Bright Spark
El tren desde Canterlot llegó al Imperio Cristal más rápido de lo usual (normalmente era un viaje de una hora y media pero esta vez se tardaron una hora solamente), y las Princesas se bajaron del tren seguidas de las Portadoras de la Armonía. Se suponía que les llegó un mensaje urgente de que llegaran al Imperio Cristal, aparentemente tenía que ver con Bright.
Cuando bajaron del tren un grupo de guardias las recibió con unos saludos rápidos y todas se dirigieron hacia el Castillo. Los soldados se veían confundidos, y algo preocupados por lo que no pudieron darles muchos detalles. Pero se les veía nerviosos, definitivamente.
Cuando llegaron al Castillo fueron recibidas por una horrible visión. Grandes monstruos de acero con largas garras y ojos morados los recibieron en el pasillo principal.
Celestia y Luna se prepararon de inmediato para luchar lanzando un ataque mágico contra ellos, pero a pesar de usar todo su poder las cosas ni se inmutaron.
Applejack trató de patearlos mientras que Rainbow Dash les dirigió una patada voladora, pero solo se lastimaron cuando golpearon el duro acero.
En cuanto a Pinkie Pie ella trató de usar su cañón de fiestas pero solo los ensució.
Se prepararon para una batalla y recuperar el Imperio Cristal del control de los monstruos metálicos, cuando Bright Spark se acercó para tranquilizarlos.
─ Calma, calma están de nuestro lado. Son sirvientes, ¿está bien? Z-Bots, por favor, ofrézcanles una bebida para terminar de tranquilizarlas.
Los robots solo emitieron una serie de pitidos ante su creador y abrieron sus pechos revelando que dentro tenían refrigeradores.
─ Tengo de todo, cidra no alcoholizada, jugo de naranja, de manzana, soda, lo que quieran.
─ Bright Spark, ¿qué significa esto? ─ Quiso saber la Princesa Celestia. ─ ¿Qué son?
─ Como dije, son mis sirvientes. Tranquilos, son cien por ciento fieles a mí y no les harán daño. De hecho, pueden ordenarles lo que quieran, las obedecerán de inmediato.
Luna miró a las criaturas de metal, sin confiar en ellos. Se veían grandes y amenazadores, ¿cómo podía Bright estar seguro de que le eran fieles? Unos monstruos así no eran del tipo que un niño pequeño podía controlar. ¿Cómo era esto posible?
─ Niño, no entiendo qué está pasando aquí, ¿pero cómo estas tan seguro que te son fieles?
Bright se encogió de hombros como quien no quiere la cosa, y sacó una lata de gaseosa del robot más cercano. Les ofreció una a las Princesas, pero ellas rechazaron confundidas.
─ Bright, responde la pregunta de mi hermana por favor ─ dijo Celestia, algo tensa.
Bright asintió suavemente, seguía tranquilo como quien no quiere la cosa.
─ Porque yo los construí. Tranquilos, solo les di la inteligencia para seguir órdenes. Jamás crearía algo que pueda pensar por sí mismo. Estoy loco, no soy idiota.
Caminó tranquilamente, seguido por dos de sus máquinas.
Todos lo miraron confundidos. Bright se veía diferente, pero no por el traje negro que usaba sino porque algo en su forma de actuar no cuadraba del todo.
─ ¿No ven que algo en él es diferente? ─ Susurró Pinkie Pie. ─ Se le ve algo…
─ Pasó de ser inocente y lindo a, ¿no les parece que su mirada era algo fría? ─ Preguntó Fluttershy, algo preocupada por el cambio tan súbito en Bright Spark.
─ Sí, no se siente ni inocente y despreocupado sino más bien…?
─ ¿Más bien como alguien que tiene todo fríamente calculado? ─ Preguntó Bright, volteando. ─ ¿Qué? Tengo muy buenos oídos. En fin, sí, gracias a cierta boba tuve que sacar a relucir mi verdadera personalidad. Es un fastidio, pero bueno.
─ ¿Y se puede saber por qué diablos fingías? ─ Preguntó Applejack, ofendida.
─ Porque la gente está más cómoda a mi alrededor cuando actúo así. Sé que les incomoda mi forma de ser así que traté de hacerles las cosas más fáciles, de veras. El que me vean como soy no afecta nada mis planes, esto fue solo por ustedes.
─ ¿Tus planes? ─ Se extrañó Luna.
Entonces llegaron al salón del trono donde ya los esperaban Twilight, los señores Sparkle, Cadence, Shining Armor, Flurry Heart, Starlight y Spike. Se veían confundidos y la atmósfera era tensa.
La única que estaba relajada era una versión adolescente de Flurry Heart, que estaba posando frente a su yo pequeña que aplaudía y celebraba sus ocurrencias.
