CAPITULO 3: MALOS HABITOS

A una rosa

"Ayer naciste, y morirás mañana.

Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?

¿Para vivir tan poco estás lucida?

Y, ¿para no ser nada estás lozana?

Si te engañó tu hermosura vana,

bien presto la verás desvanecida,

p orque en tu hermosura está escondida

la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,

ley de la agricultura permitida,

grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;

dilata tu nacer para tu vida,

que anticipa tu ser para tu muerte. "

-Luis de Góngora


Alain despertó de golpe, rápidamente como un reflejo involuntario tomó su pistola, apuntó a varias direcciones, sosteniendo la respiración, sus sentidos estaban atentos a cualquier amenaza, cualquier señal de peligro, solo viento silbando por las paredes, suspiró con alivio pero molesto por las palabras que brotaban en sus sueños.

-Maldito Luis de Góngora… - dijo mientras sus hombros caían relajados, actualmente estaba sentado en su cama frotándose los ojos, dejó su pistola en el buró a su lado, miró hacia la ventana, aún estaba oscuro no había señales del sol, su vista Comenzó a adaptarse a la oscuridad, sintió las corrientes de aire pasando, un escalofrió pasó por su columna, una señal de que aún estaba vivo.

La habitación continuaba en silencio, había oscuridad por todas partes a excepción de la rosa que posaba a la luz de la luna, los pétalos que aún se veían brillantes, el tallo y las espinas que sobresalían, Alain recordó las palabras de Góngora que lo molestaron en sus sueños; "¿Quién es la rosa en esta historia?" se preguntó, un par de minutos después decidió levantarse y comenzó a vestirse, sus movimientos eran demasiado mecánicos; pantalones, camisa, botas, Esto solo reflejaba que su estilo de vestimenta había sido el mismo por bastante tiempo, con muchos juegos iguales en su armario, pero la moda no era algo que le preocupara, su vestimenta era cómoda, practica, no llamaba la atención y tenía cierta elegancia para la época de donde venía.

Encendió una vela y miró su reloj de bolsillo, 5:15 am –aún es temprano - murmuró; cuando no estaba en una misión, solíaar antes que el sol saliera, a veces hacia acondicionamiento físico, pero dar mantenimiento a su equipo solía relajarlo un poco más, revisar si necesitar reemplazar algo, afilar sus cuchillos, limpiar fuerte su pistola.

Puso la pistola en la mesa y usó un desarmador para aflojar algunas piezas, las limpió con tela un poco húmeda. Para evitar la oxidación por la pólvora aceito el interior y exterior del cañón, sus movimientos fueron rápidos, inquietantemente practicados, tomó la pistola la observo en distintos ángulos. Solo le había tomado 20 minutos hacer la limpieza, guardó sus cosas en su mochila, menos un cilindro de pólvora que siempre llevaba en su cinturón.

Estaba decidido a explorar el perímetro, encontrar anomalías y puntos ciegos. De este modo el pueblo debería tener más oportunidad de contrarrestar un ataque sorpresa. Incluso habiendo crecido aquí, este Villanueve era algo distinto, eso incluía a las personas. No tomaría mucho tiempo, el viejo Maurice no despertaría hasta dentro de un par de horas más; apagó la vela y tomo su sombrero.


El pueblo se vio en completa oscuridad, solo los ruidos de la noche eran audibles, había un lago de neblina a los alrededores lo que impedía ver correctamente, el viento soplaba y hacia crujir las ramas en los árboles, parecía que en cualquier momento algo podría arrastrarte a la oscuridad del bosque, ni un alma se asomaba por las calles. En estos momentos el cazador podía afirmar que este escenario era su Villanueve , solo unos minutos antes de que el pueblo ardiera en llamas, el recuerdo le trajo un escalofrió.

La casa de Bella era visible a lo lejos, una visión de la casa incendiándose se presentó en la mente de Alain, por momento se sintió real y su corazón comenzó a latir tan que en cualquier momento saldría de su pecho.

PUMM

Un fuerte golpe lo sacó de sus pensamientos y nuevamente sus sentidos se agudizaron, sus ojos estaban en llamas con un brillo carmesí en ellos.

PUM PUMM

Con oídos atentos buscaba el origen del ruido, cautelosamente se adentró por varios callejones, aún estaba oscuro pero traer una linterna solo revelaría su ubicación.

PUMM

" ¿Asaltantes? ¿Algún borracho?" fue lo primero que pensó, pero tenía un mal presentimientodesde la mañana… - ¿ÉL? ...- murmuró con veneno en su voz "¿acaso podría presentarse tan pronto en el pueblo?" .

