Capítulo 4 "Especial: La caída de la Guardia de las Sombras" Parte 1/2

Se podía decir que el día empezó muy bien para Samael Blash, el día era claro y despejado ya que, estaban todavía en la época de verano en el reino Pica.

Pero para Samael, tuvo un mal presentimiento de lo que sucedería en el trascurso del día, estuvo toda la noche anterior mirando un cuadro en su habitación.

La foto en cuestión era de el mismo acompañada de una dama de cabellos castaños y ojos azules, a simple vistas una dama muy hermosa con rostro perfecto y figura esbeltas.

Era la foto de su amada Larissa, la única mujer que amo y sigue amando a pesar de su fallecimiento hace 5 años.

"Aunque sigan pasando los años nunca podre olvidarte". Pensó Samael al ver la foto de su difunta esposa.

Aún conserva los recuerdos cuando la conoció hace muchos años antes.

(Recuerdos del pasado)

Era ya de noche, Samael se encontraba herido debido al largo conflicto bélico entre su reino contra el reino diamante, su pelotón había sido enviado junto a otros de su generación de soldados.

Aunque era muy destacado en el área de "ataques sorpresas", en verdad subestimo mucho a los enemigos.

El costo fue las pérdidas de varios de sus compañeros y de haber recibido el ataque mágico de un mago enemigo.

Dolía como el infierno, peor logro evitar a sus perseguidores y de no ser capturados como los demás.

Pero su suerte nunca fue su fuerte y para su infortunio, fue encontrado por sus perseguidores.

Samael estaba en una enorme desventaja debido a que no tenía el suficiente mana para poder defenderse y para empeorar la situación no tenía salida o por donde esconderse, debido a que se encontraba cerca de un pequeña montaña en las fronteras con el reino trébol y diamante.

"Mira creo que encontré un mago del reino pica". Hablo un mago enemigo.

"Enserio, crees que sea el que estamos buscando hace horas". Dijo el otro mago.

"Espero que sea ese mago que nos atacó por sorpresa junto con los otros que tenemos como prisioneros". Pregunto otro.

"Espero que si, por que planeo disfrutar destrozarlo por completo". Hablo otro de los 4 magos enemigos.

Samael solo pudo gruñir y avanzar como pudo para tratar de perderlo de vista, pero como era un hombre poca suerte, fue encontrado por dichos magos y fue acorralado cerca un precipicio.

"Que bien que te encontramos". Dijo con malicia uno de los magos enemigos.

"No sabes cómo espere encontrarte para devolverte todo el daño que causaste a mis compañeros". Dijo otro mientras tenia elevado su grimorio listo para atacar.

Los otros solo tenían una sonrisa siniestra en sus rostros.

Samael solo tenía dos opciones luchaba y seria capturado y posiblemente seria torturado y llevado prisionero al reino diamante o se lanzaba por el precipicio, el cual tenía una pequeña oportunidad de sobrevivir o en el peor de los casos morir sin ser puesto como prisionero.

Samael no lo pensó más y aprovechando que se lanzaba como depredadores a una presa indefensa, Samael lanzo un hechizo para distraer a sus atacantes y para luego lanzarse hacia el precipicio. Que para su suerte era la corriente de un rio el cual se lo llevo alejando de la vista de sus perseguidores.

Samael solo cerro sus ojos y su mente esperando morir por aquella acción, pero a veces el destino tiene otros planes para uno mismo.

Cuando Samael logro abrir sus ojos no sentía más que la comodidad de una reconfortante cama y a su vez de un gran dolor en todo su ser.

"Oh, por fin despierta, le pido amablemente que se recueste, todavía está recuperando de sus heridas, es necesario descansar". Dijo la voz de una joven mujer.

Samael trataba de concentrar su mente, luego del golpe que recibió producto de haber caída de una buena altura hacia ese rio.

