Hola, bueno, no tengo ninguna excusa para haber tardado tantos meses en continuar esta historia, solo que las clases no me permitían hacer nada :c
Bueno, sin más qué decir, espero que les guste.
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Cabe decir que el resto de la clase de pociones fue la hora más tensa e incómoda que los alumnos habían vivido en esa aula, no era por nada, pero jamás, bajo ninguna circunstancia, ninguno se hubiera imaginado que Snape se decidiera a darle la espalda a su ahijado y perjudicarlo de esa manera.
Por Merlín, si para todos era sabido que el profesor lo quería como a un hijo.
Así que, en cuanto llegó la hora de retirarse a la siguiente clase, absolutamente nadie dudó en tomar sus cosas lo más rápido posible, esa mañana Snape había roto un nuevo récord de crueldad, pues no tuvo compasión por absolutamente ninguno de sus alumnos; joder, que hasta Hermione estaba sudando frío a la mitad de la clase.
Sin embargo, Harry se dio cuenta de que, en cuanto se volvieron a sentir en terreno seguro, los de Slytherin no dudaron en volverse para morder a su compañero en desgracia.
Ratas cobardes.
-Cielos, qué desgracia, tal parece que Draco ya no va a ser el mejor de la clase de pociones – siseó con maldad Nott, pasando al lado por donde iba Draco y empujándolo con el hombro- y mira que era lo único bueno que le quedaba.
-Cierra la boca, Theodore, te lo advierto – dijo Draco. Joder, que estaba a nada de explotar y partirle a cara al primero que se cruzara por su camino.
-¿O qué? – respondió, poniendo una sonrisa burlona que solo logró hacer enojar más al rubio - ¿Tu padre se enterará de esto? – dijo con sorna, imitando el tono y la frase que tantas veces antes había usado Draco.
Y para ponerle más sal a la herida, más de uno se unió a la risa del castaño. Incluso Hermione le dio un fuerte codazo a Ron cuando lo vio intentando disimular su risa con un acceso de tos.
-Quién sabe, Nott, tal vez si el ministerio permite las visitas al nido de ratas de Azkaban, yo mismo lo cuente lo patético y miserable que se ve el hijo del estúpido esbirro que tiene como compañero de celda.
Y antes de que nadie más pudiera decir algo y que definitivamente saltaran a los golpes de una vez por todas, Draco volvió a tomar su mochila y salir de ahí lo más rápido posible.
Carajo, que apenas iban dos días de clase.
Y mientras Harry solo miraba con cierto deje de lástima cómo Draco abandonaba de manera solitaria el aula y tomaba dirección contraría a todos los demás, no podía dejar de pensar que quizás, para la siguiente ocasión sí se sentaría a su lado en pociones.
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-Maldito Snape, maldito Nott y malditos todos… Se creen con el derecho de hacer lo que les venga en gana, definitivamente no saben con quién se están metiendo, les haré pagar realmente caro cada afrenta y humillación – mascullaba un furioso Draco Malfoy, mientras caminaba con paso veloz hacia los jardines traseros, no tenía ganas de seguir aguantando las malditas caras de burla y pena de todos los demás.
Además, sabía que estaba llegando a su límite, pudo controlar sus emociones lo más posible durante pociones, no por nada fue un digno alumno de Snape por tantos años, y no solo en lo que a la materia ser refería; sin embargo, una cosa era mentalizarse para los desplantes y el rencor de su padrino, y otra muy distinta era romper la pequeña esperanza de consuelo que albergaba su corazón y ver hechos realidad sus miedos, el caer en cuenta de que enserio se quedó solo, de que Severus no quería saber nada más de él.
Quería estar lo más alejado posible por miedo de romper a llorar en cualquier momento, no lo había hecho ni una sola vez desde aquella fatídica noche, sin embargo, ahora se sentía en el límite.
¿Para quién guardar las apariencias, si no habría nadie recordándole que era un Malfoy?
¿Qué hacer con sus noches, con sus días, si no había nadie a quien le interesara?
¿Había valido la pena lo que hizo?
¿Valió la pena seguir las palabras de su abuelo?
