Nota:
Bien, este capítulo lo había escrito cuando traté de ver la película en live action de Shingeki.
No salió bien. :)
Y, al menos para mí, el personaje de Shikishima estaba completamente fuera de lugar... No me juzguen, simplemente no pude evitar hacer un fic en el que imagino las graciosísimas reacciones de los personajes originales a este personaje tan poco querido.
Todos, absolutamente todos, odiaban a ese tipo.
¡No había nadie que se salvara! Simplemente no podría evitar caer en el mismo agujero que el resto al toparse con él. Sus mentes no lograban asimilar qué era lo que hacía alguien como ese sujeto en el mismo universo que ellos; era completamente fuera de lugar, como si alguien cometido una pieza del rompecabezas y la reemplazara con macarrones mal hechos. No, sencillamente no existía explicación.
Esto era lo que todos pensaban acerca de Shikishima.
Lo más humillante de la situación seguramente era que el susodicho no se daba cuenta de las miradas recelosas que todos le echaban siempre que iba a encontrarse con alguno de ellos.
Sucedía que la preparatoria Eldia era un pequeño establecimiento, en un pequeño barrio. Los que allí asistían se conocían entre todos desde años y, cuando este forastero llegó a tratar de unirse, simplemente no podía aceptarlo. Cabe decir, no por ser mala gente, sino porque su genio era imposible de aguantar. Era una especie extraña de filántropo, genio sobrevalorado, canalla, bastardo arrogante y galán sin gloria. Lo único que algunas mujeres le perdonaban era que era algo apuesto y de lejos podía llegar a ser una buena vista.
Pero, bien, era regla general no acercarse a hablarle si uno quería mantener su humor estable.
Como ahora:
Levi Ackerman salía con tranquilidad de la tienda de productos de limpieza. Había conseguido nuevos blanqueadores y limpiadores de grasa, por lo que estaba relativamente feliz. Al llegar a casa se dedicaría a asear todo su apartamento y luego prepararía un inventario de los elementos nuevos que llevaría al día siguiente a la escuela para conseguir pasar el trapeador por los pisos de esa preparatoria sin que los niños revoltosos lo arruinasen. Ser conserje no era siempre de color de rosa.
Estaba tan concentrado en eso que probablemente no vio la figura que yacía unos metros enfrente. Cuando lo hizo, fue demasiado tarde.
⎯ ¡Levi Ackerman! Nuestro buen conserje…
Se encontró con el nuevo hombre que recientemente era queja de todos los chicos que formaban el irritante grupito de Eren Jaeger y sus amigos. Más de una vez Levi se preguntó cuál era el drama con este tipo, ya que solo habló con él una o dos palabras.
⎯ Señor Shikishima… ⎯ El de baja estatura asintió en dirección del otro. Hizo ademán de seguir su camino, pero este lo detuvo.
⎯ Sólo Shikishima, usted sabe, mi nombre con un "señor" puede resultar atemorizante para algunos. ⎯ Shikishima se inclinó un poco hacia Levi con un aire confidente. ⎯ Y para otros, diferentes reacciones…
El Ackerman decidió que no quería saber qué rayos significó lo último, por lo que solo volvió a asentir lentamente con la cabeza. Él de verdad creía que este sería un buen día…
⎯ ¿Y qué haces por aquí, Levi? Buscando algo que limpiar, supongo.
Él le mostró las bolsas que traía. ⎯ Necesitaba nuevos productos.
Por un momento, Shikishima le miró atentamente; luego, como quien no quiere la cosa, le dijo. ⎯ Sí… ¿pensaste revisar alguna vez este problema tuyo?
⎯ No, ¿y tú?
Oh no.
Levi no pudo soportarlo, simplemente no pudo. Cuando menos lo supo su lengua había actuado por sí sola para expresar su desagrado. Lo peor: no se arrepentía ni una pisca de ello.
Afortunadamente, Shikishima pareció pasarlo por alto.
⎯ Como sea, no te quito más tiempo… ⎯ Le palmeó el hombro como si fueran amigos de toda la vida. ⎯ Salúdame a tu prima, ¿quieres?
¿Mi prima? ¿Qué diablos le pasa a este sujeto?
Levi quedó sin palabras por un momento, solo un segundo; mas luego de dos segundos, volvió en sí. Y no tenía cosas bonitas que decir.
