Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.


Capítulo 5

Kakashi entró a la habitación que compartía con Sakura para encontrarla sentada en la cama leyendo su libro junto a su clon, quien por su parte también leía su libro favorito.

— ¿Qué tal todo por aquí? - preguntó mirándolos a ambos. Los ojos de Sakura se dirigieron rápidamente hacia el clon, lo que levantó sospechas en el mayor.

— Todo bien ¿Verdad, Sakura-chan? - intervino el clon.

— Eh… sí. ¿Qué tal tú, sensei? ¿Algo nuevo? - preguntó la chica cambiando de tema.

— Oh, nada interesante - el ninja sacudió la mano restándole importancia al tema. — Bien, di adiós - dijo refiriéndose a su clon, quien seguía mirándolo como intentando transmitirle algo...

— Hasta luego - y sin más, desapareció en un poof.

Kakashi sintió el golpe de recuerdos de todo lo que había ocurrido y lo que habían hablado Sakura y el clon, repasando su conversación rápidamente. Intentó disimular lo mejor que pudo debido al hecho de que el clon le había dado entender a la joven que todo lo que habían hablado quedaría sólo entre ellos… ¿excluyéndose a sí mismo?

Kami… quiero matarlo, pensó el ninja. Ahora estaba engañando a Sakura el doble, por un lado estaba el asunto de los tres hombres desaparecidos, y ahora debía fingir que no tenía ni idea de lo que habían hablado ella y el clon. Pero ¿por qué había confiado en hablar tan abiertamente con el clon y no con él? Al menos agradece que éste la haya impulsado para que fuera así en una próxima ocasión.

— ¿Vamos a salir hoy? - preguntó Sakura. El mayor miró hacia la ventana notando que se acercaba la hora del almuerzo.

— ¿Te parece si vamos a comer algo y luego a investigar? - ofreció.

— Claro.

xXxXxXx

El almuerzo había transcurrido en completa calma entre ambos ninjas. Se habían saltado la primera conexión de equipo porque ninguno tenía información nueva que dar, por lo que esperaban obtener algo para la siguiente a las 16:00 hrs.

Una vez terminada la comida, salieron del lugar con destino al distrito de tiendas. No tenían necesidad de conversar, Sakura se limitaba a estar pegada al costado del mayor mientras observaba a cada pueblerino con atención. Doblaron en una esquina que los llevaría a la tienda de alimentos cuando se encontraron de frente con nada más ni nada menos que con Masayoshi y Yuu. Mierda...

— ¿Has sabido algo de esos inútiles? - escucharon que Masayoshi preguntó.

— No, aún no, jefe - Yuu se interrumpió a sí mismo al notar la presencia de los ninjas, haciendo que Masayoshi siguiera el destino de su mirada.

— Hola, ¿Ustedes no son de aquí, verdad? No los había visto antes… - Masayoshi no tuvo reparos en encararlos directamente haciendo que Sakura se estremeciera y diera un paso atrás, escondiéndose un poco tras el mayor.

— Buenas tardes, y no. Llegamos hace poco ¿Ustedes quienes son? - habló con voz firme el copy ninja.

— Jajaja… Algo osado de tu parte el hacer preguntas cuando no eres nada más que un forastero aquí… - se notaba el enfado y altanería en el tono de voz del hombre. Sakura concluyó que probablemente abusaba de un vicio por los cigarrillos, ya que su voz era grave y pastosa.

— Disculpen si los ofendí, pero yo no los conozco y ustedes nos detuvieron para interrogarnos como si nada - alegó el ninja, intentando no enfadarlos.

— Supongo que tienes razón… Mi nombre es Masayoshi, y soy el dueño del hotel Rafu. Perdón por incomodarlos, pero este es un pueblo pequeño y no nos gustan las visitas inesperadas. Por eso controlo la cantidad de desconocidos que andan por aquí con el hotel. ¿Dónde se están quedando? ¿Tienen familia? - Kakashi no veía cómo salir airoso de la situación, ya que ojos curiosos se estaban congregando a su alrededor poniendo aún más nerviosa a la chica tras él.

— Entiendo… nos estamos quedando en la posada Taiyō. Estamos de paso, pero nos detuvimos ya que estamos a la espera de una carta antes de continuar con nuestro viaje. ¿Algo más que necesites saber? - el copy ninja sólo quería alejarse del lugar.

— Así que la posada… eso es interesante, justo íbamos de camino hacia allá ¿Vienen? - invitó el hombre. Sakura rogaba para sus adentros que Kakashi-sensei declinara la "invitación", aunque eso los hiciera ver aún más sospechosos de lo que ya eran a los ojos del hombre.

No podían tener ni un solo día de tranquilidad es este pueblo maldito…

— No, gracias. Salimos en busca de comida, pero si siguen allí supongo que los veremos en un rato - respondió el mayor.

— Claro. Será agradable verlos, sobretodo a la señorita que parece no tener voz - ahora Masayoshi miraba fijamente a la muchacha, a la espera de una respuesta. Kakashi al ver que Sakura no hablaría, decidió intervenir.

— Ella es algo tímida.

— Comprendo… bien, no los entretendremos por más tiempo. Espero que encuentren su estadía en Kirifuri… placentera - la sonrisa maquiavélica del hombre apuntaba a una dirección completamente contraria a la que sus palabras decían. Pareciera que quisiera encargarse de que su estadía en el lugar fuera terrible, y que lo haría por sí mismo.

— Gracias. Vamos, Kiki. - el mayor tomó la mano de su alumna, arrastrándola con él fuera del camino del hombre y su subordinado. Solo los perdieron de vista cuando Kakashi decidió doblar en otra esquina que los alejaba de la calle en la que el hombre estaba.

Sakura se dejó guiar por el mayor hasta que éste se detuvo al costado de un callejón. Ahí, se posicionó frente a ésta y puso sus manos en los hombros de la joven.

— ¿Estás bien, Sakura-chan? - preguntó en voz baja, para no perturbarla.

— Yo… creo que estamos en problemas, Kakashi-sensei - cuando dijo esas palabras, levantó el rostro y observó con temor a su maestro. Kakashi odiaba que esa mirada de pánico que mostraban sus ojos en ese instante, se estuviera haciendo tan recurrente en ella… Sakura no era así. Ella era fuerte, decidida… y cree que las únicas ocasiones en las que la vio asustada, fueron cuando sus compañeros estaban en peligro.

— Estaremos bien, Sakura-chan. Si todo sale bien, nos iremos en un par de días y esos hombres nunca volverán a saber de nosotros - intentó reconfortarla.

— Pero nos van a estar esperando hoy… y ellos ya sospechan de nosotros, y-

— Y todo saldrá bien - la interrumpió el mayor. — Lo prometo, Sakura.

La chica intentó creer en las palabras de su sensei con todas sus fuerzas, apagando poco a poco la luz de alerta que se había encendido en su cerebro.

— Además, podemos tomar esta oportunidad para conseguir información y terminar la misión más rápido ¿No crees?

