¡Un nuevo capítulo vieja!
Zero está encerrado rompiéndose la cabeza para quien sabe que examen ahora, lo que me deja a mi, su Deidad de los vírgenes, que todavía está buscando un laburo respetable.
Bueno, hay laburo, lo que no hay es un buen currículum.
Me recuerda a ese meme de solo contratar personas con experiencia, pero si no me contestas no tengo experiencia la puta madre, pero bueno, algo va a salir para un pendejo vago y deshonesto, que solo sabe escribir porno.
Lastima que no puedo ser actor porno.
¿Qué mujer podría soportar mis 3 centímetros?
Bueno, siempre puedo ser cartonero.
"hablar" personaje hablando.
"Hablar" personaje pensando.
"Hablar" nombres de las técnicas.
(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.
~~~~ • ~~~~ Cambio de escenario o lugar.
Capítulo 5: Pelea, lucha, sobrevive…
La vida para los humanos en la edad de piedra, era difícil considerando que era reinado para los titanes y demonios que solamente lo veían a ellos como simples bocadillos.
Muchos había intentado juntarse y crear sus propios tribus grandes por así decirlo.
No hace falta decir que era una terrible idea.
Cuando más se juntaban, mayores de la posibilidad de que fueran atacados desde los dinosaurios titánicos o hasta las pequeñas criaturas rastreras, todos ellos con el solo deseo de devorarlos.
Al final la mejor idea era mantenerse en familias pequeñas, un hombre y una mujer o más que pudieran tener una pequeña familia y poder cuidarse entre ellos, para cuando sus hijos tengan la edad indicada, partir para tener sus propias familias.
Era lo ideal, pero también tenía sus problemas, considerando que no todos los humanos que se encontraban, terminaban en buenos términos.
La competencia por los recursos como el agua y comida, podría sacar lo peor de cada persona.
Ryuko lo sabía de primera mano, cuando tenía doce salió a buscar agua de un río cercano, y cuando había vuelto a la pequeña cueva que habitaba con su padre, lo encontró muerto tirado en el suelo.
Se habían llevado la carne, vegetales y pieles que guardaban.
Lo único que quedó, fue el trabajo de su padre, el trabajo de toda una vida juntando extraños minerales, métodos muy complicado de explicar, para finalmente crear lo que parecía ser las primeras espadas de metal en el mundo.
Las 'tijeras' como lo había llamado su padre.
Desde ese día, tuvo que vivir sola, y fue horrible.
Cada vez que despertaba, se daba la vuelta en el suelo con esperanza de ver a su padre a su lado, solo para encontrarse con nada.
Los primeros dos años había estado tan sola que casi pensó que estaba muda, por no haber dicho una palabra en todo ese tiempo, no era como si tuvieran con quien hablar.
Hasta que lo escucho.
La primera vez que había escuchado en mucho tiempo, no vino de un ser humano.
Vino de su propia cabeza.
Sabía que eso no era sano, que estaba enloqueciendo por la soledad, pero… cuando estás tan profundo en el precipicio de la perdición, cualquier el rayo de luz era una bendición, incluso si era una pequeña fogata creada por ella misma.
Se hacía llamar Senketsu.
Era el que la alentaba a continuar.
Era el que le aconsejaba.
El que la apoyaba y enseño cómo defenderse, era como si todos los recuerdos y palabras de su padre hubieran quedado es su cabeza, juntados en un solo ser que la ayudaba a seguir.
Nunca más se sintió sola.
Y ahora mucho menos.
Se había unido a una manada, de buenas personas, jóvenes y raros, como ella.
Naruto.
El más alegre y despreocupado, era raro no verlo con una sonrisa, pero cuando debía de estar serio vaya que lo era, cuando los veía cazar o algún peligro los acechaba, era como si se convirtieran otra persona.
Tomaba el papel como líder de la manada.
Erza.
Era intensa y acalorada, por varios momentos podía parecer muy seria y centrada, como también a veces podía ser infantil y perseverante, aún podía recordar la vez que estuvo todo el día tratando de abrir un armadillo, qué es habías llevado una fresa que ella estaba apunto de comer.
Fue una escena muy extraña, aunque las risas no faltaron.
Lucy.
Era como la 'Madre' del grupo, siempre estaba hay para asegurarse de pensar por el grupo antes de aquí será en cualquier tontería, que siempre involucraban a Naruto y Erza.
Era muy limpia y quería que todos estuviera limpio.
La era de piedra no era una excusa, para no tener una buena higiene.
Era un grupo peculiar, muy unido y no se arrepintió de haberse unido a esta manada.
"Vaya, por fin algo de acción" la voz de Senketsu sonaba divertida por lo que estaba pasando.
Ryuko se sonrojo, cuando vio a todos los miembros de la manada empezar a desnudarse.
Acaban de pasar por una densa vegetación de una enorme selva, para llegar a lo que sólo se podría llamar como un pequeño paraíso, con las aguas más limpias y cristalinas que hayan visto en sus vidas, y peces de todos los colores que podrían imaginar, ya se les hacía agua la boca por probarlos.
Aunque eso paso a segundo plano, para la chica pequeña, que no sabía a dónde mirar, cuando Naruto desató el nudo de la piel que envolvía su cintura y la dejo caer, dejándolo tan desnudo como vino al mundo.
La siguiente fue Erza, qué dejó caer con pesadez su escudo y espada, para de inmediato comenzar a desatar los nudos que unía su armadura de huesos, que cayeron en la arena de la playa.
Lucy fue más sutil, al dejar de lado su arco y flechas, para lentamente hacer un lado las correas de su vestido y dejarlo caer, dejando que su cuerpo voluptuosa sea bañado por los delicados rayos del sol.
Ryuko se enteró en las noches, que ellos eran más unidos de lo que pensó, extraña mente ellos siempre se quedaban despiertas hasta tarde, como si fuera que esperaban a que ella se quedará dormida, sin saber que ella siempre estaba escuchando.
Cómo dormían demasiado cerca, haciendo cosas que… bueno, su padre ha vivido lo suficiente para darle 'la charla'.
