"The Moon" así se llamaba el lugar del que le había hablado Draco. Pese a su inocente nombre, era todo menos eso. Y aunque daba la impresión de ser un antro cualquiera, había mucho más detrás de aquel lugar. Segun la información, detrás del antro había un puerta que conducía al área de fumadores, nada más al salir, veías una puerta, esa era la que conducía a aquel club privado, el cual infringia el ingreso a no ser que fueras miembro del club, un acompañante exclusivo o seas amigo del dueño.
El club lamentablemente pertenecía a Marcus Flint, un hombre de negocios. Él conocía a cada miembro de su club privado, quien entraba y quien salía. Supervisaba la "mercancía" y su estado, de manera que nada se le escapaba, aquel chico, Simón podría haber terminado allí, quien frecuentaba la zona demasiado como para que las pistas lo llevarán a ese lugar, sólo esperaba que el caso no fuera demasiado peligroso.
Cuando averiguo el nombre, tuvo que recurrir a la ayuda de Zacarías Smith para infiltrarse en el sistema de The Moon. Lo cual no fue para nada sencillo, pero se pudo.
Era un club privado, pero no ilegal. Tenía permiso de los federales y sobre todo, estaba bajo protección.
No se pudo hacer nada sobre sacar una orden de registro, pero Zacarías le consiguió información valiosa que podía usar como una extorsión para el dueño.
ᅳaun así no te permitirán pasar sin ser miembro ᅳle había dicho, sin despegar la mirada de la pantalla ᅳnecesitas entrar como miembro o un amigo exclusivo de otro miembro.
ᅳ¿cuando tiempo me queda antes de que Flint se vaya del país? ᅳpregunto, sabía que este siempre tenía viajes de negocios y se iba por semanas.
ᅳhasta el viernes.
Golpeó su cabeza con la mesa, y después de una despedida leve, se levantó y se fue a la oficina. Tenía que encontrar una rápida solución antes de que el chico apareciera muerto en alguna parte. Con su mente ocupada pensando en mil maneras de entrar y no ser descubierto, una idea surco su mente.
Draco.
No. No podía. Draco ya lo había ayudado dándole información sobre el club privado, no podia usar la influencia del rubio para su trabajo, no queria ponerlo en peligro ni a su vida, ni a su trabajo.
Pero era su única opción.
Con el corazón latiendo con fuerza, subió a su moto dirigiéndose hacia la oficina de Draco. En el camino muchos lo saludaron, pero él estaba tan nervioso que sólo asentía con la cabeza en un intento de saludo mientras se dirigía hacia la oficina del rubio.
La secretaria lo recibió con amabilidad antes de dejarlo pasar, nada más al abrir la puerta, estaba Draco tras su escritorio frente a su computadora y con lentes.
Y maldijo esos lentes, por que a Draco todo le quedaba tan malditamente bien que se preguntó si los modelos de las revistas llegarían siquiera a sus talones.
ᅳDetective Potter ᅳel saludo del rubio lo sacó de sus pensamientos.
ᅳAbogado Malfoy.
Draco le hizo una pequeña seña para que se sentará en el a siento frente al escritorio, cosa que aceptó.
ᅳ¿que te trae por aquí?
Draco sonaba formal. Tomando un comportamiento profesional que el mismo también había decidido adoptar, su mirada se encontró con la de Malfoy y respiro antes de contestar: ᅳnecesito tu ayuda para infiltrarme al club de Marcus Flint.
El silencio quedó en el despacho y tuvo miedo a que este se negara pero aún así quería que lo hiciera. Ellos no eran conocidos, sólo habían tenido sexo dos veces, no era precisamente amigos o compañeros de trabajos.
Estaba seguro que Draco no aceptaría, sin embargo su respuesta lo dejo mudo.
ᅳde acuerdo. Pero me la debes.
Draco se veía sexy. No iba a mentirse, ni a negarlo. Draco Malfoy era sexy, un hombre con gran atractivo, inteligente, rico, casi parecía sacado de una novela juvenil. Tal vez lo único que arruinaba -o no- era ese tono sarcástico y presumido que tenía cuando abría la boca. Pocos aguantaba las palabras frías y afiliadas que lanzaba el rubio.