Cuando Eren y Armin ido un día a su oficina a escondidas y le he dicho que los ayudase con un problema denominado "el idiota de Shikishima" había creído que fue por la broma que este les había gastado a ambos mientras entrenaban béisbol en el parque . Sin embargo, ahora entendía la desesperación que vio en sus ojos y por qué le dijeron que los Jaeger no tendrían descendencia si no colaboraba.
Sin pensarlo mucho, su rostro adquirió de a poco un aire oscuro.
⎯ ¿Por qué lo haría?
El hombre molesto le dio una respuesta molesta. ⎯ Bueno, no quiero hablar de estas cosas en público, pero… tú me entiendes, ¿no? Ella es… puro fuego.
Levi sintió la irritabilidad subiéndose por sus venas. Alguien tenía que matar a este sujeto, pronto, o lo haría él aquí mismo y con los productos de limpieza borraría la sangre. Estuvo a punto de hacerlo, pero en lugar de eso, recordó a Erwin quien le decía que no todo se resolvía con violencia.
" En tu caso, Levi, un par de buenas palabras son suficientes para hacerlos correr."
⎯ ¿Dices que estás interesado en Mikasa Ackerman?
⎯ Más bien, ella en mí. Pero, ¿qué puedo hacer más que complacerla?
⎯ No lo sé. Estoy seguro de que lo único que escuché de ti son quejas.
⎯ Quizás escuchaste mal.
⎯ Quizás tú lo hiciste. ⎯ Levi se acercó al hombre con sus ojos sombríos y atemorizantes. ⎯ ¿Sabes? Ella podría ser tu hija. No me jodas.
Eso fue suficiente. Con pesar por no poder propinarle un buen golpe en la cara, el hombrecillo tuvo que continuar su camino hasta su apartamento. Donde se encerraría y luego llamaría a Petra para decirle que le fabricara una buena taza de té, el más relajante que existiese.
(…)
⎯ Esto ya es demasiado.
⎯ Creí que fue demasiado la semana pasada.
⎯ Lo fue, y también la semana pasada a esa.
Un chico de pelo castaño y su compañero rubio caminaban en dirección a su preparatoria, como era usual, conversando con brío y saltando las baldosas de vez en cuando. Solo que esa vez se veía como si sus auras sombrías y asesinas se elevaran a un kilómetro a la redonda…
La razón de esto estaba a diez metros por delante, donde Mikasa Ackerman caminaba acompañada del hombre llamado Shikishima.
Eren había estado con el entrecejo fruncido básicamente desde que salieron de casa y aquel sujeto dijo que acompañaría a la chica en el lugar de ellos, mientras Armin sintió que estaba a punto de traer de vuelta su desayuno.
⎯ Muy bien, Armin. Esto se acabó, voy a hacer algo…
Su amigo le miró repentinamente con desesperación. ⎯ ¡Ahora dices eso, Eren! Debimos haber hecho algo hace tiempo y nada se me ocurrió… ⎯ El muchacho paseó su mirada con preocupación por la escena enfrente de ellos. ⎯ Creo que entraré en pánico si lo logra con Mikasa…
Jaeger le interrumpió al notar que Arlert pronto colapsaría. ⎯ No lo logrará, Armin… No si podemos impedirlo.
Por un segundo, su amigo le miró con algo de esperanza en sus ojos. A su mente le vino el hecho de que así eran las cosas entre ellos; justo cuando Armin perdía la esperanza o Mikasa se quedaba sin fuerzas, era Eren quien, en su tozudez, no los dejaba rendirse y de alguna forma los impulsaba a seguir adelante. Él era un chico que podía inspirar a las personas y entendía por qué personas como el profesor Erwin o el conserje Levi solían depositar su fe en él. El joven Arlert se dijo que esta vez apoyaría con todo lo que pudiera a su amigo, para conseguir la victoria.
⎯ ¿Y bien? ⎯ Le dijo. ⎯ ¿Cómo hacemos eso?
Eren se volvió a verle con sus ojos verdes profundos y brillantes.
⎯ Mira bien.
Y el insensato echó a correr hacia Shikishima, quizás con la intención de iniciar una pelea…
Oh, rayos.