Estos y más cuestionamientos rondaban por su mente, haciendo que su cabeza se convirtiera en un hervidero de incertidumbre y caos, tanto así, que se había desconectado totalmente del mundo y su alrededor, lo que ocasiónó que no se diera cuenta de la persona que venía justo en sentido contrario a él y que sin darse cuenta, lo tomó del brazo deteniendo su andar.
-¿Draco, me escuchas? – escuchó de pronto una voz que le hubiera resultado totalmente extraña de no ser por la persona que se le atravezó enfrente. Vaya, con que esa era la voz de su tío.
Resultaba casi gracioso el pensar que, después de todo el caos del verano, esta era la primera vez que estaba frente a frente con el otro.
-¿Qué quieres? ¿Qué te sucede? – dijo de manera brusca, safándose del agarre del otro e implorando que no se le notara en la cara la tormenta en su interior. Nomas eso le faltaba, mostrase patético frente a un insufrible Gryffindor.
-Bueno, eso mismo te pregunto a ti, Draco ¿Qué te sucede? Vas por ahí caminando como si estuvieras arrastrando un dementor. – Dijo el mayor, extrañado ante lo que veía.
Él iba tranquilo, dirigiendose hacia el aula de defensa contra las artes oscuras para su primera clase con los de sexto año, cuando al dar vuelta por un pasillo se encontró a su sobrino dando vueltas y murmurado como un poseso.
-¿Qué te importa? No es tu problema lo que yo haga o deje de hacer, así que dejáme traquilo y punto – contestó el menor, dispuesto a largarse de ahí de una buena vez y no seguir viendo la cara de ese maldito Black.
Sin embargo, algo le impedía seguir con su cometido, pues de pronto, su cuerpo dejó de responderle.
¡Ese maldito idiota se había atrevido a pretificarlo cuando le dio la espalda para marcharse!
Definitivamente, por más Gryffindor que se sea, las manías Black jamás se iban del todo.
-¡¿Qué demonios te sucede, imbécil?! – gritó de pronto, incapaz aún de asimilar que el otro se hubiera atrevido a hechizarlo sin razón alguna ¡¿Enserio, a qué clase de lunáticos contrataba Dumbledore?!
-Bueno, joven Malfoy, en primera, tiene que hablarme con respeto y de "usted" pues, por si su memoria es bastante mala y no lo recuerda, soy su profesor de Defensa – dijo de manera socarrona el mayor, divertido al ver como aquel pálido rostro empezaba a adquirir ese matiz rojo que demostraba que estaba sacándolo de quicio, carajo, que ya extrañaba hacer rabiar a sangres puras melindrosos – y en segunda, también debo recordarle que siguiente clase empieza justo en cinco minutos y esa no es la dirección del aula, y soy bastante estricto con los horarios en mi clase, así que no, no puedo "dejarte tranquilo" – imitó haciendo comillas con los dedos, mientras hacía una floritura con la varita y le quitaba el encatamiento a Draco – así que tiene dos opciones, señor Malfoy, o se dirige de manera educada y puntual al aula de clases, o yo mismo me tendré que ver obligado a llevarlo flotando hasta ahí, usted decide con cuál de las dos opciones se siente más cómodo.
Y para que el menor se diera cuenta de que Sirius no se andaba con bromas, volvió a izar su varita y apuntar directamente al Slytherin, cabe decir, que Draco no cabía en su asombro ante el descaro mostrado por aquel hombre.
¿Qué acaso todos los profesores de DCAO se creían con el derecho de jugar a sus anchas con los alumnos?
Pero, sin embargo, él sabía su posición, ya no tenía el apoyo de Snape para apoyarlo en estos casos, y por Merlín, que no pensaba volver a pasar una humillación como la que el falso Moody le hizo vivir en cuarto año.
Nimodo, su precioso plan de mandar a todos a la mierda e irse a cualquier lugar solitario del castillo por lo que quedaba del día se había arruinado por culpa de aquel molesto Black.
Sí, sin duda él era alguien que no tenía suerte.
