Aclaraciones: Sin POV definido
Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial
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Disfruten la lectura
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Capítulo 5. Espera
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Tenía que avisarle a Tenten, pero no quería hacerlo por mensaje o por una llamada, por eso esperó hasta el sábado. Ella le entregó su regalo de cumpleaños, una camiseta de color azul oscuro que él agradeció antes de besarla, fue ella quien se incorporó lo suficiente en medio del beso para poner las rodillas a cada lado de sus piernas y de esta forma quedar prácticamente sentada en su regazo. Sus manos se pasearon por su espalda y por todo el exterior de sus piernas, disfrutando los suspiros. ¿Su madre tendría razón y lo mejor era alejarse de ella para siempre? No le gustaba ese panorama, la castaña le atraía demasiado para pensar que el estar separados por muchos kilómetros algunos meses iba a cambiar eso.
Así que le contó y vio su mirada triste, ella tampoco quería que dejaran de lado lo que tenían. Era apresurado pedirle prometer que lo esperaría o algo parecido, acababa de darle la noticia y ya con cabeza fría Tenten podría decidir que estar lejos era algo bueno o que continuaría su vida. Por eso se prometieron pensarlo y la siguiente vez que se vieran lo hablarían con calma. En el auto estuvo taciturna antes que se despidieran.
Sus habituales conversaciones en la noche no estuvieron pues ella contestaba con monosílabos y se sentía dolido, pero podía entenderla. Igual el miércoles le preguntó si quería que se vieran al día siguiente, iba a ser egoísta y verla una última vez. Ella sonrió al verlo y al subirse al auto lo saludó con alegría, estando tan habladora como era usual en el trayecto al campo de flores al que habían ido tiempo atrás. Charlaron sobre el caluroso verano, cómo las plantas lo resistían con dificultad y luego sobre el vuelo, ella nunca se había subido a un avión, o bueno, no que lo recordara porque la única vez había sido cuando era una bebé y sus padres habían inmigrado al país. Cuando la tarde avanzaba y el sol empezaba a descender la besó, tomándola de la cintura para tenerla encima.
- ¿Seguiremos hablando? ¿Me escribirás...? — le preguntó ella de repente con voz temblorosa cuando tuvo que separarse para respirar, su corazón estaba acelerado y no era solamente por el beso
- ¿Vas a esperarme? — Tenten asintió con la cabeza y él volvió a reclamar sus carnosos labios, dejando que sus manos pasearan libremente por su cuerpo.
Los giró para dejarla debajo suyo y pasó la lengua por su cuello al tiempo que una de sus manos iba bajo su blusa, acariciando su seno derecho. Iba a detenerse llegado el momento, pero también iba a disfrutar un poco el tiempo que les quedaba juntos, se iban a separar lo que significaba que no seguirían en el plan de ir despacio, directamente pararían al menos hasta que él volviera. Jamás habían vuelto a llegar tan lejos y definitivamente quería hacerlo con ella aunque sea una vez antes de irse, pero entendía que no iba a pasar ni pensaba pedírselo
- Kiba... — su nombre fue pronunciado entre suspiros mientras él se dedicaba a morder su cuello y seguía con el masaje. Iba a necesitar mucho más que una ducha fría cuando por fin llegara a su departamento — no quiero esperar hasta tu regreso para esto... — un escalofrío lo recorrió por completo ¿le estaba leyendo la mente? ¿había entendido bien?
- ¿Tenten? — se detuvo, necesitaba estar seguro de lo que había escuchado — ¿qué estás pidiendo? — ella estaba sonrojada por lo que hacían y se puso mucho más roja claramente apenada
- Dijiste que iríamos despacio... pero... — él posó uno de sus dedos en su mejilla y la escuchó suspirar de nuevo por el roce
- ¿Segura que quieres hacerlo? — ella asintió con la cabeza — no pasa nada si dices que no — aunque su cuerpo implorara por esa respuesta afirmativa
- Sí quiero — se estiró para ser ella quien lo besaba y se colgaba a su cuello, una forma de paso de dejar claro que estaba de acuerdo si decidía hacerlo ahí mismo
- Aquí no — sentenció con la poca fuerza de voluntad que tenía en ese momento
Tenten no tenía permiso para pasar esa noche fuera de casa y el sol ya se estaba ocultando, lo que no le daba mucho tiempo. Al día siguiente su padre tenía el día libre por lo que no podría salir, pero el sábado sí podía. Se despidió de ella con la promesa de verse el sábado temprano y la castaña le sonrió al bajarse del auto.
