Sanae pv
Íbamos a seguir peleando cuando esa niña de pelo del mismo color que una flor de cerezo se paró en medio de nosotras y le dijo a Reimu en tono molesto ¡Reimu Hakurei, la señorita Sanae nos va a cuidar ella se ve más amable que vos nunca nos hablaría y trataría de esa forma tan seca y fría como lo hacéis vos!
Esas dos niñas se habían quedado sorprendidas y yo también nadie le había hablado así a Reimu antes a ella no le pareció se veía frustrada antes de irse me dirigió una mirada llena de odio y desprecio y luego se fue.
Me le acerque y le di un abrazo y ella también me abrazo, nos soltamos le vi ese bonito pelo color como los árboles de cerezo y esos ojos azul celeste que se me quedaban viendo con agradecimiento por haberlas salvado de esos yokai , ella me tendió la mano yo se la tome.
Ella me dijo amablemente gracias señorita Sanae por habernos salvado si no fuera por vos esos monstruos ya nos habrían devorado. Seréis mejor que la señorita Reimu yo estaré ahí para apoyarte.
No sabía cómo reaccionar quería decirle algo, pero no se me ocurrió nada, que hare con ellas me las llevaría conmigo a mi santuario. Quería conocerla un poco mejor así que le pregunte oye niña como te llamáis, y porque vinisteis aquí.
Ella me respondió yo me llamo Sakura y provengo del exterior al igual que mis dos amigas; se le veían lágrimas en los ojos ella siguió diciendo, pero con tristeza es que yo antes era una niña solitaria que no tenía amigos; en la escuela se la pasaban molestándome, pero mis dos únicas mejores amigas que tengo siempre han estado ahí conmigo.
Me harte de pasar siempre por lo mismo así que decidimos venir aquí; pero no creo que fue buena idea este lugar es demasiado peligroso. Le puse mi mano en el hombro le dije con voz tranquilizadora no te preocupéis por eso yo las voy a cuidar, podéis contar conmigo para lo que sea.
Ella me apretó la mano, sabía que no la podía dejar sola así que me las lleve, parezco una niñera o la hermana mayor, pero eso no me importa; no dejare que les pase nada malo puedo demostrarles a los demás que soy mejor que esa sacerdotisa pobre.
Nos subimos al teleférico que hicieron los kappas, ellas se veían asombradas por el paisaje eso hizo que me acordara de la primera vez que vine aquí, se me hacía extraño y novedoso siempre comparándolo con mi lugar de origen; sabía que ya no iba a regresar, pero eso no me importo ya me acostumbre a vivir en Gensokyo.
Llegamos a mi santuario Suwako sama se nos acercó tenia los brazos cruzados y me pregunto en tono serio ¿Sanae en donde diablos estuvisteis te estábamos esperando para cenar?
Agache la cabeza y le conteste apenada lo lamento Suwako sama, pero fui a defender a estas tres niñas antes de que unos yokai las devoraran y para el colmo viene esa sacerdotisa pobre estuvimos peleando y discutiendo.
Pero esta niña dije mientras se la enseñaba estuvo de mi parte me agradeció de que las haya defendido ella y vuestras dos amigas provienen del mismo lugar que nosotras, les prometí que las cuidaría.
Suwako sama se les quedo viendo un rato mientras pensaba al final soltó un suspiro y me respondió Sanae tenéis un buen corazón lo sabíais te preocupáis demasiado por el bienestar de la gente veo que estáis haciendo un buen trabajo.
Porque cuando esa sacerdotisa pobre ya no esté te tenéis que quedar a cargo de Gensokyo y esos ermitaños te van a estar ayudando.
No entiendo porque queríais que le ayudáramos a esa monja budista para que le construyéramos un templo ella esta del lado de esos yokai.
Pero lo bueno es que conocisteis a esa taoísta me dijisteis que ella antes era el príncipe Shoutoku ese tipo barbudo que aparece en el billete de diez mil, como me dijisteis que se llama es que tiene un nombre muy largo que me es difícil pronunciar.
le dije se llama Toyosatomimi no Miko, pero solo le podéis decir Miko; ella es demasiado relajada, despreocupada, educada, con frecuencia se la pasa bromeando, cooperativa y amistosa con los humanos.
Me cae bastante bien yo antes iba a entrenar con vuestra amiga, pero veo que no me sirvió para mis propósitos, bueno pues tenemos que cenar que ya hace hambre.
Las cinco entramos al santuario, Sakura se veía pensativa le pregunte en tono preocupado estáis bien pasa algo; ella se sobresalto ella me respondió ah es que me acorde de lo que me dijo Sumireko que confiara en Marisa, y unas tales Futo y Miko.
Pero veo a esta ultima la conocéis por lo que dices se oye agradable.
Me le quede viendo y le conteste asombrada conocéis a Sumireko esa tipa de coletas y un sombrero que, a cada rato venia en sueños, hace cuanto que no la veo.
Ella me dijo, pero aquí tenéis a vuestra pariente ahí viene se llama Reika Usami; la niña de pelo café se nos acercó le dije amablemente así que sois vos una pariente de ella encantada de conocerte.
Mi amiga y le contesto alegremente yo también estoy encantada de conocerte señorita Sanae, Sumireko me conto de que vos desciendes de una deidad nativa que emocionante es eso ya era para que te hubieran hecho un santuario propio.
Kanako sama nos estaba esperando impacientemente, se las presente fui a hacer la comida había preparado una sopa de fideos cuando les lleve la comida ellas estaban platicando muy a gusto les puse la comida en la mesa y nos pusimos a comer.
