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Advertencias del capitulo: (Lenguaje obsceno, intento de violación, violencia, maltrato psicológico y fisico)
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Disclaimer: Naruto y sus personajes NO me pertenece
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Nota: Esta historia es completa y absolutamente MIA, y no es permitido tomarla sin mi autorización.
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CHAPTER 5
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ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
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La lluvia azotaba con fuerza, produciendo el sonido de pequeñas piedras cayendo sobre el metal oxidado del techo.
La temperatura había bajado considerablemente y el frío calaba sus huesos haciendo arder sus extremidades.
Sasuke estaba más consciente que nunca del dolor en cada uno de las heridas en su cuerpo. La cabeza no paraba de palpitarle, el tobillo le ardía y las cortadas en sus manos se sentían como espinas en la piel. Le dolía el abdomen con cada respiración y los músculos de las piernas se le contraían agotados por el sobreesfuerzo al que les había sometido. Todo el cuerpo le dolía como jamás lo había hecho hasta ese momento y se sentía profundamente agotado.
Empezó a caminar lentamente hacia el centro de granero, buscando entre los oscuros rincones. La tarde daba paso rápidamente a la noche, más aún con la fuerte tempestad que había oscurecido el cielo. Observo los cubos de paja, que estaban apilados en una esquina y tomó varios para moverlos rápidamente hacia el lugar donde estaba Sakura.
—Solo te cubro – le susurró al escuchar un siseo del otro lado, seguramente ella se había asustado.
—¿Sasuke? – la voz de ella se notaba temblorosa. El moreno sabía que debía pedirle callar, pero también sabía que estaba profundamente asustada y quería calmar sus miedos.
—Dime Sakura.
—Solo… — escucho un ligero sollozo – Por favor, no permitas que… nada malo te suceda – le pidió con la voz rota y temblorosa.
Sasuke sintió un dolor agudo en el pecho al escuchar su vulnerabilidad. Sakura se preocupaba por su seguridad cuando su propia y única preocupación era ella, no quería que nada malo le sucediera, sabía que debía sobrevivir para protegerla.
—Estaré bien – aseguró intentando sonar confiado.
—Prométemelo
—¿Cómo?
—Promete que volverás a mi – Sasuke sintió como el corazón se le aceleraba.
—Volvere a ti Sakura.
Siguió apilando las cajas, hasta que tuvo un pequeño refugio a su alrededor. Se aseguro que estuviera completamente cubierta antes de alejarse, acercándose a las puertas del granero.
Estaba bastante oscuro y la densidad de la lluvia hacía que fuera un poco difícil ver más allá de algunos metros. Había intentado calcular el tiempo y para ese punto Sasori debía encontrarse cerca. Se agacho e intento moverse lo más sigilosamente posible. Dio una mirada a su alrededor sabiendo que la única manera de sobrevivir era familiarizándose con el lugar. Noto que en una esquina del lado derecho se encontraba un tractor agrícola en muy mal estado, al lado izquierdo había varias pilas más de paja y algunas herramientas. Se acerco lentamente y tomo entre sus manos los primeros instrumentos notando que se trataban de un azadón y un rastrillo. También había palas y pinzas grandes, además de una cortadora de césped manual.
Estaba tan cansado que tanto los músculos de sus piernas como de sus brazos latían agarrotados. El azadón pesaba demasiado por lo que opto por usar el rastrillo el cual era mucho más liviano. Sin embargo, tomo las herramientas restantes y las halo hacia la esquina más oscura, escondiéndolas.
Volvió hacia la entrada y tomo el rastrillo con firmeza apretando la madera desgastada fuertemente verificando que aguantara lo suficiente. Miro nuevamente a su alrededor y se acercó al tractor con la intención de esconderse, no obstante, noto hasta entonces el contraste de colores de su camisa blanca en la oscuridad del lugar.
Reprimiendo una maldición, miro el suelo notando que era de tierra y el agua que escurría de su cuerpo y que entraba también a través de las puertas había hecho todo un desastre de lodo. Se dejo caer de rodillas, apenas haciendo una mueca cuando sus músculos protestaron y tomo entre sus manos el barro antes de dejarlo caer en su camisa acariciando su torso y brazos. Se dejo caer también de espaldas y se movió de lado a otro hasta que estuvo seguro de que había cubierto todo de lodo, luego se puso de pie, no sin cierta dificultad y tomo el rastrillo escondiéndose tras el tractor.
Escucho un sonido cerca de la entrada y se asomó notando la oscura figura que llenaba toda la puerta. La poca luz que iluminaba desde afuera hacía que fuera difícil identificarlo, pero no podía ser otro más que Sasori.
Se movió lentamente intentando no perderlo de vista cuando ingreso. Escucho la agitada respiración masculina y uno que otro gruñido mientras avanzaba paulatinamente. Noto como se tomaba el hombro cada vez que daba un paso y procuro no olvidarlo en caso de que le sirviera en algún momento.
—Se que estás aquí maldito – la voz más ronca y dura le puso en alerta. No estaba seguro de estar en lo correcto, toda la situación y el ruido de la fuerte lluvia le impedían claridad, pero supo instantáneamente que no se trataba de Sasori.
Sintió un escalofrío de miedo. Estaba dispuesto a luchar con todas sus fuerzas. Sin embargo, sabía que, aun tratándose de un solo asesino, llevaba una clara desventaja, pensar en tener que enfrentar a dos era demasiado. Sabía que había aún muchos convictos fuera, pero no había esperado encontrarse a otro justo en ese momento. Sintió como una presión dolorosa en su pecho crecía, pero intento controlarlo. No podía dejarse llevar por el pánico en ese punto. No podía perder, tenía que hacer tiempo, Naruto le había prometido que llegaría y confiaba en él.
Se inclino un poco al notar como el rostro del sujeto volteaba en su dirección. El hombre empezó a ver a todos lados, moviéndose en diferentes direcciones, buscando y rastreando.
—Vamos de una vez... Sal desgraciado – siseo mientras se acercaba al lado derecho, tirando una pila de paja. Sasuke desvió la mirada por un segundo hacia el lugar donde había escondido a Sakura. Sintió como un escalofrió subía por su espalda y supo que no podía permanecer ahí.
El sujeto lentamente se acercaba al centro del granero, por lo que decidido que era el momento indicado para salir, se levantó lentamente e intento moverse con pasos silenciosos y agiles. Se posiciono a la espalda del hombre, levanto el pesado rastrillo y lo movio antes de tomar un impulso y dejarlo caer en un golpe duro. Sin embargo, el tipo dio media vuelta y trasbillo varios pasos saliendo de su alcance.
Cuando volteo y le miro, Sasuke sintió como el aire escapa de sus pulmones. El impulso de alejarse de aquel sujeto estuvo ahí, pero sus piernas se negaron a moverse de su sitio. La sonrisa cruel que tan bien conocía le fue devuelta y antes de reaccionar, un puñetazo le mando varios pasos lejos. El dolor estallo en su rostro con fuerza, dejándole aturdido por un segundo. Su cuerpo amenazo con dejarse caer, pero se forzó a mantenerse erguido mientras intentaba por todos los medios despejar el estupor
—¿Qué?... ¿Estas sorprendido? – susurro ladeando el rostro con una expresión siniestra.
—Hidan... – jadeo el nombre con la voz temblorosa.
—Jaja... ¿Creías que esto se quedaría así? ¿Que podrías tan solo dispararme y salirte con la tuya? – soltó una carcajada cínica – Te dije que me las pagarías y que terminaría cobrándomela entre las piernas de esa chica, por cierto... ¿Donde esta? – miro a todas las direcciones, buscándola. Sasuke aprovecho su momentánea distracción para erguirse con firmeza. Se forzó a inhalar con fuerza haciendo que el aire entrara finalmente en sus pulmones. La acción tan sencilla dolió, todo su cuerpo lo hizo, pero sintió como recuperaba la movilidad en sus extremidades.
Se puso en posición de ataque rápidamente y frunció el ceño mirando al hombre con una lenta y profunda rabia. No podía desistir justo en ese momento. Sakura estaba todavía en peligro y aun debía esperar a que les encontraran. No podía tan solo dejarse morir, debía pelear.
—¿No me dirás donde esta? – se burló soltando una carcajada demente – Talvez es hora de que te haga hablar de una vez.
Sasuke apenas logro reaccionar cuando aquel sujeto intento tirarse encima de él. Quizás fue pura suerte, pero logro esquivar el golpe trasbillando un par de pasos lejos. Hidan salió disparado por los aires y aterrizó en el suelo. Sasuke se irguió con rapidez y se acercó un paso levantando temblorosamente el rastrillo dispuesto a darle un golpe de gracia. No conto con que el albino lanzará una patada al aire directamente a su estómago.
Aunque intento esquivarlo, en esa ocasión no tuvo tanta suerte y termino siendo fuertemente golpeado. El aire escapó precipitadamente de su estómago y le temblaron las rodillas, apenas pudiendo sostener su peso.
El rastrillo se le cayó de las manos y apenas pudo sostener su abdomen cuando noto que Hidan intentaba ponerse de pie. Sabía que si lo lograba volvería a estar en desventaja. Se movió ignorando el dolor y se puso a su derecha dándole un golpe con la punta del pie justo en la espinilla. Hidan lanzo un chillido e intento devolverle el golpe arrastrándose, pero se apresuró a salir de su alcance.
El dolor en su pecho era insoportable, aún no había reunido el aire suficiente para dar una profunda exhalación y recuperar el aliento que había perdido con el golpe anterior. Cuando lo logro la sensación fue horrible, asfixiante e increíblemente dolorosa. Le dolía todo, hasta la punta de las manos y pies, el cansancio en su cuerpo era tal que sentía una enorme pesadez en los hombros y la cabeza volvía a palpitarle.
Intento controlar su respiración, pero no podía, aun así, se controló lo suficiente como para mantenerse alerta de Hidan. Noto que daba la vuelta sobre sus rodillas y manos e intentaba impulsarse. Le dio otro golpe que le mando al suelo, sin embargo, no contó con que le tomara del tobillo y le hiciera perder el equilibrio. Sasuke termino de rodillas y apenas logro levantar los brazos escudando su cabeza de la terrible patada que Hidan pretendía proporcionarle. La fuerza del impacto le llevo sobre su costado derecho. Aunque había evitado un contacto directo el dolor estalló en su cabeza y los oídos empezaron a zumbarle. Apoyo una mano en el sucio suelo buscando equilibrio y se arrastró rápidamente percibiendo un movimiento por parte de Hidan.
Logro esquivar otra de sus patadas, pero se sintió tan desorientado que por un segundo perdió la mente. Fue su peor error, eso le dio tiempo a Hidan de írsele encima. Su enorme cuerpo le impacto directamente. Fue tan sorpresivo que su cabeza golpeó directamente el suelo. El dolor volvió a estallar y se sintió mareado. Noto como el albino se subía sobre su cuerpo y sintió el primer golpe justo en la mejilla izquierda. Su rostro fue volteado con brutalidad y el sabor de la sangre estalló dentro de su boca. Instintivamente interpuso los brazos evitando un segundo golpe, pero no hizo precisamente mucha diferencia, porque el desgraciado rápidamente vio su estómago desprotegido y no dudo en darle directamente en el abdomen.
—Ahhh – grito sin aliento, su garganta desgarrándose por dentro.
—Grita como una maldita perra – rio el hombre desquiciadamente.
Sasuke apenas logro abrir los ojos y noto la expresión siniestra en el rostro de Hidan. La sangre le recorría un costado de la cara y tenía un pómulo hinchado y el labio reventado. Parecía igual de lastimado que él y, aun así, tan energético y tenebrosamente decidido a matarlo que no pudo evitar el escalofrío que le recorrió el cuerpo.
Nunca había visto tanta maldad en una mirada y nunca se había visto a sí mismo como receptor de tal odio.
Sintió que el miedo escalaba lentamente por su cuerpo y fue plenamente consciente del terror que le provocaba morir. Sabía que sucedería. Se sintió profundamente débil y la respiración se le agitó.
Fue una sensación escalofriante, como si la muerte se acercara y le susurrará al oído, como si su existencia se hubiera reducido justo a ese momento y su vida pasará frente a sus ojos. No quería morir, no quería morir de aquella manera. Era demasiado joven, había tenido tantos planes, estaba…
—No pedazo de mierda, aun no es tiempo… antes me verás buscar en todo el maldito lugar hasta encontrar ese maldito coño por el que pareces dispuesto a dar la vida – se rió cruelmente – Seguramente folla como una diosa para que estés tan decidido a protegerla. La traeré aquí y la follare frente a ti. Le enseñaré lo que es tener un verdadero hombre entre las piernas y cuando termine, la mataré con mis propias manos y entonces… solo entonces tendrás mi permiso para pudrirte en el infierno ¿escuchas?