En cambio él -que había sobrevivido casi 8 años en el Instituto con él- ya se habia acostumbrado. También había extrañado que alguien le hablará así, molestandolo -por supuesto que aunque el pensamiento cruzó por su mente negó inmediatamente que pasó por allí- pero es que era así.
Draco estaba apoyado en su coche, vestía una camisa negra, abajo de ella, un remera bordo y sus pantalones negros, ajustado que hacían resaltar su trasero. Su cabello peinado atado en una trenza que le caía por el hombro, sus ojos grises brillantes, mirándolo, cruzado de brazos, dejando ver sus pálidas manos, dedos largos y delgados con un anillo en el dedo anular de su mano derecha.
ᅳimpuntual ᅳ dijo apenas se paro frente a él.
ᅳsolo fueron seis minutos.
Resoplo. Enfadado, eso era algo que no entendía del Malfoy. Media los minutos de manera obsesiva.
ᅳsi el sexo dependiera de la puntualidad, serias realmente malo ᅳdijo mientras se acomodaba la camisa, él iba a decir algo, pero las manos del rubio en su cabello, despeinandolo lo callaron. Esa noche usaba lentillas de colores, en el interior de su chaqueta estaba sus anteojos -el cual se lo pondría cuando cumplieran su objetivo- Draco lo miraban de pies a cabezas, esta vez con la manos en sus hombros.
ᅳpor lo menos te vestiste decente.
Sonrio inconscientemente, eso debía significar una aprobación según su diccionario como comprender y traducir a un Malfoy.
Draco paso sus manos por su cintura y él imitó la acción, caminaron pegados al otro mientras caminaban atraves de la gente del antro.
La música era ensordecedora, era casi imposible reconocer alguna voz pero ninguno de los dos se inmutó, caminando hasta la zona de fumadores hacia afuera.
Ni bien salieron, distinguieron la puerta al club siendo custodiado por un hombre grande, caminaron a pasos decididos hasta allí, esta vez, fue Draco quién lo tomo de la mano, entrelazado sus dedos.
ᅳ¿pase?
Draco sonrio con esa sonrisa falsa que usaba en la corte y le mostró al guardia una tarjeta negra, el hombre simplemente se hizo a un lado, dejando la entrada libre y ambos entraron.
Caminaron por un pasillo poco iluminado hasta llegar hacia una puerta negra y recién cuando entraron, el ruido de una canción seductora invadió sus tímpanos.
Al contrario del antro que estaba justo antes de entrar allí, ese lugar era más tranquilo pero mucho más exhibicionista.
Era como una fiesta de nudistas sin tener nudistas. Las mujeres y hombres camareros llevaban ropa muy reveladora que apenas cubría sus partes íntimas, había mujeres bailando en un escenario con luces ultravioletas y las personas que estaban allí, disfrutaban la vista sobre los sofás de cuero negro. El piso estaba cubierto por una alfombra negra y cerca del escenario se pudo divisar un espacio con cortinas transparentes, donde supo de inmediato que estaba Marcus Flint.
ᅳno hables a menos que yo te hable. No quiero tener problemas por traer a un policía aquí ᅳle susurro Draco en su oído, el asintió levemente estando de acuerdo. No quería meter en problemas a Draco.
Ambos se acercaron aún tomados de la mano hacia aquella zona y cuando Draco lo vió, Harry notó como este tomaba aire antes de acercarse al castaño, casi arrastrandolo, mientras deseguro sólo esperaba que Marcus lo reconociera.
Marcus estaba sentado en un extremo del único sofá que estaba allí, en sus piernas estaba sentada una mujer, de cabello rizado con antifaz, él parecía no prestar atención a la chica y ella, sólo miraba a uno de los chicos en el escenario que bailaban.
ᅳhey, Flint ᅳla voz de Draco sonó perfectamente.
El hombre levantó la vista y se fijo en Draco, con una sonrisa coqueta levantó la mano ᅳhey, dragón.
Draco hizo una mueca que pasó desapercibido mientras apretaba el agarre en sus manos.
ᅳveo que estas acompañado ᅳdijo, mirándolo fijamente.
ᅳes Jaime.
Los dos se sentaron a un lado de Flint cuando este les hizo una seña, Draco quedó envuelto en sus brazos, con una mano en la cintura y la otra acariando una de sus rodillas, pegandolo a su cuerpo, manteniendo cierta distancia con el de cabello oscuro.
