Star Wars y sus personajes no son propiedad mía sino de Lucas Films y Disney, lo único de mi intelecto es la historia aquí presentada.


Los siguientes días fueron muy agradables para Gray, al no tener muchas responsabilidades, podía pasar el tiempo con Wynnet y con Ezra preparando su sable de luz, una parte de él le decía que lo hiciese con la empuñadura de cruz como soñaba de niño, pero otra la decía que era demasiado peligroso, al crecer y ahora sí leer los textos de la biblioteca de Finn, sabía que alguien más había tenido la idea de usar una empuñadura así, y no era una persona muy agradable, o eso sospechaba, su nombre estaba rayado y oculto en todos los diarios del moreno.

Además, al estar a solas con su maestro y su mejor amiga, podía usar la capa y el casco que le regalaron, le gustaba usarlos mucho más de lo que esperaba, y Ezra lo felicitó al ver que podía usar sus movimientos a la misma velocidad con prendas o sin éstas. Le dijo que hubiese sido un excelente Jedi usando las capas con las que acostumbraban mezclarse.

Sin embargo sabía que todo ese entrenamiento acabaría pronto, a pesar de que Kay lo cubría, Finn y compañía ya habían avisado de su regreso, y seguramente lo primero que haría el moreno sería vigilarlo. No se habían visto en 4 meses, y él aprovechó para dejar su cabello crecer lo más que podía, pero otra vez iba a tener que cortarlo casi a rapa, volvería a ser el mismo sumiso de siempre.

La tripulación de Finn anunció su llegada para la tarde, así que tenía toda la mañana para practicar con su nuevo sable de luz (de color amarillo) y disfrutar de los últimos momentos de su cabello largo. Gray se enfocó tanto en su último entrenamiento que incluso cuando su práctica terminó, decidió quedarse entre los árboles que K´shiy ofrecía a sus alrededores de su campamento para sentir un poco de la fuerza.

Wynnet lo aceptó sólo con la condición de que le diera su sable de luz, sólo así él recordaría que tenía una reunión importante. A Gray no le importó, le gustaba su sable, pero también le gustaba el resto de armas que tenía a su disposición, así que dejó que Wynnet se fuese a alistar para recibir a su tía favorita Jannah.

Entrenó esforzándose por disfrutar el momento lo máximo que podía, ese entrenamiento le llenaba una parte de su ser, aún no se sentía completo, pero por lo menos ya no se sentía tan mal. Traía su casco y la capa puestos, sería el último momento en que los portase porque después estarían ocultos en los aposentos de Ezra, y ya no sabía en cuanto tiempo más los volvería a ver.

Tomó una espada de práctica y empezó a hacer movimientos regulares pausadamente, se seguía imaginando como sería utilizar una empuñadura de cruz. Debía de cuidar mucho sus muñecas, porque de un movimiento en falso él mismo podría salir herido, se necesitaba habilidad, y estaba seguro que él la poseía.

Siguió moviendo su espada hasta que escuchó unos movimientos cercanos, no podía ser Wynnet, ella no se presentaba así, y ninguno de sus compañeros lo molestaba porque Kay siempre decía que estaban juntos, alguien desconocido lo observaba.

— ¿Quién anda ahí? — Preguntó, sin recordar que llevaba un casco y una capa de color oscuro sobre su cuerpo.

Nadie contestó, entonces Gray alarmado por percatarse de la hora que era, decidió acercarse hasta el ruido para resolver el inconveniente y regresar a su habitación para alistarse.

— No lo repetiré, ¿Quién está ahí? — Preguntó mientras se acercaba al origen del ruido, al hacerlo, vio de frente a Jannah, pálida como la sal de Crait.

— Ky… Ky… Ky… — Empezó a tartamudear la mujer. Gray distinguió su mirada, era la misma que Finn ponía con él cuando pensaba que no lo miraba. — ¡Ahhhhhhhhhhh! — Gritó con toda la fuerza que pudo antes de caer al piso y con sus manos y pies comenzó a arrastrarse en dirección opuesta hacia él.

El grito fue tan fuerte que las aves se alejaron del lugar, Gray estaba seguro que el sonido se escuchó hasta donde estaban los demás, y no entendía que lo que había sucedido.

