Disclaimer: Por la presente, renuncio a todos los derechos y responsabilidades de los personajes titulares de este momento subido de tono… especialmente aquel superado por su curiosidad. Un gesto de reconocimiento va hacia Rumiko Takahashi por su destreza creativa.

Deuda de gratitud: Gracias al beta-reader JMaxwell.

Este one-shot fue posteado por primera vez en Live Journal el 25 de agosto de 2009.


Guardia

Fue gracioso ver lo emocionada que se puso Kagome cuando el jefe de la aldea mencionó las aguas termales. Inuyasha habría preferido obtener algo más útil que un baño por salvar ese asentamiento forestal de aquel demonio desquiciado (aunque solo lo hubiera hecho por el fragmento de la joya), pero la expresión jovial de la chica le dejó sintiendo que había hecho algo bueno. La promesa de una cena caliente y un techo bajo el que dormir esa noche también ayudó a mejorar el ánimo del medio demonio.

Ahora merodeaba en las afueras de la 'casa de baños', que realmente era poco más que una cabaña destartalada para cambiarse. Las aguas termales en sí estaban a la intemperie, pero los aldeanos al menos habían erigido una cerca de bambú, cercando el área. Por la forma en que los lugareños hablaban de ellas, estaban al nivel de un tesoro local — una fuente de orgullo y alegría. Y a decir verdad, los aldeanos son más pobres que nosotros, pero sí que tienen buena higiene...

Como señal de respeto — o de que nadie quería bañarse con un medio demonio — los tres tenían el lugar reservado. Inuyasha había dejado a Kagome ir primero, y el enano no tardó en seguirla. Dado que Shippo era un niño, no tenía demasiado problema con permitir que la acompañase. No es como si quisiera ser quien tenga que encargarse de bañarlo. Solo deseaba que el maldito zorro dejara de intentar provocarle celos con sus burlas salidas de tono. Celos. Qué... ridículo.

La puesta del sol se acercaba, y conforme la sombra de las montañas circundantes caía sobre la aldea, las temperaturas descendieron. Por lo fresco de la tarde, el vapor de las aguas se asomaba por la parte superior de la desigual cerca, y dados los excesivos chapoteos que escuchaba proveniendo del otro lado, parecía que Shippo nadaba en círculos. Los oídos de Inuyasha atraparon la suave risa de Kagome, y su nariz se crispó cuando el áspero olor mineral que rodeaba el manantial empezó a ser reemplazado por el aroma floral de la chica.

Justo cuando pensaba que lo idílico de todo le dejaba margen para relajarse, un aldeano pasó cargando un rastrillo sobre su hombro, e Inuyasha lo vigiló con desconfianza hasta que se fue de su vista. Tuvo una idea. Esta cerca no es sólida... y si hay agujeros... mierda. Tendré que ver que no haya depravados espiando. Con una mirada furtiva para asegurarse que nadie se estuviera dirigiendo a la casa de baños, giró en una esquina para revisar el perímetro. Atravesando el pasto con cuidado, merodeó entre las sombras, con todos sus sentidos en máxima alerta. El único problema era que los jabones de Kagome distraían su olfato. ¿Cómo la protejo si solo puedo olerla a ella? Se detuvo a pensar. Su nariz era su punto fuerte, pero con su vista bastaba y sobraba. Solo necesito un buen ángulo.

Consideró usar el techo de la casa por un rato, pero decidió no hacerlo. Si había un peligro real, probablemente no viniera por la puerta de entrada. Necesito cobertura... un elemento sorpresa. La respuesta era sencilla: el bosque. Evaluó rápidamente los tres árboles más altos. Decidiéndose por un altísimo pino, Inuyasha saltó hacia sus ramas. Trepó hasta ser capaz de ver todo el área, plantó su pie en una rama sobresaliente, y abrazó el tronco con un brazo. ¡Ja! Soy increíble, un genio. No hay forma de que nadie se acerque a Kagome conmigo cerca.

Balancéandose con gracia en la copa del árbol, notó la adición de un nuevo olor que se alzaba junto al vapor. Era reconfortante, pero no parecía del corte femenino que Kagome normalmente usaba. Curioso, se fijó en el ahora burbujeante manantial. Tal como sospechaba, Kagome masajeaba el pelaje de Shippo con un champú. Ese debe ser el nuevo olor. ¿Será que también me obligará a usar esa plasta? Jum. Entonces Kagome se levantó para buscar un balde con cuyo contenido enguajar la abundante espuma que ahora cubría la cabeza del niño.

Sus doradas pupilas se dilataron de forma casi instantánea. El extraño traje de baño que ella insistía en usar ocasionalmente brillaba por su ausencia, y el diluido vapor no hacía de buen sustituto, por lo que presenció su desnudez sin filtro alguno. Wow. La suculenta escena de la piel dorada, muslos bien formados y curvas femeninas de la morena dejó su mente en blanco, y sintió que la sangre que normalmente iba a su cerebro desviarse a sus mejillas, y otras partes de su cuerpo.

Aunque hubiera bajado su guardia por solo un instante, Kagome lo había acabado sin siquiera ser consciente de ello. Desvíar su mirada de tal espectáculo le tomó considerable esfuerzo, pero fue inútil: ya tenía impresa la imagen de su femenina figura. Gritó para sus adentros. Ella podía irritarlo y frustrarlo hasta formarle arrugas, pero... carajo. Era divina. Con un gruñido lastimero, pensó en cómo proceder para solucionar el creciente problema debajo de su cintura.


Posdata: Este oneshot fue escrito para la comunidad de Live Journal ifyic(underscore)contest y su prompt para la semana 193 — Fence. 821 palabras en inglés, 835 en español.