Él siempre había apuntado que la razón de hacer eso, era solamente para procrear, al parecer su padre no tuvo una buena química con su madre, ya que nunca la conoció.
Pero la forma de decir 'solo para procrear'.
No encajaba con las chicas y el guerrero de la lanza, que al parecer llevaban haciendo esto por mucho tiempo, y no veía que alguna de ellas estuviera embarazada, o quisiera estarlo, ya que consumían esas frutas que según la pelirroja evitaban que tuvieran un bebé.
En cada mañana que se despertaba, ellos siempre se veían más que felices y complacidos, hacían 'cositas', no para tener bebés, sino por gusto.
Eso era algo nuevo.
También el concepto de la desnudez.
Su padre siempre fue alguien que consideraba la ropa algo crucial, tanto para la protección del clima, cómo podría ser de algún insecto, y otras cosas, como era el pudor.
Algo que no todos compartían.
De la muy pocas veces que habían cruzado el camino con otros humanos, siempre lo miraban a la distancia desconfiados, armados, y con cara de pocos amigos.
Su padre no era alguien que peleaba.
Por eso siempre evitaba el conflicto con otros humanos, por temor de perder la vida y dejarla a ella, a manos de alguien, que la verdad no quería pensar que harían con ella.
Pero aquí estaba, viendo como Naruto se sentaba en el lago, con el agua llegan a su cintura, lavándose el cuerpo con calma, hasta que Erza se lanzó sobre él, para empezar a luchar o jugar en el agua.
La inocencia que mostraban a veces era extraña.
"¿Estás bien?"
"Eh…." La pequeña guerrera de las tijeras, no podía evitar dirigir su mirada hacia los grandes senos de la rubia, que estaba a su lado sentada en la arena tomando sol, nunca pensó que pudieran existir, una mujer tan voluptuosa como ella, "Nada" murmuró de forma tímida, mientras miraba hacia abajo.
"¿Algo te molesta?" Lucy se acerco un poco más y toco el hombro de la chica, que se tenso ante el suave toque de la mano contra su hombro desnudo, "¿No quieres quitarte eso?" preguntó refiriéndose a la apretada piel de serpiente, que envolvía sus senos y caderas.
"¡No!" casi de inmediato se puso de pie y envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo.
"¡Lo siento!" Lucy noto que la chica era reacia a la desnudes, algo obvio considerando que ella siempre se bañaba sola, y tenía un eterno sonrojo de vergüenza en sus mejillas.
"No… yo lo siento" avergonzada volvía a sentarse junto a la rubia, "Es que bueno, creo que debo acostumbrarme, debe ser normal si ustedes lo hacen ¿no?"
"Si… normal" Lucy forzó una sonrisa al no saber cómo responder a eso, las reglas de moralidad varían mucho cuando tenías poca interacción con otras personas.
No sabían si lo que hacían era bien visto.
Aunque pensándolo bien… no era como si me importará, eran felices como estaba, y si al resto del mundo no le gustaba, pues qué mal por ellos, porque no cambiarían.
Además, no era como si fueran todos adolescente calenturientos, solo expresaban su cariño hacia el otro.
De un forma… eh… peculiar.
"Ahhhh~ Naruto"
El rostro de Lucy y Ryuko se iluminaron en rojo, cuando vienen en el medio del lago, como Naruto abrazaba por detrás a la pelirroja, para primero acariciar su estómago con delicadeza, para poco a poco ir subiendo hasta llegar a sus tetas, que fueron apretadas entre ellas por las manos del cavernícola de la lanza.
"Erza"
En cuánto a Naruto, este gruñó de placer cuando su compañera apretó su trasero contra su hombría, que ya estaba duro como roca, apretado entre los dos suaves y tiernos muslos, que se movieron de arriba hacia abajo.
En un movimiento lento y seductor, que hizo que ambos adolescente se calentaran y se volvieras más cercanos.
Aún con estaban bajo el agua y un poco lejos de ellas.
Las dos chicas en la orilla de la laguna, tuvieron que apretar sus muslos por el calor que nacía en sus zonas íntimas, que crecieron más cuando, Naruto hizo que Erza hiciera su cabeza hacia atrás, y la atrapó en un profundo beso.
"No… ¿No te molesta?" preguntó confundida la peli negra, por ver cómo la rubia voluptuosa no aparecía molestarse por la forma tan apasionada que los dos adolescentes se besaban.
Ella se sentiría celosa, si su compañero se estuviera besando con alguien que no fuera ella, después de todo para eso estaría ella.
Sin embargó, Lucy parecía pensar diferente, ya que solo se encogió de hombros y le dio una sonrisa tímida a su amiga.
"No, de hecho Erza me dejó intimar con su compañero, porque… me sentía sola, y no sé cuándo me encontraría otro hombre, que pudiera ser tan bueno como Naruto" pero ella fue difícil de explicar el porque estaba haciendo esto, pero no era como si tuviera quedaron aplicación demasiado larga, "Lo compartimos y no nos importa hacerlo"
Esa era una forma sencilla de decir.
Y Ryuko podía entenderla.
Literalmente ella ha tardado 20 años en encontrarse a otros humanos de su edad, que no intentaron matarla a primera vista.
¿Cuáles eran las posibilidades de que encontrar alguien pronto?
Tal vez ni siquiera tendría el tiempo de encontrarlo, considerando que cada paso que daba hacia delante, le esperaba la muerte en las mandíbulas de los Titanes o otros demonios.
La vida era corta y nada le aseguraba de encontrar lo que quería.
Además… no negaría que se sentía atraída por Naruto.
Fortaleza.
Seguridad.
Confianza.
Y amabilidad.
Era todo lo que una chica esperaba, e incluso hombres también, considerando que Naruto veía lo mismo en Erza y Lucy.
Pensativa la pequeña mujer de las tijeras, enterró sus dedos en arena e inclino su cabeza hacia atrás para mirar el cielo.
Tal vez…
"Ryuko" llamando a su amiga, Lucy se levantó lentamente de la playa, "Yo… me voy para allá, si quieres hablar después, seré todo oídos" la voluptuosa rubia casi corrió hacia a dónde estaban Naruto y Erza, que estaban ahora recostados en la arena, besándose con ferocidad, mientras que sus zonas erógenas se frotaban.