La carcajada que lleno el ambiente fue escalofriante, pero sus palabras sencillamente le dejaron en shock.
Sakura
"Te protegeré con mi vida"
"Nada te sucederá"
"Confió en ti Sasuke"
Recordó aquellos ojos cristalizados, la manera en la que Sakura parecía aferrarse a él como si fuera un salvavidas. Tenía todas las razones para desconfiar de sus intenciones, pero había decidido entregarle todo y le había prometido que la protegeria ¿Acaso se había rendido tan fácilmente? ¿Estaba dispuesto a morir? Menos aún ¿A dejar la vida de Sakura y la suya propia en manos de aquellos delincuentes tan fácilmente?
Estaba tan cansado, se sentía tan agotado y débil. Nada de aquello debía estar sucediendo, había luchado demasiado durante toda su vida como para terminar así.
Sintió como un calor empezaba a formarse en su estómago y noto como rápidamente se expandía quemando todo a su paso. Fue un tan solo instante, pero tan poderoso que le hizo olvidarse de todos los dolores que solo un segundo atrás le cortaban la respiración.
Abrió rápidamente los ojos, dándose cuenta hasta entonces de qué habían permanecido cerrados y los fijo en la expresión soberbia y malvada de Hidan.
El fuego se expandió en todas las extremidades de su cuerpo y se dio cuenta que el calor ardía en su piel.
Estaba furioso.
Tan malditamente molesto.
Durante toda aquella horrible experiencia se había visto dominado por el miedo. Sabía que con aquellos asesinos sus posibilidades de sobrevivir eran reducidas, luego había conocido a Sakura y había sentido aún más miedo, por no ser capaz de protegerla de las depravaciones de aquellos sujetos. Todos parecía decididos a matarlo y lastimarla a ella. Los escenarios se volvían cada vez peor y las esperanzas de sobrevivir eran aplastadas con crueldad.
Parecía imposible que pudiera ver el sol nuevamente o un día nuevo. En ese punto era lo suficientemente realista para saber que era posible, aunque no siquiera se sentía como una opción, el que no sobreviviera.
Podía dejarse morir, tan solo esperando que su muerte no fuera tan dolorosa como todas esas escorias habían vociferado, asimismo, podía luchar y al menos conseguir una oportunidad para que Sakura viviera.
Después del maldito infierno en el que ella habla tenido que vivir las últimas 48 horas por su culpa, lo mínimo que podía hacer era darle una oportunidad de vida.
Habría sido bonito pensar que podrían sobrevivir juntos y talvez conocerse mejor. Le había prometido que volvería a ella, pero justo en ese momento no era tan ingenuo como para creer que podría mantener su palabra.
—Más te vale que vengas a tiempo Naruto – pensó mientras se apoyaba en sus codos y se impulsaba lentamente para erguirse.
El juego del gato y el ratón había terminado oficialmente. No sé dejaría morir tan fácilmente, no dejaría que tanto esfuerzo fuera en vano y si al final perecía, se llevaría a esos malditos desgraciados al infierno también.
Respiró profundamente y se irguió con lentitud tomando un impulso antes de rodar lejos. Talvez fuera por lo motivado que se sentía o porque estaba tan furioso que apenas podía tener tiempo para pensar en el dolor mientras se ponía de pie. Hidan intento tirársele encima una vez más, pero lo esquivo y en su lugar apoyo ambas manos en su espalda y le dio impulso para que se fuera de bruces contra el suelo.
El impacto le dejo completamente desmadejado, pero el albino rápidamente dio media vuelta hasta terminar sobre su espalda. Sasuke se puso sobre él rápidamente y le propino un fuerte golpe en el rostro. Le ardieron los nudillos, pero eso no le detuvo de utilizar la otra mano y golpearle nuevamente. Escucho el sonido perverso de la carne chocando contra carne mientras le propina dos golpes más, Hidan levanto una mano y antes de que pudiera detenerlo le golpeo el pecho. Fue suficiente para sacarle el aire de los pulmones, pero se abstuvo de respirar mientras le daba un golpe directo con la palma abierta justo en la nariz logrando que está crujiera y la sangre le explotará en borbotones.
Hidan intento cubrirse, pero Sasuke no se detuvo y golpe tras golpe logro finalmente que se debilitará. Cuando el albino se cubrió el rostro, le propicio un fuerte puñetazo en el centro del estómago y con las dos manos apretadas también le impacto directamente en el pecho.
Hidan grito y empezó a retorcerse en busca de aire. Sasuke se tiró a un lado y lentamente se levantó, intentando recuperar el aliento.
Barrio con la mirada el suelo y se acercó al rastrillo, lo tomo sin vacilación y volvió sobre sus pasos. Temblorosamente, el hombre intentaba ponerse de pie, le dio un golpe en el pecho con la fuerza de su patada y el peso de su zapato, y lo obligó a caer sobre su espalda nuevamente. Le sostuvo con fuerza, logrando que lanzará un alarido de lamento. Hidan empezó a retorcerse como una serpiente, pero apoyo su pie con más fuerza hasta que volvió a gritar de dolor.
Cuando estuvo seguro que se quedaría quieto, lo soltó y posicionando bien sus dos pies, levantó el rastrillo con un objetivo en mente.
No era más un ratón asustado.
Dejo caer las filosas puntas del instrumento justo en el muslo derecho del hombre. La fuerza del impacto hizo que el rastrillo terminará profundamente encrustrado en la tierna carne. La sangre broto y el alarido de dolor de Hidan rompió escalofriantemente el silencio del lugar.
—¡Que! ¡¿Qué mierda?!... Estás loco hijo de puta ¡Me duele! ¡Ohhh! ¡AHH! ¡ME DUELE!
Sin ningún tipo de compasión, Sasuke tomo con firmeza el rastrillo y lo arrancó de un tirón. Hidan grito y la sangre broto rápidamente de las perforaciones en su piel.
Sasuke no se detuvo a pensar mientras apretaba sus dedos en la astillada madera del rastrillo y tomaba un impulso para dejarlo caer una vez más, esa vez en el muslo izquierdo. El grito de Hidan fue horrible y desgarrador. Sasuke levantó el pie derecho y lo apoyo de golpe en la base del recogedor. No volvería a darle la oportunidad de ponerse de pie y dejarle en desventaja. Hidan se arqueo, grito y empezó a convulsionar del dolor. Sasuke retiro una vez más el rastrillo y lo dejo caer a un lado antes de acercarse al enloquecido hombre y propinarle una patada directamente en el rostro.
El crujido fue atronador. La cabeza de Hidan impacto fuertemente contra el piso y quedó inconsciente al instante. Su rostro se bañó de sangre y las heridas en sus piernas siguieron sangrando también.
Sasuke lo miró fijamente mientras forzaba el aire en sus pulmones. Se sentía sin aliento y noto que el cuerpo le temblaba. Una parte dentro suyo se encontraba horrorizado por sus propios alcances, pero se forzó a aplastar la debilidad. Apretó los puños con fuerza controlando el temblor en sus dedos y miro con frialdad al inconsciente individuo.
Tenía que sobrevivir antes de pensar en todas sus acciones. No tenía tiempo para retractarse, mucho menos para perder los pocos segundos de gracia que poseía. Sasori se encontraba ahí, en algún lado. Podía sentirlo. No era alguien que desistía de una causa y estaba casi seguro que iría al mismo infierno con tal de acabar con él y lastimar a Sakura.
Debía ser rápido y mucho más inteligente. Sabía que vendría y esa era su primera ventaja. No sería ninguna sorpresa y en todo caso estaría más que listo para pelear. Se aferró al fuego que aún ardía en su interior y decidió enfrentarse a todo con ferocidad y templanza.
Sasori seguramente había mandado a Hidan para dar el golpe de gracia. No lo dudaba dado lo malvado que era.
Se encamino hacia el albino y le tomó de las solapas de su traje antes de halarlo fuera del granero. Pesaba más de ciento veinte kilos como mínimo, aunque parecían poseer la misma altura, era evidente la musculatura excesiva del otro hombre.
A pesar de ello ignoro el dolor en su cuerpo y le arrastró hasta afuera. La lluvia no había disminuido en intensidad por lo que volvió a empaparse rápidamente. El lodo escurrió de su cuerpo siendo purificado por el agua. Sasuke intento ignorarlo mientras seguía arrastrando el pesado cuerpo. Lo dejo a un lado de la puerta y volvió sobre sus pasos. Se inclinó para tomar el rastrillo y se dirigió nuevamente tras el tractor.
Se limpio con el antebrazo, el agua le escurría por los ojos, la piel dónde se encontraba su ceja derecha le ardía y podía notar que ese mismo ojo le dolía demasiado cuando intentaba abrirlo completamente. También sentía el sabor metálico dentro de su boca y podía palpar con la lengua la herida sensible y abierta que tenía en el interior. Se negó a analizar las heridas que poseía en el resto del cuerpo, estaba usando toda su fuerza de voluntad para ignorar el dolor.
Percibió un sonido ligero y escalofriante al otro lado del granero que le hizo tensarse inmediatamente, se originaba en la pared derecha contigua a las puertas. Parecía una especie de chillido, algo raspando la madera y acercándose peligrosamente a la entrada. Intento ver, pero estaba demasiado oscuro y la luz que se encontraba en el único poste en pie estaba demasiado lejos como para darle luminosidad al interior del granero.
Sintió como su piel se erizaba mientras el sonido seguía siendo perversamente emitido. No dudaba que la intensión de Sasori fuera asustarlo, el miedo le impediría pensar bien, limitaría sus acciones y se interpondría sobre cualquier emoción tomando el control de la situación. No podía permitir que aquello sucediera. Había logrado llegar hasta ese punto. Había lastimado a Deidara y a Hidan, y no dudaría en hacerlo también con Sasori.
Aunque lo había pensado antes, se negaba a morir en ese lugar.
Se negaba a morir de aquella manera, se rehusaba a dejar a Sakura en las manos de aquel siniestro hombre y definitivamente no se permitiría acabar de una manera tan deplorable y estúpida.
El tiempo era todo en ese momento. Necesitaba tiempo. El equipo de búsqueda seguramente había tardado por la lluvia, la presencia de otros convictos en la zona y porque se había movido muchos metros lejos del punto en el que le habían rastreado antes.
Aunque no dudaba que su familia y Naruto le buscaría hasta el fin del mundo de ser necesario. Él no desistiría por nada, por lo que solo debía ganar más tiempo. Era lo único que necesitaba.
Se concentro en el sonido, Sasori se acercaba lentamente a la entrada y asomó la cabeza por un lado intentando ver si podía vislumbrar su figura. No fue así. El sonido pronto se detuvo.
Frunciendo el ceño, Sasuke espero unos segundos, que rápidamente se convirtieron en minutos. Creyó escuchar unos pasos, pero el sonido tan atronador de la lluvia contra las viejas laminas del techo le hacía difícil identificar el origen de cada uno de los sonidos. Un golpe en la parte trasera del granero le tenso. Parecía que algo había impactado fuertemente contra la madera.
Sakura debía haberse asustado. Por suerte reviso en su momento el granero y sabía que no había alguna otra entrada más que la principal. Espero escuchar otro sonido, pero se detuvo nuevamente.
Luego hubo otro siseo, justo al otro lado de la pared donde se encontraba. Parecía que otra vez utilizaban un objeto de metal para raspar la madera. Casi se escuchaba como el sonido de las películas de terror, donde garras filosas raspaban una pizarra.
Se movió lentamente agachándose sobre su estómago y mirando la entrada. Sasori se acercaba nuevamente a las puertas, jugaba con él y sus miedos.
Pero cuando estuvo seguro de que podría verle, se detuvo. El escalofrío que le recorrió era una mezcla de rabia y ansiedad.
Maldito desgraciado.
Espero en silencio, concentrándose en algún otro ruido. Fueron muchos los minutos de tortura mientras escuchaba sonidos en diferentes lugares fuera del granero. La furia bullía en su interior. Seguramente Sasori pensaba que podía reducirle a un saco de temblores antes de dar el último golpe. Para entonces estaba seguro que había visto el cuerpo inconsciente de Hidan, quien aún no había reaccionado, aunque no le sorprendía, mucho menos le causaba remordimiento. Esperaba que, si no estaba muerto, como mínimo no despertara. No necesitaba que revelará su posición con sus gritos y dado que prácticamente le había inmovilizado, no dudaba que lo intentaría. De ser necesario volvería a golpearlo hasta que se desmayara o algo peor.