— Supongo que tiene razón - accedió finalmente.

— Claro que la tengo, ahora vamos por algo de comida. Debemos seguir con nuestra fachada - el ninja le guiñó un ojo en gesto de confidencialidad, provocando que la joven sonriera de medio lado.

Nuevamente en marcha, se adentraron en una tienda de víveres y compraron principalmente comida envasada. Kakashi aprovechó la instancia para comprarle a su alumna un postre, ya que sabe cuánto ésta ama los dulces. Esperaba que eso subiera un poco su ánimo.

Intentaron tardar lo más que pudieron, pero inminentemente debían partir con dirección a la posada. Ambos acordaron una historia lo suficientemente convincente para contarle a Masayoshi y Yuu.

Les dirían que eran un grupo de amigos que viajaban con destino al país de la tierra. Dirían que uno de ellos debió volver a su hogar de forma anticipada ubicada en el país de la hierba, y que el resto de ellos buscaban visitar el monumento de piedra de Iwagakure para revitalización espiritual.

En este entonces, es común que jóvenes busquen alinear sus energías y fortalecer el alma por lo que esperaban ser lo suficientemente convincentes.

Ambos se detuvieron brevemente fuera de la posada.

— ¿Lista? - la chica respondió asintiendo, por lo que juntos se adentraron en el lugar. A simple vista no se veía a los hombres, solo a Tara en su lugar recurrentes.

— Bienvenidos. Me comentaron Masayoshi-sama y Yuu-san que se iban a encontrar con ustedes.

— Así es. ¿Ellos están o ya se marcharon?

— Oh, no, no. Los están esperando en el salón. Síganme por favor - la joven recepcionista salió de detrás del mostrador y los llevó por un pasillo que no habían visto tras las escaleras. En él se encontraron con una sola puerta tradicional que los separaba de los hombres. — Esperen un momento - la chica golpeó suavemente la pantalla que separaba el pasillo del salón y tras obtener aprobación, entró.

Fue breves instantes después que la chica volvió a abrir la puerta invitándolos a entrar. Masayoshi se encontraba sentado sobre un cojín dorado mientras fumaba un cigarrillo, por otro lado Yuu se encontraba de pie tras su jefe.

— Que bueno que ya llegaron - los saludo Masayoshi — Pueden dejar sus comprar junto a la puerta, y vengan aquí, tomen asiento - frente al hombre había una mesa y otros dos cojines para que ellos se sentarán. — Tara, cariño ¿Nos traes el té? - solicitó.

— Claro, Masayoshi-sama. Ya vuelvo - la chica se retiró rápidamente del lugar.

— ¿Y bien? ¿Les agrada el pueblo? - inició la conversación.

— Parece un lugar agradable, pero no hemos visto mucho ya que solo estamos esperando esa carta que le mencioné antes.

— Cierto, cierto - agitó su mano. — A todo esto… ¿Tan importante es esa carta? - ahora comenzaba el verdadero interrogatorio.

— Sí, Kiki es menor de edad y la dejaron venir al viaje sólo si se reportaba con sus padres una vez al mes. Ya llevamos 3 meses viajando, por lo que es importante que lo haga - la atención del hombre recayó en la joven.

— ¿Así que padres aprensivos, eh? Me pregunto qué tan importante es este viaje como para que dejen que su hija viaje por tanto tiempo en compañía de ¿Dos hombres? - inquirió. Hombre inteligente, pensó Kakashi. Estaba confirmando cuánto de ellos estaban en el lugar y obviamente esperaba saber qué había ocurrido con el tercero.

— Sí. Éramos 3, pero uno debió volver por una emergencia familiar.

— ¿Así que llegó primero esa carta y no la de ustedes? - insistió… hombre listo.

— Sí. La carta alcanzó a nuestro compañero por lo que Kiki le escribió a sus padres desde aquí y ahora esperamos la respuesta antes de marcharnos hacia el país de la tierra.

— ¿Eso es así, Kiki? - la joven se estremeció por cómo su nombre falso sonaba en los labios del hombre. Era repulsivo.

— Sí, así es. El trato era extender el permiso cada mes por medio de cartas, por lo que aún espero su respuesta de si puedo continuar o si debo volver a casa - respondió en voz baja.

— ¿Y qué quieres tú?

— Quiero seguir viajando… con Sukea - el mayor tomó la mano de la chica en una muestra de marcar el territorio dando a entender que él estaba con ella, por lo que no iban a poder separarlos. Masayoshi algo ambas cejas ante el gesto.

— Ya veo… - la conversación se vio interrumpida por el ingreso de Tara, quien traía una bandeja con el té que se le solicitó. Silenciosamente sirvió cuatro tazas del brebaje y se retiró tan rápido como vino.

— ¿Qué hay de su otro compañero? ¿Dónde está ahora? - volvió a interrogar el jefe.

— Menma es… más libre. Debe andar recorriendo el lugar, le gusta darnos algo de privacidad.

— Claro, sería un mal tercio entre la pareja - Masayoshi estaba preguntando sutilmente si ambos estaban involucrados amorosamente

— Exacto - se adelantó a responder el mayor. Ambos hombres se miraban fijamente, en una silenciosa batalla por buscar más información del otro.

— ¿Saben? Ambos son muy agradables… Me gustaría invitarlos a una reunión el Jueves en mi hotel, si les parece bien - A Sakura no le agradaba la idea, pero era la oportunidad que habían estado esperando… el hotel podía ser fuente de respuestas.

— ¿Qué te parece, Kiki? - preguntó el mayor, incluyendo a la chica en la decisión. No quería pedir algo que la joven no fuera capaz de hacer. Después de todo, había sentido su tembloroso cuerpo junto al suyo, al igual que veía cómo se había encorvado en un intento de hacerse más pequeña.

— Creo que es una buena idea. - respondió — Gracias por la invitación, Masayoshi-sama - habló dirigiéndose al hombre esta vez.

— Bien. Todo dicho. Los espero el Jueves a las 5 PM - Masayoshi se puso de pie, siendo seguido por menos ninjas y dio por finalizada su reunión al estrechar la mano con Kakashi.

Luego se giró hacia Sakura y extendió su mano para que la chica la tomara. Cuando Sakura iba a estrecharla, el hombre giró su muñeca y se inclinó depositando un beso en su mano… gesto que fue repulsivo para la joven.

— Estaré esperando con ansias a el Jueves - aún inclinado, el hombre le sonrió para luego dejar ir su mano. Sakura se posicionó inmediatamente tras su sensei, buscando la protección de éste.

Kakashi lo miraba fijamente, más no dijo nada. El hombre dejó el lugar siendo seguido de cerca por su subordinado y fue solo en ese momento que Sakura notó que había estado conteniendo la respiración.

— Será mejor que subamos - espetó el mayor tomando las bolsas de compra entre sus manos. Esperó hasta que Sakura lo siguiera para encaminarse hacia su habitación compartida.

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— ¿Crees que estamos en problemas? - preguntó la chica una vez ya se encontraban en la privacidad de su habitación. — No me agrada mucho la idea de verlos nuevamente.