PUM

Si así fuera Alain sabía que sería el fin de todo, el pueblo, él mismo, LA MISIÓN… No es capaz de enfrentarlo cara a cara… apenas sobrevivió la última vez que intentó hacerlo. Primero tenía que asegurar qué causaba los golpes, su única opción era llegar sin ser detectado y matarlo desde las sombras, tomó su pistola y comenzó a cargarla.

PUM PUMM PUM

Continuó acercándose al origen de los golpes. Si no se equivocaba sabía que este demonio podría estar destrozando los huesos de sus víctimas, solo para disfrutar ver como sus ojos se apagaban en agonía en medio de toda la carne destrozada, pero su enemigo era listo, talvez estudiaba el perímetro y encontró a alguien para entretenerse, a él le gustaba secuestrar personas y torturarlos, sobre todo mujeres.

PUM

Sus pasos no emitían sonido alguno, su respiración apenas fue perceptible, los constantes golpes eran la única fuente de ruido, la neblina no le permitía ver más de 20 pasos, cada 10 segundos volteaba hacia atrás para evitar sorpresas, el suelo no vibraba, era buena señal, de lo contrario sabría que él está rondando las calles, la neblina no permitiría ver la enorme sombra asechando, era demasiado veloz y un espacio cerrado era la muerte.

Alain comenzó a trepar por un muro, gracias a las deformaciones de las paredes pudo llegar al techo, las tejas de arcilla eran muy resbalosas, una caída desde aquí podría romperle el cuello, aun arriba era difícil distinguir el suelo, dio un salto a un arco de piedra casi resbalando.

PUM PUMM

Dos casas más adelante bajó intentando no hacer ruido, se escondió detrás de un muro y sacó su pistola, todo estaba en silencio…

-¡Oh Dios! La voz de una mujer exclamó.

Alain casi dispara por reflejo, pero prefirió contenerse, el ruido se había detenido varios segundos, el grito no era de agonía, parecía más de sorpresa; Aun así investigar, dejar las cosas a la suerte sería un error que no quiere agregar a esta misión, cazar era su principal oficio, ser cauteloso era una regla básica con lo que sea, de no hacerlo un "ciervo" podría ser un lobo y un "cura" un vampiro Rumani , se escabullo a una mejor vista.

Un suspiro sostenido salió de sus labios, cerró los ojos, sudor frio caía sobre su piel, sus piernas temblaban. –Estúpido… - susurro para sí mismo, pero en sus pensamientos agradecía a Dios que solo fue su paranoia; la imagen lúgubre del pueblo despertó recuerdos que no le permitieron pensar con claridad.

No había peligro en lo absoluto, de hecho lo que vio hizo que el cazador se sintiera avergonzado de sí mismo, una pobre mujer cansada, con sudor en la frente y un hacha en sus manos, esos ruidos no eran más que la costurera. Madame Joanne Bissette, no la recuerda muy bien, ya era una mujer con edad, quizás 20 años más que su madre, pero su trabajo estuvo muy presente en el pueblo incluso después de su muerte, era toda una artesana cuando hablabas de ropa, con los patrones más hermosos y extravagantes, cada detalle cuidadosamente trabajado, ropa casual, vestidos, ropa de gala, siempre te verías elegante ya la moda si usabas algo de su autoría.

De no tener cuidado, el disparo seguramente podría haber herido a la mujer o aún peor ... Madame Bissette solo cortaba leña, eso hizo sentir más estúpido al cazador. Si lo hacía tan temprano significa que necesitaría bastante, probablemente porque el frio de invierno llegue esta noche.

No parecía estar progresando con la leña, era entendible para una mujer de su edad y oficio, pero ¿Dónde está su hija? Seguro nunca dejaría a su madre hacer este tipo de trabajos. "¿Debería ayudar? No, ya hice suficiente casi matándola" Alain exhaló y su aliento era visible por el frio, se puso de pie y decidió irse en silencio.

Cuando comenzó a alejarse, vio una sombra muy pequeña que corría en su dirección, casi en un respiro, el pequeño animal se abalanzó sobre él, poco pudo hacer para evitarlo, retrocedió unos pasos, un leño tirado le hizo perder el equilibrio, termino cayendo ruidosamente sobre una pila de troncos, el animal siguió escalando por la pila, esto hizo caer los leños sobre él, aplastándolo.

El cazador derrumbado y con leños encima gruño, vio al escurridizo animal escapando de la escena, juró haberlo visto burlándose de él, no pudo hacer nada más que ver como desaparecía en la oscuridad –Maldita ardilla- susurró.

-¿Quién está ahí? ¿Otra rata? - Dijo la mujer algo asustada por el fuerte golpe, cuando se percató de la escena, vio a un hombre siendo aplastado por troncos. - ¡oh Dios mío! Monsieur… - la mujer gritó.

