07/04/2021

5


—¿Aún me consideran idónea para su disparate?

Kakashi estaba muy sorprendido, después de la charla que tuvieron anoche estaba pensando en qué más podría hacer para hacer válido el fideicomiso, incluso pensó en casar a Naruto con Sasuke, pero sabía que eso era imposible para su época.

La voz con la que había hablado Sakura era de total decisión, Kakashi pensó que tal vez hubo algo que la hizo cambiar de parecer, no la conocía realmente, pero decidió darle un voto de fe.

—Eres perfecta para esto.

—Bien—. Dijo Sakura del otro lado de la línea. —¿Cómo se llevará a cabo esta barbaridad?

A Kakashi le gustaba el sentido del humor de ella.

—¿Qué te parece si nos vemos en la universidad para planearlo todo?

Hubo un momento de silencio de parte de Sakura.

—Vaya, de acuerdo, solo iré porque la curiosidad de la universidad me mata.

Kakashi volvió a reír.

—Está bien, dirígete a Ciencias Políticas a medio día ¿está bien para ti?

—Sí, pediré permiso en el trabajo.

—De acuerdo y, Sakura...

Sakura parpadeó un poco y sujetó más el teléfono a su oído.

—Confía en nosotros, todo saldrá bien.

Kakashi logró escuchar un suspiro de la joven y ella colgó, su mañana había cambiado espectacularmente, estaba más que feliz por la decisión que había tomado, el paso siguiente era desarrollar un plan con Sasuke, crear una historia de amor perfecta, pagarles a los cobradores y jamás volver a apostar.

Kakashi salió de su cubículo y llamó a su secretaria.

—Por favor llama a Sasuke Uchiha a mi oficina, es urgente.

La mujer asintió. Se dirigió al departamento de estudiantil y mandó llamar a Sasuke.

Kakashi abrió una ventana y sacó un cigarrillo, el plan ya había comenzado.

Casi veinte minutos después Sasuke llamó a la puerta.

—Tardaste mucho.

—Tenía un debate, era importante—. Respondió el Uchiha.

—No más importante que esto.

Sasuke no comprendió a qué se refería.

—¿Qué sucede?

—Tengo a tu prometida, la próxima señora Uchiha.

Sasuke puso los ojos en blanco.

—¿Y la conozco?

—Por supuesto. Sakura Haruno, tiene como tú edad, es hermosa y trabajadora—. Dijo Kakashi con una sonrisa.

—¿La mesera?

Kakashi frunció un poco la boca, Sasuke no estaba nada emocionado.

—¿Tienes una mejor idea? La señorita está haciendo un gran esfuerzo por considerar esta idea, por lo menos podrías ser menos imbécil.

—¿Crees que es fácil para mí el estar emocionado por casarme con una desconocida por dinero?

—¿Te emociona más que la mafia te esté amenazando? No te entiendo Sasuke, siempre que la mafia te rodea estás tan tranquilo y ahora que te casarás con una bella mujer estás tan alterado.

Lo que había dicho Kakashi era tan cierto, nadie poseía una serenidad como la de Sasuke y aun así parecía perderla cuando hablaban del tema del matrimonio.

—Tenemos que planear esto. Tienes una importante tarea, irás con tu hermano a averiguar qué es necesario para recibir el fideicomiso después de la boda e inmediatamente le anunciarás a tu familia que te casas, ¿oíste?—. Dijo Kakashi con una severidad intensa. Todo su humor había sido reducido a nada.

Sasuke suspiró, siendo sincero, si prefería que la boca de un revólver estuviera sobre su cabeza.

—¿Cómo es que aceptó? ¿Cuándo hablaste con ella?

Todo eso le sonaba a Sasuke como que su prometida era una interesada, y eso lo ponía de malas. No podía creer que estaba sintiendo todo lo contrario a amor por alguien que ni conocía.

Kakashi se recargó en su silla, a la más digna pose de un mafioso.

—Esos son mis asuntos, ahora vete, tienes cosas que hacer.

