Un corazón como el tuyo

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Para considerar: este fics está clasificado para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional además de escenas eróticas y lenguaje soez.

Sin más disfruten la lectura…

Despertar en medio de la nada

Profundo oscurecer

Aterrada

Mis piernas corrían

Buscando una salida

Mi corazón

Lloraba tu ausencia

Quise gritar

Más sin voz me encontraba

Mis propios brazos

Fueron mi refugio

El lamento

Fue mi himno

Y la soledad

Mi aliado

El tiempo

Una burla

De pie frente al mar

Veo las olas reventar

Y junto con el

Se va mi valor

Sigo conteniendo

Estas ganas de amar

Cruel fuiste

Al despedirte

Y cruel eres hoy

El destello azul

De esos ojos

Serán reflejados

En mis lágrimas

Te lo haré saber

Te lo recordaré

Sigo aquí

Esperando por ti.

O—

América lugar de oportunidades, alejado de mi país y rodeado de una cultura muy distinta era difícil pero no imposible adaptarse. Mamá había usado los ahorros para poder mantenernos un tiempo, pero no fue suficiente y comenzó a trabajar en una tienda muy sofisticada de ropa para damas de su edad, la elegancia natural junto a la belleza que portaba Nodoka fue suficiente para que la dueña le diera el empleo y gracias a ello podíamos continuar aquí cerca de papá.

El viejo tuvo que someterse a varias cirugías y todo ese tratamiento fue costeado por el amigo americano que tenían mis padres, el hombre era una eminencia como neurocirujano y creo sinceramente que sin él hoy no tendría a mi padre vivo.

Los primeros seis meses fueron realmente duros, no solo por la preocupación sobre el estado de salud de mi padre, había dejado inconcluso mi último semestre en la universidad dejando amistades y el amor atrás…

Me sentía como un maldito cretino, desafortunado y patético. Akane aceptó mi decisión como si le hubiera entregado el sobre con su despido y un "gracias por su servicio" su respuesta me partió el corazón, no solo porque era demasiado comprensiva sino que mintió al decirme que me amaba… su respiración entre cortada, su voz apagada y el temblor de sus dientes al hablar me decían claramente que no estaba bien.

Esa llamada se volvería inolvidablemente dolorosa, recuerdo que aun con los ojos cerrados las lágrimas brotaban de mí sin parar. Estuve días sin comer y sin salir de mi habitación, mamá intentaba animarme pero mi corazón estaba roto. No había vuelta atrás, más de un año tardé en que me diera una oportunidad y en una sola llamada la perdía para siempre.

Los meses pasaban y papá salía bien de su primera cirugía, lento pero seguro iba recuperándose. Con toda esa carga encima la universidad en Tokio tomó contacto conmigo para ofrecerme la beca por el último semestre en una universidad en Estados Unidos específicamente en Nueva York, eso me motivó en verdad y mamá me apoyó ya que sería el orgullo de la familia cuando papá despertara.

Era el asiático guapo de la carrera de arquitectura, allí conocí a Jhon un chico estadounidense que amablemente me ayudó a ponerme al corriente y que poco a poco fuimos forjando una amistad que perduraría en el tiempo.

Entre clases, casa y el hospital así eran mis días… hasta que llegó el invierno y con ello el deseo que intentaba suprimir. En pleno Central Park rodeado de extraños te añoré tanto que no me contuve al marcar tu número telefónico, busqué el clima en Tokio y nevaba por primera vez, abrí la palma de mi mano para recibir los copos de nieve que caían tupidamente y junto con ello la promesa que hicimos hace un tiempo me estremeció…

Me contestaste muy normal, tu voz me puso nervioso y por un breve segundo dudé de hablar, sin embargo me armé de valor y ante tu impaciencia te dije lo primero que vino a mi mente… "aquí también está nevando, es la primera nevada" un jadeo suave y sorpresivo salió de tu boca, no te lo esperabas y el silencio tomó protagonismo en esa llamada… "espero que te encuentres bien, yo no te olvido" agregué justo antes de que cortaras la llamada.

El frío me congelaba las mejillas y una lágrima solitaria quemaba mi piel, así como tu silencio sobrecogedor hacía que los restos de mi corazón ardieran en su propio infierno.