La pequeña pelinegra pudo escuchar claramente el gemido de placer de Erza, ante la primera estocada de la longitud de Naruto.
Ella tampoco pudo evitar mirar, como el cuerpo curvilíneo de Lucy, sus grandes senos que aún de espaldas se podían ver cómo se sacudían, sus largas piernas perfectas, y ese trasero que pedía a gritos ser azotado.
"Vaya que tienes la mente sucia"
"¡Callete Senketsu!" grito a subconsciente por hacerle dar cuenta, que estaba mirando más de la cuenta.
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La noche había caído, y luego de dar un último recorrido asegurándose de que no hubiera nada, y haber una fogata lo suficientemente que ahuyentará a los insectos y mantenga a los animales alejados.
El grupo pudo tomarse un respiro.
Si es que lo podían llamar un respiro.
"Ahhhh~"
Lucy gimió cuando su cuerpo se estremeció por otro orgasmo, que hizo que su espalda se arqueara, su mente su nublara y sus dedos de manos y pies se doblaran.
"¿Se siente bien?" preguntó Erza dulcemente, tanteando las suaves tetas de la rubia como arcilla, asegurándose de dar suaves roces a sus duros pezones.
Y luego bajar, para que sus manos se deslizaran por su cintura y acariciar su suave vientre, donde un bulto se podía apreciar.
Lucy asintió con la cabeza, con la cara sonrojada. "¡Si~! ¡Muy bien~!" Sus gemidos no podía ser silenciados, con sus manos y rodillas en la arena, moviéndose de adelante hacia atrás, sacudiendo sus grandes senos, por las fuertes embestidas del adolescente de la lanza.
Se sentía como un animal, por la posición en la que estaba.
Naruto se mantuvo de rodillas detrás de la chica, en ningún momento dejo de mover sus caderas, contra ella, podía ver cómo sus nalgas se ondulaban ante cada golpe de sus caderas contra las de ella.
En cuanto a Erza, está estaba de rodillas junto a ellos, con marcas en su cuello, en sus senos y la rebosante semilla de su compañero aún goteando de su zona íntima.
Ella simplemente no podía mantenerse al margen, le encantaba ver cómo Naruto sacudía el mundo de Lucy, que jadeaba ante cada embestida, que tenían las suficiente fuerte, para empezar a empujarla hacía adelante en la arena.
"¡Erza!" Lucy chillo en pánico y placer, cuando las fuertes manos de la pelirroja, deformando las grandes y redondas tetas alrededor de sus manos con regocijo.
"¡Mmmm!" Erza disfruto de la suavidad y masa de los senos de su amiga, mientras empujaba su mojado coño a su rostro.
El aroma de los jugos y semen invadiendo la nariz de la rubia, que no podía evitar mirar la mojada zona íntima de la mujer acorazada, su lengua salió automáticamente y por reflejo lo hizo.
"¡Ahhhh! ¡Bien~!" Erza no dejo de amasar esos grandes senos, mientras veía como la rubia voluptuosa, lamía su coño, bebiendo de la semilla y sus jugos, con una expresión sucia y lujuriosa, que hizo que la pelirroja apretada sus caderas contra su rostro.
La escena de Lucy comer el coño de Erza, hizo que Naruto sintiera su lujuria dispararse, y tomo con fuerza a la chica, sus dedos se hundieron en la suave carne de su cintura, mientras los sonidos de aplausos se volvieron más poderosos y rápidos.
Lucy daba gemidos ahogados sin sentido, mientras era abusada de forma deliciosa por los dos lados.
Su boca no podía dejar los ardiente labios inferiores de Erza, los jugos y semen que sacaba iba directo a su lengua, dándole un sabor, que bajo el efecto de la lujuria y placer era algo divino, la forma en que sus labios se apretaban contra los labios inferiores de la mujer acorazada.
Que respiraba puro aire caliente, por como la lengua de la chica, entraba, salía, frotaba y jugaba con su sensible coño.
"¡Hmmm!" Lucy casi cayó, cuando su amante detrás de ella, comenzó a mover sus caderas hacia arriba, "¡Hmmmmm! ¡Ahggg!" No pudo contener los gritos, sus ojos marrones se pusieron en blanco mientras su interior se sentía llenarse lascivamente.
Una y otra vez.
La punta curva de su pene demasiado grande golpeó la parte más profunda de su ser, haciendo que su cerebro se derritiera un poco.
El bamboleo y el rebote de sus grandes tetas provocó aún más placer contra el áspero manoseo de Erza, sus pezones hinchados y erguidos, eran presa del agarre entre sus dedos.
Naruto no podía dejar de embestir el coño de la chica, como si su pene fuera un martillo neumático.
El hecho de que tuviera a dos chicas igualmente sexys, tocándose, manoseándose y complaciéndose entre ellas, mientras el seguía moviéndose en fuertes embestidas, estaba haciendo que sus hormonas se aceleraran.
La sangre bombeaba poderosamente a través de las venas de su pene, haciéndolo aún mucho más sensible de las apretadas y cálidas paredes del coño de Lucy.
"¡Lucy!"
El gritó su nombre cuando ella se corrió.
Ella no pudo hacer ni un ruido, cuando su cabeza fue firmemente sostenida, bajo un agarre de hierro por parte de Erza, que sentía que iba a explotar al igual que su compañero.
Que ya podía saborear su longitud ser deliciosamente apretada, en un masaje que ninguna mano podría darle jamás, sus bolas comenzaron a apretarse, y un grabe gruñido fue su única advertencia.
Lucy se quedó flácida, desplomándose contra Erza en un desmayo cuando su útero de repente se llenó de semilla caliente, que rápidamente la llenó hasta el borde y la dejo fuera de sus sentidos.
Los ojos de Erza se agrandaron ante la cantidad de semen que expulsaba su compañero, que dio unas suaves embestidas para prolongar un poco más el placer divino.
