Capítulo cuatro
Habían pasado solo dos días desde que Rin había adoptado su nueva forma de dormir y el demonio podía notar que la joven parecía un poco más tranquila, además de que sus manos sobre la suya eran siempre suaves y amables.
Sin embargo, aquella noche no era eso lo que captaba la atención de Sesshomaru: la brisa nocturna le había traído el rastro particular de uno de los atacantes de Rin y tenía planeado realizarle una visita.
Sesshomaru se quedó vigilando el sueño de Rin hasta que creyó que ella se encontraba profundamente dormida. Sin embargo, en cuanto intentó ponerse de pie, la chica le sujetó un dedo con fuerza.
-¿A dónde va?- preguntó Rin entreabriendo los ojos, un tanto adormilada por el sueño- ¿Pasa algo? ¡¿Ya vamos a llegar a donde está su hermano?!
El demonio recordó que le había dicho a Rin que estaba en búsqueda de su hermano y no, que en realidad, se había internado en el bosque para evitar encontrarse con él por un tiempo. Inuyasha era algo que no le apetecía ver de momento, además tenía otros asuntos de los que encargarse.
-Tranquila, no pasa nada...- el demonio se atrevió a acariciar una vez la mejilla de Rin. Nunca lo había hecho y se sorprendió por lo suave que era- duerme tranquila, solo voy a dar una vuelta.
Rin asintió al tiempo que Sesshomaru tomaba con una mano el cuerpo inconsciente de Jaken y lo dejaba a un lado de ella. Pensaba que si la chica se despertaba del todo, le sería más amigable tener al diablillo cerca. Rin reaccionó positivamente y abrazó a Jaken con su brazo.
-Señor Sesshomaru, no se vaya...- susurró Rin con los ojos cerrados, mientras volvía a conciliar el sueño- quédese conmigo...
A Sesshomaru le agradaba ver a Rin dormir bien, sentía que ella podía estar recuperándose cuando dormía algunas horas de corrido, pero no podía quedarse tranquilo si sabía que uno de aquellos hombres se encontraba cerca.
El demonio avanzó lentamente entre algunos árboles para emprender el vuelo, siguiendo su olfato. En cuanto llegó hacia el lugar en que el rastro se concentraba, vio una fogata, un caballo atado y el aroma de una reciente cena. Junto al fuego, el dueño de aquel rastro descansaba, roncando y sosteniendo torpemente una espada.
Rápidamente, Sesshomaru cortó la mano del hombre con sus garras, causando que él diera un grito de dolor, mientras la sangre llenaba aquella escena.
-¡¿Quién eres?!- gritó él, sosteniendo su mano en su costado mientras el demonio observaba sus dedos cubiertos de sangre.
-Eso no importa... ¡Di tu nombre! Quizás si me lo dices no te arranque uno a uno tus dedos...
-¡Soy Eiji! ¡No te conozco! ¡¿Qué eres?! ¡Tú no eres humano!
-Eres un hombre patético... Sin lugar a dudas, tú y tus amigos son las criaturas más despreciables que he matado...
-¡No me comas, te lo ruego! Yo... tengo esposa y mis hijos me esperan- Eiji miró al demonio de forma suplicante, aunque sus palabras solo parecían enfadarlo-... ¡Mi hija menor tiene cuatro años y le llevo obsequios que ella espera con ansias!
Sesshomaru se agachó, miró a Eiji a los ojos con una pequeña sonrisa, mientras el hombre temblaba por el terror. Aprovechó aquel preciso instante para arrancarle el dedo índice de la mano que aún conservaba.
-Hago esto por tu hija- murmuró Sesshomaru entre los gritos de dolor-, porque a ella no le debe gustar tener un padre como tú: eres un maldito desertor, un cobarde ladrón y alguien que no merece respirar.
-¡¿Por qué haces esto?!- sollozó Eiji entre lágrimas- ¡Si vas a comerme hazlo de una vez!