Pasaron unos minutos cuando logro calmarse y ver su alrededor, percatándose que se encontraba en una casa simple pero hogareña y acogedora. Al examinar un poco su nuevo entorno se percató que su grimorio estaba en una mesita de noche cerca de donde él se encontraba.

"Puedo preguntarle algo". Dijo Samael luego del silencio que se había formado, con la extraña mujer a su frente.

Aquella mujer se detuvo, en lo que hacía para luego dirigirle su atención. "Dime que se le ofrece". Dijo con simpleza sin dejar de estar en alerta ya que, aunque ayudo a dicho hombre no confiaba en él.

"¿En dónde me encuentro?". Pregunto Samael a su salvadora.

Ella suspiro con algo de cansancio, pero sin bajar la guardia, para responder. "Estas en mi casa, a las afueras del "Bosque de las Brujas", anoche cuando regresaba a mi casa te encontré flotando por la orilla del rio". Respondió aquella mujer a Samael. "Te encontré inconsciente y decidí llevarte a mi hogar para tratar tus heridas". Dijo la mujer mientras hacía elevar su grimorio. "Pero, si intentas hacer algo juro que no tendré reparos en matarte". Dijo muy seria aquella mujer mientras tenia abierto en alguna página, lista para lanzar un hechizo.

Samael entiendo la amenaza de aquella mujer, para ella el solo era un desconocido que no tenía la obligación de ayudar y que podría hacerle cualquier cosa. Peor en eso algo cursa por su mente.

"Entonces eres una Bruja". Pregunto con curiosidad, queriendo cambiar de tema.

Aquella mujer respondió la pregunta del desconocido. "Sí, soy una bruja". Dijo con simpleza pareciendo obvia la respuesta.

"Entonces si eres una bruja, ¿Qué haces fuera del "Bosque de las Brujas"?". Pregunto Samael curioso.

Ella no respondió al momento, pero luego de unos minutos decidió decir su respuesta. "No me gusta estar encerrada en ese lugar, así que me escapé y decidí vivir a las afueras del bosque". Dijo con simpleza.

Samael, comprendió que aquella pregunta era algo delicada para su salvadora, por ello decidió callar y concentrarse de cómo llegar con sus demás compatriotas del reino quienes, lo más seguro lo anda buscando.

"Lo más probable que en dos días podrás estar lo suficientemente mejor para poder volver a tu reino". Anuncio aquella mujer mientras terminaba de servir un plato de sopa caliente para ella y para su invitado.

Ella acerco el plato a la mesita alado de la cama para que él pueda comer, mientras ella también cenaba y vigilara cualquier movimiento de su invitado.

Samael solo comió la sopa y procuro no hacer algo que incomodara a su anfitriona. Pero aún tenía muchos pregunta y preocupaciones en su mente, pero solo están noche podría descansar si temer que fuera atacado o perseguido por enemigos que querían matarlo.

Aquella noche durmió un poco pero no podía relajarse ya que temía que aquella mujer quisiera hacerle algo o que podría traicionarle y entregarlo a los magos del reino "Diamante".

A la mañana siguiente, Samael había despertado algo aturdido por el cansancio de no dormir a su gusto, pero al menos podía descansar y no como antes donde tenía que estar alerta todo el tiempo.

Aquella mujer se encontraba lavando los trastes de la cena de anoche, ignorándolo por completo o al menos el intuía sobre eso.

Porque apenas ella, se percató que estaba despierto ella volvió a ponerse en guardia y con su grimorio elevando al frente de ella.

"No planeo hacerte daño solo me acabo de levantar". Dijo Samael un poco tenso.

La mujer se relajó un poco, pero prefirió estar atenta a cualquier cosa que Samael hiciera.

"Deberías descansar para que puedas irte lo más ante posible". Dijo la mujer sin rodeos ya que tenía mucha desconfianza sobre él y más que todo a los desconocidos.

