Capítulo 5: Realidad

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El cuerpo de King Olly se encontraba reposando sobre un extenso campo de flores, descansado plácidamente con una cálida brisa que corría y acariciaba sus rubios cabellos y su piel pálida con sumo cuidado. Los ojos serios del Rey permanecían cerrados, en una clase de trance muy profunda.

Y poco a poco, escuchó desapercibidamente una gentil voz llamándolo por su nombre, entrando a sus oídos cómo un zumbido.

"—Hermanito... ¿Estás ahí, estás despierto?~ Has dormido ya por mucho tiempo, hehe...—"

Aquella voz... tan suave y dulce... no era nadie más ni nada menos que su amada hermana menor y su más enorme creación, Olivia. Abrió lentamente sus ojos al oír esa cariñosa voz llamarlo con ternura, y cuando lo hizo por completo, observó la figura de su hermana menor sobre él, mirando con detalle el alegre rostro de la chica.

Olivia tenía una sonrisa de oreja a oreja, una mirada repleta de curiosidad que lo veía de pies a cabeza... era costumbre para el Rey verla actuar así. Ella era alguien que estaba constantemente feliz, optimista, inocente... King Olly hubiera deseado ser un poco más cómo su hermana.

Pero esa fue la misma razón por la cual la había creado. Deseaba su compañía, alguien que representara sus propias fallas cómo Rey. Y ese, era Olivia. Ella era la definición contraria de las cualidades de Olly.

"—Ah... hermana mía. Me alegro de que hayas despertado de una forma más... pacífica. Creo que no estoy acostumbrado a algo así, esperaba que te lanzaras sobre mí sin aviso alguno, hehe...—" El rubio esbozó una sonrisa suave al soltar esa pequeña burla, viendo cómo la chica reía tante su comentario.

"—¡Owww, Olly!, ¡Ya sé que eso no te gusta, así que por lo menos, felicítame!, ¡Te desperté de la forma más correcta posible!, ¡Pensé en ti!, ¡¿Sabes?!—" Olivia no pudo evitar soltar algunas carcajadas, finalmente ayudando a su hermano mayor a levantarse del suelo. Lo miró al rostro aún con su amable sonrisa, sosteniendo con firmeza su mano.

"—Bueno hermanito... Ya es hora de irnos, ¿no crees?, hay... muchas cosas por hacer, ¡juntos!—"

El Rey de Origami asintió con la cabeza firmemente. Era cierto, ¿Cómo podría haberse olvidado?, por fin cumpliría su más grande deseo junto con la persona que más amaba en el mundo. Él y Olivia, los Reyes y Líderes de un mundo de Origami, donde ellos tendrían todo lo que quieran... armonía, amor... harían felices a todos.

El chico rubio no pudo evitar esbozar una cariñosa sonrisa al imaginar ese sueño ideal, apretando inconscientemente la mano de su hermana menor con cariño mientras la miraba fijamente a sus alrededores, el vacío pero hermoso campo de flores rosas y moradas...

... No obstante, había sentido un repentino apretón en su mano, uno que le había dolido por la brusquedad del agarre.

Alterado, dirigió su mirada nerviosa a su hermana... pero ella ya no se encontraba allí, la piel pálida del Rey erizándose de golpe.

"—...¿Felices a todos? ... Pffft... HAHAHA...—" De repente, Olly alzó la mirada con un leve temor, un miedo repentino apretando su "puro" corazón con mucha fuerza. La voz de su hermana se oía distorsionada y terrorífica, era algo inesperado y aterrador para el hombre... y ella ya no se encontraba frente a él. En un cerrar y abrir de ojos, el pacífico campo donde había descansado había sido reemplazado por oscuridad absoluta, una luz muy pequeña rodeándolo por los hombros. De ahí provenía la tétrica voz que le hablaba. Sonaba burlón y grotesco... esa ternura característica de su hermana menor se había desvanecido por completo.

