CAPITULO 5 A MEDIANOCHE

En ese momento, John se giró a mirar el reloj en la pared y se percató de que la medianoche estaba cerca.

-Yo conozco un juego. Informó el novio de Camille llamando la atención de todos. -¿Nunca han jugado al hombre de la medianoche?

-No... Respondieron todos los presentes.

-¿De qué se trata? Pregunto interesada Camille.

-¡Espera! ¿Qué esa no es una creepypasta? Cuestionó Jo.

-Sí, aunque en realidad se dice que consiste en un viejo ritual que se utilizaba para castigar a los herejes en la antigüedad. Explicó John.

-Aguarda, ¿Cómo que un ritual? Preguntó Kendall dudoso.

-¡Es una tonta leyenda urbana! Contestó Lucí rodando los ojos. –Yo he escuchado de ese juego, y se dice que con ese ritual llamas al "hombre de la medianoche" a tu casa.

-¿Y quién es el hombre de la medianoche? Preguntó Logan dubitativo.

-Nadie lo sabe. Informó John. –Puede ser desde un espíritu que aún no ha trascendido al más allá, hasta el mismo demonio en persona…

La última parte fue dicha por el chico de una forma tan aterradora, que James y Carlos se giraron a mirar entre si asustados.

-¡Oh por favor! No estarán hablando en serio ¿oh si? ¡Los fantasmas no existen! Exclamó Lucí.

-¡Ella tiene razón! Son cosas producto de nuestra imaginación cuando estamos sugestionados. Afirmó el pelinegro con un deje de fastidio.

-¡¿No creen en fantasmas?! Cuestionó Jett impresionado.

-¡Por supuesto que no! Aseguró Lucí cruzándose de brazos.

-NO ¡porque no existen! Respondió Logan encogiéndose de hombros.

-¡¿Es que no recuerdas el fantasma de Palms Woods?! Exclamó Carlos alarmado

-¡Oh! ¿Tú dices el que resultó ser una chica?

-Una MUY linda chica. Comentó James recordando a la joven y ganándose una desafiante mirada por parte de Lucí.

-Dejen sus fanfarrias para después, ahora ¿vamos a jugar o qué? Preguntó Jett impaciente.

-¡¿Tú realmente quieres jugar?! Cuestionó Kendall extrañado.

-Sí, ¿por qué no? suena emocionante ¿oh es que ustedes tienen miedo? Preguntó Jett burlón.

-¡No tenemos miedo! ¡JUGAREMOS! Exclamaron James y Carlos a la par.

-¡¿Es enserio?! Preguntó Logan atónito.

-¡No dejaré que solo Jett se luzca frente a las chicas! Declaró James cruzándose de brazos.

-Podría ser divertido. Respondió Carlos encogiéndose de hombros. -¡Vamos chicos! Ustedes también jueguen. Pidió poniendo carita de cachorro (el chico sabía bien que nadie podía decirle que no con esa cara).

-¡De acuerdo! Exclamó Kendall con un gesto de fastidio (pues no se encontraba del todo convencido) –Aunque sigo pensando que este juego es tonto.

-¡Bien! Yo también lo haré. Aseguró Logan al ver que no tenía opción. –Pero insisto ¡los fantasmas no existen!

-En ese caso, yo también jugaré. Habló Lucí. –Pero solo para probarles que los fantasmas no son reales.

-¡De acuerdo! En ese caso yo también. Aseguró Camille. -¿Jo, tu que dices?

La joven rubia no estaba del todo convencida, realmente no le gustaba la idea de llevar a cabo un "juego" basado en un antiguo ritual, pero al ver a sus amigas tan seguras de participar, al final decidió aceptar.

-¡Bien! ¿Cómo se juega? Preguntó accediendo al fin.

-Pues, necesitamos hojas de papel, una pluma, nueve velas, fósforos, nueve bolsitas de sal y una aguja. Informó John.

-¡Correcto! Iré por todo. Declaró la joven de cabello rojo.

-¡Ah! Y James, tenemos que salir de la casa así que mejor vístete. Sugirió el novio de Camille percatándose de la situación del chico.

Minutos después, el chico castaño ya se encontraba nuevamente vestido y Lucí estaba de regreso con los materiales solicitados, con excepción de algo…

-Bueno, tengo todo lo que me pediste a excepción de las velas, solo pude encontrar tres.