-¡Que asco! ¿Cómo puedes si quiera pensar que yo como criaturas como tú?- sin perder más tiempo, el demonio le arrancó el siguiente dedo-... Esto es solamente por venganza: tienes que pagar lo que le hiciste a Rin.
-¿Rin? ¡Yo no conozco a ninguna Rin!
-Me gustaría creerte, pero tú asqueroso olor estuvo en su piel cuando la encontré y ella aún llora y tiene pesadillas por tu culpa...
-Yo... ¡Yo no sé de qué estás hablando!- gritó Eiji desesperado- ¡Por favor, te lo suplico, déjame en paz!
-Ella es la chica a la que tus amigos y tu asesinaron hace unos cuantos días... ¿no la recuerdas?- el hombre negó con la cabeza asustado de decir algo que pudiera enojar al demonio- Rin se dirigía a su boda cuando su destino se cruzó con el suyo, la secuestraron, la tocaron sin su permiso, la torturaron y cuando se aburrieron, la abandonaron en medio de un camino donde yo la encontré.
-Es esa chica... ¡yo juro que no quería!- exclamó Eiji llorando mientras se arrodillaba en busca de perdón- Daiki tuvo la idea y fue el primero en estar con ella, ¡yo no quería! Solo... solo me atreví a poseerla un par de veces, eres macho, debes entenderlo: ¡hace mucho tiempo que no veo a mi esposa! y esa chica era preciosa, era como... ¡como un regalo de los dioses para nosotros! Nunca pensamos que se moriría, yo... ¡Juro que no fui el más cruel con ella! De verdad, las veces que yo la toqué, procuré hacerlo con cuidado, así que en realidad, ella no se murió por mi culpa ¡tienes que creerme!
Cada una de aquellas palabras solo contribuía a que Sesshomaru se llenara aún más de rabia.
-¿Dónde están tus compañeros?
- Están en una aldea vendiendo cosas, se supone que vuelven en tres días... y Haru desapareció hace unos cuantos días, no sabemos nada de él hace algún tiempo...
-No puedo esperarles- pensó Sesshomaru-, es demasiado tiempo... a Haru, yo lo maté: no puedo decir que fue divertido porque fue demasiado rápido y demás está decir que tú eres el siguiente...- el demonio le enseñó las garras mientras destilaban veneno- Tus compañeros van a encontrar tu cuerpo a medio devorar por las bestias, pero es lo que te mereces... así que me alegra decir que ya vas a morir...
De forma rápida, Sesshomaru le arrancó la cabeza a Eiji y la dejó junto a su cuerpo torturado. La mueca del rostro solo reflejaba el terror y el demonio pensó que quizás debía divertirse un poco más con el siguiente antes de matarlo.
Él se alejó de aquella escena y se lavó las manos en el río. No podía regresar con sangre porque no quería asustar a Rin.
Cuando volvió con los primeros rayos del sol, Sesshomaru vio que la joven ya estaba despierta y que Jaken pelaba un poco de fruta para tomar desayuno.
-¡Yo creo que el dragón necesita un nombre!- exclamó Rin antes de acariciar la cabeza izquierda del mencionado animal- No podemos seguir llamándole "dragón", el pobrecito debe sentirse triste porque hace mucho tiempo no tiene nombre... señor Sesshomaru ¿ desde hace cuánto tiempo tiene usted al dragón?
-Desde hace mucho: me lo regaló mi padre cuando era niño.
-¡¿Y desde entonces no tiene nombre?!- Rin no lo podía creer, le parecía que era una situación extremadamente grave- ¡No puedo creer que de niño fuera tan poco creativo!
-No es eso...- se defendió el demonio- Es que nunca había pensado en el dragón como si fuera una mascota y no pensé que querría tener un nombre.
-¡Él es muy adorable y necesita su nombre!- Rin se recostó en el pasto y miró al dragón que descansaba a su lado, antes de señalar su cabeza derecha- ¡Tú te llamas Ah!- luego apuntó a la izquierda- ¡Y tú te llamas Un! ¡Es un nombre perfecto para ustedes!