— Tía Jannah ¿Estás bien? — Preguntó mientras se acercaba, pero la mujer volvió a gritar mientras de sus ojos comenzaban a salir lágrimas, era una escena surreal, porque estaba llorando con los ojos abiertos, no le quitaba la mirada de encima.

— N-no, por favor, n-no — Empezó a suplicar ella mientras se seguía arrastrado sin importarle las heridas en las palmas de sus manos. Lo veía con auténtico terror.

Gray miró a sus ojos y vio su reflejo, apenas caía en la cuenta de que llevaba puesto el casco y la capa. Se quitó el casco para dejar ver su rostro, seguramente el armamento le había recordado algo desagradable a ella y lo estaba confundiendo.

— Tranquila soy yo, Gray. ¿Recuerdas? Gray la última vez que nos vimos fue hace tres años — Dijo pausadamente. Nunca había visto a Jannah de esa forma, ella siempre era ruda y directa, nunca frágil como en ese momento.

— Ky… Ky… — Seguía repitiendo ella, a pesar de que se había quitado el casco, ella seguía con el mismo pavor que antes. — Lo… — Fue lo último que dijo antes de desmayarse.

Gray se asustó ¿Qué había hecho? Por lo menos Jannah ya no se movía, así que pudo acercarse para ver cuál era su estado.

No pasó ni un minuto desde que él se había acercado cuando escuchó más pasos en su dirección, luego hubo un silencio sepulcral. Levantó la mirada y vio a todos los adultos, acompañados de Wynnet y Ezra observándolo.

— ¡Mierda! — Gritó Poe.

Finn lo miraba con odio, él ya sabía que lo odiaba, pero nunca había sido tan claro con sus emociones. El moreno no perdió el tiempo y se acercó a él y a Jannah, pero en lugar de levantarla como Gray pensaba, se dirigió hacia él para darle un golpe en la cara.

Lo tumbó a causa de la sorpresa.

— ¡¿Qué carajos te sucede?! — Le gritó desesperado, Gray y Wynnet se sorprendieron por el comentario tan tosco que recibió, Finn no hablaba con malas palabras, él no golpeaba. ¿Qué era lo que estaba ocurriendo?

Antes de que se pudiera levantar Finn le quitó el casco y la capa mientras se lo tendía un droide de protocolo. Cuando éste lo vio más de cerca hizo un sonido que parecía de exclamación mientras decía:

— Pero si es el joven…

— ¡Cállate! — Eso fue dicho por Poe — Ni una palabra más.

— Quémalo todo. — Ordenó Finn con una voz fría. — No quiero que queden piezas, todo debe terminar en cenizas.

El droide dorado también se sorprendió por el cambio de actitud en Finn y obedeció sin decir nada más. El moreno mientras tanto se acercó a Jannah para levantarla y llevársela a la enfermería.

— Tú — Dijo en dirección a Gray que se estaba levantando con ayuda de Wynnet. — Córtate el cabello antes de que vuelvas con nosotros.

— ¿Estás de joda Finn? — Poe exclamó molesto — Eso no servirá de nada. ¿En qué pensabas?

— Rey — Fue lo único que respondió mientras seguía caminando con Jannah en sus brazos. Poe se siguió quejando, aunque con la voz más baja.

Mientras todos se iban, Gray estaba luchando por contener las lágrimas, estaba asustado, dolido y enojado. ¿Por qué a Jannah se le ocurrió aparecer así? No sabía lo que ocurría, pero en definitiva no era su culpa.

Nada de eso era su culpa, ni ser huérfano, estar en K´shiy, ser sensible a la fuerza o estar al cuidado de Finn. Él no había pedido esa vida, fue una pieza más en el Dejarik, el Dejarik controlado por Rey.

Ella había arruinado su vida.

— Tranquilízate — Le dijo Ezra mientras lo tocaba el hombro. — Estás a nada de acercarte al lado oscuro — Le advirtió, y eso fue suficiente para que sus sentimiento por aquella despreciable mujer se disiparan.

— Mis cosas… — Fue lo que alcanzó a decir.

