Como ya saben nada de esto me pertenece, la dueña de estos personajes es Stephenie Meyer y la autora de esta graciosa historia es la autora Hoodfabulous, yo solo traduzco ;)
Y como siempre me acompaña mi querida amiga y Beta, Erica Castelo. Gracias por tu ayuda *
Capítulo Cuatro: Sacudida en Facebook
"Dos años. Solo dos años. Entonces puedes mudarte de vuelta a casa, ir a la universidad, y olvidarte que Forks, Washington alguna vez existió."
Esto es lo que me repito durante toda la mañana al desplazarme adormecida de clase a clase, evitando los constantes susurros y miradas como una campeona. Sí, como una campeona. No es tan difícil ignorar la abrumadora atención que recibe la chica nueva, no cuando tu mente está ocupada pensando en otras cosas, u otras personas… una persona en particular.
Mi corazón da dos vuelcos cada vez que suena la campana entre clases. Reúno mi suministro de libros que se acumula lentamente, para luego caminar penosamente hacia mi casillero compartido con partes iguales de emoción y desdén. Los cambios de humor de Edward me sacaron de mi juego, que consiste en pretender que Edward Cullen no existe. Ese plan ahora es imposible, considerando que compartimos un casillero.
Bueno, eso y el hecho de que él es algún tipo de… estrella de rock y realeza del instituto o algo así.
Afortunadamente no hemos tenido ninguna clase juntos hasta ahora, ni una sola. Y cada vez que alcanza a verme caminando hacia nuestro casillero se marcha enfurecido, evitándome como si fuera una plaga, pero aun así, siento esos sombríos ojos sobre mí cuando nos encontramos al pasar. Algunas veces incluso pasa rozándome, golpeando mi hombro casi apropósito, incluso cuando hay suficiente espacio para moverse en el pasillo.
"Cullen se ve hoy, oh, realmente delicioso."
Son las palabras que escucho cuando estoy sentada en clase de Química esperando la elusiva campana. Echo un vistazo casualmente a mi derecha y veo a dos chicas risueñas susurrando en los escritorios junto al mío. Ambas son rubias y de largas piernas con resplandecientes sombras de ojos, y sus botas a la moda color fucsia son brutales.
Bueno, tan brutales como las botas de lluvia pueden ser.
"Su banda va a tocar en mi fiesta de vuelta a la escuela, ¿sabes?" Presume una de las rubias, sonriendo engreída y arrojando su cabello por encima de un hombro.
"Oh, Dios mío," chilla la otra chica, rebotando en su asiento.
"¡Tu fiesta será épica!"
"Lo sé, ¿verdad? Ugh. ¿Recuerdas esa noche en la fiesta de Crowley el verano pasado?" La rubia número uno pregunta, sus labios color rosa escarcha se estiran en una amplia sonrisa. "Cuando tocó ese solo de guitarra. Estaba sudando y sacudiéndose con su guitarra, chupando esos viper bites al concentrarse con cada cuerda. Ver a Cullen chupar esos viper bites vale cada centavo que mi papi le está pagando a su banda para que toquen en mi fiesta."
Las dos suspiran soñadoramente, haciéndome rodar los ojos al mismo tiempo que una punzada familiar apuñala mi corazón. Niego el sentimiento, para luego sacar mi móvil de mis jeans cuando escucho que vibra en silencio. Levanto la vista, agradecida que la maestra está profundamente absorta en la fórmula que está garabateando en la pizarra mientras habla y habla con voz monótona. Un tipo diferente de dolor apuñala mi pecho cuando bajo la vista para ver la resplandeciente pantalla, viendo aparecer el nombre de mi novio.
¿Cómo va tu primer día? – Paul
Genial. Me aman tanto que decidieron abstenerse de votar para la reina del baile y me eligieron de inmediato. También soy la presidente de la clase y capitana del equipo de animadoras. ¡Vamos Spartans! – Bella
Veo que mudarte al otro lado del país no ha estropeado tu sentido del humor. ¿Por qué no me has llamado últimamente? – Paul
¿Por qué no me has llamado TÚ? – Bella
Escondo el móvil debajo del escritorio, mirado la pantalla hasta que se oscurece, y luego se queda totalmente negra. No hay respuesta y me pregunto… me pregunto por qué no me ha llamado.
