Hola a todos, aquí les traigo una nueva historia~ Espero que os guste, los personajes de Happy Tree Friends no me pertenecen, pero si la historia que cree con ellos. Aviso que los personajes están en versión humana con rasgos de animales. También informo que le he añadido omegaverse. Se agradecen comentarios y/o sugerencias.
Muchas gracias y que lo disfruten.
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CAPITULO 5 Travesía caudalosa.
Cada gota de lluvia que caía sobre ellos era como una afilada aguja que se clavaba sobre sus caras. El fuerte viento estaba creando pequeñas corrientes en la superficie del agua, pero aquello no era lo peor, sino que cada pocos pasos debían de parar para mantener el equilibro. Estaban yendo más despacio de lo planeado y cada vez la tormenta se estaba cerrando más. No sería de extrañar que en poco tiempo creciera de nuevo el nivel del agua, terminando por llegarles hasta las rodillas. Pero a pesar de todas esas adversidades no dudaban en continuar y seguir adelante.
El peliverde iba pegado al científico no solo para intentar evitar alejarse por culpa de las corrientes de aire y del agua, sino también para ayudarse mutuamente y no perder el equilibrio. Las calles estaban inundadas y cuanto más avanzaban, peor estaban. Tampoco se divisaban ninguna luz en los edificios, pero con esa tormenta daba gracias de poder ver algo, lo justo para orientarse. Al parecer esas calles que se encontraban en una zona alta de la ciudad no estaban tan poco inundadas como pensó en la casa de Sniffles. Si ahí el agua les estaba llegando por encima de los tobillos ni quería imaginarse como serían los callejones. Debian cambiar de ruta o arriesgarse, mas no pensaba tomar esa decisión solo, por esa razón estaba guiando al científico hasta un callejón bastante estrecho. Sin embargo, cuando este noto ese pequeño cambio pareció negarse en un principio a ir por allí, en parte lo comprendía, en ese callejón había ratas subidas a los cubos de basura o nadando, un olor nauseabundo reinaba en ese lugar. Por suerte las ráfagas de viento no pasaban por ahí y creaban ese agudo sonido que podía compararse con un silbido.
Esperaba que el mapache tuviera una muy buena razón para meterse en ese lugar tan asqueroso, aunque agradeció internamente el no tener que lidiar más con corrientes de aire empujándolo. Jadeando con levedad sin reaccionar a esas alimañas que siempre uso para sus experimentos. El sitio era horrible pero tal vez a Shifty le había pasado algo o era por ahí por donde tenían que ir. Igualmente, de haber sabido que irían por sitios tan asquerosos habría tomado el traje de protección de su laboratorio. Aun les quedaba la parte difícil del trayecto y solo rezaba porque la balsa hinchable que tenía fuera suficiente. ¿Dónde estaba Splendid cuando se necesitaba? Le hubiera encantado tanto el poder verle y hacer que se uniera al grupo, de seguro que no…Mejor pensado, estaban mejor así. Mirando de reojo a su ayudante dibujándose en sus labios una pequeña sonrisa, oculta tras el chubasquero. Si aparecía Splendid, posiblemente Shifty acabaría preso y sin pruebas por mucho que confiara en lo que vio en ese mensaje, no sería suficiente para salvarlo de la cárcel. Girando la cabeza para poder mirarle directamente, esperando que siguiera guiándole, pero en lugar de eso, lo que obtuvo fue un leve tirón de su mochila. Agarrándose a las bandas de la mochila, al mismo tiempo que su ceño se fruncia.
− ¿Qué demonios estás haciendo, Shifty? −Preguntando molesto intentando que este dejara de rebuscar.
− Busco el maldito ma… ¡Aquí esta! −Sacando el mapa que había guardado en una funda de plástico con la zona de las calles hasta el ayuntamiento.
Alzando una ceja dándose la vuelta para estar cara a cara con el peliverde. − ¿Por qué querías el mapa? ¿Qué es lo que pasa? −Hablando con un tono bastante serio.