— Trataré de ir por ellas. Wynnet, llévalo a mi habitación, córtale el cabello y trata sus heridas, no sé qué es lo que ha pasado pero no me gusta, siento una perturbación en la fuerza.

La joven asintió mientras se colocaba el brazo de Gray alrededor se su cuello para levantarlo. Él era mucho más alto, por ende más pesado, y por lo aturdido que se veía, iba a necesitar ayuda para caminar.

— Te estaremos esperando — Dijo ella mientras Ezra corría en dirección a donde se había ido el droide de protocolo.

Una vez dentro de la habitación de Ezra, mientras Wynnet le cortaba el cabello a rapa, Gray dejó salir lágrimas silenciosas, sentía que estaba en un juicio del cual no sabía que crimen había cometido, pero estaba seguro que el veredicto era "culpable".

— Hey, no llores, te podremos regalar más cosas. — Lo intentó tranquilizar Wynnet, que había hecho su labor, pero también aprovechó la postura en la que estaban, ella sentada en el borde de una cama y él en el piso, para darle un abrazo por detrás del cuello. — No me gusta verte así. — Le susurró, mientras intentaba que toda su tranquilidad se pasase a él por medio de la fuerza.

— No me gusta sentirme así — Le respondió tosco, como si sus caricias no fuesen suficiente.

Nunca nadie era suficiente para él.

— Entonces no lo hagas — Le apoyó, mientras en su interior Wynnet se arrepentía por dejar que la superficial de Kay ganara su corazón en lugar de ella.

— ¿Entonces cómo quieres que me sienta? — Él apartó sus manos de su cuello. — Yo no pedí estar aquí, si la tan famosa Rey me adoptó porque no quería que fuese como ella, cometió una gran equivocación. No soy ningún delincuente pero tampoco soy feliz, siempre siento que me falta algo, puede que mis padres hayan muerto, pero por lo menos pude haber sabido de que planeta era originario, tener una foto de mi familia, ella en su egoísmo me hizo mucho más miserable de lo que fue. La odio.

— No digas esa palabra, odiar es un sentimiento demasiado fuerte.

— Es lo único que puedo sentir cuando pienso en ella…

Un silencio cubrió al par de jóvenes, Gray seguía en su negatividad, y Wynnet no sabía cómo tratar con su temperamento.

— Ezra se ha tardado mucho — Dijo — Voy a ir a espiar a los adultos ¿Vienes? — Ofreció mientras se levantaba de la cama. Gray seguía viendo su cabello en el suelo. La chica lo lamentó, él enserio disfrutaba de tener el cabello largo.

— No, no me siento con ánimos.

— Bueno, iré a investigar, si regresa Ezra le dices que me acompañe, te avisaré de mis descubrimientos. — Dijo mientras salía, tal vez lo que necesitaba Gray era tiempo a solas.

— ¿En qué carajos pensabas Finn? — Le reclamó Poe cuando estuvieron en una enfermería totalmente a solas todos los adultos: Rose, Zorii, Jannah, Jacen, Kaydel, Beaumont, C3-PO, entre otros escuchaban la discusión atentos, lo que había descubierto Jannah no era algo que se podía dejar a la deriva.

— Fue Rey quien lo trajo ¿Recuerdas? No sé qué fue lo que sucedió, simplemente ella llegó aturdida con el niño en brazos ¿Qué podía hacer?

— ¡Decirnos quien era en realidad! — Rose estaba furiosa, con Finn, con Rey, con la situación, por todos los Jedi ¡Ella alimentó al hombre que provocó la muerte de su hermana!

— ¿Para qué? ¿Para qué lo asesinaran? Rey no me dijo si el efecto era temporal o no, sólo me pidió un tiempo para investigar lo que había sucedido.

— ¡Han pasado 17 años y ella no ha vuelto! ¡No lo hará! ¿No has pensando en esa posibilidad?

La mirada de Finn se ensombreció.

— ¡Claro que lo he hecho! ¡Desde que comenzó a hablar me preocupé! Poe, por lo que más quieras, cada mañana me levanto con miedo de saber que él recuperó sus memorias o algo parecido.