Sasuke salió de la oficina de Kakashi, se sentía mareado. Caminó por un pasillo y encontró un teléfono público, de su abrigo tomó una moneda y llamó a casa.

—Residencia Uchiha, buen día.

—Soy Sasuke, por favor páseme a Itachi.

—Un momento joven Sasuke.

Sasuke comenzó a mover su pie con nerviosismo.

—Qué extraño que llames a casa, hermano—. Dijo Itachi.

—Tu ridículo plan ya comenzó, y tú estás metido en esto conmigo.

Itachi rio del otro lado de la línea.

—Tus amigos son buenos, tiene sentido que la mafia los busque... Entonces ¿qué necesitas?


Sasuke llegó a casa con Naruto, había recuperado al fin su auto. Naruto estaba muy emocionado por lo que sucedería, esperaba ansioso que el fideicomiso se abriera para salir libremente de casa sin miedo a que lo subieran a un auto.

—¿Dónde está Itachi? Tengo que darle las gracias—. Dijo Naruto.

—No sabes si esto funcionará.

—Funcionará, tenemos a Sakura-chan de nuestra parte. Todo saldrá bien.

Sasuke se sintió un poco traicionado por ser ignorante de que sus amigos fueron a hablar con Sakura. Trató de imaginarse su rostro de confusión y tal vez de ambición cuando escuchó la cantidad que recibiría.

Juntos llegaron al estudio de Itachi, él estaba escribiendo en una pequeña libreta, tal vez era su momento de inspiración.

—Puedes tocar antes de entrar—. Gruñó Itachi por ser interrumpido.

—¡Itachi! ¿Qué vamos a hacer? Todos estamos listos.

—Bien, lean esto—. Itachi les dio la nota que había escrito. —Es para nuestro abogado que nos dirá si aprobaran o declinaran tu caso.

—¿Quién es tu abogado?—. Preguntó Naruto.

—Hyūga Hiashi—. Respondió Itachi, aún sentado en su escritorio de caoba.

—Sí, el tío de Neji, lo conozco—. Asintió Naruto.

Sasuke suspiró.

—Viene la parte difícil—. Dijo Itachi.

—Lo sé—. Dijo casi sin ánimo, Sasuke.

—¿Qué cosa?—. Preguntó Naruto.

—Dar la buena nueva en la cena de esta noche—. Dijo Itachi. —No te preocupes, avise al jefe de la cocina que preparara algo especial.

La resignación era más que evidente en el rostro del Uchiha.

—Cuéntame Naruto, ¿qué dijo la belleza de Thomas Ed.?

Naruto rio y tomó asiento, le explicó detalladamente a Itachi el cómo habían estado casi cuarenta afuera del restaurante para planear cómo decirle a Sakura. Naruto explicó la inicial negativa de la dama y la llamada que les salvaría el pellejo a los dos. A Sasuke le llamó la atención por qué Sakura había rechazado la oferta y después se había tomado toda la molestia de llamarlos para decirles que estaba en el juego.

Muchas cosas fueron a su mente: "¿es una interesada? o quizá quiere el dinero para fugarse con un amante".

—¿Cuánto le ofreciste?—. Preguntó Itachi.

—Aún no lo decidimos, pero le prometí que lo suficiente para que dejara de trabajar como burro.

—Listo. Así será—. Itachi juntó sus manos y se recargó en su asiento, ese día usaba un elegante traje azul. —Yo me encargaré de eso.

—Bien—. Dijo Naruto.

Itachi le entregó a Naruto el documento que había escrito hace un momento.

—Lleva esto con Hiashi, veo que te llevas bien con los Hyūga.

Naruto observó el sello de la familia Uchiha. Siempre tan propios.

—Lo haré, espero que su cena salga bien, nos veremos después.

—¿Cuándo nos reuniremos con la chica?—. Preguntó Itachi.

—Mañana a mediodía en la oficina de Kakashi-sensei—. Respondió Naruto, que ya se había girado para irse.

Sasuke se mantuvo pensativo.

