Día 5: Primer encargo

Blake: Mmmm... Supongo que esa es la casa de Shara.

Después de la, ¿cansada?, charla con la peliplateada, el rubio salió de la tienda y se acercó a un peculiar establecimiento que estaba rodeado por una gran cantidad de flores hacia donde sea que mirara.

Blake: "Flores fantásticas, abierto de 9AM - 6PM" Creo que ya está abierto, debería estar bien si entro.

Una vez que cruzo la puerta, pudo sentir como de repente su nariz se veía inundada de una gran cantidad de olores fragantes provenientes de las flores que se veían por todo el lugar, había demasiadas, tantas que no conocía casi ninguna de ellas. Tenía toda su atención en ver todo el paisaje hasta que una voz familiar hizo que saliera de su trance.

Shara: Bienvenido. 🎵

Y con una energía desbordante, una conocida pelinaranja saludo al rubio desde detrás del mostrador de la tienda para después ir corriendo junto a él.

Shara: Ah, Blake. Me alegra que vinieras. 🎵

A pesar de que aún no se acostumbraba a su actitud tan alegre, sentía que su alegría era muy contagiosa. El rubio suspiro aliviado de no haberse equivocado de sitio y empezó a hablar con ella.

Blake: Esta es... Una impresionante floristería.

Shara: Jeje, Gracias. ¡Vendemos semillas de flores y semillas mágicas!

Blake: ¿Semillas mágicas?

Shara: Sí. Son...

Pero antes de que la pelinaranja procediera con su explicación, se escuchó una especie de estruendo que bajaba por las escaleras de la casa, y como un destello rosado llegaba justo en medio de ambos.

?: ¡RARR!

Blake: ¡Argh!

Y después de la repentina sorpresa, el rubio pudo ver que aquella extraña creatura que le había dado un mordisco era en realidad... Una pequeña niña. Por lo que pudo apreciar, ella era muy parecida a Shara, tenía un cabello naranja muy llamativo y unos ojos del mismo color que su cabellera, llevaba un lindo vestido de marinero color rosado, además de que parecía que trataba de intimidarlo.

?: ¡Mónica, para!, ¡Shara, haz algo!

Shara: ¡Mónica...!, ¡Te tengo!

Mónica: ¡Oye!, ¿qué estás haciendo?, ¡déjame ir!

El rubio solo pudo ver con impotencia como la peliranaranja se llevaba a la pequeña mordelona arrastrándola escaleras arriba contra su voluntad mientras salían quejidos de su boca.

Blake: Auch... "Eso fue más doloroso que los golpes de aquellos orcos..."

Ya que se froto las pequeñas marcas de dientes en su mano, se dio cuenta del anciano que estaba lejos de él, y que lo estaba viendo directamente. Su mirada lo ponía un poco nervioso he intento saludar para romper ese silencio incómodo.

Blake: Buenos días...

Pero fue inútil, el anciano seguía mirándolo y hacia todavía más incómoda la situación. El rubio pensó en intentar otra cosa hasta que se alegró de volver a escuchar una voz conocida.

Shara: Lo siento. Es mi hermana, a ella... No le agradan los extraños.

Blake: Jaja, ya veo...

El rubio solo pudo reír nerviosamente mientras una gota de sudor se formaba en su frente y se preguntaba si él había sido la única víctima de la pequeña mordelona.

Shara: Ten cuidado cuando hables con ella, tal vez ya te disté cuenta, pero... Ella muerde bastante fuerte.

Blake: Sí... Gracias por la advertencia...

Shara: Bueno, en cualquier caso... Déjame mostrarte, esta es una semilla mágica de las que te hablaba.

Lo que estaba en las manos de la pelinaranja era una especie de semilla extraña, era de color verde con un patrón de líneas rojas en ella, además de que su tamaño era casi el mismo que una manzana.

Shara: Son realmente increíbles. Solo debes lanzar la semilla al suelo, y crecerá al instante. Se convertirá en una planta mágica que te seguirá como una mascota y te ayudará de diferente manera.

Blake: ¿Una planta mascota?, suena bien.

El rubio no entendía realmente como de esa extraña semilla saldría una planta para que lo ayude, pero pensó que la magia tendría algo que ver en todo eso.

Shara: Jeje, ¿enserio lo crees?, entonces toma esto.

[Adquirido: Sem. Mágica espada]

Blake: "Una semilla... ¿Espada?"