− Esta lloviendo más fuerte de lo que calcule…si vamos por las calles del norte solo encontraremos rápidos y dudo que podamos llegar. –
Su cerebro había omitido el detalle de que incluso en esas calles que daban al callejón se podía ver claramente como esta avanzaba a consecuencia del viento. −Ya veo…−
Dejando que el contrario también mirase el mapa, debían de pensar con cautela. – A una mala podemos hacer que esa polilla azul aparezca y nos lleve. −Riendo levemente.
− No creo que eso sea buena idea, no lo digo porque acabes en la cárcel, sino porque si nos lleva volando a gran velocidad, posiblemente acabemos muertos a consecuencia de estas gotas de lluvia. −Si ya dolían al caer con ese viento, ni quería imaginarse como seria sentirlas a mayor velocidad.
Dejo de sonreír ante ese dato, volviendo así a mirar el mapa. −No quiero morir por mucho que esta ciudad maldita te reviva…−
− En ese caso, propongo que tomemos esta ruta. −Dijo Sniffles mientras señalaba en el mapa.
− ¡¿Qué?! ¡¿Estas loco?! ¡Es muy peligroso! ¡Te saldría mejor llamar a Splendid! – Se quejo Shifty tras haber mirado esa ruta.
− ¡No podemos hacer otra cosa! ¡Y no pienso involucrar a mi héroe favorito! ¡Este fue mi error y debo solucionarlo! −Suspirando pesadamente intentándose calmar. − Entenderé que quieras volver a casa, Shifty…−
Empezaba a odiar toda esa situación, mas se quedo pensando con una mano en su barbilla.
Al no obtener una respuesta decidió guardar el mapa en el interior de la mochila y cerrarla para irse inmediatamente de allí, cuanto menos tardaran menos peligroso seria. Entendía que el ladrón tuviera que pensarlo, a fin de cuentas, ir por la calle principal siendo seguramente un rio peligroso era como tener un boleto directo a la muerte. Pero no podían quedarse sin hacer nada, debía de arreglar su invento y estaba decidido a ello costara lo que costara. Considero que le dio el tiempo suficiente a Shifty para decidirse, no podía esperarle más. Acomodándose la mochila en la espalda mientras su cabeza no paraba de pensar en el enorme error que había cometido. Ya empezaba a sentir la culpa por crear esa máquina, si no lo hubiera hecho, nadie estaría pagando por ello. Alzando la mirada para ver las ventanas de los edificios, estaban oscuras, ninguna poseía un pequeño rayo de luz. El sonido del chapoteo se hizo presente en cuanto comenzó a caminar, sin embargo, no tardo en verse obligado a detenerse tras recibir un tirón proveniente de la mochila. Incluso tuvo que retroceder un par de pasos para evitar perder el equilibrio. Era obvio que se trataba de su ayudante, el cual intentaba retenerle. Girándose para poder verle a la cara, estaba mas que dispuesto a decirle cuatro cosas bien dichas ¿Qué no había sido suficientemente claro?
− Espera, Sniffles… −Dijo el peliverde cruzándose su mirada con la del científico. −Si vamos a seguir tu plan suicida, al salir de aquí sigue la corriente. −
Mirando a Shifty sorprendiéndose por ver compañerismo en él. − ¿Por qué…? –
− ¿Eh? –
− ¿Por qué estas empeñado en acompañarme? A tu hermano le aban…−
− Tsk. −Interrumpiéndole pues a pesar de ser difícil escucharle por aquella feroz tormenta, sabia que comentario iba hacer. −Si solo eres capaz de ver la superficie de mis actos, has fracaso como científico, Sherlock. Además, te dije que iría contigo, paso de que lo añadas al precio de la puta probeta. Así que vamos. –
Quedándose pensativo por sus palabras, ¿Acaso su ayudante abandonaba a su suerte a su hermano por algún motivo? ¿Pero qué razón podría tener para cometer tal acto? Volviéndose a centrar para seguir al muchacho y salir del callejón.
−Por cierto, Sherlock…−Volviendo a mirarle a los ojos con el ceño fruncido. – Que sepas que el llamar a Splendid no afectaría a tu orgullo idiota de alfa. Él es un héroe, esta para ayudar a la gente como tú. Pero se agradece que quieras protegerme de ser arrestado. – No era tonto y que Sniffles, siendo un gran fan del héroe no quisiera pedir ayuda a este, debía de ser por algo mas que solo el sentir de una simple culpa.