— ¡¿Puede recuperar sus memorias?!

Finn se despeinó en cabello lleno de desesperación.

— No sé, no sé nada. — Exclamó frustrado, por fin sacaba todo el estrés al que había estado sometido en todos esos años — Sin embargo ambos sabemos que es mejor que él esté de nuestro lado a que se haya vuelto loco en alguna otra parte.

— ¿Y cómo sabes que no se volverá loco aquí? ¡Finn nuestras vidas y las de nuestros hijos están en peligro!

— Ustedes se saben defender y ellos también — Decretó Finn, — Además, él fue una mente en blanco, le enseñé autocontrol y no sabe nada de la fuerza, si enloquece no ocasionará tanto desastre.

— ¿Es por eso que lo has tratado así? ¿Por eso le inventaste esas absurdas reglas?

— Ya veo porque mandaste a Chewee, Lando, R2-D2, C3-PO y al Halcón Milenario fuera de nuestro alcance. No querías que ellos lo reconocieran, eres un bastardo.

Finn sentía como los comentarios y cuestiones llegaban de todos los ángulos, nadie le daba tregua, nadie intentaba ponerse en su situación.

— ¿Qué querías que hiciera? ¿Matarlo? Aún estamos a tiempo, ve y apuñala a uno de los mejores amigos de tu hijo — Sugirió a Poe. Luego se dirigió a Beaumont — Te puedo decir lo mismo del novio de tu hija.

— No lo mataré — Anunció Beaumont — Pero tampoco te perdono, Kaydel y yo nos vamos.

La mujer rubia asintió mientras acompañaba a su pareja por la entrada principal. Cuando cruzaron la puerta, Finn se dejó caer en una silla.

— Fue por esto que no dejé que Rey hablara — Dijo resignado — Ya ocurrió una vez cuando se reveló que Leia era hija de Darth Vader. En esta ocasión es igual.

Cuando el moreno mencionó a la General que tantos amaban, las aguas se tranquilizaron, sabían que su vida no había sido tranquila, había estado llena de dolor y agonía, y ahora debatían sobre el destino de su hijo.

— Di todo lo que sabes — Exigió Zorii, que se había mantenido al margen de la conversación. — Nada de mentiras, cuéntanos todo sobre él.

Finn bajó la cabeza derrotado, el revelar que el niño que cuidó era el mismísimo Kylo Ren ya había perturbado a varios, no podía decepcionarlos más si decía que Rey era una Palpatine. Suspiró, no mentiría, simplemente omitiría ese hecho, al fin y al cabo Zorii había preguntado por Gray, no por Rey.

Para ese momento Wynnet había llegado al lugar y se disponía a escuchar la historia.

— Al parecer él volvió a la luz cuando fue la batalla de Exegol — Anunció, y todos exclamaron sonidos de molestia, nunca les había contado aquella parte de la historia. — Rey y él lucharon contra Palpatine, no sé cómo pero ellos de alguna forma estaban conectados, por la fuerza quiero decir. Y en la batalla el Emperador le quitó su energía vital a Rey, matándola.

Wynnet se tapó la boca para que su respiración no se escuchase, todos estaban en silencio.

— Todos los Jedi tienen una habilidad en la que resaltan más, ellos podían transferir su energía, Poe y yo lo vimos cuando Rey curó a una serpiente. Con esa habilidad, él dio su vida por la de ella. Y así fue como regresó a nosotros con vida y anunció la muerte de él. Al parecer no quiso entrar en detalles cuando nos dijo que murió, me contó que nos había visto tan alegres que optó por no contar los detalles de la historia.

— ¿Y eso como explica a Gray? — Preguntó Jacen, quien casi no había convivido con ellos durante la guerra. Le agradó a Finn que él veía a Kylo y a Gray como dos personas diferentes.

— No sé, ella llegó con nosotros y después fue a Tatooine para enterrar los sables de Luke y Leia. Luego comenzó a mostrarse cada vez más enferma hasta que desapareció y después llegó con Gray, no sé cómo lo encontró ni dónde.

— ¿No se embarazó de él? — Preguntó Jannah, todos la miraron asustados pensando en la probabilidad.