─ Mira esto, mira esto pequeña yo, admira las habilidades de tu yo futuro.
Hizo una ágil pirueta en el aire y luego apretó un botón en sus pulseras activando el traje del Capitán Asombroso.
─ Este es un trabajo para el ¡Capitáááááááááánnn Asombroso!
Flurry bebé aplaudía y su yo adolescente volvía a la normalidad.
─ Ta-dá. ¿Asombroso, no es así?
─ ¿Se puede saber por qué te vistes así y te pones a hacer mi trabajo? ─ Preguntó Shining exasperado.
─ Ay vamos papá, un poco de ayuda no le cae mal a nadie. Además vivo mi sueño, desde que mi amado tío Spike me enseñó el maravilloso mundo de los cómics quise vivir en uno. Y como tengo un primo súper genio que me fabrica todos los gadgets de súper héroe que le pido, puedo vivir mi vida como un verdadero súper héroe.
Todos miraron a Bright que le sonrió a su prima y se encogió de hombros como quien no quiere la cosa.
─ Cualquier cosa con tal que la boba deje de molestarme. No me molesta, de veras.
Flurry le sacó la lengua. Sabía que Bright le tenía mucho aprecio.
─ Mi fiel estudiante, ¿qué está pasando?
Twilight solo frunció el entrecejo mientras veía a Bright Spark.
─ Aparentemente él vino aquí a propósito, no porque mi futuro yo tuvo un accidente mágico. Y por lo que se ve mi futuro hijo es mucho más poderoso de lo que aparenta.
Tras traerles las sillas a los recién llegados (por pedido especial de todas fueron los sirvientes de Cadence a pesar que Bright ofreció a sus robots).
─ Bien Bright, habla ─ pidió Twilight.
Bright asintió y apretó un botón en una de sus pulseras, proyectando la imagen de un grupo de criaturas bípedas con grandes tridentes, escudos y yelmos negros. Patas como de león, y grandes melenas blancas.
Todos sintieron un escalofrío.
─ Tormentianos ─ dijo Luna con un hilo de voz.
Bright asintió.
─ Están en camino a invadir Equestria.
Eso fue suficiente para que Shining Armor, Cadence, Celestia y Luna se levantaran.
─ ¡Vamos adelante! ¡Ternemos que protegerlos a todos!
─ Prepararemos un cordón militar, los contendremos mientras que Twily y sus amigas preparan el Poder de la Amistad y…
Bright negó con la cabeza.
─ Tranquilos, ya envié mis tropas.
─ ¿Tus tropas? ─ Preguntó Celestia.
─ ¿Me estás diciendo que te trajiste del futuro un ejército capaz de detener a los Tormenta? ─ Preguntó Luna.
Bright asintió.
─ Esta proyección es en tiempo real. Tomen asiento y disfruten del show.
Solo la Flurry adolescente no prestó atención, ya estaba acostumbrada a ver a Bright hacer de las suyas.
Montañas Yak, camino a la Frontera del Imperio Cristal:
Un ejército de quinientas criaturas de la Tormenta iban marchando hacia Equestria, listos para someter a todos los ponis bajo el reinado de sus Majestades.
El Rey Tormenta había caído pero había dejado atrás a dos herederos más que dignos del Trono. Los príncipes gemelos, Ciclón y Tempestad.
Además de los quinientos soldados de pie, unos veinte dirigibles con diez soldados cada uno. Una fuerza de setecientos guerreros
El plan era establecer una cabeza de playa en el Imperio Cristal, y a partir de ahí usarla para seguir mandando a sus tropas poco a poco hasta que finalmente absorbieran el Reino de Equestria de una vez y para siempre. Extendiéndose hacia los lados tomando las fronteras y luego dirigirse hacia el centro. De este modo cortarían toda vía de escape para que Twilight y sus amigas no puedan escapar y pedir refuerzos.
Pero a medio camino se toparon con un grupo de veinticuatro criaturas de acero dos cabezas más altas que ellos. Con grandes garras y luces moradas como sus ojos.
Uno de ellos proyectó una imagen de un poni, o bueno, un potro de doce años.
Estaba sentado en una silla bebiendo un smoothie.
─ Muy buenas tardes mis queridos tormentianos. Mi nombre es Bright Spark. Súper genio, científico inventor, heredero al trono de Equestria y el hijo de Twilight Sparkle. Tienen dos minutos para dar media vuelta y largarse o verán de lo que soy capaz. La elección es suya.
El comandante de los tormenta solo se rio.
─ ¿Disculpa? ¿Acaso quieres que nos retiremos?
La proyección de Bright le sonrió como quien no quiere la cosa.
