Después de algunos días de tensión en el trabajo con tu jefe, tú mejor amiga decidió acercarse a tu lugar de trabajo. Te parecía extraño de cierto modo que se acercara en el trabajo, ya que era tu mejor amiga y podría hacerlo fuera de la oficina, pero entendías que nunca tuviera tiempo por el puesto en el que estaba.
"¡T/N!" Su voz te hizo concentrarte en ella totalmente, dejando un momento de lado la computadora mientras te acomodabas en tu asiento.
"Hey. Ah, ¿pasa algo?"
"Oh mi Dios, no puedes estarme preguntando eso enserio. ¿Es una broma?"
"Yo, eh-"
"¡Pasa todo!" Por el tono que usaba se notaba un poco molesta, así que te exaltaste cuando te tomó de los hombros y te levantó de tu asiento.
Ambas salieron al pasillo, casi nadie se quedaba en los pasillos de aquel lugar, puesto que había una enorme sala de descanso donde podías estar como empleado. Era obvio que lo preferirían en lugar de estar en el pasillo.
"¡O-oye! Suéltame... ¿Qué te pasa?"
"T/N, ¿es enserio? Mira, YO no sé que hayas hecho, pero algo hiciste para que el jefe se la pase hablando pura mierda de ti. ¿Qué hiciste tú?, ¿te burlaste de su calva? Es decir, sé que su peluquín se ve falso, pero no tienes porqué burlarte de eso, no sabes lo-"
"¿Peluquín? ¡No! Ni siquiera sabía..."
"¿Entonces? Por favor no me digas que dijiste algo de la foto de la pared."
Alzaste una ceja. Habías visto esa foto de la que hablaba y recordabas que era de un niño muy feo, pero suponías que era el hijo de tu jefe o algún familiar suyo así que preferiste no decir nada al respecto.
"No. Mira, seguro está todavía molesto porque llegué tarde y cruda. No es nada especial, seguro se le pasará."
"Oh, vaya. Hm, me parece extraño, normalmente esas cosas no le molestan tanto. Ya se habría molestado conmigo varias veces."
"Seguro es porque le gustas~" Diste una ligera risa mientras la empujaba suavemente con el codo.
Ella negó varias veces con claro asco en su rostro antes de ponerse seria, cruzarse de brazos y esperar una respuesta clara.
"Ya, enserio. Dime por qué."
"Ya te dije, porque otra cosa no me viene a la mente. Créeme, me gustaría saberlo tanto o más que tú, porque es a MÍ quien me tiene con trabajo extra innecesario."
"Pues a mí me preocupa porque soy su mano derecha. Si la trae contra ti se la va a traer contra mí sin que yo tenga la culpa."
Cerraste un momento los ojos mientras procesabas lo egoísta que había sonado eso, pero sabías que no era su intención. Abriste un poco los ojos para mirarla, dando una pequeña risa.
"Mira, seguramente está enojado porque no se esperaba eso de alguien recomendada por ti, su fiel mano derecha. Fue mí culpa, pero créeme que necesitaba esos tragos..."
"T/N, el alcoholismo nunca es la solución a los problemas, ¿por qué de pronto dices eso?"
"¿Qué? No, me refiero a que esos si que los necesitaba. Sabes que odio tomar, pero la verdad creo que fue lo único que me permitió seguir aquí de algún modo. ¿Recuerdas la fiesta a la que fuimos?"
"¿Cómo olvidarla? Esteban y yo por fin tuvimos algo de acción"
"... Bien, necesito saber eso, pero para contarte rápidamente. En la fiesta..." y comenzaste a contarle todo lo que te había pasado desde que llegaste a la ciudad, incluso trataste de explicarle qué te hacía sentir aquella curiosidad tan extraña por aquel anciano y cómo habías llegado a parar en un mundo precioso y peligroso.
Cuando terminaste de contarle todo, ella tenía una expresión que era difícil de describir y aún más de comprender.
"Oh, T/N... Ese anciano suena a qué es horrible."
"Bueno, es decir, no es atractivo, pero horrible no es la palabra que usaría."
Ella negó y te tomó de los hombros con ambas manos nuevamente, forzándote a ver la preocupación en sus ojos.
"No me refiero a lo físico. Amiga, sabes que nunca te diría que no salgas con un chico si te gusta, soy la primera en decir que el cuerpo no es en lo primero que la gente se debería de fijar. Yo me refiero a que por lo que me cuentas está lejos de ser el anciano más amable del mundo. Y... Bueno, debes estar consciente a que si vas detrás de él no vas a ser su prioridad, tiene toda una familia que no dudará en poner encima de ti, sería estúpido de tu parte soñar que serías su preocupación más grande."
Tal vez no eras la más grande, pero se preocupaba por ti. Por eso te había salvado, ¿no? Y por eso se preocupó tanto al ver tu estado después de tu traumática experiencia, y por eso se había quedado a tu lado aquella vez que estabas ebria y vulnerable, porque le importaba que no murieras, como mínimo que algo malo no te pasara. Además pasaban buenos ratos juntos.
"Bueno, N/M/A, agradezco de verdad tus consejos, y tú preocupación. Pero creo que en este punto yo conozco más a Rick. Solo somos amigos, créeme. Tampoco es como si fuésemos a follar o algo así, créeme; mucho menos algo serio."
"Bien. Más te vale que arregles entonces tus asuntos con el jefe antes de que se agarre contra mí."
