Hola, hola... Kuroshiro a vuelto. Las catas de Yuri Plisetsky ya estaban puestas sobre la mesa, él no se rendiría por retener a Viktor a su lado. Yuuri tampoco esta dispuesto a dejar que un adolescente le quite a su marido. ¿Qué estará dispuesto a hacer por Viktor?...
Sin más, dejo la continuación.
CAPÍTULO V: Cambios extremos, respuestas positivas
- ¿Buenos... días? – Viktor se había levantado dos horas más de lo habitual. Había pasado unos días de lo ocurrido, ese día era su descanso, tanto él como Iván no irán a la práctica con Yakov... el pequeño Nikiforov era muy flojo en sus vacaciones, y fue muy extraño verlo sentado en la mesa cuando se suponía estaría en la cama dormido – Iván… –
- Papá, mira – el joven Iván con suma alegría miraba la mesa cubierta de deliciosos platillos – mami preparo Hot Cake, están esponjosos... y te hizo huevos, también hay pan tostadito –
- Mmm... huele delicioso – el olfato del varón fue atraído por el olor recién caliente de una taza de café, juntó al plato de su desayuno... todo parecía exquisito – oye, ¿y tú mamá? –
- Aquí estoy – grito Yūri saliendo del baño – lo siento, no sabía que hacer esta mañana así que prepare algunas cosas... lo que quieras puedes servirte – una radiante sonrisa surcaba su rostro, pero eso no era lo único diferente que veía en su marido. Se encontraba aseado y arreglado, no de una manera sexy o atrevida; más bien con su típica ropa, pero no la habitual... si no un suéter poco más entallado y unos pantalones en vez de pans.
- ¿Alguna ocasión especial que se deba festejar? – en ocasiones anteriores Yūri había hecho desayunos exquisitos, la memoria de Viktor nunca había sido buena y su falta de detalles hacia que se olvidara de fechas importantes (aniversarios, cumpleaños, promesas, etc.), pero su cerebro era consiente de un detalle: "Yūri hacia increíbles desayunos, comidas y cenas cuando la fecha era importante". Viktor soltó un gran bufido – Ugh, de qué me olvide esta vez –
- No, Viktor... esta vez no hay nada de especial – aclaro Yūri – simplemente me dieron ganas de hacer algo que alegrara la mañana. Espero no te importé –
- Claro que no – "que extraño", pensó Viktor. Y lo era aún más al ver como Yūri sonreía satisfecho y volvía a la cocina para limpiar.
- Papá, pásame la miel de maple... por favor – Viktor tomo la botella y de la dio a su hijo. Ambos comían tranquilamente cuando el pequeño aún con comida en la boca dijo – Má... ¿Mo bas... a fomer...? – tomo un gran vaso de leche y lo repitió – ¿no vas a comer, con... nosotros? –
- ... – por varios segundos Yūri no respondió, río un poco y se acercó a Iván – no te preocupes por mi... mamá comió antes de que se levantarán – respondió alegre – este desayuno especial, es sólo tuyo y de papi – acaricio suavemente la cabeza de Iván, dejando al niño contento y a Viktor algo sorprendió.
¿Desayunos increíbles sin fecha determinada?, ¿Yūri madrugador y sonriente a toda potencia?, y los más preocupante... ¿Ya había desayunado, sin esperarlos?
- Viktor – de repente fue sacado de sus pensamientos por la voz de su esposo – de que... tal vez sea una molestia. Pero hay varias cosas que están por terminarse en la despensa, y pensé... que sí tu e Iván podrían hacerme el favor de ir a comprarlas –
- ¿En mi día de descanso? –
- Yo tengo que limpiar la casa ahora mismo, terminando tengo que preparar la comida, lavar de nuevo la loza, lavar ropa y bañar al perro. Iría por las cosas justo a la hora en que compraría la cena, será de noche entonces y creo que tardare más y terminare muy tarde – Yūri estaba nervioso, el silencio del ruso lo mataba – s-sólo será por este día, por favor –
- No tienes que temblar como gelatina, lo haré – un alivio para Yūri – Iván, cuando termines el desayuno cambiare rápido y ve por Makkachin... iremos de paseo un rato por el mandado de mamá –
- SIIIIIII — Iván término deprisa lo que quedaba de los Hot Cakes, tomo un trago de leche que faltaba y limpiándose la boca se levantó a dejar los trastes sucios en el fregador – MAKKACHIN – grito el niño mientras corría a su habitación.
- Parece que Iván está muy animado el día de hoy – dijo Yūri intentando tener una charla con su marido, aunque este no le prestaba atención – deberíamos decirle a Yakov que le dé más días libres, en algunas ocasiones el tutor privado no tiene tiempo para... –
- ¿Qué estas tramando, Yūri? – Viktor tan sólo con su voz hizo que el cuerpo del doncel se estremeciera, tan firme y directo.
