Luego de haber dejado a Naruto en su departamento y haberme despedido de él, tomé el camino para volver a casa. La verdad es que me sentía feliz por conocer a Naruto y haberme hecho su amigo desde pequeño y estaba ansioso porque volvamos a vernos para pasar el rato juntos.

Al llegar a casa mi padre Hizashi me esperaba sentado en una silla y al verme entrar de inmediato se dirigió a mi diciéndome.

- Estás llegando muy tarde últimamente Neji - me refirió con una expresión seria.

- Lo siento, padre - le respondí.

- Está bien Neji, es solo que me preocupa que puedas meterte en problemas. Si sigues llegando tan tarde tendré que prohibirte salir.

Escuchar estas palabras de Hizashi me desanimaron un poco pero luego recordé lo ocurrido mientras caminaba con Naruto y lo aproveché para ganarme el reconocimiento de mi padre de nuevo.

- Padre quiero mostrarte algo - le expresé con ánimos a Hizashi.

- ¿Qué cosa Neji?

- Esto... ¡Byakugan!

Hizashi se sorprendió de inmediato al verme activar mi byakugan. Tanto que no pudo evitar borrar la seriedad de su rostro para mostrarme una emocionada sonrisa.

- ¡Hijo mio! ¡lo lograste! Pero ¿Cómo lo hiciste? ¿Has estado entrenando?

- No puedo decirte como lo hice pero espero con esto recuperar tu confianza padre.

- ¡Claro que si! ¡Claro que si hijo! Ve, corre ve a dormir, mañana temprano te entrenaré de inmediato.

Obedecí a mi padre y me fui a dormir. Cerré mis ojos lleno de esperanza ya que las cosas habían mejorado al conocer a Jiraiya y a Naruto. Y deseaba saber que jutsus me enseñaría mi padre a partir de ahora.

Al amanecer, Hizashi me levantó muy temprano para seguir entrenandome.

Ya ubicados en nuestro jardín mi padre procedió a darme explicaciones sobre el entrenamiento.

- Los jutsus que te enseñaré son prohibidos Neji. Solo los miembros de la familia principal tienen derecho de aprenderlos, pero yo he puesto mi fe en ti hijo mio, por eso te los enseñaré.

- No te decepcionare papá, los aprenderé.

Mi padre me explicó como hacer la rotación, me explicó que tenía que girar sobre mi propio cuerpo a la vez que expulsaba chakra de cada poro de mi cuerpo. Por esta razón antes de hacer la técnica se debía recibir un buen entrenamiento físico y un control excepcional del chakra, como él y mis nanas me habían mostrado.

Yo practiqué la rotación durante un largo momento con la ayuda de mi padre pero siempre me tropezaba y no la concluía. Pero aun así mi padre seguía confiando en mi y me animaba diciéndome que estaba bien y que pronto la aprendería.

Mi padre y yo visitamos la familia principal situándonos en la sala de entrenamiento, en donde Hiashi hizo a sus hijas Hanabi y Hinata luchar entre ellas, esperando la victoria de Hinata ya que ella sería la futura líder del clan. Pero Hinata no demostraba tener espíritu de pelea sino que más bien era alguien amable. Yo giré mi rostro hacia Hiashi y pude ver decepción en su rostro al mirar a Hinata.

- Neji - escuché a mi padre referirse a mi.

- ¿Si padre? - le respondí.

- ¿Estás observando? Tú deber a partir de ahora es cuidar de la pequeña Hinata, esa es tu razón para vivir recuerdalo.

Yo observé a mi padre a la vez que me refería esto. Por un lado no quería corregirlo por lo que me había expresado pero finalmente lo hice.

- No padre, mi deber no es solo proteger a la pequeña Hinata, mi deber es proteger a todo el clan y no solo a la familia principal. Yo le demostraré al clan que la familia principal y la familia secundaria no existen. Solo existe el clan Hyuga.

Mi padre me miró sonriendo mostrando algo de orgullo en sus ojos.

- Bien - me respondió. Entonces mi padre me quiso dar una pequeña demostración del poder de su byakugan pero mi tío Hiashi lo notó interpretándolo como una amenaza, causándole daño a través del sello del pájaro enjaulado.