Noto el frío en su interior, entremezclándose con el calor de su recién despierto temperamento. Una parte suya, muy en el fondo se sintió afectado y profundamente perturbado por sus propios alcances, pero rápidamente lo descarto. Ser buena persona con aquellos delincuentes no le traería más que sufrimiento y dolor. En ese escenario solo los fuertes sobrevivían y estaba cansado de dejarse aplastar por sus propios miedos y principios.
Tenía objetivos en mente muy fijos. Estaba decidido a ver la luz de un nuevo día y le había prometido a Sakura que la protegería y juraba que mataría con sus propias manos de ser preciso para lograr ambas cosas.
Los sonidos se detuvieron y Sasuke no pudo evitar tensarse. Se mantuvo en alerta con la mirada fija al frente, esperaba que luego de aquel intento de distraerlo que le ponía los pelos de punta, Sasori finalmente se dignara a aparecer. Apretó con fuerza el rastrillo, su mirada afilada se deslizó por las oscuras formas que se vislumbraban a través de la puerta. Observó nuevamente la figura inmóvil de Hidan, al pendiente de que siguiera aún inconsciente.
Habían pasado alrededor de tres minutos cuando los sonidos empezaron a escucharse nuevamente. La tensión se apoderó de su cuerpo al mismo tiempo que un río de lava se formaba en el centro de su estómago.
Apretó los dientes mientras retenía a duras penas una maldición. Un escalofrío subió lentamente por su cuerpo mientras escuchaba el sonido justo a su espalda. Espero con la mirada fija en la única entrada, pero nuevamente tras unos segundos, noto que el ruido se trasladaba al fondo del granero.
Podía sentir como la furia reemplazaba el miedo. Se aferró a ella con las manos desnudas. Si estaba furioso podría enfrentarse a cualquier cosa, justo en ese momento tuvo la certeza de que podría incluso matar a Sasori. Odiaba que intentara jugar con él. Sakura seguramente se encontraría muy asustada también.
Aunque quería asegurarle que se encontraba bien, no podía desviar su atención o revelar su posición. Esperaba que ella tampoco intentara salir, le daba un frío helado de pensar que pudiera ponerse en medio del caos que se desataría en el momento en el que Sasori apareciera.
Escucho nuevamente como el sonido se escuchaba cada vez más cerca de donde él estaba, Sasori estaba justo al otro lado, solo les dividía una maldita pared.
Sasuke se levantó con lentitud y se acercó cuidando extremadamente sus movimientos mientras se caminaba hacia la entrada. Miro a ambos lados, la oscuridad consumía todo. La luz del poste que se encontraba a pocos metros era la única luminosidad en aquel panorama infernal. Lentamente, Sasuke se acercó a la orilla del granero y dio una mirada a su espalda y otra al cuerpo inconsciente de Hidan antes de tomar una profunda respiración y asomarse ligeramente sobre el costado del granero.
No había nada más que la nada y más allá, los árboles y la colina por la que Sakura y él habían caído. Frunció el ceño mientras las frías gotas de lluvia le azotaban el pecho y los brazos. El pequeño techo no cubría mucho. Sasori seguramente se había movido hacia el otro lado.
Mientras el pensamiento iluminaba su mente, le pareció escuchar un sonido al fondo del granero. Volteó con rapidez volviendo a fijar la mirada del otro lado y luego hacia Hidan, quien seguía en la misma posición en la que le había dejado.
Volvió lentamente sobre sus pasos y se escondió tras el tractor encogiendo el cuerpo hasta terminar de rodillas. Los pequeños toques escalofriantes fueron reemplazados por el sonido de unos nudillos impactando la madera. Parecía como el sonido mismo de cuando alguien tocaba una puerta antes de entrar.
Irónicamente pensó que era justo la intención de Sasori. Por lo que aún no entendía porque demonios seguía intentando jugar ese maldito y endemoniado juego.
Le tenía justo ahí. No había lugar alguno donde pudiera ir, aunque lo quisiera. Estaba atrapado y era evidente también que estaba esperándolo. Si tanto odio tenía hacia él por el engaño, porque no atacar de frente.
Intento pensar mucho más allá de la molestia. Las emociones eran contraproducentes en aquel momento. Debía mantener la cabeza fría y no dejarse influenciar por sus sentimientos.
Nuevamente se detuvo el sonido y tras un par de minutos empezó a escucharse. Otro escalofrío le recorrió en el mismo momento en el que escucho como rasguñaba la madera otra vez, del lado contrario.
No supo cuánto tiempo paso, pero en ese momento bien pudieron haber sido unos quince minutos.
Harto, Sasuke se levantó al escuchar como el ruido volvía a producirse del lado de su pared y se acercó de igual manera a la entrada. Hidan seguía sin moverse, pero había podido percibir hacia un momento que su pecho se movía, por lo que aún respiraba.
Miro a los lados antes de asomar la cabeza, en esa ocasión pudo vislumbrar una sombra moviéndose hacia la parte de atrás del granero.
Con el rastrillo en mano, tuvo la tentación de seguirlo, pero rápidamente el sujeto se perdió al otro lado y luego escucho como el chillido de la madera volvía a reproducirse.
Sintió como su respiración se agitaba y percibió el calor en su rostro.
Ingreso al granero y tomando el rastrillo con firmeza lo dejo caer fuertemente contra el metal oxidado del tractor, creando un fuerte sonido.
—Estoy aquí hijo de puta… ¡Ven! – grito furioso, helado, adolorido. Percibió como su cien palpitaba e intento controlar su respiración repentinamente agitada.
Escucho como una voz lejana en su mente le advertía de sus acciones, pero estaba harto de aquel juego que ponía al límite sus nervios.
Por un minuto no percibió sonido alguno, pero el silencio no duró mucho y rápidamente Sasori retomo los movimientos.
Intento controlar su respiración mientras lentamente se acercaba a la entrada. Escucho un quejido por parte de Hidan, se detuvo un segundo con la mirada fija en el cuerpo del albino, no percibió ningún movimiento. Termino de acortar la distancia entre el y las puertas, procurando mantenerse de puntillas, el rastrillo en el aire y fuertemente presionado entre sus dedos y contra su costado.
Pudo notar el palpitar en su cien y el calor que abarrotada su rostro. Su corazón latía tan fuerte y aprisa que el sonido eclipsó cualquier cosa al retumbar contra sus oídos.
En cuanto se acercó a la orilla percibió una fuerte respiración del otro lado. Sintió que se le formaba un nudo en el pecho e intento controlar su agitación mientras sus dedos se apretaban fuertemente contra la madera gruesa y astillada del rastrillo, y lo pegaba a su pecho, intentando acercarlo mucho más a su cuerpo y limitar de esa manera cualquier movimiento que pudiera crear algún sonido. Procuro pegarse tanto como fuera posible a la pared y lentamente avanzo un paso a la vez.
Una sensación de adrenalina abrazo su cuerpo con fuerza. El sudor empezó a brotar de su piel, confundiéndose con las gotas de lluvia, su cuerpo se calentó tensándose para lo que venía a continuación. Se asomó cuando estuvo exactamente en la orilla de la puerta y siguió avanzando hasta el final de la misma, justo en el límite del granero. La sensación que abrazo su cuerpo fue escalofriante, fría y muy peligrosa, supo inmediatamente que el demonio mismo estaba ahí presente.
Cuando intento acercar el rostro para tener una mirada de reojo, noto un movimiento e instintivamente dio un paso hacia atrás notando cómo un objeto salía disparado hacia enfrente y caía en algún lugar del suelo enlodado.
Le habían lanzado algo y por el sonido que había percibido se trataba de un objeto pequeño y filoso, la realización de lo cerca que estuvo de una herida seguramente mortal le dejo inmóvil por un segundo, cuando reaccionó, una figura se lanzaba hacia enfrente.
Sasuke logro retroceder unos pocos pasos más antes de ser prácticamente derribado. El hombre cayó hacia enfrente y apenas logro mantenerse en pie antes de dar media vuelta y arremeter nuevamente. Mucho más espabilado, el moreno levantó el rastrillo y lo dejo caer con un movimiento duro, fuerte y contundente sobre el individuo. El golpe le dio entre el cuello y la cabeza, prácticamente en la oreja. Fue tanto el impacto que lo tiró varios metros atrás. El sonido de algo rompiéndose trajo un nudo de sentimientos a su estómago. Estaba seguro de que le había abierto una herida profunda y talvez lo había matado.
Pudo notar el sentimiento de aprensión en su pecho, asimismo un profundo y singular alivio. Fue como si el peso, que ni siquiera sabía que había cargado en los hombros, se hubiera esfumado, dejando tan solo un cuerpo herido, golpeado y liviano. Respiró profundamente y paso a paso salió hacia el exterior dónde la lluvia no dudo en recibirlo con fervor. Las gotas duras eran dolorosas e implacables contra su piel, nada en aquel día era siquiers ligeramente esperanzador.
Se acercó al cuerpo inmóvil que se encontraba en una posición definitivamente incómoda, boca abajo, con un brazo doblado de una manera dolorosa y el rostro volteado. Tomo el rastrillo y le dio un puntapié, no percibió ningún movimiento. Aunque un poco más seguro, pero no por ello confiado, se acercó al sujeto y con el pie y una enorme fuerza de voluntad, logro moverlo para verle el rostro. La sangre se helo dentro de sus venas y el rostro le explotó en una gama de sentimientos y emociones furibundas.
—¡Maldito hijo de puta! – grito con todas sus fuerzas, el sonido extendiéndose cuál eco en el oscuro, desolado y tenebroso bosque.
La fuerza volvió a su cuerpo como si un solo segundo atrás pareció no haberlo abandonado. Tomo con firmeza el rastrillo y dando pisadas furiosas se encamino hacia el poste. La única luz vigente y soberbia, sobreviviendo apenas en tan duras condiciones.
Miro a su alrededor, con el agua azotando ferozmente su cuerpo y la mirada afilada deslizándose en la oscuridad que le llamaba y dónde los demonios se escondían. Giro sobre su cuerpo, atento a todos sus flancos.
No era más la víctima y pobre presa, mataría a cualquier que se interpusiera entre él y un nuevo día.
—¡Ven a mi Sasori! Quieres matarme ¿no? – su garganta se desgarro mientras gritaba las palabras con la furia de sus sentimientos – ¡Estoy aquí! ¡Ven maldito desgraciado! ¡No te tengo miedo!
Lo único que recibió a cambio fue el retumbar feroz y majestuoso de un trueno, que iluminó por un momento el cielo e hizo temblar la tierra misma.
—¡Aquí me tienes! – dijo a la nada – Mátame si puedes – volteó hacia todos lados atento a las sombras que se cernían cual siervos del mal.
Esperó, mientras la lluvia empapaba su ropa, goteaba por su cuerpo y helaba aún más su sangre. Su furia se enfrió mientras pasaban los minutos y la oscuridad lentamente avanzaba. La luz del poste empezó a parpadear y fue el primer indicio de irónica claridad.
¿Qué demonios estaba haciendo?
¿Acaso estaba tan loco como esos dementes asesinos?
Su mente empezó a desprenderse de las telarañas creadas por sus emociones y se encontró trabajando más rápidamente. Era un blanco tan fácil justo en ese momento. No podía dar su vida de una manera tan absolutamente estúpida. Tenía que vivir.
El escalofrío de miedo empezó a subir por su cuerpo devolviéndole un poco de calor, el frío que había experimentado desde el interior empezó a retroceder y poco a poco pudo percibir a su ser.
Tomando el rastrillo se encamino hacia el granero, decidido a alargar su tiempo de vida tanto como fuera posible hasta que los policías y Naruto lo encontrarán. Se tenso cuando noto el cuerpo inerte del último hombre que había golpeado.
Estaba casi llegando al lugar donde estaba Hidan cuando un grito rompió el silencio
Y se llevó su alma misma.
—¡Sasuke!
No, no. No podía ser. Nadie, absolutamente nadie se había acercado a la entrada del granero.
—¡Sasuke! Ahhhhh
—¡Sakura! – ingreso rápidamente deteniéndose cuando percibió dos figuras justo en el medio del lugar. La escasa luz le permitió identificar cada una de ella.
El frío volvió.
—Te dije que me las pagarías ¿no? – la sonrisa de Sasori brillo de maldad aún en la oscuridad.
Sakura se encontraba de rodillas en el suelo, sollozando mientras sus manos intentaban sostener el agarre brutal y salvaje que Sasori tenía en su cabello.
