-¡Meztli! ¡Meztli!
-Denahi, ¿estás bien?-Robert
-¿No vieron a donde se fue?
-¿Quien?-Milo
-La niña que estaba conmigo.
-Denahi...-Robert-llegaste sólo.
Ante sus palabras siento que me va a dar un infarto. ¿Cómo pude perderla? Estoy seguro de que venía conmigo. Ya sé, debe estar con mis hermanos.
-Muchachos vengan conmigo.
Entonces los tres nos dirigimos al punto de encuentro. Enseguida veo a mis hermanos y a las chicas, por favor que esté ahí, por favor que esté ahí, por favor que esté ahí, por favor que esté ahí...
-¿Denahi qué pasó?-Sitka
-¿No vieron a Meztli?
-¿No estaba contigo?-Kenai
-Sí pero de repente desapareció.
-¿Quien es Meztli?-me preguntan mis amigos.
-Mi hija.
-¿Tienes una hija?-Milo.
Ay carajo, por los nervios ya se los dije.
-Sí. Después les cuento, ahora me urge encontrarla.
-Denahi tranquilo-Sitka-debe estar en algún lado del campus.
-A menos que se haya salido-Kenai
¿Qué? Ay no, siento que me va a dar un ataque de pánico. No puedo respirar, necesito sujetarme de las rodillas para no caer.
-Denahi Denahi Denahi tranquilo, tranquilo-me dice Sitka mientras trata de calmarme.
Estoy temblando, me sujeto de sus brazos y lo miro a la cara.
-¡AYÚDAME A ENCONTRARLA!-le grito en la cara mientras lo sacudo desesperadamente.
En cuanto lo suelto, recojo mi mochila del suelo y empiezo a correr gritando el nombre de mi hija. No puede ser, Meztli, ¿Dónde estás? Mientras la busco, me dirijo a cualquiera que se me atraviesa en el camino y le pregunto si no ha visto una niña como de ocho años.
Nada, sigo buscando por todos lados sin éxito. En eso paso frente a mi clase y escucho que el profesor Porter está hablando con alguien.
-Y ella es mi hija Jane, vive en Congo con su esposo.
-¿Y siguen en contacto?
¿Meztli?
Abro la puerta y...la veo.
-¡Meztli!
Mi hija voltea a verme asustada, yo corro hacia ella, la tomo de los brazos y la veo a los ojos.
-¡Nunca vuelvas a hacer eso! ¡¿Me oyes?! ¡Nunca!
Ella comienza a llorar por el regaño, yo me pongo de rodillas y la abrazo.
-Me diste un susto de muerte Meztli, nunca te vuelvas a desaparecer así por favor.
-Lo siento papi-me dice mientras me abraza.
-Tú tambien discúlpame si te lastimé.
Cuando la sujeté de los brazos creo que no medí mi fuerza devido a la adrenalina. Le doy un beso en la cabeza y me pongo de pie.
-Muchas gracias profesor. Y disculpe si le incomodó la escena.
-Oh no te preocupes Denahi, yo también soy padre. Sé cómo se siente.
-Sí, ya veo que no es fásil. Y tú Meztli, ¿cómo se dice?
-Gracias profesor, por responder mis preguntas y ayudar a mi papá.
-Fue un placer pequeña.
En cuanto nos retiramos, cargo a Meztli y la llevo con los demás. No quiero que se pierda otra vez.
Una vez llegamos con los demás por fin la puedo bajar, es más pesada de lo que parece.
-Chicos, ella es Meztli, mi hija.
Mis amigos la miran incrédulos y luego a mi.
-¿Qué edad tiene?-Robert
-Ocho
-...La...
-Sip, a esa edad la tuve.
-¿Y tu mamá?-Milo
-En Rumania, es una soldado y fue a su primer misión.
-Oh.
Después de la escuela me llevo a Meztli al trabajo, una tienda de abarrotes. Y curiosamente, hoy es día de venir al trabajo con tus hijos. Así que al llegar veo a varios compañeros con sus hijos o sobrinos.
Llegamos a los casilleros donde me pongo el uniforme, me doy la vuelta y veo que Meztli tiene los ojos tapados con sus manos.
-¿Qué haces?-le pregunto divertido
-¿Ya estás vestido?
-Sí
Pero en cuanto se va quitar las manos de la cara, le juego una pequeña bromita.
-¡Espera!
-¡¿Qué?!
-Caíste.
Ella se quita las manos de encima y me mira maliciosamente. La tomo de la mano y vamos al almacén, ahí agarro una caja de tuercas y la llevamos a una sección.
-Mira Meztli, vamos a acomodar estos paquetes en esta sección. Si ya no caben más, los guardamos en la caja.
-Muy bien.
Me impresiona lo organizada que es, al igual que su trabajo bien echo.
-Oye, ¿tu mamá te enseñó a ser tan ordenada y organizada?
-No, siempre lo e hecho así, me gusta que las cosas se hagan bien y en orden.
No me sita presumir pero, creo que esa parte de los genes la sacó de mí.
Como sea, hoy no tengo que usar maquinaria pesada, por lo que puedo dejar que Meztli me ayude en ciertas cosas. No hay mucha gente hoy, por lo que está bastante tranquilo.
Cuando termino mi turno, son las siete de la noche. Parece que fueran las cinco, la tarde tiene un buen clima, así que creo que es una buena idea salir a caminar.
-Y bien Meztli, ¿Qué quieres hacer ahora?
-Hmmm, ¡Ya sé!
...
-Otra vuelta más.
-Te vas a marear.
Estamos ahora en un parque en la zona de los columpios. Meztli me pidió que le diera vueltas al columpio mientras ella se sienta en este.
-Por favor papi.
-Ya no se puede. Mira, ya está al máximo.
-Entonces ya suéltame.
Bueno, en cuanto suelto el columpio este empieza a girar sobre sí mismo. Meztli se ve muy divertida, cuando el columpio se detiene me pide ahora que le de vuelo.
-¡Más alto!
La atrapo y elevo más el columpio.
-¡Más alto!
-No, más alto es peligroso.
Pero cuando la empujo hace algo que casi se me sale el corazón del pecho: salta del columpio a una altura considerable. Meztli aterriza de pie, pero se tropieza y se va de frente.
-¡Meztli!-grito mientras corro hacia ella, pero en cuanto llegó a su lado...no está llorando. Se está riendo.
-¿Estás bien?
-¡Otra vez!
Igual de loca como su madre, se sienta y como tiene pescadores, puedo ver que se a raspado las rodillas. Sus manos están igual, raspadas y llenas de tierra.
Nunca me imaginé que, al volverme papá, tuviera que pasar por esto...con una niña. De un niño sí lo imaginaba, pero jamás de una niña, como si nada le hubiese pasado, Meztli se pone de pie con ganas de jugar.
-A que no me atrapas-dice antes de echarse a correr.
¡Alguien máteme por favor!