-Ya voy, profesor, solo quería caminar un poco antes de la clase, usualmente Snape logra hacer que sus alumnos quieran despejar un poco la cabeza después de su hora – dijo de mal humor, recogiendo la mochila que se le cayó durante el alboroto y pasando al lado de Sirius sin dirigirle siquiera una mirada. Que se fuera olvidando que él bajaría la cabeza ante un regaño.
-Ohh, sí, claro que lo entiendo, hasta donde recuerdo, la voz y el insufriblre genio de Snape no son algo con lo que alguien quiera quedarse en la cabeza – le contestó de manera burlona, viendo con gracia el digno caminar del menor, joder, de no ser porque este muchacho tenía el cabello rubio, Sirius juraría que era como ver caminar a Regulus después de una pelea con él. Todo porte y dignidad, aparentando que eran demasiado perfecto como para soportar las puyas de Sirius.
Sí, claro que extrañaba molestar a pijos sangre pura.
-Yo jamás dije algo como eso, profesor Black – contestó de vuelta Draco, intentando no soltar una risa ante las imitaciones que el otro comenzó a hacer sobre el caminar y los gestos de Snape. Claro, una cosa era que le hiciera gracia ver cómo el mayor se burlaba de su padrino, y más aún después de la infernal clase de pociones que le hizo pasar, y otra muy distinta era dignarse a seguirle la corriente al vulgar aquel.
-Claro que no, joven, hasta donde yo sé, solamente me lo encontré saliendo del baño mietras se dirigía a la clase – zanjó Sirius, mientras daban una última vuelta a un pasillo y divisaban a lo lejos las cabezas de los demás estudiantes entrando al aula de DCAO -Por otra parte… Y sí, metiéndome en asuntos que no son de mi maldita incumbencia – agregó al final, sabiendo de antemano la respuesta que obtendría del menor – Si llegaras a necesitar ayuda o consejo sobre cualquier cosa, ya sea en calidad de profesor o como familia, sin duda alguna, mi puerta siempre estará abierta para ti, Draco.
Y sin darle oportunidad al menor de replicar lo último dicho, Sirius aceleró el paso, dejando a Draco con el reclamo en la garganta y sintiéndose francamente confundido por la actitud de su familiar. Realmente, él no sentía ninguna obligación moral ni afectiva hacia el otro, los lazos de sangre perdieron mucho su valor con el pasar de los años, y sin embargo, ahí estaba el otro, tendiéndole la mano.
Los Black en definitiva eran bastante singulares.
Sin embargo, y en ánimo de no perder más puntos por entrar tarde a la clase, ya le bastaba con los que el maldito de Snape le había quitado, se dirigó con prisa antes de que la puerta del aula se cerrara. Ya tendría tiempo en la noche de recapacitar más a fondo sobre todo lo que ocurría.
-Vaya, miren quien sí se dignó a aparecer, tal parece que el pequeño hurón no fue a llorarle a Snape para que lo perdonaran – en cuanto entró, esas fueron las primeras palabras que Draco escuchó, y ni siquiera tenía que esforzarse en voltear para ver quién había sido, era más que obvio el que le diría eso apenas entrara.
Nott estaba ganándose con creces que Draco le lanzara un crucio.
-¿Acaso no puedes notar a nadie más en la habitación más que a mí, Theodore? ¿Tan obsesionado estás conmigo? – dijo petulante, dirigiéndose a una banca y poniendo su mochila en la otra silla para que nadie se sentara ahí a menos que se lo pidieran, no pensaba volver a pasar la humillación que tuvo con Blaise horas antes – Digo, porque si estás tan enamorado de mí, dejame decirte de una buena vez que no eres mi tipo.
-Estás actuando muy estupidamente para alguien que debería de estar rogando por un poco de nuestra compasión, Draco – Contestó Millicent, mientras tomaba asiento al lado de un incómodo Goyle.
-Querida Millicent, a ti lo único que te pide compasión, son los cerdos enteros que te acabas en cada cena, a este paso, habrá que aumentar el pedido de comida para poder complacer tus exigencias – respondió con burla, disfrutando al ver como a la chica se le ponía la cara roja y los ojos empezaban a humedecércele.