O—

Dos años después Nueva York (Times Square, Teatro Broadway)

El segundo invierno lejos de mi anhelada Japón, lejos de mis amistades y de ti… pero no todo fue tan gris en mi vida, luego de dos años de terapia mi padre conseguía el alta médica. En casa y con mucho esfuerzo mamá lo cuidaba con esmero para su pronta recuperación, por mi parte había logrado graduarme seis meses después de llegar a Estados Unidos y con mi título en mano comencé la búsqueda de un empleo acorde a mi profesión.

Luego de una breve experiencia en una empresa constructora, decidimos junto a mi amigo Jhon comenzar desde cero con nuestras propias ideas. Era una locura y el capital no era suficiente, pero el Banco vio en nosotros una buena opción y con el dinero en mano montamos nuestra propia sociedad. Éramos emprendedores apenas, pero teníamos un excelente equipo de trabajo y mientras buscábamos personal llegó a mi vida una persona inesperada. Ella se convirtió en una buena amiga y con el tiempo en algo más…

Fue así que en una de sus tantas invitaciones, de las cueles solía desistir a último momento por carga laboral decidí asistir. Jhon había insistido en que accediera y me distrajera un poco de lo seglar, así es que me puse el mejor traje que tenía y fui a su encuentro.

Ella lucía elegante en un vestido negro lleno de brillantes, se veía muy bonita en verdad.

-Tarde como siempre— dijo con una sonrisa en los labios.

-Lo siento, el tráfico — me excusé.

-¡Te ves tan guapo! — exclamó.

-No me siento cómodo, no acostumbro a andar tan empaquetado—dije rascándome la nuca.

-Nada de eso, vamos que casi empieza la obra— dijo tomando mi mano.

Nos acomodamos en nuestros lugares, muy buenos por cierto. Tercera fila en el medio, teníamos una vista espectacular. Tomé el folleto que mi amable compañera extendió, leí el horario y el título de la obra "A heart like yours" (Un corazón como el tuyo) llamó mi atención que los actores eran en su mayoría japoneses.

-¿Es una historia de amor? — pregunté señalando el título.

-Dale una oportunidad, son todos japoneses y es su única función— dijo con entusiasmo mi acompañante.

Arrugué los labios algo incómodo, no me agradaban las historias de amor me había vuelto apático desde que… de mi fracaso. Pero haría un esfuerzo después de todo no siempre se tenía la oportunidad de ver una obra japonesa en pleno Teatro de Broadway.

La verdad era que cada butaca del teatro estaba ocupada, lleno por completo y se podía ver a muchos asiáticos dentro expectantes esperando el inicio de la obra.

De pronto las luces bajaron, enfocando el escenario principal comenzaron a salir los actores quienes protagonizaban una dramática historia de amor, los 90 minutos que esta duró me tuvieron muy concentrado, solo que el final te dejaba con un nudo en la garganta pues el amor de la pareja estrella no se concretaba. Cuando finalizó todo mundo se puso de pie y ovacionó a los artistas quienes salieron en fila a agradecer la asistencia de su público. Mi compañera emocionada secaba lágrimas, mientras yo tragaba el amargo sabor que me recordó la historia. Fue entonces que todos los actores dieron paso a alguien más, con una solemne reverencia aparecía una mujer que sonreía espléndidamente, un tipo joven y si no me equivoco era el actor principal de la obra se le acercó a entregarle un ramo de rosas rojas, ella agradeció varias veces al público y mi corazón se detuvo cuando reconoció esos ojos de avellana que se apagaron apenas comenzó a cerrarse el telón.

-¡Dame el folleto! — grité como energúmeno y mi compañera se estremeció.

-¿Qué sucede Ranma? — preguntó intrigada.

Releí la información y al reverso decía claramente "Tendo Company" tuve que sentarme para poder retomar la respiración y es que el aire se había esfumado de mis pulmones.

La gente comenzó a salir y me fui de allí olvidando por completo que venía acompañado, ignorando los gritos de la mujer que me invitó bajé las escaleras y llegué a la acolchada alfombra roja que cubría el hall principal. Miraba desesperado las caras de los asistentes, deseando encontrarla ¿podía ser posible? Pero mi búsqueda no dio frutos y salí hasta el estacionamiento decepcionado, tampoco pude acercarme a los camerinos pues debías tener un pase VIP cosa que no funcionó pues al ser una función única los actores se preparaban para tomar el siguiente vuelo.