-No importa, entonces jugaremos por equipos. Comentó John mientras tomaba las hojas y las repartía entre los chicos.

-¿Y que se supone que escribamos en ellas? Preguntó Camille curiosa.

-Sus nombres completos, incluyendo sus apellidos.

Luego de que los chicos se miraran entre si confundidos, procedieron a hacer lo solicitado…

-¡Ja! ¿De verdad tu segundo nombre es Donald? Preguntó Jett conteniendo la risa al ver la hoja de Kendall.

-Si hoy no quieres dormir en la sala, será mejor que cierres la boca. Sentenció el joven rubio a su compañero.

-¿Y ahora qué? Preguntó Carlos una vez que hubo terminado.

-Deben poner una gota de su sangre sobre su nombre, para eso es la aguja.

-Esto comienza a asustarme… Le susurro James a Kendall, pero el chico de ojos verdes solo le dio un pequeño golpe en la cabeza a su amigo como respuesta, y por haberlo metido en eso.

-¡Qué nombre tan ridículo! ¿Quién es Hortense? Preguntó Jett una vez más, mirando una de las hojas sobre la mesa.

-¡Ya es un hecho, hoy duermes en la sala! Respondió Logan tomando su hoja indignado y mudándose a un lado de Carlos, lejos de la mirada de Jett.

Cuando todos hubieron terminado de pinchar sus dedos y poner su sangre sobre el papel, John volvió a hablar.

-Entonces, debido a que solo tenemos tres velas, haremos equipos de tres personas.

-¡Yo con Lucí! Se apresuró a informar James al tiempo que rápidamente pasaba su brazo por los hombros de la chica.

-¡Bien! Aceptó la chica. -Seremos tu y yo y….

-¡YO! Exclamó Carlos abrazando a los dos chicos.

-De acuerdo, ese es un equipo. Informó John. -¿Quién estará conmigo?

-Yo lo haré. Indicó Camille sonriendo.

A pesar de que Jo y Kendall ya no salían, ambos chicos continuaban siendo buenos amigos, así que al joven le pareció buena idea hacer equipo con la chica.

-¿Tú… quieres estar conmigo? Preguntó el joven de ojos esmeralda.

-¡Seguro! Respondió Jo. –Y debido a que asumo que no querrás estar con Jett; Logan ¿estas con nosotros?

-Ah… ¡Claro! Aseguró el mencionado.

-Entonces Camille, Jett y yo seremos un equipo; Lucí, James y Carlos el segundo, y Jo, Logan y Kendall el tercero. Confirmó John.

-Bueno ¿y ahora qué? Preguntó Jo.

El novio de Camille se giró a mirar el reloj una vez más, faltaban 15 minutos para las 12.

-Ahora, hay que salir, pero antes de hacerlo hay que apagar todas las luces. Informó el chico levantándose de su lugar.

-Eeh… ¿tenemos que quedarnos a obscuras? Cuestionó Logan no muy entusiasmado con la idea.

-Sí, de lo contrario no funcionará.

Aunque muchos de los presentes no se vieron conformes con la idea; aun así se levantaron de sus asientos y salieron de la casa, luego claro, de haber apagado la luz de la sala y de la cocina, que eran las únicas luces que hasta ahora habían mantenido encendidas.

Una vez afuera de la casa, permanecieron frente a la entrada principal.

-De acuerdo, ¿podrías explicarnos de que va todo esto? Porque hasta ahora no nos has dicho como se juega este juego. Comentó Kendall.

-¡Bien! Les explicaré en que consiste, pero antes denme sus hojas y sus velas. Dijo John mientras colocaba los papeles con los nombres frente a la puerta y con las velas encima, (lo hizo por equipos, es decir, que apilo el nombre de él, el de Camille y el de Jett uno sobre el otro, y puso la vela sobre los tres; también hiso esto con los otros dos equipos restantes).

Mientras John hacia esto, los demás chicos miraban sus actos curiosos.

Luego el joven procedió a tomar los fósforos y encendió con ellos las tres velas.

-¿Soy yo? ¿Oh esto comienza a parecer un ritual satánico? Preguntó Carlos en un susurro (y con algo de miedo).

-¡Ooh! ¿Y me lo dices a mí? Cuestionó Logan con algo de molestia en su voz. -¡Para empezar yo no quería jugar desde un principio!