"Oh~" jadeando y sonrojándose mientras dejaba su posición frente a Lucy para ponerse a cuatro patas y caminar a gatas de forma lenta y seductora, le dio una sonrisa juguetona a su compañero.
Naruto sonrió ante la sensación de la lengua húmeda de la pelirroja, arrastrándose a lo largo de su longitud y bolas bien afeitadas, la lamida pronto convirtió en una mamada.
Que hizo que el rubio entrelazar a sus dedos entre el suave cabello rojizo de la mujer acorazada, que chupaba su sensible hombría con fuerza, limpiando de cualquier mancha de semen y jugos de Lucy.
Hablando de esta última, está finalmente se derrumbó en la arena de la playa, temblando con las secuelas de sus propios orgasmos, lentamente fue cerrando los ojos.
Si darse cuanta, se quedó dormida.
Lucy parpadeó para despertarse, moviéndose algo sacudida y aturdida.
¿Cuánto tiempo había estado fuera? No podía pensar claramente, ante la sensación de la abundante semilla blanca deslizarse entre sus piernas.
Se acostó de espaldas, sus senos separándose por el peso de la misma gravedad hacia los lados, lo que le dio la oportunidad de mirar a través de su escote para ver qué estaba pasando.
"¡Ooooh sí, Naruto! ¡Fóllame! ¡Duro! ¡Quiero que me des duró!"
Los jadeos y gritos de Erza, venían acompañado de una expresión de puro placer, con su rostro que estaba siendo empujado hacia la arena de la pequeña playa, su único ojo marrón brillaba de felicidad.
Su trasero redondo se movió y ondeó contra las caderas de su compañero, que estaba parado detrás de ella con sus piernas abiertas, penetrante profundamente el coño de la pelirroja en cada embestida.
Sus manos estaban entrelazadas sobre sus anchas caderas, usando su firme y gordo trasero como apoyó.
"¡Ahhgg! ¡Erza! ¡Amo tu culo!" gruñó con una voz profundamente grave, dándole una palmada fuerte al trasero que estaba embistiendo sin piedad.
"¡Ahhhhh!" algo que hizo chillar a la pelirroja, cuando su cuerpo reaccionó a la bofetada, arqueando la espalda, eso se había sentido maravilloso, "¡Otra! ¡Dame otra!" rogó con una mirada de deseó.
Su pedido no fue ignorado, aún sino tenía lógica su pedido de ser nalgueada, Naruto no se la negaría, porque el también lo disfrutaba.
No dudo en darle otra, y le pegó en la otra nalga.
El ojo de la mujer acorazada se puso brilloso, con una sonrisa boba que apareció en su rostro sonrojado.
"¡Ahii ~! ¡Si~! ¡Si~!"
Apoyando sus manos lo mejor que pudo, comenzó a mover sus propias caderas hacia atrás contra las caderas que la empujaban.
Con cada rebote de su trasero de burbuja contra las caderas de su amante, llegó un ruidoso y satisfactorio final que deseaba.
Mientras su carne se aplanaba, deformaba y ondulaba por cada embestida brutal.
Erza ayudo a qué la polla gruesa, caliente y dura se hundiera profundamente en su coño.
Por mucho que el placer le dejara la cabeza en blanco, no dejaba de moverse por si misma, para hacer de la experiencia mucho mejor, golpean a sus propias caderas contra la pelvis de su amante.
Lucy observó con asombro cómo aún en oposiciones no que estaba y sus ojos casi en blanco, abrumada de placer, Erza no dejo de moverse, clavando sus manos rodillas contra la arena, para levantar en alto a sus caderas, y dejando caer sus pechos contra la playa.
Fue una posición increíble ante los ojos de la arquera voluptuosa, que veía como el trasero de la pelirroja se sacudió con tanta fuerza, como las propias caderas del rubio.
Los golpes podrían escucharse en toda la playa.
Y la dura nalgada en toda la selva.
Lucy quedó con la boca abierta por la fuerza detrás de esas nalgas, tenía recuerdos borrosos de su madre haciéndole lo mismo a ella cuando era una niña, pero eso era un castigo por hacer tonterías, que le traería como consecuencia el no poder sentarse bien en días.
El ver cómo la gran mano crujía contra su pálido y gordo trasero de la pelirroja, y que está última gritara con euforia por el duro orgasmo que se había desatado.
Hizo que la rubia voluptuosa gimiera, haciendo todo lo posible por cerrar las piernas y reducir el calor de su coño.
Lo intentó un par de veces más antes de darse por vencida y abrir los muslos, simplemente disfrutando de la sensación de su semen escapándose de ella.
"¡Ahhhggg!"
Un poderoso gruñido animal, hizo que la rubia saliera de sus pensamientos, levantando la mirada y ver casi con celos como la pelirroja se retorcía de placer, cuando tenía su segundo orgasmo seguido, mientras que era llenada por la semilla del adolescente de la lanza.
Se quedaron casi un minuto completa en esa posición, disfrutándola cada segundo, hasta que lentamente Naruto se fue separando de ella, dejando que su polla en un 'pop' escapara de la apretada vagina de Erza.
Que gemía atontada por como el semen se escurría entre sus muslos, decepcionada de que saliera de ella.
Pero tardo menos en recuperarse que su compañero y le dio una mirada a Lucy, que entendió de inmediato lo que su 'hermana' de harem, y gateando al igual que ella, se acercaron a su objetivo.
"¡Espera…!" Naruto no pudo detenerlas, su hombría latía dolorosamente por lo sensible que estaba luego de horas de fuerte e intenso sexo, pero se olvidó del dolor, tan pronto como lo sintió.
Erza selló sus labios alrededor de su punta de su longitud y sus mejillas se apretaron cuando su boca fue llenada, empezando con una suave succión que hizo que el chico quedara sin aliento.
Y el placer no quedo ahí, sintió sus bolas tensarse, cuando unos suaves labios se apretaron contra, bajando la mirada, vio como Erza le dio espacio a Lucy.
Que con una sonrisa juguetona, paso lentamente su pequeña y húmeda lengua rosa contra los testículos afeitados del cavernícola.
