Notas de TalosLives: Segunda parte de los flashbacks. Sin embargo, solo vamos a ir con Loona antes de pasar al siguiente punto de la trama en el próximo capítulo. La razón es que me dejé llevar tanto por la memoria de Loona que no pude agregar la memoria de Stolas. Agregaré el suyo más tarde en la historia en alguna parte. Este es hedcanon personal por cierto de por qué Loona actúa de la manera en que lo hace y su posible origen. Al menos hasta que obtengamos una historia de origen adecuada.
Notas de la traductora: Esto ya no se considera como canon tras las palabras de Loona a Blitzo en "Spring Broken" que confirman que Loona estuvo en un orfanato y Blitz la adoptó antes de cumplir los 18 años, pero sigue dando mucho peso a esta gran historia.
V
Los recuerdos, segunda parte
Loona realmente apreciaba la ayuda de Octavia en todo esto, de verdad, pero aún se sentía avergonzada por haber llorado así. No había llorado tanto desde... Loona negó con la cabeza. No, no iba a pensar en esos malditos cabrones ahora. No necesitaba agregar más pensamientos deprimentes a un día ya doloroso. Al no poder dormir, Loona recorrió los pasillos, tratando de encontrar la cocina en este gran palacio o al menos un lugar donde guardaran el licor.
Finalmente, se topó con la cocina (que tenía que ser tan grande que el piso de toda la empresa) y se dirigió a la enorme nevera llena de carnes, frutas, pollos, pescados y un montón de alpiste, pero no vino ni cerveza. Gruñendo, Loona tomó un refresco y lo abrió antes de beberlo con vigor.
― ¿…Sedienta?
Loona casi escupió su bebida antes de darse la vuelta para ver al príncipe Stolas, con una bata de dormitorio roja adornada con coronas y pentagramas, apoyado en el mostrador. Una pequeña sonrisa adornó su pico antes de dirigirse a un armario donde sacó una caja de hojas de té.
―Resulta que yo también necesito un trago. Aunque dudo que los refrescos te ayuden a dormir más rápido.
―Estaba buscando cerveza―respondió Loona antes de eructar. ― ¿tienes alguna?
―No, no me gustan ese tipo de cosas. Hay una bodega, pero por lo que me dice Blitzø, lo vaciarías en cinco horas. ―terció Stolas.
―Por favor, puedo hacerlo en tres. ―se jactó Loona antes de tomar otro trago de cafeína. Luego miró el refresco en sus patas por un momento antes de volverse hacia Stolas. ― Hey… ¿Stolas? Gracias por ayudar.
―Por supuesto, Loona― respondió Stolas mientras comenzaba a remover el té en sus manos con una cucharita moviéndose sola con magia―. Blitzy es muy importante para mí, es como una familia. Eso significa que también eres familia. Junto con Moxxie y Millie.
―Sí... ― murmuró Loona, apoyándose en la nevera. ―. Papá siempre habla de que la empresa es una familia. Nunca lo vi de esa manera hasta... bueno…
― ¿Recientemente? ― aventuró Stolas señalando un juego de mesa y un par de sillas cercanos en el que pronto se sentaron los dos.
―Millie me ha apoyado mucho en todo esto. ―admitió Loona, incluso si fue difícil hacerlo: Tenía su orgullo, y el hecho de que la hubieran consolado era simplemente vergonzoso… Sin embargo, una parte de ella se dio cuenta que en realidad no le importaba. ―. ¿Y Moxxie? Ha demostrado tener huevos después de todo: ¡Me sorprende que él haya mantenido la calma bajo todo esto mientras yo no estaba segura de qué hacer…! Bueno, aparte de querer matar a los hijos de puta que hicieron esto.
― ¿Quizás por eso los contrató Blitzø? ―sugirió Stolas mientras tomaba un sorbo. ―; Él vio algo en ellos que los hizo confiables no solo como empleados, sino también como amigos.