"A la orden. ¿Quieres este fin de semana hacer algo? Digo, ya que estamos hablando."
"Seguro, y ahí te contaré ahora mi historia. Será mejor que volvamos antes de que el jefe note que no estamos, ¿no?"
"Tú lo has dicho" sonreíste con confianza y comenzaste a caminar tranquilamente de vuelta a tu lugar.
Después de aquella plática habían pasado un par de semanas, y tus visitas a la casa de Rick se volvieron más constantes, aunque preferías visitarle en la mañana porque su familia no estaba por ahí y evitabas pensar en las palabras de tu amiga.
Pasaban un buen rato, platicando la mayor parte del tiempo de cualquier cosa que vieras en su garaje (las cuales evitabas tocar desde tu incidente) o simplemente platicabas de lo idiota que tu jefe podía llegar a ser.
Era ridículo para ti como es que preferías pasar tu hora del almuerzo y días libres con él, a veces incluso se te olvidaba comer por estar platicando con aquel anciano de cosas que a veces ni siquiera tenían sentido para ti.
Un día de esos, después de la plática entre tu mejor amiga y tú, ella decidió acercarse a tu escritorio para comer contigo en el almuerzo, topándose así con la sorpresa de tu ausencia. Supuso que habías salido a comer, así que no hizo mucho escándalo.
Al menos no hasta que notó que esa ausencia era constante en esa hora.
Ella estaba desconcertada, así que te fue a buscar al comedor de empleados, y nada. Supuso que estarías comprando tu comida, por lo que esperó en el comedor junto con otros colegas hasta que llegaras... Pero eso jamás pasó.
No te mencionó nada hasta el sábado, donde pudo "atraparte" justo antes de que te fueras.
"T/N."
"Oh, N/M/A. ¿Qué tal?"
"Ya sabes, nada especial. ¿Preparas tus cosas?"
"Sí, para salir a comer con... Eh, Rick."
"No me digas que seguiste viendo al anciano."
"Amiga..." Suspiraste. "Sí. Sí, así es. Rick no es tan malo. Además mientras estamos solos es más espontáneo y hasta gracioso."
"Bueno, pero nunca será tan gracioso como tú buena amiga N/M/A." Tu amiga se acercó hasta ti para tomarte del brazo izquierdo mientras comenzaba a caminar.
"Oh, no. Eso jamás. Ya sabes, Rick jamás superará nuestras anécdotas como caídas que me has provocado."
"Heh, recuerdas eso..."
"Una cicatriz en la frente es difícil de olvidar, pero tienes suerte que haya sido algo que puede ocultar fácilmente mi cabello."
"De nuevo, lo siento. Íbamos tarde a clase, y en mi defensa después te la cobraste cuando compramos una soda entre las dos y la tiraste."
La idea de que comparara una caída provocada accidentalmente con un simple descuido te hizo reír, era ridículo. Pero aún así, la acompañaste hasta la cafetería para comer con ella.
Después de todo, por un día que no vieras a Rick no significaría el fin del mundo.
Cuando la hora del almuerzo estaba por terminar, te encontrabas en la oficina de tu amiga charlando un poco.
"... Incluso me ha ofrecido ir a comer a otros universos, o realidades. No sé cómo le diga él, pero aún no me fío de su pistola de portales."
"No te culpo. Aún así, el hecho de que respete tu espacio seguro me parece un gesto muy lindo, aunque es lo menos que puede hacer después de lanzarte a un mundo donde pudiste morir."
"Bueno, Rick puede tener sus momentos."
En eso se escuchó que alguien entró a la oficina, pero antes de siquiera voltearte tu amiga te hizo una pregunta.
"Rick... ¿Cómo se llamaba?"
"Sánchez, Rick Sánchez."
"T/N Sánchez no suena nada mal. ¡Hola, jefe!"
Reíste ante su comentario, volteándote finalmente para casi chocar con tu jefe, quien solo te miró con los ojos entrecerrados.
"Ho-hola, jefe. Lo siento, ya me iba."
"T/N..." Dijo tu nombre a modo de saludo, lo cual más bien te provocó un escalofrío por su forma de decirlo. Te despediste y volviste a su oficina.
Seguido de ese incómodo encuentro que parecía tan trivial, toda tu vida cambió.
El domingo después a ese día era tu día de descanso, por lo que pudiste dormir una hora más de lo habitual y al despertar tu rutina fue calmada y hasta placentera. Al menos hasta que escuchaste le insistente timbre en la puerta.
Al abrir solamente notaste por una fracción de segundo a Rick a lo lejos en su Garaje, pero pronto estabas nuevamente dentro de tu casa gracias al empujón que te dio tu amiga para entrar.
"T/N, no podía esperar para verte."
"Ya veo, tanto así que ni siquiera llamaste para que me pusiera sostén."
"Oye, si el busto es encantador, llévalo sin sujetador, ¿no?"
"... Supongo. ¿Qué pasa? Es domingo, pensé que descansarías. ¿Qué haces despierta tan temprano?, ¿tiene que ver con el trabajo?"
Tu amiga se te quedó viendo unos segundos mientras su mente viajaba a un recuerdo del día anterior.
*ANALEPSIS*
"Rick Hijo de Puta Sánchez, ¿eh? ¡¿Cuánto tiempo lo has sabido?!" Preguntaba el jefe a tu amiga mientras golpeaba el escritorio.
"S-Señor, yo ni siquiera sé de lo que me habla."