Samael no dijo nada prefirió estar callado por esta vez y solo volvió a echarse en la cama y tratar de que estos dos días que le dio la mujer de plazo a que se recuperase, pasara rápido.

(Fin de los recuerdos del pasado)

Samael todavía sonrió por la forma que se conociera y de hecho ella era bien precavida y desconfiada con las personas que no conocía, Larissa siempre vivió sola y tuvo que aprender a estar en alerta en caso de ser atacada.

Pero realmente lo que hizo que se interesase en ella fue el día que la salvo.

(Recuerdos del pasado)

Había trascurrido los dos días que le dio la mujer para recuperarse, había pasado estos dos días sin entablar mucha conversación, pero al menos logro que le dijera su nombre, para poder agradecer su hospitalidad y solidaridad por haberle curado y cuidado, aunque no fuera su obligación.

Ese día que se disponía a abandonar el hogar de Larissa (así se llamaba aquella mujer), se había levantado temprano y como último favor ella le sirvió un poco de comida y empaco algo para que comiera en su camino de regreso con sus camaradas.

La despedida entre ambos fue muy seca, pero a Samael no le importaba mucho ya que suficiente era el trato que le había dado.

Cuando ya iba alejándose un poco se percató a lo lejos como un par de escobas se acercaban hacia el hogar de Larissa.

Samael al ver que aquellos magos que venía volando era del reino Diamante se puso en alerta y regreso rápido ayudar a aquella mujer que le había ayudado.

Cuando llego fue testigo como tenían rodeada a Larissa, mientras los soldados del Diamante se acercaban lentamente con malas intenciones.

"Así que te pedimos amablemente que colabores amablemente con nosotros señorita". Dijo de los magos del Diamante.

"Ya les dije que no conozco a nadie". Dijo de forma seria mientras tenía su grimorio listo para lanzar algún hechizo.

"El camino del rio sigue por esta zona y la persona que buscamos debería haber estado por estos lares". Dijo el otro mago. "Así que te pregunto, ¿Viste a este sujeto?". Pregunto el mago.

Larissa negó como respuesta, pero fue suficiente para que los magos decidieran atacarla.

"Maldita bruja te haremos hablar, Magia de Roca: Pedrada". Dijo uno de los magos, mientras lanzaba un hechizo.

Larissa logro reaccionar y esquivar el ataque, pero luego tuvo que volver a esquivar otro.

"Magia de viento: Ráfaga turbulenta". Grito el otro mago, mientras una corriente de aire era disparada hacia Larissa quien logró esquivar como pudo.

"Magia de planta: Lianas prisioneras". Dijo otro mago, quien trato de atrapar a Larissa.

Larissa logro esquivarlo y decidió contratacar con su propio hechizo. "Magia de Pesadilla: Come sueño". Dijo Larissa mientras lanzaba su hechizo.

El ataque agarro desprevenido a uno de los magos que fue afectado por hechizo que empezó a gritar de forma despavorida, mientras se agarraba la cabeza.

"AYÚDEME, POR FAVOR NO DEJE QUE SE ME ACERQUEN". Grito el mago que recibió el ataque, para después desmayarse, al punto de convulsionar, para después dejar de moverse.

Sus demás compañeros también observaron lo que sucedió a su compañero y se pusieron tensos.

"¡TU, MALDITA!". Grito el otro mago mientras lanzaba otro hechizo.

"PAGARAS POR ELLO". Grito el otro que también uso su magia.

Samael vio como ambos magos del diamante se lanzaron contra Larissa, pero ella sola usando otro hechizo.

"Magia de Pesadilla: Toque de Pesadilla". Dijo Larissa mientras de sus manos aparecía una especie de manos espectrales cuales agarraron a su atacante para desaparecer inmediatamente después de tocarlos.

Aquellos atacantes de repente cayeron de forma repentina sin señales de vida.