Ninguno de los dos volvió a decir nada en lo que quedaba de trayecto, para así estar centrados en por donde pisaban. El agua que corría por las calles eran tan sucias que no podía verse nada, y que tuvieran tanta corriente complicaba aun más las cosas. Incluso a pesar de todo ese temporal y vendaval se podía escuchar como un borboteo procedente de las tapas de las alcantarillas que no daban abasto. Cada paso que daban podía ser el ultimo si no iban con cuidado. Sin embargo, a medida que iban llegando a la calle principal, el agua iba subiendo cada vez más, hasta tal punto que les termino por superar la altura de las rodillas. Ahora el andar era un esfuerzo mayor en donde parecía como si alguien les empujara con la única intención de hacerlos caer, perdiéndose así en el curso de la riada. En más de una ocasión se habían visto obligados a agarrarse en cualquier farola o buzón o cualquier sitio para evitar caer. Incluso llegaron al extremo de tomar el riesgo de agarrarse entre ellos. Tentar tanto a la suerte no era lo correcto, en cualquier momento esta se acabaría y terminarían por ser llamados por la misma muerte. Y antes de que eso ocurriera el científico termino parándose sujetándose con fuerza a un tubo de desahogue de un edificio, mientras que con la otra agarro al mapache para acercarlo hasta allí. A pesar del cansancio que ambos tenían se las ingeniaron para sacar una balsa hinchable de la mochila, evitando que la corriente se la arrebatara. Aquella embarcación no era una simple balsa de plástico como las que tenían los equipos de rescate. Esta contaba con unas modificaciones que el propio Sniffles había instalado. Entre ellas, esa balsa era mucho mas estable que lo seria cualquier otra y se necesitaba mas que una simple ola en un mar picado para tirarla. Eso sin mencionar otras muchas mejoras como que enviaba la posición vía satélite.
El ojiverde estaba sorprendido por tal maravilla, de haberla tenido en sus innumerables intentos de robo a cierto pirata posiblemente habrían conseguido en más de una ocasión un grandioso botín. Pero no podía permitirse el lujo de estar pensando en eso. Sujetando la balsa para que Sniffles pudiera subir sin problemas, aunque a pesar de esas mejoras seguía siendo difícil el mantenerla quieta para evitar que fuera arrastrada. En cuanto vio la mano del científico ofreciéndole ayuda, no dudo en tomarla y agarrarse a esta con todas las fuerzas que le quedaban. Sin embargo, cuando iba a sacar del agua su ultima pierna, una rama que iba oculta en aquellas turbias aguas, le atrapo quedándose enganchado a esta. Se cayo de morros contra la balsa por ese impacto, pero por suerte no estaba solo. Sintió como Sniffles se le tiro casi encima para agarrarle de la ropa al mismo tiempo que gritaba su nombre. No obstante, eso hizo que la balsa se desestabilizara y la corriente se la llevara con fuerza, siendo ahora su pierna la que estaba siendo usada como ancla al estar atorada.
− ¡AGUANTA, SHIFTY! −Grito Sniffles tras ver como su ayudante estaba atrapado por algo.
El científico no podía quedarse solo agarrándole, tenia que sacarle de ahí antes de que algo aun peor ocurriera por culpa de la maldición de esa tediosa ciudad. Al asegurarse de que el ladrón se estaba sujetando a una de sus piernas, aprovecho el momento para avanzar y ponerse en el borde la balsa. No dudo en meter la mano en el agua a pesar de desconocer que estaba agarrando al muchacho. Pero por culpa de la corriente y el movimiento que hacia este en la balsa le era imposible llegar a la raíz del problema. Por esa razón le tomo de la pierna y tiro con fuerza. Siendo acompañado por el sonido de un trueno logro liberar a Shifty, pero eso hizo que finalmente la corriente de agua pudiera arrastrarlos en dirección a la calle principal y esta directamente al mar. En aquel instante cada segundo era de vital importancia, estaban siendo arrastrados por aguas caudalosas, pero el verdadero peligro era lo que estaban ocultaban, pues al estar en la calle hasta una boca de incendios podría hacer que tuvieran un accidente. Fue puro instinto abrazar al mapache contra su cuerpo, queriéndole proteger hasta que pudo tomar uno de los remos y tomar la iniciativa.