— Lo sé, a mi tampoco pero sería aún más problemático el no ir… Podrían sospechar y venir a buscarnos o algo así - el mayor mantuvo un tono monótono que transmitiera calma, sin embargo en su mente estaba evaluando cientos de opciones.

Ciertamente no quería llevar a Sakura a esa reunión… y a diferencia de lo que algunos podrían pensar no era solamente por proteger la de por sí débil salud mental de la chica, sino porque también corrían el riesgo de que se enterara que el verdadero propósito de Masayoshi y Yuu era verificar si estaban vinculados a la desaparición de los tres hombres, delatandolos con su reacción a esa información.

El copy ninja no quería decir que su alumna podría arruinar todos los avances que habían logrado para completar su misión… pero basado en los hechos y actitudes que ésta había tenido, eso era lo que podría pasar. No quería que el peso de ese hecho recayera en sus hombros, no después de todo lo que había pasado.

Es con eso en mente que tuvo una idea. Quizás Naruto podría ir en reemplazo de la joven, usando el henge no jutsu para tomar la forma de Kiki. Lo único que no le agradaba de esta idea, era que tendría que recurrir a la ayuda de Mikoto-san, la dulce señora de la tienda de lencería, para que "cuidara" de Sakura.

La idea de dejar un clon, ya sea de él o de Naruto no era viable ya que no estaba seguro de poder mantenerlo un tiempo prolongado y a distancia, como requeriría en esta ocasión. Además, no quería tener la distracción de estar al pendiente de si su clon se esfumaba o no, ya que eso sería dejar a la chica sola por primera vez en días…

Asumiendo que no habría otra forma de quitar esta carga de los hombros de su alumna, se lo propuso.

— Sakura-chan, quizás haya una forma en la que no debas ir a esa reunión - el enunciado llamó rápidamente la atención de la chica.

— ¿Cómo?

— Podría pedirle a Naruto que use el henge para transformarse en Kiki… lo intentaría yo mismo transformando a un clon, pero eso requeriría el doble de chakra.

— Eso podría funcionar ¿Crees que Naruto acepte? - aunque el mayor no lo expresara verbalmente, la chica sabía que esa propuesta provenía del pensamiento de que ella no sería funcional en esa reunión… y podría arruinarlo todo.

No iba a negar que le dolía aceptarlo, pero si había algo que Sakura había aprendido con el tiempo era a reconocer cuando no estaba siendo de ayuda, y justo ahora ese era el caso. Es por eso que estaba dispuesta a aceptar cualquier solución que su sensei pudiera brindarle, sabiendo que este lo haría habiendo pensado en el buen de ella y de la misión ya que nunca tomaría decisiones a la ligera y Sakura quería facilitarle el trabajo.

— Sí, es por el bien de la misión por lo que no pondrá excusas. - respondió — También podríamos hablar con Mikoto para que no estés sola mientras nosotros nos reunimos con Masayoshi ¿Qué te parece?

La decisión estaba prácticamente tomada, por lo que preguntar la opinión de la chica era mero respeto.

— Creo que es una buena idea. Ella dijo que podríamos hacerlo si era necesario, deberíamos hablar con ella mañana - Sakura se sentía como una niña, para la cual necesitaban una niñera para que sus padres salieran con tranquilidad.

A pesar del sentimiento de infantilización, optó por no quejarse. Ya estaba provocando las suficientes complicaciones a la misión con el no querer ir a la reunión como para boicotear la solución que su sensei le estaba brindando.

— Genial, eso es lo que haremos. Ya van a ser las 4:00 PM, por lo que le contaremos a los muchachos. - Sakura confirmó asintiendo, y se acostó en la cama mirando el techo de la habitación.

Quiero irme a casa, pensaba. La misión en sí estaba resultando muy diferente a como ella se lo imaginó. Odiaba todo, odiaba el pueblo, odiaba a los bandidos, odiaba a los hombres que se atrevieron a aprovecharse de ella, odiaba sentir que todo estaba fuera de su control, odiaba como se estaba comportando, odiaba ser una carga para todos… y así la lista de las cosas que odiaba seguía y también odiaba que odiara todo. Si tan solo hubiese sido más cuidadosa, más fuerte, si tan solo se hubiese podido proteger a sí misma… aunque supongo que ya no sacaba nada permitiendo que esos pensamientos la invadieran.

Lo mejor sería intentar focalizarse en cómo hacer las cosas más sencillas para todos, y si eso requería que ella se hiciera a un lado, Kami sabe que lo haría.

— Deja eso - la voz de su sensei la sacó de sus pensamientos.

— ¿Dejar que? - preguntó curiosa. Que ella supiera, no estaba haciendo nada. El ninja la miró alzando una ceja, desafiandola. Él aún se encontraba de pie, y ahora tenía sus brazos cruzados sobre su pecho.

— Te conozco, sé lo que está pasando por esa cabeza tuya - respondió. ¿Sería posible que en serio lo supiera?

Cuando aún era una genin, Kakashi solía decirle que podía leer la mente de más personas usando el sharingan, y ella como una niña que sentía profunda admiración por el jounin se lo creyó todo. Cada vez que le decía que sabía lo que estaba pensado, el pánico la invadía… Cuando se enteró que todo era una farsa del mayor, con la cual él pasaba un buen momento divirtiéndose a costa de su alumna, ésta quiso matarlo. Obviamente no lo logró, solo tenía 14 años y el mayor le dió una paliza en el duelo que tuvieron, no una física claro está, por lo que solo tuvo que dejarlo pasar y tragarse su orgullo.

— Ya no creo en eso del sharingan, sensei - ahora su todo demostraba la molestia que sentía por todos esos engaños del pasado, provocando la risa del mayor.

— No lo digo por el sharingan, aunque quizás sí pueda leer la mente con él y sólo mentí para hacerte sentir mejor…

— ¡No es cierto! Shishou me dijo que solo te burlabas de mí y que era imposible que el sharingan te permita leer la mente - dijo enfurruñada.

— ¿Tu Shishou tiene un sharingan? - la tentó.

— Sabes que no, pero ella es la Hokage. Sabes todo sobre las características de los clanes de la aldea… incluyendo el sharingan - Kakashi sonrió ante su respuesta. Chica lista, pensó. Sin embargo, era momento de ponerse serio.

— Está bien. No es por el sharingan, pero te conozco Sakura. Sé que pensabas que tú complicas la misión y debes entender que no es así. - Kakashi caminó hacia el lado contrario de la cama y se sentó junto a ella.

— Pero si yo no-

— Basta ¿Si? - la cortó de lleno el mayor, anticipando lo que iba a decir — Esto no es tu culpa. Tu no provocaste a esos hombres y tu no puedes controlar el cómo sentirte y comportarte luego de una situación así de traumática, así que ya basta - el mayor pensaba que quizás sus palabras estaban siendo demasiado duras, pero por experiencia él sabía que en ocasiones era la única forma de hacerla entender.