- ¡No, paren! - grité sosteniendo a mi padre.

- Llevatelo de aquí Neji y dile a tu padre que no toleraré otra muestra de amenaza de parte suya.

- ¡Imbéciles! ¡Esa no fue su intención! - les grité molesto.

- ¡No toleraré tu falta de respeto. Sal de aquí con tu padre, ahora! - me gritó Hiashi.

Recogí a mi padre y me lo llevé de vuelta a casa en donde lo acosté en su cama. Este se veía muy mal y yo no pude evitar sentir enojo por la situación en la que estábamos solo por pertenecer a la familia secundaria.

- ¡Maldición! - pronuncié mientras lloraba dándole un puñetazo a la pared, sintiéndome molesto por nuestra situación.

- Calmate Neji - me pidió mi padre - por favor no le guardes rencor a tu tío. El solo tiene miedo de que nos rebelemos en su contra, él aun no puede ver que solo hay una familia en el clan Hyuga, por favor disculpalo.

- Pero papá - le contesté - ¿y si nos vuelven a hacer daño?... Tengo miedo.

- Yo te ayudaré a superar el miedo, lo prometo pero por favor no lleves rencor en tu corazón, prometemelo hijo mio.

Empuñaba mis manos mientras escuchaba a mi padre decirme esto, pero finalmente logré tranquilizarme.

- Te lo prometo padre - le respondí mientras aun derramaba lágrimas.

Los días pasaron y mi padre me siguió entrenando como habitualmente lo hacía. Un día mientras mi padre me entrenaba me pareció escuchar la voz de alguien pronunciando mi nombre.

- ¡Neji nii-chan!

Salí para ver quien era y me llevé una gran sorpresa al ver que era Naruto.

- ¡Neji nii-chan, vamos a jugar!

- Naruto ¿cómo supiste en donde vivo?

- Yo se lo dije - me respondió mi padre - por favor Neji ve a jugar con él y no regreses hasta la noche. Es más haz una pijamada con tu amigo y regresa a casa mañana.

- ¿Por qué me pides eso padre? ¿Ocurre algo?

- No Neji, no hay problema solo has lo que te digo.

- Pero padre...

Me sentí preocupado y quise quedarme en casa pero escuché a Naruto llamarme de nuevo y recordé la promesa que le había hecho.

- ¡Vamos Neji nii! ¡Vamos a jugar!

- Esta bien Naruto - le respondí a Naruto sonriendole.

Pasé todo el día jugando con Naruto y al anochecer hice una pijamada con él en su departamento como mi padre me pidió. Naruto me dijo que mi padre es muy amable y que a él le gustaría tener un padre como el mio. Yo le dije que muchas gracias y que seguramente dentro de poco él conocería a alguien que sería como un padre para él.

Al día siguiente, cuando amaneció me despedí de Naruto para dirigirme a mi casa de vuelta. Cuando llegué a esta, estaba todo en total silencio por lo que me sentí algo preocupado. Al entrar a casa encontré a mis niñeras llorando muy apenadas.

- ¿Qué pasó? - pregunté intrigado.

- Joven Neji, su padre le dejó esto...

Era la carta en la que el padre de Neji le explicaba por que decidió morir en lugar de su hermano. Fue entonces que comprendí que mi padre me había ocultado sobre la información acerca del intento de secuestro a la pequeña Hinata para finalmente morir en lugar de mi tío Hiashi. Las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder contenerme y me eché a llorar. Cada palabra en la carta me dolía, pero quien podía criticarme, después de todo Hizashi era mi padre ¿o no es así? ¿Está bien amarlo o le estoy faltando al respeto a mis antiguos padres? Quiero saberlo.

- Lo lamentamos tanto Neji - me dijeron mis nanas a la vez que me abrazaban.

Cuando dejaron de abrazarme, yo logré calmarme y les dije a mis niñeras.

- La voluntad de mi padre no se perderá. Le demostraré al clan que todos somos una familia y la rama secundaria y la principal son una sola.

- ¿Qué harás Neji? - me preguntaron mis niñeras.

- Me inscribire en la academia ninja - les respondí.