"Oh, mi querida N/M/A. Eres una de mis empleadas de más confianza, pero esa confianza... ¿De qué me sirve si tú no me cuentas qué sucede en tu vida?"
"Lo veo innecesario. Sobre todo porque ese "Rick Sánchez" no es parte de mi vida, sino de la de T/N. Debería preguntarle a ella por él."
"Lo veo innecesario porque para eso te tengo a ti. Evita que T/N vea a Rick en lo que armo un plan de contingencia, si tanto quieres a tu amiga debes de saber que Rick Sánchez es peligroso. ¡Pero ni una palabra de esto a tu amiguita! No sabemos cómo haya jugado Rick con su pobre cabeza."
*FIN DE LA ANALEPSIS*
"No tiene nada que ver con trabajo." Mencionaba tu amiga mientras parecía salir de su pequeño trance.
"Entonces..."
"T/N, eres mi mejor amiga, y desde la fiesta no hemos pasado tiempo juntas. En el trabajo porque es trabajo, en las horas libres porque me cambias por Rick. ¿Y nuestro tiempo juntas donde queda?"
Sonreíste ante sus palabras, incluso reíste un poco mientras negabas. Ante ti solamente era tu vieja amiga queriendo pasar el rato juntas.
"Bueno, entonces deja me cambio y vamos a desayunar. "
"¡Genial! Hay una cafetería a la que te he querido llevar desde que supe que te mudarías."
Al poco rato salieron ambas de tu casa, momento en el cual volviste a ver a Rick a lo lejos mientras te subías a tu coche. Sonreíste al verlo, levantando tu mano para saludarle, y él hacía el mismo gesto con una sonrisa tranquila, hasta que la breve interacción se vio interrumpida por tu mejor amiga.
"¡Vamos! Tienes que probar los mantecados de bayas y se acaban muy rápido." Ella tomó la mano que levantabas para jalarte de nuevo en dirección al automóvil.
"Ya voy, ya voy. Deben ser muy buenos para que te pongas así." Subiste a tu auto, dándole la espalda a Rick. Tú ni siquiera lo notaste, pero la expresión de aquel anciano con cabello tan alocado cambió al ver la actitud de tu amiga, bajando la mano poco a poco mientras fruncía un poco el entrecejo, volviendo la atención hacia su nieto.
"... Bueno Rick, ya vámonos de una vez. Tengo que volver para mi examen."
"¿De qué podría ser tu examen, Morty? Cualquier cosa que quieran evaluar n-no tendr-urph-á importancia si planean preguntarte cosas q-qué evidentemente no importa aprender. Por eso, por eso tú cerebro las olvida, sabe que no importa que te aprendas de memoria pasos a realizar si no comprendes en su totali-urph-da—d e-el proceso. Y para colmo toda esa tortura p-por un mísero papel, Morty. U-un papel que so-solo dice: así es, me uní al sistema, perras. A-Ahora cójanme como les plazca."
"Rick, lo que dices ni siquiera tiene sentido. T-tú-tú no sabes lo importante que es ese maldito papel para gente que-que realmente quiere ser de provecho e-en una sociedad funcional, te-tener un trabajo y familia y-y no buscar problemas con alienígenas cada cinco minutos so-so-solo porque puedes." Morty se veía irritado, odiaba que su abuelo quisiera pensar que era cool solo porque se reflejaba como un anarquista.
"Pfft, ni siquiera estudiaste para ese examen, ¿verdad?"
"No." El menor de pronto se vio desmotivado, entrando simplemente al portal que lanzó su abuelo mientras él cerraba la puerta del garaje.
Tú por otro lado solo pudiste captar una característica luz verde por el retrovisor del auto mientras tú amiga ponía su música.
El resto del día fue fantástico, solo tu amiga y tú viviendo el sueño de cualquier joven de su edad al estar con sus amigos. Comieron, pasearon un rato por el centro comercial y se pusieron al día con sus vidas.
Simplemente fue perfecto.
Esa era tu vida, libre de preocupaciones, normal y muy simple.
¿Por qué no podía quedarse así para siempre?
Una pequeña rutina fácil de seguir, con personas tan pintorescas como tu amiga o tu familia, uno que otro placer culposo.
Sin universos paralelos, o al menos sin ser consciente de ellos; sin ancianos pedantes con nietas neuróticas, sin ciencia-ficción en la vida real que produjeran eventos en los cuales terminaras en el estómago de algún bicho Inter-dimensional.
Es una buena vida para aprender a vivirla, ¿no?
Para el final del día terminaste muy cansada, solo llegaste a casa para recostarte en tu cama y caer rendida en un profundo sueño a los pocos minutos.
A la mañana siguiente solamente tendrías que levantarte para seguir un simple plan.
¿Pero porqué no podía mantenerse siempre así? Solo… Simple.
Las semanas siguientes, tu amiga estaba pegada a ti casi 24/7, en el almuerzo no te dejaba salir, incluso ella te pagaba la comida de la cafetería, lo que se volvió la principal razón para no negarte a quedarte a almorzar con ella.
Después, saliendo del trabajo te invitaba nuevamente a comer a los lugares más exclusivos de la zona, lo que te tentaba lo suficiente para ir con ella y terminar pasando toda la tarde y hasta a veces parte de la noche juntas, lo que desembocaba que terminaras desvelándote haciendo pendientes de oficina para el día siguiente y te dejaba tan agotada como para intentar ver a tu particular vecino.