El recién bautizado Ah-Un acercó su cabeza derecha al estómago de la joven para que lo acariciara un momento. Le agradaba por fin tener nombre y que se lo hubiese dado su nueva amiga.
-¡Ya tenemos que irnos!- exclamó Jaken acercándose a Rin para hacerle cosquillas en el estómago- ¡Levántate! ¡Levántate!
-¡No haga eso!- exclamó Rin riendo mientras Jaken jugaba con ella- ¡Basta! El sol a esta hora es agradable...
-Sí, pero debemos seguir avanzando- Jaken tomó a la chica de una mano para que se incorporara- ¡No te vuelvas perezosa! Hasta ahora trabajas bien.
-¡Porque usted es un buen jefe!
-¡Eso ya lo sé!- Jaken infló su pecho a modo de orgullo-... ¡Oye! te he visto hablar mucho por las noches con el señor Sesshomaru ¡No creas que por ser tierna con él vas a conseguir un ascenso! Siempre estarás por debajo de mí, ¿está claro?
-¡No sea celoso!- Rin se puso de pie y miró a Jaken antes de dedicarle una sonrisa- No estoy buscando un ascenso, ¡solo quiero que todos nos llevemos bien!
-Más te vale: si me entero que quieres estar por sobre mí, yo mismo te despido.
-Eso no va a ocurrir- Rin se apoyó sobre sus rodillas para mirar más de cerca al diablillo-, recuerde que si tengo suerte, voy a casarme con mi prometido ¡así que usted también debe pensar positivamente!
-¿Quién querría casarse con una chica ruidosa y entrometida?... Rin, insisto en que tu boda está mal desde el principio.
-¿De qué está hablando?- la joven frunció ligeramente el ceño- ¿Cómo puede estar mal si mi papá consultó a sacerdotisas antes del compromiso?
-Insisto en que no puedes saber si él te gusta solo porque lo viste una sola vez... ¡Ni siquiera sabes si tienen cosas en común!
-¡Claro que tenemos cosas en común!- se defendió la joven caminando detrás de Sesshomaru con mucha ofuscación- A los dos nos gustan los pasteles de arroz y le gustaba trepar a los árboles igual que a mí y me dejó jugar con la gatita de su hermana.
-Si le gustan los gatos entonces no es de fiar- sentenció Jaken cruzando los brazos sobre el pecho-: los gatos son bien abusivos y traicioneros.
-¡No es cierto! ¡Los gatitos no son malos!
-No voy a discutir contigo, Rin.- Jaken miró a la joven de reojo- Solo diré que nada de lo que haz dicho me causa buena impresión del tal Kohaku.
-¡Tiene que gustarme a mí, no a usted!
Rin decidió avanzar un poco más para caminar junto al señor Sesshomaru. Era mucho más agradable estar con él en silencio, que tener que soportar los comentarios malvados de Jaken.
-¿Qué te pasa?- preguntó Sesshomaru mirando a Rin de reojo- Es raro que estés tan callada...
-¡Es que el señor Jaken dijo cosas malas de Kohaku y eso no es amable!
-Ya veo.
-¿Por qué a usted tampoco le agrada?- Rin le miró con un gesto de tristeza-... Quizás... ¿usted cree que él intentará atacarle? ¡No debe tener miedo! Kohaku es muy amable y bueno ¡y no le hará absolutamente nada porque usted me ha cuidado mucho!
-No me da miedo un simple humano- aclaró Sesshomaru sintiendo su ego un tanto ofendido-, por muy bueno que sea en su trabajo, él jamás podría hacerme algún rasguño, así que eso no es algo que me importe.
-Entonces, ¿por qué no le agrada?
-No lo conozco- apuntó Sesshomaru-, no puedo saber si me agrada o no... por el momento, tu prometido me es totalmente indiferente.