―…Siempre pensé que era porque no había nadie mejor. ―admitió Loona, golpeteando la mesa con sus garras. ―Pero… tal vez me equivoqué con ellos. Pensé que seríamos solo papá y yo, pero ¿contigo, ellos y Octavia? Se siente como si fuéramos….
― ¿…Como tu manada? ―preguntó Stolas, usando terminología familiar de los perros infernales... Resultó ser algo incorrecto, ya que Loona se congeló durante unos segundos antes de soltar un gruñido feroz.
Clavó su mirada en Stolas, quien pareció sorprendido al ver esto. En el fondo de su mente, Loona sabía que no debería estar actuando así con un príncipe, ¡pero no podía evitarlo! ¡Odiaba esa puta palabra!
―Nunca. Uses. Esa. Palabra―gruñóLoona mientras tiraba su lata de refresco. ―. ¡Nunca uses eso! ¡Odio esa palabra! ¡Es pura mierda! ―…Hubo un largo silencio entre los dos mientras Loona intentaba calmarse, y Stolas se quedó sentado en un atónito silencio. Cubriéndose la cara con los brazos, Loona reprimió su ira antes de murmurar una disculpa. ― Lo siento, yo solo... por favor no uses esa palabra. Utilice "familia". O algo más. Simplemente esa no.
―Está bien―asintió Stolas antes de tomar un sorbo largo. ―. ¿Tiene esto que ver con tus ...orígenes? ―Loona volvió a guardar silencio. ―. Le pregunté a Blitzø antes, pero él siempre me dijo que nunca quiso contar tu historia sin tu permiso. Sé que le dijiste a Octavia y me alegro de que tengan una buena amistad. No tienes que decírmelo, pero debo admitir que tengo curiosidad.
Cerrando los ojos, Loona debatió profundamente sobre qué decirle al demonio búho. No es que no confiara en él. En todo caso, Loona le debía todo este esfuerzo para ayudar a encontrar a su padre. Fue un recuerdo tan doloroso. Uno que aún no se había curado por completo incluso años después… Aun así, ¿qué carajo tenía que perder?
―…Tráeme un poco de ese rico vino de clase alta que siempre tienen los cabrones privilegiados, y te lo diré. ―dijo Loona mientras se apoyaba en la silla. Un segundo después, una botella muy elegante con cordones plateados apareció en una nube de humo. Volvió la mirada hacia Stolas, quien sonreía burlonamente. ―, jodida magia de mierda…― masculló ella riéndose entre dientes antes de tomar la botella y sacar el corcho con una de sus garras. Decidió saltarse el vaso y beber directamente la botella, sintiendo ese licor cálido con sabor a miel en la garganta. ―…Joder― jadeó Loona alejándolo de su boca. ―, ustedes, demonios ricachones, realmente saben cómo hacer una buena bebida.
―El vino es más del gusto de mi esposa. Prefiero el vodka y la ginebra. ― explicó Stolas convocando una segunda botella y un vaso de vidrio con su magia. Loona arqueó una ceja mientras él comenzaba a servirse un trago. ―. ¿Qué? ¿No puedo emborracharme también por la noche? Aunque normalmente, prefiero emborracharme con cierta pareja roja en mi cama.
―… ¿Qué tal si cuento la historia antes de que empieces a explayarte acerca de la pija de mi papá? ―Loona sonrió burlonamente antes de tomar otro trago. Suspirando, continuó: ―. Entonces, ¿papá alguna vez te dijo dónde me encontró?
―Creo que te encontró poco después de matar a un objetivo. ―respondió Stolas después de tomar un pequeño sorbo. ― ¿Fue antes de I.M.P.? Cuando Blitzø era un mercenario asesinando demonios, ¿no?