Claro que pasar tiempo con tu mejor amiga era fenomenal y el pasar años apartada la una de la otra había provocado un montón de historias que no se habían contado, pequeñas trivialidades que provocaban que la plática muchas veces terminara en risas, pero también sentías que su repentino e insistente interés por pasar tiempo contigo te asfixiaba poco a poco.
Era tu mejor amiga, aquella que te había visto hablar dormida y a la cual le tapaste el baño más de una vez, no podías simplemente hacerle un desplante por miedo a que reaccionara mal. Su amistad lo era todo para ti, eran casi hermanas, pero aún con todo eso seguías siendo un individuo y necesitabas tu tiempo para relacionarte con más gente, fuera Rick o no.
Las semanas se transformaron en meses sin que lo notaras, incluso llegaste a extrañar a la peculiar adolescente pelirroja que propuso tu asesinato como tema de discusión en una comida familiar.
¿Qué diablos? Extrañabas al agradable desconocido que era tan ajeno a su realidad, estabas muy segura de que podría ser más interesante que las pláticas en las que tu mejor amiga te involucraba con desconocidos presumidos que parecían obligados a ligarte.
Uno de esos días que saliste a comer con tu amiga estabas perdida en la conversación cuando te diste cuenta del precio de una mísera botella de agua.
"... E-Espera un momento, ¿20 dólares? Esta mierda vale más que los zapatos que traigo puestos. N/M/A, ¿cómo puedes pagar esto? Me refiero a... ¿De cuántos dígitos es tu maldito sueldo?"
Las primeras veces que habían salido a comer, antes que se les unieran constantemente chicos desconocidos, insististe en pagar por tu comida con tu dinero, pero una vez tu amiga se puso tan dramática que te hizo sentir mal, por lo que mejor la dejaste pagar y después se volvió costumbre dejarla pagar por más barato que fuera lo que pedías.
"Ay, T/N, ¿eso qué importa? Somos jóvenes y bellas, nos merecemos esto y más. ¿O no, Hank?" Tú amiga chocó ligeramente su copa con la del sujeto sentado a tu lado.
"Ambas son preciosas, sobretodo tú, Tiburcia." Dijo mirándote.
Rodaste los ojos.
¿Cuándo había sido que tu amiga se había vuelto una versión malograda de Tinder?
Los chicos podían estar interesados en ti en mayor o menor medida, pero a ti simplemente no te interesaban.
Claro, algunos eran muy guapos y tenían sonrisas perfectas adornando sus rostros, cuerpos de Adonis y voces que volverían locas a muchas mujeres, pero tras algunos minutos de charla te dabas cuenta que realmente estaban vacíos y eran carentes de personalidad, y los pocos que te llegaron a atrapar en platicas amenas e interesantes terminaban preguntándote por el teléfono de tu amiga en lugar del tuyo.
Para ese punto de la cena y tras unos segundos de preguntarte a ti misma qué malas decisiones habías tomado para terminar ahí, te levantaste de tu lugar mientras tomabas tu bolso, disculpándote con tus acompañantes para ir al baño.
"Mierda." Dijiste en voz baja una vez te viste en el espejo.
¿Qué estaba mal contigo?
Muchas chicas de tu edad seguro disfrutarían de estar en tu lugar, viviendo la vida en restaurantes exclusivos y lujosos de manera gratuita, conociendo casi a diario a chicos guapos con los cuales echar un polvo o intentar algo, equilibrando la vida social con la laboral.
Pero aquella vida de Sugar Baby patrocinada por tu mejor amiga se sentía vacía y falsa desde que habías dejado de lado a aquel particular sujeto que despertaba un interés especial en ti.
Sí, tal vez era un anciano alcohólico pretencioso, y eran aquellos complementos que conformaban su personalidad lo que causaba que fuera como un imán para ti, uno muy potente.
¿En qué momento lo dejaste de lado?
Analizabas toda la situación cuando notaste que el comportamiento de tu amiga, más que demostrar celos o un cuidado repentino y desmedido hacia tu vida, era extraño. La conocías muy bien y ella jamás haría algo así.
Volviste a la mesa a los pocos minutos.
"Lo lamento mucho, amiga." Llevabas tu teléfono en la mano para que tu próxima mentira se viera creíble. "Me tengo que ir, mamá me habló y dijo que Ruffles está enfermo."
"Dios Santo, T/N. Déjame voy conti-"
"¡No! E-es decir, tengo que ir por un medicamento a la veterinaria y mandarlo a casa, trámites aburridos y largos. Te veo mañana en el trabajo. Adiós, John."
"Soy Hank."
"¿A quién le importa?" Respondiste y te fuiste rápidamente antes de que a tu amiga se le ocurriera ir contigo.
Mientras caminabas apresurada por la calle, pensabas a qué lugar podrías ir sin que tu amiga te siguiera, pues necesitabas estar sola para descansar de su agradable pero fastidiosa compañía. Lo único que te sacó de tus pensamientos fue una gota de agua que cayó en tu mejilla, seguida de otra en tu cabeza, y otra.
Pediste un taxi lo más rápido posible y le diste la dirección de tu casa mientras rogabas que no estuviera ahí tu amiga al llegar. Sería ridículo, aún tenía que pagar la cuenta.
Ya cuando estabas llegando a tu casa, le pediste al taxista que se detuviera frente a la casa de los Smith, pagaste y fuiste corriendo debajo de la intensa lluvia a tocar a la puerta.