¿Cómo? ¿Como había entrado?
—Siempre hay una manera – el pelirrojo pareció leer sus sentimientos – No es algo que tú jamás hayas tenido que saber me imagino riquillo de mierda.
—Suéltala Sasori – intento controlar su voz – Tu problema es conmigo.
—Si, tienes razón, pero no te creas tan importante. Esto comenzó contigo y terminará con ella – halo de un tirón el cabello de la chica lo cual hizo que Sakura lanzará un chillido. Sasori se inclinó y tomo con la otra mano el rostro de la pelirross hundiendo cruelmente los dedos en la delicada piel – No te preocupes Sasuke, te dejare vivir lo suficiente para que veas lo que le haré – y se rió tan fuerte y malvadamente que el ambiente pareció helarse y tornarse aún más oscuro
—Esto es entre tu y yo.
—Verás como la cojo tan duramente que sus gritos le desgarraran la garganta. Jodere todos sus malditos agujeros y la destrozare tanto que la última imagen que tendrás en vida será horrible. Y entonces, solo entonces comprenderás que tú maldito peor error fue creer que podías salvarla.
—Sasuke – sollozo Sakura fuertemente. Su cuerpo frágil temblando y las lágrimas bañando su rostro.
—No, no, no, no, no – negó ansiosamente Sasori – No llores aún bonita, no malgastes tus lágrimas de esta manera. Aún no te he hecho daño.
—¡No! – ella jadeo horrorizada mientras lo observaba inclinarse hacia su cuerpo.
—Seguramente no la jodiste como me hiciste creer ¿cierto? Eres una mierda de hombre, pero no te preocupes, tendrás el placer de estar en primera fila para ver cómo tomo su pequeña perla.
—¡Déjala maldita sea!... No te atrevas a tocarla ¡Te mataré! ¡Juro que lo haré!
—Vaya, vaya. Pareces tener agallas – el pelirrojo se irguió, la fría diversión impregnado cada palabra que escapaba de sus labios – Veamos que tanto has aprendido estos dos días.
En un movimiento feroz, lanzo a Sakura con fuerza hacia el extremo derecho haciendo que caerá justamente sobre su costado herido. El grito de dolor de la chica fue el detonante para que Sasori se tira sobre Sasuke.
Que le esperara ya no hizo más sencillo su afrontamiento. Aunque intento mantenerse en pie y hacerle frente al agresivo hombre, Sasori se lanzó de cabeza hacia su estómago, logrando derribarlo en un golpe terrible.
Sasuke sintió como el aire escapaba de sus pulmones y el arma que antes llevaba en manos, se deslizaba de sus dedos. Intento aferrarse a ella, pero el impacto fue tal que le dejo aturdido por unos segundos.
Sasori se irguió sobre su cuerpo trepando rápidamente para posicionarse sobre su abdomen y propinarle un golpe directo a la mejilla derecha. El poder de su puñetazo fue tal que su rostro impacto fuertemente contra el suelo y la sangre empezó a brotar de la herida inmediata en sus labios.
Apenas pudo parpadear antes de que otro golpe le voltease la cabeza hacia el lado contrario. Sintió como los oídos le zumbaban y el dolor de cabeza fue tal que sintió náuseas.
Soltó un alarido de dolor mientras Sasori reía con placer.
—Creí que ibas a dar una pelea más interesante, debí asumir que solo era un pobre y patético intento de hombre – se inclinó y sus labios se apoyaron contra su mejilla palpitante, Sasuke percibió la sonrisa malvada contra su piel – Parecías más feroz cuando estábamos en el autobús.
Sasuke intento respirar por sobre el dolor. Se sentía aturdido, mareado y débil, pero no podía permitirse acabar de esa manera. No había luchado tanto por ello. Intento extender muy lentamente su mano derecha hasta hallar el rastrillo que había soltado, lo tomo con mucho cuidado entre los dedos y abrió los ojos mirando como la mirada dorada y tenebrosa de Sasori se fijaba en sus ojos. Noto como el pelirrojo levantaba el puño dispuesto de dejarlo caer una vez más sobre su rostro, pero fue más rápido manipulado su arma. Levantar el rastrillo resultó toda una victoria, pero ignorando el cansancio y el dolor lo dejo caer sobre el costado izquierdo del rostro de Sasori.
El golpe estuvo lejos de ser fuerte o efectivo, pero fue suficiente para quitárselo de encima. Sasuke tomo el rastrillo con ambas manos mientras se erguía, e intento apoyarse en el para ponerse de pie.
Escucho la risa siniestra de Sasori unos segundos antes de recibir el fuerte golpe en la cabeza. Esta vez fue inevitable y rápidamente perdió la consciencia.
Sakura intento arrastrarse hacia el escondite que había hecho Sasuke para ella. Todo había sido un caos, pero no podía evitar pensar que también era parte de su estupidez.
Cuando escucho como Sasuke se enfrentaba al primer individuo su miedo le hizo permanecer oculta. Aprovecho el tiempo para hacerse algún tipo de torniquete para detener el sangrado de su pantorrilla, eso le ayudo a pensar menos en la pesadilla que estaba viviendo, sin embargo, no podía evitar asomarse intentando observar el desenlace de la pelea. Sasuke le había hecho prometer que se mantendría escondida y a salvo, pero no podía evitar preocuparse por él. No quería que nada malo le sucediera. No quería perderlo como había perdido a su abuela.
Cuando logro tener un vistazo del panorama fue un verdadero alivio ver qué Sasuke había tomado ventaja contra el enemigo. La claridad le impedía vislumbrar quien era, pero no podía confundir la silueta de Sasuke. Aunque la manera en la que lastimo tan brutalmente al hombre le sorprendió, intento aferrarse a su deseo de supervivencia. Aquellas personas habían destruido todo lo que conocía, se merecían eso y más. Soporto los gritos del hombre y le pareció ver a Sasuke arrastrarlo fuera de la cabaña.
Luego habían venido aquellos sonidos. Ligeros, escalofriantes, malévolos. Pudo percibirlos alrededor de toda la cabaña y pareció como si la persona afuera intentará avisarles que no estaban solos o a salvo. Poco después escucho el sonido de otra pelea y el grito feroz de Sasuke.
Que revelará su posición le hizo temblar de miedo. No quería que resultará herido, no quería que se hiciera un blanco fácil.
Los minutos empezaron a transcurrir y el terror serpenteo su cuerpo con la quietud propia de una serpiente.
Temió por su vida, por Sasuke, por todo.
El silencio que siguió a las palabras de Sasuke fue aterrador, helado y tan significativo. Sintió como las lágrimas se precipitaban a sus ojos y se inclinó sobre sus manos temblorosas intentando obtener una mirada de lo que sucedía.
Ni siquiera sintió la presencia oscura a su espalda y cuando pudo percatarse, aquellas manos crueles que ya habían conocido la rodeaban por la cintura.
Había botado su única arma entonces, no siquiera tuvo la oportunidad de volver por la pistola.
Sasuke está a en peligro, debía recuperarla.
Escucho los pasos agigantados a su espalda lo que detuvo inmediatamente sus movimientos. Un escalofrió recorrió su cuerpo y al voltear se topó una vez más con aquellos pozos de maldad pura.
—Aquí estás – una mano agresiva la tomo del cabello y la hizo retroceder todo lo que había avanzado, arrastrándola en el proceso.
—No ¡No! Suéltame ¡No! ¡Sasuke!
—Esta vez no vendrá a tu rescate – dijo antes de aventarla duramente contra el suelo.
Sakura sintió como el aire escapaba de sus pulmones y se apresuró a erguirse notando un cuerpo inmóvil a un costado. Cuando volvió observó para su completo horror que se trataba de Sasuke. Su rostro estaba ensangrentado, hinchado.
El golpe dentro de su pecho fue instantáneo, doloroso, horrible.
—¡No! No, no… ¡Lo mataste! lo mataste ¡Sasuke! – intento acercarse a él, pero nuevamente fue tomada del cabello y halada al lado contrario.
—No está muerto aún, no hasta que termine contigo.
El terror que Sakura sintió era una sensación que seguramente nunca olvidaría en su vida. Fue un frío en la piel, en el cuerpo, en el alma misma. Sintió que se le escapaba el aire de los pulmones, que se le cerraba la garganta, que le dolía el pecho.
Termino de espalda con el cuerpo de Sasori cerniéndose sobre el suyo. La bofetada que giro su rostro fue el detonante de su pesadilla.
—Espero que valgas tanto como para que ese marica diera la vida por ti ¿Es que tienes un puto coño de oro o que?
Sakura intento recuperar la mente mientras las manos de Sasori tomaban su camisa y la abrían de golpe, rompiendo la tela en tirones.
El sonido quebró el silencio del lugar y el grito de Sakura le siguió rápidamente.
—No, no, no – intento tirar manotazos mientras el cuerpo masculino le aplastaba con su peso.
Sakura empezó a moverse de un lado a otro, negando eufóricamente con la cabeza, levantando las caderas y retorciendo el torso con fuerza.
—Te lo dije perra… nunca es tan bueno sin una pelea – las manos grandes la tomaron de las rodillas y la obligaron a abrir su cuerpo. Sintió como las caderas masculinas caían contra su pelvis. El terror la ahogo cuando percibió el indudable contorno de su erección.
Sakura grito tan fuertemente que la garganta le ardió. Su rostro fue volteado con otra dura bofetada y luego Sasori la tomo del cuello y apretó tan fuertemente que le cortó la respiración.
Instintivamente, la chica llevo las manos a su cuello, intentando detener el agarre, enterrando las uñas en la piel de las manos feroces, tratando de conseguir un poco de aire.
Casi sintió que perdía el conocimiento cuando finalmente Sasori la soltó. Tuvo un ataque de tos horrible que la hizo convulsionar. Las lágrimas le nublaron la vista al mismo tiempo que sentía un apretón doloroso en su pecho derecho.
—Tienes tetas firmes. Me gustan así – se rió malvadamente.
Sakura jadeo antes de volver a intentar quitárselo de encima, otro grito de terror escapando de sus labios, sus movimientos cada vez más desesperados, dolorosos e infructuosos.
Levantó las manos y empezó a manotear. Consiguió darle un golpe en la barbilla y rasguñarle profundamente el cuello. Su hazaña le costó otro golpe en la mejilla derecha.
Estaba cansándose rápidamente y parecía que en lugar de lograr algo, solo divertía a Sasori. Sin embargo, se negó a rendirse y volvió a patalear.
—Como jodes puta de mierda.
Sintió como un mano la tomaba de la rodilla derecha y la obligaba a apoyar la pierna duramente contra el suelo. Noto el dolor en su extremidad cuando el palo que atravesaba su pantorrilla azotó en el piso. Un grito atravesó su garganta y luego escucho una vez más la risa del diablo.
—Y yo quería ser amable. Veo que a las putas como tu les gusta el dolor.
A sus palabras les siguió el dolor más terrible, vivido y lacerante del mundo. Sakura sintió que se desgarraba por mitad cuando Sasori apoyo el pulgar en la herida de su pantorrilla y lo hundió con fuerza rasgándole la piel
—¡AHHHH!
El dolor era demasiado. No podía respirar, no podía pensar. Sentía que se le quebraba el alma, que el cuerpo se le quemaba, que le partían en dos la pierna.
—Eso es – susurro antes de hundir aún más el dedo.
Sakura lloro, suplico, gimió, grito.
El dolor era infinito, un ciclo de sufrimiento y frío. No sabía que sucedía o porque nunca terminaba. Creyó que podría vomitar ahí mismo, que podría incluso morir.
Cuando pensó que perdía el conocimiento, Sasori dejo de presionar. Sakura intento recuperar el oxígeno, más allá de tan solo respirar, ella sentía que realmente había perdido el aliento, el alma.
—Eso es – sintió como Sasori la tomaba de un brazo y luego todo dio vueltas mientras la volteaba como un peso ligero y muerto.
Su rostro se apoyó contra la tierra húmeda bajo su cuerpo. Sintió como unos dedos fríos tomaban el elástico de sus pantalones y luego el aire acaricio sus nalgas desnudas.
—Eso es maldito sea. Voy a disfrutar esta mierda – la voz del diablo era una malévola como había supuesto.
Las lágrimas le llenaron los ojos y un sollozo de puro dolor escapó de sus labios. El cuerpo le tembló tan fuertemente que parecía convulsionar. Sintió como una mano tomaba su cabeza, dedos fríos enterrándose en su cabello y obligándola a permanecer con el rostro contra la tierra mientras una piel desnuda se apoyaba sobre sus nalgas.