-Siempre que hablo sobre él pone cara de perro enojado...- murmuró la joven por lo bajo- si le conoce, intente no comportarse de forma aterradora con él.
-No me interesa conocerle y si ocurre, no es mi problema si se asusta.
Rin resopló, dándose por vencida con el tema. Definitivamente hablar de una boda con ambos demonios era un caso perdido y lo único que podía hacer era buscar algún tema afín de conversación.
-Señor Sesshomaru, ¿cuál es su estación favorita del año? ¡A mi me gusta el otoño! - exclamó Rin sonriendo alegremente mientras caminaban- ¡Todo se tiñe de naranja y rojo y es muy bonito!
-Me da igual.
-Le da igual... ¿Por qué le da igual?
-Porque no es interesante- respondió Sesshomaru después de pensarlo un par de segundos-, a ti te parecen algo bonito, pero después de que vives la cantidad de tiempo que he vivido yo, las estaciones del año carecen de importancia.
-¡Entonces, dígame cual era su estación favorita cuando era niño!...Usted dijo que fue un niño alguna vez, así que debió haber sido todo curioso y tierno, ¡Vamos, dígame ¿cuál era su estación del año favorita?!
El demonio lo pensó un par de minutos. La verdad es que sus recuerdos de infancia, eran algo a lo que era difícil de acceder, debido a que no se recreaba en ellos a menudo.
-La primavera está bien.
-¡La primavera es genial! Con flores, mariposas y colores por todas partes ¡El momento más genial es cuando florecen los cerezos! ¿No cree que es bonito?
-Es bonito.
-¡Tengo otra pregunta!
-¿Qué quieres saber?
-Anoche, ¿qué fue a hacer tan tarde?- Rin le dedicó una mirada sugerente debido al silencio que se había instalado entre ellos- Acaso... ¡¿Fue a ver a su novia?!
-Yo no...
-¡Lo sabía!- exclamó Rin aplaudiendo muy animada- ¡Usted debe tener una novia muy hermosa! ¿Cómo es ella? ¿Es demonio perro igual que usted? Acaso... ¿Es humana? ¡Quiero saber todos los detalles!
-Rin, yo no tengo novia...- el demonio tomó su brazo para que dejara de brincar y transmitir ideas absurdas- No tengo tiempo para esas tonterías.
-Pero...
-Nada... Anoche solo fui a dar una vuelta y no es asunto tuyo...- el demonio vio que la joven le dedicaba una mirada con algo de pena, por lo que optó por suavizar un poco su discurso e intentar ser amable- Rin, tú solo concéntrate en tus cosas: estabas muy feliz con lo de planificar tu boda y debes pensar en ello, en lugar de concentrarte en lo que yo hago... después de todo, una vez que rehagas tu vida, vas a olvidar todo lo que ocurrió y lo que tenga que ver conmigo.
-¡No diga eso!- Rin miró a Sesshomaru con una sonrisa antes de atreverse a acariciar su mejilla- Yo siempre voy a recordarle porque usted ha sido muy bueno conmigo y le estoy muy agradecida...
Sesshomaru notó la falta de calidez en su mejilla cuando Rin apartó la mano y sintió que al ver la sonrisa de ella, algo extraño sucedió en su interior. Por un instante una idea poco común se instaló en su cabeza: ¿qué ocurriría si en lugar de regresar a Rin con su prometido, la mantenía a su lado? Después de todo, el tal Kohaku iba a deducir pronto que Rin había muerto y estaba seguro de que nadie iba a echarla de menos...
Hola! Espero que esten bien n.n como siempre les agradezco mucho por leer y apoyar esta historia :D Espero que les guste el capitulo y que tengan una gran semana n.n
Respuestas:
-Rouen: Hola! Rin solo hablando y ni cuenta se da de Sesshomaru xd Veremos que puede pasar en el futuro n.n Lo siento por no responder antes, soy muy distraída con estas cosas uwu Espero que estes muy bien n.n