―Sí, me encontraron en Bosque de los Ahorcados―respondió Loona, sacudiendo la cabeza. El lugar hacía honor a su nombre, ya que muchos suicidas terminaron colgados del cuello durante días cuando llegaron al infierno por primera vez antes de encontrar la manera de soltarse. ―…No tengo ningún recuerdo real de eso, pero papá me encontró muriéndome de hambre y aullando en el bosque. Según un médico, apenas estaba viva y habría muerto si no me encontraba a tiempo. Siempre me pregunté por qué papá lo hizo, pero él simplemente dijo que no pudo dejarme allí y me acogió como su hija.
Por lo general, a Blitzø le gustaba burlarse o hacer bromas acerca de las personas sin hogar y hambrientas de Imp City, pero, por alguna razón, salvó a Loona. Incluso después de todos estos años, no sabía por qué Blitzø la salvó y se convirtió en una de las preguntas para finalmente hacerle cuando lo recuperaran.
―Él me crio solo durante dieciséis años. No diré que fui una niña perfecta: Me suspendieron de la escuela con más frecuencia de las que puedo contar. No me expulsaron por completo porque papá siempre chantajeaba a ese idiota del director… En serio, ¿de quién coño fue la brillante idea de poner a un pedófilo que fue condenado en la Tierra a cargo de una escuela para niños? ¿Incluso si es para los hijos de los Condenados? Y antes de que preguntes, no, nunca les hizo nada a los niños. En el Infierno había perdido la libido como castigo por sus crímenes.
Loona tomó algunos tragos más antes de continuar con las cosas difíciles.
―…Siempre supe que Blitzø no era mi verdadero padre, no era estúpida. Joder, yo era mejor que él haciendo mi tarea… Nunca sabré cómo él se las arregló para pasar la escuela cuando era niño. ―dijo Loona entre risas, recordando los momentos en que su padre luchaba por entender las divisiones antes de tirar la calculadora. ―, pero Blitzo siempre me cuidó, él me amó, siempre defendiéndome cada vez que me metía en problemas…―Y animándola a que nunca la atraparan, por supuesto―. Nunca escatimaba gastos por mis cumpleaños…―Excepto en aquella vez que fueron a ver un rancho de caballos. Ella los encontró demasiado deliciosos para no comer uno, y fue una de las pocas veces en las que realmente fue castigada. Nunca te interpongas entre Blitzø y su extraña obsesión por los caballos. ―…Incluso estuvo junto a mi cama cada vez que me enfermaba… No podría haber pedido un mejor cuidador.
― ¿…Pero supongo que sentías curiosidad por tu verdadera familia? ―le preguntó Stolas.
―...Sí―susurró Loona mientras cerraba los ojos. ―. Papá nunca dejó de buscarlos desde que le pregunté cuando tenía ocho años. Entonces un día... los encontró.
(Hace 3 años)
Loona nunca había estado más emocionada y nerviosa en toda su vida. No desde el baile de graduación de la escuela secundaria cuando salía con Duke Devil (y luego lo dejó cuando descubrió que le gustaban los gatos) o vio a su banda de metal favorita: ¡Vectalica!
Porque después de ocho años de preguntarse quién era su verdadera familia, su padre adoptivo finalmente había encontrado a la manada a la que se suponía que ella pertenecía. Todos los perros del infierno eran diferentes según la manada de la que eran, y su manada, los Silverfangs, eran nómadas que generalmente viajaban por los Nueve Círculos y nunca se quedaban en un lugar por mucho tiempo. Pero finalmente, iban a estar en una reserva de perros del infierno donde esperaba encontrar a su verdadero padre y madre. Tal vez incluso hermanos si tenía suerte.
Añadiendo los últimos acicalamientos a su cola, Loona se levantó y echó un vistazo más a su atuendo: jeans azules rotos con un agujero para su cola, camisa Vectalica sin mangas, collar de perro con pinchos, botas de cuero negro para patear traseros y guantes sin dedos con púas en los nudillos. Aprobando el diseño de su ropa, Loona terminó de peinar su largo cabello plateado y salió de su habitación. Se dirigió a la cocina donde Blitzø, con su delantal cubierto de corazones, estaba volteando la última pila de panqueques en un plato.