—Mátame – gimoteo
—No aun dulzura, primero tienes que sentir esto – susurro Sasori con una sonrisa en la voz.
Sakura cerro los ojos, apoyo las manos en el suelo y tomo puñados de tierra mientras intentaba pensar en todo lo que había sido de su vida solo dos días atrás.
Nada de eso estaba sucediendo.
Su abuela se encontraba viva. Era fin de semana, pero pronto iría a la universidad y vería a sus amigos. Podría visitar también a la familia Taishimira en su tiempo libre, ellos le recibirían como siempre, no habían muerto tampoco, nadie lo había hecho.
En sus sueños no había dolor, ni miedo, ni frío.
Sintió que los oídos le zumbaban y percibió que el peso de Sasori la dejaba.
¿Habría terminado ya?
—Sakura... ¡Levántate!
Aturdida, intento voltear y logro ver la figura de Sasuke frente a su cuerpo.
Él la protegía. No la habían violado, Sasuke una vez más, había llegado a tiempo.
—Maldito hijo de puta – parpadeando, Sakura observó que Sasori se encontraba a un lado, con el regazo desnudo. La cabeza le sangraba. Sakura tembló mientras torpemente se subía el pantalón.
Sasuke se negó a desviar la mirada de Sasori consciente de que un error podría costarles la vida. Se sentía tan débil, aturdido y tembloroso que no sabía exactamente como había logrado ponerse de pie.
La cabeza le palpitaba tan dolorosamente que en cualquier momento volvería a perder el conocimiento, pero antes debía matar a Sasori.
La visión de ese maldito intentando violar a Sakura era algo que Sasuke nunca olvidaría. Un poco más y no habría podido hacer mucho. Sabía que algún ángel le había despertado, había escuchado la voz dulce y suave de una mujer. Había llegado a tiempo y Sasori pagaría por el terror que había hecho vivir a Sakura.
—¿Estás bien? – aunque quería asegurarse de que fuera así, en ese momento no podía bajar a guardia.
—Sasuke
—Vamos pues… – Sasori se puso de pie – Ven acá.
—Sakura… no sé cómo maldita sea, pero necesito que salgas de aquí ¡Escapa!
Sakura se apresuró a arrastrarse a su escondite en el momento en el que los cuerpos de ambos hombres colisionaron.
Sasuke logro esquivar el golpe que seguramente le habría derribado, logrando en cambio, asestar una patada en la espalda de Sasori.
Lo observó trasbillar unos pasos y tomo con firmeza el rastrillo cuando se le vino encima. Se sentía tan mareado que sus movimientos eran débiles e inestables, por lo que no fue una sorpresa cuando Sasori logro esquivar el golpe que pretendía darle en la cabeza.
Sasuke volteó rápidamente cuando noto como el pelirrojo intento rodearlo, el movimiento le hizo marearse, pero logro bloquear el puñetazo de Sasori dándole en cambio un rastrillazo justo en la espalda. Sasori cayo, pero el golpe que Sasuke le dio fue tan fuerte que sintió como el cuerpo mismo le temblaba, el rastrillo escapó de sus manos. El dolor de cabeza en ese punto fue insoportable y no pudo mantenerse en pie por lo que terminó de rodillas. Intento mantener los ojos abiertos, negándose a dejarse arrastrar por la oscuridad.
Sasori se le tiró encima, aunque logro esquivarlo, sintió que nuevamente caía de rodillas, se arrastró a duras penas sobre el cuerpo del hombre y lo obligó a voltear dándole dos puñetazos en el rostro con las últimas fuerzas que conservaba.
Cuando sintió como Sasori le empujaba, fue inevitable que terminará de espaldas contra el suelo.
—Esta vez te voy a matar maldita perra – fue el grito de Sasori antes de ponerse sobre su cuerpo y darle un derechazo potente.
Sasuke sintió como su cabeza rebotaba contra el suelo. En lugar de más dolor, le arrollo una profunda y penetrante calma. Pudo percibir como Sasori volvía a golpearlo dos veces más, pero ni siquiera la sintió.
Noto como le gritaba frente al rostro burlándose, declarando que le mataría, pidiéndole que se mantuviera aún vivo para sufrir la muerte que le tenía preparada.
Esperaba haberle dado a Sakura el tiempo suficiente para escapar. Dios sabía que en ese punto no podría ponerse de pie y por el frío que sentía por dentro incluso concluyó que estaba muriendo.
—Sakura – gimió apenas antes de recibir otro impacto en la mejilla izquierda.
—Te encontrarás con tu perra en el infierno ¿escuchas? La mataré Sasuke ¡La mataré!
—¡Sasori! – un grito femenino corto el ambiente.
El pelirrojo volteó con rapidez mirando el menudo y frágil cuerpo femenino que se encontraba apenas un par de metros, de pie. La mirada feroz en los ojos verdes fue sorprendente. Sakura sostenía con ambas manos un arma. El pulso no le temblaba y por su expresión Sasori se encontró por primera vez en una disyuntiva.
—Baja esa arma perra, puedes lastimarte.
—Deja a Sasuke – le advirtió ella sin vacilación.
—¿O si no qué? ¿Me matarás?
—Lo haré. Aléjate de Sasuke – su voz fue inflexible, fría y dura.
—No puedes matarme.
—No dudaré en meterte está bala entre ceja y ceja. Aléjate de Sasuke.
Sasori sonrió mientras se erguía lentamente. Su expresión y postura no revelaban ningún ápice de miedo.
—Quisiera ver eso. No te atreverías perra.
—Mataste a mi abuela
—Era solo una vieja.
—Quisiste abusar de mi… – presionó con más fuerza la pistola. Su corazón se aceleró.
—Espera y verás lo que te espera.
—Y lastimaste a Sasuke.
—Esta muerto ya – sus palabras tuvieron un impacto catastrófico en Sakura. Fue como si el mundo mismo empezará a girar.
Sasori aprecio el momento justo de aturdimiento para lanzarsele encima. El sonido de un disparo corto el sonido de la lluvia y el bosque.
El cuerpo de Sasori cayó inerte, frío y sin vida.
—Sasuke – cojeando, Sakura se acercó al inmóvil moreno. Lentamente se dejó caer de rodillas hasta que estuvo a su lado.
Su rostro estaba irreconocible y la sangre no paraba de brotar de la herida en su cabeza. Sakura sollozo mientras dejaba la pistola a un lado y llevaba las temblorosas manos hacia la pequeña laguna de sangre. Con delicadeza le obligó a voltear el rostro notando que la herida que había visto varias horas atrás se encontraba abierta.
—Sasuke, no Sasuke – se apresuró a quitarse los jirones de la camisa y la hizo un bulto apoyándola sobre la hemorragia para detener el sangrado. Escucho el gemido masculino.
—Sa-kura
—Shhhh… todo estará bien. Sasori está muerto. No te preocupes por nada. Estoy aquí.
—Yo…
—No hables, no te esfuerces – detuvo a duras penas el sollozo en sus labios – Pronto nos encontrarán, solo tienes que mantenerte despierto y escuchar mi voz.
—Sakura…
—No te mueras Sasuke, juro que no te perdonaré si me dejas. Me dijiste que volverías por mí. Eso implica volver vivo.
—Me duele… la cabeza – su voz era un susurro suave y débil.
—Shhhh... Estarás bien. No te preocupes.
—No podría haberlo hecho… sin ti.
—No digas eso – empezó a sollozar incontrolablemente – Ayy Dios, no Sasuke. No me dejes tú también. Por favor, aguanta, por favor… no te vayas.
Su respiración era tan ligera que podría bien pasar desapercibida. Intento tomarle el pulso, pero temblaba tanto que era imposible. Siguió presionado la herida en su cabeza, ignorando los quejidos de dolor.
Un poco más, solo un poco más.
El sonido de pasos pesados distrajeron su atención. Dos figuras aparecieron en la entrada del granero. El alma de Sakura se hundió. Se apresuró a tomar la pistola y se movió frente al cuerpo de Sasuke cubriéndolo de las miradas.
No tenía más balas, pero los intrusos no lo sabían.
—¡Lárguense! Los mataré, juro que lo haré. No lastimaran a Sasuke.
—Sasuke – grito una sentida voz masculina. Una de las sombras dio un paso al frente.
—No te acerques. Te mataré, juro por Dios que te mataré si intentas lastimar a Sasuke.
—¡Estan aquí! – grito el otro hombre. Sakura empezó a temblar ¿Cuántos eran? ¿Por qué todos querían lastimar a Sasuke? ¿Cómo lo protegería?
—Soy Naruto Uzumaki, soy el abogado de Sasuke y su mejor amigo. Lo he estado buscando desde hace horas por todos lados.
—¿Que? – su mente no podía procesar tanto de una vez.
—¿Puedo acercarme? ¿No me dispararas? – el tipo mantuvo las manos en alto.
Sakura no sabía si podía confiar en él. Intento recordar el nombre que Sasuke había dicho de su mejor amigo, pero estaba tan confundida que no pudo. Las luces de linternas fuera del granero le distrajeron.
—Soy el oficial Sarutobi. Le recomiendo que baje esa arma señorita. No queremos que nos dispare por accidente, nos obligara a abrir fuego.
—¿Vienen a rescatarnos? – sollozo – ¿Es verdad?
—Si cariño. Tú debes de ser Sakura. Sasuke me habló de ti por teléfono. Eres la chica que protege ¿Lo proteges tu ahora?
Más hombres se acercaron al lugar. Las luces de decenas de linternas finalmente iluminaron todo. Fue difícil volver a ver con tanta claridad luego de pasar tantas horas en la oscuridad. Sakura parpadeo varias veces antes de vislumbrar a varios hombres uniformados con el traje de la policía de Tokio. Sintió como el aire escapaba de sus pulmones. Las lágrimas le llenaron los ojos.
—Sasuke está muy herido. Un tipo lo lastimo mucho. Hay demasiada sangre y, y… ayúdenlo por favor – suplico mientras tiraba el arma y se daba la vuelta hacia el cuerpo inmóvil del moreno.
—¡Sasuke! – un hombre se acercó con rapidez mientras el lugar estallaba en movimientos y múltiples voces.
Sakura miro vagamente al primer tipo que se acercó a Sasuke. Aunque instintivamente quiso obligarlo a alejarse, noto que se inclinaba y le tomaba la mano con gran cariño. Tenía el cabello rubio y los ojos claros.
—Lamento haber llegado tarde amigo, pero estoy aquí. No se te ocurra morirte ¿escuchas? – lágrimas rodaron por el rostro masculino antes de que las apartará de un manotazo – Traigan a los malditos médicos aquí.
El otro hombre se puso rápidamente del otro lado. Tenía el cuerpo grande y era tan alto como Sasuke, no podía verle muy bien el rostro, pero juro que se parecía bastante a él.
—Cálmate Naruto.
—¿Cómo quieres que me calme? Solo míralo Itachi. Está tan golpeado, juro que podría matar a quien lo hizo. Talvez si hubiéramos llegado antes…
—No sirve de nada estar recriminándonos esto. Lo encontramos y sigue con vida, lo importante es mantenerlo así.
—Tu no entiendes.
—Es mi hermano del que hablas. No me digas que no entiendo – su voz se quebró por un segundo – Es mi hermano menor – sostuvo la otra mano de Sasuke con dulzura antes de inclinarse y apoyar la frente contra la fría palma.
—Estoy aquí. Den espacio, quítense – una mujer empujó a Naruto antes de ponerse sobre sus rodillas a un lado de Sasuke. Itachi también se quitó dando espacio a un corpulento hombre.
Sakura miro temblorosamente cómo la mujer verificará los signos vitales de Sasuke antes de decirle que estaba todavía estable. Empezó a palpar sus heridas, cuando le tomo de la cabeza, se apresuró a intervenir.
—Tiene una herida en la cabeza, intenté detener la hemorragia, pero sangraba mucho.
—Lo hiciste bien linda – dijo el paramédico sin dejar de trabajar sobre el maltratado cuerpo del moreno – Eso posiblemente le salvó la vida.
—Hay que trasladarlo al hospital más cercano lo más pronto posible, sino sus esfuerzos serán en vano.
Sakura miro como llegaba un doctor y un paramédico más con una camilla. Detuvieron la hemorragia y subieron a Sasuke a la camilla para trasladarlo.
—¿Y tú estás bien? Pareces… ¿Qué mierda…? – uno de los paramédicos tenía la mirada fija en la pantorrilla herida de Sakura. Ella incluso lo había olvidado.