Que su pierna fuera liberada fue en parte un gran alivio, pero ahora que estaba abrazado al científico sabia que algo no andaba bien. Sintiendo como la piel de por encima de su tobillo ardía y escurría algo. De haber estado en otro tipo de situación estaba convencido de que Sniffles se habría percatado del agua rojiza. Tenia que aguantarse el dolor pues ahora lo importante era llegar sano y salvo a su destino para arreglar el invento del científico. Aprovecho que el contrario tomaba uno de los remos para así ocultar su pierna y hacer que esa agua rojiza se camuflara mejor con el agua turbia que entraba por el feroz curso de la riada. No era la primera vez que ocultaba que estaba herido, pues eso solo mostraba debilidad y siendo un ladrón que vivía en los barrios bajos de la ciudad, era algo que no podía permitirse. Sin demorarse más tiempo tomo el otro remo para así inmediatamente intentar guiar aquella balsa al mismo tiempo que sorteaban los peligros.
A pesar de la tormenta y la neblina que la acompañaba al estar cayendo con semejante fuerza, junto con ese feroz viento que no dejaba de soplar, se podía divisar finalmente la plaza en donde se encontraba el ayuntamiento. El cansancio estaba presente en sus rostros, pero aún no habían terminado de llegar mas ahora el resto del camino era mas relajado. En la plaza no había tanta corriente, pero si había más obstáculos que fue trayendo el agua con el transcurso del tiempo. Algunos curiosos de la ciudad se asomaban por las rendijas de las maderas que colocaron en sus ventanas. La luz en la ciudad hacia algunos días que se había ido y todos los ciudadanos intentaban sobrevivir como medianamente podía. Aun así, se podía apreciar en las nubes una estela azulada por algunos segundos antes de que un rayo apareciera y lo ocultara. Splendid debía de estar ocupándose de llevar víveres a las personas o rescatándolas poco a poco. Pero tanto el científico como el ladrón no se detuvieron, ni si quiera prestaron atención a aquellas miradas curiosas.
Avanzando lentamente mientras iban remando con cautela, hasta que llegaron a la escalera y se vieron obligados a alzar la balsa para sacarla del agua y que la corriente no se la llevara. Si Sniffles hubiera ido solo seguramente no habría podido sacarla, menos aun si tenían en cuenta que tendría que haber gastado más energías en llegar hasta allí. El tiempo en aquel lugar parecía mucho mas calmado, sin duda era el ojo de la tormenta y en la cúpula del ayuntamiento se podía divisar claramente aquel artefacto con una luz intermitente de color blanca. Mas al apoyar el pie en el suelo sintió una punzada de dolor, pero no reflejo aquel dolor, todo lo contrario, mantuvo su rostro serio y de mal humor por el cansancio. Yendo con Sniffles, dando gracias que fuera el contrario quien cargara la mochila, sino seguramente toda su actuación se habría desvanecido en cuestión de meros segundos.
A pesar de estar elevado, en la primera planta el agua llegaba por encima de los tobillos, echándose a perder toda la decoración que estuviera a ese nivel. Incluso en las paredes había alguna que otra gotera de toda la lluvia que había caído, estropeándose así la pintura de la pared e incluso cuadros históricos que difícilmente serian restaurados. Pero ambos siguieron subiendo, no había ni un alma en aquel edificio. Los pasos terminaban resonando en el lugar a medida que ascendían por las escaleras de caracol, las cuales les llevaría hasta aquella cúpula. Incluso a pesar de estar dentro del edificio se podía escuchar el sonido de la lluvia cayendo con fuerza, los truenos retumbando en el cielo y la fuerza del rio invadiendo las calles ajenas a la plaza con toda la ira de la naturaleza.
− Espera un poco, Shifty. −Dijo el peliazul tras llegar a la ultima planta e iba mirando hacia el techo en busca de algo.