Alain sintió los golpes, una pista de donde su piel estaría pintada de morado y azul, pero no le dolía, al menos por ahora, sabía que lo haría mañana, quitó los troncos que lo aplastaban, se levantó -Disculpe Madame , no quería asustarla - dijo cortésmente mientras sacudía su ropa.

La mujer aún con el hacha en mano preparada para defender miró al cazador interrogante, no parecía un bandido, de hecho parecía alguien que trabajaba para la nobleza, no parecía de esos ambiciosos cerdos cobradores de impuestos, además de ser bastante guapo para ser uno.

-No deberías espiar así a las damas, casi me matas de un susto niño - regañó la mujer

-Disculpe - dijo el cazador algo avergonzado, podía escuchar la risa del tío Cesar en su cabeza.

La mujer suspiró –bien… al menos eres cortes, déjame revisar eso… –Se acercó y comenzó a palpar los brazos para asegurar que no se rompió nada.

Alain hizo una mueca de dolor, la mujer sonrió un poco, su expresión decía "eso es por asustarme" –Vaya que hermoso chaleco –Dijo mientras presionaba sus manos para sentir la tela - aunque es bastante raro, es demasiado corto y no tiene muchos patrones… a mi parecer es bastante simplista, quizás DEMASIADO, además, está algo ajustado ¿no crees?, quizás lo más llamativo es el verde abeto que… oh perdóname, no quisiera aburrirte con cosas de mujeres.

-No hay problema… –En realidad conocía algo de costura, su madre lo obligó a remendar sus pantalones rotos de niño, la tela debía coincidir, no siempre quedaron bien, pero sirvió de práctica para suturarse él mismo años después.

-Eres el muchacho que ayer caminaba junto a Bella, ¿cierto? - fue más una afirmación que una pregunta, Joanne no conocía mucho a la muchacha pero siempre fue muy amable y educada, además solía venir por un poco de cuenda o hilo, por tanto era una cliente y si este hombre se llevaba bien con ella, talvez solo sea raro, no peligroso.

-S-sí, tengo negocios con su padre, ella ayer me mostró un poco el pueblo - "Espero no ser material de chismes más tarde…" pensó.

-Sí, suena a algo que haría ella, sabes no entiendo como no se ha casado ya, being tan amable y hermosa, además de ya estar en edad. Seguramente es por toda esa lectura, no la deja vivir más allá de esos libros pretenciosos, siempre con mirada perdida… ¿Dónde parara la juventud? - recargo su mejilla en una mano mientras desviaba la mirada, casi melancólica, entonces una suposición apareció en su cabeza y volvió a mirar al alto hombre con una expresión picara.

–Pero ayer se veían muy divertidos ustedes dos, ¿no será que vienes a cortejarla?

Alain se quedó congelado –No… recién la conocí ayer, solo tengo negocios con su padre, eso es todo –su tono era neutral, no le afecto la declaración, solo lo tomé por sorpresa.

-Bueno, eso es un comienzo- sonrió la mujer.

Alain no sabía a qué se refería exactamente, entonces su mirada fue a la pila de troncos, aun eran demasiados, pensó en lo que haría su padre y como su madre lo regañaría si no ayudaba a la mujer, mph "un día de estos, la cortesía va hacer que me maten " , con esto en su cabeza no había más debate - ¿Necesita ayuda con eso? –Señaló.

–Oh… ¿crees que podrías? –Una chispa de esperanza en su mirada, pero pronto titubeo –No quisiera molestarlo Monsieur seguro tendrá cosas más importantes que hacer, además lo acabo de conocer, eso sería bastante raro aunque también amable - " De hecho, eso describiría a Bella" , reflexiono Joanne.

–Si a usted no le molesta, no tengo ningún problema –Respondió mientras arremangaba su camisa, la costurera solo asintió y le entregó el hacha.

Alain tomo un poco de aire y de un solo hachazo corto el tronco, no le tomaría más de 15 minutos terminar.

–Oh… Señor –exclamo la mujer, "Solo había visto a Gastón cortar leña tan rápido" pensó mientras veía trabajar al cazador, pero se sintió contenta que sus brazos no tendrían que hacer trabajo físico.


El sol no tardo en salir, su calor dio alivio de las noches cada vez más frías, La doncella que dormía en su cama fue despertada por los cálidos rayos solares que atravesaban las ventanas. Parpadeo perezosamente revelando sus hermosos ojos marrones, una sonrisa se dibujó en su rostro, el calor de la mañana era agradable.