Y aunque en realidad, Draco presumía de ser un caballero que respetaba a las mujeres (excepto por Granger, a ella sí que le gustaba molestarla) vaya que disfrutó el poder hacer añicos a la idiota de Millicent con solo una frase.
Le faltaban mil años para siquiera pensar que podía meterse con alguien como él.
Pero antes de que otro comentario hiriente saliera de la boca de cualquiera de los alumnos, una potente voz logró distraerlos a todos y hacer que su vista se fijara en el hombre que acababa de entrar al aula.
-¡Muy bien, alumnos, hora de aprender! – fue la estruendosa entrada de Sirius, el cual, sin que nadie se diera cuenta, observó todo ese desagradable espectáculo sigilosamente en la puerta, y claro, solo esperaba a que Draco diera un golpe bastante doloroso para entrar él.
Sirius, al venir de una familia Slytherin, sabía lo importante que era tener la última palabra en una discusión.
Y sin siquiera darles tiempo de replicarle al nuevo profesor, Sirius tomó su varita y con un ligero movimiento de muñecas, hizo que todas las bancas salieran volando hacia un rincón, dejando un gran espacio libre en medio del salón. Y antes de que pudieran preguntarle para qué rayos hacía eso justamente el primer día de clases, el mayor apuntaba rápidamente en el pizarrón las siguientes palabras "Duelo con elementos"
-Bien muchachos, asumo que, debido a lo rápido que corre la información en este castillo, todos saben quién soy, y la verdad, me da mucha flojera el hacer que todos se presenten, así que nos saltaremos todos los protocolos tediosos que acostumbran; por lo tanto, antes de que empiece la clase, solo les diré unas cuantas cosas.
-Número 1: No voy a permitir ninguna clase de discusión o comentarios groseros, fuera de lugar o con el fin de perturbar el ambiente en clase, si tienen algo contra alguien, desquítenlo en los duelos, por favor, tengan agallas y arreglen sus problemas como verdaderos magos y brujas – dijo en un principio, haciendo sonreír hilarantes a los de Gryffindor y ganándose bastantes bufidos de los de la casa de Salazar- Número dos: Los duelos serán totalmente legales y limpios, no digo que no se podrán usar diferentes tipos y grados de técnicas referente al tema del día, pero por ningún motivo aceptaré daños graves a ningún compañero – señaló, escribiendo con su varita en el pizarrón una lista de hechizos que se prohibirían en su clase, cabe destacar, que más de uno tragó saliva al ver que incluía imperdonables, envenenamientos, destazamientos, y otros daños casi irreparables o muy dolorosos, por Merlín.
-Y por último, pero no menos importante, de una vez les aclaro, no soy un simple maestro sustituto para este año, no soy ningún pelele al cual puedan tratar como quieran, no me interesa sus opiniones ni enseñanzas sociales, y no tendré piedad de ninguno de ustedes, mi único propósito es que aprendan a defenderse, y con el hecho de saber que el año pasado prácticamente no aprendieron nada relevante en cuanto a las defensas contra las artes oscuras, les advierto que este año tendrán que esforzarse el doble. – sonrió divertido, al ver la palidez que adquirió la cara de algunos chicos – y por último… A mi me fascina la idea de quitarles puntos, así que no me provoquen. – Y dicho eso, les ordenó a todos blandir sus varitas e imitar junto con él unos movimientos básicos.
Y sin darle tiempo a los chicos de poder decir algo, los retuvo toda la hora dedicada a la teoría a repasar los movimientos y palabras clave para hechizos dependientes de tierra y agua.
-Bien, jóvenes, llegó la hora de empezar a poner en práctica el cómo demonios pueden utilizarse en la vida real estos hechizos – dijo de pronto, haciendo que más de uno empapara la cara de algún compañero debido a que Sirius les hizo perder la concentración – ahora, digan ¿Qué puedo hacer si requiero agua de manera urgente?
-Eso es muy fácil, profesor, un simple aguamenti puede sernos útil – dijo de manera inmediata Hermione, ganandose más de un bufido de fastidio de parte de los de Slytherin.