No tengo qué preguntarme por qué yo no le he llamado a él.
"Tú eres Bella, ¿verdad?" Una de las rubias susurra en mi dirección, sacándome de mis pensamientos sobre mi novio ausente.
"Sí. Soy Bella."
"Soy Jessica," la rubia número uno susurra, luego asiente a su compañera casi idéntica. "Y ella es Lauren."
"Lindo acento," Lauren ronronea sarcásticamente.
Los plácidos ojos azules de Lauren se deslizan sobre mí al mismo tiempo que me da una sonrisa falsa. Al no encontrar nada interesante, vuelve su atención nuevamente a Jessica y le susurra algo al oído. Las dos me miran antes de estallar en risitas, cubriendo sus bocas con sus manos con manicura al hacerlo.
"Señorita Mallory, señorita Stanley, y señorita Platt… ¿buscan hacer historia al quedarse en detención el primer día de escuela?" La maestra pregunta con tono aburrido.
Las dos chicas sacuden sus cabezas, sonriendo con suficiencia la una a la otra una última vez cuando sus ojos vuelven a mirar a los míos. Levanto mi barbilla y entrecierro los ojos. Mi piel se eriza y me inunda un sorprendente sentimiento de tristeza, lo que en realidad solo me encabrona. No conozco a estas chicas, y desde luego no debería permitirles hacerme sentir tan inferior como me siento en preciso momento.
Las estudio disimuladamente por la esquina de mi ojo a medida que las horas se prolongaban. Llevan puestos leggings modernos y faldas cortas con coloridas botas para lluvia. Yo llevo puestos unos viejos jeans desgastados, una camiseta sin mangas y mis distintivas botas vaqueras que tengo desde la secundaria. Sus rostros están perfectos con su maquillaje perfectamente aplicado. Yo soy simple y aburrida, solo con un poco de rímel, rubor y brillo labial.
El nombre 'Lauren' me suena familiar, aunque no puedo recordar de dónde.
Ocupándome con mi teléfono, actualizo mi estatus de Facebook. Siento la necesidad de compartir mi rabia con alguien, anhelando el apoyo de un amigo, y deseando que se muevan mis dedos llenos de ansiedad.
Actualización de Estado de Facebook:
Bella Platt – Ese momento incómodo cuando te das cuenta que todo el mundo te odia.
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Rose Hale – ¿Qué demonios? ¿Quién te odia? ¿Necesito ir allá y patear el trasero de alguien?
Bella Platt – No, no creo que esta gente pueda soportar tu nivel de locura. Estaré bien. Solo estoy un poco deprimida.
Rose Hale – ¿Deprimida por qué? ¿Alguien te está haciendo pasar un mal momento?
Bella Platt – Todos me miran raro y comparto el casillero con el engendro de satán.
Rose Hale – No hablas de…
Bella Platt – Sí…
Rose Hale – ¡JAJAJAJAJA!
Bella Platt – Gracias por tu apoyo 'amiga'.
El sonido de la campana se escucha en el pasillo. Las dos rubias a mi derecha se ponen de pie, me lanzan una última sonrisa malvada, para luego integrarse a la oleada de estudiantes saliendo al pasillo a tropel a través de la puerta del salón de clases.
"No les des la satisfacción de que te importe lo que piensan," una voz dice detrás de mí. "Sus costosas bragas están permanentemente enterradas en sus engreídos traseros. Chicas como esas hay por docenas."
Me vuelvo para encontrar los amigables ojos oscuros de una criatura alta y esbelta con gafas modernas y una dulce sonrisa.
"Soy Angie," se presenta, poniendo su mochila al hombro, haciéndome desear momentáneamente haber pensado también en traer una. "También soy nueva aquí… soy originalmente de New Jersey. Soy algo así como un experta en este tipo de cosas."
"¿En qué tipo de cosas?"