Armin sintió que debía desechar sus pensamientos anteriores. Olvidó que su compañero podía ser un tonto impulsivo. Habló más para sí mismo que para cualquier otro cuando pudo murmurar: "¿Debería llamar a la policía?"
⎯ ¡Oye, Shikishima, déjala en paz!
Eren llegó hasta ambos y consiguió que se separaran. Mikasa decidió rápidamente tomar lugar detrás de su amigo de toda la vida. El hombre miró al entrometido desde su altura como si fuera una pequeña mosca.
Se acercó un poco a Jaeger, quien se había adelantado a su vez. ⎯ ¿O sino qué?
La visión daba algo de miedo: un hombre enfrente de un muchacho de preparatoria, ambos con miradas feroces; uno de ellos con un brillo de diversión retorcida y el otro con furia que le calaba las venas.
⎯ Dije… ⎯ Eren habló con los dientes apretados. ⎯ Que la dejes en paz.
Shikishima sonrió con ironía. ⎯ ¿Y le has preguntado a ella si quiere dejarme en paz?
El castaño se mordió la lengua. Bien era cierto que no había tenido la oportunidad de hablar apropiadamente con Mikasa del asunto… Pero, al ver sus ojos negros apagados y la mirada perdida como si se sintiera esclava de una situación que no se merecía, no le gustaba, le dolía… Porque lo que menos quería era que ella actuara como si no tuviera una vida propia.
Su sueño era verla tan libre como los pájaros que surcaban el cielo. Eso quería hacer entender.
⎯ Mikasa es libre de decidir estar con quien sea.
El mayor casi dio una risa. ⎯ Ah, ¿y crees que volverá contigo?
Él guardó silencio. Shikishima se acercó al chico con un tono que parecía volverse bastante amenazador. ⎯ No me hagas reír, niño… No tienes ni siquiera la fuerza para defenderla, ¿o sí? ⎯ Cuando menos lo esperó, un puño fue a parar en el estómago de Eren. ⎯ Ella se merece un hombre, no alguien… como tú. ⎯ Y otro más.
No se pudo escuchar los gritos de la pelinegra cuando Jaeger no pudo sostenerse y cayó al suelo de rodillas. Shikishima permanecía enfrente de él como un juez. Lo tomó de las solapas de su chaqueta y le dijo sus últimas frases:
⎯ Deja de creer que puedes controlarlo todo, Jaeger, porque solo darás lástima. Pronto ninguno de tus amigos se atreverá siquiera a ayudarte por la vergüenza que das…
⎯ En eso te equivocas.
Shikishima, en un veloz momento, se hizo a un lado al recibir una patada que lo derribó hacia un costado de la acera. Mikasa se acomodó el zapato y se dirigió hacia su amigo.
Le miró con congoja. ⎯ Eren ...
Pero él solo alcanzó a balbucear un sorprendido. ⎯ ¿Dónde aprendiste a hacer eso?
Ella se lo dijo como si fuera una verdad más del mundo. ⎯ El señor Levi me enseñó.
Antes de que el otro pudiera articular nada, se escuchó la voz de Armin, quien llegaba corriendo hasta ellos seguido de unos cuantos amigos más.
⎯ ¿Qué rayos pasó aquí?
⎯ ¡Eren, tú lo dejaste inconsciente! Esto es genial…
⎯ Amigos… Díganme que nada malo pasó.
En un segundo se vieron rodeados de Jean, Connie, Sasha y su amigo de la infancia quienes se aseguraron de cargar a Eren y comenzar a andar directo a la enfermería de la preparatoria. Eso les brindó una relativa paz a todos, hasta que recordaron que dejaron a Shikishima tirado en medio de la calle.
⎯ Oigan… ⎯ Armin fue el primero en hablar. ⎯ ¿No deberíamos llevarlo también a él?
Eren y Mikasa se miraron por un segundo y contestaron al mismo tiempo:
⎯ Alguien lo recogerá más tarde.
Y así, las figuras del grupo fueron disipándose en el sol de la tarde y la tranquilidad del barrio…
Lo que no supieron, o quizás simplemente ignoraron, fueron los gritos de auxilio de Shikishima al ser hallado por la doctora Hanji, quien habiéndolo examinado por un segundo le pidió en su peculiar forma típica de sí misma que le acompañara para hacer unos experimentos.