—No puedo, tengo asuntos que hacer—. Dijo Sasuke.

—No importa, hablaremos con ella no contigo—. Naruto sonrió, era demasiado cómico de ver.

Naruto salió del estudio, dejando a los dos hermanos Uchiha solos.

—¿Ya tienes tu coartada?—. Preguntó Itachi sirviéndose en un vaso de cristal.

—No.

—Yo sí—. De su chaleco sacó una pequeña nota.

—Te tomas demasiado en serio tu trabajo de escritor.

—Soy una persona muy creativa, y, además, no es fácil ver como a tu hermano lo amenazan de muerte.

Sasuke leyó la nota, brevemente Itachi contaba el cómo conoció a Sakura y su necesidad de contraer matrimonio con ella.

—¿Enamorado de ella?—. Dijo Sasuke casi con asco.

—Sí, y más te vale sonar convincente.

Sasuke suspiró, pero sabía que mientras más rápido comenzara esto, más rápido terminaría.

—Y vístete para la cena, comenzará en una hora.

El menor de los Uchiha salió del estudio, arrugó la nota de Itachi y cuando llegó a su habitación la tiró al suelo con gran enojo, él no tenía que estar haciendo eso si hubiera sido más consciente y menos arriesgado; maldijo el día en que conoció a Orochimaru y maldijo el día en que perdió ante él.

Sasuke estaba tratando de recordar cómo era el rostro de Sakura, no sabía si era por esta situación, pero había olvidado un poco como lucía. Solo recordaba sus ojos verdes y su cabello extravagante. Él estaba seguro de que ella estaba pasando por lo mismo, por lo menos su intención era más desinteresada que la de Sasuke.


En el gran comedor el único ruido que había era el de los cubiertos contra la hermosa vajilla sueca, era una reliquia familiar.

—Excelente velada— dijo la madre. —Hace tiempo que no disfrutaba de una cena tan maravillosa.

Era común que los hijos Uchiha se ausentaran en ocasiones a las cenas familiares, la cena por lo regular era entre Fugaku y Mikoto en un comedor más sencillo, pero esa noche estaban en el gran salón y todo era perfecto. Las velas en su total apogeo y una araña de cristal refractaba la luz.

—Tiene una razón esta cena tan maravillosa—. Comenzó Itachi.

Sasuke volvió a suspirar, trató de verse relajado, pero sentía cómo irradiaba intranquilidad.

—¿Y cuál es? —. Preguntó su madre con una copa en su mano.

Sasuke abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella, Itachi se sobresaltó, su hermano lucía lo opuesto a dicha.

—Sasuke les tiene que decir algo, es tan importante que se ha quedado sin palabras—. Dijo Itachi, tratando de darle tiempo a su hermano de recordar el guión que él le había escrito.

Sus padres se miraron un momento.

—¿Y qué es?—. Inquirió Fugaku.

Sasuke cerró los ojos y tragó.

—¿Estás bien, hijo? Te noto más pálido de lo normal—. Dijo Mikoto, con un tono preocupado.

Nuevamente su boca se abrió y no fue capaz de decir nada.

—Mi hermano ha decidido...

—Decidí participar en oratoria estatal—. Dijo rápidamente Sasuke. Itachi lo miró con una cara de confusión.

—¿Oratoria?—. Dijo Itachi.

—La realidad es que, Kakashi me alentó a participar en un concurso y gané el pase a los estatales.

El rostro de confusión de sus padres era evidente. Es decir, Sasuke siempre era destacado en la escuela y ganaba reconocimientos muy a menudo.

—Entonces ¿esta cena es por eso?—. Preguntó su madre, muy confundida.

Itachi negaba con la cabeza mientras que Sasuke asentía.

—Si me disculpan, tengo que ir a estudiar.

Sasuke se levantó y su plato quedó intacto, Itachi le dio un sorbo a su copa y terminó de comer en silencio.