- Nada, por lo menos del otro mundo – ahí estaba, lo admitía. Era de admirar que no lo negaba como en ocasiones anteriores cuando actuaba extraño – por ahora tan sólo tráeme la despensa... y desinterésate de mi por completo, como siempre —
- Tienes agallas para hablarle así a un varón – Yūri se tensó al escuchar los pasos de Viktor acercándose por su espalda, la presencia del mayor estaba a escasos centímetros de su cuerpo. Podía sentir... la respiración de Viktor en su cuello, inhalo fuerte el aroma del doncel y entonces... — te llamare cuando regresemos, o tal vez sólo te mande un mensaje... contéstalo y seré feliz – dejo la taza en el fregador, juntó a los platos. Yūri estaba justo adelante de ellos lavándolos.
- Ok, no te preocupes – había recuperado el alma después de aquello.
- Papá, Makkachin y yo estamos listos – Iván se había puesto una chamarra color azul marino juntó a un lindo pantalón color negro, acompañado de unas orejeras y bufandas grises. Makkachin tan sólo su habitual collar y la correa.
- Entonces nos vamos – Viktor se acercó una vez más al distraído Yūri... sin pleno aviso besándolo. Fue tan corto que no tuvo tiempo de reaccionar, los labios de Viktor se habían retirado de los suyos, y con mirada atónita miro los bellos ojos azules del ruso – nos vemos –
- Adiós, mami... nos vemos en la tarde – Iván salió disparado del departamento con Makkachin y su padre a un lado.
- Ah... – Yūri con la mano extendida, moviéndola de un lado a otro aun diciendo "adiós", por fin salía del shock – me beso – y lo primero que hizo fue tocar sus labios, aun dudando lo ocurrido, comparándolo con un sueño.
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- Vitya, hoy te sentí... diferente – Yuri se encontraba desnudo, enredado en una de las cobijas de la cama. Justo había terminado de tener sexo con Viktor, pero lo veía extraño... algo pensativo –
- Lo siento – Viktor no era el mismo desde hace un tiempo, al terminar sus fogosos encuentros simplemente el peli-gris se quedaba pensando en la orilla de la cama, justo después le pagaba lo correspondido al pequeño doncel, se vestía y se retiraba. Ya no era como al inicio, en que repetían la sesión de sexo hasta cinco veces.
- ¿Me contarás que pasa por tu cabeza? – como el acompañante sexual que era, su trabajo era relajar y hacer sentir bien a los varones. Pero con Viktor era algo más, deseaba ayudarlo en todas sus preocupaciones y problemas, ser un apoyo incondicional.
- Es... complicado – suspiro – mi esposo a estado actuando extraño. Ya no me mira con miedo, su forma de dirigirse a mi es más firme... sin tartamudeos o temblores, es más atento a mis deseos y a los de mi hijo. Además, su cuerpo –
- ¿Qué tiene su cuerpo? –
- Es más... delgado – contesto – no sé qué es lo que ha hecho para bajar tan rápido de peso, pero lo he visto hacer ejercicios muy potentes, prepara comida normal... la misma cantidad, porciones y cantidad para tres –
- Y que, por tan sólo bajar unos cuantos kilos no significa que se convertirá en el mejor esposo del mundo... tú necesitas algo mejor, Vitya – Yuri se acercó gateando por la cama hasta llegar y abrazar la espalda de Viktor, besando sus hombros y cuello – eres un campeón de patinaje, una imagen casi santa en el país... una leyenda viviente. Y ese cerdo nunca te llegara ni a los talones –
- Eso lo sé, y él también lo sabe – una sonrisa surco su rostro – pero tiene la esperanza de ganar mi amor, haría cualquier cosa por mi... eso lo único que me agrada de él –
- Todos harían eso, las acciones de tu patético esposo no tienen nada de especial – Yuri se colocó entre las piernas de Viktor, este cargaba el liviano cuerpo del rubio. Con las manos en el rostro del varón y ambas miradas rusas fijas entre si Yuri trataría de ser lo más claro para demostrar sus verdaderos sentimientos – escúchame bien: yo robaría, golpearía y mataría por ti... robaría, golpearía y mataría –
- ¿Tan lejos llegarías por mí? – aquella desesperada confesión fue gratificante para los oídos de Nikiforov. Dos donceles: su esposo y su amante, uno sacrificando todo sin pedir más que una pizca de atención y el otro capaz de dar todo por amor... sin duda los donceles eran maravillosos.