Como de costumbre, esa voz sonó en su cabeza y trataba de entender como saldría una espada de esa rara semilla.

Blake: ¿Estás segura de darme esto?

Shara: ¡Claro!, tómalo como un regalo por ser la primera vez que vienes a la tienda... Esta es una de las semillas mágicas más comunes que se pueden encontrar, existen muchos tipos diferentes de ellas y algunas son más raras que otras... Pero si de verdad te interesan, ¡Gana mucho dinero y cómpralas todas!

Blake: De acuerdo...

El rubio no pensó mucho en la propaganda que estaba haciendo la pelinaranja sobre la tienda y solo esperaba probar que hacía exactamente aquella semilla que le acababan de regalar.

Shara: Ah, por cierto, ¿Ya te hablé del tablón?

Blake: ¿Tablón?, no, no sé lo que es.

Shara: Entonces déjame hablarte de él, salgamos, el tablón está enfrente de la tienda. Sígueme.

El rubio solo pudo seguir a la pelinaranja, no sin antes volver a darle un vistazo al anciano que lo seguía viendo, y preguntarse si había hecho algo que le molestara.

Shara: Este es el tablón.

Ya afuera, se podía ver un gran pedazo de madera junto a la tienda, tenía una forma rectangular y había varios carteles pegados en él.

Blake: ¿Para qué sirve?

Shara: Veras, cuando la gente del pueblo necesita ayuda con algo, suelen poner un encargo en él. Puedes elegir y aceptar uno si quieres ayudar a esa persona. También puedes ver que hay todo tipo de encargos, desde recolectar materiales, preparar algún platillo y luchar contra monstruos, además de que en muchos te darán una recompensa por tu trabajo. Así que si quieres cumplir algunos encargos deberías revisar el tablón a menudo.

Blake: "Mmm... Suena interesante, además de que me ayudaría a conocer a las demás personas del pueblo si las ayudo"

Shara: Y eso sería todo lo que necesitas saber por ahora. Si quieres saber más, deberías leer la información que hay a un lado del tablón.

Blake: Gracias, lo recordare.

Shara: Jeje, de hecho, ya tengo un encargo para ti, Blake. ¿Qué tal si lo aceptas para practicar un poco?

En ese momento, el rubio vio como la pelinaranja pegaba una hoja de papel en el tablón y le daba una señal de que fuera hacia él. Ya sintiendo lo que debería hacer, el rubio se acercó al anuncio y lo leyó a la vez que la voz en su cabeza volvía a hablar.

[¿Desea aceptar el encargo?]

El rubio se extrañó de que le preguntara eso, ya que no entendía que relación tenían los encargos con todas las cosas que estaba experimentando, y sin pensarlo demasiado, término asintiendo hacia la pregunta, haciendo que una nueva notificación llegara a su cabeza y se dio cuenta de que era la misma información que vio en el anuncio.

[Mi primer encargo...

Cliente: Shara.

¡Bienvenido!, Habla conmigo para tu primer encargo]

Ya sabiendo lo que seguía a continuación, se giró hacia la pelinaranja a esperar sus instrucciones.

Blake: ¿Qué tengo que hacer?

Shara: Bueno, ya que es tu primer encargo empezaremos con algo simple. Mmmm... Ya sé, ¿por qué no vas a todas las casas y te presentas?

Blake: ¿A todos?

Shara: Sí.

El rubio quería preguntarle si podía cambiar su encargo, pero la cara de anhelo de la pelinaranja hizo que suspirara dándose por vencido.

Blake: Está bien... Solo tengo que presentarme, ¿verdad?

Shara: Correcto. Eres nuevo en el pueblo, debes conocer a tus nuevos vecinos. ¡Oh!, y no te olvides de Daria, ella vive en la casa cerca del bosque priviera.

Blake: ¡De acuerdo!, ¡lo tengo!

Shara: Cuando hayas hablado con todos, vuelve a hablar conmigo.

[Mi primer encargo...

Cliente: Shara.

Preséntate con todas las personas del pueblo. Progreso: 6/?]

Blake: "Parece que la información cambio... ¿Pero por qué no me dice con cuantos me tengo que presentar exactamente?, eso sería de ayuda"

El rubio seguía analizando el encargo que acababa de recibir hasta vio como el peculiar anciano se acercaba a ellos.

?: Shara...

Shara: ¡Abuelo!, ¡oh sí!, él es...

?: No creo que me haya presentado debidamente.