Después de unos minutos, Itachi apareció en la alcoba de Sasuke, no se tomó la molestia de tocar, empujó la puerta con gran fuerza, el interior de la habitación de Sasuke era sumamente amplio, la alfombra de color marrón estaba sobre un hermoso piso cerámico. Las paredes tenían un papel tapiz con figuras elegantes. La ventana estaba abierta y las corrientes heladas se filtraban a la habitación. Sasuke no estaba ahí. Itachi se asomó por la ventana y encontró a su hermano sentado en el techo de la gran mansión, era un misterio cómo había llegado hasta ahí.

—¿Se puede saber qué fue eso allá abajo?

Sasuke estaba viendo la nada, pronto una tormenta torrencial arribaría.

—No puedo creer que no tuvieras las agallas para decirles a nuestros padres. Eres patético.

—Cállate, nadie te pidió que hicieras esa escena.

—Tampoco nadie me pidió salvarte la vida esa noche ¿o sí? Es que no puedo creer que no entres en pánico cuando están a punto de matarte y ...

Sin previo aviso, Sasuke regresó a la habitación de un salto y derribó a su hermano. Estaba golpeándole en el rostro, Itachi rodó sobre sí para tomar el control de la pelea. Los golpes de ambos eran en serio, Sasuke le golpeó en la mandíbula e Itachi hizo que Sasuke perdiera el aliento.

Después de un rato, los mozos estaban aplicando hielo en los golpes mientras su madre negaba con la cabeza. ¡Pero qué extraña noche habían pasado!

—Tendrás que decirles—. Dijo Itachi y el mayordomo lo reprendió por moverse.

—Lo haré—. Dijo Sasuke mientras que se retorcía de dolor por el hielo en sus heridas.


La mañana estaba muy fresca, la escena parecía haber sido sacada de una pintura al óleo, era demasiado real, en serio ella se quería sentir parte de eso. Llevó su mano a un muro de ladrillo, la universidad era su sueño y una gran utopía, las personas a su alrededor no parecían prestar mayor atención a los detalles que tenía el gran edificio de la facultad de ciencias políticas. Sakura tenía un pañuelo que cubría su cuello y cabello, había querido pasar desapercibida en ese día que fue a la universidad, pero era casi imposible, algunos jóvenes le daban largas miradas y le sonreían. Su estilo era fresco, usaba una hermosa falda rosa tan delicada y ligera de vestir, un cinturón negro aprisionaba su cintura y finalmente lo combinaba con una camiseta de gasa de color azul. Ella en serio lo intentaba, no quería sobresalir, pero era imposible. Era imposible no mirarla.

—Buen día—. Dijo una voz.

Sakura se giró para verlo. Era un hombre de rostro elegante, su cabello largo estaba amarrado con un pañuelo sobre su nuca.

—Buen día—. Dijo ella.

—¿Buscas un lugar en específico? He prestado suficiente atención como para concluir eso.

Ella le sonrió.

—Economía política, busco a Kakashi.

Él hizo una expresión pensativa.

—Kakashi-sensei, un profesor difícil. Sé dónde está. ¿Puedo guiarte?

Ella le asintió una vez, Sakura no lo expresó, pero se sintió recelosa por la atención del joven.

—Soy Neji Hyūga—. Dijo él.

—Un placer joven Hyūga.

—Eres muy propia, puedes llamarme Neji. Supongo que conoces el apellido Hyūga—. Dijo Neji con la arrogancia que siempre usaba para conversar con las mujeres hermosas.

—Lamento informar que ignoro.

Neji arrugó una ceja, quizá ella había dicho eso para seguir en su atmósfera misteriosa.

Neji y Sakura caminaron por el pasillo, la hermosa naturaleza que rodeaba el sitio daba una sensación refrescante y optimista, Sakura trataba de parecer que no estaba fuera de lugar, pero se asombraba por cada paso que daba.

—Kakashi-sensei también me dio clase, es de los mejores profesores. Por eso muchas facultades lo buscan.

Sakura se mostró interesada por la conversación.

—¿Así que es famoso en el campus?—. Preguntó la pelirrosa.