Bella se sentó en su cama y comenzó a estirarse, un suspiro salió de sus labios y mirando a las aves fuera de su ventana decidió que era hora de levantarse. Siguió su rutina habitual, se sentó en una mesita cercana a su cama y comenzó a cepillar su cabello oscuro, quitando los nudos cuidadosamente, cuando estuvo satisfecha ató su cabello con un listón azul dándole forma de moño, fue directo a su armario y se vistió con uno de sus tantos vestidos color azul; En realidad fue como todos los días desde que llegó a Villanueve , solo que el día de hoy Bella estaba risueña, su sonrisa constante y el hecho que estaba tarareando lo confirmo, por alguna razón se corrige ansiosa y un poco emocionada. No admitiría que se sintió así por la visita de MonsieurDupont, lo atribuyo más a que su rutina sería diferente a partir de hoy.

Bajó rápidamente por la escalera, su padre aún no estaba despierto, aprovechó esto para hacer el desayuno, sabía que tenía bastante hambre; se colocó su delantal y comenzó a preparar algunos huevos con tocino, "sin darse cuenta" hizo una ración extra.

Pasaron algunos minutos y el delicioso aroma hizo que Maurice bajara rápidamente, seguía olfateando cuando entró por la cocina –¡Buenos días¡ -Saludó muy alegre mientras se sentaba en la mesa.

-oh… buenos días Papá, ¿Cómo dormiste hoy? –Dijo Bella sin ninguna sorpresa, había escuchado a su padre desde las escaleras.

–Pues siendo sincero no tan bien, tuve una horrible pesadilla –Dijo el viejo con un escalofrió

–Siento oír eso, ¿Qué clase de pesadilla? –Bella volteo a ver a su padre un momento.

–Pues… -se rasco la cabeza intentando recordar –Por alguna razón me perdía en el bosque con Philip, todo estaba oscuro y casi caemos de un barranco… pero no recuerdo mucho.

Bella se quedó callada, la idea de perder a su padre era algo…

–Pero no le demos importancia a cosas como esas, solo fue un sueño tonto –añadió Maurice -Entonces Bella, ¿estas emocionada por hoy? –Remarco después de haberla escuchado tararear hace unos momentos.

La joven salto de sorpresa al oír esto –Y-yo no, no veo por qué ¿Por qué preguntas? –Dijo mientras servía la mesa.

–Nada en particular, a decir verdad yo sí estoy algo emocionado por el proyecto de Monsieur Dupont, será interesante, ¿no crees? –Respondió Maurice comenzando a comer.

–Supongo que sí - Bella se sentó en su lugar.

Ambos desayunaron sin más charla de la habitual, ¿Qué libro has leído? ¿Cómo fue tu día ayer? ¿Nuevas ideas para inventos ?, a Bella le gustaba estar con su padre, él era la única persona que la entendía.

Después de desayunar, Maurice fue al sótano para continuar trabajando con el invento que explotó ayer, Bella sin mucho que hacer prometió recibir a Monsieur Dupont; sonrió para sí misma, le gustaban los momentos de tranquilidad, eran los perfectos para leer sin que nadie la molestara, fue a su estantería y tomo el libro que ayer el librero le había regalado, le encantaba la fantasía, la podía llevar a otros mundos y estar en muchas situaciones hilarantes, le gustaba imaginarse a sí misma en las historias y pensar en lo que ella haría en esas situaciones, sin duda esa era la magia de los libros, y la podía disfrutar por horas.

Habían pasado varios minutos y no había ningún ruido en la sala, Bella leía sentada en una silla de madera completamente absorta en su lectura, entonces llamaron a la puerta.

¡GOLPEAR! ¡GOLPEAR!

" Debe ser Monsieur Dupont" rápidamente se levantó y dejó su libro en la mesa, cerciorándose de no perder la página en la que se había quedado, se dirigió hacia la puerta con algo de anticipación, se acomodó un poco el cabello y tomo un extraño artefacto que servía de mirilla para la puerta.

Su sonrisa se apagó inmediatamente cuando vio quien estaba del otro lado "Gastón…"

- ugh… -Suspiro la joven con obvia exasperación y una gran GRAN decepción, tanta que rodo los ojos, en verdad no soportaba a este sujeto, podría simplemente no abrirle, pero sabía que no se detendría y tocaría por horas, incluso él en todo el mundo sería capaz de tirar la puerta, resignada decidió solo ver que quería y despedirlo lo antes posible ya que hoy tendrían una visita y Gastón sería capaz de arruinarlo todo.

–Gastón… que bonita sorpresa –Saludó la joven con cierta ironía

–Es cierto, yo estoy lleno de sorpresas –dijo Gastón con un peligroso acercamiento, Bella hizo todo lo posible para alejarse del corpulento hombre.


