-Fin del capitulo-dijo Percy

-Creo que es hora de que los muchachos descansen-Dijo Hestia

-Me parece bien-dijo Poseidon viendo a su hijo ya queriendo pasar algo de tiempo con el

-Muy bien, cada quien se llevara a sus hijos a sus palacios-dijo Zeus

-¿Yo donde entro Lord Ju..perdon Zeus?-dijo Reyna

-Puedes quedarte conmigo cariño-dijo Afrodita

-Gracias-dijo mas por educacion que otra cosa Reyna-Por lo menos tendre a Piper conmigo-penso

Asi se fueron llendo quedando cada quien con su padre divino y en el caso de Reyna con Afrodita y Thalia al ser una cazadora y mas la teniente (aunque sea del futuro) se fue con Artemisa.

En cada palacio se iban desarrollando las cosas de diferente manera, Percy y Poseidon hablando un poco,Hades no pudiendo creer que sus hijos estuvieran ahí y tratando de sacarles informacion de sus vidas en el futuro,Ares tratando de evaluar a Frank y Frank ignorandolo solo queriendo dormir,Atenea tratando de conocer un poco a su hija para consternacion de Annabeth,Thalia contandole a Artemisa las anecdotas de su tiempo en la caza,Afrodita dandole consejos sobre como tener un pelo perfecto mientras duermes a Piper y Reyna,por ultimo Jason y Zeus donde ninguno sabia como actuar realmente entonces simplemente cada quien se fue por su lado del templo a descansar.

Al dia siguiente Hestia aparecio un comedor cerca de la sala del trono y con vista a uno de los jardines, ya una vez ahí todos desayunaron y algunos hasta cereales para felicidad de Demeter, una vez listos fueron a la sala a seguir leyendo

-¿Quién quiere leer?-pregunto Hestia

-Pasamelo hermana-dijo Demeter

Salsa con siete capas,

galletas azules con pepitas de chocolate.

Adoro a esta mujer.

-Una vez que la conoces piensas lo mismo-dijo Nico

-Sip, creo que lo he dicho pero me cae mejor que tu sesos de alga-dijo Thalia

-jaja muy graciosos cara de pino y chico zombie-les respondio Percy

Sally Jackson era una hechicera capaz de competir con Circe.

-Solo tiene vista clara Apolo-dijo Percy

-Futuro yo, no se porque pense eso- le recordo Apolo

Había transformado a Meg de una niña de la calle en una jovencita increíblemente guapa. Había restregado su cara redonda hasta dejarla limpia de suciedad. Había pulido sus gafas de ojos de gato de tal manera que los diamantes falsos resplandecían. Saltaba a la vista que la niña había insistido en quedarse sus viejas zapatillas rojas, pero llevaba unas mallas negras nuevas y un vestido hasta las rodillas de distintos tonos verdes.

-Lo puedo aprovar-dijo Afrodita

La señora Jackson había sabido mantener la antigua imagen de Meg pero la había retocado ligeramente para que fuera más adecuada. Meg poseía ahora un halo primaveral de duendecilla que me recordaba mucho a una dríade. De hecho…

-Entonces si es hija mia-dijo convencida Demeter

-Aun no la reclamas ¿Cómo estas segura?-dijo burlon Hades

-Intuicion de madre-dijo Demeter

Me embargó una repentina oleada de emoción. Contuve un sollozo.

De repente Apolo supo a que se referia su yo futuro y espero que no lo dijera

Meg hizo un mohín.

¿Tan mal estoy?

No, no —conseguí decir—. Es solo que…

«Me recuerdas a alguien», quería decir. Pero no me atreví a iniciar esa clase de conversación. Solo dos mortales me habían partido el corazón.

-No te averguences querido,puede pasar-dijo Afrodita

Después de todos los siglos que habían pasado, no podía pensar en ella ni pronunciar su nombre sin dejarme llevar por la desesperación.

Varios dioses estaban tratando de pensar en quien, mientras Jason y Nico recordaban la historia de Jacinto

No me malinterpretes. No me sentía atraído por Meg. Yo tenía dieciséis años (o cuatro mil más, dependiendo de cómo lo mirases). Ella era una niña de doce. Pero con el aspecto que tenía ahora, Meg McCaffrey podría haber sido hija de mi antiguo amor… si mi antiguo amor hubiera vivido lo bastante para tener hijos.