Él también se encontraba algo cansado por todo, él también cargaba con el sentimiento de culpa, él también estaba preocupado de cuidar cada gesto, cada palabra y cada situación que le ocurría a su alumna. Lo mínimo que podía hacer era cuidarla, pero era difícil pelear contra la mente de ella cada minuto del día.

Por otro lado, Sakura no sentía que las palabras del mayor hubiesen sido duras… fue su tono de voz el que la golpeó como si chocara contra una pared de concreto y entonces, por un segundo lo vió. Vió lo cansado que estaba… Lo tengo harto, pensó y casi sin darse cuenta, pequeñas lágrimas se acumularon en los ojos jade de la chica, la que peleaba con todas sus fuerzas para no dejarlas escapar y el mayor se maldijo a sí mismo.

Su corazón dió un vuelco en su pecho, después de todo las lágrimas de la joven siempre habían sido una debilidad en él. Una que intentaba ocultar pero sabía que algunos ya habían notado.

Kakashi podía recordar cada una de las veces en las que la vió llorar. La primera fue en la misión del país de las olas cuando creyó que su primer amor y compañero Sasuke Uchiha había muerto. La segunda fue en los exámenes chunin, cuando se enfrentó ella sola a tres ninjas del sonido para proteger a sus compañeros Naruto y Sasuke. La tercera fue cuando ambos chicos pelearon en la azotea del hospital, y la cuarta fue cuando el Uchiha se fue tras esa misma pelea. Luego dejó de llorar por un tiempo, hasta que Pain atacó la aldea. Esa fue la primera vez que había llorado por él. Recordaba haber vuelto de la muerte para encontrar a Sakura mirándolo con su rostro empapado en lágrimas, creyendo que no lo volvería a ver. La última vez antes de esta misión, fue cuando Sasuke decidió finalmente volver a la aldea y dejar el camino de la oscuridad, aunque en esa ocasión eran lágrimas de alegría.

Kakashi había estado presente en cada una de esas veces, en algunas consolando a la chica y en otras observándola desde la oscuridad, brindándole espacio. En algunas con terceros presentes y en otras solo estaban ellos dos. En todas había analizado la situación para hacer que la chica dejara de hacerlo.

— ¡Lo siento mucho, sensei! - se disculpó la joven aún reteniendo las lágrimas, provocando que Kakashi dejara salir un largo suspiro.

— Ven aquí - la invitó abriendo sus brazos, usando las palabras que su clon había usado con la chica más temprano ese mismo día. Sakura no lo dudo antes de acurrucarse al costado de su sensei, dejándose sostener por él — ¿Qué es lo que hacemos cuando un compañero está mal? - preguntó el mayor en voz baja, acariciando el cabello de la chica.

— Lo ayudamos.

— Así es ¿Y qué más? - insistió.

— Nosotros… lo apoyamos y no juzgamos - Sakura respondió con las palabras que él mismo le había enseñado a ella y a sus compañeros tiempo atrás.

— ¿Por qué?

— Porque somos… familia - dijo la chica, mostrando una pequeña sonrisa.

— Así es. Somos familia, y por eso no dejamos a ningún compañero atrás. No importa la situación, no importa lo que haya hecho ¿Verdad? - Estas eran palabras importantes para cada miembro del equipo 7.

Ayudarse, apoyarse, y no juzgar. Lo habían aplicado con Naruto cuando era rechazado por todos, menos por su equipo. Lo habían aplicado con Sasuke cuando se fue de la aldea. Lo habían aplicado con Kakashi cuando se sacrificó a sí mismo por el bien de la aldea al seguir a Hiruko, quien amenazaba con comenzar la cuarta guerra ninja (*). Y ahora era el turno de Sakura.

— Siempre sabes que decir, sensei - Sakura secó las pequeñas lágrimas que se habían escapado de sus ojos — Gracias - dijo, apoyando su cabeza en el hombro del peliplata.

— Para eso estamos. La vejez nos hace sabios - respondió.

— Ahora entiendo todo - bromeó la chica. Sintió el pecho del mayor sacudirse en señal de que estaba riendo.

— Uno los cría para esto… - respondió melodramático. Sakura se había acostumbrado mucho tiempo atrás a los dramas de su sensei, por lo que simplemente lo ignoró dejándose relajar por la contención que él le brindaba.

xXxXxXx

— Así que eso es lo que haremos. Naruto irá conmigo a la reunión del Jueves y yo llevaré a Sakura con la señora Mikoto - Kakashi le informó a sus otros dos compañeros.

— Esa señora… ¿Es de fiar? - preguntó desconfiado el Uchiha.

— Sí, lo es - respondió el mayor.

— Quizás pueda ir a darme una vuelta a la tienda… solo para chequear - propuso Sasuke. — Después de todo no es que vaya a hacer mucho ese día si Naruto y tú estarán en esa reunión.

— Me parece buena idea - apoyó Naruto.

— De hecho, estaba pensando que quizás podríamos ayudar a Sasuke a infiltrarse en el lugar ese día - Kakashi dio a conocer la idea en la que había estado pensando, la cual tomó por sorpresa a todo el equipo.

— ¿Para qué, sensei? Digo, lobo feroz. Tu y yo vamos a estar ahí… - preguntó Naruto, siendo el único que continuaba usando los "nombres claves".

— Exacto. Nosotros estaremos ahí, pero siendo vigilados por ellos por lo que no podremos andar libremente por el lugar para buscar información. Además, puede que ese día la vigilancia se centre en nosotros, debilitando el resto - explicó.

Ninguno de ellos quería dejar a Sakura a sus anchas, pero sabían que los planes de Kakashi eran los mejores y no podían darse el lujo de perder una oportunidad como esta. Quizás no se estaban viendo el rostro unos a otros, a excepción de la pelirrosa y el peliplata, pero Sakura estaba segura de que sus compañeros no estaban aceptando el plan de inmediato por preocupación a ella.

— Creo que es un buen plan, sólido - aportó ella, intentando tranquilizar a los demás.

— Sí… - dijeron Naruto y Sasuke al mismo tiempo en un suspiro.

— Bien. Naruto ¿Dónde estás ahora? - inquirió el mayor.

— Estoy observando la guarida de la banda, cerca del pantano. - respondió este.

— Ok, lo mejor será que dejemos la conexión hasta aquí. Por la noche podemos hablar sobre el plan para el Jueves, no te expongas más de lo necesario - instruyó el líder del equipo.

— De acuerdo. Limón ardiente fuera - y así fue como la nueva conexión terminó.

El día de hoy era Martes, por lo que aún tenían el resto del día y todo el de mañana para planear algo que los ayudará a infiltrar a Sasuke en el hotel.

— ¿Vamos a salir otra vez? - la joven preguntó.

— No lo creo. Necesitamos observar el hotel un poco más de cerca, pero si nos ven por allá será sospechoso para Masayoshi y Yuu - explicó el mayor. Sakura pensó en eso por unos momentos.