Alain caminaba por el pueblo, se dirigía a la casa del viejo Maurice, a diferencia de ayer las personas actuaban más normal, sin cantar al unísono, y eso en la opinión del cazador era un punto a favor, permitía que el pueblo no pareciera estar en una demencia colectiva, el sol en lo alto hizo que sintiera calor, para su suerte su sombrero le proporciono sombra, tenía su chaleco colgando sobre su hombro, aun tenia arremangada la camisa y no usaba su corbata ni sus guantes; después de haber terminado de cortar los troncos Alain ayudó a la costurera a acomodar y organizar la leña en su cobertizo, también le ayudó con algunas cosas pesadas en la tienda, la verdad no le molesto mucho, estaba satisfecho de su fuerza física, help a SeñoraBissette fue un recordatorio de eso, al lidiar con criaturas con el doble y triple de fuerza, a veces lo hacía sentir insignificante, al menos aún podía ayudar a una mujer en sus cuarentas. El trabajo hizo que estaba un poco fatigado y el calor lo obligo a despojarse de su chaleco, al menos Madame Bissette le dio agua cuando terminó, eso lo refrescó un poco.

Antes de llegar al puente de piedra vio como una multitud caminaba de regreso al pueblo, la mayoría tenían caras de desilusión, los restantes estaban molestos. Alain se hizo a un lado permitiendo que cruzaran el puente, no los conocía, pero sus ropas le dieron algunas pistas;

Primero pasó un cuarteto de músicos, seguido del molesto panadero que llevaba un gran pastel de boda, este no paraba de quejarse por una mañana de trabajo desperdiciado, un cura hablaba con un viejo calvo y de gran bigote, ellos discutían como regresarían más tarde por todas las decoraciones y como esto sería bastante complicado, después pasó un hombre de baja estatura y regordete junto a un cerdo, ambos cubiertos de lodo, el hombre comía feliz una rebanada de pastel, "este sujeto ... ¿acaso podría ser ...?" Al cazador le resulto familiar su rostro, incluso con todo el lodo. Finalmente pasaron tres hermosas mujeres, que chillaban de alegría y estaban de muy MUY buen humor, Alain no pudo evitar rodar los ojos cuando las vio.

- ¡Oye! –Tocó el hombro de la última muchacha, esta vestía de verde, si no fuera por eso sería fácil confundirla con sus hermanas "Trillizas, no son muy comunes, es una sorpresa que el pueblo no las asocie con algo maligno." pensó antes de continuar.

- ¿Sabes por qué se reunió toda esta gente aquí? - Alain quería saber por qué estaban tan cerca de la casa del viejo, si algo sobre su proyecto era descubierto, probablemente habría problemas.

–Mph? ... ¡oh! –La muchacha salto cuando vio quien la llamaba. Un hombre alto, no tanto como Gastón, con un aura peligrosa, su voz fue grave, pero a diferencia del tono galante de Gastón este fue más serio, más amenazante, no ayudo que mientras más lo miraba, más podía escuchar golpes constantes, como un corazón latiendo eran rápidamente, advirtiendo que este hombre es peligroso, sus ojos cubiertos por la sombra del sombrero fríos, estaba acostumbrada a las miradas lujuriosas de los hombres, no al terrorífico brillo carmesí que juró ver unos segundos en sus ojos, esto solo la puso más nerviosa –amm… yo… - sus palabras fueron robadas, a él no le importaba si era hermosa, entonces ¿Qué quería? ¿Quería hacer daño?

Pasó un minuto completo, la mujer rubia no dio respuesta, Alain suspiró al dase cuenta que la mujer tenía una mirada aterrorizada "esta mujer… esta mujer no me darán respuestas. Creo estar actuando paranoico (de nuevo) Quizás la reunión fue algo tonto, como una boda, eso explicaría el pastel y el cura, tendré que asegurarme de eso… más tarde " .

–Olvídelo, siento molestarla - dijo con el tono más suave que pudo, con eso la rubia pareció despertar de su trance, lentamente la rodeo para cruzar el puente, volteo a mirarla un momento, la joven de vestido verde aun lo miraba perpleja, Alain se sintió un poco mal por ser tan brusco, ya podía oír a su madre regañarlo por tratar mal a las damas, cuando sus hermanas se acercaron a ella un pensamiento llegó a su cabeza, "Estará bien" .

Alain Caminaba por el sendero, la casa de Maurice estaba en una zona bastante pacífica, algo aislada, pero el cazador lo prefería así, sin embargo creía conveniente lo cerca que estaba del pueblo; una cabaña rustica rodeada de árboles, un lago y una pradera con una hermosa vista era mejor que vivir en un convento, o uno de esos castillos que usaban como base de operaciones en Inglaterra, aunque San Marino estuvo bien, el lugar era perfecto para establecerse y olvidar toda la desdicha del pasado, había muchas personas agradables, también había muchas mujeres jóvenes, si se estableciera aquí incluso podría formar una fami ...

Llegó a la puerta, esperando que no hubiera explosiones hoy.

¡TOC TOC!

No hubo respuesta…

¡TOC TOC!

Silencio ...