― ¡Buenos días, cariño! ¡El desayuno está listo! ―La saludó Blitzøantes de deslizarse hacia la mesa. Colocó el plato en el centro de la mesa antes de que se partiera, y sus patas se desplomaran, lo que provocó que cayera al suelo. ― ¡Oh, maldita sea! ¡Pensé que el súper pegamento duraría más! ¡Estúpida ferretería barata de mierda! ―Se arrodilló y recogió uno de los panqueques antes de limpiarlo con su abrigo. Se lo entregó a Loona, quien se inclinó hacia atrás: ―.Oye, la regla de los cinco minutos y toda esa mierda. ¿Quieres un poco, Loony?
―Uh, son cinco segundos, papá. Creo que tomaré el desayuno para llevar—respondió Loona con una sonrisa divertida antes de levantarse y recoger las llaves del auto. ―. Además, no creo que pueda esperar más.
― ¿Estás segura de que no quieres que vaya contigo? Quiero decir, siempre y cuando no haya ningún olfateo de traseros como una especie de saludo raro entre los perros, entonces está bien―terció Blitzø, estremeciéndose de asco―. En serio, una cosa es estar cachondo y todo eso, pero se supone que no se debe olfatear el culo de alguien a menos que estén teniendo sexo con eproctofilia (1) como juego previo. ¡Y esa mierda pervertida no es tan buena como parece!
― ¿Cómo sabes eso? ―preguntó Loona arqueando las cejas.
―…Te lo diré cuando seas mayor. ―replicó Blitzørápidamente, cruzando los brazos. ―. No hace falta decir que nunca aceptes el descuento de una prostituta mofeta demoniaca. No vale la pena.
―Cieeeerto― dijo Loona poniendo los ojos en blanco. ―. Estaré bien por mi cuenta. Además, debes eliminar a ese proxeneta rival para el que Valentino te pagó. Porque quiero volver a tener agua caliente en la ducha.
―Ugh―se quejó Blitzømientras se cruzaba de brazos. ―. Juro por todos los Círculos del Infierno que esta es la última vez que hago un trabajo para ese puto chulo de mierda: ¿Sabías que la perra chupapijas trató de ofrecerme una paja de parte de su araña trapito, Ángel, creo que se llamaba, como pago en lugar del jodido efectivo? Cuando lo rechacé, golpeó al chico en la cara y lo pateó por no ser lo suficientemente sexy como para 'cortejarme'. Lo juro, si no hubiera necesitado el dinero, le habría arrancado la cara con todo y antenas y se la habría metido por el culo.
Tomando unas cuantas respiraciones profundas, Blitzøse acercó a su hija adoptiva y le sostuvo la pata.
―… ¿Estás segura de que quieres hacer esto sola? Es decir, sé que esto es tu asunto y todo... finalmente conocer a tu verdadera familia... olvidar a tu viejo…
Loona sonrió antes de poner su pata en la mejilla de Blitzø. ―Papá, siempre serás mi papá. No voy a escaparme al bosque o algo así. Por fin voy a encontrarme con la manada de la que vengo.
Ella también tenía muchas preguntas. ¿Quiénes eran sus padres? ¿Por qué se separaron de ella? ¿Dónde han estado estos dieciséis años? No sabía si todas sus respuestas serían buenas o no, pero, aun así, Loona quería escucharlas.
Enjugándose una lágrima de los ojos, Blitzøabrazó a Loona antes de correr hacia la mesa en ruinas y comenzar a comer los panqueques sucios. ― ¡Bueno, diviértete, querida! ¡Dime si estamos planeando una cena o algo con ustedes! ¡Tengo que comerme estos panqueques en dos minutos más, o de lo contrario se arruinarán según la regla!