-¿Es muy tarde para retractarse? Cuestionó James esperanzado.

-Me temo que sí, ahora deberás participar también. Informó John, provocando un salto en el castaño en forma de rabieta.

-¡Como sea! Solo date prisa, comienzo a helarme aquí afuera. Declaró Lucí.

-De acuerdo, todo listo; están a punto de ser las doce, así que ahora voy a tocar a la puerta 22 veces, cuando termine, cada equipo tomara su vela y deberá apagarla, cuando abra la puerta todos entrarán, y en cuanto cierre la puerta, quiero que todos enciendan rápidamente su vela ¿de acuerdo?

Todos los presentes asintieron en señal de que habían entendido.

-¿Y luego qué? ¿nos tomamos de las manos e invocamos a los espíritus? Preguntó Kendall sarcástico haciendo reír a sus amigos.

-No, cuando entremos ya habremos invocado al hombre de la medianoche. Informo John acallando al instante las risas de los chicos. –Ahora el objetivo va ser escapar de él.

-¡Aguarda! ¿Cómo que escapar? Preguntó Camille comenzándose a tornar algo nerviosa con todo ello.

-Esa entidad estará persiguiéndonos hasta las 3:33 a.m. que es cuando termina el juego, hasta entonces debemos evitarlo a toda costa, para eso las velas y la sal, deben mantener su vela encendida todo el tiempo, si se apaga, deberán encenderla en los siguientes 10 segundos.

-¡¿10 segundos?! ¡Pero eso es imposible! Exclamó James tras escuchar eso.

-Pues me temo que deberás hacerlo posible, porque si no lo haces, el hombre de la media noche te atrapará y te hará alucinar. Explicó John al tiempo que el castaño dejaba escapar uno de sus mini-gritos.

-Y… ¿para que la sal? Quiso saber Carlos.

-Cuando se cansen de ser perseguidos, entonces deberán dibujar un circulo de sal a su alrededor y permaneces ahí hasta las 3:33 a.m., pero recuerden que el circulo solo puede hacerse una sola vez, cuando estén adentro ya no pueden salir, ni siquiera para ayudar a otro, si lo hacen ya no podrán dibujar otro circulo ni tampoco les funcionará lo de la vela, inevitablemente serán atrapados por el hombre de la medianoche; intenten no permanecer en un solo lugar por mucho tiempo y lo más importante es que no se aparten de su equipo y que pase lo que pase, no se queden dormidos, ¿preguntas?

-Solo una. Comentó Jett. -¿Puedo irme? Pregunto el chico haciendo que todos lo voltearan a mirar.

-¡Si tú fuiste el que acepto jugar! Profirió Jo.

-Sí, pero esto suena peligroso, y no puedo arriesgarme a que algo le pase a mi perfecto ser. Expuso Jett haciendo que todos giraran los ojos frustrados.

-Lo siento pero, falta menos de un minuto para las 12, así que ¿listos? Preguntó John acercándose a la puerta.

-No. Respondieron todos.

Pero John no les dio tiempo de retractarse, pues justo en ese instante comenzó a llamar a la puerta.

1… 2… 3… 4… 5…

-James, no tan fuerte. Pidió Lucí cuando el chico entrelazo su mano con la suya en un estrujante apretón.

6… 7… 8… 9… 10…

Ni siquiera habían entrado aun, y Jett ya había comenzado a sudar.

11… 12… 13… 14… 15…

-¡Hagamos esto! Exclamó Carlos poniéndose su casco al tiempo que lo golpeaba e intentando darse ánimos a sí mismo.

16… 17… 18… 19… 20…

Logan tomó una profunda respiración, tratando de relajarse.

21 y 22. En ese momento, las campanadas del reloj que se encontraba en la sala se dejaron escuchar, indicándole a los chicos que eran las 12 en punto, medianoche.

-Tomen las velas y apáguenlas. Indicó John.

Lucí, Logan y él, tomaron su respectiva vela y la apagaron, quedando iluminados tan solo por la luna llena que de vez en cuando se asomaba por detrás de las nubes.

Luego de eso, John abrió la puerta.

-Bueno, hay que entrar. Dijo dando un paso dentro de la casa.

En el instante en que los chicos se adentraron a la vivienda, un escalofrió recorrió el cuerpo de todos, pues la temperatura del cuarto había descendido drásticamente, y la casa entera se encontraba sumida en una penetrante oscuridad.