Olly estaba profundamente aterrado por ese abrupto cambio, apretándose sus propios puños y retrocediendo ante esa luz que insistía en permanecer cerca de su rostro. "—Q-Qué... ¡¿Q-Qué... Q-Qué eres?!, ¡¿Q-Qué hiciste con O-Olivia...?!—"

"—Mejor dicho... ¿Qué hiciste TÚ con ella?, ¿Acaso no te das cuenta que no la mereces en lo absoluto?, destruiste todo lo que ella amaba... eres tan egoísta.—" Aquel terrorífico ser agravaba su voz con tal de sonar intimidante y cruel, acercándose peligrosamente al rostro del rubio, el cual estaba totalmente atemorizado. "—Acabaste con la vida de las personas con las cuales ella tanto se encariñó, todo por tus deseos individuales... Olivia nunca compartió ese sueño contigo, haha... en realidad, no eres más que un Rey cruel y ruin. Tu creador... estaba tan equivocado. Solo exististe para causar mucho daño, incluso con la persona que más amabas... hasta tu propia creación se dio cuenta de inmediato de cómo eres en realidad y por eso se alejó de ti. ¡No eres más que un horrible monstruo, Olly!, ¡Un horrible monstruo que está destinado a destruir los sueños de los demás solo para cumplir los suyos!—" Esa pequeña luz que hablaba había chocado contra el pecho del Rey, dándole una horrible quemadura en su piel. Una quemadura que lo penetraba fuertemente, provocando que un desgarrador y doloroso quejido se arrancara de la garganta de Olly.

Esa perforación del ardiente impacto le dolía tanto cómo la culpabilidad que sentía el Rey respecto al enorme error que había cometido con Olivia...

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Y de repente, sus ojos se abrieron de golpe. King Olly había levantado la cabeza bruscamente, agarrándose la frente con sus manos, debido a un mareo muy molesto que atacaba su cuerpo. Su corazón latía mil por hora, y también le ofrecía un dolor bastante punzante. Un sudor frío recorría parte de su frente, acompañado de jadeos desesperados, aún así, poco a poco intentó calmarse, para después percatarse del lugar en el que estaba actualmente.

Sus ojos merodearon la zona en donde se había quedado dormido. Era el mismo sillón en el que se había acomodado al llegar al añejo hogar de las Shadow Sirens. Pero, ya no había luz dentro de la habitación, ni siquiera había presencia de luz natural atravesándose por las ventanas rotas. Aún atemorizado por su pesadilla, buscó con una mirada desesperada la salida, pero algo más llamó su atención, provocando que su respiración se estabilizara.

El Rey del Origami oía murmuros muy leves detrás de una puerta roñosa, aunque de vez en cuando estas voces alzaban el volumen efervescentemente. Olly dedujo rápidamente que se trataba de una discusión acalorada, pero no era capaz de reconocer las voces las cuales resonaban tras la pared. Curioso por la situación que se le presentaba, se levantó tímidamente del sillón y arregló su capa de tonos morados con sus manos de papel, cerrando un poco los ojos por el polvo que había recogido al dormir en pleno cuarto.

Ya preparado, se había dirigido a paso lento hasta la perilla de la puerta deteriorada, sosteniéndola suavemente para girarla, mientras oía esas desconocidas voces alzarse más y más con demasiada ferocidad.

"—¡Vivian, eres una completa estúpida!—" Olly alzó la mirada antes de girar la manilla de la puerta, sorprendido por el tono de la persona que gritaba. Sonaba proveniente de alguien... de avanzada edad. Pero lo que más le había impactado, era que se dirigía a Vivian. La desconocida voz de una anciana aún sonaba con furia. "—¡¿Cómo se te ocurre traer a alguien completamente extraño a NUESTRO HOGAR?!, ¡SABES BIEN que este plan es secreto, nadie debe saber nuestro real propósito!—"

King Olly supuso que este ser se refería a él, pero antes de entrar, decidió seguir escuchando la discusión con mucha atención en su mirada.

"—P-pero, h-hermana, B-Beldam, y-yo... yo... t-tienes q-que escucharme, l-lo hice p-por una b-buena razón, él d-dijo que nos a-ayudaría, es un Rey y quizás él... es bueno... q-quizás nos p-preste sus po-poderes o... n-no lo sé...—" La temblorosa voz de la otra bruja se oía asustada y afligida, sus manos posicionadas en su pecho por pura preocupación.

"—No hay necesidad de que sigan discutiendo.—" La voz suave del chico rubio de Origami se había hecho presente de golpe, abriendo la puerta de manera silenciosa. Tanto la anciana de Beldam y la joven Vivian habían dirigido su mirada sorprendida al nuevo individuo en el cuarto, manteniéndose en silencio, hasta que la bruja más vieja había decidio hablar agresivamente.