Neji giró en un pasillo y Sakura lo siguió.

—Algo así, es una persona muy misteriosa pero sumamente inteligente. Y también es famoso por ser un maestro exigente.

—Exigente—. Repitió Sakura.

—¿Estás buscándolo para que te admita en sus clases?

Sakura frunció el ceño, confundida. Y Neji se dio cuenta de eso.

—Me refiero a que muchas personas quieren que Kakashi los admita en sus clases, como alumnos oyentes, incluso de otras universidades.

Sakura se sorprendió por eso.

Neji se detuvo ante un gran recinto, tenía figuras hechas de cemento que imitaban a su manera las obras de arte expuestas en Notre Dame.

—Quiero decirte que pierdes el tiempo. Kakashi nunca admite a extraños, es paranoico y por alguna razón no le gusta que las personas lo busquen.

Sakura trató de entender a qué se refería Neji.

—Esta es su oficina—. Dijo Neji.

—Fue difícil dar con ella.

—Igual que Kakashi.

Sakura encontraba cierto misticismo envolviendo a Kakashi, era casi como si sus alumnos lo vieran como un mito.

—Tengo que agradecerte por indicarme donde era el sitio—. Dijo Sakura.

—Ha sido un placer...

—Sakura Haruno.

—Haruno, no lo olvidaré señorita.

Neji pasó de largo cuando Sakura se dio la vuelta, recordó de pronto que tenía un asunto cerca de donde se encontraba, así que rodeó la oficina de Kakashi, por alguna razón miró por la ventana del gran estudio de Kakashi, pudo ver la silueta de su maestro, éste invitaba de una forma muy cortés a Sakura a pasar, incluso se tomó la molestia de acomodarle la silla a la chica. Neji dejó de ver, en un rápido pensamiento llegó a la conclusión de que Sakura quizá era algo más que su alumna. ¿Sería capaz de eso su maestro? Nadie lo sabía; porque nadie sabía nada sobre Kakashi y el misterio que envolvía su pasado.


Sakura estaba sentada en quizá el aula más bonita que había visto, las paredes eran de un bellísimo color marfil que reflejaba la luz natural, Kakashi tenía un gran escritorio lleno de documentos. El arte estaba presente en la habitación también, grandes obras pertenecientes a genios de la pintura del renacimiento. Incluso había un busto de mármol cerca de uno de los ventanales que tenía vidrio cortado y era de colores. Si esa habitación había sido decorada por Kakashi, pues, qué buen gusto.

—¿Puedo ofrecerte algo de tomar?—Preguntó Kakashi.

—Generalmente yo hago esa pregunta hacia ti—. Respondió Sakura. —Estoy bien, gracias.

Kakashi le sonrió y tomó asiento. No quería que Sakura se diera cuenta que había estaba observándola. Era bellísima en el restaurante con su uniforme y su cabello despeinado, y en ese momento lucía perfecta, sus rasgos eran demasiado hipnóticos y su nariz era graciosa, en el buen sentido. Kakashi casi sintió pena por ella, él tenía el pensamiento que las mujeres bellas casi siempre eran "valoradas" solo por su belleza y no por lo que eran.

Sakura estaba observando todo el sitio.

—Eres libre de ponerte de pie para explorar cada rincón de esta sencilla oficina.

—Sencilla—. Dijo Sakura como si fuera una broma.

Kakashi tenía un mapamundi hecho a mano en una pared, Sakura fue rápidamente a averiguar de qué se trataba.

El sonido de alguien tocando la puerta sacó a Kakashi de sus pensamientos, pero no a Sakura, ella ahora estaba viendo la biblioteca personal de Kakashi.

Hatake se acercó a la puerta y la abrió, su asistente se sobresaltó por encontrar a su jefe en ella, lo usual era que él dijera «Adelante» y la dejara pasar, y a decir verdad, sentía demasiada curiosidad sobre la dama que había entrado.

—Su estudiante y otro caballero están aquí—. Dijo ella.

—Que pasen.

