Fangirl

Una adaptación a Crepúsculo por Redana Crisp.


Disclaimer

Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. La historia a Rainbow Rowell. Yo sólo los mezclo y juego con ellos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, que solamente es publicado en Fanfiction / . /net


Capítulo 4

Las ardillas en el campus estaban más allá de domésticas; eran prácticamente domésticas abusivas. Si estabas comiendo algo, venían justo hacia ti y hacían chit-chit-chit en tu espacio.

—Toma —dijo Bella, tirándole un trozo de la barra de fresa con salsa de soya para la gorda ardilla roja a sus pies. Le tomo una foto con su teléfono y se la envió a Jake, "Ardilla abusadora" escribió.

Jake le había enviado fotos de su habitación —su suite— en MoTech, y de él de pie con sus cinco cerebritos compañeros de habitación que lucían a lo Big Bang Theory (1). Bella trató de imaginarse pidiéndole a Rosalie posar para una foto y se rio un poco fuerte. La ardilla se quedó inmóvil pero no huyó.

Los miércoles y los viernes, Bella tenía cuarenta y cinco minutos entre Biología y Escritura de Ficción, y últimamente había estado matando el tiempo aquí mismo, sentada en un umbroso parche de césped en el lado suave del edificio de Inglés. Nadie con quien lidiar aquí. Nadie excepto las ardillas.

Revisó sus mensajes de texto aun cuando su teléfono no había sonado.

Ella y Jake en realidad no habían hablado desde que Bella se marchara a la escuela tres semanas atrás, pero él sí le mandaba mensajes de texto y correos de vez en cuando. Él dijo que estaba bien y que la competencia en Missouri ya era intensa. "Todo el mundo aquí fue el más inteligente de su clase."

Bella se había resistido al impulso de responderle: "Excepto por ti, ¿verdad?"

Solo porque Jake había obtenido la calificación perfecta en la sección de matemáticas en el examen de admisión no significaba que fuera el chico más inteligente de su clase. Era una mierda en Historia Americana, y se las arreglaba más o menos en Español. En Español, por el amor a Cristo.

Ya le había dicho a Bella que no iba a regresar a Washington hasta Acción de Gracias, y ella no trató de convencerlo para que regresara antes.

Realmente no lo extrañaba todavía.

Alice diría que era porque Jake no era realmente el novio de Bella. Era una de sus recurrentes conversaciones:

—Es un novio perfectamente bueno —diría Bella.

—Es una mesa auxiliar —respondería Alice.

—Siempre está ahí para mí.

—…para colocar revistas.

— ¿Preferirías que saliera con alguien como Jasper? ¿Así podemos las dos quedarnos llorando cada fin de semana?

—Preferiría que salieras con alguien a quien en realidad te gustara besar.

—He besado a Jake.

—Oh, Bella, para. Estás haciendo que mi cerebro vomite.

—Hemos estado saliendo por tres años. Es mi novio.

—Tienes sentimientos más fuertes por Baz y Simon.

—Obvio, son Baz y Simon. Eso ni siquiera es justo… me gusta Jake. Es constante.

—Tú simplemente sigues describiendo a una mesita auxiliar…

Alice había empezado a salir con chicos en octavo grado (dos años antes de que Bella siquiera empezara a pensar en ello), y hasta Jasper Whitlock, Alice no se había quedado con el mismo chico por más de un par de meses. Mantenía a Jasper alrededor por tanto tiempo porque nunca estaba realmente segura de sí a él le gustaba ella, al menos esa era la teoría de Bella.

Alice generalmente perdía el interés en un chico tan pronto como lo conquistaba. La conversión era su parte favorita.

—Ese momento —le dijo a Bella—, cuando te das cuenta de que un chico te mira diferente, que estás ocupando más espacio en su campo de visión. Ese momento cuando sabes que él no puede ver más allá de ti nunca más.

A Bella le había gustado tanto la última línea, que se la había dado a Baz un par de semanas más tarde. Alice estaba molesta cuando lo leyó.

Como fuera, Jasper realmente nunca se convirtió. Él nunca tuvo ojos solo para Alice, ni siquiera después de que tuvieran sexo el otoño anterior. Cesó el paso del juego de Alice.

Bella se sintió aliviada cuando Jasper recibió una beca de fútbol en Iowa State. Él no tenía ese radio de atención para una relación a larga distancia, y había al menos unos diez mil chicos frescos en la Universidad de Washington para que Alice convirtiera.

Bella le lanzó otra barra de proteína a la ardilla, pero alguien en un par de zapatos de cordones dio un paso adelante demasiado cerca de ellos, y la ardilla se sorprendió, alejándose pesadamente.

