CABAÑA DE CASTIGO, CAMPAMENTO KIN, MINESOTA

A la mañana siguiente los niños pusieron su plan en marcha tenían hasta el final del campamento para saber todo el uno del otro, para evitar ser descubiertos antes de tiempo. Comenzaron a ver las fotos familiares. Noah corrió hacia su maleta y revolvió sus cosas, buscando algo. Sacó una caja un poco gastada y se sentó junto a Matthew en la cama.

—Son todos mis recuerdos —le informó Noah emocionado, pero Matthew le detuvo antes de que la abriera.

—Espera —fue su turno de ir a su maleta y volver con un par de libros—. Ahora sí, estos son los míos.

—¿Esos son los tuyos? —dijo Noah, haciendo una mueca—. ¿Libros?

—Oh vamos, tienen sus secretos. Bien, en realidad son álbumes, pero mi tía Rita me compro estos porque me gustan los libros —respondió Matthew indignado—. Vamos, muéstrame.

—Bien... —Noah abrió la caja, muchas fotos. Sacó un poco de fotos—. Mira, él es el abuelito Don, en realidad no es papá de mamá, pero él me deja decirle así. Él es el tío Fin, él tío Nick, pero a él ya no lo vemos se fue a trabajar a California y solo hablamos con el por Skype en mi cumpleaños y navidad, ese es el tío Munch, él ya no trabaja con mamá, pero esta en casi todas las fiestas que tenemos en casa del tío Elliot, la tía Amanda. La tía Amanda y Jesse.

—La tía Amanda es muy bonita —musitó Matthew.

—No tengo fotos de Lucy, mi niñera, pero ella es una de las personas con las que más convivo, desde que soy bebé.

—¿Tienes niñera? —pregunto Matthew impresionado.

—Si, por el trabajo de mamá, ella no me puede cuidar todo el tiempo y solo estamos juntos en vacaciones de navidad y por supuesto en mi cumpleaños —sonrió Noah—. ¡El tío Elliot! Él es genial, sabe mucho de deportes —dijo Noah emocionado—. El tío Sonny. Es el mejor siempre tiene bocadillos en su escritorio.

—Oh vaya... —Matthew desvió la mirada, en un vano intento de ocultar su tristeza—. Yo no los conozco. Solo al tío Fin.

—Ya los conocerás a todos —le animó Noah—. Te encantará toda nuestra familia, Matt. Mira ella es mamá joven.

—¡CIELOS! —Noah soltó una risa al escuchar la expresión, su hermano casi parecía querer meterse en la foto—. ¡Ahora entiendo porque papá se enamoró de ella!

—Y si la vieras ahora —se burló Noah—. Aunque es mayor, muchos hombres andan detrás de sus huesitos. Yo solo conocí a dos y eso porque se acercaban a mamá cuando estábamos los dos en el parque, pero mamá los alejo.

—Eso no va a pasar —gruñó Matthew—. ¡Mamá es de papá! Es así de simple, ellos tienen que estar juntos.

—Hablando de eso —dijo Noah, poniéndose serio por un momento—. ¿Te has puesto a pensar en porque se separaron? ¿Por qué nos alejaron?

El ambiente cambió drásticamente, Matthew también había bajado la mirada a la foto y miraba a su mamá, sonriendo feliz. ¿Cómo se habían enamorado sus padres? ¿Cómo había sido su relación y por qué la habían terminado? ¿Por qué los habían separado? Esas y muchas interrogantes más aparecieron en sus cabezas sin poder evitarlo... y una gran tristeza invadió a los niños. ¿Sus padres ya no se querían? ¿Ellos fueron un error? ¿No fueron planeados?

—¿Te enseño mis recuerdos? —dijo Matthew interrumpiendo el silencio. Noah asintió. Su hermano abrió sus libros y se asombró de ver un álbum. Matthew señaló una foto de una mujer de cabellos negros y de porte elegante—. Ella es la abuelita Lucia.

—Oh que hermosa es, tenemos sus ojos ¿No tenemos abuelo? —preguntó Noah.

—No —negó Matthew—. A papá no le agrada hablar de él, tengo la impresión de que lo detesta. Y abuelita tampoco habla de él, así que asumo que es un hombre malo, o puede que nunca hubiera estado en el panorama.

—Vaya... debió ser muy malo. ¿Ese es papá de joven?

—Si —sonrió Matthew—. Es guapo.

—Sí, tenemos sus ojos —agregó Noah.

—Si, aunque los ojos de mamá son muy bonitos —dijo Matthew aun con la foto de su mamá en sus manos, no quería soltarla era un tesoro, pero tenía que enseñarle a su hermano la foto de sus tíos y tías—. Él es el tío Daniel es esposo de la tía Silvia. Ella es sobrina de abuelita.

—La tía Silvia es muy bonita —dijo Noah.

—Si, ellos son con los que paso más tiempo —dijo Matthew—, el tío Dani es muy divertido. A la tía Rita ya la conoces. Ella es genial, todo el tiempo que nos vemos, me lleva libros y helado de tiramisú, y se la pasa molestando a papá, abuelita y yo nos reímos mucho cuando ellos dos pelean son muy divertidos. Oh aquí hay una con su amigo Fin.

—Quisiera poder ver a la tía Rita y a papá pelear como niños —dijo Noah con carita de ilusión.

—Pronto lo veras por ti mismo Noah —dijo Matthew tratando de confortar a su hermano.

Habían pasado casi todo el día contándose todo sobre sus familias. Matthew ahora sabía que Noah consideraba su abuelo al excapitán del precinto donde trabaja su mamá, su tía Amanda, tíos Sonny, Munch Nick y Fin. También estaba Jesse, Christopher y Billie que eran hijos de la tía Amanda y el tío Sonny.

Noah en cambio, ahora sabía que había toda una familia que eran sus tíos y su abuela por lazos de sangre. Matthew solo conocía a unos pocos, la tía María, el tío Julián. Sabía que tenía tíos en Miami, como la tía Marisol, esposa del tío Horatio. El tío Eric, hermano de la tía Marisol.

Con los que más convivía Matthew era con la tía Rita y claro también el señor Tutuola que es el amigo de la tía Rita, el tío Eddie, el tío Daniel esposo de la tía Silvia. Y por supuesto abuelita. Las únicas personas con las que coincidían era Rita Calhoun, Odafin Tutuola y la doctora Melinda Warner.

El árbol genealógico de Noah era un enredo, pero Matthew creía haberlo memorizado lo suficientemente bien. Los niños no entendían porque sus padres los habían separado prácticamente por completo, no había oportunidad de que se conocieran si no era yendo a ese campamento o que por un milagro alguno de ellos fuera al distrito del otro, lo que era imposible dado que sus padres no querían ir a dichos lugares. Matthew estiró su mano a la cara de su hermano, quien se incorporó sobre la cama también y lo miró, indeciso.

—Hagámoslo lo mejor posible y descubramos lo que ocurrió, para poder reunir de nuevo a nuestros padres. Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para juntar a nuestra familia Noah —dijo Matthew con decisión.

Noah estrechó su mano con decisión, él también deseaba con todo su corazón formar parte de una familia completa.

—Hagámoslo.