— ¿Tú crees? — Cuestionó Poe mientras se sostenía la nariz — No quiero ni imaginarme.

— No sé — Respondió Rose — Antes de que se fuera estuvimos juntas y yo la veía normal, desvelada, pero normal, nunca la vi con algún síntoma de embarazo.

— Podrían ser cosas de Jedis, si es que él también lo fue.

— ¿Pero en qué momento dejaron de odiarse y lo hicieron? Que yo recuerde ellos aún se estaban matando cuando estábamos en Pasaana. Fue cuestión de días de esa vez a la ocasión que ganamos la lucha de Exegol.

Wynnet intentaba memorizar toda la conversación, así que Gray estaba mucho más relacionado a Rey de lo que pensaba, va, lo estaba entendiendo, por eso Finn lo odiaba, él tenía algo que ver con el hombre que dio la vida por Rey. Tenía lógica, eso explicaba su enamoramiento enfermizo que había mencionado Rose días atrás.

Por estar haciendo sus conjeturas, Wynnet no vio como Kaydel la observaba. La mujer era bajita y menuda, pero era parte de la Resistencia, así que de un movimiento silencioso la alejó de su escondite y ya no le permitió escuchar la conversación.

— Esas no soy conversaciones que debas escuchar — La regañó en voz baja — Ahí están abriendo la caja de pandora, si eres inteligente te irás de aquí como nosotros, ya no estamos seguros, nunca lo estuvimos.

Wynnet no podía creer la seriedad con la que hablaba Kaydel, ¿Enserio pensaba que era una tragedia el amor entre Rey y el hombre desconocido? No, seguramente ella se estaba confundiendo.

— De acuerdo, lo pensaré.

La mujer asintió.

— Le diré a Kay que se ponga en contacto contigo en unos cuantos días, no te preocupes, te sacaremos de aquí con vida.

Wynnet imitó su asentimiento y pretendió alejarse del salón al que espiaba, aunque cuando Kaydel se perdió en un pasillo, ella regresó de vuelta a su escondite para terminar de escuchar la conversación.

— Entonces no es hijo de Rey — Concluyó Poe, ella se lamentó ¿De qué se habría perdido? — Pero nació de otra mujer ¿No? Es lo lógico, ¿O con los Jedis es diferente? No me lo puedo imaginar saliendo de la nada.

— Tal vez hay que preguntarle a los droides sí recuerdan sus actitudes, o tienen parecido a las de Leia y Han.

Wynnet se confundió, ¿Seguían hablando Gray? ¿Acaso sería hijo de aquel hombre misterioso y una foránea? Si era así, y Rey lo tomó sólo para tener algo de aquel hombre, la noticia haría enfurecer a Gray de muchas maneras.

— No sé Poe — Contestó Finn — Rey lo encontró y por eso lo trajo con nosotros, no creo que quisiera hacer algo si dañaba a alguien.

— Tú tampoco lo sabes, ella no estaba mentalmente estable cuando se alejó de nosotros. Tú la viste, no era la Rey que conocíamos, se veía vacía, hueca, quien sabe que cosas haría sólo por tenerlo de vuelta.

La joven ya no se permitió escuchar más, se alejó de la sala con la garganta ardiéndole. Gray tenía razón, todo había sido culpa de Rey y sus deseos egoístas.

Cuando regresó a la habitación de Ezra, éste estaba meditando junto con Gray, seguramente en un intento de tranquilizarlo.

No lo arruinaría con sus malas noticias.

— ¿Descubriste algo? — Preguntó Ezra.

— No mucho — Respondió indiferente, intentando mantener su mente despejada, era una paranoica pero sentía que Gray en ocasiones podía leer sus pensamientos. — Sólo alcancé a escuchar una historia de amor, de cómo un hombre dio su vida por la de Rey.

— Dar la vida por alguien es lo más estúpido que alguien podría hacer — Se quejó Gray, y Wynnet sintió como su aura, esencia, o como quiera que se llamase, comenzaba a cubrirse de oscuridad.

Ezra también lo miraba preocupado.

Wynnet en ese momento no entendió que la caja de pandora que se había abierto habían sido sus emociones.