─ La verdad no, patearles el trasero me es demasiado divertido. Me limito a ser cortés y darles la oportunidad de largarse sin ser lastimados.
El comandante volvió a reírse y sus risas fueron coreadas por sus compañeros tormenta. Pero tenía que admitir que estas criaturas de metal eran algo con lo que no se habían topado y no sabía qué esperar.
…
Mientras, en el Castillo Imperial, todos veía a Bright Spark sin saber qué decir mientras uno de sus robots lo filmaba. Se veía que lo estaba pasando en grande.
─ Mi amigo, tú y tus soldados estaban hechos de carne que es débil. Los míos de acero que fuerte, no hace falta ser un genio para saber cómo va a terminar esto.
…
El comandante de los tormentianos tuvo suficiente, fue divertido, pero tenía un trabajo que hacer.
─ ¡Al ataque!
El robot que estaba proyectando la imagen de Bright tomó al comandante de los tobillos y comenzó a girarlo sobre su cabeza, para luego arrojarlo con violencia sobre los otros.
Los demás soldados metálicos transformaron sus garras en grandes cañones y empezaron a lanzar chorros de luz contra los tormentianos.
Estos ataques crearon grandes explosiones que mandaron a volar a los guerreros tormenta, que aterrizaron todos cubiertos de quemaduras y con el equipo dañado.
─ ¡Maldita sea, no se queden ahí! No es la primera vez que nos sorprenden, ¡contrataquen, contrataquen!
Los guerreros tormenta rápidamente tomaron sus armas y se arrojaron sobre los monstruos de acero. Pero sus lanzas y ataques mágicos no hacían más que rayar las superficies metálicas. O a lo sumo, abollarlas.
Con sus filosas garras, los robots cortaron las cabezas de las lanzas y de nuevo transformaron sus garras en cañones y de nuevo dispararon al suelo, creando otra poderosa explosión.
Un grupo especialmente tenaz de tormentianos logró reducir e inmovilizar a uno de los robots.
─ Nos llevaremos a tantos como ustedes sea posible, pronto verán lo que es hacernos enojar.
La máquina por supuesto no se inmutó. En su lugar comenzó a sonar una alarma.
─ ¿Y ahora qué?
La cosa explotó en mil pedazos lanzando a volar a todos, que quedaron cubiertos de horribles quemaduras de tercer grado, huesos rotos y esquirlas de metal clavadas en su carne.
Desde Equestria Bright sonreía, en su época los tormentas habían aprendido a no atrapar a sus robots, y le era divertido ver que en esta época no sabían con quién se estaban metiendo.
A un comando de Bright, los soldados metálicos luego intercambiaron la estrategia empezaron a disparar redes que capturaban a los tormentianos y los hacían caer. Cuando trescientas unidades del ejército de los quinientos fue inmovilizado, diez de las monstruosidades de acero emprendieron el vuelo y atraparon los dirigibles entre sus garras.
Con la fuerza de la que solo una máquina es capaz, bajaron los dirigibles por la fuerza y empezaron a sacar a los tripulantes, que de inmediato trataron de escapar comprendiendo que no eran rivales para los soldados metálicos.
Pero pronto fueron capturados y e inmovilizados por los robots.
Una vez todos estaban fuertemente atados, los robots los despojaron de sus lanzas, escudos y armaduras; mientras que otro grupo de robots desmantelaba los dirigibles arrancando la estructura metálica y dejando solo el cuero, la madera y el cristal.
─ ¡Oye no! ¿Qué hacen? ─ Gritó el comandante.
El robot más cercano volvió a proyectar la imagen de Bright Spark.
─ Tú perdonarás compañero, pero cuando estás en el negocio de las máquinas necesitas mucho pero mucho metal. Y el acero tormentiano es de primerísima calidad. Considéralo mi botín de guerra.
Entonces los robots se llevaron todo dejándolos en la nieve inmovilizados y humillados.
…
En Equestria, Bright se dio por satisfecho mientras todos miraban la proyección sin encontrar palabras. Era un alivio que los soldados de los tormenta hayan sido derrotados sin que llegaran a entrar al territorio de Equestria, pero estaban aterrados de las monstruosidades de acero. Un grupo veinticuatro criaturas metálicas les pateó el trasero a setecientos guerreros tormenta en menos de diez minutos.
─ ¿Cómo es posible?
─ Le di a cada uno de mis robots el poder de cuatro alicornios. Son una fuerza invencible en el campo de batalla.
─ ¿Qué?
Todos estaban asustados, pero Flurry adolescente los tranquilizó.
─ Tranquilos, Bright los usa casi solo como sirvientes, pero los enemigos de Equestria saben que con esas cosas no se juega.
─ Y son muy superiores a los soldados de carne y hueso ─ dijo Bright.