Un breve momento después la voz escandalosa de Naruto inundó el lugar.

—Muy bien Kakashi-sensei, manos a la obra ¿a qué hora lleg...?

Kakashi detuvo con una mirada a Naruto, Itachi ya estaba caminando en su dirección.

—Vaya, se ve aún más bonita—. Dijo Naruto a Kakashi.

Sakura tenía un libro en la mano, se lo pediría a Kakashi y prometería cuidarlo con su vida.

—Buen día.

Sakura se giró para ver al joven a su lado.

—Buen día.

—Mi nombre es Itachi Uchiha, y lo primero que quiero mencionar es que lamento y muchísimo envolverle en esta situación.

Sakura le sonrió con amabilidad.

Itachi le extendió la mano y Sakura la tomó, era un saludo firme y sincero.

—Joven Uchiha ¿me voy a casar contigo?

Itachi rio aún con la mano de Sakura en la suya.

—Temo decirle que no. Será con mi hermano menor.

Sakura parpadeó un par de veces, había casi olvidado cómo lucía Sasuke Uchiha, su futuro prometido.

—Sakura-chan—. Naruto se acercó a ellos y en breve conversaron acerca de la universidad, de la hermosa oficina de Kakashi y de sus clases. Sakura descubrió que Itachi era escritor.

La secretaria de Kakashi hizo traer una silla y el mismo Kakashi se tomó la molestia de acomodarla. Todos tomaron asiento.

—Bien Sakura, aquí tu eres nuestra protagonista—. Comenzó Kakashi. —Te tengo que agradecer de antemano por tu valor, no es nada sencillo lo que estamos a punto de hacer.

Sakura sintió temor por un momento. En su hombro sintió una mano que la reconfortaba, era Naruto sonriéndole, le estaba diciendo que todo saldría bien sin usar palabras.

—Antes de comenzar queremos hablar de lo monetario, que es lo que a todos nos incumbe aquí.

Sakura asintió.

—Itachi—. Kakashi le cedió la palabra a mayor de los Uchiha.

—El lote es de un aproximado de 200 000, de esos, 145 000 son para las deudas y los perjuicios.

Sakura se sentía mareada, eran sumas imposibles de recrear en su cabeza. ¿Cuánto dinero era realmente mucho dinero?

—Cincuenta mil corresponderán a la señorita Sakura Haruno.

Kakashi levantó las cejas, le parecía un precio sumamente aceptable. Todas las miradas fueron hacia Sakura. Ella no sabía qué hacer.

—¿Es legal?—. Preguntó Sakura y todos se sorprendieron, aún existía esa desconfianza. Ese miedo de que no llegaran a cumplir su palabra.

—Podemos hacerte firmar un contrato si te hace sentir más segura.

Naruto intervino.

—¿En el contrato vendrá que Sakura-chan se casa por 50 mil? ¿Eso no es ilegal?

Kakashi le dio una mirada cansada.

—El contrato no tiene que decir eso explícitamente, Naruto.

Itachi meditó unos breves segundos.

—¿Te encargas de eso, Kakashi? Los abogados de la familia no aprobarían eso.

—¿Quién es tu abogado?—. Preguntó Kakashi.

—Hyūga.

Sakura pensó en el chico que acababa de conocer, ciertamente el mundo universitario era inmenso pero las conexiones eran reducidas.

—Yo me encargo—. Dijo Kakashi.

—Sakura—. Dijo Itachi. —Sé que esto es demasiado rápido pero la boda tiene que efectuarse en una semana. Nosotros nos encargaremos de todo.

Era demasiado rápido, Sakura no sabía que iba a decir en casa, ¿cómo explicaría que obtuvo 50 000 de la nada? ¿Cómo le diría a su madre que se casaría en menos de una semana?

Sin embargo, a pesar de todas las dudas y todas las irregularidades, Sakura tomó una decisión.

—¿Qué es lo que tengo que hacer?

Nadie se movió, pero Kakashi apostó para sí mismo que Naruto estaba celebrando por dentro y que Itachi respiraba aliviado. Y él, simplemente él sentía menos culpa.