Era demasiado doloroso. Aparté la vista.

Bueno —dijo Sally Jackson con alegría forzada—, ¿qué tal si preparo algo de comer mientras los tres… habláis?

Lanzó a Percy una mirada de preocupación y se dirigió a la cocina, posando las manos en actitud protectora sobre su barriga de embarazada.

Meg se sentó en el borde del sofá.

Tu madre es muy normal, Percy.

-Y tan anormal el hijo- bromeo Nico

-¿Por eso no es tu tipo?-dijo Annabeth burlona-Porque el mio si-

Todos los semidioses soltaron la risa

Gracias, supongo. —El chico recogió un montón de manuales para preparar exámenes de la mesita de centro y los echó a un lado.

Veo que te gusta estudiar —comenté—. Bien hecho.

-No realmente- dijo Percy recibiendo una mirada de Annabeth de ¨tienes que estudiar mas¨

Percy resopló.

Odio estudiar. Me han asegurado el ingreso en la Universidad de la Nueva Roma con una beca completa, pero me exigen que apruebe todas las asignaturas de secundaria y que saque buena nota en la selectividad. ¿Te lo puedes creer? Y encima tengo que aprobar la PIPAS.

-En serio se llaman asi-dijo Thalia riendose

-Si Thals-dijo Jason-No se quien le puso el nombre pero no creo que lo penso tan bien-

¿La qué? —preguntó Meg.

Un examen para semidioses romanos —le expliqué—. La Prueba de Idoneidad de Poderes Abracadabrantes para Semidioses.

-Es un pesimo nombre-dijo Atenea convencida

Percy frunció el ceño.

¿Significa eso?

Si lo sabré yo… Yo escribí las partes de música y comentario de poesía.

Nunca te olvidaré por eso —dijo Percy.

-Yo tampoco-dijeron los que querian estudiar en Nueva Roma

Meg columpió los pies.

Entonces ¿eres realmente un semidiós? ¿Como yo?

Me temo que sí. —Percy se hundió en el sillón, dejando que yo me sentara en el sofá al lado de Meg—. Mi padre es el dios Poseidón. ¿Y tus padres?

Las piernas de Meg se detuvieron. Observó sus cutículas mordidas, con sus anillos de medialuna brillando en sus dedos corazón.

No los conocí… mucho.

-Aveces pasa-dijo Annabeth. Siendo jefa de cabaña y una de las campistas mas antiguas habia visto mucha clase de semidioses

Percy vaciló.

¿Hogar de acogida? ¿Padrastros?

-Los segundos son los mas comunes por lo que he escuchado de otras cabañas-dijo Piper

Me vino a la mente cierta planta, la Mimosa pudica , creada por el dios Pan. En cuanto algo toca sus hojas, la planta se cierra de forma defensiva. Parecía que Meg imitase a una mimosa, replegándose en sí misma ante las preguntas de Percy.

Percy levantó las manos.

Perdona. No quería entrometerme. —Me lanzó una mirada inquisitiva—. ¿Cómo os habéis conocido?

Le conté la historia. Es posible que exagerase mi valiente defensa contra Cade y Mikey; solo lo hice en busca del efecto narrativo, ya me entiendes.

-No serias tu si no lo hicieras-dijo Hermes

Cuando terminé, Sally Jackson volvió. Dejó un cuenco de nachos y una cazuela llena de una elaborada salsa con estratos multicolores, como la roca sedimentaria.

Voy a por los sándwiches —anunció—. Pero sobraba salsa de siete capas.

Qué rica. —Percy le metió mano con un nacho—. Es famosa por este plato, chicos.

-A todos les gusta-dijo Percy recordando como hasta alguien tan desagradable como Gabe se ponia feliz con esa salsa

-Es muy buena-concordo Annabeth

Sally le revolvió el pelo.

Tiene guacamole, nata agria, fríjoles refritos, salsa…

¿Siete capas? —Alcé la vista asombrado—. ¿Sabía que el siete es mi número sagrado? ¿Ha creado esto para mí?