— Quizás podrías invocar a algún ninken… uno de bajo perfil - sugirió la joven. Kakashi no había pensado en eso, pero le pareció una buena idea.

De todas maneras, habría limitantes tales como que los ninken no podrían dibujarles un mapa, pero Kakashi podría usar su imaginación y usar el día siguiente para corroborar la información.

— Es una muy buena idea, Sakura - la premió su sensei a lo que la chica sonrió.

Sin decir nada más, convocó a Pakkun y Bisuke para esa misión. Pakkun era su mano derecha, sin duda el más inteligente y el que mejor lo comprendía. Por otro lado, Bisuke era de pocas palabras pero sin duda muy observador, como Sasuke.

— Oi - saludo a sus dos perros que aparecieron frente a él en una nube de humo.

— ¿Qué hay, Kakashi? Hola, Sakura - el primero en hablar fue Pakkun.

— Hola, Pakkun - la chica se acercó a acariciarle las orejas al pugg, como sabía que le gustaba. El ninken inclinó la cabeza hacia la mano de la muchacha con gusto, mientras el segundo ninken los miraba de reojo con una mezcla de celos e indiferencia.

Sakura había interactuado con todos los ninken de su maestro una que otra vez, sin embargo no los conocía del todo bien ya que el mayor sólo los llamaba en ocasiones especiales. Al que más conocía era a Pakkun y se atrevía a decir que se llevaban bastante bien.

— Hola, Bisuke - la chica tendió una de sus manos hacia el niken de pelaje castaño claro en una clara invitación a acariciarlo, pero este solo giró su cabeza negándose a dejarse acariciar por ella. Vaya, si es igualito a Sasuke, pensó la chica no dejándose afectar por el claro desprecio.

— No seas grosero, te enseñé mejor que eso - lo regaño Kakashi ante lo cual solo inclinó un poco la cabeza.

— Creo que solo habrá hueso para mí - molestó Pakkun.

— No hay hueso, escuchen bien. Estamos en Kirifuri, un pueblo cercano a Amegakure. Estamos investigando a una banda de delincuentes que tienen conexión con cierto hotel. Necesito que vayan a ese hotel y averigüen si tiene vigilancia, cada cuánto tiempo rotan los guardias si es que hay, si existe alguna ventana, puerta oculta o lo que sea que permita a Sasuke entrar ahí - explicó Kakashi.

— ¿Sasuke? - preguntó Bisuke.

— Sí. Naruto y yo fuimos invitados a una reunión, y mientras estemos en eso Sasuke entrará para investigar - respondió el mayor.

— Entendido - respondió Pakkun.

— ¿Y qué va a hacer… ella? - los ojos de Bisuke se habían detenido brevemente en Sakura, pero volvieron a los de su jefe.

— Ella no irá.

— Tsk… molesta - exclamó en voz baja Bisuke, pese a eso sus palabras fueron escuchadas por todos en la habitación.

— Tendrá sus razones, Bisuke - intervino Pakkun, después de todo él estaba al tanto de la situación de la chica gracias al mensaje que debió entregar a Naruto. Incluso Pakkun se sorprendió cuando escuchó todo lo que había ocurrido, y quedó con un sabor amargo en la boca. Sabía que lo que menos necesitaba la chica en ese momento era que le recriminaran algo.

— No te preocupes, Pakkun. Yo estaré en otro lugar a esa hora, Bisuke - explicó la chica. No sabía por qué, pero no le gustaría que los ninken de su sensei pensaran que era una inútil.

Kakashi por su parte miraba atentamente a Bisuke con sus brazos cruzados "No te imaginas el castigo que se te viene" pensaba para sus adentros. Sus ninken nunca habían tratado mal a su equipo, aunque supone que se debe a que no interactuaban mucho con ellos.

— Esa es la información que necesito ¿Pueden hacerlo? - les preguntó.

— Claro que sí, jefe - respondieron ambos.

— Bien - se acercó a ellos y les quitó sus chalecos, ya que podrían ser muy llamativos para los pueblerinos. — Deben dirigirse cinco calles al norte y tres al este para encontrar el hotel, tómense el tiempo que necesiten pero no sé expongan. Si hay peligro, vuelvan aquí - los instruyó por última vez.

Sin más, los ninken salieron de la habitación con dirección al hotel, procurando que Tara no los viera y no estar demasiado cerca el uno del otro.

xXxXxXx

Un nuevo día llegó a Kirifuri, faltandoles solo uno para la reunión con Masayoshi. Los ninken habían hecho un buen trabajo el día anterior, ahora conocían un poco más del lugar como por ejemplo que tienen una puerta trasera que se abre en dos horarios: a las 2:00 PM y a las 10:00 PM que es cuando un hombre corpulento sacaba las bolsas de basura. También que el hotel no tiene portero, pero que Yuu trabaja frente a la puerta registrando y entrevistando a todos los huéspedes que llegan.

El edificio en total tenía cinco pisos, el primero era netamente administrativo y al parecer tenía una pequeña cocina que daba a la puerta trasera. Kakashi asume que los otros cuatro son de habitaciones. Lo lógico sería que se reunieran en algún lugar de ese primer piso el cual contenía un total de 15 ventanas, de las cuales 9 estaban obstruidas.

Kakashi dudaba que Masayoshi tuviera enemigos que se atrevieran a infiltrarse en su hotel, después de todo trabajaba con el que regía sobre todo el pueblo. Sin embargo, a pesar de eso el hombre era precavido con su seguridad.

Gracias a la información que ahora poseían, tenían solo dos tareas. Naruto, Sasuke y Kakashi caminarían cerca del hotel en diferentes momentos del día para familiarizarse con el edificio y sus vías de acceso. La segunda era hablar con la señora Mikoto, que era precisamente hacia donde se dirigían ahora.

— ¿Crees que ponga algún problema? - preguntó Kakashi a su alumna, más que nada para generar conversación.

— No lo creo. La historia que inventamos suena lo suficientemente convincente. Además, solo sería como por dos horas ¿Verdad? - la chica caminaba pegada al costado del mayor, ya que como en cada ocasión que caminaba por las calles de Kirifuri, la gente la miraba. O al menos eso era lo que ella sentía.

— Sí, dos horas deberían ser más que suficientes - aseguró el peliplata.

— Siento que voy a la guardería - alegó Sakura, medio en broma y medio en serio.

— Pues me han dicho que la niñera es muy buena - bromeó Kakashi, Sakura se limitó a bufar.

El transcurso del día hasta ahora había sido tranquilo para ambos ninjas. No querían arriesgarse a hacer movimientos bruscos que podrían llamar la atención si el día de mañana podrían conseguir la información que necesitaban. No podían darse el lujo de arruinarlo.

Unos pasos más y ya estaban en la puerta de la tienda de Mikoto-san. Kakashi tomó la mano de la chica y se adentraron al lugar.

— ¡Oh! Pero si es Kiki-chan y Sukea-san ¿Cómo están? Pasen, pasen - con apremio, la mujer los invitó a la salita donde habían tomado el té la vez anterior. Al parecer, no tenía muchos clientes.