"En ser la chica nueva," se encoje de hombros. "Mi mamá ha estado pasando por una… fase durante los últimos cuatro años. No puede establecerse en un solo lugar por más de un año, así que aquí estoy. Otra escuela nueva, otro nuevo pueblo. Esta es mi sexta en cuatro años."
" Wow," murmuro. "Ni siquiera puedo imaginarlo."
Aquí estoy yo sintiendo lástima por mí cuando esta chica sufre constantemente su primer día como la chica nueva, año tras año. De pronto, mis problemas parecen insignificantes comparados con los de ella.
"Es hora del almuerzo… ¿quieres ayudarme a perderme buscando la cafetería?" Le ofrezco con una sonrisa.
Angie y yo entablamos una conversación sorpresivamente cómoda al caminar por el pasillo. Los chicos todavía se me quedan mirando y murmuran, pero encuentro que no es tan desalentador ahora que tengo a Angie a mi lado, que actúa como si no notara la atención en lo absoluto.
"¿A dónde se dirigen ustedes dos damas hermosas?" Pregunta una voz conocida.
Jasper Whitlock está apoyado contra la pared cuando pasamos, con las manos en sus bolsillos, y una sonrisa perezosa en la esquina de su boca. Siento que Angie se tambalea ligeramente a mi lado, y estoy segura que es porque este chico nos está hablando.
"Hola, Jasper," digo, sin detenerme al seguir caminando.
Angie se queda callada cuando Jasper se empuja de la pared y en seguida se acerca a mi lado. Se aplica una ligera presión en mi espalda baja. Estoy muy consciente que este chico me está tocando, guiándome, las puntas de sus dedos danzan por la delgada tela de mi camiseta, masajeando suavemente la piel debajo.
"Esos libros se ven pesados, Bells. Déjame cargarlos por ti," se ofrece con esa casual sonrisa engreída.
Tengo un gran total de dos libros en mis manos.
"Um, creo que puedo con ellos, Jasper," me rio. "Pero gracias."
"Nah. Insisto."
Jasper toma los libros de mis manos, ignorando mis súplicas en protesta. Angie se ríe a mi lado, y siento que mis mejillas se calientan por la vergüenza.
"Los chicos normalmente se sientan en las mesas de picnic afuera en los días que no llueve," dice Jasper, "y en la cafetería los días que sí."
"¿Quieres decir que hay días que no llueve fuego y azufre en el infierno?" Bromeo con el ceño fruncido.
"¿El infierno?" Se ríe, su sonrisa se hace más grande y sus ojos de algún modo se ven más azules. "¿Comparas Forks al infierno?"
"Lo más cercano que he visto a uno," murmuro, pensando en la mirada amenazadora de Edward.
"No está tan mal," Jasper se encoje de hombros. "Si alguna vez te sientes aburrida, siempre puedes venir a la práctica de mi banda. ¿Quieres que dejemos estos en tu casillero antes que nos dirijamos a la cafetería?"
"Sí, el casillero sesenta y nueve."
"¿El sesenta y nueve? Ese es el casillero de Cullen." El pobre chico parece atónito.
"No me lo recuerdes," murmuro, para luego suspirar. "Es una larga his…"
Mis palabras se atoran en mi garganta. Mis pies están pegados al brilloso piso encerado. Angie choca conmigo, murmurando una maldición bajo su aliento cuando la tomo desprevenida al detenerme abruptamente. Sigue mi mirada con la suya, con nada más que pura confusión jugando en sus oscuros iris.
Una de las rubias de Química, Lauren, está recargada en el casillero sesenta y ocho. Con una pierna doblada en su rodilla, apoyada en los casilleros detrás de ella. Está riendo y burlándose de un chico hermoso, haciendo un gran espectáculo al intentar quitarle una boina de la cabeza, algo que no tenía la última vez que lo vi en el pasillo.
Una puñetera boina.
Ahora, en cualquier otra persona la monstruosidad de tela a cuadros y poliéster se vería totalmente ridícula, pero sobre el rebelde cabello color óxido de Edward se ve natural, pero con sentido, como si tratara de decir, "Sí, es una boina. Y se me ve jodidamente increíble."