-Muy bien, señorita Granger, ahora, al revés, ¿cómo podría quitar agua de algún sitio? por ejemplo, para eliminar lodo.
-Con un revertum aqua, profesor – volvió a decir, orgullosa de haber leído todos los capítulos referentes a los primeros temas una noche antes.
-Excelente, y bueno, confiando en que los demás son igual de inteligentes que su compañera y se molestaron en siquiera revisar los temas del libro, asumo que no hace ninguna falta que haga más preguntas, así que pasemos a algo más práctico. – agregó, divertido al notar las caras de alivio en los alumnos al escuchar que no habrían más preguntas. Joder, que él jamás fue fanático de la tortura con preguntas, que Snape se quedara con eso. – Bueno, y ahora haremos algo que seguro han extrañado hacer… Quiero que cada casa escoja a quien considere su mejor duelista y ambos den un paso al frente.
Draco no pudo evitar respingar ante esto último, de haber sido distintas las circunstancias, sin duda alguna él hubiera dado un paso al frente, sin siquiera dentenerse en pedir la opinión de sus compañeros, él sabía que era bastante talentoso en duelos, sin embargo, estaba seguro de que ahora lo mejor era permanecer lo más rezagado posible.
Aunque, debía de admitir que realmente caló en su orgullo que Nott, de manera altanera y claramente burlezca para él, caminara hacia el frente imitando la forma de andar del rubio.
Definitivamente haría que se las pagara.
Y del otro lado, Harry, alentado por sus compañeros, vio de manera casi desagradabe como Nott se pavoneaba delante de los demás… Como creyéndose el nuevo príncipe de Slytherin.
Por Merlín, si incluso él, que detestaba la manera engreída en la que Draco se manejaba con ese título, admitía que nadie podía ocupar ese puesto mejor que el rubio.
Y desde un pequeño rincón de su mente, y sabiendo que era obvio que Sirius los pondría a enfrentarse, le llenó de ganas la idea de humillar a Nott y quitarle esa mueca engreída de la cara. Sí, puede que pareciera extraño, pero le estaba molestando la manera en que el castaño estaba mofándose de una manera tan obvia de Draco, joder, si hasta para eso había niveles.
-…De acuerdo, veo que ya se pusieron de acuerdo con qué compañeros escogieron – dijo el mayor, curioso al ver como el chico Nott pasaba en lugar de Draco, pues vaya que sabía que el mejor en todas las materias en Slytherin era Draco.
Como nuevo profesor, se había dedicado a investigar sobre cada alumno apenas le dieron el puesto de maestro.
Aunque, en realidad, le aliviaba un poco que no se enfrentaran Harry y Draco, no quería crear alguna disputa innecesaria.
Pero lo que enrealidad sí le dio algo de satisfacción, fue ver el pequeño brillo malicioso en los ojos de Harry, como el de un león cazando a su presa.
¡Ohh, cómo extrañaba esto!
-Excelente, pues creo que no hace falta dar más explicaciones sobre lo que sigue a continuación, con lo que hemos visto hoy, quiero que ambos lleven a cabo un duelo amistoso, cuyo hechizos partan princilpamente del agua y la tierra. Si conocen alguno otro aparte de lo visto hoy, son libres de utilizarlo, siempre y cuando no infrinjan ninguna de las reglas que di al principio, y pues solo me queda decirles… Que gane el mejor – dijo como punto de partida, alzando su varita y lanzando unas chispas amarilas de esta.
Y ante las miradas espectantes de todos, Tanto Harry como Theodore tomaron sus respectivas posiciones de combate, siendo Nott el que decidió lanzar el primer atanque.
-Letalis aqua – lanzó Nott, disparando desde la punta de su varita pequeños fragmentos de agua congelada que asimiliban agujas bastante afiladas, sin embargo, Harry ya se esperaba que Nott iría directamente a un ataque así de obvio y letal, no era para nada paciente durante los duelos. Draco al menos hubiera intentado distraerlo antes con alguna clase de niebla o con un ataque disparando tierra y haciendo que Harry se desorientara. Sí, en definitiva, Nott no le llegaba ni a la punta de los pies al rubio.