"Ugh, eres tú. ¿Qué quieres?"
Al ver ahí a la chica sonreíste casi de manera inconsciente.
"Ahhhh... Abuelo Rick, es para ti."
Volviste en ti misma al ver a Rick asomarse desde dentro de la casa.
"Oh, eres tú. ¿Qué-Qué pasa? Mierda, estás mojada."
"Eh, cierto. ¿Puedo pasar?" Rick parpadeó antes de darte el paso.
Al escuchar tu voz, Beth fue a asomarse, sonriendo claramente incómoda.
"T/N. Eres tú, y estás... Mojada. Bien, no importa, yo limpiaré aquí. Adelante, siéntete como en casa."
"Gracias, en realidad, ah, Rick. ¿Podríamos hablar en... Privado?" Volteaste a verlo, notando que ya se encontraba tomando de su licorera. Al sentir tu mirada sobre él enseguida dejó de beber y guardó el envase metálico en su bata mientras con su cabeza apuntaba para indicar que lo siguieras a otra habitación.
Al llegar a la cochera sentiste por primera vez algo de frío y te diste cuenta que realmente estabas empapada.
"¿Qué haces aquí?" Rick fue directo al grano mientras tú cruzabas tus brazos en un intento de guardar calor y ocultar tu sostén fucsia bajo la blusa rosa que habías llevado al trabajo.
"Y-Yo no... No sé."
"Pensa-urph-ba que te la pasabas bien c-con la chica que viene por ti."
"Ah... Ella es mi mejor amiga. Rick, no fue mi intención dejarte de hablar y-"
"¡MAMÁ!, ¡Morty no me deja ver la televisión!"
"E-Estoy-Estoy viendo algo, Summer. Ta-Tal vez si esperas a que terminara."
"¡Santo cielo!, ¡Si quieres enterarte del clima ve tu maldito celular como cualquier adolescente normal en pleno 2021!"
A pesar que estuviera en el garaje se escuchaban perfectamente los gritos de los nietos de Rick bastante fuertes.
Luego la voz de Beth se unió a la discusión.
"¡Niños!, ¡¿No pueden estar en paz por solo 5 minutos?!"
Entrecerraste los ojos un poco mientras mirabas a la puerta, pero al escuchar un sonido que te había dejado un buen trauma enseguida regresaste tú atención a Rick.
Al verle cara a cara solo el verde neón iluminaba su rostro arrugado junto a la habitación gracias al portal que recién había abierto en el piso.
Por unos segundos en tu cabeza solamente se escuchó el latir de tu corazón a mil por hora, agregándose un grito, el cual se intensificó cuando él extendió su mano hacia ti desde el otro lado del portal.
Pasaste saliva y tomaste su mano, sintiendo que reafirmó enseguida el agarre antes que ambos saltaran dentro del portal.
Tus ojos se cerraron, esperando lo peor hasta que sentiste un agradable aroma.
"Abre los ojos, T/N. Ugh, po-por esto es que no puede la maldita raza humana progresar y-y-y procesar este tipo de viajes."
Al abrir los ojos te sorprendiste con tan bello paisaje a su alrededor, estaban justo en el atardecer de otro planeta que nuevamente para ti era desconocido, pero ahora Rick estaba ahí para protegerte desde el inicio.
"Es hermoso, ¿a dónde nos trajiste?" Miraste a Rick desde tu altura, aún sin soltar su mano.
"E-Es solo un planeta donde vengo a cagar tranquilo, pero supongo que -urph- el que estés aquí un rato no será molestia." Tu mirada cambió a una de desagrado hasta transformarse en extrañeza. Mejor no hubieras preguntado. "Bien," soltó tu mano "sígueme."
Su caminata comenzó de manera tranquila por el lugar mientras tus pies comenzaron a caminar tras él como un fiel cachorro.
"Bueno, es... Lindo."
"Lo sé. B-Bien, ¿qué hacías en la casa de mi hija? Pensé que estabas muy ocupada con tu propia vida."
"Cierto. Bueno, en realidad quería antes que todo... Disculparme por simplemente dejarte de lado. No fue ni siquiera educado de mi parte, no me di cuenta cuando pasó todo. Le conté a mi mejor amiga de ti, porque me preguntó a dónde iba cuando me retiraba en mi hora de almuerzo, y ella me advirtió... Cosas; la extrañaba mucho, ha sido mi mejor amiga desde que tengo memoria y..." sin darte cuenta, comenzaste a contarle el porqué de tu ocasional distanciamiento.
Poco a poco ibas revelando junto con toda tu historia tus preocupaciones hacia tu mejor amiga.
Era normal y hasta sano que se preocupara por ti, en una amistad aquello era parte de la relación, pero la manera en la que lo hizo te hizo sentir extraña, como si incluso no la conocieras.
Viste como la mirada de Rick eventualmente se convertía de una mirada desinteresada a una con total atención, incluso paró su caminata para verte directamente.
"Dios, T/N, ¿qué-qué carajo le pasa a tu amiga? Hasta da escalofríos."
"Te juro que no es así, al menos no normalmente. ¡Y luego estaba ese... Maldito Hank!"
"... ¿Cómo era él?"
"¿Qué?"
"¿Cómo era él? ¡Mald-urph-ita sea! Su-su-su cara, rostro, actitud. ¡Lo que sea! ¡S-Solo intento darte retroalimentación! Así funciona la comunicación, sino s-solo estarías haciendo un aburrido monólogo."