-No todo gira alrededor de ti cabeza de helio-dijo Artemisa

Sally se limpió las manos en el delantal.

Bueno, en realidad, no puedo llevarme todo el mérito…

¡Es usted demasiado modesta! —Probé un poco de salsa. Sabía casi tan bien como los nachos con ambrosía—. ¡Gozará de fama inmortal por esto, Sally Jackson!

-Si lo dije lo cumplire-dijo A polo convencido

Qué amable. —Señaló la cocina—. Vuelvo enseguida.

Pronto estábamos zampando sándwiches de pavo, nachos y salsa, y bebiendo batidos de plátano. Meg comía como una ardilla, metiéndose en la boca más comida de la que podía masticar. Yo tenía la barriga llena. Nunca había sido tan feliz. Sentía un extraño deseo de encender una Xbox y echar una partida a Call of Duty .

-No serias el unico-dijo Frank

Percy —dije—, tu madre es increíble.

-Wow-dijo Poseidon, ya que Apolo casi nunca decia que alguien era ¨increible¨

Lo sé. —Se terminó su batido—. Bueno, volviendo a tu historia, ¿ahora tienes que ser el criado de Meg? Si apenas os conocéis…

«Apenas» es ser muy generoso —replicó—. Pero sí. Mi destino está ahora ligado a la joven McCaffrey.

Estamos colaborando —puntualizó Meg. Pareció paladear la palabra.

-Se ve mucha colaboracion-dijo Ares sarcastico

Percy sacó su bolígrafo del bolsillo. Le dio unos golpecitos contra la rodilla pensativamente.

Y la movida de convertirte en mortal… ¿te ha pasado ya dos veces?

No por gusto —le aseguré—. La primera vez, tuvimos una pequeña rebelión en el Olimpo. Intentamos derrocar a Zeus.

Percy recordo su platica sobre eso con Quiron cuando se disponia a partir por el rayo hace tantos años.

Percy hizo una mueca.

Supongo que no salió bien.

Naturalmente, a mí me cayó casi toda la culpa. Ah, y a tu padre, Poseidón. Los dos fuimos expulsados a la Tierra como mortales, obligados a servir a Laomedonte, el rey de Troya. Fue un amo muy duro. ¡Incluso se negó a pagarnos por nuestro trabajo!

-Era un castigo Apolo-dijo Poseidon- Hasta yo se que por eso no nos pagan-

-Pero quien diria que eres tan bueno construyendo hermano-dijo Zeus burlon

A Meg por poco se le atragantó el sándwich.

¿Tengo que pagarte?

Visualicé una imagen espeluznante de Meg McCaffrey intentando pagarme con chapas, canicas y trozos de hilo de colores.

No temas —le dije—. No te pasaré una factura. Como iba diciendo, la segunda vez que me volví mortal, Zeus se enfadó porque maté a algunosde sus cíclopes.

-Que no tenian ninguna culpa-dijo Zeus

-Tengo que concordar con el-dijo Poseidon

-Mi hijo tampoco-dijo Apolo

-Revivio gente-dijo Hades

-Se lo merecia-dijo Hera

Percy frunció el ceño.

Eso no mola, colega. Mi hermano es un cíclope.

-Tecnicamente varios de ellos-dijo Poseidon

-Oh no, para mi Tyson es mi hermno,hemos pasado varias cosas juntos-dijo Percy

-No recuerdo a ningun Tyson,asi que sera un hijo nuevo en el futuro me imagino-dijo Poseidon

-Si,tenemos mas o menos la misma edad, nos juntaste en la escuela de forma indirecta para ayudarnos mutuamente-termino Percy

¡Aquellos eran cíclopes malvados! ¡Hicieron el rayo que mató a uno de mis hijos!

Meg dio un brinco en el brazo del sofá.

¿El hermano de Percy es un cíclope? ¡Qué fuerte!

Respiré hondo, buscando mi remanso de felicidad.

En cualquier caso, estuve ligado a Admeto, el rey de Tesalia. Fue un buen amo. Me caía tan bien que hice que todas sus vacas tuvieran terneros gemelos.