"—Ah... así que usted es el famoso Rey de que esta tonta ha hablado tanto.—" Beldam refunfuñó en sus dientes, cerrando sus puños mientras miraba con profundo enojo al Rey. Vivian retrocedió un poco ante ese insulto, bajando la mirada con mucho temor."—No eres más que un simple metiche acá. ¡No tienes nada que hacer aquí!, ¡Vete antes de que...!—"

"—Cómo mencioné, no encuentro la necesidad de comenzar una discusión acá. Podemos solucionar esto de manera pacífica...—" Olly se acomodó su capa elegantemente, con una mirada bastante serena a pesar de ser hablado de forma grosera. "—...No soy más que un Rey perdido en búsqueda de una pizca de esperanza. Decidí ayudarlas a ustedes, Shadow Sirens, por qué se muy bien de donde provienen... anticipé la información a la integrante más joven de su grupo. No hay nada que esconder. Sé bien que ustedes desean traer a su Madre todopoderosa de vuelta... con el poder que los Cristales Estelares otorgan. Yo también deseo usarlo... pero tengo mis propios propósitos personales que no puedo revelar.—"

"—¿Y así me quieres convencer?, ¿Es en serio?—" La bruja respondió de inmediato de la forma más agresiva posible, acercándose con aires de intimidación. Aunque le había puesto nerviosa el hecho de que este ser desconocido se hubiera enterado de sus planos, decidió seguir sus instintos bravos. "—Es mejor para ti que te vayas ahora mismo de este lugar antes de que te...—" De repente, silenció su propio habla al percibir algo muy fuerte en su cuerpo. Al observar mucho mejor al Rey del Origami, se había percatado de un poder bastante fuerte rodeando su pequeño cuerpo de papel. Miró con suma sorpresa al dichoso Líder, presentía muy fuertemente la manifestación de un poder grandioso, proveniente de un Rey con habilidades indescriptibles en sus manos.

Era perfecto para su plan.

King Olly se quedó mirando con plena seriedad a la bruja azulada, aún sosteniendo con empoderamiento su capa morada. Al ver el cambio de opinión de la anciana, supuso de inmediato que ella había percibido de lo que el Rey era capaz. Así, decidió proseguir su habla. "—...Soy el Rey del Origami. He cometido actos atroces en mi vida anterior... pero he vuelto para reparar los daños que causé. Haré lo que sea... incluso si desea matarme, lo permitiré sin duda alguna. Solo deseo cumplir con mi labor, gracias a esta última oportunidad de vivir que me han otorgado... Siendo así, mis propósitos son puros ahora. Sé que los suyos no lo son, pero, no soy quién para juzgar algo así. Ahora solo actuaré cómo un mero sirviente, pero cómo nuestros objetivos son los mismos... he considerado que la mejor opción es ofrecer mi plena ayuda para finiquitar de una vez por todas nuestras profundas ambiciones.—"

El Rey rubio se oía tan seguro y leal de si mismo, que había sorprendido enormemente a ambos individuos espectrales. Beldam esbozó una sonrisa maliciosa en sus labios, alzando un poco sus manos para frotárselas con curiosidad en su mirada. "—Ahh... ya veo, sí... ¿Entonces, te estás ofreciendo ante nosotras?, ¿Estás ofreciendo tu enorme poder para... ayudarnos?, mwehehe... esto sí que es una noticia realmente interesante.—" La bruja ofreció su mano cómo parte de un trato, gesto el cual Olly aceptó rápidamente, haciendo un apretón de manos entre ambos para sellar la propuesta. "—Bien, trato hecho. Pero si se te ocurre hacer alguna estupidez que perjudique mi plan de traer a nuestra Madre Oscura... me las pagarás, ¿entendido, Rey?—"

"—Cómo usted diga.—" Respondió de la manera más formal posible. Al soltar sus manos, la bruja de gorra azul le dio la espalda al Rey, ofreciéndole una mirada amenazante a la pobre Vivian, quién permanecía escondida tras un mueble estropeado. "—Y tú, estúpida de pacotilla, ¡encárgate de vigilarlo!, ¡¿entendido?!, iré con Marilyn a la puerta milenaria a seguir investigando... ¡Si haces una tontería, te juro que te castigaré hasta que grites piedad!—" Jaló repentinamente un mechón de cabello rosado de la otra bruja más joven, arrancándole un quejido tembloroso. Olly no reaccionó mucho ante la brutal escena, pues había durado en cosa de segundos, Beldam rápidamente retirándose.