-Comienzo a pensar que esto fue una mala idea. Confesó Carlos cada vez más nervioso.

-¡Oh! ¿enserio? ¡¿y que te hace decir eso?! Cuestionó Kendall sarcástico.

Pero antes de que cualquiera pudiera responderle, John les indico que encendieran sus velas, lo cual hicieron.

-De acuerdo, ahora nos separaremos por equipos, pero recuerden, deben mantener sus velas encendidas en todo momento y no dejar de moverse.

Aunque ninguno de ellos estuvo muy conforme con la idea de separarse, al final, Lucí, Carlos y James se quedaron en la parte delantera de la casa (en la sala, cocina y comedor); Camille, Jett y John en la parte trasera (abarcando el estudio, los dos baños y el cuatro donde estaba el yacusi); y Jo, Logan y Kendall ocuparon la segunda planta (donde estaban las dos habitaciones principales y el cuarto de huéspedes).

3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3 BTR 3

-¡Esto es ridículo! Exclamó Lucí mientras avanzaba por la sala al lado de su novio y su amigo.

-Y si es algo ridículo ¿Cómo explicas el frio que hace aquí? Cuestionó James.

-Es medianoche y el termostato está apagado, es obvio que la casa este fría. Declaró la chica restándole importancia al asunto.

Pero conforme avanzaban por la habitación, Carlos pudo percatarse de algo que al parecer, los otros no habían notado.

-¡Esperen! Pidió el latino, haciendo parar a sus amigos abruptamente.

-¿Qué ocurre? Preguntó James con algo de nervios.

-¿No escuchan eso? Preguntó el chico.

En ese momento, los tres jóvenes permanecieron lo más quietos y callados posibles, y fue entonces que pudieron percatarse de lo que Carlos les hablaba, pues aunque algo sutiles y distantes, se escuchaban algunas pisadas justo detrás de ellos.

Tras escuchar esto, James estaba a punto de gritar, pero Carlos le tapó la boca impidiéndoselo.

-Chicos, la casa entera es de madera, muchas veces resuena sin ningún motivo. Explicó la joven intentando tranquilizar a sus amigos.

Aunque esto no fue posible, pues en el instante en que las "pisadas" cesaron, un estridente ruido se dejó escuchar justo al lado de ellos, sobresaltando a los tres por igual.

El susto había sido tal, que James y Carlos se habían abrasado entre sí, haciendo reír a Lucí.

-Tranquilos, solo se cayó un cuadro. Explicó la chica, acercándose al lugar de los hechos y alumbrando con la vela el retrato hecho añicos (aunque la verdad era que ese hecho la había extrañado incluso a ella).

-¡Ha si! ¿y por qué se cayó? Preguntó James quien comenzaba a alterarse.

-Quizás…. Debió estar mal puesto. Respondio la joven inclinándose para levantar el retrato. –Oh tal vez los chicos quieren espantarnos, ¡No pueden culpar por todo a los fantasmas! Sentenció Lucí comenzando a perder la paciencia.

-¿Y entonces como explicas el que tu chaqueta este volando? Cuestionó Carlos jactancioso mientras se cruzaba de brazos.

-¡Es cierto!, ¡Explícalo! Exigió James presuntuoso e imitando la acción de su amigo.

-¿Qué? Exclamó Lucí confundida; pero todas sus dudas se vieron aclaradas cuando la chica miró hacia atrás, pues pudo percatarse como "alguien" aparentemente tenia agarrada la chaqueta que la chica tenia puesta y la elevaba a algunos centímetros de su espalda.

En ese instante, todo el aire existente en los pulmones de la chica se escapó de su cuerpo, y un penetrante frio recorrió todo su torrente sanguíneo.

-¡HAAAAAA! No debieron pasar más de dos segundos, antes de que los tres chicos se hicieran finalmente consientes de lo que ocurría y gritaran de terror a la par.

Tan pronto como pudo reaccionar, Lucí intento echar a correr para zafarse de aquel agarre, sin embargo, no consiguió dar ni siquiera un paso, pues lo que fuese que la estaba afianzando, no la soltaba.

-¡AYUDENME! Gritó irritada Lucí al par de chicos, al ver que los dos continuaban gritando en su lugar y sin hacer nada.