Y así era. Se ve tan increíble que despierta a Cooch. Ella se pone su vestido de los años veinte con lentejuelas, y enciende un cigarrillo mirando lascivamente la boina de Edward. Juro que escucho música ragtime (1) tocando en alguna parte de mi subconsciente mientras Cooch fuma sin parar, soplando metafóricos anillos de humo en el rostro de Lauren.
Solo llama a la perra 'Cooch Gatsby'.
"Esa gorra es espantosa, Cullen," Lauren finge un gemido con una sonrisa, sin darse cuenta que mi vagina la mira con desprecio.
Edward la mira con el ceño fruncido, apartando sus manos de golpe, lo que alivia el ardor en el centro de mi pecho. Lauren continúa riendo y burlándose de él, encontrando cualquier excusa para tocar sus brazos y su pecho, su cuerpo fibroso con músculos delgados bajo su colorida piel.
Le arrebató mis libros a Jasper de sus ágiles dedos, para luego aclarar mi garganta.
"Disculpen."
Edward y Lauren se vuelven al escuchar mi voz, viéndose igualmente sorprendidos de verme parada ahí con el ceño fruncido.
"¿Podemos ayudarte?" Lauren sonríe engreída, enroscando un mechón de cabello en un dedo.
"Sí, pueden ayudarme. Pueden empezar con moverse," murmuró, negándome a mirar a los ojos oscuros de Edward, al mismo tiempo que me interpongo entre la pareja.
En lugar de moverse él solo se queda ahí, recargado en el casillero a la izquierda del de nosotros, observándome cuando arrojo mis libros dentro del que compartimos. Está tan cerca que puedo sentir el calor irradiando de su pecho e inhalar su colonia aromática.
"¿Qué pasa, Platt?" Pregunta con voz baja y sensual. "Te ves más torpe y fatua que nunca."
"¡Qué emoción!" Jadeo, agarrando mi pecho con mi mano y rodando los ojos. "Tus palabras son poesía líquida. ¡Remueves algo en lo más profundo de mi alma!"
"Tú también remueves algo en mí," murmura, al menos, creo que eso es lo que murmura. Habla tan bajito que es difícil de escuchar.
"¿Qué?" Pregunto, perturbada.
"Nada."
"Tu novia tiene razón," miento, señalando con mi pulgar a Lauren, que de pronto está callada; escuchando. "Tu boina es estúpida."
"Tu rostro es estúpido."
"¡Oh! Eso duele," grito, presionando el dorso de mi mano en mi frente. "No he escuchado eso desde el tercer grado. ¿Cómo sobreviviré cuando tus palabras me han herido de esa forma?"
"Desde el tercer grado, ¿eh?" Replica, lamiendo esos deliciosos labios y sonriendo. "Entonces, ¿siempre has sido así de fea?"
Rodando los ojos, azoto la puerta del casillero, luego hago gesto hacia el candado. Él lo presiona en mi mano; el metal frío comparado con el calor de la punta de sus dedos rozando mi palma.
"Ella no es mi novia."
Mi estómago da un ridículo vuelco. Levanto la vista del candado en mi mano a sus ojos. Hay firmeza en su tono, y algo oculto en sus ojos, algo que no comprendo. Me muevo incómoda en mi lugar, el momento parece casi íntimo de cierta forma, como si no estuviéramos rodeados por tres personas más.
"¿Qué?" Murmuro después de un segundo.
"La llamaste mi novia. No tengo novia," aclara con una sonrisa pícara.
"Cullen no es de los que tienen novia," Lauren habla de repente, sus ojos azules destellan al darme una sonrisa altanera. "Pero no le molesta una buena mamada y follada de vez en cuando. ¿No es así, Cullen?"
En vez de verse alegremente indiferente, se ve amargada y fría. La sonrisa en su rostro titubea al ver el chico junto a mí. Los ojos de él nunca dejan mi rostro, e imagino que está estudiando mi reacción a las palabras de ella.
"Eso es no es nada sorprendente," murmuro, cerrando nuestro casillero, girando la marcación, y fulminando con la mirada a su estúpida cabeza.