Gordas ardillas del campus, pensó Bella. Se mueven pesadamente. Los zapatos de cordones dieron otro paso hacia ella, luego se detuvieron. Bella miró hacia arriba. Había un tipo parado frente a ella. Desde donde estaba sentada, y desde donde él estaba parado, con el sol detrás de su cabeza parecía de dos metros de altura. Entrecerró los ojos, pero no lo reconoció.

—Bella —dijo él—, ¿cierto?

Reconoció su voz; era el chico de cabello oscuro que se sentaba delante de ella en Escritura de Ficción: Quil.

—Sí —respondió.

— ¿Terminaste tu ejercicio de escritura?

La Profesora Denali les había pedido que escribieran un centenar de palabras desde la perspectiva de un objeto inanimado. Bella asintió, todavía entrecerrando los ojos hacia él.

—Oh, lo siento —dijo Quil, quitándose del sol y sentándose en la hierba junto a ella. Puso su mochila entre sus piernas—. Así que, ¿sobre qué escribiste?

—Una cerradura —dijo ella—. ¿Y tú?

—Un bolígrafo. —Hizo una mueca—. Me preocupa que todo el mundo vaya a hacerlo sobre un bolígrafo.

—No lo estés —dijo ella—. Un bolígrafo es una terrible idea.

Quil se rio y Bella miró hacia el césped.

—Entonces —preguntó él—, ¿crees que nos hará leerlo en voz alta?

Bella alzó la cabeza.

—No. ¿Por qué haría eso?

—Ellos siempre lo hacen —dijo él, como si fuera algo que Bella ya debiera saber. Ella no estaba acostumbrada a ver a Quil de frente, tenía cara de niño, con ojos azules caídos y cuadrados. Cejas negras que casi se juntaban en el medio. Tenía el aspecto de alguien con billete de tercera clase en el Titanic (2). De alguien que estaría en una fila en la Isla Ellis (3). Castizo y viejo. Además, lindo.

—Pero no habrá tiempo en clases para que todos leamos —dijo ella.

—Probablemente nos separaremos en grupos primero —dijo él, de nuevo como si ella debiera saber eso.

—Oh… soy un poco nueva por aquí.

— ¿Eres una estudiante de primer año?

Ella asintió y rodó los ojos.

— ¿Cómo una estudiante de primer año entró a la clase del nivel trescientos de la profesora Denali?

—Lo pedí.

Quil alzó sus peludas cejas y mostró su labio inferior, impresionado.

— ¿Realmente crees que un bolígrafo es una terrible idea?

—No estoy segura de lo quieres que te diga ahora —respondió Bella.

.

.

.

— ¿Tienes un desorden alimenticio? —preguntó Rosalie.

Bella estaba sentada en su cama, estudiando.

Rosalie estaba sosteniendo la puerta de su closet, saltando, tratando de ponerse una bota de tacón negra. Probablemente estaba de camino a trabajar, Rosalie siempre estaba de camino a alguna parte. Trataba su habitación como una estación de paso, un lugar donde se detenía entre las clases y la biblioteca, entre su trabajo en la unión de estudiantes y su trabajo en el Olive Garden (4). Un lugar para cambiarse de ropa, tirar libros y recoger a Edward.

Algunas veces había otros chicos también. Ya en el último mes habían estado un Emmett y un Paul. Pero ninguno de ellos parecía formar parte permanente del sistema solar de Rosalie como lo hacía Edward.

Lo cual hacía a Edward parte del sistema solar de Bella, también. Él la había visto en el campus hoy y caminó con ella todo el camino hacia Oldfather Hall, hablando sobre algunos guantes que había comprado en las afueras de la Unión de estudiantes.

—Hechos a mano. En Ecuador. ¿Alguna vez has visto una alpaca, Isabella? Son como las llamas más adorables del mundo. Como, imagínate la llama más linda que puedas, y luego sigue imaginando. Y su lana, en realidad no es lana, es fibra y es hipoalergénica…

Rosalie ahora estaba mirando a Bella con el ceño fruncido. Estaba usando unos vaqueros negros ajustados y un top negro. Tal vez iba a salir, no a trabajar.

—Tu bote de basura está lleno de envoltorios de barritas energéticas —dijo Rosalie.

— ¿Estabas revolviendo mi basura? —Bella sintió una oleada de ira.

—Edward estaba buscando un lugar donde escupir su chicle… ¿Entonces? ¿Tienes trastornos alimenticios?

—No—dijo Bella, bastante segura de que era eso exactamente lo que diría si tuviera un trastorno alimenticio.

— ¿Entonces por qué no comes comida de verdad?

—Lo hago—. Bella apretó sus puños. Su piel se sentía tersa y tensa—. Solo que no aquí.

— ¿Eres una de esas raras comedoras?