Inmediatamente ambos reaccionaron y fueron a donde su amiga, tanto James como Carlos tomaron a la chica por los brazos y comenzaron a halarla; bastó solo un tirón para que Lucí consiguiera quedar libre, pero tan fuerte fue este, que los tres chicos fueron a parar directamente al suelo, uno sobre otro.

-¡¿Decías?! Cuestionó James frenético.

-¡BIEN! ¡Admito que me equivoque! Exclamó la chica mientras tomaba la vela que había quedado a un lado de ellos y de nueva cuenta se ponía de pie.

-Por lo menos la vela no se apagó. Comentó Carlos aliviado.

Pero justo en ese momento, un gélido frio inundó por completo la habitación, al tiempo que un helado viento recorría el cuarto; provocando que la vela se apagara.

-¡Tenías que decirlo! Exclamó frustrado James en medio de la obscuridad.

-¡ENCIENDELA! Imploró Carlos exasperado (y aterrado).

Tan pronto como sus manos se lo permitieron, Lucí sacó un fosforo y prontamente encendió nuevamente la vela faltando solo 2 segundos para el límite de 10.

-Eso estuvo cerca. Declaró el latino soltando un gran suspiro de alivio.

-¿Por qué había dicho John que se apagaba la vela? Cuestionó James dubitativo mientras se levantaba del suelo.

-Era cuando el hombre de la medianoche estaba cerca. Informó Lucí recordándolo.

-¡Pues yo no veo a ningún hombre! Exclamó James nervioso.

-¡Oh! ¿es que acaso quieres que venga y te diga HOLA? Cuestionó Lucí alterada.

-¡Noooo! Pero para serte sincero ¡me asusta aún más no poder ver algo que no puedo ver!

-¡¿…quéé?! Exclamó la pelirroja irritada.

-¡¿Podrían calmarse?! Intervino finalmente Carlos frustrado. -¡Un fantasma podría estar persiguiéndonos y ustedes no hacen más que discutir!

-¡Tranquilo! Aquí solo estamos tú, Lucí, yo y el hombre de la esquina.

-¡EL HOMBRE DE LA MEDIA NOCHE! Gritaron los tres a coro al ser finalmente conscientes de lo que veían.

En ese preciso momento, aquella obscura sombra que hasta ahora había permanecido aparentemente mirando al piso, levanto el rostro haciéndole saber a los tres chicos que era consciente de su presencia. Y cuando los jóvenes sintieron su fuerte y penetrante mirada sobre ellos… Lucí gritó tan fuerte como su garganta se lo permitia, Carlos también con un grito, se aferró a la chica tan fuerte como pudo, y James…. James cayó desmayado a los pies de sus dos amigos.

Solo le tomó un segundo a la chica reaccionar y hacer que su cuerpo pudiese volverse a mover para poder razonar de que debía salir de ahí…

-¡CARLOS! Le gritó a su latino amigo que aún permanecía gritando y congelado en su lugar.

Carlos no necesitó que volviesen a decírselo dos veces, pues en seguida su cuerpo entro en modo de supervivencia y todo su ser le gritó que huyera; así que corrió tan rápido como pudo de ese lugar….

Pero justo antes de que los dos chicos cruzaran la puerta que conducía a la otra habitación, Lucí recordó algo importante…

-¡AGUARDA! ¿QUE HAY DE JAMES?

El latino y la pelinegra se giraron a la par para mirar a su amigo aun inconsciente en el piso, pero vieron también como la figura alta y obscura comenzaba a acercarse a él; así que ambos chicos se llenaron de valor y corrieron de regreso al cuarto.

Justo cuando aquella sombra estaba por tomar al joven castaño por un pie, Lucí se acercó a aquella sombra tanto como su miedo se lo permitió con la vela encendida en mano, inmediatamente aquella aparición se desvaneció entre las penumbras…

-¡Dibuja el circulo antes de que regrese! Le ordenó la chica al latino.

-¡¿Qué crees que hago?! Respondió Carlos quien para entonces ya había sacado la sal y había comenzado a dibujar un círculo alrededor de ellos con esta.

Cuando finalmente dicho circulo estuvo listo, Lucí y Carlos entraron en él y se sentaron en el piso al lado de su amigo dejando escapar un suspiro aliviados.

-¿De qué me perdí? Preguntó James reincorporándose una vez que volvió a recuperar la consciencia.

Pero como respuesta, el chico solo recibió un golpe de su novia y otro de su amigo…