Su departamento estaba organizado, una vez a la semana iba uno de los sirvientes de la casa y limpiaba, igual no era mucho lo que tocaba hacer, el lugar era pequeño pues solo tenía una habitación, él vivía solo y no cocinaba mucho, razón por la cual la cocina no se desordenaba considerablemente. No iba a rentar el lugar durante su ausencia pues solo estaría por fuera ese semestre y regresaría para hacer el último allí, así que tener que empacar todo para luego volver a instalarlo era poco práctico. Igual una ventaja lo de tener su propio espacio, no tendría que preocuparse por donde llevarla.
Y es que precisamente por ese motivo no la había invitado antes, estar tan cerca de su cama con ella era demasiada tentación y por más que era un hombre paciente eso era más de lo que podía soportar. Pensó un poco viendo a su alrededor, no quería algo excesivamente cursi como decorar todo con pétalos de rosa e iba a ser de día, por lo cual encender velas no tendría sentido.
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Tenten estaba vestida con un vestido floral, se subió al auto y le sonrió con timidez. Al llegar al departamento se sentaron en el sofá, a pesar de haber dicho que sí, se veía algo temerosa por lo cual solamente estuvieron hablando de uno de sus tantos temas aleatorios antes que ella se recostara en su pecho y se quedaran abrazados en el mueble hablando por otro rato. Si llegaba a decir que se había arrepentido no pasaría nada, la llevaría de regreso y continuarían su relación como hasta el momento, ella había aceptado esperarlo y él iba a esperar que ella estuviera lista, sin prisa.
Fue la castaña quien empezó el beso y él lo fue profundizando de a pocos, aumentando el ritmo y jugando con la lengua de ella al punto que definitivamente la temperatura fue subiendo, no era solamente el inclemente verano. Se pusieron de pie y todavía besándose se dirigieron a la habitación, Tenten acostada en la cama y él encima dedicándose a acariciarla primero sobre el vestido y después al quitarle esa prenda pasando a deslizar su lengua por su cuello, clavícula y pausando en sus senos. Los había tocado un par de veces y visto por encima cuando usaba algún escote ligero, maravillado de tenerlos ahora sin nada en cuanto se deshizo del sostén.
Tenía un cuerpo increíble, aunque eso lo había entrevisto no solo por su ropa sino por las veces que ya la había tocado un poco, ahora lo que necesitaba era sentir un poco más su piel por lo cual se apartó solo un momento para hacer a un lado la camiseta y regresar a sus pechos. El primer gemido sonó cuando mordió suavemente la punta endurecida de su pezón izquierdo, al cambiar de lado y repetir la acción obtuvo otro, nunca había estado con una mujer sin experiencia y debía decir que había algo estimulante en saber que era el primero que despertaba esas reacciones. Le quitó el panty y se recostó a su lado a la vez que acariciaba su intimidad, ya estaba húmeda pero prefería que estuviera mucho más mojada para facilitar las cosas. Ella buscaba sus ojos por momentos, era fascinante ver que sus orbes normalmente chocolate se tornaban prácticamente negros a medida que los sonidos que emitía iban aumentando el volumen y la cercanía entre estos.
Había introducido primero un dedo ante lo que ella dio un ligero respingo y tras ver que se acostumbraba había metido un segundo, los metía y sacaba rítmicamente mientras Tenten parecía luchar por respirar y gemir al tiempo. Su cabeza se inclinó hacia atrás y un gemido más fuerte sonó, sonrió victorioso de saberse el dueño de su primer orgasmo y se levantó para buscar en su mesa de noche un preservativo y quitarse las prendas que le quedaban.
- Tenten — se había vuelto a acomodar encima de ella ya con el látex en su miembro — ¿estás segura de esto? — su cordura estaba presente en la dosis justa para saber que se apartaría si así lo pedía
- Completamente — la besó, separándole un poco más las piernas y haciendo que levantara una un poco, no había otra forma de hacerlo así que se hundió en ella en un solo movimiento de su cadera y dejó escapar un jadeo, era mil veces mejor de lo que había llegado a imaginar.
Aguardó pacientemente a que la castaña dejara de apretar los ojos, sonriendo en cuanto los abrió y ella le sonrió de vuelta así que probó su suerte saliéndose solo un poco antes de dar una embestida suave, en respuesta Tenten se mordió el labio y un gesto de placer surcó su mirada. Poco a poco fue aumentando la velocidad y fuerza de sus movimientos, la sintió alcanzar un nuevo clímax y se retiró solo por unos segundos para darle la vuelta y continuar ahora la búsqueda de su propia culminación.