"Imbécil."
~c00ch~
"¿Qué pasa contigo y esos chicos?" Angie pregunta en voz baja.
Angie me mira fijamente mientras avanzamos en la fila del almuerzo. La cafetería es un hervidero de actividad: chicos riendo, charlado y gritando. El lugar está todo mal. Es demasiado pequeño y las mesas son redondas en lugar de largas y rectangulares. El nivel de ruido es una locura comparado con el caos en susurros del instituto allá en casa.
"¿A qué te refieres? Nada." Siseo, esperando que Jasper, que está charlando a unos centímetros de distancia con un tipo rubio con el cabello en punta, no la escuche.
"Oh, vamos. Es muy obvio que los dos sienten algo por ti," susurra. "¿Cómo los conoces?"
"Es una larga historia," suspiro. "Pero puedo asegurarte que Edward Cullen sin duda, no siente 'nada' por mí."
"Sí, estás llena de largas historias, ¿eh?" Suelta una risita, rodando los ojos. "Entonces, ¿dónde vamos a sentarnos? Sabes lo importante que es esa decisión."
"Sí, Regina George, quiero decir, Angie," digo inexpresiva y con voz plana. "Definitivamente entiendo está decisión totalmente irrelevante."
Me siento atrapada en un montaje de 'Chicas Malas'.
"Verás, están los geeks de banda," susurra, señalando disimuladamente a un grupo de chicos sentados en una esquina de la habitación. "Y están los cerebritos… jugando con sus calculadoras científicas. Están los deportistas, los drogadictos, los skaters, los marginados, hípsters, los scenesters, los esnobs, los nerds, las chicas malas, los chicos emo, los que juegan videojuegos, los aspirantes a gánster, porque sabes que no hay verdaderos gánster en este pueblucho, los chicos actores, los chicos fiesteros, las perras…"
"¿Qué hay de ellos?" Pregunto, asintiendo hacia la mesa donde Cullen, Lauren, Jessica y un montón de otros chicos están sentados.
"Esa es mi mesa," Jasper habla, riendo al ver nuestros rostros sonrojados. "¿Quieren sentarse con nosotros?"
Supongo que por 'nosotros' está incluyendo al excesivamente atento chico rubio que me mira como si fuera un pedazo de carne. Es lindo, aunque la forma Cullenesque en que peinó su cabello no le queda muy bien.
"No, creo que estamos bien," declino, haciendo una mueca cuando Angie me da un codazo en las costillas con su flaco brazo.
"De acuerdo, bueno, si cambias de opinión sabes dónde estaré."
Jasper y el chico se dan la vuelta nuevamente, pero solo después que Jasper me diera una última mirada abrasadora. Los cabellitos de mi nuca se ponen de punta como si alguien me mirara fijamente por detrás. Me froto sin darle importancia mientras avanzamos lentamente y recogemos nuestras bandejas de almuerzo.
Angie y yo encontramos una mesa abandonada no lejos de Edward y Jasper. Las dos pasamos la mayor parte de la hora del almuerzo hablando de chicos y bandas, y me encuentro preguntándome cómo suena la banda de Jasper y Edward, qué tipo de música tocan y simplemente, cuán populares son en realidad. Observo a Edward desde lejos, imaginándolo tocando la guitarra, chupando esos viper bites justo como Jessica lo describió. Mi estómago revolotea cuando suena la campana y se paran los chicos sentados a la mesa, para luego pasar lentamente junto a nosotros al dirigirse hacia la puerta.
"Oye, Bella," dice Jasper, pausando a un lado de nuestra mesa y dándome su móvil. "Pon tu número en mi teléfono."
No es una solicitud, pero su sonrisa es amigable y su voz amable. Titubeo al tomar el teléfono de su mano, tragando el nudo en mi garganta cuando Edward me mira ceñudo a un lado de su amigo. El chico grande y musculoso de la cafetería también está junto a ellos, riéndose entre dientes al mirar de Edward a Jasper, y luego a mí.
Mis dedos sudorosos marcan mi número en el teléfono de Jasper al tragarme la culpa, la culpa de darle a un chico mi número cuando tengo mi propio chico en casa.