El cuarto quedó en completo silencio, pero poco a poco se oían leves sollozos por parte de Vivian. King Olly se había sorprendido muy poco, observando aún así con una mirada tranquila a la pobre bruja de cabello rosado. Estaba llorando estrepitosamente en el suelo, escondiendo su rostro entre sus manos enguantadas, mientras las amargas lágrimas que corrían por su rostro humedecían el piso añejo del hogar. Se había derrumbado de la tristeza, era notorio que no era la primera vez que aquella chica sufría esta clase de abusos, y este caso fue uno que la llevó a la quiebra.

El Rey de Origami desvío su mirada al observar el estado de Vivian, pero no pudo evitar sentir de nuevo ese apretón en su corazón que se le hacía tan familiar últimamente... frunció el ceño al percibir esta sensación, cosa que lo condujo a acercarse, sin pensarlo dos veces, a la pequeña bruja. Mientras ella lloraba desconsoladamente, la mano pálida del Rey se había posado sobre su cabeza... tímidamente comenzando a acariciarla allí con la máxima suavidad posible, con tal de otorgarle calma a través de sus gentiles caricias.

Vivian había detenido su llanto de golpe, obstruído por un jadeo de sorpresa ante ese toque. Se había extrañado por ese contacto tan íntimo y repentino, pero a los pocos minutos, había cedido ante ellos... con sus temblorosas manos, secaba sus húmedas y amargas lágrimas, aunque sus ojos amarillos tapados por su mechón de cabello aún picaban.

"—G-Gh... Gracias, S-Señor R-Rey Olly...—" Fue lo único que Vivian fue capaz de pronunciar con su lánguida voz, aún con la muñeca de su mano intentando secarse sus ojos llorosos, su garganta repleta de sollozos incontrolables. "—P-perdón, no quise v-verme a-así de ridícula f-frente a usted, e-es solo que, m-mi hermana, e-ella... yo...—"

"—...No hay necesidad de que lo explique, Señorita Vivian... está todo bien.—" El Rey del Origami había esbozado una calmada sonrisa ante su reacción, aún su pálida mano acariciando con cuidado los cabellos rosados de la pequeña bruja sombría. "—Entiendo perfectamente el dolor que debe sentir ahora... lo siento tanto.—" De alguna forma, mientras él hablaba y miraba fijamente a Vivian, sentía un leve recuerdo nacer muy en su interior. Esta chica... era tan idéntica a su pequeña hermana Olivia.

Algo nacía en él, un presentimiento de querer cuidarla cueste lo que cueste, de reparar sus errores cómo hermano mayor junto con ella. Demostrar que realmente, había cambiado, y que haría todo lo posible para volverse un ser bondadoso y del bien. Pero, él sabía que en realidad, no había posibilidad alguna de reparar el grave daño que había cometido en su vida anterior... fue alguien muy despreciable. Ni el más grande esfuerzo que el podría llevar a cabo podrían reparar sus garrafales errores.

Pero... aún así, lo intentaría más y más. Tenía que hacerlo... por Olivia. Tenía que enmendar de una vez por todas el hecho de que fue un terrible hermano mayor. Había atentado incluso con la vida de su propia creación. Oh, su querida hermana Olivia...

Mientras Olly se perdía en sus propios pensamientos, las caricias que estaba otorgando en la cabecita de Vivian habían bajado hasta su mejilla, sosteniendo su rostro para ofrecerle calma total. La bruja lo observó con curiosidad, a pesar de que su rostro era tapado por su pelo.

"—Quizás suene repentino, pero... me comprometo a protegerla. Sé que apenas nos llevamos conociendo, pero... no creo que sea bondadoso lo que su hermana mayor comete contra usted. Es cruel y repulsivo... lo mejor será que yo le proteja. Seré capaz. Yo no temo de su hermana.—" Volvió a regalarle una sonrisa muy atractiva, cosa que había calmado totalmente a la bruja de gorra rosada.

"—O-oh, S-Señor Olly... ¡Es usted realmente un Rey muy bueno!—" La alegre voz de Vivian había vuelto a la vida, ella juntando sus manos con pasión mientras su adorable sonrisa volvía en sus amarillentos labios. "—E-En serio, es usted tan bueno, ¡n-no merezco tanta compasión de un Rey cómo usted...!—"

Olly se extrañó ante ese comportamiento. Supuso que la bruja sufría cierta condición de inferioridad, cosa que decidió tener presente por el momento, ya que se había propuesto mentalmente en... ayudarla.