Se derrumbó junto a ella tratando de recuperarse de su avasallador orgasmo y la sintió acurrucarse para quedar sobre su pecho, por lo que la abrazó de una vez. No iba a decir que de saber que iba a ser tan placentero debió haber tratado de convencerla antes o no hecho lo de ir despacio, precisamente parte de lo que había hecho tan memorable el encuentro fue toda la espera previa. Después de un rato se levantó para ir al baño y de paso deshacerse del condón usado, al volver la encontró cubierta con la manta y la vio sonrojarse por completo al verlo desnudo. Buscó en el suelo su bóxer antes de ir a la cocina y regresar con algo de tomar y de comer. Estuvieron un rato viendo televisión antes de volver a besarla y tener una segunda ronda.
El lunes su madre y su hermana habían ido a acompañarlo al aeropuerto, tan pronto pasó el área de migración y estuvo solo llamó a Tenten para hablar el tiempo que debía esperar hasta abordar su vuelo. Debía decir que había sido una pésima idea tener relaciones con ella antes de su viaje, porque ahora en lo único que podía pensar era en mandar todo a la mierda y quedarse, tener que esperar hasta la primera semana de diciembre que era su regreso le parecía una tortura completa.
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Su celular tenía pocas funcionalidades porque era un modelo básico, así que debía agradecer que una de esas fuera la posibilidad de poner el doble reloj y así saber siempre qué hora era en Londres al compararlo con la hora local. Por más que Kiba le había explicado que eran 8 horas de diferencia y que para él era más temprano, se le olvidaba y se enredaba haciendo cuentas, así que ese reloj era la solución. Lo revisaba y de acuerdo a eso podía tener respuesta o no, porque a la hora que ella se levantaba para ir a clase él apenas se iba a acostar a dormir, y cuando regresaba del colegio él se estaba alistando para asistir a la universidad. No estaba siendo tan difícil el seguir hablándose, aunque a veces también se dejaban mensajes mientras el otro dormía y se contestaban al despertar.
Por lo demás seguía enfocada en su estudio, sintiendo que las veces que iba a la casa de la Inuzuka y se cruzaba con Tsume que la mujer le sumaba al desprecio usual un toque de petulancia y probablemente burla. Obviamente Kiba no le había dicho que ellos seguían juntos y que su intento de separarlos lo único que había conseguido era unirlos más, mucho más.
Todavía se sonrojaba al recordar ese día en el departamento de él y se lamentaba de paso que estuviera lejos, porque le había gustado lo que habían hecho y no se arrepentía ni un poco de haberle pedido que dejaran de ir despacio. Lo único que ahora deseaba es que el tiempo pasara un poco más aprisa, tanto para graduarse como para poderlo volver a ver y bueno, siendo sincera estar con él, porque se veían los fines de semana por vídeo.
Los sábados esperaba hasta que sus padres se iban a trabajar y entonces se llamaban, siendo el día que podían hablar más tiempo pues él se dormía tarde y para ella el día apenas iba empezando. Al principio solo conversaban de su día a día, comparando el clima a la distancia mientras ella trataba de imaginar cómo sería estar en otro país en donde no conocía a nadie. Luego incluyeron el encender la cama, viéndolo a él recostado en la cama empezando a adormilarse con todo a su alrededor a oscuras mientras ella sentada en la sala con el sol reluciendo sonreía.
- Tenten cariño ¿me harías un favor?
- Dime — preguntó de una vez ¿qué necesitaría a la distancia?
- ¿Te quitarías la blusa? — los colores subieron a su rostro de una vez
- ¿L...la blusa?
- Sí, me gustaría verte así... ¿por favor? — asintió antes de dejar el teléfono en la mesa de centro por un momento y hacer lo que pedía, quedando solo en sostén antes de volver a tomar el celular — odio estar tan lejos
En eso estaban de acuerdo. Para el siguiente sábado no fue solo su blusa lo que se quitó, también la falda y así fueron aumentando, o disminuyendo, las prendas. Pasando después a intentar imitar la forma en que Kiba la había tocado ese día a la vez que lo oía jadear del otro lado de la línea en una clara señal de lo que él también hacía tras la pantalla. Alguna vez había leído al respecto y había encontrado vergonzoso imaginar un escenario así, estaba convencida que sería incapaz de hacer algo semejante con una pareja, ahora le resultaba excitante y le gustaba saber que él también recordaba con agrado lo que habían hecho.
- ¿Cuándo es que finaliza el colegio? Hana lo ha mencionado pero no lo recuerdo — estaban a mitad de noviembre, con todos los exámenes finales a la vuelta de la esquina
- El 30 de noviembre terminan las clases, la ceremonia de grado será el sábado de la siguiente semana pero no iremos
- ¿Por qué no?