-¡Ranma qué sucede, llevo casi una hora buscándote! — chilló la mujer en cuanto me vio.

-Busco a alguien — dije mirando a todos lados.

-¿A quién? — preguntó justo en el momento en que la volvía a ver, era ella… pequeña y delicada con su larga cabellera tomada en esa típica trenza que dejaba caer sobre su pecho, la misma que usó el día que le pedí ayuda con mi boceto.

Intenté acercarme pero la prensa no me dejó, la llenaron de flashes justo antes de entrar al coche que se la llevaría lejos de mí.

-¡Akane! — grité como un idiota esperando que pudiese oírme, pero no fue así.

Corrí como un loco queriéndote alcanzar, pero ignorabas mi presencia. Un semáforo en rojo me hacía el favor justo cuando comenzaba a nevar, agitado por el ejercicio noté como bajabas la ventanilla del coche y sacabas tu pálida y pequeña mano recibiendo los diminutos copos que comenzaban a caer, hermosa y sublime sería la postal con la que te guardaría en mi memoria pues no pude alcanzarte luego de eso…

Era la primera nevada de mi segundo invierno en Nueva York. Nuestros corazones estaban muy alejados el uno del otro pese a estar en la misma ciudad, esta vez no supiste de mi llamada pues para ese entonces habías cambiado de número, sin embargo hubiera dado todo por oírte una vez más.

O—

Vuelo de regreso a Japón, Tokio…

-¿Por qué tan triste? — preguntaba mi primer actor.

-Es cansancio… llevamos un año completo viajando ¿no?

-Sí, pero el éxito ha sido rotundo — respondió emocionado.

-Deberíamos celebrarlo al llegar a Tokio — dije acomodándome en el asiento.

-¿Fue por la nevada en Nueva York? — preguntó sabiendo que el frío no era mi amigo.

-Eso creo…

-Ya ha pasado tiempo Akane… olvídalo — dijo serio.

-Eso es asunto mío, mejor duérmete aún tenemos varias horas antes de que aterricemos— finalicé colocándome los audífonos para escuchar algo de música relajante.

O—

Nueva York (al día siguiente de la obra en Broadway)

Tomaba mi café bien cargado por la mañana mientras leía en mi Smartphone las noticias del día, ojeaba lo relevante hasta que en la sección de espectáculos aparecía una plana completa hablando de la obra japonesa y de la Directora prodigio, escupí mi café estrepitosamente manchando la camisa que usaría para ir al trabajo. Toda la noche en vela pensándola y no se me ocurrió buscarla en redes sociales, me sentía como un pobre idiota retrasado.

El artículo era muy completo pero me quedaba con lo principal…

"Joven y talentosa Tendo Akane había logrado montar su propia compañía de teatro, el sueño de muchos y es que la chica tenía un ojo muy crítico al momento de elegir a sus protagonistas, con excelentes actores de su lado que la acompañaban en su aventura por llegar con su obra titulada "A heart like yours" a los teatros más renombrados.

Tuvimos el honor de tenerla en La Gran Manzana, así es el Teatro de Broadway fue testigo del talento dramaturgo de la japonesa y es que el público la ovacionó de pie al final de la obra.

Si te lo perdiste quizás haya otra oportunidad en unos meses más, pues Tendo Company regresaba a su ciudad natal Tokio por su última obra en escena antes de tomar un descanso merecido luego de viajar por un año completo".

Una fotografía de ella junto a su compañía de teatro acompañaba el artículo. Quedé clavado observando la imagen, sentí mucha alegría al saberla exitosa y haciendo algo que le quedaba tan bien… siempre fue una chica sensible y tenaz. No obstante no podía evitar sumergirme en melancolía, la tuve tan cerca pero a la vez tan lejos…

Te ves bien, debes estarlo ¿no? — hablaba en voz alta acariciando su imagen. Fue entonces que el timbre del apartamento sonaba, mamá había llevado a papá a su terapia y me encontraba solo. Fui hasta la puerta y un par de ojos verdes me sonrieron…

-Ranma amigo ¿qué sucedió anoche? — preguntó Jhon sorprendiéndome.

-Nada… ¿qué haces aquí?

-Ella me contó todo por la mañana, en realidad me despertó para decirme que actuaste como un patán — rodé los ojos fastidiado.