―Son cinco segun… ¿sabes qué? No importa―terció Loona riéndose entre dientes antes de cerrar la puerta detrás de ella.
(Siete horas después)
Loona pateó la puerta para abrirla con tanta fuerza que se soltó de las bisagras. Blitzø, quien LA no vio al principio, casi saltó del sofá y sacó una escopeta antes de suspirar de alivio. ―Oh, Loony. Eres tú, ¿cómo...?
―¡CIERRA LA PUTA BOCA!
Los ojos de Blitzøse agrandaron cuando Loona lo miró con rabia y sed de sangre en sus ojos. Su atuendo se veía arruinado por la evidencia de marcas de cortes, patas y sangre. Algunas de ellas eran de ella y las demás de otros perros. Otros perros del infierno, ella tuvo que luchar sola para conseguir que se quitaran de encima de ella. Loona sabía que había matado a algunos de ellos antes de dirigirse a su coche, y la adolescente canina del infierno se alegraba de tener siempre una pistola o dos, dependiendo de la paranoia de Blitzø. Pero ahora mismo, en lugar de agradecerle, solo quería que él se fuera.
¡Quería que todos se fueran!
―Loona qué…― Blitzøni siquiera tuvo la oportunidad de terminar cuando una Loona gritando se dirigió a la televisión y la rompió con sus puños antes de lanzarlo por la ventana. ― ¡Oye! ¡Tuve que robarle eso a un objetivo! Sabes que…
― ¡CÁLLATE, BLITZO! ―Le gritó Loona, mirando fijamente a los ojos confundidos y heridos de su padre. Ella nunca lo llamó por su nombre real. Solo papá. Papi. O padre.
Nunca Blitzo.
Y a Loona no le importaba.
Continuó aullando y gritando mientras destrozaba todo a su alrededor. Las sillas fueron tiradas contra la pared. La mesa se rompió (de nuevo) por la mitad. Los platos se hicieron añicos y las paredes se llenaron de marcas de arañazos. Seguía imaginando que todo a su paso eran los rostros de los de su supuesta manada. Su supuesta familia. ¡La familia que intentó matarla!
― ¡Loona, como tu padre te exijo...!
― ¡TÚ NO ERES MI PAPÁ!
Si Loona hubiera estado tranquila, racional e incluso cuerda, se habría dado cuenta de lo que dijo. No le importaba que el gran imbécil rojo frente a ella estuviera asustado. Tampoco le importaron las lágrimas que aparecieron en sus ojos, la mirada que dio de conmoción y angustia, pero a Loona no le importó una mierda.
Ya no le importaba nada.
Porque a nadie le importaba ella.
Y esa era la puta verdad.
―¡Déjame en paz! Déjame… jodidamente… en paz―murmuró Loona. No, no podía llorar ahora. Aún no. No frente a él. Se dirigió a su puerta y la cerró de golpe antes de soltar un último grito. ―¡MIERDAAAAAAAAA!
Pateó su cama. Rompió sus sábanas. Destrozó sus recuerdos y fotografías de la infancia. Todo eso no era nada comparado con la rabia que había dentro de ella, con el dolor que estaba sintiendo. Su corazón exigía sangre y sufrimiento por todo lo que la rodeaba. Deseaba darle un zarpazo a esa puta que la dio a luz cuando le había dicho a Loona que se fuera a la mierda y se muriera. O envolver sus mandíbulas alrededor del cuello del puto donante de esperma que le había dicho que debería haber muerto hace tantos años como la debilucha con era cuando nació. Y daría su cola solo por haber matado a más de esos bastardos y perras cuando intentaron matarla por atreverse a agredir a la a preciosa pareja alfa de la manada.
Cuando finalmente no pudo más, se dejó caer en la cama y se lamentó amargadamente. Las palabras de aquellos que había querido conocer durante tantos años le susurraban al oído. Aquellos a quienes deseaba no haber conocido nunca en su vida.