"Tengo novio," le recuerdo con una ceja levantada.
"Oye, no hay nada malo con ser amigos," intercede, recuperando su móvil, mientras roza sus dedos con los míos.
Jasper me agita su mano para luego marcharse, con el chico musculoso de ojos azules carcajeándose detrás de él. Edward se queda un momento más, sus profundos ojos verdes estudiándome antes de volverse y seguirlos. Agachando la cabeza, empuja las puertas de la cafetería para abrirlas y sale a la llovizna arremolinándose afuera.
"Oh, Dios mío," Angie gime, agitando su mano frente a su rostro. "¡La forma en que ese chico te mira! Puedes cortar la tensión sexual con un cuchillo."
Levantándome, recojo mi bandeja y sacudo mi cabeza. Las dos tiramos lo que queda en nuestras bandejas y nos dirigimos hacia la puerta.
"¿Jasper? Es incansablemente persistente."
"No Jasper," gruñe. "El otro chico… Edward."
"¿Edward? Él me mira como si quisiera comer mi alma."
Angie suelta una risita, subiendo su gafas en su nariz. La sonrisa cómplice que porta me deja una sensación rara en mi interior, toda enredada y confundida.
"Definitivamente te mira como si quisiera comer algo," sonríe con suficiencia. "Pero no es tu alma."
Cooch está de acuerdo, chocando puños con Angie en su interior y mostrándole el dedo medio a la figura de Jasper retirándose.
~c00ch~
Hay libros esparcidos en la barra de mi cocina. Mi diario está abierto frente a mí mientras escribo cada palabra y pensamiento que cruzó hoy por mi mente, la mayoría relacionados con Edward. La tapa de mi lapicero está mascada por los minutos y luego horas de reflexivas divagaciones internas.
Honestamente, no sé cómo puedo compartir un casillero con Edward por lo que queda del año escolar. Estar cerca de él me deja nerviosa y confundida. No quiero ser esa chica, la chica que se enamora del chico guapo y mujeriego del instituto, no que importe de todos modos. Edward ya expresó su opinión sobre mí, dejando claro como el agua que lo único que siente por mí es desprecio mutuo.
Aun así, no puedo negar que me siento físicamente atraída a este chico, y no está de más que puede responder mi ataque verbal contra él. Es como un lustroso regalo metido debajo de un árbol de Navidad. Quiero desenvolverlo, retirar las capas y desentrañar el misterio que es Edward Cullen.
Y no solo estoy hablando de su ropa, por muy agradable que sea quitarle la ropa.
Suspirando, hago a un lado mi diario y saco mi teléfono. Solo Rose ha llamado y me ha enviado mensajes como un millón de veces, pero sinceramente, no tengo deseos de recordar el horrible día que tuve.
Hay un comentario en mi muro de Facebook de Paul que no leo, y varias solicitudes de amistad. Mis cejas se fruncen en confusión al ver algunos de los nombres desconocidos, pero veo que menciona que viven en Forks, así que asumo que son solo algunos chicos del instituto sintiendo curiosidad por la chica nueva.
En realidad, no quiero aceptar solicitudes de gente que no conozco, pero tampoco quiero parecer la perra indiferente que algunas veces soy en secreto. Acepto la mayoría de las solicitudes, pero me congelo cuando veo la última.
¿Edward Cullen quiere ser mi amigo?
Mis ojos se entrecierran con sospecha en su rostro sonriente. En seguida presiono su nombre para merodear en su página de Facebook, pero toda su configuración debe ser privada porque lo único a lo que tengo acceso es su estúpida sexy foto de perfil. Es una foto de él con sus ojos cerrados, una guitarra negra en sus manos y sus labios rosados cantando en el micrófono.
El fondo detrás de él es negro, nada más que una mancha de colores jaspeados, aparte del resplandor rojo de las luces estroboscópicas destellando a su lado. Tiene un montón de comentarios anexos a la foto, la mayoría de chicas, la mayor parte de ellas diciendo cosas que hacen que mi estúpido estómago se apriete y retuerza.