-No creo que sirva para esto, en serio… simplemente ¡no puedo olvidarla! — exclamé levantando los brazos.

-No se trata de poder, es que simplemente no quieres… eres un tonto Saotome, esta chica muere por ti y la dejarás ir ¿así como así?

-Mira esto — dije entregándole el celular con el artículo, Jhon leyó y sus ojos se abrieron de par en par muy sorprendido.

-Wow… ¿ella es Akane? — preguntó apuntándola.

-¿Cómo lo supiste? — pregunté impresionado.

-Ojos grandes y profundos como el chocolate derretido, blanca como la porcelana, cuerpo de diosa afrodita y una sonrisa que enamora a cualquiera— dijo sin más repitiendo lo que tantas veces le conté, inclusive ebrio.

-Sí es ella — aseveré.

-Ok, si la mujer se ve hermosa en una fotografía imagino que en persona es divina, pero no fue solo lo físico lo que te atrajo de ella ¿no?

-Por supuesto que no, ella era muy tímida cuando la conocí. Estuve un año buscando la forma de ganarme un espacio en su vida y luego no fue fácil que me diera la oportunidad de que fuéramos novios… ella es delicada y sensible ama la naturaleza y si vieras sus dibujos tiene un talento único para retratar una simple flor, ella es… es… magnífica.

-¿Sigues enamorado? — preguntó incrédulo mi buen amigo.

-Como la primera vez— contesté yéndome a cambiar la camisa.

La amaba tanto o más que antes, olvidarla no era opción y aunque encontrara otra mujer cálida que decida caminar a mi lado jamás cambiaría el hecho de que mi corazón le pertenecía solo a ella.

O—

Tokio seis meses después…

No podía creerlo, era un mensaje de ese ingrato entrando a mi buzón de correo. Una cita en la cafetería en donde lográbamos vernos una vez al año, tomé mi abrigo y si cogía un taxi llegaría a tiempo.

Cuando llegué al lugar estaba cerrado y con las luces apagadas, me pareció extraño siendo las seis de la tarde en punto era un sitio con mucha afluencia de público.

-¡Al fin llegas mujer! — exclamaba el muy bobo asustándome.

-¡Por Kami! No vuelvas a aparecer por detrás — dije golpeando su pecho.

-¿Entremos? — preguntó sonriéndome coquetamente a lo cual asentí — tuve que reservar el lugar, no me dejan en paz los periodistas — dijo abriendo la silla como todo un caballero.

-Te extrañé ridículo — dije sentándome.

-También yo — respondió Ryoga, la dueña del lugar se acercó a dejarnos unas cálidas tazas de café con un platillo de galletas con chispas de chocolate — sabes que como esa tonelada de azúcar solo cuando te veo ¿cierto? — agregó el ojimiel.

-Una vez al año es mejor que nada — contesté.

-¿Cómo te ha ido? — preguntó.

-No puedo quejarme, la compañía es todo un éxito trabajo en lo que más amo ¿qué más podría pedir? — hablé contenta.

-No sé… un idiota de ojos azules que se fue lejos dejándonos tristes y abandonados — lo miré con cara larga en cuanto lo recordó.

-No empieces, no quiero hablar de él — dije tomando el primer sorbo de café.

-Lo sé, tampoco yo… — habló con ese tono irritante.

-¿Pero? — pregunté sabiendo que tenía algo entre manos.

-Akane, supe que… es posible que regrese — soltó dejándome perpleja — ¡reacciona! — gritó luego de unos segundos de total silencio.

-No me jodas y aunque eso fuera cierto ¿qué tiene que ver eso conmigo? — dije tomando una galleta y este golpeó mi mano para que soltara la golosina.

-El destino está ofreciéndote una oportunidad, yo no la tengo, nunca la tendré — dijo serio.

-Ryoga sufriste tanto o más que yo, es más tú eras su amigo desde mucho antes y solo te buscó un año después de su partida… ¿de qué oportunidad me hablas? Yo no la necesito— finalicé muy segura de mis palabras.

-Bien, como sea si te lo encuentras en Tokio dale mis saludos… ya sabes que la agencia de modelaje me tiene muy ocupado — dijo echándose dos galletas a la boca volcando su ansiedad sin tapujos.