Carajo, ya después reflexionaria sobre el hecho de lo enfermo que es que extrañara tanto el pelear con Draco, por ahora su único deseo era humillar al imbécil que tenía enfrente.
Que no se diga que él no hubiera sido un buen Slytherin.
-¡Repelio! – dijo en voz alta, mientras lanzaba un hechizo que desviaba las agujas de Nott hacia todos lados, cabe decir, que Sirius fue el que se encargó de que ninguna cayera a otro estudiante, y de no ser porque Harry era su amado ahijado, le hubiera quitado un par de puntos por eso - ¡Conditus haze! – dijo de inmediato, sin darle tiempo a Nott de volver a ponerse en guardia después de su primer ataque.
Y con esto, logró sacar de su varita una ventisca nebulosa de vapor que enseguida hizo toser y hacer que Nott sintiera que la garganta y los ojos le picaran fuertemente. Ese hechizo Harry una vez lo había visto en uno de los libros que el falso Moody le había conseguido de la sección prohibida durante su cuarto año. Básicamente, era como recibir una ventisca del gas pimienta que utilizaban los muggles y que Harry muchas veces había visto a su tía meter a su bolso antes de salir.
Pero como su intención ese día no era poner en práctica los hechizos que moría por practicar, sino poner a Nott en su lugar, decidió darle fin a ese duelo sin siquiera permitirle al otro recuperarse por completo - ¡aqua sentinam! – dijo finalmente, lanzando de forma tempestiva un potente chorro de agua que hizo qe el otro fuera expulsado por los aires.
Otorgándole a Harry una victoria casi humillante para los de Slytherin y haciendo que Draco creara una pequeña sonrisa satisfecha, la primera en días.
-Muy bien, muchachos, creo que no hace falta decir quién ganó el duelo de esta clase – alzó la voz Sirius, intentado hacer que no se le notara el orgullo en la voz – 25 puntos para Gryffindor por haber obtenido la victoria de esta semana – sentenció, haciendo que los del la casa roja empezaran a vitorear a Harry y que más de uno de Slytherin rechinara los dientes, si así sería cada semana, era definitivo que Nott haría que Gryffindor la copa de las casas. Aunque claro, nadie más notó el pequeño regocijo en los ojos de Blaise y Pansy al ver que Nott seguía tirado en el otro extremo del aula – Bien, muchachos, que dos compañeros ayuden al señor Nott a levantarse, y si necesita ir a la enfermería, que alguien lo acompañe para evitar que se vuelva a lastimar durante el trayecto – dijo el mayor como si nada, pero claro, eso no evitó que lograra su cometido de humilar más al muchacho al ver que más de uno se rió de esto, que le sirviera para saber que no podía meterse con Draco como si nada.
Quizás no pudiera hacer nada directamente para mejorar la situación de su sobrino, pero vaya que sabía cómo tratar con serpientes, y que un golpe en su porgullo era mucho más letal que uno físico.
-Bien hecho compañero, ni siquera fue capaz de ver qué lo noqueó – dijo Ron, en cuanto Harry volvió a acercarse a sus amigos – debo de admitir que hoy enserio te luciste.
-¿Eso? No fue nada, apenas si me cansé siquiera, pensé que sería más difícil – dijo como si nada, elevando apenas lo suficiente la voz para que Nott, el cual estaba siendo auxiliado por Goyle Y Crabbe, fuera capaz de escuchar. Y vaya que funcionó, pues apenas escuchó esto, empezó a dar manotazos a los dos mastodontes que intentaban ayudarlo a pararse y solo se dedicó a fulminar con la mirada a Harry.
-Ok, alumnos, hasta aquí acaba la clase de hoy, espero que hayan aprendido algo de utilidad. Como tarea quiero que me hagan un reporte de 50 centimetros sobre la importancia del fuego y el calor en los hechizos defensivos y de curación, así como tres ejemplos de su uso en defensa y tres en medicina. – Empezó a recitar, sin importarle el reclamo de los alumnos. - Bueno, sin más por el momento muchachos, que tengan una excelente tarde y nos vemos la siguiente clase, por favor, abandonen el aula para así poder acomodarla para la siguiente clase – terminó de avisar Sirius, mientras veía como todos los alumnos empezaban a salir del aula.