─ ¿Disculpa, qué? ─ Preguntaron Shining y Flash muy molestos.
─ Primero que nada, mis robots son mucho más fuertes y resistentes. Como dije, se necesita el equivalente a cuatro alicornios para vencer a uno solo. Y lo más importante, ustedes están vivos y tienen familias. Si algo les pasa en el campo de batalla sus familias perderán a algo valioso para siempre. Si algo le pasa a uno de mis robots, a quién le importa. Solo tengo que hacer más.
Flurry Heart se sorprendió.
─ Vaya, tienes sentimientos.
Bright asintió, confundido por la sorpresa de Flurry Heart.
─ Claro, mi padre y mi tío son soldados. No dejaría que se enfrentaran a los tormentianos por sí mismos, sé qué tan poderosos son.
Bright Spark entonces dirigió una mirada a todos, lo veían con cautela. Suspiró, sabían que ya no podían confiar en él así que lo mejor era sincerarse.
─ Miren, perdonen si los engañé fingiendo mi personalidad pero en serio lo hice porque en mi época se sienten incómodas con mi forma de ser. Tenía que detener a los tormentas a mi manera o algo muy malo va a suceder.
─ Algo muy malo va a suceder ─ dijo Flash, ceñudo. ─ Bright, los tormenta son una raza de orgullosos guerreros. Cuando los humillas vuelven con más tropas aún más poderosas. De hecho, de estar vivo el propio Rey Tormenta ya estaría de camino a encargarse personalmente de ti.
─ Sí, cuento con ello. No el Rey, sino sus hijos.
Bright entonces proyectó la imagen de un par de criaturas simiescas, macho y hembra, con grandes cuernos, armados con grandes espadas.
─ Se llaman Ciclón y Tempestad, gemelos. Tormenta tuvo muchas concubinas pero solo una le dio hijos, y puedo decir que están siguiendo los pasos de su padre y son muy buenos. Son dignos herederos del Reino Tormenta, no tan fuertes como su padre, pero denles tiempo.
Luna se rodeó de un aura de magia pura mostrándose muy molesta.
─ ¡¿DENLES TIEMPO?! ¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA, BRIGHT?! ¡NOS HAS PUESTO EN PELIGRO A TODOS!
─ No importa, usamos la Magia de la Amistad y pateamos a los malos. Tormenta no pudo vencernos, sus hijos tampoco ─ dijo Dash lista para la acción.
Todos la miraron muy molestos, y muy preocupados. Las invasiones tormentianas no eran para tomarse a la ligera.
Pero su ira se concentró sobre Bright que se mostraba tranquilo e indiferente.
─ ¿Cómo se te ocurre ponernos en peligro a todos? ─ Dijo Twilight con un hilo de voz.
─ No entienden, en mi época ya me he enfrentado a los gemelos al menos seis veces. Y puedo decir con toda seguridad que el marcador es de 0 a 6.
─ Y le tienen miedo, igual que todos los villanos de Equestria ─ dijo Flurry Heart. ─ Y como en esta época aún no saben a quién se enfrentan…
─ Vencerlos será mucho más sencillo de lo usual ─ dijo Bright. ─ Solo quiero que muestren su fea cara, y luego los capturaré. Equestria nunca sabrá que los Tormenta intentaron invadir de nuevo.
─ ¿Cómo planeas lograr eso, acaso eres un súper dúper usuario de la Magia de la Amistad o los Elementos de la Armonía? ─ Preguntó Pinkie.
Bright negó con la cabeza.
─ Claro que no, alguien con mi personalidad es incompatible con un tipo de magia tan pura. Pero soy un genio, tal vez el ser más inteligente del mundo. Y como tal, soy el dueño y creador de las armas más avanzadas del mundo.
Bright entonces caminó hacia la ventana, pensativo.
─ Viajé a esta época especialmente para capturar a esos dos. No me gusta actuar así, pero la mayor amenaza de Equestria está a punto de estallar y necesito ofrecer un sacrificio. Los Tormenta son los suficientemente poderosos como para resistir lo que tiene reservado, por eso son el sacrificio perfecto.
─ Cuando dices amenaza, ¿a quién te refieres? ─ Preguntó Twilight. ─ ¿Es alguien que conozcamos? ¿Grogar? ¿Otra amenaza ancestral?
Flurry Heart negó con la cabeza.
─ No, su mejor amiga. Luminositè Belle, la hija de Rarity Belle.
Todos soltaron un gemido de sorpresa, pero sobre todo Rarity.
─ ¿Mi hija? ¿Cómo que mi hija?
Y bueno, he aquí el capítulo introductorio a la verdadera personalidad de Bright y una ojeada a Luminositè. En fin, espero que les haya gustado y bueno.
Chao; nos leemos!