"Sin valor."
"Débil."
"Patética."
"Inútil."
"Nada."
Su familia. Su manada… No la habían "perdido".
La abandonaron porque tuvo la desafortunada suerte de nacer más pequeña de lo esperado en la camada
Y no les importó en absoluto.
Loona no sabía cuánto tiempo había dormido, pero imaginaba que ya era bastante tarde. A pesar de todo lo que hizo ayer, la canina infernal todavía sentía un profundo y oscuro dolor en su corazón, el rechazo total de aquellos que ni una vez sintieron alegría porque ella había sobrevivido. En cambio, se sintieron avergonzados y sintieron deshonra porque ella no muriera ya que su mera existencia era un insulto para ellos. Era difícil saber que tu familia no quería tener nada que ver contigo, pero otra era saber que hubieran preferido si hubieras muerto en primer lugar.
Se tocó las mejillas húmedas y se dio cuenta de que todavía estaba llorando. Ella no debería estar llorando. ¡No debería actuar tan débil como... como una debilucha! Loona ciertamente no había esperado abrazos y besos al principio, pero esto… esto fue demasiado. ¿Cómo pudieron hacerle eso? ¿Era esto normal entre las manadas de perros del infierno fuera de las grandes ciudades, o eran la excepción? No, no eran su manada. Ella no tenía manada. No tenía familia. No tenía a nadie.
Nadie, excepto...
― ¿Loona?
Jadeando, Loona se volvió lentamente para ver a Blitzø abriendo la puerta. Sus ojos estaban temerosos de ella y preocupados al mismo tiempo. Los recuerdos de lo que había sucedido y lo que dijo entraron rápidamente en su mente mientras miraba hacia otro lado con vergüenza. ―Lárgate.
―…No.―replicó Blitzøcon firmeza. Entró, su estaba rostro severo y estoico. ―. No hasta que me digas lo que sucede.
― ¿Por qué te importa? ―refunfuñó Loona antes de gruñirle. ―, soy solo una mascota para ti, ¿no?
― ¿…Quien dijo eso? ―preguntó Blitzøentrecerrando los ojos.
Elloslo dijeron. Le habían dicho a Loona que ser criada por un diablillo era, de todas las cosas, algo que la hacía aún más débil... Una de las poderosas razas de perros del infierno siendo criada por los seres más bajos y patéticos del Infierno. Les había hecho cagarse de risa y escupirle con disgusto.
―Bueno, es verdad, ¿no es así? ―Le gritó Loona mientras se levantaba. Ella lo miró, mostrando los dientes mientras Blitzøla miraba y se acercaba a ella, impasible. ―. ¡Solo soy una perrita débil y pequeña al que se puede acariciar y cuidar como a un juguete! ¡No me quieres! ¡Nadie me quiere! ¡Entonces, ¿por qué no te largas para que pueda empacar algo de ropa y dejar…?!
¡PLAFF!
Loona se quedó rígida. Su mejilla le escocía mientras su pata tocaba lentamente el área donde Blitzøla había abofeteado. Nunca antes él le había pegado, a lo mucho un par de nalgadas cuando era pequeña, pero hasta ahora nunca le había alzado la mano. Loona sintió que toda su ira de repente desapareció tras ese único golpe, pero Blitzøno había terminado: La agarró por los hombros y la miró mientras un pequeño gemido escapó de la garganta de ella.
