Hola nevamente!

Vuelvo con un nuevo capitulo, espero les guste!


Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko-sensei.


Advertencias: Ninguna.


Hokkaido


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Había llegado a Hokkaido hace un poco más de 7 meses. Le había costado mas convencer a su madre de dejarlo marchar que al maestro del lugar de dejarlo pertenecer al templo como su discípulo. Su madre se aferro a él llorando sin decir nada, solo lo abrazo durante horas hasta que al fin decidió soltarlo y le entrego dinero para el viaje. El tío Soun le pidió que buscara la paz que necesitaba para poder seguir adelante y le recordó que ahí siempre tendría una familia. Su padre le reprocho por no sentirse necesitado, pero le deseo que encontrara su felicidad para que volviera a ser ese hijo insolente que siempre había sido.

El maestro Fu, era un anciano Chino de casi 100 años pero que aun lograba mantener su cuerpo firme y fuerte, al igual que su espirito. Convencerlo a él fue sencillo, Ranma iba preparado para cualquier tipo de prueba pero al maestro Fu solo le había bastado con mirarlo para decirle que ahí encontraría la paz que tanto ansiaba.

Sería inútil ocultar que los primeros meses fueron un infierno, era tanto el silencio del templo que lo único que escuchaba eran sus propios pensamientos que le pedían a gritos ir con Akane. Además, las pesadillas lo seguían atormentando; el recuerdo de Akane ensangrentada aun seguía vivo en su cabeza y aparecía cada vez que cerraba sus ojos. También soñaba con aquella sombra, sus relucientes ojos amarillos aun lo hacían temblar, lo soñaba rodeando el cuerpo muerto de Akane como si tratara de consumirlo mientras soltaba pequeños chillidos agónicos y su cuerpo –o lo que sea que tuviera- burbujeaba soltando un hedor que le provocaba nauseas, él intentaba recuperar el cuerpo de Akane pero cada vez que intentaba acercarse aquella criatura chillaba más fuerte que terminaba deteniéndose y cayendo al suelo por el dolor y el sangrado en sus oídos, la pesadilla terminaba cuando el cuerpo de Akane era solamente un carbón negro y aquella criatura se marchaba. Siempre se pregunto porque no lo ataco a él, incluso había llegado a pensar que no lo busca a él y que en verdad buscaba a su prometida ¿Pero porque? ¿Por qué alguien querría lastimar a Akane hasta provocarle la muerte? Ranma se decía que si en verdad fuera él el objetivo, aquella criatura no hubiera descansado hasta matarlo, y si lo que quería era dañarlo aun mas hubiera ido tras su familia, pero no, esa criatura simplemente desapareció. Había momentos en que se preguntaba si en verdad podría vengar la muerte de Akane, si en verdad era lo suficientemente fuerte para derrotar a aquella criatura si es que la volvía a encontrar, pero cuando recordaba los horrendos chillidos agudos de sus pesadillas se respondía que no, él no podría hacerlo.

En el templo, se había dedicado a mejorar un poco su salud, si bien no podía dormir bien, trataba de no saltarse comidas y entrenar la suficiente para que en la noche caer en la cama sin posibilidades de soñar algo. También acompañaba a los demás sacerdotes a repartir alimentos en los pueblos cercanos donde la mayoría de los habitantes eran persona mayores. Los días en Hokkaido eran sumamente fríos –y las noches eran peor- así que le gustaba mantener la casa caliente para los sacerdotes ancianos que se dedicaban todo el día en ayudar a los alrededores. Era su manera de agradecer que le permitieran estar ahí. También ayudaba cargando cosas, en la cosecha de alimentos y en la plantación de los mismos. El maestro Fu siempre le decía, mientras más conectado con la tierra y la naturaleza mas se va limpiando el espíritu de los malos sentimientos, que era una manera sencilla de entrar en paz consigo mismo. Debía reconocer que desde que estaba ahí su enojo había ido menguando –al menos en el día a día- ya no se enojaba por todo, salvo cuando tocaban el tema directamente. Con el paso de los meses fue durmiendo mejor y su peso había vuelto a la normalidad, sus músculos volvían a estar fuertes y firmes y era capaz de realizar katas concentrándose perfectamente. No había hecho amigos, ya que en su mayoría eran personas mayores y los demás solo iban a allí para poder estar solos consigo mismos, limpiando sus males.