—Quiero estar con Sasuke – se apresuró a decir cuando vio que lo estaban sacando del granero.
—Hay que tratar su herida ¿Tienes más además de la de la pantorrilla?
—Necesito saber qué Sasuke estará bien, necesito…
—¿Sakura? – el hombre que se parecía a Sasuke se posicionó frente a ella. Su mirada fue amable mientras la observaba – Se que mi hermano hizo todo lo posible por mantenerte con vida, estoy seguro que cuando despierte querrá saber que fuiste tratada.
Las lágrimas llenaron la mirada verde.
—No quiero separarme de él – sollozo.
—No lo harás, estarán en el mismo hospital y podrás verlo en cuanto estés bien, hasta entonces desearía que te dejes revisar. Pareces muy herida y… creo que está ha sido una experiencia horrible para ti.
—¿Podré ver a Sasuke? – a ella no le importaba nada más. Itachi sonrió con dulzura.
—Claro que sí cariño. Deja que te revisen primero.
—Esta bien.
El camino hacia el hospital fue fugaz, apenas un parpadeo. Cuando Sakura pudo notar su alrededor se encontraba en una habitación blanca, con varias personas caminando de un lado a otro. La luz de una pequeña lámpara la cegó por un momento, luego pudo vislumbrar el rostro amable de una mujer, parecía doctora. No estaba segura de haber permanecido consciente todo el camino, supo que se había desmayado. La mujer le hablaba, pero no podía escucharla. Miro a los lados intentando encontrar a Sasuke. Le pareció ver actividad en una camilla que se encontraba a varios metros. Había demasiadas personas rodeándola, pero una mano inerte, golpeada y sucia caía a un lado y al instante supo que se trataba de Sasuke.
No sentía dolor, ni siquiera estaba del todo consciente, pero se apresuró a erguirse queriendo llegar a él.
¿Estaba vivo aún? ¿Le había dejado?
—Sasuke – susurro sin voz mientras terminaba de sentarse.
Rápidamente la mujer que había visto antes la detuvo y empezó a hablar. Sakura intento darle un débil manotazo mientras se arrastraba a la orilla de la cama.
—Necesito ver a Sasuke – no sabía siquiera si las palabras alcanzaban a escapar de sus labios, aunque no le importaba.
Al instante llegó un hombre e intento obligarla a recostarse. Sakura negó y volteó el cuerpo negándose a perder de vista a Sasuke. Noto que la actividad en la otra camilla se volvía frenética. Cuando uno de los doctores se movió, pudo vislumbrar apenas que alguien estaba sobre Sasuke, haciéndole compresiones al pecho, se trataba de una menuda mujer.
Sakura sintió que el corazón se le detenía al mismo tiempo que pudo escuchar en su mente el pitido de la máquina a la que Sasuke estaba conectado. Había muerto.
—¡Sasuke! ¡SASUKE!
Intento llegar a él, pero un brazo le rodeo la cintura y la obligó a volver a la cama, creyó patalear y gritar aun más, pero rápidamente se dio cuenta que sentía el cuerpo débil y pesado, cuando volteó el rostro noto que alguien se encontraba a su lado, una jeringa en el aire. Acababan de sedarla.
Volteó con esfuerzo el rostro y fijo su mirada en la mano inerte que aún colgaba de la camilla. Aún intentaban hacerle reanimación e incluso noto que acercaban un desfibrilador para darle descargas. Lo ignoro mientras se concentraba en los dedos largos y fuertes que la habían sostenido varias veces.
Noto que la mirada se le nublaba y solo se aferró a un único pensamiento mientras perdía la consciencia una vez más.
"Me lo prometiste"
[•••]
Sakura empezó a volver en sí lentamente. Aún tenía los ojos cerrados y se sentía flotando en algún tipo de limbo. No podía moverse y la realidad parecía luchar con la oscuridad que la rodeaba.
Transcurrieron unos segundos antes de que su alma pareciera haber vuelto a su cuerpo. Escucho el sonido distintivo de un pitido que le pareció familiar, noto como se filtraba dentro de sus fosas nasales un olor limpio, a desinfectante. El cuerpo le pesaba, pero logro mover los dedos de la mano derecha. Tardo en recuperar la movilidad de sus miembros, pero pudo quitar el velo de pesadez que sentía sobre sus ojos y lentamente consiguió abrirlos.
Estaba en una habitación blanca.
Parpadeo varias veces, intentando despegar la niebla que parecía haberse adherido a su mirada. Frunció el ceño ligeramente e intento moverse volteando el rostro.
La garganta le ardía y le dolia, tenía sed y se sentía confundida ¿Dónde estaba?
Le pareció ver una figura indudablemente femenina que se encontraba en el sofá individual, en una esquina de la habitación. Miro a la mujer unos segundos y abrió los labios intentando hablar. Le costó un par de minutos, pero logro emitir un ligero quejido. La mujer levantó la mirada del libro que leía y se irguió de un salto.
No podía distinguir muy bien su rostro, pero conforme se acercó fue más claro. Sintió una estocada en el pecho cuando noto como se inclinaba sobre su cuerpo y entraba en el rango de su mirada.
—Despertaste cariño – la sonrisa que le dedicó fue dulce, amable y reconfortante.
Sakura tuvo la impresión de que la conocía, aunque estuvo segura de que nunca la había visto antes. Tenía la piel pálida y perfecta, el cabello largo y liso, de un llamativo negro, con reflejos azulados. Era hermosa, pero fueron sus ojos los más deslumbrantes. Oscuros, afilados y profundos. Sakura había visto una mirada así.
El corazón se le acelero mientras los recuerdos volvían a su mente.
Sintió un golpe justo en el vientre. Se quedó sin respiración y las lágrimas se precipitaron a sus ojos.
—Sa-suke – gimoteo con la voz rasposa.
—Cálmate cariño, Sasuke está bien – ella llevo una mano a su frente y le acaricio los cabellos con dulzura – Voy a avisar que despertaste.
Sakura cerro los ojos llenos de lágrimas mientras sentía como un nudo se formaba en su garganta.
Sasuke estaba bien.
Pocos minutos después llegó un enfermero y un doctor. La revisaron, le dieron de tomar agua, verificaron que estuviera lúcida y consciente antes de explicarle su diagnóstico cuando lo pregunto.
Casi cinco horas después noto que la misma mujer de antes se acercaba a la habitación. Sakura ya había comido e incluso se había duchado. Se sentía mejor. Su pierna vendada estaba elevada y aunque aún sentía el rostro hinchado y tenía golpes y rasguños en la cara y los brazos, la peor parte era realmente el dolor en su garganta, producto del agarre asfixiante que el demonio le había hecho en el cuello.
—Hola – la mujer se detuvo en la entrada y la saludo con un gesto de mano.
—Hola – Sakura se tomó la garganta antes de hablar.
—¿Puedo pasar? – la pelirrosa se apresuró a asentir. La mujer ingreso lentamente a la habitación.
La observó tomar una de las sillas que estaba en la pared, al lado derecho de la entrada. La halo hacia la cama y se sentó a un lado de ella. Estuvieron mirándose un momento antes de que ella en un gesto tímido y precavido, intentará tomarla de la mano. Su tacto fue tan dulce y delicado que Sakura sintió como se le encogía el corazón. Permitió que ella tomara su mano entre las suyas y luego la observó levantar la mirada cristalizada.
Sus ojos se parecían tanto a los de Sasuke que no dudo de quién se trataba.
—Soy Mikoto Uchiha, la madre de Sasuke – no fue ninguna sorpresa. Sakura apenas logro asentir.
—Un gusto.
—No te esfuerces en hablar cariño, sé que estás muy lastimada.
—Estoy bien – se encogió de hombros negándose a recordar todo lo que había sucedido.
—Eres una chica muy fuerte – ella le sonrió, algo en su persona era increíblemente relajante. Sakura sintió como si la hubiera arrullado contra su regazo con dulce cuidado.
—¿Sasuke?
La manera en la que perdió la sonrisa fue sin duda un golpe en el estómago. Sakura sintió como se le aceleraba el corazón y lo escucho en el pitido de una de las máquinas a la que estaba conectada.
—Esta bien, está bien… trata de calmarte, respira cariño – ni siquiera sabía que jadeaba hasta que ella se lo dijo.
Fue todo un reto conseguir la calma, sentía una presión en el pecho y unas profundas ganas de llorar como una bebé.
—Sakura, ese es tu nombre ¿verdad? – asintió lentamente.
—Sakura Haruno.
—Un gusto también – sonrió – Te debo tanto Sakura. Trajiste a mi hijo de vuelta, lo protegiste.
—No – se apresuró a negar con la cabeza – Sasuke me protegió.
—Ya veo – uno de sus dedos se movió suavemente sobre su piel – Creo que ambos se cuidaron y protegieron ¿no es así?
—Si – asintió rápidamente – Sasuke me cuido e impidió, el impidió… – un sollozo corto su diálogo.
—No tienes que decir nada – la detuvo Mikoto con dulzura – Lo importante es que estás bien, que ambos están bien.
—¿Sasuke? ¿Cómo está Sasuke?
Noto la tensión en su cuerpo, la preocupación en su expresión. Mikoto bajo la mirada cuando sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Estaba muy malherido, tenía el cuerpo tan lastimado y la herida en su cabeza fue, fue… Es un hombre fuerte, sé que saldrá de esto.
—¿Puedo verlo? – necesitaba hacerlo.
—Ahora se encuentra en cuidados intensivos. No ha despertado, pero sé que lo hará. Sasuke ha luchado mucho para sobrevivir, no se dejará vencer – un sollozo corto sus palabras.
Ambas lloraron de dolor.
[•••]
Había estado inconsciente por tres días, según le comentaron a Sakura. Aunque quiso levantarse para ver a Sasuke, estaba demasiado débil aún y su doctor de cabecera le advirtió que aún no podía.
Tardo dos días en permitirle ir. Una enfermera la llevo en silla de ruedas mientras la mamá de Sasuke caminaba a su lado, tomada de su mano.
Era una mujer dulce y buena, había estado al pendiente de ella con el cariño de una madre. La había visitado varias veces los últimos días, continuamente le decía lo agradecida que estaba porque había cuidado y protegido a Sasuke. También había visto un par de veces a los dos hombres que les encontraron, el hermano de Sasuke y su mejor amigo, incluso creyó que mientras estaba dormida, había recibido la visita de Mikoto con un serio e imponente hombre.
No tardaron en llegar al área de cuidados intensivos. Mikoto le había advertido que aún no podría verlo, ni estar cerca de Sasuke pues sus visitas se encontraban limitadas.
La acercaron a un enorme vidrio y la enfermera la ayudo a ponerse de pie, del otro lado se encontraba una enorme habitación. Había un doctor dentro y una enfermera, ambos parecían monitorear a Sasuke.
Tenía el rostro aún inflamado y apenas reconocible, aunque los cortes y los golpes se habían cerrado y una gruesa costra los sellaba. Tenía un vendaje grueso en la cabeza y otro alrededor de todo el torso, su tobillo derecho se encontraba vendado también y su cuerpo se hallaba vetado de una gama de diversos hematomas de diferentes colores.
Sus signos eran constantes y parecía tan solo encontrarse dormido, pero había convencido a Mikoto de que le dijera su diagnóstico y no había sido nada favorable.
El golpe en su cabeza le había creado una contusión tal que realmente por un momento habían temido por su vida. Aunque le estabilizaron, los riesgos aún eran demasiados. Tenía cuatros costillas rotas y una hemorragia interna cuando le llevaron al hospital. Su brazo derecho se encontraba dislocado y su tobillo estaba tan hinchado que no sabían cómo pudo mantenerse en pie y aun así luchar.
Sakura le había contado cada detalle de su versión de los hechos a dos policías diferentes. Mikoto e Itachi la habían acompañado en ambas ocasiones. Los recuerdos eran demasiados crudos y dolorosos e incluso necesito la visita de una psicóloga, con la que estaría en tratamiento al salir del hospital.
Apoyo una mano en el cristal que le separaba de Sasuke mientras las lágrimas llenaban su mirada.
Cuando lograba conciliar el sueño se levantaba sudada y gritando de dolor, temblorosa y asustada por las pesadillas dónde un demonio intentaba arrastrarla a la oscuridad, dónde le esperaba una cadena de sufrimiento y mucho dolor.
Cuando volvía en sí le costaba conseguir la calma, la primera vez incluso habían tenido que sedarla. Ahora, aunque las pesadillas seguían reproduciéndose, podía controlar mejor su reacción al despertar.
