Buenas, queridos lectores UwU
Si, lo se, me atrase mucho xD. Honestamente no me sentía bien, animicamente.
Pero bueno, mucha lamentación, aquí les traigo los siete drabbles que les debo xD
Espero los disfruten.
Tema: Despertar
Shipping: Haugthyshipping (PearlXPlatinum)
Despertar
Los rayos del sol atravesaron un ventanal y golpearon los débiles ojos de un chico rubio. Sus ojos se abrieron, despertándole y haciéndole conocedor de un gran dolor de cabeza y un fuerte dolor en los dientes. Mareado y sin energía, el chico se levantó de su cama.
Miró a su habitación, aquella vacía habitación que antes rebosaba de alegría, ahora convertirá en un vertedero de ropa y basura que se negaba en limpiar. Lo intentaba, pero cada vez que se levantaba y tomaba una prenda, una fuerza lo abrumaba y le hacía querer tirarse en el piso, sin tener ganas de hacer nada.
Cuando volteó a ver la cama y miró la parte izquierda bien tendida, un sentimiento de nostalgia y tristeza le golpeó el pecho. Suspiró y caminó hacia un pequeño cajón donde guardaba una caja de cigarrillos y un encendedor.
El tabaco comenzó a quemarse y el humó entró a su sistema, provocándole una ligera toz. La mañana no es el mejor tiempo para ponerse a fumar, pero el placer de del humo en sus pulmones le ayudaba a callar por unos minutos a la sofocante realidad que vivía a diario en su departamento.
Avanzó hasta la cocina y encendió la cafetera, necesitaba algo de energía para sobrevivir a otro "hermoso" día. Su refrigerador apenas y tenía comida, apenas unos pedazos de pizza y algo de arroz que su madre le había dado en su última visita. La pobre mujer estaba angustiada cuando se enteró lo que le había pasado a su hijo.
Con la pizza en el horno y las tímidas gotas de café acumulándose en la jarra, Pearl decidió sentarse en su mesa y pensar un poco, mientras el tabaco seguía entrando a su sistema.
Miró al techo, buscando respuestas de lo que había ocurrido. No sabía quién era el culpable de que todo aquello hubiese pasado. ¿Había sido él? ¿Algo que dijo o hizo? Tal vez no la había valorado lo suficiente, tal vez la valoró demasiado. Puede que la pasta abierta le haya alejado, o que sus constantes peleas y discusiones fueran el detonante por lo cual había decidido irse.
Se sentía estúpido, realmente estúpido. Se había enterado que ella ya se encontraba con alguien más, con aquel chico de ojos azules con el cual se había distanciado. No estaba enojado con su antiguo mejor amigo, estaba enojado consigo mismo por estar en aquella situación tan deplorable.
Cuando el sonido del agua tocando el metal se hizo presente, Pearl se levantó para tomar su desayuno, tirando los restos de cigarro que yacían entre sus dedos. Vertió el café caliente en su taza y el trozo de pizza en un plato, listo para comer.
La lentitud en comer delataba su falta de pasión por el sabor de la pizza. Comía porque lo necesitaba para mantenerse vivo, aunque no estaba seguro si aquello era lo que quería. Mantenerse vivo luego de que aquella estabilidad se había ido.
Las risas, las sonrisas, los juegos, los gritos y las peleas, todas aquellas cosas que le hacían sentirse vivo. Se lamentaba no haberse dado cuenta antes, no tener un poco de empatía por aquella chica de ojos color platino con la cual rara vez estaba en desacuerdo.
Tal vez así estaba mejor, tal vez ellos nunca estuvieron destinados a estar juntos. Se atraían físicamente, pero sus almas parecían repelerse cada vez que intentaban ir más allá. Ella debería estar mejor sin él, después de todo su mejor amigo parecía mucho más compatible que él. Y estaba bien, ¿no? Si ella era feliz, él debería estarlo, ¿no es así?
Pero aquello no era cierto, era egoísta, o al menos así lo veía. Debía forjar su propia vida y superarlo, pero sus emociones se reusaban a escuchar a la razón, le hacían querer tirar aquella puerta que lo separaba del pasillo, correr hasta donde vivía ella y pedirle que volviera, que le diera otra oportunidad.
Para su sorpresa, si había alguien detrás de aquella puerta. Al levantarse y abrirla, se encontró con aquella chica de pelo rosado y mirada seria. Maylene, la chica ruda, se apresuró a abrazar al debilitado y deprimido Pearl, sujetándole con fuerza mientras acercaba su boca a sus oídos y le susurraba de manera calmada.
—Todo estará bien, amigo.