Solo esperaba que no empezaran a liarse a golpes apenas salieran.
-Oye, Nott, ¿estás seguro de que no quieres ir con Madame Pomfrey? Fue bastante duro el golpe que recibiste y aún se te ve la cara demasiado roja por toser tanto – dijo Pansy, poniendo una falsa mirada de preocupación en su rostro. Puede que también decidiera dejarle de hablar a Draco, pues no le convenía para nada que la vieran con él, pero eso no le quitaría el gusto de ver cómo Nott estaba fallando catastróficamente en tomar el lugar del rubio. Total, alcabo el castaño solía ser amigo de Draco, no de ella, así que no le interesaba mucho hacerlo rabiar.
-Cierra la boca, Parkinson, estoy perfectamente bien – respondió de manera brusca el otro, haciendo que Pansy solo voltera la cara de manera indignada – Y tú, asquerosa rata, ni creas que esa cara de satisfacción te va a durar mucho – dijo de pronto hacia Harry, gruñendo al ver cómo el otro solo esbozaba una sonrisa de burla.
-No sé de que hablas, Nott, yo solo muestro satisfacción cuando gano en algo en lo que tuve que poner algo de esfuerzo – dijo de manera inocente el otro, haciendo que un coro que decía "Uuhhh, eso dolió" resonara a través de los chicos que se habían acercado a escuchar mejor la discución de ellos dos.
-Ya vámonos, compañero, recuerda que tenemos nuestra primera prueba de quidditch hoy y tenemos que alistar las cosas – intervino Ron, mirando de manera divertida como la ira inundaba la cara del otro. Tal perecía que Harry tenía un talento especial para hacer rabiar a las serpientes.
-Sí, déjalo, Harry, digo, ya bastante humillante debe ser que falló totalmente en tomar el lugar de Malfoy – cabe decir, que más de uno de Slytherin no pudo evitar respingar de sorpresa e incomodidad al escuchar lo dicho por Seamus, si había algo que lo caracterizaba, era que no le interesaba medir sus palabras acorde a la situación, independientemente de que estuviera en un pasillo lleno de Slytherins orgullosos.
-¿Quieres ver cómo hago que te trages tu palabras, sangre sucia repugnante? – saltó Nott, sacando su varita y apuntando de manera amenazante al moreno, el cual no se dejó amendretar por Nott y sacó su propia varita, junto con varios Gryffindor más. Joder, la tensión instalada se podía cortar con un cuchillo.
-¡Basta todos! – se escuchó la potente voz de Sirius, el cual logró escuchar la mayoría de la discución, joder, si nisiquieran se tomaron la molestia de alejarse lo suficiente de su aula para empezar a pelear. Se preguntaba si también a Snape le faltaban el respeto de esa manera - ¡Señor Nott, le recuerdo perfectamente que en esta institución está estrictamente prohibido la discriminación por estatus de sangre! ¡50 puntos menos para Slytherin! – sentenció, logrando un coro de reclamos de parte de los de la casa verde ante la enorme pérdida de puntos – Y ustedes, muchachos – agregó, volteando hacia los alumnos de Gryffindor – esperaría que no se metieran en discuciones sin sentido ni avivaran cualquier pelea, así que les quitaré 10 puntos por seguirle el juego al señor Nott, ahora por favor, retirense de inmediato todos.
Y con la repuesta en la garganta y un gran enojo de parte de Theodore, fue que todos se marcharon de ahí de inmediato aprovechando para tomar diferentes rumbos, ya que una de las ventajas de su sexto año, era la gran cantidad de horas libres que tenían.
Y por supuesto, después del patético acto de Theodore durante las anteriores horas, Draco sabía perfectamente que, si quería evitarse problemas estúpidos por el resto de la tarde, debía de alejarse lo más posible de la línea de fuego, pues vaya que Nott querría desquitarse con alguien, y ese alguien seguramente sería él.
Sin embargo, nada le quitaría la satisfacción de ver como Potter lo hizo polvo.