Miro el rostro de Sasuke y sintió como la presión en su pecho se potenciaba. Habían sobrevivido al infierno y estaban vivos, algunas veces tenía la sensación de que se estaba en un sueño demasiado dulce y que cuando despertara se encontraría aún en una pesadilla.
No era así.
Estaba viva, había sobrevivido.
Sasuke estaba ahí aún.
—Tienes que recuperarte – sollozo sin voz.
Recibió el alta tres semanas después. Al no tener ningún tutor, fue Itachi quien se encargó del papeleo.
Su abuela había sido enterrada y el seguro ya había puesto su casa en reparación, aún así se negó volver ahí. Mikoto le ofreció vivir con ellos y aunque su relación se había estrechado con la continuidad de los días y sus cuidados, Sakura se negó.
Fue Naruto quien le ayudo a tener el acceso al dinero que sus padres le habían dejado, aunque le dolió, también le pidió que pusiera su casa en venta.
Separarse de su hogar fue un golpe duro y emotivo, pero luego de todo lo que había vivido, sabía que no podía volver y recordar cada una de las cosas que habían sucedido.
Decidió enfocarse en el presente.
Sasuke aún no había despertado.
Su aspecto era mejor, pero había caído en coma a solo unos días de ingresar al hospital. Su familia no perdía la esperanza y había hecho que los mejores médicos del país le revisaran. El diagnóstico era el mismo, lesión cerebral traumática.
Sakura procuro visitarlo todos los días. Estuvo a su lado a cada momento. Había días enteros en los que se quedaba a su lado y era Mikoto y Fugaku, el padre de Sasuke, quienes la obligaba a comer y dormir.
Transcurrieron cuatro meses y el estado de Sasuke siguió igual. Sus propias heridas había casi sanado para entonces. Debía ir a terapia para recuperar la completa movilidad de su pierna derecha, la herida de su pantorrilla finalmente habiéndose cerrado. También tenía consultas los lunes, miércoles y viernes con la psicóloga que los Uchiha habían contratado.
La venta de su casa había sido un éxito y pudiendo tomar también parte de la herencia que le dejaron sus padres, Sakura no tenía que preocuparse por nada. Si tan solo el dinero hiciera qué Sasuke despertara de una vez.
Una noche a pocos días de cumplirse el quinto mes desde que Sasuke estaba en coma, mientras Sakura se encontraba sentada a su lado, con su mano tomando firmemente la de él. Mikoto leyendo un libro en una esquina e Itachi dormido en el sofá-cama, le pareció percibir un movimiento.
Estaba casi quedándose dormida cuando noto como los dedos de Sasuke se movían dentro de su agarre. Había sucedido antes y eran algunos espasmos naturales según los doctores. Inclinó el rostro y depósito un beso dulce en su palma. Cerro los ojos y apoyo la cabeza sobre su antebrazo cruzado, estaba quedándose dormida cuando percibió otra vez como movía los dedos.
Frunciendo el ceño, Sakura se irguió y levantó la mirada. Sus ojos se encontraron con una mirada oscura, profunda y confundida.
—¡Sasuke!
Su grito alertó a todo mundo. Mikoto salto del sofá individual y se acercó a la cama llorando a mares, los sonidos despertaron a Itachi quien aún confundido se acercó a la cama tambien y miro que su hermano había vuelto del mundo de los muertos.
Sakura aún estaba demasiado aturdida para reaccionar. Fue Itachi quien se acercó a la central de enfermería para avisar que su hermano había despertado. Llegó todo un séquito de médicos, licenciadas y enfermeras. Itachi la ayudo a alejarse, ya que estaba fuertemente paralizada.
Llorando, con Mikoto abrazada a su costado, Sakura miro como revisaban a Sasuke. El parecía aturdido y su ritmo cardíaco se había elevado, pero lograron tranquilizarlo sin tener que sedarlo.
Entre lágrimas, Itachi llamo a su padre y luego a Naruto. Una enfermera les pidió que dejarán la habitación y los tres tuvieron que salir.
Pasaron dos horas antes de que saliera el doctor de cabecera, quien había llevado el caso de Sasuke hasta el momento. Fugaku ya se encontraba ahí para entonces y Naruto era el único que faltaba. Se trataba de un neurólogo e internista muy reconocido en Tokio.
Él les advirtió que Sasuke se encontraba aún muy confundido y desorientado, pero que sus signos y su estado general eran estable. Le habían practicado varios exámenes y hasta el momento todo estaba bien, con excepción de la radiografía cerebral, que mostraba aún la protuberancia inflamada que le habían encontrado desde el inicio.
El doctor les dio la libertad de entrar a ver a Sasuke, advirtiéndoles los efectos secundarios que pudiera presentar y pidiéndoles que intentarán darle la menor cantidad de información sobre lo sucedido.
Todos ingresaron rápidamente y Mikoto se acercó a la cama acercándose a su hijo temblorosamente. Las lágrimas recorrían su rostro sin tregua, Sakura la observó inclinarse y abrazar con ternura y amor a Sasuke, quien la observaba aturdido.
Se sintió una intrusa mientras miraba como Fugaku e Itachi se acercaba al moreno y le abrazaban también. El momento era demasiado ameno, familiar, intento dar un paso hacia la salida sintiendo un impulso de timidez y vergüenza.
—Sakura también quiere verte – susurro con dulzura Mikoto.
—¿Sakura? – escuchar su voz fue celestial.
Sakura sollozo mientras se acercaba. Mikoto había extendido una mano en su dirección y no dudo en tomarla. Tanto Fugaku como Itachi le dieron espacio para que se pusiera a un lado de la camilla, ambos sabían que ella prácticamente había vivido para ese momento.
—Hola Sasuke – susurro débilmente con una sonrisa trémula en los labios. Sasuke la observó confundido.
—Es Sakura cariño, ha estado preocupada por ti desde que ingresaste al hospital. No se ha despegado ni un segundo de tu lado – le explicó Mikoto con dulzura.
—Sasuke… estoy tan feliz de que hayas despertado – temblorosamente, llevo una mano hacia las de él, que descansaban entrecruzadas sobre su regazo.
En cuanto la tocó, Sasuke se apartó con brusquedad. Su ceño fruncido con fuerza, su mirada desconfiada y precavida sobre ella.
—No te conozco.
Sus palabras fueron cuchillas dentro de su corazón. Escucho el jadeo de Mikoto y le pareció ver por el rabillo del ojo como Itachi y Fugaku intercambiaban una mirada.
—Sasuke… es Sakura – Mikoto se inclinó y le acaricio el hombro suavemente – Estuviste con ella y… – recordó que el doctor le pidió no revelar nada por el momento, lo mejor sería qué Sasuke recordara por su cuenta.
—Sasuke – intento volver a acercarse, el moreno me lanzo una mirada de advertencia.
—No te conozco, no me toques.
Sollozando, Sakura dio un paso atrás, saliendo el agarre reconfortante de Mikoto. Noto que Itachi le observaba con preocupación y Mikoto intento acercarse a ella.
—Sakura… cariño – la pelirrosa se apresuró a negar con la cabeza antes de correr fuera de la habitación.
Su mirada estaba nublada y el dolor en su pecho intentaba asfixiarla. Sasuke no le recordaba ¿Qué había sucedido? ¿Por qué?
—Sakura – choco contra un cuerpo grande y fuerte. Unos brazos conocidos la envolvieron y cuando levantó la mirada observó los preocupados y dulces ojos de Naruto.
—Naruto
—¿Qué sucede linda? ¿Le pasó algo a Sasuke? – el dolor volvió, amenazando con derrotarla.
—No me recuerda, Sasuke no me recuerda – sollozo y salió de sus brazos corriendo a través del pasillo. Naruto la llamo, pero no se detuvo hasta que ingreso al ascensor. Lo último que vio antes de que las puertas se cerrarán, fueron los preocupados ojos azules.
Esa noche Mikoto llegó al pequeño apartamento que había alquilado cerca del hospital, iba acompañada de Itachi. Aunque ellos le habían ofrecido su vivienda, Sakura había preferido no molestarle. Necesitando un momento a solas para pensar, se dio cuenta que había sido la mejor decisión.
Cuando escucho el timbre supo que se trataba de ellos. Les permitió pasar y se sentó en el sofá individual, mientras ellos tomaban asiento en el dual.
Empezaron a explicarle lo sucedido. Según el doctor Sasuke sufría de pérdida de memoria. Dado el golpe en su cabeza y la inflamación que presentaba, el doctor aún no había podido determinar si se trataba de algo a corto o largo plazo, o si nunca recuperaría la memoria.
Al parecer no recordaba nada de lo que había sucedido esos dos días de infierno que habían sufrido juntos. Sakura se alegraba de cierta manera, Sasuke no sufriría de pesadillas.
—Estoy segura de que pronto te recordara – intento reconfortarla Itachi al ver el dolor en su rostro.
Sakura bajo la mirada y asintió. Sus ojos se encontraban demasiado hinchados luego de tanto llorar, pero las lágrimas se negaban a detenerse.
—Solo es cuestión de tiempo.
—Al verte nuevamente podrá recordarte Sakura – susurro el moreno de coleta. Ella asintió.
Aunque Mikoto insistió en que fuera a su casa a dormir o en quedarse con ella, Sakura se negó. Ellos se fueron entrada la noche.
No tenía hambre, pero se obligó a comer. Todas las luces en la casa se encontraban encendidas y se aseguró de prender también la televisión. El sonido y la claridad le permitían dormir mejor, espantaban la oscuridad y las pesadillas.
Se acostó en la cama y se arropo, acomodándose de lado y abrazándose a sí misma.
Mikoto e Itachi aseguraban que Sasuke la recordaría. No sabía si quería que fuera así. Talvez aquello había sido lo mejor. Que él olvidara todo podría darle la oportunidad de retomar su vida con tranquilidad. Podría evitar las pesadillas, los traumas y el dolor de los recuerdos.
Había vuelto a ella, era lo importante. Había cumplido su promesa, nada les ataba ahora.
Talvez lo mejor era que Sasuke se olvidara de todo.
Aún si eso significaba que la olvidara a ella.
[•••]
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Un año y tres meses después…
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—Sakura, es tarde. Baja ya.
—Voy – apresuradamente, la pelirrosa descendió las escaleras.
Se acercó a la cocina y observó la mujer que se encontraba sirviendo los desayunos.
Se trataba de Tsunade Senju.
Aunque intentaba no pensar en ello, Sakura no podía evitar que los recuerdos se filtraran en su mente lentamente.
Luego de que Sasuke despertara y no la recordara, había tomado la decisión de desaparecer de su vida. Al único que se le había comentado fue a Naruto, quien le ayudo a mover su dinero a diferentes cuentas y optimar todos los detalles para iniciar una vida lejos de Tokio. Le había hecho prometer que no diría nada, prácticamente le obligó a jurar que jamás le comentaría a los Uchiha su próximo destino.
Fue un milagro que un par de días antes de partir, se hubiera encontrado con la sorpresa de que Tsunade Senju había aparecido en su vida. Se trataba de la mejor amiga de su madre y su madrina. Menos ingenua y mucho más desconfiada de las personas, Sakura le había obligado a darle pruebas de su identidad. La mujer conservaba viejas fotos de la universidad, de la época en la que su madre tendría su edad.
Tsunade le prometió un nuevo comienzo, olvidar lejos y lo había cumplido.
No sabía cuánto tiempo había transcurrido, se había obligado a si misma a olvidar todo aquello que le causaba dolor. Esporádicamente, tenía pesadillas de demonios y monstros, y recordaba a un príncipe oscuro que la había salvado del infierno mismo, pero se forzaba a olvidarlo.
Casi había retomado su vida lejos de todo. Podía fingir ser una muchacha universitaria común y corriente.
Su psicóloga continuamente le decía que debía enfrentar sus miedos.
Sakura se sentía mucho más segura así.
—Voy tarde – susurro tomando apenas una tostada y tomando apresuradamente el jugo de piña y naranja.
—Tienes que comer… sabes que…
—Si, sí, pero voy tarde madrina. Te veo luego.
—¡Sakura!... Niña tonta – susurro cuando la vio desaparecer por el pasillo.
Sakura salió de la casa en la que vivía con entusiasmo. Llevaba un vestido verde y medias ahumadas, sus zapatillas eran planas y cuando caminaba tenía que mantenerse muy firme sino se hacía evidente la cojera en su pierna derecha.
Se colgó el bolso y bajo las escaleras de la entrada. Vivía en Sapporo, Hokkaido, en un suburbio muy tranquilo y familiar.
