola temer de su respuesta.
-Tienes razón, no estoy considerando como te sientes y como terminó tú relación anterior- parece que por fin estaba usando la cabeza, se animó el mismo -Iremos con calma- finalizo con una sonrisa en su rostro, no me voy a dar por vencido y si es solo cuestión de tiempo puedo ser muy persistente.
Escucharlo decir eso, alegro su corazón más de lo que ella esperaba, y le compartió una sonrisa de vuelta.
-Ahora hay que bajar de aquí, no creo que sea el sitio, ni la hora más conveniente para conversar- comenté, tratando de cubrirme, recién me daba cuenta como iba vestida -Y por cierto ¿cómo llegaste hasta aquí sin la escalera?
El la observó más a detalle, y no iba a desaprovechar la oportunidad.
-Saltando- le contestó, y con un rápido movimiento la tomo en sus brazos, dirigiéndose hacia el suelo. Ella no se lo esperaba, y lo notó por como se aferraba a su cuello en un agradable abrazo. Era su premio después de haberla visto vestida así.
¡Vaya día de locos! Seguía repitiendome a mi misma, ya una vez en mi habitación, después de haber despedido a Ranma. Y yendo a dormir con un sonrisa instalada en mi cara.
