Autor Original: rexlover180
ID: 2962133
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Alfred se sentía un poco adormilado, como si acabase de despertarse. Pero eso no estaba bien. Fue hasta la habitación de Arthur desde su dormitorio. Iba a llevarlo a clase.
"¡Alfred!" la voz de Arthur sacó a Alfred de su trance. Raro, no sabía que llegó a la habitación de Arthur tan rápido…
"¡Hey, Arti-Arthur!" Alfred apartó ese pensamiento de su cabeza. Nara era raro, ¿verdad? "¡Vine para ir contigo a clase!" esa era la primera vez que Alfred notaba que Arthur se veía fatal. Su ropa estaba desarreglada y parecía que acababa de despertarse.
"Ni siquiera estoy listo todavía, idiota" suspiró Arthur, irritado.
"¿De verdad?" Alfred miró por la ventana del dormitorio de Arthur "A mí me parece bastante tarde…"
"Lo que sea" suspiró Arthur "Dejaste tu tarea aquí, por cierto" dijo mientras se daba la vuelta.
"Ah, cierto" Alfred se rio y alzó su bolsa del suelo. Gracioso. No recordaba nada de sus deberes. Aunque los hizo…
"No puedo prepararme contigo en mi habitación" espetó Arthur y señaló a su puerta "Sal"
"¡Claro amigo!" Alfred sonrió y salió. No estaba precisamente sorprendido cuando Arthur cerró la puerta tras él. Arthur parecía gritar algo con frustración mientras Alfred se apoyaba contra la puerta. Arthur definitivamente era adorable cuando estaba enojado. Alfred no tenía ni idea de por qué, pero realmente le gustaba Arthur. Como, más que amigos, desde el día en que se conocieron. Que fue ayer…
¡Guau, el tiempo pasaba tan lento! Tuvo todas las primeras clases con Arthur y luego almorzaron. Inglés, Defensa, Historia de la Magia e Historia del Mundo. Después Educación Física, con Gilbert, Latín y Pociones. Había llegado muy temprano por si podía ver si Arthur había salido de esa clase, pero al parecer tenían profesores y aulas diferentes. Y después tuvieron una clase de hechizos básicos al final, los dos juntos.
Era genial la cantidad de clases que tenían juntos. Le daba la oportunidad a Alfred de ver a Arthur concentrarse. Era adorable cuando hacía eso también. Pero siempre parecía tan cansado… Alfred lo había visto dormitar varias veces en clase y estuvo tentado de quedarse mirándole porque se veía adorable. Pero lo despertaba de manera imperceptible para que Arthur no se avergonzara. A pesar de que se veía muy lindo cuando estaba avergonzado.
"De acuerdo" la puerta se abrió de repente tras Alfred. Con todo su peso sobre ella, se abrió de golpe y cayó hacia atrás. Escuchó a Arthur aterrizar con fuerza en el suelo y pudo incluso sentir como caía sobre él.
"¡Ahh!" Alfred dejó salir un grito antes de caer.
"¡Alfred, quítate de encima de mí!" espetó Arthur.
"¡Lo siento!" Alfred se rio, mirando el adorable rostro sonrojado de Arthur. Se permitió mirar un poco más antes de alejarse. Se alzó y le tendió una mano a Arthur.
"No necesito tu maldita ayuda" suspiró Arthur y se levantó solo, pero de alguna manera se resbaló y cayó de nuevo.
"¿Estás seguro?" bromeó Alfred y el rostro de Arthur se puso más rojo. Eso hizo que sus ojos esmeralda fueran mucho más increíbles de ver… todavía tenía tendida su mano "Solo coge la mano y olvídate del orgullo por un segundo"
"Vale" Arthur apretó los dientes y cogió la mano de Alfred.
Alfred se aseguró de tirar un poco más fuerte del liviano chico y tiró de él hacia su pecho. Olió su cabello antes de que Arthur lo golpease y se alejara.
"Idiota, no tiras tan fuerte" murmuró Arthur y cerró la puerta de un golpe.
"No es mi culpa que seas tan ligero" se rio Alfred y su sonrisa permaneció un tiempo. Todavía podía oler a Arthur… "¡De acuerdo, vámonos entonces!" Alfred se marchó en la dirección que recordaba de su primera clase.