¿Puedo tener yo crías de vaca? —preguntó Meg.

-No creo que salga bien eso-dijo Demeter

Bueno, Meg —contesté—, primero tendrías que tener vacas madre. Verás…

Chicos —nos interrumpió Percy—. Recapitulemos, ¿tienes que ser el criado de Meg durante…?

Una cantidad de tiempo indeterminada —respondí—. Probablemente un año. Es posible que más.

Y durante ese tiempo…

Sin duda me enfrentaré a muchas pruebas y penalidades.

-Sin duda-dijo Dionisio

Como conseguirme mis vacas —apuntó Meg.

-La niña tiene vision-dijo Hermes

Apreté los dientes.

Cuáles serán esas pruebas, todavía no lo sé. Pero si las paso y demuestro que soy digno, Zeus me perdonará y me dejará volver a ser un dios.

Percy no parecía convencido; probablemente porque yo no resultaba convincente.

-Probablemente-confirmo Percy

Tenía que creer que mi castigo mortal era temporal, como lo había sido en las dos últimas ocasiones. Y sin embargo, Zeus había dictado una regla estricta para el béisbol y las penas de cárcel: «Tres strikes , y estás eliminado». Esperaba que esa regla no se aplicase a mí.

-Ni yo lo se-dijo Zeus

Necesito tiempo para ubicarme —dije—. Cuando lleguemos al Campamento Mestizo, podré consultar a Quirón. Entonces podré averiguar qué poderes divinos conservo.

-Si aun tienes alguno-dijo Hefesto

Si es que conservas alguno —comentó Percy.

Pensemos de forma positiva.

-El positivismo no viene incluido en todas las misiones-dijo Hazel encogiendose en hombros

Percy se recostó en su sillón.

¿Tenéis idea de qué clase de espíritus os persiguen?

Bultos brillantes —contestó Meg—. Son brillantes y como… bultos.

-Creo que se que son-dijo Apolo

Percy asintió con la cabeza seriamente.

Esos son los peores.

Poco importa eso —repuse—. Sean lo que sean, tenemos que escapar. Cuando lleguemos al campamento, las fronteras mágicas me protegerán.

-Los protegeran Apolo-regaño Hestia

¿Y a mí? —preguntó Meg.

Oh, sí. A ti también.

Percy frunció el entrecejo.

Si eres realmente mortal, Apolo, o sea, cien por cien mortal, ¿podrás entrar en el Campamento Mestizo?

-Puede entrar,tal vez con un guia pero podria-dijo Atenea

La salsa de siete capas se me revolvió en el estómago.

No digas eso, por favor. Claro que entraré. Tengo que entrar.

Pero ahora podrías resultar herido en combate… —reflexionó Percy—. Por otra parte, tal vez los monstruos no te harían daño porque no eres importante.

-¿Yo no importante?-dijo Apolo como si la sola idea lo dañara

-Perdon,pero ahí eres mortal no-dijo Percy

¡Basta!

Me temblaban las manos. Bastante traumático ya era ser mortal. La idea de que me prohibiesen la entrada al campamento por no ser importante… No. Simplemente no podía ser.

Estoy seguro de que conservo algunos poderes —afirmé—. Sigo estando cañón, por ejemplo; solo me falta librarme de este acné y perder algo de grasa. ¡Debo de tener otras habilidades!

-Estar tremendo no es una habilidad Apolo-dijo Zeus

Percy se volvió hacia Meg.

¿Y tú? Tengo entendido que lanzas bolsas de basura como una campeona. ¿Tienes alguna otra aptitud que debamos saber? ¿Invocar rayos? ¿Hacer explotar lavabos?

Percy solo sonrio al recuerdo de como mojo a Clarisse y Annabeth con el agua del retrete

Meg sonrió con aire vacilante.

Eso no es un poder.

Claro que sí —dijo Percy—. Algunos de los mejores semidioses empezaron haciendo volar lavabos.

-Cuanta modestia sesos de alga-dijo Annabeth

-Tengo mis momentos listilla-dijo Percy viendola fijamente a los ojos connuna media sonrisa

-Owwww son tan tiernos-dijo Afrodita para vergüenza de la pareja

A Meg le entró la risa tonta.