―Loona. Te voy a decir esto solo una vez. Así que más te jodido vale que lo escuches. ―Le dijo Blitzøen voz baja y, sin embargo, con tanta rabia en ese tono que le provocó a Loona un escalofrío por la espalda. ―…Cada día, hora y minuto desde que nos conocimos hace tantos años, siempre he pensado en ti como mi hija. Ni una sola vez te he visto como una especie de mascota, animal o bestia. Siempre te he visto como mi orgullo y mi alegría. He pasado estos putos dieciséis años trabajando duro para asegurarme de que estuvieras alimentada, educada y segura. Amenacé, chantajeé y pagué a esos maestros y directores solo para asegurarme de que no te echaran. No acepté esos trabajos que ponen en riesgo la vida, algunos que te darían jodidas pesadillas, solo para poder llenar mi billetera. ¡Lo hice para poder darte todo lo que pudiera! ¡No le recé a Dios, algo que ningún demonio NUNCA HACE, cuando estabas enferma de Tos de la Perrera (2) cuando tenías nueve años porque estaba aburrido! Hice todo eso, ¡PORQUE TE AMO, CARAJO!
Lentamente, quitó las manos de sus hombros y luego las envolvió alrededor de ella. Presionando su cabeza contra su pecho, Loona se quedó allí con total sorpresa antes de oírle a Blitzøsusurrar:
―…Perdí a mi familia cuando tenía tu edad hace años. Lo perdí todo hasta que te conocí. Eres todo lo que me queda en este mundo. Quién mierda te haya dicho estas cosas, o cualquier parte de ti que esté tratando de convencerte de esos pensamientos, se puede ir a la puta mierda hasta el infinito. Eres mi hija, Loony. Y te lo prometo desde aquí hasta el Día del Juicio... te prometo que nunca te abandonaré.
― ¡…! ¡Pa-papáaaa…!―gimió Loona mientras caía al suelo llorando. Ella lo abrazó con tanta fuerza que nunca quiso soltarlo. ―. Yo… y-yo l-lo s-sien…
―Shhhh…―murmuró Blitzøfrotando su espalda. ―Está bien. Está bien.
Los dos simplemente se sentaron allí, juntos en medio de la habitación en ruinas. Sin embargo, todo lo que importaba era el amor que compartían entre ellos.
Un amor que solo una familia real podría tener.
…
Loona terminó lo último trago de su vino y negó con la cabeza. ―…No voy a mentir y diré que me volví más perra después de ese día. No creo que nadie me pueda culpar. Después de todo, ¿quién se recupera fácilmente al enterarse de que tu verdadera familia te dejó morir sola en el bosque cuando eras un bebé porque te consideraban débil?
―...Lamento que hayas tenido que pasar por eso. ―Le expresó Stolas con suavidad mientras miraba su vaso con tristeza. ―. ¿Ser rechazado así? Por enterarte de una verdad tan horrible... si hubiera sabido que existían tales prácticas entre los perros infernales, le habría puesto fin.
―No es común, al menos ya no. ―murmuró Loona, su voz un poco entrecortada: A pesar de que era vino, esa cosa elegante era realmente fuerte. ―. Pero algunos jodidos idiotas todavía lo practican… ¿Sabes qué? Que se jodan. Yo no morí, sigo viviendo. Y tengo como padre a uno de los mejores asesinos del infierno como mi papá…―Luego miró al techo con una mirada triste en sus ojos. ―… Blitzø ha hecho mucho por mí... estoy viva gracias a él... no me importa lo que cueste; Yo lo voy a salvar. Voy a salvar a mi padre.
Stolas se levantó lentamente y puso una de sus garras en el hombro de Loona. Los dos se miraron, ambos con comprensión y determinación. ―…Todos vamos a salvar a tu padre.
Con un pequeño gemido, Loona apoyó la cabeza contra la garra del príncipe mientras los dos se consolaban en silencio en la oscuridad de la noche.
TBC
Glosario:
(1) Eproctofilia: Tipo de parafilia que consiste en la atracción sexual por los gases provocados por el cuerpo humano.
(2) Tos de la perrera: (Kennel Cough en inglés) Infección altamente contagiosa de origen bacteriano que afecta las vías respiratorias superiores de los perros. Aunque en general los síntomas desaparecen por sí solos, si la infección llega a las vías respiratorias inferiores, puede resultar en una neumonía o en el peor de los casos, una sepsis.