Samael se puso tenso al ver, como Larissa elimino a sus adversarios, pero antes de poder dirigirse a ayudarla, sintiendo como por detrás de ella una serpiente de color morado se subía desde su pierna, para luego morderla.

Larissa fue agarrada por sorpresa lo cual no pudo reaccionar tiempo y cae debilitada de espaldas al suelo.

Para que antes de que si quiera Larissa se preguntara como fue envenenada con un veneno paralizante. Hace acto de presencia otro mago del diamante que se había ocultado.

"ke, ke, ke, ke, parece que bajaste la guardia". Dijo de forma arrogante el cuarto mago.

Larissa quiso decir algo, pero incluso el veneno paralizante empezaba adormecer su lengua dejándole incapaz de hablar.

"Bueno no sé qué sucedió y como lograste matar a mis colegas, pero de todas formas tu magia es rara y creo que no servirías como un "conejillo de india" para obtener tu magia". Dijo con confianza el cuarto mago mientras se acercaba hacia Larissa.

"Bueno creo que también puedo saborearte un poco, antes de llevarte con los científicos de Diamante". Hablo el cuarto mago mientras sacaba su legua para humedecer sus labios, sabiendo de lo que iba a hacer.

Larissa trato de reaccionar con desesperación, pero sus esfuerzos fueron inútiles, ya que su cuerpo no le respondía y ahora estaba a merced de aquel mago.

Pero antes que el mago cumpliera con su cometido Samael hizo acto de presencia. "Magia de Sombras: Apuñalamiento Sombrío". Dijo de forma deliciosa Samael mientras aparecía por detrás del mago enemigo para apuñalarlo en el corazón.

"Pe...pe...ro ¿Cómo?". Se preguntó el mago mientras volteaba y observa por última vez a su asesino antes de cerrar sus ojos para siempre.

Larissa vio como ese mago que quería aprovecharse de ella, caer con algo atravesando su pecho, pero antes de poder ver el rostro de su salvador ella cayo inconsciente debido al veneno.

Samael vio como la chica Larissa se desmallaba, el cual como acto instintivo fue a ayudarla, recibiendo su estado.

Samael después de examinarla un poco para ver su estado y si el veneno estaba dañando su organismo, se percató que solo sería un efecto momentáneo y que después de dejarla descansar, ella volvería a la normalidad, por ello el decidió llevarla hacia su casa para cuidarla mejor y de paso devolver el favor que le había hecho.

(Fin del Recuerdo)

Samael sonrió de nuevo al recordar como salvo a su esposa, además que después de cuidar de ella durante todo el día después del ataque de los magos, ella intento atacarlo pensando que era parte de ese grupo de magos, pero luego Samael logra conversarla que no lo era ningún peligro y que no era parte de ese grupo de magos, las cosas se calmaron y ella le agradece por haberle cuidado después de haberse desmayado.

Samael también recuerda haberla dicho que no era nada y que también fue amable con él y por eso también le ayuda.

Por ello Samael se quedó unos días más con ella para asegurarse que aquellos magos enemigos no volvieran con refuerzo y se deshizo de los cuerpos para no dejar pistas de la ubicación del hogar de Larissa.

Luego de eso Samael se despidió de ella, pero debido a lo sucedido y como logro salvarla Larissa no quiso dejarlo ir, pero Samael recuerda lo siguiente que le había dicho en esa ocasión. "¿Quieres venir conmigo?". Pregunto el a Larissa.

Larissa no espero esta proposición y evocando una sonrisa que por primera vez está viendo.

Samael empieza derramar unas cuantas lágrimas al recordar a su Larissa.

Pero antes de seguir sumergido en sus recuerdos, es interrumpido por su sirvienta Natasha.

"Mi señor Samael, disculpe que le interrumpa, pero estoy trayendo a su hijo". Dijo la sirvienta mientras hacía pasar a Zamuel.