" Supongo que ir directo al sótano es mejor opción" mientras bajaba las escaleras Alain se percató de la voz de Bella….

"... creerlo ~

Madame Gastón ser su mujer

" ¡¿Está cantando ?!" Pensó el cazador

Yo no jamás

Lo garantiz o

Yo quiero más que vida provincial ~

La joven expresaba lo que realmente sintió, sin miedo a ser juzgada, como si hubiera reprimido por mucho tiempo este sentimiento, libertad; corrió hacia el horizonte, hacia una gran y amplia vista de los montes, sintiéndose capaz de enfrentarse al mundo, Alain se limitó a seguirla dándole su espacio.

¡Quiero aventuras que al mundo asombre!

Un gran amor quiero encontrar…

A la distancia el cazador con brazos cruzados, esperaba.

Cuando se percató que la joven se sentó en la hierba, comenzó a acercarse.

Que feliz a mí vendrá… que me entienda de verdad

Quiero mucho más que un plan simple. "

Como un dulce secreto, Bella le susurró un deseo a los dientes de león que estaban en el prado con la esperanza de que este llegará pronto, soltándolos al aire terminó su canto, al fin había podido desahogarse, aunque sea por un minuto.

–Se supone que debes soplar el diente de león… –Dijo Alain con un tono plano sin emoción.

Bella saltó del susto, se quedó sin aliento y con los ojos muy abiertos - ¿Q-que ...?

–El diente de león, cuando pides un deseo tienes que soplar para que este se cumpla –aclaró

- ¿T-tú me estabas escuchando? –Dijo Bella nerviosa, un leve rubor comenzó a subir por sus mejillas, coloreándolas de un tenue rojo.

–No fue mi intención y no escu…

Bella se levantó y enfrento al cazador –¡Pues usted no debió señor! –Alzo su voz demasiado rápido, debido a los nervios.

Alain se quedó callado, no esperaba este tipo de reacción considerando que ayer fue bastante amable.

–No debería espiar a las personas, su aura misteriosa no impresiona a nadie, es aterrador yy molesto –La joven frunció el ceño y sus ojos tenían una mirada desafiante hacia el cazador, cualquiera quedaría intimidado de la joven ofendida –Encontrará a mi padre en el sótano, le pido que me deje sola ...

El cazador la miró atentamente, Bella tenía la cara roja, tenía los ojos hinchados, seguramente estaba conteniendo para no llorar, algunos mechones de su cabello estaban sueltos, estaba molesta, quizás debió ir directo al sótano… Alain no perdió su expresión neutral.

–Discúlpame, no quise ofenderte, buscare a tu padre entonces – Dijo con calma.

Caminó colina abajo sin mirar hacia la muchacha, Bella se sintió extraña cuando el cazador se alejó, como un gran peso en su estómago, sentían algunas lágrimas cayendo por sus mejillas, las limpio de inmediato con su manga, volvió a sentarse en la hierba y se quedó mirando el horizonte.

La tarde llegó rápido, Maurice y Alain se encomendaron a estudiar los planos y armar una lista de las piezas que necesitarían, para la fortuna del cazador el viejo inventor tenía varias herramientas de utilidad, comenzó con los costos del material y la mano de obra. Maurice estaba nervioso con eso, pero Alain tenía suficiente, por ahora, pero debería que buscar más dinero para las piezas que el herrero fabricaría y algunos de los complementos específicos que conseguiría de la ciudad, no le molesto, siempre se las había arreglado con recursos limitados, Maurice parecía contento con el adelanto, "75% ahora y el ultimo 25% al terminar" ese fue el trato.

Bella entró en su casa cuando el frio de la tarde amenazó con llegar, ya se había calmado, estaba leyendo su libro como hace unas horas, mientras estaba en su sala logró escuchar la risa de su padre y los gruñidos de aprobación del cazador, parecía que se llevarían bien después de todo, ella en cambio había sido grosera, le había gritado sin razón, sí, ella no quería que nadie la escuchara, quizás por el miedo al pueblo nuevamente, a ser la burla de las mujeres chismosas, a ser rechazada solo por no pensar como ellos querían; talvez estaba a la defensiva por la visita de Gastón, por querer obligarla a ser su esposa, Bella se volvió a sentir molesta… pero Monsieur Dupont no tenía nada que ver con eso, él solo había estado de paso. Seguramente la estaba buscando porque nadie abrió la puerta,"Estúpido Gastón… si él no hubiera…". volvió a sentir ese peso en su estómago "No ... fui yo quien le contesto tan ¡agh! Yo soy la estúpida ..." ; sus pensamientos hicieron que la joven castaña se sintiera incomoda, fue incapaz de continuar con su lectura, ¿Por qué explotó de repente? ¿Enserio estaba tan ofendida? Encima fue él quien le pidió perdón.