—No. Yo… —Bella miró al techo, decidiendo que este era uno de esos momentos en donde la verdad sería mucho más simple que una mentira—… no sé dónde está el comedor.

—Has estado viviendo aquí por más de un mes.

—Lo sé.

— ¿Y no has encontrado el comedor?

—Realmente no lo he buscado.

— ¿Por qué no les ha preguntado a alguien? Me pudiste haber preguntado.

Bella rodó los ojos y miró a Rosalie.

— ¿Realmente quieres que te haga preguntas estúpidas?

—Si son sobre comida, agua, aire o refugio, sí. Jesús, Bella, soy tu compañera de habitación.

—Está bien —dijo Bella, volviendo a su libro—. Anotado.

—Entonces, ¿quieres que te enseñe donde está el comedor?

—No, está bien.

—No puedes seguir viviendo de barras dietéticas. Se te están acabando.

—No se me están acabando…

Rosalie suspiró.

—Edward pudo haberse comido unas cuantas.

— ¿Estás dejando a tu novio robar mis barras de proteínas? —Bella se inclinó sobre su cama para revisar su escondite… todas las cajas estaban abiertas.

—Él dijo que te estaba haciendo un favor —dijo Rosalie—. Forzando el asunto. Y no es mi novio. Exactamente.

—Esto es una violación —dijo Bella furiosa, olvidándose por un momento de que Rosalie era probablemente la persona más intimidante que había conocido alguna vez.

—Ponte los zapatos —dijo Rosalie—. Te voy a mostrar donde está el comedor.

—No—. Bella ya podía sentir la ansiedad empezando a rasgar su estómago en pequeñas piezas nerviosas—. No es solo eso… No me gustan los lugares nuevos. Nuevas situaciones. Allí estarán todas estas personas, y no sabré donde sentarme… No quiero ir.

Rosalie se sentó al final de su propia cama, cruzando los brazos.

— ¿Has estado yendo a clases?

—Por supuesto.

— ¿Cómo?

—Las clases son diferentes —dijo Bella—. Ahí hay algo en lo que enfocarse. Aun así es malo, pero es tolerable.

— ¿Consumes drogas?

—No.

—Tal vez deberías…

Bella presionó sus puños en la cama.

—Esto no es asunto tuyo. Ni siquiera me conoces.

—Este—dijo Rosalie—. Este es el por qué no quería una estudiante de primer año como compañera de habitación.

— ¿Por qué siquiera te importa? ¿Te estoy molestando?

—Vamos a ir a cenar ahora mismo.

—No. No vamos.

—Agarra tu identificación estudiantil.

—No voy a ir a cenar contigo. Ni siquiera te agrado.

—Me caes bien —dijo Rosalie.

—Esto es ridículo.

—Jesucristo, ¿no tienes hambre?

Bella estaba apretando sus puños tan fuertes, que sus nudillos se estaban poniendo blancos.

Pensó en el filete de pollo frito. Y papas gratinadas. Y tarta de fresa ruibarbo. Y se preguntó si el comedor de Pound tendría una máquina de helado como en Selleck.

Y pensó sobre ganar. Sobre cómo estaba dejando que esto ganara, lo que sea que fuera, la locura dentro de ella. Bella, cero. Locura, un millón.

Se inclinó, comprimiendo el nudo en su estómago.

Luego se puso de pie con tanta dignidad como pudo encontrar y se puso sus zapatillas Vans.

—He estado comiendo comida de verdad… —murmuró—. Almuerzo en Selleck con mi hermana.

Rosalie abrió la puerta.

—Entonces, ¿por qué no comes aquí?

—Porque esperé demasiado. Construí un muro para bloquearlo. Es difícil de explicar…

—En serio, ¿por qué no te drogas?

Bella caminó pasándola saliendo de la habitación.

— ¿Eres una licenciada de psiquiatría? ¿O solo juegas a una en televisión?

—Estoy en la drogas —dijo Rosalie—. Son una cosa hermosa.

.

.

.

No hubo momento incómodo en el comedor, no se quedó parada en la puerta con una bandeja, tratando de decidir el lugar más inocuo para sentarse.

Rosalie se sentó en la primera mesa medio vacía que encontró. Ni siquiera saludó a las otras personas sentadas allí.

— ¿No vas a llegar tarde al trabajo? —preguntó Bella.

—Voy a salir. Pero iba a comer primero aquí la cena de todas maneras. Nosotros pagamos por toda esta comida; muy bien que podemos comerla.

La bandeja de Bella tenía un plato de macarrones al horno y dos cuencos de coles de Bruselas. Estaba hambrienta.

Rosalie tomó un gran bocado de su pasta de ensalada. Su cabello largo colgaba sobre sus hombros. Era una docena de tonos rojizos y dorados, ninguno de ellos muy natural.