"Tranquilo. Bueno, él era... Alto, más que yo; y tenía una complexión similar a la de Henry Cavill. ¿Si sabes quién?"
"Oh, Henry Cavill es hermoso."
"¡Lo sé! Pero en rostro no era para nada como él, su cara era más bien promedio. Ya sabes, nada destacable."
Perfectamente notaste cómo Rick sonreía con serenidad, como si le calmara saber que "Hank" no tenía oportunidad contigo.
"... ¿Y cómo dices que tú amiga te consiguió el empleo?"
"Es la secretaria del jefe, supongo que le dio buenas referencias de mí."
"Ya veo. Hey, uh, ¿no te resfriarás? Estabas empapada hace-urph-e rato y ahora casi estás seca."
"Supongo que no tienes ropa de mi talla, y yo me niego a dejarte verme en interiores de nuevo."
Reíste un poco, aunque él terminó rodando los ojos.
"Me haces sonar como un depravado, T/N. La-la próxima vez que te aho-urph-ogues en alcohol, recuérdame dejarte morir en tu propio vómito."
"Por Dios, deberías buscar que es el sentido del humor y conseguirte uno."
"Mira quién habla, debes creerte Señorita Comedia."
"¿Ya vas a empezar?"
"Solo quítate la ropa. Con lo mojada que estabas realmente no dejaste mucho a la imaginación."
"No es como que en ese rato que no me viste me haya salido nada nuevo."
"Si... L-lo noté."
Suspiraste y comenzaste a quitarte la ropa, quedándote en interiores mientras el templado viento del lugar golpeaba tu piel de manera suave.
Rick indicó que le siguieras nuevamente, lo que hiciste sin pensarlo mucho. No es como que tuvieras la mejor autoestima del mundo, pero te sentías tan cómoda con Rick para ese punto que incluso era emocionante que te viera así, aunque aquella emoción se calmó cuando se sacó una manta de la nada y te la dio.
Suspiraste y la pusiste alrededor de ti, sintiendo más calor mientras te sentabas en el suelo del lugar.
"... Rick." Volteó a verte, suspirando y sentándose a tu lado mientras su mirada viajaba a todos lados menos a ti. "¿Sabes? Antes de que te dejara de hablar, mi amiga dijo algunas cosas y... ¿Realmente soy importante para ti?"
"Eres... Agradable, supongo. Inmadura, suficientemente tonta para no saber qué es bueno para ti," Si así fuera, ya te habrías alejado de él. Lo sabías, pero no querías alejarte. "pero es normal para alguien de tu edad."
"Bonita forma de halagar a la gente. Me sorprende que estés solo a tu edad con lo carismático que llegas a ser."
"Deja el sarcasmo, Daria región 4. Ve-velo así, si no me importaras te habría abandonado en aquel estúpido planeta d-de colores chillones. -Urph- Es fácil para mí hacer eso."
"... Gracias."
Penaste un poco sus palabras, sonriendo suavemente mientras procesabas lo que te había dicho. No sabías a qué se refería exactamente, pero creías que tenía razón en algo: él pudo abandonarte.
Después ambos sólo admiraron el horizonte que aquel lugar les mostraba y no volviste a la tierra hasta la mañana siguiente.
Entraste a tu casa acompañada de Rick, envuelta en la manta que te había dado, aunque debajo tenías tu ropa ya seca. No querías que te hubieran arrestado Justo frente a tu casa en interiores, aunque Rick insistió varias veces en que podría abrir el portal directo dentro de tu casa, pero el simple hecho de pensar que la máquina fallara y terminara llevándose tu alfombra favorita a otro planeta te incomodó increíblemente.
Fuiste a darte un baño, dejando al anciano rondar por tu casa tranquilamente si así lo deseaba, pero al volver ya aseada solo lo viste con un par de cervezas en tu sofá.
"Te quedaste sin cerve-urph-eza. Deberías comprar algo que no sea "light", engordarás de todos modos."
"Eso... No era mío." Dijiste mientras te dirigías tranquilamente a la cocina para ir a ver qué podrías desayunar, encontrándote con el triste escenario de que ya no tenías comida. Pensabas en lo ridículo que era que no te hubieses dado cuenta antes, aunque era lógico ya que tu amiga te había estado pagando las comidas. Te encontrabas inmersa pensando en todo lo que te hacía falta en el frigorífico cuando la vibración de tu celular te sacó del transe.
"Tu porquería está sonando."
"Oye, me costó conseguir mi pobre teléfono como para que le digas porquería." Te acercaste a tu celular para tomarlo entre tus manos y ver quien llamaba, pero al ver que era tu amiga decidiste mejor ignorar la llamada. "Rick, tengo que ir a hacer unas compras, ¿vienes?"
"Ugh. Tengo que ir a ver a mis nietos, pero..."
"Por favor, será rápido, además por la hora seguro ya entraron a la escuela."
"Pfft, está bien. Pero que sea rápido." Viste su cuerpo levantarse del sillón y sonreíste. No esperabas una respuesta tan positiva de su parte.
Después de algunos minutos, saliste junto con él y el carrito de compras lleno, bastante emocionada de las ofertas que habías encontrado.
"No puedo creerlo, 4 litros de yogurt por tan poco. Deben estar bromeando." Apuntaste a tu ticket de compra mientras caminabas a tu auto y Rick empujaba el carrito.