- Vendería mi alma al propio Satán –
- Que excitante – complacido con aquello recompenso a Yuri besándolo de forma salvaje. Facciones de ángel, pero con las intenciones de un demonio... ese era Yuri, quien tal sólo tenía ojos para él.
- Vitya... – el regocijo de ambos cuerpos era insaciable. No importaba que o a qué precio, Yuri haría que Viktor fuera sólo suyo... sin saber que aun sacrificando todo Viktor jamás lo amara, porque el tan sólo de ama a sí mismo.
Viktor abotonaba su camisa, sin usar manos acomodó sus zapatos y se abrochaba su cinturón. Cuido con detalle que los chupetones quedarán escondidos a la vista y por último roció colonia lavanda (que llevaba siempre en un bote pequeño como spray) para disimular el olor a vainilla impregnado de Yuri.
- Me cuesta creer lo que haces, más por tu edad... fue la mejor noche hasta ahora – dijo Nikiforov. Yuri sonreía por el halago.
- Soy experto en complacer hombres, pero lo soy mejor satisfaciendo a MI hombre – Viktor se acercó a besarlo, fue un beso algo inquieto... las lenguas de ambos no se hicieron esperar, alejándose la una de la otra unidos tan sólo con un hilo de saliva.
- Nos vemos dentro de una semana – se despidió Viktor.
- Hasta la semana que viene – Yuri se movía suavemente dentro de las sabanas de aquella recamara, aun desnudo y con gotas de sudor sobre su cuerpo se dirigió al baño para así refrescares, puesto que aún tenía trabajo por hacer... y más en aquella noche donde varios viejos pedían su compañía.
El trabajo de Yuri era complacer a los hombres con su cuerpo, a Viktor le daba aquello y una satisfacción sexual completa, además de comprensión como pareja. Si, Yuri amaba demasiado a Viktor aún si lo negaba, ciegamente creía en el... Por ello sus acciones para tenerlo sólo para él. ¿Algún día el pobre e iluso Plisetsky podrá darse cuenta de la verdad?
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- Estoy en casa – Viktor había llegado justo después de las 12:20 AM. Al no escuchar contestación imagino que tanto su esposo como su hijo dormían plácidamente, pero no.
Al llegar a la sala vio algo sorprendente. Su esposo, el mismo Yūri con el cual se casó, se encontraba haciendo ejercicio sobre una caminadora (que era de Viktor). Sabía que Yūri había bajado rápido de peso, pero no esperaba verlo así de delgado en tan poco tiempo. De la bola de grasa que era su esposo aproximadamente dos meses atrás, volvió a obtener el cuerpo de cuando lo conoció la primera vez... y se podía notar que hasta más delgado.
Viktor sabía del régimen físico al cual Yūri se sometía, pero eso era en las tardes... ¿También lo hacía pasada la media noche?, eso era excesivo hasta para él.
- Viktor... – Yūri se había quitado unos audífonos de los oídos, por los cuales no pudo escuchar la llegada de su marido – pensé que no llegarías, ya había pasado tu hora de llegada y... –
- ¿Qué haces? – interrumpió Viktor como siempre, sin dejar terminar a Yūri.
- Tome tu caminadora prestada, para hacer un poco de ejercicio – apago el aparato, bajo de él pensando que el ceño molesto de Viktor era por tomarla – perdona, no lo volveré a hacer –
- Haces ejercicio al despertar, en las tardes cuando traigo a Iván también... y ahora igual – Yūri estaba avergonzado, Viktor lo había estado mirando – tanto ejercicio es bueno, pero tu estas pasando el límite –
- Lo sé, perdona – se disculpó – pero... comencé con unas cuantas horas al día, note que el ejercicio estaba funcionando así que... como nunca salgo a caminar o fuera de casa, pensé que al elevar un poco las horas de ejercicios remplazaría el tiempo que debo caminar –
- ¿No crees que estas exagerando? – Viktor a pesar de importarle muy poco Yūri sí que le importaba su hijo y Makkachin, no perdonaría a Yūri si descuidaba a ambos.
- Para nada, cuando patinaba tenía que estar muchas horas entrenando mi físico – Yūri no era tonto, sabía lo que en verdad preocupaba a Viktor – Iván termina su tarea justo a las 7:30 PM, porque su programa favorito comienza... yo lavo los trastes en ese tiempo y limpió un poco la cocina juntó al comedor. Salimos hasta las 8:30 PM para pasear a Makkachin y cenamos, Iván se baña para luego irse a dormir. Yo doblo ropa y al terminar me pongo a hacer esto – Viktor quedo sorprendido, ¿Cómo le hacia Yūri para ser exacto en su tiempo? ¿por qué él no sabía nada del día a día de su esposo? – tu nunca estas aquí, por lo menos hasta el día siguiente en la mañana o muy en la madrugada. Tu estas fuera todo el día, entiendo que es trabajo y con ello me mantienes... Iván y yo nunca nos hemos quejado, y lo sabes – "vaya, duras palabras por parte de Yūri", pensó Viktor – yo no he descuidado a Iván, ni a Makkachin o a ti... pero a mi persona sí, pero ya no más. Quiero ser el de antes y lo haré, y si en la transición consigo un poco de tu cariño... bueno, será un logro –
- Patético, siempre sueltas una lágrima al reclamarme – Yūri no sabía cuándo comenzó a llorar, ni siquiera estaba triste o afligido.