Blake: Sí, mucho gusto, soy Blake.

Wells: Mmm... Mi nombre es Wells. Soy el alcalde de este pueblo. Shara ya me conto sobre tu situación, espero que estes satisfecho con tu nuevo hogar.

Se notaba el cansancio en su voz, por sus hombros caían unos mechones de pelo blanco y tenía una sonrisa sincera en su rostro mientras su espalda encorvada delataba el peso de los años sobre él.

Blake: Sí, es genial, muchas gracias por todo.

Wells: También disculpa por lo que hizo mi nieta hace unos momentos.

Blake: Jaja, no se preocupe, tratare de no asustarla si la vuelvo a ver.

Wells: Bueno, espero que cuides de tu nuevo hogar. El árbol en el que vives es especial. Ha estado protegiendo nuestra tierra durante siglos. Vigila el pueblo como un alto y silencioso centinela, debes asegurarte de cuidarlo bien.

Blake: Sí, lo cuidare mucho, nunca vi otro árbol como este.

Wells: Bien, bien, ahora me retirare, tengo que llevar algunas hierbas con Marjorie. Shara, cuida de la tienda, por favor.

Shara: No te preocupes abuelo, déjalo en mis manos.

Una vez que termino su presentación, el anciano se alejó a paso lento de la tienda mientras veía una vez más al rubio.

Blake: Parece que es muy amable.

Shara: Por supuesto, mi abuelo es el mejor del mundo... Bueno, Blake, yo seguiré trabajando, espero que les des una buena impresión a todos.

Blake: Yo también lo espero, hasta luego, Shar...

Pero antes de despedirse, recordó algo que quería preguntarle.

Blake: Por cierto, Shara, ¿puedes decirme donde trabaja Gaius?

Shara: ¿Gaius?

Blake: Sí, quería agradecerle de nuevo por lo de antes, además de que olvide devolverle su espada.

Shara: Entiendo, no tienes que ir muy lejos, la armería se encuentra a la derecha de la tienda, podrás ver el cartel con una espada si solo caminas un poco.

Blake: Gracias, ya no te molestare más, nos vemos después.

Shara: Hasta luego.

Entonces el rubio se alejó para ir a su próximo destino.

Shara: Jeje, se va a llevar una sorpresa.

...

Blake: Esa es una enorme espada.

Como le había dicho la pelinaranja, llego enfrente de una tienda con una enorme espada en su letrero.

Blake: "Herrería, abierto de 9AM - 6PM"

Sin detenerse, abrió la puerta e ingreso al lugar. Podía sentir que la temperatura aumento de repente, el olor a metal estaba muy presente y hacia donde mirara podía ver muchas armas y accesorios variados.

Blake: ¡Wow!, ¡hay muchas armas!

?: Bienvenido...

Una voz lo sorprendió repentinamente y comenzó a buscarla hasta que pudo ver de quien se trataba. Una conocida pelirroja se encontraba acomodando unas espadas mientras veía como el rubio no dejaba de ver todas las cosas del lugar, y le dio la bienvenida.

Blake: ¿Raven?, ¿qué haces aquí?

Raven: Trabajo aquí...

El rubio se sorprendió de encontrarla ahí y comenzó a verla detenidamente, además de que se sintió tonto por preguntar algo que se veía que era obvio, por lo que intento cambiar el tema para evitar su vergüenza.

Blake: ¿Todas estas armas fueron hechas aquí?

Raven: Más menos...

Blake: Increíble... ¿Tú también las fábricas?

El rubio solo quería que la conversación no fuera incomoda, pero ese último comentario pareció sobresaltar a la calmada pelirroja.

Raven: Yo...

Blake: Lo siento, ¿dije algo malo?

Raven: ¿Quieres comprar algo?

Blake: ¿Eh?

Raven: Esto es una armería, no un lugar para charlar. Si no vas a comprar algo, vete.

El rubio no sabía que decir, la charla de repente se convirtió en una mala situación, sabía que ella no era mucho de charlar, pero sintió que había dicho algo que la molesto para que se pusiera así, e intento disculparse.

Blake: Ah... Lo siento, yo...

Pero antes de que siguiera, un gran sonido de golpes hizo que cambiara su atención.

¡Clank! ¡Clank!

?: ¡Listo!, ¡ya está terminada!

Entonces vio que del lugar que provenía esa voz, aparecía un pelinegro cubierto de sudor y con un gran marrillo en sus manos.