Naruto sabía que si hubiera tenido rocas en sus manos, las había reducido a polvo por la fuerza que aplicó en sus puños, tratando de controlarse, para no llegar al clímax en menos de un segundo, por lo que estaba viendo.
Erza bajando y subiendo su cabeza a un ritmo rápido y feroz, tomando tanto de la polla dentro de su boca como podía, casi hasta su garganta, mientras su lengua se frotaba con todo a su alcance.
Debajo Lucy, tomo una de sus bolas dentro de su boca, y la chupaba con cuidado y amor, mientras que los suaves dedos de su manos acariciaban la otra, dejando escapar el testículo izquierdo de su boca, casi de inmediato tomo el otro y repitió el proceso.
Al final el no pudo resistir.
Las dos chicas dejaron lo que estaban haciendo, para ansiosas arrodillarse ante él y ponerse a la altura de la palpitante polla, que exploto disparando carga tras carga en el rostro de las dos chicas, que cerraron la boca y ojos, para disfrutar de la sensación de ser bañadas por la cálida, abundante y pegajosa semilla.
Mientras ellos tenían su orgía, que parecía estar lejos de terminar, unos ojos los estaban espiando a la distancia, viendo cuando Erza y Lucy empezaron a limpiarse entre ellas con sus lenguas, y limpiar también la hombría de su compañero.
Que no tuvo tiempo de tomarse un respiro, cuando Erza ya se lanzo encima de el, para de un solo sentón, hacer que toda su longitud, entre en ella.
A la distancia, en una cama hecha de hojas, Ryuko miraba en silencio, mientras que dejaba de su falda tenía sus dedos, empujando dentro y fuera de ella, un objeto que se tomó su tiempo de hacer.
Usando un trozo de madera, lo tallo con sus espadas, para que tomara la forma del pene de su compañero de viaje, tal vez no era perfecto, tenía la mitad de su tamaño y delgado, pero era suficiente para saciar la lujuria de la pequeña chica de cabello negro y rojo.
Que mordió sus labios ante el clímax, que hizo que sus muslos de mancharan con sus jugos, lentamente fue sacando el pene de madera y la dejo caer a su lado.
Sentía la increíble sensación orgásmica recorrer su cuerpo, pero por lo que escuchaba de los gemidos intensos de Erza y Lucy, ellos sentían algo mucho mejor.
Dando un suspiro, pensó por última vez en las palabras de Lucy, y cerro los ojos para quedarse dormida.
~~~~~~~~~~~~~~~ • ~~~~~~~~~~~~~~~
"Es una pena"
"¿Hmm?" Ryuko dejó de limpiar sus espadas cuando escucho las palabras, del cavernícola de la lanza, que estaba sentado a su lado en la arena de la playa.
Pasar más de 2 días en un solo lugar, era extraño para ellos, aún si el lugar era bello y abundaba la comida, estaban demasiados expuestos a ser atacados.
"¿Qué es una pena?" la pequeña mujer tenía que hablar lentamente, según sabía Lucy aún les estaba enseñando a Erza y Naruto como hablar correctamente, aunque ya lo hacían bastante bien.
"No poder quedarse para siempre" con una sonrisa triste, tomo un puñado de arena, y nos dejó deslizarse entre ustedes.
"…" frunciendo el ceño ella asintió con la cabeza, era una pena no poder quedarse en un solo lugar y disfrutarlo, entre tantos viajes que habían hecho y lugares que habían conocido, no negarían que no era interesante e incluso divertido.
Pero sería bonito encontrar, un lugar que pudieron llamar hogar, a salvo de todos los peligros que había fuera.
"Mi sueño… es tener un hogar" con una sonrisa brillante, Naruto levantó su mano apuntando al cielo, disfrutando de la calidez del sol bañar su cuerpo.
"Hogar"
Esa era una palabra fuerte, que fue escuchada por todas ellas.
Erza y Lucy que estaban a la distancia juntando todo para su viaje, no pudieron evitar escuchar y detenerse a pensar lo que había dicho el alfa de la manada.
Hogar era lo que les dieron sus padres a ellos, al menos al principio, lo suficiente para poder sobrevivir su etapa más vulnerable cuando eran pequeños niños, ahora que era más grandes debían de encontrar su propio lugar, para tener sus propios hijos y que ellos vivieran la vida que yo no pudieron tener.
Ryuko la dio una palmada en el hombro al cavernícola de la lanza, que miro curioso la sonrisa confiada de la chica de cabello negro y rojo.
"Algún día lo encontraremos"
Grandes palabras, que tenían una posibilidad de 99% de ser solo eso, palabras.
Pero por más pequeña que fuera la esperanza, ellos se aferrarían a ella.
Esperanza, una palabra que no debía de decirse en voz alta, por temor que de que algo horrible pueda pasar, el destino era una amante cruel que se divertía con el sufrimiento de otros.
Y este día ella se divertiría con ellos.
Todos el grupo de adolescentes se pusieron alerta, cuando se escuchó el rugido de Lang, que de un momento a otro termino cayendo con pesadez en el suelo.
"¡Lang!" Lucy fue la siguiente en caer, cuando un dardo se clavo en su hombro, se necesitaron solo poco segundos, antes de caer en la arena.
Erza no pudo hacer nada, apenas dio cuatro pasos, cuando varios dardos se clavaron en su espalda, con una mirada de frustración, cayó de rodillas y cayó contra la arena.
Ryuko pudo bloquear algunos de los dardos, con sus espadas gemelas, pero decenas más fueron disparadas desde los árboles, y se clavaron en sus brazos, no tardó en caer de espaldas en la playa.
Naruto fue el último, sus ojos captaron las siluetas que se escondían detrás de los árboles, con su lanza desvió varios de los dardos y corrió hacia ellos, sean lo que sean, no importaba, tenía que protegerlas.
Al final el cayó, cuando esas siluetas bajaron de los árboles, y lo atacaron, todo fue oscuridad luego de eso.
~~~~~~~~~~~~~~~ • ~~~~~~~~~~~~~~~
Su cabeza parecida palpitar por el dolor en su frente, tal vez hubiera sido mejor recibirlos los disparos de esos dardos que lo dejaría noqueado, que recibir un golpe que casi le rompió la cabeza.