Tsunade le había intentado dar todo lo que podía, apesarada por lo que había sufrido siendo que ella había prometido a su madre que la cuidaría si algo le llegaba a suceder. Sakura estaba segura que era así. Tsunade había estado en el extranjero por una década y nunca se había enterado de la muerte de sus padres hasta que había vuelto y se encontró con la pesadilla en la que se convirtió su vida. Había intento recompensarla desde entonces y Sakura había aprendido a quererla como si la hubiera conocido desde siempre.
Subió al autobús y se permitió observar el paisaje mientras llegaba a la universidad. La vida era tranquila, dulce y feliz. Algunos días eran mejores que otros, pero intentaba vivir al máximo.
Había veces en las que se acordaba de su abuela, sus padres y de Sasuke. El último era un nombre que evitaba recordar. Cuando lo hacía, los días se volvían oscuros y sombríos. No porque su recuerdo doliera, sino porque de alguna manera le hacía falta.
Lo había conocido solo dos días y había cambiado su mundo por completo.
Sasuke le había enseñado a luchar por lo que quería, a sobrevivir y a levantarse una y otra vez.
¿Qué sería de él?
¿Habría retomado su vida por completo?
¿La vería al menos en sus sueños?
Algunas veces tenía la tentación de llamar a Naruto o a los Uchiha para saber que había sido de ellos y su vida, pero se detenía al instante, consciente de que lo mejor había sido desaparecer. Sasuke merecía vivir sin recordar los demonios que la atormentaban.
Aunque intento olvidarlo, su recuerdo se adhirió a su mente con fuerza.
Llegó a la universidad en unos minutos. Ingreso a su salón y saludo a sus amigas.
Su mente revoloteo entre las clases, sus trabajos y los recuerdos del pasado. Fue consciente del dolor en su pecho.
—"Tengo que olvidarte" – pensó con tristeza.
El resto del día paso igual. Cuando llegó la hora de su última clase, decidió saltársela por primera vez. Debía alejarse, pensar, llorar.
Se sentía tan sola entre la multitud de personas que recorrían los pasillos. Parecía flotar, el dolor volvía, los recuerdos la consumían.
Salió del edificio y se encamino por la entrada principal. No podía respirar. La oscuridad la ahogaba, necesitaba salir, necesitaba…
—Sakura – un susurro se escuchó entre la multitud de personas.
La pelirrosa volteó y busco, con el corazón acelerado y las lágrimas rodando por sus mejillas.
¿Dónde?
¿Dónde estaba?
¿Quién podría sacarla de la oscuridad?
—Sakura – y lo vio.
Estaba a unos metros. Vestía un traje negro de chaqueta y pantalón de vestir. Su cuerpo grande y fuerte fue la primera mirada que obtuvo. Noto que su rostro se encontraba tan limpio y hermoso como el día en que lo había conocido. Llevaba el cabello corto, mucho más corto de lo que le había visto, pero fueron sus ojos los que realmente le impactaron.
Ella podía olvidar cualquier cosa menos la mirada de Sasuke.
Oscura. Profunda. Dulce.
Se acercó rápidamente, casi tropezando cuando percibió la debilidad en su pierna derecha. Se irguió con rapidez y llegó al moreno.
El impulso de tirársele encima y abrazarlo hasta fundirse con su cuerpo fue insoportable, pero se abstuvo al último segundo teniendo que desapareciera si lo tocaba.
—Sasuke... ¿Estás aquí? – temblorosamente y con el rostro bañado en lágrimas, apoyo las manos en el pecho del moreno y se alejó un paso, demasiado confundida para siquiera concebir que realmente estuviera ahí.
¿Sasuke la recordaba?
¿La había encontrado?
¿Qué estaba sucediendo?
—Sakura… soy yo…
—¡Sasuke! – se lanzó hacia él y le abrazo con tanta fuerza que trato de absorber el calor y la fuerza de su cuerpo.
—Sakura… lamento haber tardado tanto – él se inclinó y apoyo el rostro en su cabeza dándole un beso ligero y dulce en la cien.
—¿Cómo es que? ¿Que? – se alejó y lo miro a los ojos, parpadeando para despejar las lágrimas. Sus manos se apoyaron en su pecho y se aferró a su camisa negándose a soltarlo – Creí que tú… ¿Estás bien? ¿Te sientes mejor? ¿Cómo? ¿Cómo?
—Vamos – suavemente, Sasuke la rodeo con su brazo y la apego a su cuerpo. Sentir la fuerza de su agarre en conjunto con su calor y aroma rodeándole fue demasiado para Sakura. Sintió como casi perdía el conocimiento y su cuerpo se hizo aún más pesado y flexible. Aunque no se desmayó por completo, Sasuke la sostuvo con fuerza de la cintura y la obligó a dar varios pasos hacia un coche negro que estaba a unos metros.
En un parpadeo noto que una figura oscura se acercaba a Sasuke. Creyó escuchar dos voces masculinas más, los ojos le pesaban, pero se negó a cerrarlos, temía qué Sasuke desapareciera una vez más dejándola tan sola y perdida.
Cuando pudo enfocar la mirada nuevamente, estaba dentro de un coche, sobre el regazo de Sasuke. Lanzo un quejido y se obligó a moverse, rodándolo por el cuello y enterrando el rostro en su pecho.
—Sakura ¿Estás bien?
—Volviste – gimoteo débilmente.
—Te dije que volvería a ti – susurro él acariciándole la cintura. Sakura asintió y finalmente se permitió cerrar los ojos.
Esa vez la oscuridad la rodeo, pero por primera vez no hubieron pesadillas.
[•••]
—¡Sasuke! – con un grito, Sakura se irguió notando que se encontraba en su habitación.
Observó frenéticamente a su alrededor notando el ambiente familiar y sencillo que le rodeaba. Sasuke no estaba por ningún lado. Las lágrimas llenaron sus ojos y los sollozos no se hicieron a esperar.
Sasuke estaba lejos, la había olvidado y ella se había convencido que era mejor así.
El dolor le abrazo con fuerza y se dejó caer en la cama haciéndose un pequeño y tembloroso ovillo.
Escucho a la lejanía como la puerta de su habitación se abría y entre lágrimas noto una figura alta y fuerte.
—Sakura – un tacto dolorosamente familiar le acarició la cabeza. Se apresuró a parpadear las lágrimas y miro la suave y preocupada expresión de Sasuke.
Lanzando un chillido, se tiró sobre él, casi consiguiendo que perdiera el equilibrio. Ni siquiera le importo cuando prácticamente subió sobre su regazo aferrándose con fuerza a su cuerpo con los brazos y las piernas.
—Creí que me habías dejado, creí que te había soñado.
—Estoy aquí… no te dejare Sakura – él se sentó en la cama y le acaricio con dulzura la espalda y el cabello.
No fue consciente del tiempo transcurrido, solo percibió como sus miedos y la oscuridad lentamente la abandonaban. Se vio rodeada por la calidez y ternura con la que Sasuke la sostenía. Su fuerza y la manera dulce en que le acariciaba fueron los primeros indicios de realidad que percibió.
No era un sueño. Era real. Podía tocarlo y sentirlo.
—¿Sasuke?
—¿Estás bien? – él inclinó el rostro obligándola a soltarlo lentamente. Encontrarse con su mirada tuvo un efecto singular dentro de su pecho. Fue un golpe certero en su corazón.
—Si ¿Estás aquí?
—Si Sakura, estoy aquí.
—¿Me recuerdas?
—Si, te recuerdo – sus dedos suaves le limpiaron los ojos humedecidos.
—¿Cómo?... ¿Cómo me encontraste?
—Te dije que lo haría…
—Creí que… estarías mejor sin mi – susurro intentando esconder el rostro, Sasuke la obligó con suavidad a permanecer con la mirada fija en sus ojos.
—Lamento mucho haberte olvidado – susurro.
—Está bien – negando con la cabeza, Sakura inclinó el rostro y lo hundió en su cuello. Sus lágrimas le mojaron la piel – Está bien, era mejor así.
—No, no lo era.
—Está bien Sasuke, no necesitabas recordar esas pesadillas.
—Debí estar para ti como tú estuviste para mí – escucho como su voz parecía estrangulada por los sentimientos. Sakura se apresuró a negar con la cabeza.
—Solo quería que estuvieras bien.
—Lo estoy Sakura – aseguro con firmeza.
—Me alegro.
Estaba por quedarse dormida cuando escucho como Sasuke susurraba en su oído
—Volví para quedarme contigo. Nunca más estarás sola.
Y Sakura supo que las cosas estarían bien a partir de ese momento.
Después de todo, Sasuke siempre cumplía sus promesas.
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FIN
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NOTAS DEL CAPITULO:
No tienen ni idea de lo que me ha costado este capítulo.
Ahorrandome las excusas, les agradezco enormemente a todos los que han seguido, leído y esperado esta historia.
Es un género al que no estoy acostumbrada y me alegra su receptividad.
El primer problema fue cuando perdí el capítulo con diez páginas ya armadas. Eso me llevo al hiatus de esta historia y dos años después, apenas puedo creer que lo hubiera terminado.
¿Soy la única que sintió el miedo, la furia y el dolor que vivieron Sakura y Sasuke? Juro que llore mientras escribía varias escenas. La crudeza del escrito me hizo detenerme numerosas veces, también mi vida y trabajo, aún así, sabía que no podía pasar de este mes y aquí está.
Espero que la espera haya valido la pena. Hay varios puntos que quisiera resaltar.
En primer lugar, la trama era para cinco capítulos, al final hubieron bastante omisiones y saltamos el tiempo, pero me pareció definitivamente innecesario dar demasiados detalles y alargar la trama hasta convertirla en otra cosa. Ojalá lo hayan notado.
Por ejemplo, el hecho de que Sasuke la hubiera olvidado es consecuencia de los muchos golpes que recibió, asimismo los traumas y las pesadillas de Sakura son perfectamente justificadas. Aún así, intenté mantener intacto el lazo que pudimos notar que les unia desde un inicio. Talvez habría deseado profundizar en la manera en qué Sasuke recupero sus recuerdos, pero habría sido desde otra perspectiva y nuevamente, tendría que alargar la trama. Aunque creo haberlo dejado claro y se vuelve evidente que tardo poco más de un año en recordar lo sucedido.
Sakura se encierra en sí misma creando una realidad de tranquilidad y olvidando el accidente. Sin embargo hay días en los que los recuerdos vuelven y experimenta ataques de ansiedad como es el último.
Y finalmente, el desenlace. Decidí dejar un final abierto, pero creo que se vuelve evidente que terminan juntos. Sasuke volvió por ella y juntos aprenderán a superar sus traumas. No obstante, no sé si creen que necesitaremos algún otro tipo de cierre.
Me encantó que en esta historia en particular fuera Sasuke el salvavidas y quién rescataría a Sakura de la oscuridad, aunque al final ambos realmente se ayudan mutuamente pues a pesar de que no logré profundizarlo, Sasuke también se encuentra atrapado por sus demonios, aunque no lo exteriorice pues de los dos él es el más fuerte. Es una divinidad de hombre. El perfecto espécimen masculino.
Cómo dato adicional y yendome de un extremo a otro. No sé si captaron bien la escena dónde Sasori rasguña y toca la madera. Además de intentar potenciar sus miedos y hacer que Sasuke realice un paso en falso, cosa que aunque se negó siempre hizo, más que todo fue la búsqueda de otra entrada. Desde mi perspectiva sería que él buscaba alguna tabla hueca o mal colocada para entrar en silencio y bueno, no hay que recalcar que al final lo logro.
Así que, muchas gracias por llegar hasta aquí. Son los mejores.
De las historias Sasusaku fuera de Heridas del Alma ¿Cuál debería de ser la siguiente en sacar del hiatus? Espero que me lo comenten. Me ayudaría a decidirme.
A las mejores personas del fandom muchas gracias por comentar. Me encantaría responder sus comentarios, pero en este punto creo que no lo merezco considerando que no actualizaba desde el 2019. De cualquier manera y si en el caso de que alguien se anime a comentar, espero poder contestarles por PM
Y antes de terminar, acabo de publicar la historia en Wattpad, así que si les gusta esa plataforma, les amaría si me ayudan a crecer. Sería mi primera vez y pretendo agregar todas las historias conforme las vaya actualizando. Mi usuario es RosasRojas20 por si se animan. Los amo chicos.
Sin más me despido de ustedes habiendo terminado finalmente y sin merecerlo, una de mis amadas historias.
Muchas gracias por estar aquí. Les mando besos y abrazos con todo el amor del mundo. Nos leemos pronto.
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23/04/2021
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