—¿Realmente crees que no me agradas? —preguntó con la boca llena.

Bella tragó. Ella y Rosalie nunca habían tenido una conversación antes de hoy, ninguna seria que importara.

—Um… tuve la sensación de que no querías un compañero de habitación.

—No quiero un compañero de habitación. —Rosalie frunció el ceño. Ella fruncía el ceño tanto como Edward sonreía—. Pero eso no tiene nada que ver contigo.

—Entonces, ¿por qué vives en los dormitorios? No eres una estudiante de primer año, ¿cierto? Ni siquiera creo que los estudiantes de cuarto o tercer año vivan en el campus.

—Lo tengo que hacer —dijo Rosalie—. Es parte de mi beca. Se supone que obtendría mi propia habitación este año, estaba en la lista, pero todas las residencias están sobre su capacidad.

—Lo siento —dijo Bella.

—No es tu culpa.

—Yo tampoco quería un compañero de habitación —dijo Bella—. Quiero decir… pensé que iba a vivir con mi hermana.

— ¿Tienes una hermana que estudia aquí?

—Gemela.

—Ew, raro.

— ¿Por qué es raro? —preguntó Bella.

—Solo lo es. Es espeluznante. Como tener una doble. ¿Son idénticas?

—Técnicamente.

—Ew. —Rosalie se estremeció melodramáticamente.

—No es espeluznante —dijo Bella—. ¿Qué está mal contigo?

Rosalie sonrió y se estremeció de nuevo.

—Entonces, ¿por qué no estás viviendo con tu hermana?

—Ella quería conocer gente nueva —dijo Bella.

—Lo haces sonar como si hubiera roto contigo.

Bella pinchó otra col de Bruselas.

—Vive en Schramm —dijo a su bandeja. Cuando levantó su mirada Rosalie le estaba frunciendo el ceño.

—Me estás haciendo sentir lástima por ti otra vez —dijo Rosalie.

Bella giró su tenedor hacia Rosalie.

—No sientas lástima por mí. No quiero que sientas lástima por mí.

—No puedo evitarlo —dijo Rosalie—. Eres patética.

—No lo soy.

—Si lo eres. No tienes ningún amigo, tu hermana te dejó, eres una comedora extraña… y tienes alguna cosa rara por Simon Snow.

—Objeto a cada cosa que acabas de decir.

Rosalie masticaba. Y fruncía el ceño. Estaba usando un lápiz labial rojo oscuro.

—Tengo un montón de amigos —dijo Bella.

—Nunca los veo.

—Acabo de entrar aquí. La mayoría de mis amigos van a otras escuelas. O están en línea.

—Los amigos de Internet no cuentan.

— ¿Por qué no?

Rosalie se encogió de hombros con desdén.

—Y no tengo una cosa rara por Simon Snow —dijo Bella—. Simplemente soy activa en el fandom.

— ¿Qué mierda es el fandom?

—No entenderías —suspiró Bella, deseando no haber usado esa palabra, sabiendo que si trataba de explicarse a sí misma más allá, solo lo haría peor. Rosalie no creería, o entendería, que Bella no era simplemente una fan de Simon. Ella era una de las fans. El primer nombre solo de fan con las fans por su cuenta.

Si le contaba a Rosalie que los fics de Simon regularmente tenían veinte mil accesos… Rosalie simplemente se reiría de ella. Además, decir todo eso en voz alta haría a Bella sentirse como una completa idiota.

—Tienes cabezas de Simon Snow en tu escritorio —dijo Rosalie.

—Esos son bustos conmemorativos.

—Siento lástima por ti. Seré tu amiga.

—No quiero ser tu amiga —dijo Bella tan severamente como pudo—. Me gusta que no seamos amigas.

—A mí también —dijo Rosalie—. Lo siento, lo arruinaste siendo tan patética.

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-Mensaje de bienvenida de la página principal de , recuperado el 1 de Julio del 2011.


1 The Big Bang Theory: Comedia de situación que narra la vida de un grupo de amigos con cerebros privilegiados que carecen de habilidades sociales.

2 Titanic: Fue un transatlántico británico, el mayor barco de pasajeros del mundo al finalizar su construcción, que se hundió durante la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York.

3 Isla Ellis: Es un pequeño islote situado en el puerto de Nueva York, en la zona superior de la bahía próxima a Nueva Jersey.

4 Olive Garden: Cadena estadounidense de restaurantes vegetarianos.

Gracias por sus reviews y por los follows y favs!

Bueno, al parecer Rose y Bella están atrapadas en su nueva amistad. Más adelante veremos qué pasa con el sonriente Edward.

Nos leemos el viernes.