Asintió con la cabeza quedándose en donde le había dicho, fue en ese momento donde aprovecho para acercarse a una silla que estaba en medio del pasillo a modo de decoración.
− ¡Aquí esta! −Exclamo Sniffles al encontrar la trampilla que llevaba arriba del todo.
El sonido de las escaleras de metal cayendo hasta que tocaron el suelo resonó en todo el pasillo. Un sonido que el peliverde aprovecho para rasgar la tela de la silla y poder vendarse rápidamente la herida.
− ¡Vamos, Shifty! ¡Sígueme! Cuanto antes acabemos de reparar mi invento, antes podremos irnos a casa –
El sonido del viento resonaba colándose por la estancia, la cual era una habitación muy pequeña y unas escaleras pequeñas entre una pared en forma de caracol para terminar de subir a la cúpula. El viento allá arriba soplaba más fuerte y las gotas de lluvia caían con tal fuerza que ya no solo era la sensación de que te clavaran una aguja, sino que parecía que te golpeaban con algo punzante y doloroso. El primero en llegar hasta la maquina que se encontraba apoyada en uno de los pilares de la cúpula, fue Sniffles. Nada más estar delante de su invento comenzó a revisarla de arriba abajo, tenia que averiguar que era lo que había pasado si todos sus cálculos matemáticos estaban correctos. Además, estaba su ayudante, quien seguramente había memorizado los planos a la perfección. Desde hacia un tiempo que se percato de la inteligencia del mayor de los gemelos ladrones. Aunque seguía pareciéndole extraño que un beta actuara como un alfa, pero eso solo significaba la cruel vida que había llevado.
Cuando logro llegar hasta arriba pudo ver al peliazul revisando aquella máquina. Parecía algo bastante simple porque tenia la apariencia de una caja metálica normal y corriente. Pero no era así pues esa "caja" era el invento de Sniffles para controlar el clima. Por tanto, simple, sabia que no era. Se acerco con cautela al no querer ser llevado por el viento en alguna oleada que este tuviera. Al ponerse al lado del científico pudo ver en su rostro como algo no marchaba bien. Miro la maquina intentando recordar los planos que había visto en el laboratorio.
− ¡MIERDA! −Grito Sniffles antes de arrojar un destornillador al suelo y sentarse en el suelo.
Su cola de mapache se había erizado ante ese grito inesperado, pero por suerte al estar mojado no se noto demasiado. − ¿Qué es lo que pasa, Sherlock? –
− ¡No me llamo Sherlock! – Mirando enfadado al muchacho hasta ver su rostro y darse cuenta de su error. −Lo siento, no estoy de humor para tus insultos. –
− ¿Insultos? −Pregunto Shifty incrédulo antes de comenzar a reír entre dientes. − ¿Todo este tiempo pensaste que era un insulto? Sniffles, Sherlock es un apodo. Así que dime, ¿Qué pasa con la maquina?
Se había extrañado de esas palabras, nunca antes nadie le había dado un apodo ¿Y por que eligió Sherlock? Ya le preguntaría en otra ocasión pues esa última pregunta le había hecho suspirar pesadamente. – Alguien la ha reprogramado…No sé cómo, pero tampoco puedo desinstalarle ese programa y que vuelva a permitirme regular el clima. –
− ¿Reprogramado? ¿Como? –
−No lo sé, tuvo que venir hasta aquí, pero me preocupa más la razón que le haya llevado a eso. – Dijo preocupado el peliazul mientras su ceño seguía fruncido.
El ladrón torció un poco el labio ante esas palabras, ¿Estaría relacionado con el robo de las joyas? No podía asegurarlo, pero parecía como si aquello hubiera sido una maniobra de distracción, aunque algo tardía si debía añadir. Acercándose a la máquina para ver si él mismo podía encontrarle una solución por muy pequeña que fuera. Con el clima en su contra intentaba ver todas esas piezas pequeñas al mismo tiempo que evitaba que todo el sistema se mojara. A saber, que pasaría si al invento se le mojaba las entrañas. Sin embargo, había algo fuera de lo normal, no dentro de la máquina, sino en la tapa de la caja. Tomándola con cuidado para examinarla mas de cerca. Pequeñas líneas se hundían más no llegaba a verlo con claridad por culpa de aquellos rayos que iluminaban el cielo de diferente forma cada vez que caían.