Ofuscada por los celos y la ira irracionales, intento presionar el botón de rechazar en la pantalla, pero accidentalmente presiono aceptar. Maldiciendo, muerdo mi labio, y luego considero eliminarlo, pero rápidamente desecho la idea al formarse una nueva.
Ahora tengo acceso a las fotos de Facebook. Puedo ver su rostro desdeñoso cuando quiera.
Cooch me está dando los cinco, animándome. Si la perra fuera una chica de instituto como yo, en vez de una vagina, estoy segura que se estaría poniendo su traje de animadora y agitando sus pompones al animar al equipo de casa.
Veo que aparecieron un par de notificaciones. Haciendo clic en la pantalla, mis ojos se abren como platos cuando tres nuevos comentarios se han hecho en mi discusión de antes.
Bella Platt – Ese momento incómodo cuando te das cuenta que todo el mundo te odia.
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Rose Hale – ¿Qué demonios? ¿Quién te odia? ¿Necesito ir allá y patear el trasero de alguien?
Bella Platt – No, no creo que esta gente pueda soportar tu nivel de locura. Estaré bien. Solo estoy un poco deprimida.
Rose Hale – ¿Deprimida por qué? ¿Alguien te está haciendo pasar un mal momento?
Bella Platt – Todos me miran raro y comparto el casillero con el engendro de satán.
Rose Hale – No hablas de…
Bella Platt – Sí…
Rose Hale – ¡JAJAJAJAJA!
Bella Platt – Gracias por tu apoyo 'amiga'.
Edward Cullen -- ¿Qué pasa? ¿No te gustó compartir el 69 conmigo hoy? La mayoría de las chicas no se quejarían. Supongo que tengo que hacer que te guste, porque no voy a ir a ningún lado, Platt.
Rose Hale – …
Paul Lahote – ¡¿Qué demonios?! ¡Esa es mi novia! ¿De qué demonios estás hablando? ¿69?
Edward Cullen – ¿Bella es tu chica? Mmm… no te preocupes. Cuidaré bien de ella por ti.
(1) Ragtime, abreviado en ocasiones como «rag», es un género musical estadounidense que se popularizó a finales del siglo XIX derivado de la marcha, caracterizado por una melodía sincopada y un ritmo acentuado en los tiempos impares.
Uy, alguien quiere que se quede sin novio, ¿no creen? Como dijo Angie, la tensión sexual puede cortarse con un cuchillo, pero… es obvio que Jasper no le va hacer las cosas fáciles a Edward. ¿Por qué tanto interés, será que realmente se siente atraído a Bella o solo quiere complicarle las cosas a Edward? Mmmm… algo en qué pensar. Y Bella también tiene quién le complique las cosas, Lauren. Se va acomodando las piezas para el drama jejejeje. Espero que hayan disfrutado del capítulo y como siempre, esperaré ansiosa sus reviews para saber qué les pareció y leer pronto siguiente ;) Recuerden que depende de ustedes, no les cuesta nada chicos, solo unos minutos de su tiempo y su deseo de ser agradecidos. Sus revistas el único pago que recibimos por hacer esto para su diversión.
Muchas gracias a quienes dejaron su review en el capítulo anterior: Freedom2604, Cassandra Cantu, Vianey Cullen, Marme, NaNYs SANZ, Paola Lightwood, Lizdayanna, Nadiia16, miop, Sully YM, Edith, GZarandon, rjnavajas, Ali-Lu Kuran Hale, bealnum, Leah De Call, Tata XOXO, AnnieOR, solecitonublado, tulgarita, Mio1973, somas, kaja0507, Jade HSos, Maryluna, Brenda Cullenn, Manligrez, kasslpz, piligm, Isis Janet, Pameva, saraipineda44, Mafer, Lectora de Fics, bbluelilas, Car Cullen Stewart Pattinson, NarMaVeg, Liz Vidal, mrs puff, BereB, MajoRed, glow0718, Dani, Lady Grigori, EriCastelo, aliceforever85, y algunos anónimos, saludos y nos leemos en el siguiente que espero sea muy pronto, DEPENDE DE USTEDES ;)