Con el tiempo, había dejado de ver a Akane.

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Ahora estaba cortando un poco de madera, la mayoría de las personas que trabajaban en el templo eran ancianos que se dedicaban a ayudar en aldeas y pueblos pequeños así que Ranma se aseguraba que no hicieran mucho esfuerzo físico. Al principio pensó que tendría algún tipo de entrenamiento físico, pero el lugar funcionaba mas como un lugar social donde alimentaban a quienes lo necesitaban y daban clases gratis a los niños de los lugares cercanos. Los días comenzaban temprano, cerca de las 5 de la mañana y se dedicaban a meditar en el patio por un par de horas, soportando el frio, el hambre y el sueño. El maestro le decía cada mañana, el cuerpo no se hace fuerte solo dando patadas, debes saber controlar tu cuerpo con tu propia mente. Nunca le había gustado meditar, era un muchacho inquieto y prefería estar moviéndose que estar sentado tanto tiempo pero con los días había aprendido a apreciar ese par de horas en silencio para poder pensar y aclarar bien sus sentimientos. Obviamente seguía entrenando su cuerpo de forma física, por las noches entrenaba con un joven Koreano que había perdido la vista en una guerra y que a pesar de su ceguera era un luchador formidable.

- Hoy te vez más animado, joven Ranma. – Lo saco de sus pensamientos el maestro Fu mientras lo miraba sonriente, su postura era encorvada y caminaba con ambas manos en la espalda. – Tormenta poco a poco irse de tus ojos pero tu corazón sigue nublado. ¿Aun deseas la venganza?

- No quiero dejar la muerte de Akane así. – Le respondió mientras acomodaba la leña en una carretilla.

- Tu novia estará muerta con o sin venganza. Su estado no cambiara. – Le dijo el maestro negando con la cabeza. – Pero la venganza si puede cambiar tu espíritu y no para el buen sentido. Eso deber evitar.

- Ya cambie cuando Akane murió. – Dijo apretando los dientes y tratando de controlar el tono de voz. El maestro siempre se encargaba de hacerlo desistir de vengar a Akane y luego ir con ella.

- Y por eso piensas que tu destino es ir con ella, manchado con la venganza. – Dijo el maestro mientras caminaba al lado de Ranma. – Dime muchacho, ¿Creer que ella vengarse si tu morir?

- No. – Contesto Ranma incomodo por la pregunta. – Ella era la persona más noble que he conocido.

- Si ella ser noble ¿Por qué tú no serlo? – Volvió a preguntar. – Se el hombre que ella querría que fueras, un hombre al cual ella amar sin culpa ni arrepentimiento. – Le dijo y se marcho dentro de la casa, dejando a Ranma pensativo.

- Un hombre al cual Akane pueda amar. – Susurro Ranma dejando la carretilla a un lado del caldero para poder seguir avivando la llama.

Siempre había pensado que él no merecía el amor de Akane, que ella merecía alguien noble que fuera capaz de amarla como merecía. Un hombre tierno, que supiera sacar ese lado dulce que poseía su prometida, un hombre inteligente que pudiera debatir con ella sobre la escuela, que sacara buenas calificaciones y que sobresalga en todos los aspectos. Ella merecía un hombre valiente, que pudiera decir sin miedo cuanto la amaba, un hombre decidido y seguro de sí mismo que no necesitara a más mujeres a su lado para demostrar cuanto valía. Y por sobre todo, ella merecía a alguien mejor que él. ¿Cómo alguien como él podría permanecer al lado de alguien como Akane? Ella era muy lista, tenía una visión diferente del mundo, quería y sabía que podía conseguir lo que quisiera solo esforzándose, sabía que una mujer valía mas que para solo dedicarse a la cocina, que no importaba el género para poder ser fuerte y patear traseros a quien se le pusiera en frente, sabía que podía demostrarse débil en momentos necesarios para luego levantarse aun más fuerte, sabía que con su sola sonrisa podía curar heridas y que los sentimientos de las personas era importantes. ¿Cómo alguien así podría permanecer con alguien como él?