− Shifty, ¿Qué estas mirando? – Su cerebro buscaba una solución, pero ver a su ayudante tomando la tapa le llamo por completo la curiosidad.
−Hay algo escrito en la tapa... ¿Tienes papel y lápiz? –
Mirando con mas detenimiento notando finalmente esas líneas. −Espera. –
No comprendía que estaba pasando, ¿Acaso quien lo modifico fue tan idiota como para dejar una pista? ¿O acaso se estaba burlando de ellos? Sacando de su mochila los planos de la máquina, era el único papel que tenia disponible y dadas las circunstancias era bastante necesario en ese momento. Sin embargo, carecía de un lapicero para poder dejarle, esperaba que le pudiera servir su bolígrafo porque no había otra cosa. Intentando evitar que el papel se mojara todo lo posible, cuanta mas zona seca tuvieran, más fácil lo tendrían. Por esa razón, en cuanto le dio las cosas al mapache no dudo en usar su cuerpo para protegerle de la lluvia, llegando incluso a abrir su chubasquero para poder protegerlo más. Sin embargo, también calculo que pondría más resistencia al viento y eso no era para nada beneficioso pues podría ser derribado por este. Solo quedaba que su ayudante acabara cuanto antes para que ambos pudieran saber que era lo que estaba pasando.
El tiempo pasaba y al fondo escuchaba tenuemente el sonido del bolígrafo deslizándose por el papel. Fue en ese momento cuando una ráfaga de viento soplo con tal intensidad que tuvo que dejar de tener el chubasquero estirado. Mas eso no fue suficiente. El suelo al estar mojado, estaba resbaladizo y su equilibrio se vio afectado hasta tal punto de que se iba a caer contra el suelo. Había aceptado aquel suceso en cuestión de milisegundos, pero no conto con que Shifty evito tal caída al abrazarle y agarrarse a su ropa. Una sonrisa de alivio se dibujo en su rostro, aferrándose al ojiverde para así poder ponerse bien. Sin embargo, un tenue olor dulce llego a su nariz…
− ¡¿Estas bien, Sniffles?! −Alzo la voz el mapache antes de soltarle del abrazo.
Asintiendo con la cabeza tras escucharle. − ¡Si!¡Gracias! ¡Si no hubieras reaccionado a tiempo me habría caído! −Daba gracias también porque el contrario tuviera buenos reflejos, de haber estado con Lumpy estaba convencido de que habría muerto desde hacia mucho. − ¿Qué es lo que pone en la tapa? –
El silencio reino entre ambos, no se atrevía a contestar a esa pregunta, pero recordaba lo que paso con su celular y las palabras que Sniffles le dijo. ¿De verdad iba a poder confiar en él? Si lo pensaba detenidamente, no había tenido culpa de nada ni si quiera de ese maldito robo que le adjudicaron. Pero ese ladrón misterioso le estaba echando todas las culpas, ¿Qué clase de villano se enfada por tal éxito? Salió airoso, y aun así… Suspirando pesadamente terminando por mostrarle lo que escribió aquel sujeto en la tapa.
"¡Mis felicitaciones!
Has descubierto mi obra maestra.
Lleva ante este ridículo invento a King of criminals.
Él podrá dar con la pieza más valiosa y quitarla."
Cada palabra que leyó de esa nota hacia que se enfureciera, NADIE tocaba sus inventos y salía impune de ello. Iba hacer todo cuanto estuviera en su mano para darle caza a ese desgraciado y hacerle pagar por todo, incluyendo también que amenazara al mapache por algo que no había sido cosa suya. Sin embargo, ahora tenían un serio problema, ¿Quién era ese King of criminals? No podían irse del ayuntamiento con semejante tormenta y volver, era demasiado peligroso. Su cerebro pensaba en todas las posibilidades ignorando por unos breves minutos a su compañero. De haberle prestado atención se habría dado cuenta de que ya estaba tocando la máquina que creo. Meditando sobre el problema detenidamente, si solo debían de buscar la pieza de mayor valor, no era tan complicado. Era su invento y como tal sabia que era lo que costaba más. Dándose la vuelta para estar dispuesto a sacarla al encontrar la respuesta, pero… ¡Shifty se le había adelantado! ¡¿Cómo lo había hecho?!...Oh, cierto, era un ladrón experimentado.