Aturdido Naruto despertó, fue el último en despertarse al ver las miradas de alivio de Erza, Lucy y Ryuko, dale igual que él estaban colgando, atados de sus manos contra una pared de roca, ellas parecían iguales desorientadas qué el, parecía que los dardos habían tenido algún extraño líquido que las mandó a dormir.
No muy lejos de ellos, Lang estaba encerrada en una gran jaula, gruñendo de forma amenazante queriendo intimidar a sus secuestradores.
Que no resultaron ser pocos, más bien eran cientos de primates, que los habían traído lo que parecía ser un coliseo lleno de ellos, eran grandes al menos 2 metros y su pelaje blanco.
Pero en el centro de lo que parecía ser la arena de combate, había cuatro primates enormes en tamaño y fuerza, eran gorilas de tamaños ridículos de cuatro a cinco metros, todos ellos estaban parados en una línea dirigiendo su mirada lo que parecía ser un altar.
El grupo de adolescentes, siguieron la dirección a donde ellos miraban, y vieron confundido lo que parecía ser un chamán o líder para ellos, un simio alto y anciano, con un bastón en manos.
Que bajo del altar, para colocarse entre los guerreros de su clan, y dibujar en la tierra un enorme círculo con ayuda de su bastón.
La tierra había sido preparada para el combate.
Un nuevo alfa debía de ser elegido.
Y solo había una manera de hacerlo.
Naruto miro incrédulo, al igual que las demás, como los cuatro primates guerreros, no dudaron en lanzarse contra ellos en una batalla sangrienta, que duró poco pero fue brutal.
La sangre salpicó y los huesos tronaron, cuando todo eso campeones alfa buscaron la supremacía de uno contra el otro, en un combate en que todo se valía, desde poderosos golpes que rompían huesos, hasta mordidas que le arrancaba limpiamente trozos de carne a los hermanos de su propia especie.
De los cuatro que estuvieron en arena de combate, solamente quedaba uno encima de los cuerpos de sus otros tres contendientes, que aunque dieron batalla, terminaron muriendo en sus manos, en las manos del nuevo alfa del clan de los simios.
Que rugió con orgullo pisando los cuerpos de sus contrincantes y golpeando sus puños con fuerza en su pecho con sus grandes puños.
Satisfecho por el resultado, el chamán golpeó su bastón contra el suelo y lo levantó en el aire, para lentamente ir apuntando uno de sus altares más sagrados.
El gran alfa ganador, recibió el honor de tomar una de las máscaras sagradas de los altares, eran cráneos de los diferentes titanes quienes habían enfrentado en el pasado, y ahora eran sus trofeos.
Habiendo hecho una elección, tomo el cráneo de un Triceratops, para colocárselo lentamente en el rostro.
Y camino hasta los pies de la montaña del alta, en el que estaba encima el viejo Chamán, que repitió el mismo y sagrado tributo que había hecho a muchos campeones alfa a lo largo de varias generaciones.
El cavernícola y sus compañeras, vieron como un extraño líquido negro en una vasija, fue tomado por el primate Chamán, que con mucho cuidado dejó caer una gota por una ranura en la montaña, bajando lentamente hasta llegar a su campeón.
Que ni bien probó el elixir oscuro, sus ojos quedaron completamente blanco y tuvo un cambio inesperado para los humanos, que fueron testigos de cómo el gran gorila se transformaba.
Tuvo un incremento espantoso de musculatura y tamaño, con sus brazos volviéndose mucho más grandes y sus puños también, sus ojos se habían convertido en orbes rojos como la sangre, y la parte inferior de su mandíbula creció, dejando salir sus colmillos también crecidos,
Con el tamaño de un titán, el campeón golpeó sus manos contra el suelo, dejando una gran huella de hundimiento bajo sus puños, el incremento en su fuerza que era más que obvia.
"¿Eh?" Erza fue la primera en ser liberada, las lianas que la sostenían fueron cortadas por uno de los primates encima de la montaña.
Seguida de ella fue Lucy, Ryuko, Naruto y finalmente la enorme loba Blanca, todos ellos habían sido liberados en arena de combate, y desde las gradas, sus armas fueron lanzadas a sus pies.
De inmediato Ryuko tomo sus espadas de tijera y se puso en guardia.
"Creo que es obvio lo que quieren" gruño la chica enana, que apunto sus espadas contra el campeón, que parecía apenas contenerse a atacar.
"¿Quieren que peleamos contra eso?" pregunto incrédula Lucy, que miraba con temor a la bestia, no, ya no se lo podría considerar una bestia, sino un titán.
"Si" Erza ya había tomado su escudo y espada, poniéndose en guardia, si una batalla es lo que quería, eso les daría.
Naruto fue precavido al tomar su lanza, pero antes que la batalla pudiera comenzar, el bastón del chamán golpeo el suelo.
Los adolescentes se quedaron viendo, cómo los primates trajeron un bulto cubierto de pieles, no tuvieron oportunidad hacer nada cuando fueron asesinados, por el campeón que les arrancó sus manos, con tal de tomar el bulto.
Las pieles fueron desgarradas, dejando ver algo grande y afilado.
Su mango era un delgado tronco tallado de dos metros, en la parte baja había lo que parecía ser una esfera de extraño color gris, compartía el mismo color, que la gran hoja manchada de sangre seca.
"Es imposible" Ryuko parecía ser la única del grupo que reconoció el material de qué estaba hecha esa arma.
Metal.
Era una enorme hacha, con un pomo de metal en la parte baja.
¿Acaso los primates eran capaces de también llevar acabo el complejo proceso de crear metal?
Parecía que si, considerando que el arma que portaba el campeón era prueba de ello.
Con lo que parecía ser una sonrisa debajo de la máscara, el campeón tomo el arma y golpeó la hoja contra el suelo, toda la arena parecía sacudirse ante la fuerza del enorme primate, que tenía una enorme sed de sangre y batalla.
Con el golpe del bastón del chamán contra el suelo, la batalla había comenzado.