Sabía que Akane lo había amado, pero nadie le aseguraba que al pasar el tiempo ella decidiera quedarse con él. Que se conformara con alguien que solo sabia lanzar patadas y puñetazos, con alguien tan simple y banal.

Ese fue siempre su mayor temor, que Akane se aburriera de él y buscara a alguien mejor, a alguien merecedor de su amor, como Shinnosuke. Aquel amable joven cuidador del bosque lo había hecho sentir realmente inseguro y lo había hecho darse cuenta de cuánto amaba a su prometida y de que su vida ya no sería la misma sin ella. Aquella vez le había costado poder dejar sus propios sentimientos de lado para solo enfocarse en el bienestar de su prometida y salvarla de aquel dragón devora mujeres pero se enfrento a él solo con el fin de verla a salvo, sabiendo que después ella se quedaría ahí y él se marcharía a casa, sin ella.

Ese día Ryoga le había dicho algo muy importante para cualquiera, Yo amo a Akane y no me arrepiento, estaré bien incluso después de ser rechazado. Pero Ranma estaba claro, él no estaba bien luego de ser rechazado, jamás estaría bien sin ella, pero aun así fue en su ayuda, incluso pensado que ella ya había hecho su elección, pero se había equivocado. Milagrosamente Akane había decidido volver con él a Nerima y en el camino le había contado toda la historia de cómo había conocido al guardabosque y para sorpresa de él había aceptado volver todo el camino de la mano, incluso cuando estuvieron en el tren, jamás se soltaron. Para Ranma aquel viaje en tren había sido el cielo, llevaba a su prometida de la mano y ella tenía dulcemente su cabeza recargada en su hombro permitiéndole sentir su calor y ese delicioso aroma que le traía tanta paz. Ese día había deseado tanto que no acabara, pero en cuanto llegaron a Nerima sus otras prometidas habían formado un escándalo colosal, haciendo enfadar a Akane tanto que no le hablo por semanas. Tenía que reconocer que no solo se había enfadado por la presencias de aquellas mujeres, él también puso bastante de su parte al responder de forma tan grosera e hiriente. ¿Quién podría estar enamorado de esa marimacho fea y gorda? Esas habían sido sus palabras para defenderse de las acusaciones de aquellas tres mujeres, palabras que habían calado hondo en su bella prometida y que después desencadenaría una gran discusión entre ambos que volveria a llenar de inseguridades a Ranma; Debí haberme quedado con Shinnosuke, no sé porque te elegí a ti, le grito su prometida cuando él intento disculparse pero había terminado metiendo la pata; como siempre. Luego de esa discusión Ranma decidió irse a entrenar por 2 semanas, solo. Se había ido sin avisarle a nadie, debía tranquilizar su enojo y su herido corazón. Si antes se había sentido inseguro con la presencia de ese guardabosque, luego de aquello fue aun peor y menos se atrevía a confesarle sus sentimientos a Akane. Y como esta, muchas otras cosas lo motivaron a guardar silencio, sintiéndose temeroso de no ser apto para hacer feliz a su prometida.

Ahora sabía que si hubiera dejado toda esa cobardía de lado, hubiera alcanzado a entregarle todo el amor que ella merecía. Eso era lo que más le dolía, que ella hubiera muerto pensando o sintiendo que él no la amaba.

- Te amo, maldita sea te amo. – Susurro frustrado mientras lanzaba leña al fuego. Suspiro y se revolvió el pelo con ambas manos, luego miro al cielo y sonrió. Se sentía bien poder decirlo, se sentía liviano al dejar esa carga tan pesada que guardaba como un secreto. – Te amo Akane, siempre lo hare. – Volvió a suspirar y siguió lanzando leña al fuego.

Todos estos meses se había encargado de enviar cartas a su madre al menos una vez al mes contándole las cosas que hacía y como se encontraba, ella siempre le respondía a los pocos días y le enviaba de sus dulces preferidos junto con pequeñas notas de parte de la familia Tendo. Hace unos meses su madre le había comentado que habían llegado una carta de la Universidad de Tokio, que le ofrecía una beca de deporte para estudiar la carrera que él eligiese e inscribirse el próximo año. Intento ignorar el tema en sus siguientes cartas, pero siguió dando vueltas en su cabeza. Sabía que Akane quería estudiar en la universidad y que había postulado a muchas becas –que de seguro tendría- para poder acceder sin gastar mucho. En cierta manera se sentía incomodo teniendo la oportunidad de estudiar cuando en realidad jamás le intereso y que su prometida que se había esforzado bastante, no la tuviera. Sabía y entendía que no era su culpa, que si Akane estuviera viva él se habría esforzado trabajando para poder pagar sus estudios en caso de que no recibiera ninguna beca y que la hubiera apoyado absolutamente en todo, porque ella lo merecía.