No me gustaba cómo sonreía a Percy. No quería que la niña se enamorase.

-¿Otro mas?-pensaron los semidioses menos Percy

Puede que nunca saliésemos de allí. A pesar de lo mucho que me gustaba la comida de Sally Jackson —ahora venía de la cocina un olor divino a galletas haciéndose en el horno—, tenía que darme prisa en ir al campamento.

-Seria lo mejor si los estan persiguiendo-dijo Reyna

Ejem. —Me froté las manos—. ¿Cuándo podemos partir?

Percy miró el reloj de pared.

Ahora mismo, supongo. Si os están siguiendo, prefiero tener monstruos detrás que husmeando por casa.

Eres un buen hombre —aseveré.

-Gracias-dijo Percy

Percy señaló los manuales de repaso con desagrado.

Pero tengo que volver esta noche. Tengo que estudiar mucho. Las dos primeras veces que me presenté a la selectividad… Puf. Si no fuera porque Annabeth me está ayudando…

-Lo se sesos de alga-dijo Annabeth

¿Quién es esa? —preguntó Meg.

-¿Cómo que esa?-dijo Annabeth con una ceja alzada para diversion de varios

Mi novia.

Meg frunció el ceño. Me alegré de que no hubiera bolsas de basura cerca.

-Creo que yo tambien-dijo Percy-no quisiera tener que limpiar todo lo que me lance-

¡Pues tómate un descanso! —lo animé—. Tu cerebro se refrescará después de un viaje tranquilo a Long Island.

¡Eh! —exclamó Percy—. Tiene cierta lógica. Está bien. Vamos.

-Accediste muy rapido bro-dijo Jason

Se levantó justo cuando Sally Jackson entraba con una bandeja de galletas con pepitas de chocolate recién hechas. Por algún motivo, las galletas eran azules, pero tenían un olor celestial… y sé de lo que hablo. Vengo del cielo.

-Empezo como una broma-dijo Percy antes de que preguntaran- mi primer padastro dijo que no habia comida azul y bueno mamá se esforzo en hacerla de ese color porque es mi color favorito y para demostrarle que si se podia-

-Es una buena madre-estuvo de acujerdo Hera

No te asustes, mamá —dijo Percy.

Sally suspiró.

Detesto cuando dices eso.

-Seria la primera vez creo-dijo Percy

Solo voy a llevar a estos dos al campamento. Nada más. Volveré enseguida.

Creo que ya he oído eso antes.

Te lo prometo.

Sally me miró y luego miró a Meg. Su expresión se suavizó; tal vez su bondad natural pudo más que la preocupación.

De acuerdo. Tened cuidado. Me alegro de haberos conocido a los dos. Procurad no moriros, por favor.

-Cuantos animos-dijo Apolo

Percy le dio un beso en la mejilla. Alargó la mano para coger una galleta, pero ella apartó la bandeja.

Oh, no —dijo su madre—. Apolo y Meg pueden coger una, pero voy a secuestrar el resto hasta que estés en casa sano y salvo. Y date prisa, querido. Sería una lástima que Paul se las comiera todas cuando llegue.

-No es justo-dijo Percy haciendo un puchero

En eso Hestia le aparecio un plato de galletas azules solo para el

-Gracias Lady Hestia-agaradecio Percy

-No hay de que-le contesto Hestia

La expresión de Percy se tornó seria. Se volvió hacia nosotros.

¿Habéis oído eso, chicos? Una hornada de galletas depende de mí. Si hacéis que me maten camino del campamento, me cabrearé mucho.

-Percy con eso no se juega-dijo Annabeth

-Perdon,perdon-dijo Percy

-Fin del capitulo-dijo Demeter

-Sigo yo-dijo…

Notas de autor:Pues ya se que habia dicho una semana pero aproveche que no habia tarea y les dejo un capitulo doble esta semana,ojala les este gustando del capitulo anterior las hazañas de Percy trate de meter todas solo para callar a Ares y bueno poco a poco los olimpicos entre eso y lo que leen vallan dandose cuenta de lo que provocan en el mundo.

Nos vemos luego,cuidense y dejenme sus comentarios