Gaius: Ah, ¿no hay nada que quieras comprar?

Blake: Umm...

No sabía que responder, el solo venia saludar, además de que no le quedaban muchas monedas.

Gaius: No te preocupes, en realidad, no me importa. Soy más feliz cuando estoy trabajando, golpear con el martillo, el calor de la forja... Deberías probarlo alguna vez, claro que si quieres comprar algo solo debes hablar con Raven.

Blake: Pero...

Raven: ¿Qué...?

Blake: Ah, no, nada...

El rubio no quería decir que se sentía incomodo verla después de lo que había pasado anteriormente, pero se alegró de que el pelinegro llegara en ese momento.

Gaius: ¿Y bien?, ¿qué te trae por aquí?

Blake: Solo venía a saludar, jaja... También quería devolverte la espada que me prestaste para luchar contra los orcos.

Gaius: Ah, eso, no tienes porqué, puedes quedártela.

Blake: ¿Enserio?, muchas gracias.

Gaius: Por cierto...

Blake: ¿Sí?

Gaius: ¿Cuál era tu nombre?

El rubio no sabía que pensar, se habían presentado hace unas pocas horas y el pelinegro ya había olvidado su nombre, pensó que solo estaba bromeando, pero en su cara no se veía nada de eso.

Blake: Blake, mi nombre es Blake...

Gaius: Ah, sí, es cierto. Soy Gaius. Creo que lo mencione antes, pero soy el dueño de la armería. Aunque solo hago armas, y dejo que Raven me ayude a venderlas.

El rubio solo rio nerviosamente por su comentario, volteo hacia la pelirroja buscando confirmación y vio como asentía con la cabeza.

Gaius: ¡Bueno, solo pégame un grito si necesitas un arma!

Blake: ¡Lo hare!, estoy seguro de que eres un herrero increíble.

Gaius: No diría eso, solo hago armas porque me gusta. No tengo ninguna ambición de ser un maestro herrero o algo así. Ahora, debería seguir golpeando el hierro, esas armas no se harán solas, nos vemos, Blake.

Blake: Adiós, yo seguiré viendo un poco más.

Y de nuevo se produjo el típico silencio entre el nervioso rubio y la calmada pelirroja. Ya sin saber qué hacer, decidió seguir con su anterior disculpa y arreglar el malentendido de antes.

Blake: Raven, lo siento... Creo que antes dije algo que te molesto, si lo prefieres me iré ahora mismo.

El rubio estaba por irse, pero ocurrió algo que nunca se hubiera imaginado.

Raven: Espera...

Blake: ¿Eh?

Ese llamado hizo que volviera en sus pasos y quedara frente a la pelirroja nuevamente esperando lo que tenía que decir.

Blake: ¿Sucede algo?

Raven: Lo siento...

Blake: ¿Por qué te disculpas?, yo debería ser el que se disculpe.

Raven: No, yo tuve la culpa, es solo que...

Blake: No, estoy seguro de que fue mi culpa.

Raven: Yo... Lo siento...

La situación era bastante incomoda, la charla parecía que se convertiría en un bucle infinito de disculpas y el rubio no sabía cuándo pararía todo eso.

Blake: Está bien, está bien, la culpa fue de ambos, dejémoslo así, ¿de acuerdo?, ya que ambos nos hemos disculpado creo el asunto está resuelto.

Raven: Me parece bien...

Blake: Por cierto, Raven, debería agradecerte.

Raven: ¿Agradecerme?

Blake: Sí, gracias por el zumo de antes, me lleno completamente de energía, estaba delicioso.

Raven: De nada...

A pesar de que la charla había ido mejor esta vez, el silencio entre ambos volvió a surgir y el rubio no sabía que más decir hasta que recordó lo que le había dicho la pelinaranja anteriormente. Se puso de espaldas hacia la pelirroja y sacó algo de su inventario.

Blake: Raven... Yo...

Cuando se dio cuenta de lo que intentaba hacer, se puso muy nervioso, le estaba dando un regalo a una chica, no recordaba haberlo hecho nunca, por obvias razones, por lo que no sabía que decir en ese momento mientras comenzaba a temblar un poco y su mirada se encontraba con la pelirroja.

Raven: ¿Qué sucede?

Blake: Bueno... Y-Yo quería darte esto.

Lo que le había entregado era una de las toyherb que obtuvo del campo, recordó que la pelinaranja le había dicho que eran un buen regalo y que la pelirroja tenía un especial gusto por ellas.