— Buenas tardes, Mikoto-san ¿Cómo has estado? - preguntó la chica, quien se encontraba entre los brazos de la mujer, siendo apretada por ésta.

— Yo estoy genial ¿Y ustedes? - se separó de la chica para ver a la pareja frente a ella — ¿Qué los trae por aquí?

— Estamos muy bien, gracias por preguntar. La verdad era que me temo que vengo a pedirle un favor, Mikoto-san - comenzó el peliplata.

— Ya veo… ¿qué tal si tomamos un poco de té y me cuentan de qué se trata? - ofreció con una sonrisa. Ya se hacía una idea de qué se podría tratar ese favor, después de todo ya había accedido la vez anterior.

— Es muy amable. ¿Quiere que la ayude? - Sakura quería agradecer de algún modo la hospitalidad y nobleza de la señora, al aceptar ayudar a un par de extraños.

— Claro, ven por aquí - La señora Mikoto guió a Sakura por una puerta. Al parecer la tienda era la parte delantera de su propia casa ya que tras esa pequeña sala de té conectaba con un pasillo con varias puertas.

Sakura caminó tras Mikoto-san hasta llegar a la cocina. La señora sacó una bandeja y en ella puso tres platillos y sus tazas. También le entregó a Sakura una tetera para que la llenará de agua y la pusiera al fuego.

— Cuéntame, cariño ¿Cómo les ha ido estos días? - inició la conversación.

— Nos ha ido bien. Hemos visitado diferentes restaurantes, y Sukea ha podido trabajar en lo que tenía pendiente - la chica le sonrió.

— Eso es muy bueno. ¿No se han encontrado con nadie de… ya sabes? - preguntó refiriéndose a la banda Hikari.

— No… con nadie de ellos. Sin embargo, el otro día acompañé a Sukea a un lugar del pueblo y todos le preguntaban… que cuánto costaba… yo. - Sakura se sentía con la suficiente confianza como para comentarle ese suceso a la dulce señora.

— ¡Oh no! Debió ser el distrito de bares nocturnos… ¿Te hicieron algo? - ahora la voz de la señora demuestra profunda preocupación. Por lo que Sakura comprendió lo grave de ese distrito.

— No. Sukea estaba ahí, por lo que discutió con un tipo y en cuanto entendimos lo peligroso del lugar nos marchamos. Por suerte no pasó a mayores - la tranquilizó Sakura.

— Me alegro que no hayas estado sola, Kiki-chan. Debes tener cuidado ¿si? - la joven asintió de acuerdo con lo dicho por Mikoto-san. — Bien, esto ya está. Ahora volvamos con tu novio.

La señora le brindó una sonrisa cómplice y coqueta, provocando un fuerte rubor en la joven. Novio, resonó en la cabeza de Sakura.

Kakashi las esperaba sentado frente a la mesa, había pasado el tiempo mirando las diferentes paredes de la habitación. Puede que también haya espiado un poco sobre la conversación de ambas mujeres, pero sólo porque no tenía nada que hacer y de todas formas su gran audición no pudo evitarlo… o eso se decía a sí mismo.

— Ya volvimos, Sukea-san. Espero que no te hayas aburrido - la señora puso la bandeja en la mesa y se sentó frente al hombre. Por su parte, Sakura tomó lugar junto a su sensei.

— Para nada - respondió éste.

Mikoto sirvió el té para cada uno, y se sentaron en un cómodo silencio por unos minutos.

— Bien. Hablenme de ese favor ¿Ocurre algo? - preguntó.

— Nada grave, no se preocupe. Lo que ocurre es que me han llamado a una reunión mañana en el hotel Rafu, supongo que lo conoce - la señora asintió en confirmación — Bien, la verdad es que me han llamado sólo a mí, ellos no saben que Kiki está aquí y no me gustaría llevarla con persona que no conozco.

Mikoto-san entendía perfectamente la situación. Ella misma conocía a Masayoshi, y sabía que en ocasiones entrevistaba a los forasteros que él desconocía… ella tampoco creía que llevar a Kiki fuera una buena idea ya que el hombre trabaja para Hikari y podría informarle sobre la chica a Hotaka.

— Comprendo… quieres dejarla aquí - terminó por decir la mujer.

— Si no es mucha molestia… sería por la tarde, alrededor de las 4:30 PM.

— Claro, no será problema. Kiki-chan es más que bienvenida - la mujer extendió su brazo por sobre la mesa hasta alcanzar la mano de la chica, quien la tomó y le sonrió con agradecimiento. Supongo que la guardería no estará tan mal, pensó.

Se quedaron a charlar con la mujer por una hora más, inventando algunas historias y modificando otras sobre desde hace cuanto se conocían, cómo había comenzado su relación, entre otras. A los ojos de la mujer, ellos eran una pareja de enamorados que viajaban por el mundo conociendo y viviendo aventuras. El cómo se miraban le recordaba un poco a cómo era ella con su esposo cuando jóvenes.

Sukea era obviamente protector y algo serio, lo que no quiere decir que no hablara ya que él lo hacía mucho más que la joven. Mientras, Kiki era muy tímida y dulce… definitivamente la pareja ideal. Sukea entendía todo lo que la chica quería decir sin necesidad de palabras, y su rostro serio se suavizaba cuando la miraba a los ojos. Mikoto-san decía tener un olfato para las parejas, y ella pondría sus manos al fuego porque esos dos terminarían casados.

— Creo que es hora de marcharnos, no le quitaremos más tiempo. Gracias por todo, Mikoto-san - Kakashi se puso de pie y se inclinó frente a la señora en agradecimiento y respeto, seguido por Sakura quien hizo lo mismo.

— No es molestia, fue muy agradable tenerlos como visita. Nos vemos mañana - se despidió de ellos una vez llegados a la puerta de la tienda.

— Hasta mañana - ambos sacudieron su mano en despedida y pronto se giraron rumbo a la calle del hotel. Kakashi tomó la mano de su alumna, quien cada vez veía ese gesto como algo más natural.

Dicho y hecho, caminaron juntos hasta la calle que los llevaba al hotel. Sin embargo, decidieron observar desde la distancia ya que no querían toparse con Masayoshi o con Yuu. Primero fueron por la calle de la derecha, deteniéndose un momento con Sakura dándole la espalda al hotel y enfrentándose a su sensei quien hablaba con ella mientras analizaba el edificio. Luego, repitieron el mismo procedimiento por el lado izquierdo.

Kakashi fue capaz de ver la puerta lateral que mencionó Pakkun, al igual que 11 de las 15 ventanas. Conforme con lo que había observado, decidieron ir a comer a un restaurante antes de volver a la posada.

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El día de la reunión finalmente había llegado. Naruto se encontraba en la habitación de Sakura y Kakashi desde la mañana. El mayor lo había hecho venir desde temprano para que practicara el cómo comportarse como Kiki, al igual que chequear su henge antes de partir. Sakura sólo los observaba desde la cama y sonreía cada vez que su sensei regañaba a su alumno por hablar de más.