− ¿Cómo sabias que era esa? −Preguntándole con curiosidad.
− ¿Eh? Pues fácil. Cualquiera pensaría que se trataría de algún componente electrónico que saliera caro. Pero cuando llevas siendo ladrón mucho tiempo, aprendes que esas cosas tienen un numero o un código de seguimiento, por tanto, no se venden en el mercado negro. –
− Entiendo. −Contestando ante esa explicación para luego apartar al peliverde y arreglar su máquina, por seguridad la apagaría por completo y la bloquearía, no quería que alguien más la tocara sin su permiso.
La luz del invento del científico cada vez le costaba más encenderse, la cual indicaba que funcionaba, hasta que finalmente se apagó. En ese último pequeño destello en medio de la oscuridad, la tormenta había comenzado a disiparse. Seguían estando aquellas nubes grises, pero poco a poco las gotas de lluvia fueron dejando de caer hasta que cayó la última, quedando simplemente esas nubes reinando en el cielo. Ni si quiera los destellos producidos por los rayos hicieron acto de presencia, ni el cielo hacia retumbar la tierra con sus potentes truenos. Lentamente el cielo se fue despejando hasta dejar ver el primer rayo de luz de aquella tarde, en donde todo aquel sufrimiento producido por la tormenta llegaba a su fin. Todo había acabado finalmente. Los ciudadanos de la ciudad lentamente salían a sus balcones o abrían las ventanas para ver aquel hermoso paisaje que la madre naturaleza estaba ofreciéndoles al volver a ser libre. No tardaron en aparecer de nuevo el canto de los pájaros mientras revoloteaban saliendo de sus escondites para disfrutar de aquel día. Sin embargo, esa fue la señal para cierta persona que se ocultaba en las sombras de la casa del científico. Aguardando pacientemente hasta que el sonido de comunicación del teléfono finalmente ceso para dar paso a una dulce voz.
− "Buenos días, aquí la policía, ¿En qué podemos ayudarle?" −
− ¡Policía! ¡He visto entrar a uno de esos ladrones en casa de Sniffles! ¡Vengan cuanto antes, por favor! –
Nada mas decir esas palabras inmediatamente colgó, no le interesaba seguir hablando con una idiota telefonista. Todo estaba saliendo acorde a su plan y una sonrisa llena de maldad volvió a aparecer en su rostro. Mirando por la ventana a ese sol que todos debían de estar adorando como si fuera lo más maravilloso del mundo. Aquel hombre se giró para acercarse hasta la mesa del comedor que compartía con el salón para así poder acariciar con suavidad y delicadeza las joyas que arduamente había robado.
− Es una pena que tengamos que despedirnos, preciosas. Pero "papa" vendrá pronto a por vosotras, solo debe asegurarse de mandar a ese incompetente de ladrón roba famas que conmigo no se juega. –
Su voz que retintineaba con toda la maldad que un corazón podría albergar, resonó por la habitación mientras se marchaba sin dejar rastro alguno, como si nunca hubiera estado allí.
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Notas de Shifty Braginski (Autor):
Finalmente, nuestros protagonistas han logrado su objetivo, pero tristemente eso ha generado más preguntas que poco a poco se irán resolviendo a lo largo de la historia.
¿Quién ese "King of criminals"? ¿Qué pasara a continuación? Les invito a seguir leyendo esta historia, la cual espero que os este gustando. Un saludo a todos, mis queridos mapachitos.
Pdt: Se me hizo tierno llamar a mis seguidores mapachitos, no somos muchos, pero cada uno de ustedes es importante para mí. Me alegra que comentéis mis historias o que las añadáis a favoritos, o que simplemente os paséis a leerlas. Me honra que estéis aquí y siempre os estaré agradecido.
Como he mencionado con anterioridad, no me pertenecen los personajes de Happy Tree Friends, pero si la historia que cree con ellos.
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