A pesar de las cartas con su familia, se sentía solo. Las visiones de Akane ya no estaban y él comenzaba a acostumbrarse a no verla. Quizás ya era tiempo de volver a casa. ¿Estaba realmente listo? Lo que le había dicho el maestro Fu lo había centrado un poco; ser un hombre merecedor del amor de Akane. Quizá debía enfocarse en eso, ser mejor para Akane aun si ella no estaba, tener una vida que fuera del agrado de Akane y que a la vez lo mantuviera en paz.

Dejo de tirar leña y entro con cuidado al templo, buscando al maestro para poder comunicarle su decisión y esperar su aprobación. Entro al salón de meditación y saludo con una leve inclinación a las sacerdotisas que se encontraban rezando.

- Tu cambiar en unos minutos. – Escucho decir al maestro mientras lo miraba con una sonrisa llena de orgullo. – Tu chakra esta en paz, tu mente está en paz. ¿Tu corazón está en paz? – Pregunto.

- Lo está maestro. – Le respondió mientras ponía sus rodillas en el suelo y se inclinaba con respeto. – Buscare ser un mejor hombre para Akane, hare que ella está orgullosa de mí.

- Entonces tu no pertenecer mas aquí. – Sonrió Fu. – Tu irte mañana, así llegar a tiempo a aniversario de muerte.

- Muchas gracias maestro. – Respondió Ranma levantándose y yendo a su cuarto para prepararse para su viaje. – Estoy listo para despedirme de tu cuerpo terrenal, pero tu memoria me acompañara siempre.

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Muchas gracias por leer! No se olviden de comentar!

Los sentimientos de Ranma están calmándose un poco y ahora es cuando puede pensar con la cabeza un poco mas fría, tomara decisiones que lo haran cambiar pero quizás suceda algo que vuelva a cambiar todo.

El próximo lunes estaré subiendo el siguiente capitulo.

Agradecimientos:

kariiim: Muchas gracias por leer y comentar! Ranma sera feliz mas adelante, pero pueden que me odien un poco xD

Benani0125: Muchas gracias por leer y comentar! Si! El dolor siempre esta ahí, cuesta tanto superar a las personas luego de que se van.

JA Guerrero: Muchas gracias por leer y comentar! Si, fue un capitulo muy intenso donde ramna se concentro mas en el dolor la rabia de la perdida, que son etapas normales del duelo.

sofito2811: Muchas gracias por leer y comentar! Me alegro de que te gustara, me encanta saber que los sentimientos fueron transmitidos, esa era mi idea, que sintieran el dolor de la familia ante la perdida de akane.

Zulem: Muchas gracias por leer y comentar! Shampoo recibirá una reprimenda pero no por parte de Ranma, él estará enfocado en otra persona mientras busca su propia felicidad.

Jose34: Muchas gracias por leer y comentar! Para los fanáticos de la pareja se nos hace super complicado ver a Ranma o a Akane con otras personas cuando sabemos que están hechos el uno para el otro, así que tranqui, como fans de la pareja preferirira dejar a Ranma solo que con otra mujer xD

Alexandraaa417: Muchas gracias por leer y comentar! Si! Ranma esta desecho, le ha costado mucho sobreponerse pero en este capitulo vuelve a centrarse un poco mas, pero le seguirá costando.

JGS: Muchas gracias por leer y comentar! Me alegro tanto de que te gustara! Este capitulo muestra a Ranma un poco mas sano y tranqui que tendrá su final feliz.

Guest: Muchas gracias por leer y comentar! Fue muy triste escribirlo también, y me alegro de que mis sentimientos llegaran a los lectores.

Muchas gracias a todos! Nos leemos en el siguiente capitulo.

fuera!