Pikujean week day 5: hair/sports.

aclaraciones al final.

disfruten.


No está segura de las intenciones que había tenido Ymir. Todos saben que si el amor no es real con tu alma gemela, las marcas desaparecen.

En un principio había pensado en no tratar con Jean y esperar a que la marca desapareciera sola, pero su agente la había convencido de que si no lo hacía, los medios la verían como una persona fría y desamorada, y si bien esa es una fachada atractiva en un hombre, en una mujer queda como resentida y amargada. Hijos de puta.

Pieck ya tenía una vida que le agradaba. Le gustaba salir con distintas personas, dormir con quien quisiera. Estaba experimentando en su joven adultez lo que sus padres no le habían permitido en su adolescencia. Y ahora, por culpa del puto descuido de Jean, se veía otra vez reprimida.

Lo había odiado al principio.

Pero tiene que confesar que ahora ya no lo odia.

¿Quiere que la marca desaparezca? En realidad, la marca no le importa. No quiere que Jean se vaya por meses.


Después de haber ido a almorzar a la casa de su madre, Jean había mantenido relativamente el horario de despertarse. Su despertador comenzaba a sonar desde las nueve, pero no se levantaba hasta las diez, momento en que Pieck entraba y le gritaba que apagara esa mierda o te lo voy a meter el teléfono en el culo.

—Alguien no es tolerable en las mañanas —murmura él, sin levantarse de la cama. Ella está cruzada de brazos, apoyada en el umbral de la puerta—. Te ves incómoda, te hago lugar.

Jean mueve las cejas, en parte coqueteando. Y en parte coqueteando también.

Pieck se ríe de él (no con él) y niega apenas mientras regresa a la sala. Jean hace una mueca decepcionada.

Se levanta un rato después y la encuentra en la cocina, lavando su taza. Entonces, Jean piensa que quiere besarla. Lo más probable es que ella corresponda el beso, pero que después diga algo como estamos solos, Jean, y pasen el resto del día raros. Pero si no la besa ahora, tal vez puedan compartir tiempo juntos en el día y, quién sabe, tal vez ella lo bese.

Uh, bastante imposible, pero no pierde nada esperándolo.

Pieck lo está mirando, porque lleva un buen rato parado en el hueco de la puerta sin hacer nada.

—Eres raro a veces —dice y se seca las manos con un repasador. Jean trata de pensar en una respuesta, pero ella sigue hablando—. Apresúrate para desayunar y prepárate para salir.

Él frunce el ceño—, ¿a dónde vamos?

Pieck sonríe. Y Jean comienza a sentir miedo.

—Hoy comienza nuestra suscripción al gimnasio —disfruta en hacerlo sufrir.

Él hace una mueca y gime. Entra a la cocina molesto.

—¿Es necesario que yo vaya?

—¡Fue tu idea! —ella ríe—, es más, yo estoy yendo solo porque soy buena, porque ya tenía mi gimnasio.

Jean se sirve cereales con leche de mala gana y se sienta en el desayunador.

—Iré a cambiarme —anuncia Pieck.

La sigue con la mirada hasta que se pierde por la puerta de la cocina. Suspira.

—Ay, Dios, ¿qué me pasa? —susurra para sí mismo.

Termina de comer y va a cambiarse también. ¿Tiene siquiera ropa para hacer ejercicio? Ah, sí, de un canje hace algunos meses. Mierda, si no lo hubiera hecho, ahora tendría excusa para no ir.

—¿¡Ya estás listo!? —exclama Pieck desde su habitación.

—Estoy en eso —responde delante de la puerta de ella.

Y encima de todo, hace frío hoy. ¿Habrá calefacción en el gimnasio? Espera que sí. Bueno, si no hay, puede irse temprano.

Se pone un pantalón corto de entrenamiento (supone), camiseta y las únicas zapatillas deportivas que tiene. Ah. Son bastante cómodas, debería usarlas más seguido.

—Estoy listo —anuncia sin ganas y se echa en el sofá con su celular.

—Deberías atarte el cabello —dice Pieck—, ah, ¿sabes hacer trenzas? Mi entrenadora lo hacía por mí, pero como no la veré...

—Claro —Pieck se sienta en el sofá, dándole la espalda—, Michelle me obligó a aprender desde pequeños.

Pieck ríe e inclina la cabeza hacia atrás. Jean desliza sus dedos despacio, fingiendo que peina el cabello cuando en realidad se está aprovechando para acariciarlo. Es suave y fino, seda entre sus dedos. Encima con olor dulce. Tiene ganas de hundirse en él y–

—¿Y vas a hacerla o qué?

—Estoy en eso —responde. Qué suerte que está de espaldas y no puede ver la cara de idiota que de seguro tiene.

Era de verdad que es bueno haciendo trenzas y Pieck lo comprueba porque en cinco minutos, termina.

—Bueno, ahora tú —dice Jean.

—No tengo mucha práctica.

—No tengo apuro.

Ella ríe apenas y él lo toma como una confirmación. Se sienta en el suelo, delante de ella. Pieck imita lo que él había hecho antes, acariciar su cabello, y Jean se da cuenta de que esto tiene de buena idea lo que tiene de mala. Porque es maravilloso sentir los dedos helados de Pieck acariciar su cuero cabelludo, pero al mismo tiempo le hace pensar en que le encantaría que lo acaricie con más fuerza, que lo arañe mientras jadea su nombre.

Cierra los ojos mientras suspira y siente que su cabeza se va reclinando de a poco, pero no hace nada para evitarlo. Ella no lo menciona, pero tampoco deja de acariciar su cabello.

Termina inclinado sobre las piernas de Pieck. Ya no siente sus dedos en su pelo, pero es porque están en las mejillas de Jean.

¿Será este el momento en que ella lo besa? En que lo hace pura y exclusivamente porque quiere, no por fingir o por seguirle la corriente a las mentiras de Jean.

Está tentado a abrir los ojos, pero no está seguro de que pueda enfrentar la mirada de ella ahora. Se mantiene estático, respirando tranquilo, como quien no se da cuenta.

Pero está atento, oh, tan atento, que siente el suave suspiro que escapa de los labios de Pieck y se choca contra los de él, pero no. Lo. Besa.

Decepcionante.

—No sé hacer trenzas —susurra Pieck y lo ayuda a enderezar la cabeza. Peina el cabello descuidadamente con los dedos y le hace una media colita—. Es lo mejor que puedo hacer.

—Decepcionado, pero no sorprendido —responde y no se refiere al peinado.


Gracias por leer!

Al final de todo, no encontré momento para decirlo en la historia (iba a decirlo acá, pero no llegué jaja). El deporte que hace Pieck es Esgrima. De seguro que nadie se lo preguntaba but oh well.

SÍGANME EN TWITTER arroba 1000i_g

chau.