"Alfred" suspiró Arthur, caminando más lento que él.
"Deberías darte prisa, ¡no quiero que llegues tarde a otra clase!" canturreó Alfred mientras marchaba por el pasillo.
"La campana no va a sonar pronto" le espetó Arthur "¡Puedes ir más lento!"
"Entonces, ¿por qué todos ya están despiertos?" Alfred se detuvo y ladeó la cabeza. Podía ver a mucha gente de un lado a otro.
"Desayuno, idiota" suspiró Arthur, finalmente alcanzándole "Está en la cafetería por si no te importa dejarme comer algo"
"¿Mm? De acuerdo" Alfred se encogió de hombros y empezó a caminar hacia la cafetería. No estaba realmente de humor para comer, siendo sincero. ¿Había comido ayer?
Una vez que llegaron a la cafetería, Arthur se metió en la fila de la comida y Alfred se detuvo junto a él. Vio a Gilbert, Francis y Antonio, así que les saludó. Se dio cuenta de que Arthur se resoplaba, pero Alfred solo sonrió y metió las manos en los bolsillos. Alfred no cogió nada, solo siguió a Arthur en la fila. ¿Por qué no tenía hambre?
"Vamos a sentarnos al lado de ellos" Alfred sonrió y rápidamente tiró de Arthur hacia la mesa, a pesar de que le gritaba. Intentó expulsar la idea de no comer lejos de su mente, pero aún le molestaba un poco. ¿Debería al menos intentar comer algo?
"Buenos días" se rio Gilbert. Estaban comiendo también, Alfred se encontraba decepcionado. ¿Por qué ni siquiera tenía hambre…?
"¡Hey, amigos!" dijo Alfred felizmente.
"Al parecer me obligan a sentarme con vosotros de nuevo…" suspiró Arthur, comiendo su propia comida. Alfred le miró fijamente hasta que uno de los del trio habló de nuevo.
"Ya no te odiamos" Francis se encogió de hombros.
"Tengo la sensación de que sí" suspiró Arthur, comiendo aturdido.
"Oye, si te odiara, ¿te estaría invitando a mi increíble fiesta el viernes?" sonrió Gilbert.
"¡Oh, entonces realmente les vas a invitar!" sonrió Antonio.
"¡Genial, amigo!" Alfred no pudo evitar sonreír. Una fiesta parecía divertida. Nunca había estado antes en una fiesta. Una fiesta… ¿Qué haces en ellas?
"Puedes ir si quieres" suspiro Arthur y Alfred le miró sorprendido.
"¡Tú tienes que venir también!" Alfred le dio un golpecito, recibiendo una mirada de Arthur.
"Ni hablar" Arthur lo fulminó con la mirada.
"Al menos podrías intentar hacer amigos, mon ami" afirmó Francis "Lo estamos intentando"
"Tengo una clase extra el sábado" declaró Arthur "No puedo permitirme emborracharme en una de tus malditas fiestas"
"¿Quién dice que tienes que beber?" preguntó Gilbert, con una sonrisa maliciosa en el rostro.
"Esa cara tuya dice que seguramente terminaré borracho a más no poder" se burló Arthur.
"¡Deberías venir!" se quejó Alfred "¡No será divertido sin ti!"
Arthur dejó escapar un suspiro y lo pensó durante un momento. Alfred esperó pacientemente, silenciosamente admirando el lindo rostro de Arthur.
"Vale, iré" declaró finalmente Arthur.
"¡Yay!" Alfred se levantó de un salto y abrazó a Arthur con fuerza.
"¡Dios mío, no me ahogues!" espetó Arthur, empujándole lejos.
"¿Alguna vez te has emborrachado?" preguntó Antonio con curiosidad.
"Claramente tengo una vida, idiota" respondió Arthur.
"Creo que estuve allí la última vez" canturreó Francis y Arthur se giró para mirarlo.
De repente, la campana sonó por todo el lugar y Alfred saltó felizmente "¡Entonces allí estaremos!" dijo Alfred feliz, arrastrando a Arthur a su primera clase.
Aun así, sin embargo… ¿Por qué no tenía hambre? Ni siquiera el olor de la comida le hacía sentir hambre. Alfred intentó recordar la última vez que comió. No podía recordarlo.