-¡Pero qué haces! No seas idiota — dije tirándole la oreja — no permitas que te afecte tanto, eres un hombre talentoso y pronto encontrarás a alguien que corresponda a tu amor.

-Eso jamás sucederá Akane ¿sabes por qué? — dijo serio tomando mi mano derecha, cada vez que Ryoga Hibiki me veía a los ojos y colocaba su mano sobre la mía me hacía tragar un nudo repleto de sentimientos negativos, pero continuó diciendo — solo se ama una vez, así como tú lo hiciste con él… moriré queriendo a un sujeto que solo me estima como amigo. Aunque tardé un poco en comprender que no podía obligarlo a quererme, somos diferentes en muchos ámbitos y elegí un amor no correspondido, en cambio tú… — dijo sonriendo con dolor — esto es una locura pero hubiese preferido verlo llevarte al altar antes que atado a otra mujer — finalizó.

-¿Sabes algo que yo no? — pegunté ante su último comentario.

-Para nada, él aún sigue soltero… pero no veamos la suerte entre gitanos amiga, él conocerá a alguien más.

-Bueno eso es su asunto, su vida no nos tiene por qué afectar… ya no quiero hablar más de él es suficiente — dije seria.

-Está bien, prometo que esta será la última vez que te nombre a Saotome — dijo levantando la mano en una promesa que rompería tiempo después…

-Dime cuándo te vas…

-Mañana, Francia y la semana de la moda en Paris me espera ¿Qué tal? — dijo muy entusiasmado.

-¡Maravilloso! Vive y disfruta ese viaje y si puedes tráeme algo bonito — respondí.

-Lo haré ¿Qué tal si nos embriagamos por los viejos tiempos? — preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Estás loco, mañana tienes que tomar un vuelo! — chillé divertida ante su ocurrencia.

-Quiero recordar la borrachera con mi única amiga cuando esté en Europa, vamos no seas necia — insistía.

Esa tarde nos fuimos a un bar a beber como si el mundo se fuera a acabar, llegamos a mi apartamento pasadas la media noche apenas y con una borrachera de aquellas. Caímos como un par de sacos de papas sobre mi cama, inconscientes hasta al otro día a las seis de la mañana cuando la alarma del celular de mi amigo sonaba estrepitosamente.

Recuerdo el beso que me dejó en la frente, junto a un te quiero…

De enemigos a buenos amigos, Ryoga se iba muy lejos y pese a la distancia al menos dos veces por mes recibía un email contándome sus aventuras en las pasarelas de Europa.

Feliz de la oportunidad que le brindaba la vida, aunque se había graduado destacadamente de arquitecto la depresión que azotó su lastimado corazón lo hizo cambiar de rubro, cuando apenas armaba mi compañía lo llevé conmigo, invitados con poder social y económico vieron en el chico de ojos color miel un prospecto fabuloso como modelo de una marca de perfume japonés, con nada de experiencia pero con toda la actitud lo enviaron a perfeccionarse y en unos meses se había convertido en el rostro de una campaña publicitaria llena de éxito.

Así fue como Hibiki se convirtió en un exitoso modelo con una carrera prometedora, lo que más valoraba de su sincera amistad era que pese a la fama y el dinero que ganaba cada año, nunca se olvidó de esta triste artista japonesa que compartió el mismo sentimiento por quien en el pasado nos rompió el corazón.

O—

Un año y medio después (Tokio, Japón)

En plena estación Tokio tomaba la línea Tokaido para comenzar la travesía de llegar a Enoshima, una pequeña isla al lado de Kamakura, tan solo 1:20 minutos me tomaría llegar a la hermosa playa. Mi objetivo era aprovechar el festivo junto al fin de semana antes de retomar la obra en el teatro, inspiración y algo más buscaba una vez mis pies se hundieron en la arena.

Era una locura, el invierno comenzaba oficialmente ese día y yo necesitaba sentir esa humedad costera en la piel, con la cámara en mi cuello y mi libreta fui sacando fotografías y tomando algunas notas, me senté un momento para disfrutar de la bravura del oleaje, con los ojos cerrados y respirando ese aroma a sal me dejé llevar al notar que el lugar levantaba aquellos sentimientos que creía enterrados.