"¡Rápido!" ninguno de ellos pudo cree la velocidad con la que el gran gorila se movió y apareció entre ellos, ladeando el primer golpe a su primera víctima.
Erza quedó suspendida en el aire, con una mirada de shock por los trozos de huesos esparcirse, el cráneo de dinosaurio que uso toda una vida como escudo, se había roto en pedazos por el solo golpe del pomo del hacha.
Sus pies no alcanzaron a tocar el suelo, cuando el enorme puño del guerrero primate la golpeó y su cuerpo salió volando, estrellándose con brutalidad contra el muro de roca detrás de ella.
Sudor frio bajo del cuerpo de Naruto y las dos chicas, al ver cómo Erza, alguien por ser conocida la mujer acorazada inamovible como una montaña, termino tirada a la distancia, en un charco de su sangre debajo de ella.
"¡Maldito!" Ryuko no lo pensó y se arrojo contra el gorila, usando sus espadas gemelas, dio el corté más poderoso y rápido en su vida.
El gorila no le molestó en esquivarlo, solo uso su brazo derecho como escudo, las dos espadas apenas había perforado su piel y dejado unas heridas poco profundas en su carne.
Usando su hacha, tuvo la intención de cortar a la pequeña humana a la mitad, pero su cuerpo se estremeció cuando una flecha había perforado uno de sus ojos.
Lucy cargo de inmediato otra flecha, con la intención de dispararla al otro ojo del guerrero primate, este último más que furioso se quito la flecha de su ojo reventado.
Ladeando la enorme hecha la lanza contra la rubia, que no tenía los reflejos ni velocidad para hacer nada, ante el gran hacha.
Que en el último segundo fue desviaba, por Naruto que sintió sus brazos casi romperse al igual que la espada de piedra de Erza, al golpear el arma y desviarla hacia arriba.
"¡Lang!" grito con todas su fuerzas el cavernícola, que fue ensombrecido por la silueta del gorila, que se lanzo contra el.
El gran guerrero primate rugió de dolor, cuando la enorme loba se lanzo encima de el, y le mordió su cuello, haciendo que la sangre saliera a chorros.
Tomando a la loba entre sus grandes manos, la lanzo contra el suelo en un doloroso tronido, y solo se escuchó el aullido de la loba blanca, que se quedó inmóvil en el suelo.
"¡Hijo de perra!" Separando las hojas de sus espadas tijeras, Ryuko las uso para cortar el talón de Aquiles del gran gorila, que perdió el equilibrio por el corto en una de sus patas, "¡La otra!" cuando ella iba a cortar el otro talón.
El guerrero primate la tomo de uno de sus brazos, y sin piedad lo levantó sobre el para bajarla y estrellarla contra el suelo, en un grito silencioso la pequeña mujer de cabello oscuro y rojo soltó sus espadas y quedo inmóvil.
Apretando sus puños y elevando sus brazos, el gorila iba rematarla para reducirla en un charco de sangre, pero antes que pudiera hacerlo, quedó inmóvil cuándo fue empujado hacia delante, una cálida sensación recorrió su espalda.
Lentamente miró sobre su hombro para ver su propia arma ser usada por Naruto, que uso el hacha para clavarla en su espalda, en un rugido de agonía y furia el gorila se dio la vuelva y tomo con una de sus enormes manos al cavernícola.
Y lo golpe contra el suelo, para con su mano libre empezar a golpearlo sin piedad.
Lucy solo pudo mirar y escuchar, como los huesos de Naruto se rompían ante los puños del gorila, que rugió y levantó su mano para un último golpe.
La sangre escarlata broto.
De la cabeza del enorme gorila, brotó una lanza empuñada por Erza, que estaba parado sobre sus hombros, y usando el arma de su compañero, había perforado la cabeza del enorme gorila.
Que no cayó.
En cambio levantó la mirada, y su único ojo rojo brillaba como el fuego del infierno.
Tomando a Erza, entre sus manos, la empezó a aplastar.
"¡Lucy!" el grito de la pelirroja era de dolor y desesperación, por la presión entre las manos del gran gorila, que empezó aplastar sus huesos hasta que se quebraran y cortaran su carne, "¡Vete!" pero su único ojo marrón brillaba con determinación, mientras librará uno de sus brazos, usando un cuchillo empezó a apuñalar la mano del gorila, "¡Huye!"
El último pedido de la mujer acorazada era simple.
Que ella huyera.
Que al menos uno de ellos tenía que hacerlo.
Los simios estaban demasiados concentrados en cómo su alfa, aplastaba a la pequeña humana, que no dejaba de gritar en agonía.
Lucy sintió su mundo desmoronarse.
Quería correr y ayudar a su amiga, que aún seguía luchando.
Pero ella no era una guerrera nata como ellos, tenía miedo.
El temblor en sus rodillas era incontrolable.
Las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos.
"Lang" la loba blanca quedó inmóvil dónde estaba, con sangre que brotaba de su boca y nariz.
"Naruto…" el cavernícola rubio estaba tirado en el fondo de un cráter, inmóvil y bañado en su propia sangre.
"Ryuko" la pequeña chica estaba igual, tirada en el suelo, herida y derrotada, con sus espadas gemelas a su lado.
"Erza…" finalmente la pelirroja, que ya había perdido su voz y fuerza, quedando completamente quieta entre las manos del gran gorila.
"Lo siento…"
Murmurando esas palabras Lucy salió corriendo, tan rápido como sus piernas se le permitieron, todos los ojos en el coliseo se centraron en ella, mirando con diversión y burla como la última humana parecía querer huir.
El campeón alfa, dejo caer el cuerpo mal trecho de Erza, y se centro en la pequeña rubia, que había dejado de correr al estar contra la pared, y darse la vuelta para levantar su arco y apuntar su flecha contra el gran gorila.
Que gruño de forma grave, levantándose golpea sus puños contra su pecho y dio un fuerte rígido que se escuchó en toda la selva.
El había ganado.
Lucy bajo lentamente su arco, con su cabello ensombreciendo sus ojos, levantó su arco y disparo una flecha hacia el aire.
Todos los simios, pensaron que era un intento extraño y ni siquiera se molestaron en seguir la flecha.