- Papá no puede perder el día de trabajo en la fábrica, mamá y yo no nos sentiremos cómodas en medio de esa gente... así que decidimos no ir
- Tenten... es tu graduación
- No pasa nada, lo importante es el diploma
- ¿Estás segura cariño?
- Sí, tú vuelves ese día en la noche ¿verdad?
- No... conseguí cambiar el vuelo a uno directo y adelantarlo, vuelvo el 7 de diciembre
- ¿En serio?
- En serio, pero no se lo digas a mi madre
- Claro, voy llamarla justo tras colgar contigo — los dos se empezaron a reír
- Pensé que podríamos vernos ese día... antes que sepan que regresé... además si ya estoy en la ciudad voy a sorprender a mi hermana y puedo ir a su ceremonia
- Eso sería lindo
- Una pena que no vayas a estar... pero no me contestaste qué opinas de vernos ese viernes
- Me encantaría ¿quieres que te espere en el aeropuerto?
- Sí, solucionaré que alguien lleve mi auto — ella sonrió
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Las pocas semanas que faltaban para terminar sus clases pasaron muy rápido y el último día se despidió de Hana, era obvio que su amistad llegaba hasta ahí pues su progenitora no volvería a permitir su presencia en la propiedad. No tenía dinero para decir que iría a la universidad como todos sus compañeros, había estado pasando algunas solicitudes a fundaciones que ofrecían becas para la educación superior y hasta el momento no había obtenido respuesta de ninguna, pues todas tenían cierta cantidad de días hábiles para contestar y eran muchos, así que seguía en casa viendo lo de ser autodidacta con sus idiomas mientras esperaba los días para ir al aeropuerto.
El invierno estaba empezando y las temperaturas ya estaban descendiendo, así que buscó sus medias bucaneras grises que le quedaban a mitad de muslo y se puso una falda azul oscuro que quedaba casi rozándolas, su blusa era gris al igual que su abrigo que era ligeramente más largo que su falda y se puso sus botas. Le había dicho a su madre que saldría ese día aunque no fue específica en a dónde iría, igual no habría nadie en casa por lo que no hacía mucha diferencia avisar o no. Había revisado varias veces la hora en que el vuelo aterrizaría y salió temprano hacia el aeropuerto, preguntando a los de seguridad de la entrada en dónde llegaban los vuelos internacionales y estuvo sentada esperando. Un mensaje le avisó que él ya se había bajado del avión, tan pronto tuviera la maleta saldría.
Reconoció su despeinado cabello a la distancia y corrió hacia él, Kiba soltó la maleta para recibirla en brazos, quedándose los dos en ese abrazo que trataba de suplir todos los meses separados. Caminaron al parqueadero y él le abrió de una vez la puerta del copiloto, guardó todo su equipaje en el baúl y luego sí se sentó, siendo el momento en que se podían besar. No era solo anhelo lo que había en ese beso, era la necesidad de volver a estar juntos, así que sin esperar él arrancó para salir de la ciudad e ir a su departamento.
El tráfico estaba caótico, lo vio mover varias cosas en el teléfono en la búsqueda de alguna ruta alterna pero era imposible, la autopista de salida de la ciudad colapsaba por momentos mostrándose en color rojo. Lo escuchó chasquear la lengua, buscar un hotel no era una opción pues le pedirían identificación a ella, cosa que todavía no tenía. Él se encaminó hacia otra de las salidas, esa no daba a dónde quedaba el departamento, pasados unos minutos reconoció que iba hacia uno de los lugares a los que habían ido antes y que eran solitarios, no le importaba.
Tan pronto el vehículo se detuvo se soltó el cinturón de seguridad para estirarse hacia él de nuevo y buscar sus labios con desesperación, algo en lo que era correspondida por completo. Su abrigo quedó en el puesto del copiloto mientras que ellos se pasaron al asiento trasero, lo sentía frotarse contra ella y lo único que pasaba por su cabeza es que necesitaba sentirlo. Ni siquiera en su primera vez se había sentido tan deseosa por hacerlo, probablemente porque esa vez no tenía ni idea de lo que le esperaba exactamente, pero ahora sí lo sabía y a pesar de todavía sentirse inexperta en ese aspecto, buscó la forma de subirle un poco la camiseta y empezar a soltarle el pantalón.
Kiba exhaló pesado en su oído en el momento que la penetró, ella solo llevó su cabeza hacia atrás en un gemido. Había disfrutado ese día en el departamento, pero había algo mucho más placentero en ese preciso instante en que los dos trataban de mostrar cuanto se habían extrañado y necesitaban estar juntos.
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Att: Sally K