"Se vence en 4 días, T/N."
"... Bueno, tengo yogurt para desayunar y cenar por un rato. Oye, ¿vamos a desayunar? Anda, yo invito."
"Para eso tienes el yogurt, ¿no? Pensé que tendrías que ir al trabajo." Se detuvieron ambos en la parte trasera de tu coche, pero Rick se cruzó de brazos para verte.
"Ya es hora del almuerzo, creo que ya no iré hoy. Vamos, vas a aventuras a otros planetas, desayunar en un restaurante no es un reto."
"Bueno, la comida gratis jamás se rechaza. A menos que venga de tu mayor enemigo, T/N. N-nun-nunca ace-urph-eptes comida de tu mayor enemigo, T/N." Rick tomó tu hombro más cercano y comenzó a moverte de un lado al otro, lo que te hizo sonreír con extrañeza.
"Heh, sí, creo que solo un idiota haría eso, ¿sabes?" Ambos sabían que solo querías evitar a tu mejor amiga y su actitud asfixiante que había tomado últimamente, pero ninguno hablaría del tema. Al menos ninguno quería ya hablarlo.
Después de ir a dejar las compras a tu casa y guardar lo esencial, llevaste al mayor a la plaza comercial donde varios colegas de la empresa iban a almorzar. Nunca habías ido, pero sabías en base a sus experiencias que el lugar ofrecía comida rica, variada y barata, así que llevar a Rick ahí te parecía buena idea.
Después de un buen rato escogiendo, finalmente ambos estaban comiendo en una mesa cercana a un ventanal que ofrecía el centro comercial en el área de comida.
"Mierd-urph-a, esa chica no se callaba. Elegí el combo más grande y no se callaba. ¿C-cu-cuál diferencia ves entre este vaso y el extra grande?"
"Bueno, no importa si eliges el extra grande si te lo van a llenar de hielos hasta la mitad. Además el tamaño no importa..." Rick alzó su uni-ceja y te miró con una sonrisa que hasta el momento no habías visto en su rostro, lo que te hizo sonrojar y tratar de completar tu frase para no sentirte tan nerviosa. "L-lo que importa es que de todas maneras te va a dar diabetes si consumes mucha soda, haha. Eh..."
"Bueno, no. El tamaño no importa, pero creo que nunca he decepcionado a una mujer."
Oficialmente estabas gritando nuevamente en tu cabeza. ¿Qué podías responder a eso? Solo sentías que tu cara ardía y estabas bastante segura que eso le agradaba a Rick Sánchez por cómo te miraba.
"¿T/N?" Aquella voz te hizo rogar que la tierra te comiera ahí mismo, no podías creer que ni así te libraras de ella. "Amiga, me preocupaste mucho. No llegaste al trabajo, no contestabas mis llamadas y vengo con unos colegas y tú estás de lo más tranquila con... Quien supongo debe ser Rick Sánchez." Para nada te gustó como se cruzaba de brazos y lo miraba con molestia, ¿qué derecho tenía?
"Y por lo irritante que suenas, tú debes ser N/M/A."
"Ah... Heh, déjenme los presento formalmente." Carraspeaste en espera de parecer lo menos incómoda que te fuera posible con la situación. "N/M/A, él es Rick Sánchez. Rick, ella es mi mejor amiga, N/M/A. La... Amiga del jefe."
"Querrás decir la perra del jefe." Dijo Rick mientras miraba a tu amiga con desinterés.
"¿Disculpa?" Tu amiga cambió de molesta a desconcertada.
"¡Rick! Ah-heh. No le hagas caso. Rick es todo un bromista. Ja-Ja, Rick." Le diste una ligera patada debajo de la mesa con molestia antes de ver a tu mejor amiga.
"Ja-Ja, nena." Él también te vio con molestia, esa patada no le gustó.
"Ah... Hah... Bueno. T/N, ¿crees que podamos hablar a... Solas?"
"¿No has tenido suficie-urph-ente tiempo a solas c-con ella? Ya admite que te gusta, te dará menos problemas." Rick se dirigió esta vez a tu mejor amiga.
"Ah, ¿o sea que una amistad sana entre mujeres no puede existir sin tener que haber atracción entre ellas?" Tú mejor amiga no se iba a quedar callada, por supuesto.
"¿Sana? Niña, obligar a que tu mejor amiga conozca patanes sin preguntarle primero es TOOOODO menos sano. ¿Q-Qué querías?, ¿hacerla odiar a los hombres y luego llegarle?"
"¡Ha! Si quisiera que odiara a los hombres entonces la dejaría en tus garras. ¿A quién quieres engañar, viejo ridículo? Seguro solo quieres engatusar a jovencitas para sentirte joven."
"¡Oh-Ho! La-la última-urph-a vez que pregunté, T/N era mayor de edad, puede tomar sus decisiones de con quién desperdiciar este chiste mal contado llamado vida."
"¿La última vez que preguntaste?, ¿qué tal si ahora te dice otro número? ¡Ni siquiera sabes si eso es verdad!"
"Oh, claro, ¿qué tal si me dice 23? ¡Los números solo pueden aumentar, qué miedo! ¡A-A-alguien llame al puto FBI!"
Tus ojos estaban bien abiertos mientras los veías discutir, pero no pasó mucho para que te colmaran la paciencia mientras escuchabas murmullos a su alrededor.
