Un nuevo golpe en la puerta lo hizo agazaparse en la esquina, ya no quería más de ese infierno. Por instinto miro hacia todos lados buscando como escapar
Fred – dijo Albus suavemente – cariño, ábreme. Estoy solo
Déjeme en paz – exigió el chico
Fred – dijo el anciano – déjame ayudarte. Se por lo que estás pasando
¡Nadie sabe por lo que estoy pasando! – grito Fred desesperado
No eres el primero ni serás el ultimo – dijo Albus acercándose – pero eres el primero al que llama intocable. Solo dale un par de veces lo que él quiere – le dijo sonriendo – y luego podrás poner tus condiciones. Las cumplirá todas sin peros
¿Qué gana con esto? – dijo Fred mirándolo con recelos – ¿Por qué me quiere ayudar?
Porque… no quiero que seas su juguete – dijo acariciándole el cabello
No me toque – sollozo el pelirrojo rehuyéndole –. Usted es su…
Todos somos sus juguetes – dijo Albus mirándolo fijamente – pero tú puedes volcar la partida. Dejar de ser la presa para ser el cazador, está en tus manos y dejar de ser uno más, con todo lo que ello implica
¿Qué quiere decir? – dijo Fred intrigado
El chiste de este juego – dijo Albus sonriendo y Fred alcanzo en sus ojos a ver algo parecido a la locura – es no averiguar jamás la respuesta a esa pregunta
¿Dónde está mi cachorrita? – dijo Fenrir con un tono alegre entrando al baño
¡Ladra! – le urgió Albus al anciano en voz baja pero Fred lo miro con una interrogante muda en los ojos – es hora de decidir si sobrevivirás o no en este lugar. ¡Ladra!
Cachorrita – dijo Fenrir caminando lentamente – creo que tu estomago no recibe cualquier comida, así que te hice algo especial. Ven para que te lo de
No puedo – sollozaba Fred en voz baja
Hazlo – exhortaba Albus
Lo tengo bien caliente entre las piernas – decía Fenrir sin dejar de avanzar – Cachorrita. Psss, ven aquí cachorrita. Tu amo te llama
Sal ahora – le urgía Albus
Si no obedeces deberé educarte como se debe – decía Fenrir más cercano – mira que tengo un regalo para ti que te va encantar. Cachorrita
Guaus – dijo Fred mientras una lagrima se le escapaba cuando salía del cubículo con cuidado para que Fenrir no viera al anciano
Allí estas traviesa – dijo Fenrir sonriendo –, vi que no comiste bien y te traje algo
Mucha gracias Alfa – dijo Fred – no merezco que se preocupe tanto por mi
¿Y tú te preocupas por mí? – dijo Fenrir
Mucho – respondió bajando el rostro
Bájate los pantalones y ponte de rodillas – ordeno el mayor y a Fred le fue imposible no mirar hacia la puerta – tranquila usted – dijo acariciándole el rostro – la voy a tratar como la dama que es
Alfa… – susurro Fred
Obedece, preciosa – dijo Fenrir y Fred lo hizo temblorosamente sin dejar de llorar por lo bajo – prometo que siempre seré un caballero si me prometes ser obediente – Fred solo pudo asentir en silencio – abre la boca – ordeno abriéndose él los pantalones – estas muy flaco cariño. Desde hoy me encargare personalmente de tu alimentación
Gracias Alfa – dijo evitando temblar como una hoja de papel poniéndose de rodillas para empezar a masturbarlo con la boca
Empieza cachorrita – ordeno Fenrir con una sonrisa lasciva – este será tu plato principal
Con manos temblorosas y cerrando los ojos, el ex detective tomo el miembro del otro hombre y empezó a pasear su lengua por la punta del miembro que tenía en frente. Luego de unís segundos, centímetro a centímetro fue introduciéndose a la boca ese pedazo de carne grueso, venoso y palpitante.
***FLASBACK***
Solo dale un par de veces lo que él quiere – le dijo sonriendo – y luego podrás poner tus condiciones
***FIN DEL FLASBACK***
Se obligó a sí mismo a levantar la vista y cruzarla con la del hombre que tenía en frente sin dejar de lamer el miembro. Fenrir enredo su mano derecha en el cabello del detective mientras la izquierda la apoyo en la pared e imprimió más velocidad en sus embestidas, Fred se sujetó de las caderas del hombre para no caer y vacío completamente su mente. No debía pensar. Debía llegar hasta el final. Por George
Un grito triunfal se escuchó en todo el lugar mientras su boca y garganta eran inundadas por el líquido del Alfa de Azkaban. No espero la orden y sin detenerse a pensarlo se lo trago
Eres… increíble – dijo Fenrir echando su cabeza para atrás
Gracias señor – dijo el pelirrojo conteniendo sus lágrimas bajando el rostro
Tranquilo – dijo el mayor ayudándole a ponerse de pie y limpiándole las comisuras de la boca – quiero que busques a Bellatrix. Ella te ubicara donde ayudaras. Ahora… – y tomándolo de la cintura lo beso dulcemente – ve a la lavandería. Ayudaras ahí
Pero… – dijo Fred nervioso
Yo enseguida te alcanzo cachorrita – dijo Fenrir dándole una nalgada – tengo cosas que arreglar
Permiso Alfa – dijo el chico y salió del lugar lo más deprisa que pudo
Por Dios – dijo Fenrir apoyándose en la pared mientras cerraba los ojos – ese chico sabe complacer a un hombre, aunque aún no sabe que lo sabe. Gracias Albus – dijo abriendo la puerta del cubículo sin moverse de su lugar – hiciste un excelente trabajo
Gracias Alfa – dijo este saliendo lentamente del baño
Serás muy bien recompensando – dijo el castaño
Mi mayor recompensa es verlo feliz – dijo Albus sonriendo
Vete – ordeno Fenrir y Albus obedeció inmediatamente
Fenrir cerró los ojos exhalando mientras sonreía. Por fin había encontrado a quien quería a su lado el resto de su vida, y poco le importaba la opinión del mundo, incluida la opinión del propio Fred. Sería su mujer y se comportaría como tal, le guste o no
Cuando salió del cubículo, noto que un guardia lo esperaba junto al lavado
Tu nuevo juguete salió un poquito dolorido – dijo el guardia sonriendo
Aun no se adapta del todo a mí – dijo Fenrir con malicia – ¿Qué me tienes?