- No te estoy reclamando nada, tan sólo... fui honesto – Viktor al ver lo confundido que se encontraba su esposo al descubrir un nuevo sentimiento.
- Sólo estas molesto – Viktor paso de largo, tomo una silla del comedor y se sentó en ella – y yo también lo estaré si no me das de comer –
- Oh... – ¿molesto, él?... se sentía extraño, aquella emoción llamada ira, era muy extraña – ahora voy, ¿Qué deseas? –
- Lo que sea, sólo dame algo que no me caiga pesado –
- Esta bien – Yūri rio, era la primera vez en mucho tiempo que Viktor lo hacía actuar así. Se sentía tan nostálgico aquellas citas donde ambos reían mutuamente por las palabras del contrario.
Justo después de cenar, ambos se fueron al lecho matrimonial. Viktor estaba cansado y sólo quería dormir, Yūri se encontraba dándose un refrescante baño para quitarse la capa de sudor de todo el día.
- Ahhh... se siente bien – al salir del baño Yūri notó un camino de ropa tirada casi llegando a la cama. Viktor era tan descuidado y flojo hasta para poner su ropa en el cesto de ropa sucia – siempre es lo mismo – se quejó.
Tomo las prendas de Viktor y comenzó a voltear la ropa al revés para así no entretenerse antes de lavar. Justo antes de rescatarse al lado de su marido un fuerte dolor en su estómago lo hizo levantarse deprisa.
Corrió hacia el baño, pero no era el baño de su habitación. Con cuidado de no escuchado, Yūri vomitaba en la taza del baño de visitas... no fue mucho lo que soltó, tan sólo una capa mucosa de color avena.
- Está funcionando – otra arcada lo hizo hundir más el rostro en la taza. Pasaron varios minutos de arcadas y quejas cuando por fin su estómago había soltado todo.
Tiro de la palanca y todo su desastre se había ido. Lavo su boca muy bien para eliminar el rastro y se dirigió a la cocina como si nada, ignorando el hecho de que horas eran.
- Un vaso de leche no me hará mal – Yūri se sirvió el líquido en un vaso de vidrio. Eran las 2:15 AM, terminado su vaso con leche Yūri se acercó a una de las alacenas, tomo entre sus manos una bolsa de suplemento, pero en realidad no era ni suplemento o alguna vitamina en polvo.
Medidas desesperadas necesitan actos desesperados, por lo menos eso pensaba Yūri. El que haya bajado de peso no era algo natural, durante estos últimos meses Yūri había ocultado un polvo el cual compro y tomaba... este lo ayudaba a soltar su intestino y en ocasiones cuando comía "demasiadas" calorías lo tomaba dos veces para hacer que regresara su alimento en base al vómito.
- Esto es por Viktor, esto es por Viktor – dolía, su garganta ardía después de aquello. Pero necesitaba sacrificar un poco de sí para arreglar todo.
Yūri sabía que estaba mal, ¿es acaso eso lo que quería enseñarle a Iván?... no, claro que no. Pero Yūri siempre fue una persona insegura, que juntó a los maltratos y humillaciones de su familia y Viktor su mente se había debilitado. Siempre se preguntaba que le molestaba tanto a Viktor, por qué no lo amaba de la misma intensidad que él lo hacía.
Años metalizándose un problema que no era tan sólo suyo, si no de su marido también. Ahora que sabía "la causa de su desdicha", estaba dispuesto a todo por cambiar su forma de ser. Por eso lo hacía, para que su esposo lo amara, para que el mundo lo respetara... para qué su hijo pudiera tener una familia feliz.
Si, Yūri haría que eso sucediera... aunque significara acabar con su cuerpo y su salud.
- Te amo tanto, Viktor –
Continuara...
El amor lleva a la destrucción, por lo menos el amor de Yuu hacia Viktor lo lleva a lastimarse él mismo por su aprobación... y ni siquiera es capaz de darse cuenta, ¿Pero por cuanto?. Muchas gracias por leer, nos vemos en la actualización siguiente. Kuroshiro fuera :D