Raven: ¿Por qué me regalas esto?

Blake: Bueno... Quería agradecerte por lo de antes, además de que eres de las primeras personas que conozco en el pueblo, por lo que quisiera que fuéramos amigos y habláramos más seguido... Escuche de Shara, que te gustan las toyherb, por lo que pensé que sería un buen regalo.

El rubio solo podía avergonzarse por lo que estaba diciendo y veía como la pelirroja miraba la flor en silencio hasta que hablo.

Raven: El olor del toyherb es relajante, me gusta... Gracias...

Tal vez lo imagino, pero en ese momento, el rubio creyó ver que una pequeña sonrisa se formaba en la cara de la pelirroja mientras acercaba la flor hacia ella, y solo pudo pensar algo en ese instante.

Blake: "Linda"

Se quedaron viendo unos momentos hasta que el rubio aparto la vista evitando que se viera el pequeño sonrojo que tenía en su rostro. Se calmó un poco y entonces volvió a hablarle.

Blake: Me alegro que te guste.

Raven: Sí...

Blake: Bueno, creo que debería irme, no quiero molestarte mientras trabajas, adiós, Raven.

Raven: Adiós...

El rubio se despidió una última vez y salió por la puerta pensando en la pelirroja y en donde debería ir a continuación mientras que esta seguía viendo la pequeña flor en sus manos y tenía una mirada algo nostálgica en su rostro.

Raven: Amigos...

...

Blake: "Creo que no salió mal después de todo, parece que de verdad le gusto el regalo... Aunque aún no sé cómo manejar ese silencio que se genera entre ambos... Debería intentar hablar un poco más con ella en otra ocas..."

¡Boom!

Pero antes terminar sus pensamientos, el rubio fue envestido y arrojado al suelo pesadamente, sintió como si un camión lo hubiera atropellado, aunque en realidad no sabía lo que era un camión, abrió los ojos lentamente y solo pudo ver como una chica estaba encima de él.

?: ¡Auch!, ¡oye, ¿qué no ves donde te paras?, hay gente que va corriendo a todos lados!, ¡quiero una disculpa ahora mismo!

Al rubio solo se sentía extraño con lo que acababa de decir.

Blake: "¿Qué yo debo disculparme?, pero si tú fuiste quien choco conmigo"

Eso quería decirle, pero por alguna razón sintió que ella era de alguna forma "peligrosa"

Blake: Lamento estar parado en el camino...

?: ¿Ves?, no era tan difícil ¿verdad?, jaja, te perdono, pero no lo vuelvas a hacer.

Después de la disculpa, pudo observar detenidamente la figura de su agresor. Era una chica... Extraña, su piel estaba ligeramente bronceada, tenía un cabello verde, además de unos ojos azules como el mar, llevaba una camiseta sin mangas que hacían visible todavía más su piel y en sus manos estaba lo que parecía ser una caña de pescar.

?: ¡Oye!, ¡¿te gusta pescar?!

Esa pregunta salió de la nada e hizo que el rubio que estaba a punto de seguir su camino volteara su atención de nuevo a su agresora.

Blake: ¿Pescar?

?: ¡Sí, pescar!

Blake: Uh... Nunca lo he hecho, pero supongo que sería interesante.

?: ¡¿Enserio?, ¡eso es genial!... Yo nunca me canso de ello, la sensación de la caña en tus manos, la fuerza con la que tiran los peces de ella, ¡y el momento en el que pican y salen del agua!

Blake:...

?: Oh, perdona, jaja. ¡Tiendo a dejarme llevar cuando se trata de la pesca!

Blake: Debe gustarte mucho.

Carmen: ¡Jeje, sí!, ¡es un poco embarazoso a veces!... Mi nombre es Carmen, ¿cuál es el tuyo?

Blake: Soy Blake, mucho gusto.

Carmen: ¿Blake?, ¡Encantada!, jaja. Normalmente estoy cerca del lago, puedes venir cuando quieras, te enseñare un par de cosas muy útiles sobre la pesca.

Blake: Gracias, si consigo una caña, iré a buscarte.

Carmen: ¡Así se habla!, te estaré esperando, ahora mismo tengo que correr, nos vemos después.

Y antes de que pudiera despedirse, lo único que quedo de la excéntrica pescadora, fue una nube de polvo con una imagen residual en su camino.

Blake: Aahhh… parece que hoy será un largo día.

[Progreso guardado]