Un grave error.
El chamán rugió con furia, cuando la fuente del elixir negro fue roto por la flecha, y todo el contenido bajo por la pared de roca.
Todos los primates quedaron helados, al ver cómo el elíxir negro cayó sobre Lucy, que dejo caer su arco y flecha, y levantó la cabeza, para dejarse bañar por el extraño líquido negro.
Los ojos de la chica se iluminaron en rojo, un rojo que sería lo último que cualquiera de estos animales vería, por el gran mal que se acaba de nacer en el coliseo.
*Latido*
Lucy cayó de rodillas, sentía que su cuerpo ardía en llamas, y sus sentidos primarios se disparaban, y su mente se nubló por las emociones negativas que afloraron de su interior.
*Latido*
Ira.
*Latido*
Odió.
*Latido*
Frustración.
Todas esas emociones dirigidos contra su enemigo.
*Latido* *Latido* *Latido* *Latido*
Los latidos de su corazón se volvían cada vez más fuertes, mientras su ropa se iba desgarrando, y su cuerpo creciendo a un ritmo alarmante, qué hizo que el chamán golpeará repetida veces su bastón contra el suelo.
Esto había dejado de ser una batalla para coronar al alfa.
Se había convertido, en la supervivencia para acabar con una amenaza.
La lluvia de dardos cayeron sobre Lucy, que recibió cientos de esos dardos, que rebotaron en su piel como si ella estuviera hecho de roca.
Ante el fallo del primer intento, todos los simios bajaron para atacarla mientras aún estaba en el suelo.
Patadas.
Golpes.
Mordidas.
Cosas que podrían hasta destruir árboles, caía sobre la rubia que dejó de crecer, y se quedó quieta dónde estaba.
El rostro del chamán fue manchado de sangre, cuando vio como veinte de sus seguidores estallaron en pedazos, por un estallido de fuerza bruta de la mujer humana, que se levantó ante los restos de los simios.
Tomando la mitad de uno, lo arrojó contra el chamán, que termino como una mancha roja de carne picada por ser golpeando contra la pared de roca.
El campeón gorila se quedó de pie, viendo como esa mujer dio un rugido que fue escuchado en toda la selva, y con simples golpes contra los simios, los destrozo como si fueran simples ramas secas.
Al ver que no podría ganar, todos intentaron huir.
Pero Lucy golpe sus manos contra el suelo de piedra y lo rompió, con sus manos sangrado, tomo varias de las rocas, para empezar a triturarlas entre sus manos y solo cuando tenían el tamaño de nueces, fueron lanzadas.
Los simios no tuvieron oportunidad de hacer algún sonido, cuando fueron despedazados por la lluvia de rocas, que trituro y dejo sus cuerpos degollados en el suelo.
Respirando con pesadez, la mirada de la gran mujer, se dirigió al último enemigo en la arena de combate.
Con miradas de sed de sangre mutua.
Los dos dieron un rugido ensordecedor y se lanzaron al ataque.
La noche fue testigo de un combate legendario, de dos especies diferentes que habían probado un elixir oscuro, sus grandes cuerpos se movieron a toda velocidad con pasos pesados y finalmente chocaron en un estallido de fuerza bruta, que fisuro el suelo debajo de ellos.
Los intercambios de golpes no se hicieron esperar, no eran golpes coordinados ni precisos, eran golpes brutales que solamente buscaban acabar con su oponente, y por su tamaño al principio del gorila parece a tener la ventaja, al golpear ambos puños contra los hombros de la mujer.
Que cayó de rodillas, y terminó de golpearlo el suelo, cuando más poderosos golpes la presionaron contra la piedra, pero aún en su estado berserker, Lucy tenía la suficiente inteligencia para aprovechar una pequeña ventaja.
Sus largas uñas de su mano derecha se enterraron en herida abierta, del talón del campeón Alfa, qué rugió en agonía por la forma en que sus tendones fueron tomados y arrancados de su pie, un dolor insufrible vino acompañado de la sangre que dejó un gran charco en el suelo.
Trato de recuperarse retrocediendo, sus ojos se enfocaron en el hacha tirada a la distancia, intentó ir por ella, pero había cometido el peor error que se podía hacer en un combate a muerte.
Darle la espalda a tu enemigo.
El cráneo que el gorila usaba de mascara, se rompió en miles de pedazos al recibir un derechazo demoledor que le hizo volar varios dientes, y lo hizo retroceder.
Sin haber terminado, Lucy corrió contra el y lo tacleo derribando, sentada sobre su cuerpo, lo inmovilizo y sus puños volaron en golpes borrosos, que fueron directo a la cabeza del campeón.
Que intento inútilmente protegerse con sus grandes brazos, pero estos fueron arrancados por la fuerza bruta de la mujer, que no tuvo piedad en tomarlo de las muñecas y arrancar los brazos de su cuerpo.
Los rugidos agonía del Gran Campeón gorila cesaron, cuando la grandes manos de la mujer golpeando su cabeza, con sus uñas enterrándose en su cráneo, en un solo movimiento su cabeza había sido arrancada de su cuerpo.
Levantando la cabeza como un símbolo de Victoria, Lucy en una última demostración de fortaleza y poderío sobre sus enemigos, aplastó la cabeza en un estallido de sangre, bañándose con ella.
Respirando con pesadez ella cayó de rodillas, su tamaño poco a poco fue disminuyendo y son músculos se fueron desinflando, no pasó mucho para qué lado voluptuosa chica volviera a la normalidad, bañada en sangre con una expresión agotada.
Lucy dio una última mirada a su alrededor, todo el clan de los simios había sido masacradas por sus manos, pero no le importaba ver todos los cuerpos desmembrados y desplazados, lo que más importaba, era que sus amigos aún estaban vivos, el ver cómo se movían un poco y respiraba, fue un alivio gigantesco para ella.
Dejándose caer de espaldas, no le molesto la sangre y órganos que había aplastado con su espalda, con una pequeña sonrisa y sus ojos apenas abiertos, se enfocó en la media luna en el cielo.
Era una bonita noche.
Fin del capítulo 5.