"—Hehe... no lo diga así tampoco. Simplemente, creo... que es algo que me nació del corazón.—" Respondió de manera completamente sincera, provocando que Vivian soltara una jocosa risa de emoción.

"—¡Hehehe, aún así, es muy emocionante q-que quiera a-ayudarme!, ¡Lo m-mejor es que mi hermana mayor por fin aceptó su presencia!, ¡Ahora podrá ayudarnos sin problema alguno!~ ¡Usted detendrá a mi hermana y cumplirá su sueño!, ¿no?—"

... El Rey desvío la mirada al oír el comentario de la bruja, y por unos momentos sostuvo un breve silencio para sus adentros.

Parece que las cosas realmente no iban inclinadas a su favor. No podía decepcionar a esta pequeña bruja ahora, pero... ¿Qué pasará si rompe su trato con la poderosa Shadow Queen? ... Un sentimiento de incertidumbre muy escalofriante había recorrido la espalda del Rey ante esa idea.

No podía hacer algo así. No podía ceder a prohibir la reencarnación de esa Reina. Porque su trato... se iría a la basura. Su deseo, la razón por la cual luchaba ahora... se desvanecería. Pero, si permite eso... ¿Qué pasaría con Vivian?, la pobre chica que cree que es inferior a todos, que sufre un temor constante y vive debajo de las sombras del abuso físico y verbal... Esa chica que era idéntica a su pequeña y adorada hermana Olivia.

..."No quiero volver a ser un Rey malvado. Quiero ser un Rey bondadoso y leal. Quiero serlo por mi hermana. Por mi... creador...".

Al pensar aquello, rápidamente miró a la bruja, con una mirada repleta de una determinación desconocida. "—Sí... así es. Haremos esto juntos, pero, nadie debe enterarse, y con nadie... me refiero a sus hermanas. ¿Entendido?—"

"—¡Entendido, Señor Olly!—" Respondió la bruja con una larga sonrisa en su redondo rostro morado. Realmente, las reacciones de esta chica eran deleitables, ingenuas... cosa que le produjo cierta calma y calidez al corazón del Rey Olly.

"—Bien, entonces, pongámonos en marcha. Creo que deberíamos buscar pistas sobre el paradero de uno de los Cristales...—"

"—Oh, pero, Señor Rey... ¡Aún no sabemos mucho de ellas!, la última vez que hicieron presencia, desaparecieron cómo si nada, realmente nadie de aquí sabe donde podrían estar...—" Vivian ladeo suavemente la cabeza, con una expresión pensativa. "—Umm, así que no se me ocurre muy bien por donde podríamos comenzar...—"

El chico rubio alzó la mirada, reflexionando ante esta situación. Pero al poco tiempo, decidió que ir lento sería la mejor opción, tendría que registrar cada centímetro de este nuevo terreno para él, quizás en alguna situación podrían encontrarse con alguna pista útil para su búsqueda.

"—Bueno, podríamos empezar preguntando a la gente de este lúgubre pueblo si es que sabe de algún rumor del nuevo paradero de estos Cristales Estelares.—" Comentó el Rey mientras acomodaba su elegante capa alargada. "—Quizás allí saquemos información vital para seguirles el rastro, ¿no cree?—"

"—Oh, ¡es cierto!—" La pelirosada asintió alegremente ante la idea propuesta, aplaudiendo un poco de la emoción. "—¡Bien, entonces, vamos!—" Y en cuanto el plan fue decidido por ambos, la pequeña bruja se posicionó detrás del Rey, dispuesta a seguir su paso.

Olly esbozó una suave sonrisa ante eso, Vivian actuaba cómo un pájaro bebé que solo seguiría a su madre. Al soltar una leve risa por lo bajo ante la idea, decidió encaminarse a las afueras del añejo hogar de las Shadow Sirens junto con la adorable bruja a su lado... era hora de comenzar una búsqueda que, probablemente, sería extensa y pesada.

Pero valdría la pena.

O eso es lo que ambos pensaban...

. . .

Continuará...

[ Nota ]

[ Holaaa, espero que todos y todas se encuentren muy bien estos días. Lo siento por tardarme tanto en escribir el quinto capítulo, ¡he estado realmente ocupada con la escuela!, lamento mucho el atraso, pero me comprometo a seguir la historia cuando tenga el mayor tiempo libre posible. ¡Muchas gracias por seguir mi fanfic!, los quiero muchísimo. ]