Por fin la puerta se abrió revelando a Maurice que estaba bastante contento, traía una bolsa con lo que seguramente era el primer pago.

- ¡oh OH Bella esto es muy bueno !, creo es el fin de nuestros problemas de dinero –dijo Maurice celebrando –Ese hombre no mentía, además de la buena paga tenemos este proyecto que es bastante bueno, quisiera conocer al que hizo los planos , en verdad es un genio.

–Me alegra escucharlo Papá –contestó sin emoción.

–Pero… ¿qué tienes hija ?, te ves muy desanimada, a diferencia de esta mañana, es acaso que ¿aun tienes dudas por " Monsieur Dupont"?

–No papá. No es eso… -le costó hablar

–Entonces ¿Qué es? –Preguntó Maurice preocupado.

–Hoy le grite sin motivo a Monsieur Dupont, fui muy grosera con él –Terminó Bella

–Y él ¿fue grosero contigo? Porque si es así yo…

–No no, papá –Interrumpió –Él actuó como un caballero, y me pidió perdón, pese a que fui yo quien seguramente lo ofendió.

–Oh… bueno siendo sinceros, dudo que Alain sea de los que se ofenden por algunas palabras, seguramente ni le dio importancia a lo que pasó.

Bella se sorprendió un poco cuando su padre llamó al hombre por su primer nombre, ¿le tomo confianza tan rápido?

–Pues si crees que es lo correcto, talvez debas disculparte con él, seguramente él aceptara sin problema –reflexionó el viejo hombre –Pero mañana no vendrá a la casa, irá a encargar algunas piezas con el herrero, imagino que you will findlo allí while vas por más libros. Lo importante es que reconociste que actuaste mal y estas dispuesta a remediarlo.

–Oh papá… -Bella abrazó a su padre –me das mucho crédito.

–Ahahah, es mi trabajo después de todo –Maurice regreso el abrazo intentando calmarla como cuando era una bebé, cuando se separaron dijo –sabes, no le digas que te dije, pero… mencionó que le gusta el pie de manzana.

El abrazo de su padre la hizo sentir mejor, estaba más relajada.

- ¿Cómo hiciste que te revelara eso? Yo apenas logre que hablara ayer –preguntó divertida

–Tengo mis métodos, además de ¿qué clase de hombre no le gusta la tarta de manzana? –Dijo Maurice.

–Bueno, Monsieur Dupont no es un hombre común –Bella tenía una sonrisa esperanzadora

"–El diente de león, cuando pides un deseo tienes que soplar para que este se cumpla. "

–No es como los demás –murmuro para sí misma.


El intenso frio continuaba llegando al pueblo, las calles vacías por este motivo, todo el mundo buscando el calor de sus hogares, pero el cazador no tenía uno para calentarse, aún había bastante luz, las casas estaban iluminadas y aun con la oscuridad el pueblo se sintió vivo, un ambiente distinto al de esta madrugada.

- Monsieur … Alain –llamó una voz

Alain volteo con indiferencia, Bella ya había gritado su nombre por todo el pueblo, ya no importaba, aun ni había nacido, sus enemigos ni sabrían quién es.

- Madame Bissette, ¿Qué ocurre? - se acercó a la mujer, no sabía porque, pero Madame Bissette lo hacía sentir cómodo, como si tuviera un lugar a donde ir, como si aún tuviera un hogar.

-Nada realmente, solo agradeciéndote por lo de la mañana, como prácticamente desapareciste after of drink your water, no tuve oportunidad de darte las gracias, así que gracias por ayudar a esta anciana cansada - dijo con una sonrisa cálida.

Alain quedó perplejo por su declaración, no sabía cómo contestarle –No hay problema - respondió bastante rápido con intensión de irse.

- ¡Oh! Cierto, tengo algo para ti –La mujer corrió adentro de su tienda, la puerta se abrió solo dos segundos después, su cabeza se asomó –No te vayas a ir –Regaño, recordando como desapareció en la mañana, dejándola hablando sola.

El cazador tenía una expresión de sorpresa algo cómica, hace mucho no lo regañaban tan maternalmente, se limitó a asentir. Joanne le dio una sonrisa satisfecha y volvió a entrar a su tienda, Alain estaba parado como estatua sin temblar a pesar del frio, dos minutos después la puerta volvió a abrirse.

Joanne salió de la tienda con las manos detrás de su espalda, tenía una sonrisa traviesa como si tramara algo –Aquí… - la mujer extendió los brazos y coloco sobre su cuello lo que quería darle –Muy pronto será invierno, y gracias a ti tengo leña para dos meses, espero que al menos te guarde algo de calor.

Su mirada bajó y claramente una bufanda de lana verde oscura, casi como el chaleco, era cálida.