Abrí los ojos y me levanté con frío, limpié mis pies y volví a colocar las botas en su lugar. Recordé que podía visitar el Templo de Enoshima y que mejor si decían que traía suerte, un poco de ayuda antes de estrenar mi nueva obra no vendría nada de mal, pensé. Un camino algo pesado junto a la infinidad de escaleras bien valieron la pena, el templo era majestuoso y esa hora exacta que estuve dentro y alrededor me trajo mucha paz. Sin embargo continué explorando y encontré una linda cafetería local que me abrigó por un momento, un delicioso cappuccino vainilla y un buen trozo de brownie me dieron la energía suficiente para continuar.

Algunas casitas alrededor y tanto verde que parecía una bella postal sacada de un libro, mi cámara iba llena de recuerdos y casi llegando al final, me encontré con un tremendo acantilado. Sin lugar a dudas esta no sería la última vez que volvería, miré la hora en mi reloj y casi eran las cinco de la tarde, si me apresuraba a las siete estaría en la estación para mi regreso a Tokio. Comencé mi descenso con entusiasmo pues el frío iba en aumento y no quería quedar varada en medio de la nada, fue entonces que en mi camino de regreso vi una casa que me dejó impresionada…

Completamente de madera y con acabado rústico, unos ventanales largos y grandes dejaban ver parte de su interior, estaba vacía le faltaban detalles pero la obra gruesa estaba completa. La estación no favorecía pero mi mente se la imaginó en plena primavera, sería de una belleza inimaginable con todo ese verde rodeándola y las flores dándole color y calidez.

Acomodé mi gorro sobre mi cabeza al sentir más frío de lo esperado, tomé mi cámara y comencé a sacar muchas fotos a partir de distintos ángulos, podía imaginarme en ella, la quería, un deseo vehemente se alojó en mi corazón y aún con la cámara sobre mi ojo derecho susurré en voz alta…

-Es como un sueño

-Lo sé, pero no está a la venta — una voz grave me habló desde atrás y pegué un salto muy asustada tropezando torpemente cayendo sentada sobre el congelado suelo.

-¡Ahs! — me quejé limpiando mis manos, alcé el rostro y me perdí completamente, sí, eran esos azules y me quedaron viendo tan atónito como yo.

-¿Akane? — preguntó dubitativo, acaso ¿no me reconocía? Alzó su mano para ayudarme a levantar pero estaba petrificada, las extremidades no me respondían, mis mejillas congeladas por el frío y mis ojos a punto de romper a llorar como una niñita, sí, ese era el efecto que causaba ese hombre aun después de años.

No obstante antes de que pudiera decir o hacer algo, el cielo se pronunció tronando fuertemente estremeciéndome por completo, se acercaba una tormenta y me puse de pie sin su ayuda, giré para dejar de sentir sus ojos clavados sobre mí pero fue imposible, por un momento pensé que era una mala pasada de mi mente y que el frío comenzaba a congelar mis neuronas, pero su voz volvió a hablarme…

-Ha pasado mucho tiempo, ¿no piensas decir nada?

Fue entonces que lo miré de frente, me envalentoné con todas las fuerzas que tenía y es que no que quería verme débil ante él. Más el asunto era que mis piernas temblaban como gelatina, mi cerebro no lograba pensar en nada y mi corazón ardía como el mismísimo infierno, el parche que había logrado colocar se había caído en el instante en que nuestras miradas chocaron, me sentía perdida, absoluta y perdidamente enamorada de Ranma Saotome.

Continuará…

Estimado lector mis protagonistas siguieron sus propios caminos, pese al tiempo Ranma continuó amándola como la primera vez, la vio en Broadway y no le importó que su acompañante quedara sola. Sin embargo no pudo detenerla y ella no notó su presencia. Por otro lado Ryoga terminó haciéndose amigo de Akane, su conversación fue muy emotiva sobre todo porque el ojimiel maduró y aceptó que su amor era unilateral. Aun con todo le dijo que prefería verlo con ella que con otra ¿por qué? Simple, él se dio cuenta y además vivió a su lado la ruptura, consciente del amor que mi bella Akane profesaba por Ranma.

Pero el destino pese a ser esquivo los volvió a juntar ¿cómo reaccionará Akane? ¿Podrá sostener una plática normal con quien le rompió el corazón? ¿Qué dirá Ranma?

Eso y más en el siguiente capítulo, si te ha gustado déjame tu preciado review, amo leerlos.

Desde Chile una fanática más de Ranma ½

Sweetsimphony._