Ya está todo listo – dijo el guardia – esta noche se llevaran a Neville
Bien – dijo Fenrir lavándose las manos – que le diga que lo subasten la segunda semana.
Muy bien Alfa – dijo el guardia
¿Minerva ya se adaptó? – pregunto Fenrir
Llora mucho, sobre todo durante el acto – contesto el hombre – lo curioso es que eso excita a los clientes
Seis meses de prostituta oficialmente – dijo el reo – y aun pudorosa. Bueno, siempre y cuando me de plata. Fuera – ordeno
Fred, que había estado escuchando detrás de la puerta, se escondió en detrás de uno botes justo antes que la puerta se abriera para dejar salir al guardia y minutos después lo hizo Fenrir, acomodándose su pantalón
Sentado en las graderías del patio, Tom miraba en silencio como algunos reclusos conversaban, mientras otro grupo juagaba baloncesto. Los guardias observaban todo desde su puesto
¿No estarás pensando arrinconar al nuevo? – pregunto Harry
Ya se le pasara su caprichito al Alfa – contesto Tom
¿De verdad crees eso? – pregunto Ron con burla – repítelo hasta que te lo creas
Escucha comadreja de bolsillo – dijo tomándolo sorpresivamente de la solapa – los días del Alfa en este lugar están contados
¿Ya va a salir? – dijo Sirius con un brillo travieso en los ojos – deberíamos felicitarlo
Son unos imbéciles – dijo Tom molesto –. Ya les enseñare a respetar
Vamos mi Lord – dijo James sonriendo –, no se enoje o se va arrugar
¿Más a aun? – pregunto Sirius
¿Así que para ustedes solo soy un viejo senil? – dijo Tom – muy bien. Les cobrare caro esa ofensa cuando yo mande en Azkaban
Creo que el Alfa dejo muy claro el otro día cuál es tu lugar – dijo Harry y todos se rieron
Diez minutos más tarde, por la puerta que daba al interior entraba Fenrir Greyback con paso seguro y una sonrisa radiante en los labios. A su paso todos le sonreían, algunos nerviosos otros con coquetería.
Camino hacia donde estaba Fred conversando con Fleur, que sonreía coqueta mientras se acariciaba el cabello
Me gugtagia tangto veg eso – dijo sonriendo
Aquí lo tienes – dijo Fenrir tomándola del cabello desde atrás y colocándole su navaja en el cuello
Amog – grito la rubia asustada
¡Alfa! – dijo Fred igualmente asustado – no es lo…
Dije claramente que nadie tenía que siquiera mirar a mi cachorra ¿o no? – siseo Fenrir en el oído de la mujer
¡Pegdon, agfa! – lloraba la chica – no fueg mi ingtegciong
Desobedecer te puede costar la vida – le dijo al oído
Alfa – suplico Fred – por piedad. Solo conversábamos – pero como el hombre no lo escuchaba decidió arriesgarlo todo – ¡yo soy solo suyo! ¡De nadie más! – y todo se quedó en completo silencio
Haz que todos escuchen eso – ordeno con voz firme
¡yo soy solo suyo, alfa! – dijo Fred fuerte y claro – ¡de nadie más! ¡Solo suyo! Solo me decía que le gustaba leer. Yo jamás miraría a alguien más. No me arriesgaría a perder el favor de mi Alfa. Usted es todo lo que necesito
¿Te gustan los hombres cachorrita? – pregunto Fenrir con una sonrisa torcida
La… verdad – dijo Fred y miro disimuladamente a Albus que asintió – es que solo me gusta mi Alfa. Solo me interesa hacerlo feliz a usted
Repite eso – ordenó soltando a la mujer mientras avanzaba con la mirada clavaba en el pelirrojo si dejar de sonreír y Fred trago saliva – te di una orden. Repite eso
No… soy gay… – dijo el policía escogiendo muy bien sus palabras – pero haber… sido… la… cachorrita… de mi amo… fue… – sonrió – la mejor experiencia de mi vida y… espero volver a repetirla muchas veces. Ojala el resto de mi vida
¿El resto de tu vida, eh? – dijo rodeándole la cintura con ambos brazo y agarrándole los glúteos y levantándolo ligeramente mientas Fred sonreía nervioso – ¡me encantas! – dijo mordiéndole el cuello
Prometo ser la cachorrita más complaciente que mi Alfa hubiese poseído en su vida – dijo Fred cerrando los ojos
No me queda duda de ello – dijo Fenrir asaltando con su boca la del pelirrojo que se auto ligo a abrir la suya cerrando los ojos