Para Masayoshi, Kiki era una chica tímida que dejaba gran parte de la conversación a Sukea, por lo que no podía tomar la iniciativa de responder las preguntas que Kakashi le estaba haciendo practicar.

— No, Naruto. Te dije que debes ver hacia abajo, o por último mírame a mí y espera unos segundos antes de responder - le explicó por milésima vez.

— ¡No puedo! Sakura no es así, y no puedo mirarlo con ojos de amor, Kaka-sensei - el Uzumaki se cruzó de brazos enfurruñado. Naruto no había visto muy bien las nuevas actitudes que Sakura estaba presentando ya que cuando estaban juntos él se centraba en otras cosas… no era un gran observador y eso lo sabían todos.

Sakura levantó la cabeza cuando escuchó su nombre caer de los labios de su compañero. Sakura no es así, repitió en su mente. No, Naruto se equivocaba… yo no era así. Ahora se consideraba una pobre y patética versión de Hinata, ya que la personalidad de esa chica era tímida por naturaleza, pero Sakura… ella no. Ella era explosiva, era luz, era vida… Era muchas cosas, pensó.

— Es Kiki, Naruto - Kakashi tan observador como siempre, ya intuía lo que podría estar pensando su alumna. — Kiki es una persona ficticia que necesitamos crear para esta misión, tiene su propia personalidad y debes actuar acorde a ella - no dejó espacio a quejas, eso era claro.

— Pff, está bien - Hatake y Uzumaki siguieron practicando sus respuestas, al igual que sus actitudes. En un principio Naruto saltaba con un "Kyaa!" cada vez que Kakashi le tomaba la mano, y brindó más de un "viejo cochino" al mayor quien no ocultaba cuánto disfrutaba de la situación.

Sakura los seguía observando y sonreía de vez en cuando, notando que Kakashi sólo se burlaba de Naruto poniéndolo incómodo.

— Ya es suficiente, debo ir a dejar a Sakura con Mikoto-san. Naruto, tú esperame aquí. Volveré y saldremos hacia el hotel - indicó el mayor.

El camino hacia la tienda de la señora Mikoto fue muy tranquilo. Esta vez Sakura se sintió más relajada junto a su compañero, por lo que no se encontraba tensa, ni alerta. Debido a la hora no había mucha gente por las calles de Kirifuri, eso sumado a la intensa lluvia que no se esperaban.

A la distancia, podían ver a la señora Mikoto quien los esperaba en la puerta de su tienda y hasta tenía una manta en su mano. Vaya, si que es atenta, pensó Kakashi. Cuando vieron que la mujer los apremiaba con una mano, aceleraron su paso y corrieron la distancia que los separaba de ella.

— Pasen, pasen. La lluvia esta terrible el día de hoy - los saludó. Sakura se quitó su capa impermeable y la mujer rápidamente la envolvió en la manta. Kakashi por su parte se quedó con ella puesta ya que no tenía tiempo para quedarse.

— Muchas gracias de nuevo, Mikoto-san - le agradeció Kakashi.

— No hay de que, Sukea-san. Ahora vete, a Masayoshi no le gusta esperar - le sonrió con dulzura.

— Sí… ya debo irme - dijo esta vez mirando a los ojos castaños de su alumna.

— ¡Claro!, supongo que quieren un momento a solas - se rió la mujer — Hagan como que no estoy aquí, no escucho nada - risueña caminó hacia la parte trasera de la tienda dándoles privacidad. Sakura se sonrojó ante lo que insinuaba la mujer, seguramente pensaba que iban a besarse ya que en lugares tradicionales aún puede ser considerado una falta de respeto el hacerlo frente a otras personas.

Miró avergonzada a su sensei frente a ella, quien no dudó en arrastrarla a un abrazo. Después de todo, era la primera vez en días que no estaría con él.

— ¿Estarás bien? - le preguntó en voz baja.

— Sí - susurró apoyándose en su hombro — Mikoto-san es muy buena…

— Sí, lo es - se separó de ella y sostuvo su rostro entre sus manos. — Volveré pronto ¿sí? - luego la acercó para susurrarle al oído — Bisuke estará cerca por si necesitas ayuda.

Kakashi no le había advertido que dejaría a uno de sus ninken vigilandola, pero lo agradeció internamente ya que la hizo sentir más segura.

— Ok - respondió.

— ¡Adiós, Mikoto-san! - medio gritó para indicarle a la mujer que se marchaba y con una última mirada a Sakura, dejó la tienda.

xXxXxXx

Como habían acordado antes, Kakashi volvió a la posada y entró sin que Tara lo viera. Naruto ya había activado el henge no jutsu por lo que estaban listos para partir. Bajaron por las escaleras y se toparon con la recepcionista quien los miró confundida.

— ¿Están aquí? Perdón, me pareció haberlos visto salir hace poco - dijo la chica saliendo de su estupor.

— Sí… se nos había quedado algo. Hasta más tarde, Tara - Kakashi tomó a Naruto por el codo y lo arrastró fuera de la posada sin ser demasiado evidentes.

Tranquilamente caminaron hacia el hotel. No iban a negar que ambos estaban algo nerviosos, pero esta no sería la primera ni la última vez que se infiltrarían en un lugar enemigo y ciertamente habían enfrentado a oponentes más fuertes y peligrosos que Masayoshi y Yuu.

Cuando se adentraron en la calle del hotel, Kakashi pudo observar a Sasuke por el rabillo del ojo. Le dió un leve asentimiento como gesto de que lo había visto, gesto que fue devuelto por el menor. Sin más, Naruto y él ingresaron al esperado recinto. Tal y como habían dicho Pakkun y Bisuke, no había un portero por lo que se sólo vieron a Yuu tras un gran mesón de roble.

Al sentir la puerta siendo abierta, Yuu subió la mirada y una sonrisa socarrona cruzó su cara.

— Sukea, Kiki. Sean bienvenidos al hotel Rafu - saludó abriendo los brazos invitándolos a observar el lugar. — El señor Masayoshi está… ansioso… por su visita. Por favor, síganme.

Yuu los guió por el pasillo a la izquierda del mesón. La cocina está hacia la derecha, recordó Kakashi ya que por ahí sería que Sasuke entraría. El pasillo por el que caminaban era amplio pero de poca iluminación. A la izquierda se podían ver las ventanas que daban a la calle, la mayoría de ellas tapadas por protectores de madera. Kakashi contó las puertas que pasaban, dos… tres… cuatro y finalmente se adentraron en la quinta.

— Masayoshi-sama, los invitados están aquí - aviso Yuu.

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Sasuke había esperado 20 minutos desde que vio a Naruto y Kakashi ingresar en el hotel para hacer su entrada. Con disimulo y velocidad se dirigió a la puerta ubicada a la derecha del hotel, y cuidando que nadie lo viera forzó la cerradura. No tardó nada en ceder, cuando lo hizo se adentró en el lugar y la cerró tras de él sin emitir ningún ruido. Luego pudo darse el lujo de mirar a su alrededor, estaba en un pequeño espacio junto a una bolsa de basura y otra puerta se hacía visible frente a él. No escuchó ningún ruido por lo que se atrevió a abrirla, del otro lado estaba la cocina. No era grande, pero supone que lo necesario para un hotel de pueblo.