-No puedo recibirlo… no hice mucho en realidad –Dijo Alain.

-Oh vamos, no es un pago, es un regalo que quiero hacerte –Volvió a regañar –además son de los sobrantes del año pasado, no tengo ningún problema dándotela, la escogí para que vaya a juego con tu atuendo, sin duda el verde es tu color.

Alain no podía argumentar con ella, y en realidad le agradaba la prenda.

Joanne sin preguntar acomodo la bufanda correctamente sobre el cuello de Alain. El cazador siente el calor de inmediato, la calidez le fue agradable, tanto que cerró los ojos, sin que la costurera pudiera ver, sus labios dibujaron una sonrisa.

Alain miro a la mujer que sonreía, seguramente notó que le gustaba la bufanda –Gracias –Se limitó a decir.

-Ni lo menciones –dijo satisfecha –Por cierto, mañana necesitare ayuda con una entrega ¿podrías…

–No hay problema –Respondió con su tono habitual, terminando con su calidez anterior.

–Vamos a tener que trabajar con tu catálogo de palabras niño –Regañó divertida.


Poco después de despedirse de Joanne el cazador continúo su camino a la posada, a los pocos pasos su cuerpo comenzó a doler, los golpes de esta mañana comenzó a manifestarse, el frio no ayudo, sus músculos se entumecían y la bufanda no sería suficiente, Necesito entrar en calor y Necesito adormecer el dolor.

" vino…" fue lo primero en lo que pensó.

La taberna estaba anexa a la posada, podría tomar algo antes de ir a dormir. No solía beber, su padre nunca le enseño, de haberlo hecho su madre los hubiera matado a ambos, sin embargo cuando fue el momento ninguno estuvo allí, el tío Cesar fue quien le enseño.

La primera vez que bebió cerveza ha pasado 2 años de la muerte de su padre y la desaparición de su madre, con 18 años había regresado de "las guerras naranjas" y recién se había unido al gremio, fue en su octava misión; Por medio de una carta se reportaron avistamientos de " Brownies come hombres" en Adare, Irlanda .

Según las historias estos duendes arrugados ayudaban con las tareas del hogar, limpiaban, lavaban y fregaban, pero después de la desaparición de 35 personas, era claro que no tenían ese propósito.

El gremio los enviados a tratar con este problema, se sospechaba que estos Brownies en realidad eran espías, enviados para explorar la zona para que posteriormente su amo atacara el pueblo. Otra anomalía era su gusto por la carne humana, sus dientes eran afilados y servían para desgarrar carne, debían ser eliminados. Fue como tratar con ratas, escurridizos y difíciles de alcanzar, pero bastante debiluchos, perfectos para un novato.

Terminar con ellos fue difícil, se reproducían rápido y gran parte de la ciudad estaba infestada, usar trampas y veneno fue efectivo, casi no tuvieron que matarlos con sus cuchillos o aplastándolos, eran bastante asquerosos. Al cerciorarse de haber eliminado a todos, quemaron los cuerpos en una hoguera, dando fin a la invasión, tuvieron que quedarse un mes más debido a la sospecha de un posible ataque de su amo.

Poco después de quemarlos se encontraron fatigados y con nauseas por el olor a muerte, al tío Cesar no se le ocurrió mejor forma de relajarse que con unos tragos. Ambos fueron a una taberna local, no fue tan malo para ser la primera vez que tomaba, su tío era buena compañía, después de varias copas terminaron borrachos y comenzó a cantar esa canción tan recordada de Villanueve .

La canción hablaba del hombre más fuerte de todos y de sus increíbles hazañas, el tío Cesar siempre dijo que él había compuesto la canción, pero que un Gnomo pequeño y regordete se la había robado. Aunque a su madre no le gustara admitirlo también se sabía la letra, la escuchó un par de veces tarareándola, era muy pegajosa; a su padre no le gustaba mucho, decía que era muy exagerada con la realidad.

Los recuerdos en su cabeza ayudaron al cazador a distraerse del dolor, sus piernas ya entumecidas apenas podían mantenerlo en pie, casi arrastrando llegó al edificio.

El establecimiento parecía ser bastante viejo aun así se veía muy resistente y la nevada no significaría nada. Las dos grandes ventanas que estaban iluminadas de naranja contrastaban con la oscuridad de la noche, su techo tapizado de tejas de arcilla evitarían la entrada de la nieve y las dos grandes chimeneas que expulsaban humo, nada complicado en su infraestructura, en cambio la eficiencia para estos climas y su prominencia lo hacían destacar de los otros locales.

Sacudió la nieve de sus botas y camino al pequeño porche de madera; la música sonaba dando un ambiente alegre y despreocupado, donde la gente puede olvidar sus problemas por una noche; con esto en mente Alain caminó con pasos pesados y empujó la puerta.