Webcam

Narra Anna:

Me siento en la silla de mi cuarto, delante del ordenador, dispuesta a pasar otra tarde ahí. Abro Cocospy, mi aplicación favorita en la cual me paso horas metida, y busco un nuevo dispositivo para hackear.

Después de un rato finalmente veo una imagen nítida en mi pantalla. En ella se ve una chica bastante más joven que yo, de unos 16 años, muy pálida y con el pelo casi blanco, de pie en una habitación, semi desnuda, vistiendo sólo unas bragas y una camisa que le llega a los muslos. Está bailando e intuyo que tendrá música en su ordenador. La observo fijamente, viendo como de vez en cuando su camiseta se eleva unos centímetros, dejando ver sus pálidas piernas y parte de su ropa interior, y solo con eso noto como me excito. Ella sigue bailando, ajena a mi intrusión por su webcam, y yo de mientras introduzco mi mano poco a poco en mi pantalón, notando como mi excitación va creciendo de a poco.

Así paso unos 15 minutos antes de que ella se ponga un pantalón, cierre el ordenador y se vaya, para decepción mía, pero solo tengo que conectarme de nuevo cuando ella encienda el ordenador y podré volver a verla.

Pasan casi dos días enteros en los que no veo a la chica nuevamente, y eso me pone furiosa y además aún no he encontrado a nadie que me haya excitado tanto como ella lo hizo con un simple baile, por lo que estoy frustrada también a nivel sexual.

Cuando finalmente vuelvo a verla, está sentada frente a su ordenador, en la misma habitación del otro día, y solo se le ve la cabeza hasta los hombros, por lo que no puedo deleitarme con su cuerpo. Por lo poco que veo, lleva una camiseta ancha y escotada, y parece concentrada en lo que sea que tiene en la pantalla.

De repente, su cara se anima, se pone en una posición más recta y veo que empieza a hacer movimientos con la boca y con los brazos, como si hablara con alguien, por lo que intuyo que estará haciendo una videollamada con algún amiguito suyo. Como sea, me concentro en su pecho, que gracias a su nueva posición veo con mayor claridad, y cada vez que se ríe veo como su tórax se hincha, y noto cómo empiezo a sentir un cosquilleo en la zona baja del estómago. Ella habla alegremente moviendo sus manos, y sus movimientos hacen que su camiseta se vaya moviendo, y gracias a la anchura de la camiseta, uno de sus hombros se va deshaciendo de la tela, mostrando más de su piel nívea. De vez en cuando, se vuelve a colocar la blusa en su posición original, pero no sirve de nada y esta vuelve a caer. Siento que voy a explotar y finalmente bajo mi pantalón hasta mis tobillos y así gasto otra tarde en frente de mi ordenador, con mi nueva chica favorita.

Cuando finalmente cierra el ordenador, he disfrutado de 3 orgasmos, y cuando me fijo en el reloj veo que son las 8pm, por lo que decido ir a cenar algo y después proseguir con mis placeres diarios. Mientras se calientan unos fideos instantáneos pienso en la rubia, y finalmente me decido a hackear también el micrófono para poder escuchar su voz. Me la imagino suave, cálida, como un abrazo de bienvenida, y solo pensar en ella noto como nuevamente me excito. Pienso en su baile de hace 3 noches, como mostraba sus piernas, y en la piel de su cuello y hombros, cómo me gustaría poder tocarla tan solo una vez. Noto cómo mi excitación crece cada vez, y estoy cayendo en un pozo de placer, absorta del mundo exterior, aunque no me podría importar menos ya que solo ella reina mi mente ahora mismo. De repente oigo un pitido estruendoso y salto del susto, antes de caer en la cuenta que es mi cena, que ya está lista.

Tardo 20 minutos en tener listo el programa para escuchar todo lo que ella diga, solo necesito que conecte su ordenador, así que espero pacientemente a que aparezca la notificación de que su ordenador está encendido. Para cuando llega, son casi las 00:00h, y la imagen es bastante similar a la de esta tarde. Está sentada en su silla, con la misma camiseta y con un hombro desnudo, que hace que ya note la sangre en mis zonas inferiores, y tiene el pelo en una trenza, a diferencia de esta tarde que lo tenía suelto. Se acomoda en su silla y se queda quieta, esperando algo. Cuando oigo una voz, entiendo que está nuevamente en una videollamada. Subo el volumen para oírla bien, y cuando pronuncia las primeras palabras, siento que me derrito. Su voz es perfecta, mejor inclusive de lo que había imaginado, suave, tierna y con un timbre alegre.

¡Hola Jack! ¿Cómo estás? Te echo de menos. - Oigo que dice. Hace un puchero para acompañar sus palabras y siento una oleada de calor ante su expresión. Oigo una voz masculina de vuelta.

Tranquila Elsa, en dos semanas estaré allí de nuevo. -

¿Dos semanas aún? Joooo, te quiero ahora conmigo. - Vuelve a hacer ese puchero adorable, pero me obligo a mi misma a aguantar un poco antes de pasar a la acción principal. Oigo como el chico ríe.

Solo espera un poco nena, y te prometo que estaré allí cada noche abrazándote. - Siento celos inmediatamente por el chico. Él sí que puede tocarla cuando quiera, y eso hace que note una tensión subir por mi espalda, pero me relajo cuando oigo a la chica, la cual ahora sé que se llama Elsa.

¿Sólo abrazos? - Baja el tono de voz para hacer menos ruido, y se inclina levemente hacia delante. - ¿Seguro que no quieres... tocar otras cosas? - Siento que me enrojezco y me excito, y no sé qué sensación es mayor. - Te necesito Jack. - Se inclina más, dándome una vista perfecta de sus pechos cubiertos solo por su sostén. - Y te necesito ahora. - Acaba susurrando mirando fijamente a la cámara y siento que me habla directamente. En este punto estoy MUY excitada, pero me obligo a permanecer quieta un poco más.

Elsa... no sabes lo que me provocas. Espero que estés sugiriendo lo que creo porque ahora mismo necesito aliviar esta tensión. - Veo como Elsa sonríe de medio lado y susurra un leve "sí", y ahí es cuando caigo en la cuenta.

Quieren tener sexo cibernético.

Seguramente sea una mierda de persona por ir hackeando cámaras ajenas para masturbarme, pero tengo unos principios y esto claramente está fuera del límite, por lo que roja de la vergüenza cierro rápidamente el ordenador y me levanto del escritorio. Me tumbo en mi cama notando aún la molestia de la excitación, pero incapaz moralmente de levantarme y volver al ordenador.

Esa chica me encanta. En las 3 veces que la he visto puedo afirmar que me he enamorado de ella, por lo que estoy muy tentada a levantarme e ir de nuevo al ordenador, sentarme en la silla y observarla mientras se masturba y escucho sus gemidos, y solo pensar en ello siento que mi excitación roza límites a los que nunca había llegado, pero mis principios morales me impiden hacerlo, por lo que frustrada me giro en la cama, me pongo boca abajo e intento dormir, pero es imposible ignorar esta sensación entre mis piernas. Me giro nuevamente y me pongo boca arriba. Lo que no está fuera de mis límites es imaginarla, así que es lo que hago; me satisfago mientras pienso en ella tocándose en mi pantalla, y así vengo dos veces más antes de caer vencida por el sueño.

Esta chica me ha vuelto loca en 5 días. Debo encontrarla como sea.