—Sakura-chan, tengo que decirte que serás la novia más hermosa.

Ella le sonrió, y lo que dijo a continuación hizo calmar todas las celebraciones.

—Tengo que poner mis condiciones—. Dijo Sakura con voz seria. —Podré no ser adinerada igual que ustedes, pero soy una mujer que vale lo mismo que ustedes. Quiero tener la certeza de que mi integridad siempre estará cuidada. Y que nunca me expondrán a situaciones riesgosas.

Naruto veía a Sakura, ella hablaba con mucha propiedad y podía ver una pizca de terror en sus palabras.

—Si digo que no estoy asustada estaría mintiéndoles. Aun así, confiaré en ustedes y confiaré en Sasuke Uchiha, pero quiero que me prometan que podré ser libre una vez que sus problemas estén resueltos.

Kakashi se levantó.

—Sakura, me encargaré de velar por tu bienestar. Te prometo que una vez que todo esté en orden podrás volver a tu vida y si quieres aparentar que nada de esto paso, adelante.

Sakura veía la sinceridad en los ojos de Kakashi.

—Sakura, te prometo que jamás te sentirás insegura en la familia Uchiha, aún no conoces a mi hermano, pero te doy mi palabra de que él jamás te haría daño.

Sakura apretaba los dobladillos de su falda, estaba nerviosa.

—Sakura-chan, nunca te pediríamos hacer esto si no fuera realmente importante, tú me salvarás la vida. Y también quiero salvarte a ti, cuando todo esto termine jamás tendrás que trabajar, incluso puedo ayudarte a ti y a tu familia después.

Sakura no podía ocultar el rostro de preocupación.

—Está bien.

Kakashi le sonrió.

—Todo saldrá bien—. Dijo Kakashi.

Ella asintió y trató de relajarse.

Naruto vio su reloj, tomó sus pertenencias y se despidió rápidamente.

—Si falto una vez más a estrategia financiera, repetiré—. Dijo Naruto.

Itachi también se levantó.

—Haré todos los preparativos y comenzaré con la historia de Sakura. Por cierto—. hizo una pausa Itachi. —Olvidé decir que Sasuke aún no les ha dicho a nuestros padres, ayer tuvo una especie de ataque de pánico.

Itachi miró a Sakura.

—También es difícil para él, pero lo resolverá.

—De acuerdo—. Dijo Kakashi.

Antes de salir Itachi se acercó a Sakura y le dio un fuerte apretón de manos.

—Bienvenida a mi familia—. Dijo con una sonrisa.

Kakashi vio salir a Itachi, quedando nuevamente a solas con Sakura.

—Y bien ¿qué te parece un recorrido por la Universidad?


Al momento de llegar a casa tras una búsqueda fallida de trabajo, Mebuki Haruno se dio cuenta que la cena estaba hecha.

Antes de entrar a casa exhaló con fuerza, como si eso ayudara a quitarse toda la tristeza y decepción.

—Al fin estoy aquí—. Dijo con una sonrisa y muy buen humor.

—Mamá, qué bueno que ya llegaste.

Mebuki vio el cabello recogido de una forma muy rápida de su hija, eso significaba que había tenido mucho trabajo.

—Me sorprendiste con la cena lista. ¿Qué hice para merecerte?—. Dijo Mebuki mientras abrazaba a su hija y notaba que tenía puesto perfume. Eso la desconcentró un momento.

Sakura sirvió los platos con destreza y en un momento la mesa estaba dispuesta.

—Ya puedes tomar asiento, mamá —. Dijo Sakura con un tono grave en su voz.

Su madre saboreó el aroma de su pasta. Tenía que haber algo importante para que Sakura le preparara su platillo favorito.

—Bien, ¿qué sucede?

Sakura tragó.

—Es algo muy repentino, lo sé—. Hizo una pausa y sus palabras tomaron un peso abismal, contrario a lo que ella quería provocar. —Tengo que darte una gran noticia...