"Padre". Dijo Zamuel al ver a su padre desde temprano ya que normalmente nunca lo veía hasta la hora de dormir o en varias semanas.

"Hijo". Dijo Samael mientras se acercaba y abrazaba a su único hijo.

"Papa te quedaras hoy o te iras más tarde". Pregunto el infante a su padre.

"No hijo me quedare contigo un buen tiempo". Respondió Samael mientras abrazaba a su hijo.

Zamuel sonrió a su padre mientras lo abrazaba, ya que no lo veía desde hace meses salvo en algunas noches.

"Hoy estaré para ti mi hijo". Dijo Samael, prometiendo a su hijo un día de padre a hijo.

"Natasha, puedes tomarte todo el día libre e incluso avisa a los demás que puede irse a casa a ver a sus familias hoy". Hablo Samael dando la orden a su sirvienta, para que avisara a los demás.

"Como usted ordeno mi señor". Dijo Natasha a su señor mientras se retiraba del lugar para dejar a tanto a padre e hijo.

Samael miro a su hijo le dio una sonrisa antes de decir lo siguiente. "Pasaremos momento padre e hijo hoy y más tarde iremos a visitar a mama". Dijo Samael con una sonrisa para animar a su hijo.

Zamuel al escuchar que irían a visitar a su madre, no pudo evitar sonreír con alegría ya que extrañaba ir a ver a su madre.

Samael llevo a su hijo para pasar un buen día de padre e hijo, entre ellos practicaron su magia que ya se había manifestado, fueron a comer al pueblo cercano a su hogar y pasaron el resto de la tarde a visitar la tumba de difunta esposa (Madre).

Cuando menos se dieron cuenta tanto el Samael como su hijo Zamuel, vieron como empezaba a oscurecer.

"Parece que pasamos un buen día padre e hijo no Zamuel". Dijo Samael viendo a su hijo quien estaba algo casando por el ajetreo del día.

Samael sonrió la ver a su hijo cansando y procedió cargarlo y llevarlo a casa y acostarlo temprano.

Samael elevo su grimorio para usar un hechizo de teletransportación para llegar rápido a su castillo.

Cuando Samael llego a su hogar fue directo a la habitación de su menor hijo, que se encontraba en un lugar oculto al fondo de uno de los pasillos, alejada de su habitación.

Cuando termino de acostar a su hijo Samael, sintió una punzada en su pecho, como si sintiera que este sería la última vez que vería a su hijo.

Salió del cuarto de su hijo algo intranquilo, esta sensación que sentía era igual cuando murió su amada Larissa.

Se dirigió a su despacho para tranquilizarse y leer algo, pero cuando llego a su despacho se encontró con tres personas paradas en su escritorio que a su vez leía un libro que no reconoció al instante.

"QUIENES SON USTEDES". Grito Samael mientras elevaba su grimorio y se alistaba para amedrentar a los tres desconocidos.

"Parece que nuestro maestro no nos recuerda dante-onisan". Hablo uno de los desconocidos.

Samael al escuchar el nombre de Dante, se sorprendió y de la nada como el despacho se ilumino, mostrando a sus 3 alumnos los hermanos Zogratis.

"Parece que estas alegre de vernos maestro Samael". Dijo Vanica con malicia mientras mostraba una sonrisa malvada.

"Ustedes que hacen aquí". Dijo enojado Samael al ver a sus ex-alumnos.

Dante sonrió por la reacción de su ex-maestro y solo dijo lo que venía a buscar. "Lo que buscamos primero es el libro sobre rituales antiguos que tu posees". Dijo Dante con una tranquilidad que ponía nervioso a Samael ya que casi pocos sabían sobre la existencia de aquel libro que el guardaba.

"Y lo segundo". Hizo una pausa Dante antes de hablar, mientras sus hermanos dirigían su mirada hacia su maestro. "ES SU MUERTE MAESTRO". Gritaron los 3 hermanos para luego lanzarse a la batalla.