"¡BASTA! Los dos. Amiga, hablemos a solas." Tomaste el brazo más cercano de tu amiga mientras te levantabas para ir a un lugar alejado de la mesa de Rick. "¿De qué quieres hablar precisamente?" Comenzaste, sabiendo que se aproximaba alguna clase de sermón.
"Bueno, pasan muchas cosas. Pero la principal es, ¿por qué sigues con él? Creo que ya habíamos dejado en claro que no le vas a importar jamás como tú tal vez quieres. Se nota que es un hombre malo, tan solo míralo. Apesta a alcohol desde la distancia y apuesto a que está tan ebrio que ni ha notado que está todo babeado. Tiene baba, T/N, baba verde. ¿Qué demonios? Además ayer me dejaste con Dylan en la cena a solas, según tú por una emergencia y vengo y te encuentro al día siguiente con ese... Viejo decrépito comiendo como si fueran un par de jóvenes. Una madriza habría dolido menos. Básicamente me estás diciendo: Hola, soy T/N y no me importa tu amistad, N/M/A."
Toda la información que tu amiga te estaba intentando colar te llegó de golpe, lo que te hizo cerrar un momento los ojos para procesar la información antes de que siguiera dándote más y saber qué contestarle.
"Ok, basta. Hasta aquí. ¿Ves dónde está el problema? Tengo 22 años, N/M/A. Tengo una carrera, un trabajo y una casa, soy mayor de edad. ¿Sabes lo que significa eso? Que soy una adulta responsable, y que puedo hacer y deshacer MÍ vida a MÍ antojo. ¿Qué está mal precisamente en él? Porque yo si sé, pero, ¿qué te hace a ti decirlo? Rick es espontáneo, divertido y tiene mucha más personalidad que los chicos que me has estado intentando meter todo este tiempo. ¿Sabes por qué mentí yo ayer en la cena con HANK? Porque quería escaparme de aquel infierno. Las cosas caras son bonitas, no me malinterpretes, y agradezco TANTO que te hayas esforzado en darme una vida de ese estilo, pero... No es lo mío. Yo no soy una chica cara que solamente está para que la escojan, yo estoy para escoger a quien yo quiera y aprender si es una mala decisión o no. La vida no es como andar en bicicleta, no toda el tiempo vas a traer protectores de rodillas, codos y un casco para no rasparte cuando te caigas. Esa es la verdad, la vida es cruda y cruel, y muchas veces caerás y te dolerá, pero vale la pena vivirla y equivocarte, quiero aprender de mis errores. Y si me mudé aquí fue para ser independiente, no para que tú hicieras el rol de mi madre. Eres mi amiga, las amigas se apoyan y se cuidan, pero no tenemos que estar completamente en la vida de la otra para seguir siendo amigas."
Decir todo aquello fue extraño, pero sentiste como un peso se quitaba de tu pecho mientras mirabas que el rostro de tu amiga pasaba de uno enojado a uno avergonzado. Llevó una de sus manos a su boca antes de abrazarte con fuerza.
Ella tenía instrucciones de su jefe, pero valía más no perder tu amistad a seguir indicaciones ridículas que podían llevar a perderte.
"Oh, T/N. Lo lamento tanto. Yo no sabía que te sentías así. Es solo que... Tanto tiempo sin verte, y luego verte con alguien que puede ser malo para ti me hizo querer cuidarte tanto que... No me di cuenta que realmente es tu vida y nadie tiene porqué decidir por ti. Soy la peor amiga del mundo." Casi sentías que quería llorar, pero la separaste para sonreírle y evitar que lo hiciera. Ella por otro lado quería evitar la verdad
"Amiga, no. Jamás. Tú solo hiciste lo que pensaste que sería correcto, pero yo también permití que siguiera y no te puse un alto a tiempo. Tan siquiera ahora sabes que si quiero que formes parte de mi vida, pero tampoco que la controles."
"... Supongo que si lo que quieres es estar con él... Solo puedo apoyarte. Pero en cuanto veas algo raro en él no dudes en comentármelo, ¿bien?" Ambas se sonrieron, tú asentiste.
"Bien. Muchas gracias amiga... ¿Quieres desayunar con nosotros?" Preguntaste mientras tomabas sus manos y apuntabas con tu cabeza hacia tu mesa.
"¿Bromeas? Solo estaría de mal tercio y además ya tuvimos muchos desayunos juntas. Anda, le diré al jefe que me llamaste para reportarte enferma. Seguro tendrás que recuperar el día, pero esperemos que no te quite el salario."
"Gracias, en verdad espero que no porque aún me faltan algunas cosas en mi casa. Te veo mañana entonces." Se despidieron y volviste a la mesa con Rick. Te veías mucho más relajada, pero tu amiga no paraba de pensar en qué podría pasarte si el jefe de enteraba de que al parecer te habían lavado el cerebro.
"¿Y bien?"
"Creo que... Podré volver a hacerte visitas matutinas, sino te molesta, claro."
"Eres un dolor de trasero." Mencionó Rick mientras le daba un buen sorbo a su soda. "E-urph-El dolor de trasero más bonito que podría tener."
Tú nariz se frunció un poco y tus hombros subieron al escucharlo.
"Que cursi sonó eso. ¿Acaso te cambiaron mientras yo no veía?"
"¿Sabes qué, T/N? Jódete." Reíste ante su respuesta al ver que volvió a su semblante molesto y seguiste comiendo. Vaya que extrañabas su compañía.