No había trabajadores a la vista, después de todo la hora de almuerzo ya había pasado y la hora de la cena aún era lejana. Sentía que estaba en un golpe de suerte… lo que era sospechoso. Rápidamente atravesó la cocina y estuvo apunto de abrir la puerta que lo sacaría de allí cuando oyó unos pasos acercarse. El Uchiha se ocultó lo más rápido que pudo.

— ¿Así que la chica pidió otro plato de postre? Creí que habían dicho que era tímida… - se escuchó la voz rasposa de un hombre.

— Y así fué hace dos días… Supongo que sólo le gusta lo dulce - dos hombres ingresaron a la cocina, uno después del otro y abrieron el frigorífico que ahí se encontraba. Desde su posición Sasuke podía verlos claramente y estaba seguro de que el segundo era Yuu ya que coincidía con la descripción que les había dado Kakashi. ¿Chica? ¿Postre? Todo indicaba que el usuratonkachi estaba haciendo de las suyas en la reunión.

Baka Naruto, negó Sasuke con la cabeza conociendo las actitudes que su compañero podría llegar a tener. Volvió su atención a ambos hombres, el primero ahora estaba cortando un trozo de pastel y colocándolo en la bandeja que había traído. Una vez hecho esto, cerró el frigorífico y tomó la bandeja para abandonar el lugar siendo seguido por Yuu.

— ¿Cómo va todo con el jefe? - los escuchó hablar en el pasillo.

— Todo va bien… - sus pasos se alejaron hasta hacerse inaudibles. Sasuke dejó pasar otros pocos segundos antes de atreverse a salir del lugar.

Afuera notó que la cocina era la penúltima puerta del fondo de un largo pasillo y asumió que la última puerta era una bodega de alimentos, ya que la cocina no era lo suficientemente amplia para almacenar objetos. Es por eso que decidió aventurarse al lado contrario, por donde los dos hombres se habían dirigido. Abrió la única puerta que había de ese lado del pasillo, notando que no era más que un comedor por lo que volvió a cerrarla.

Al principio del pasillo podía notar la recepción del lugar y esperaba que Yuu no estuviera allí sino con Masayoshi y sus compañeros. Corriendo el riesgo de encontrárselo, caminó por el lobby y se adentra en el siguiente pasillo que estaba compuesto, a simple vista, por cinco puertas. Se escuchaban voces bajas y murmullos en la última de ellas, por lo que la reunión debía de estar ocurriendo allí. Con sigilo, Sasuke ingresó en la primera para encontrarse con unos lockers, bancas, un escritorio y ficheros.

Es la oficina de trabajadores. Sin perder tiempo se acercó al escritorio y abrió el primer cajón. En él había una carpeta con nombres y fotos, al parecer de los últimos bandidos que se habían alojado allí. No le costó reconocer uno que otro rostro del libro bingo, principalmente del país de la niebla y de la roca. Activó el sharingan para memorizar la información y siguió con el siguiente cajón pero no encontró nada que fuera útil. Rindiéndose se dirigió a la segunda puerta.

La segunda habitación era completamente distinta a la anterior. También había un escritorio en el fondo, pero se notaba mucho más costoso y tenía dos sillas enfrente que deben ser para clientes o invitados. En una mesa lateral podía encontrar botellas de whisky y una caja de puros. Definitivamente la oficina de un jefe. Con renovada emoción se precipitó al escritorio encontrando una carpeta sobre éste. Aún con el sharingan activado escaneó la información que contenía encontrándose con… ¿La lista de huéspedes de la posada Taiyō?

En la lista de nombres podía notar que algunos estaban tachados y otros tenían un signo de interrogación al lado… ¿Qué significaba esto? ¿Será posible que la chica trabaje con ellos de forma más estrecha de la que le confesó a Kakashi? Aún con la duda dejó la carpeta tal y como la encontró y comenzó a buscar en los cajones.

El primero no tenía seguridad alguna, habían algunos cheques en blanco, un abrecartas, una pipa, un timbre… sólo eran artículos de oficina. Intentó abrir el segundo cajón pero este si estaba bajo llave. Bingo, pensó. Hizo uso de sus habilidades ninjas y lo abrió con facilidad. Había un libro o cuaderno recubierto de cuero rojo, sin más lo sacó y ojeó. Era el libro de contabilidad. Cada hoja tenía el nombre del mes en la parte superior, seguido por las categorías de "ingresos" y "egresos", fue esta segunda la que llamó su atención ya que el nombre Hikari estaba escrito allí, sin ningún amago de ocultarlo.

Comparando los diferentes meses notó que el hotel otorgaba 2.000 Yen a Hikari cada mes… ¿Cómo es posible que movieran tanto dinero si estaban en un pueblo tan pequeño como Kirifuri?, pensó el Uchiha. Siguió pasando las páginas del cuaderno, varias estaban en blando pero al final habían algunas cosas escritas. Se podía leer "Hotaka debe 700 Yen por la hija de los Kimura" "Cobrarle a Ohara" "Revisar finanzas de Sex appeal" "Hablar con Tara por la desaparición de Natsuki, Taksuki y Oishi" "Reunión con Hiroaki el 18/11, advertirle sobre Michi".

Las notas no tenían mucho sentido para él, pero podrían llevarlos a nuevos indicios y caminos para continuar con la misión. Lo que más le llamaba la atención era que dentro de tres días tendría la reunión con Hiroaki…

— Mira nada más a quién tenemos aquí… Supongo que eres uno de esos ninjas de Konohagakure que contrataron los aldeanos - Sasuke miró con asombro al verse descubierto, y más aún por la información que el hombre tenía — Supongo que debería decir hola… Mi nombre es Michi y soy miembro de Hikari, ¿creo que me buscabas?

La sonrisa que éste le dió podría definirse como maliciosa… Mierda, estoy en problemas.


(*) Referencia a la película Naruto Shippuden 3: Los Herederos de la Voluntad de Fuego.

N/A: Hola a todes! Espero que se encuentren muuuuy bien. Primero me gustaría mencionar que debido a mis deberes, he decidido cambiar el día de actualización de la historia de Lunes a Jueves (ya que ese día estoy mucho más libre).

Habiendo dicho eso... ¿Qué les pareció? ¿Qué creen que pasara con Sasuke y con la misión? ¿Qué les pareció la práctica de Naruto y Kakashi? ¿Qué opinan de los pensamientos de Sakura? A mí me pasa que no me gusta tacharla de "débil" o de "frágil", pero creo que esta personalidad va acorde con sus vivencias del momento... ¿Qué creen ustedes?

Espero que tengan un buen fin de semana! Y nos leemos el próximo JUEVES con el capítulo numero 6 (:

Moonlight.