Flint no hablaba, miraba a las chicas bailar lentamente en el escenario, pero no mostraba nada de interés.
ᅳ¿ya conseguiste un reemplazo del búlgaro? ᅳfue la única pregunta que salió de sus labios tras mucho tiempo en silencio.
ᅳoh, Jaime no es ningún reemplazo, es un gran amante ᅳafirmo Draco luego de reprimir un bufido.
ᅳoh, por supuesto ᅳrespondió el otro con un tono sarcástico.
ᅳoh, que tu no hayas superado aún a tu Oliver no significa que yo aún este atrapado pensando en ese.
Flint lo miro con desagrado y Draco sonrio triunfante antes de girar hacia su acompañante y sonreirle cómplice, acercándose hasta que ya no hubo espacio entre ambos.
Los labios de Draco chocaron contra su cuello y sintió su cálido aliento antes de susurrar contra su pielᅳsigueme la corriente.
Sus dedos apretaban la cintura del rubio mientras este le dejaba besos en el cuello que iban moviéndose hasta su manzana de Adán, subían por su barbilla hasta llegar a sus labios para besarle lentamente, adentrando su lengua y explorando toda su cavidad bucal.
Sua besos deberían ser ilegales.
Cuando se separaron, sus ojos observaron dos orbes grises y brillantes, antes de que se separaran por completo, el rubio le dedicó una sonrisa antes de dirigirse a Marcus, quien los miraba con enojo.
ᅳnecesito respuestas, y me las vas a dar ᅳhabló con la voz fría y cortante.
ᅳentonces...ᅳdijo el mayor de los tres, mientras se sentaba en el sillón detrás del escritorio, apoyando los pies sobre la mesa ᅳ¿buscaban a...?
ᅳ un adolescente, su nombre es Simón Miller.
Marcus pareció pensarlo a fondo. No parecía conocía a nadie con ese nombre, estuvo un largo rato antes de que tomará su teléfono y le hiciera una llamada perdida a alguien.
Dos minutos después, Una mujer de cabello pelirrojo rizado con un disfraz de gatubela entro con una carpeta a mano.
ᅳ¿le puedo ayudar en algo, jefe?
ᅳ Simón Miller ¿hay alguien aquí con ese nombre?
La mujer pareció dudar un rato, antes de asentir.
ᅳen realidad, ese niño trabajaba aquí, era uno de los meseros, fue despedido recientemente luego de haber golpeado a uno de nuestros miembros, Cormac McLaggen.
ᅳahí lo tienes, Malfoy ᅳrespondió Marcus ᅳno trabaja aquí, asi que vete.
Draco lo pensó unos minutos y luego asintió. Sin embargo Harry no queria irse con las manos vacías.
ᅳnecesito la ubicación de el señor McLaggen.
Marcus esta vez se fijó en él, intentando reconocerlo, supuso, lo miro de pies a cabezas deteniendose en sus ojos, soltó un chasquido con la lengua mientras se paraba de su asiento, posicionando justo frente al moreno.
ᅳno creo que deba decírtelo ᅳrespondió petulante.
ᅳtengo una información que resultará muy beneficiosa para tu club si me contestas. Sé que últimamente has recibido muchas renuncias de bailarines y varios miembros han dejado tu club.
ᅳ¿qué sabes? ᅳaunque intentaba que su voz no sonará con obvia curiosidad, Harry reconocio su inquietud y sonrió por ello.
ᅳ hay una espía de uno de los clubes que yo sé es tu eterno rival. La reconocí mientras bailaba en el escenario, Marietta Edgecombe, trabaja para el club de las muñecas.
Flint abrió grande los ojos, fijando su vista en el escenario, localizando a la antes nombrada.
ᅳsu misión es llevar a los miembros de este club al otro, graba y envía mensajes a su representante, contando lo que pasa cada semana, comunicandole quienes son los miembros más accesibles, es por eso que este club está un tanto vacío, pese a la buena calidad.
Marcus no apartó la mirada de aquella bailarina, con un movimiento de manos, la mujer de antes sacó una hoja de la carpeta que llevaba a mano y se la entregó a Harry.
ᅳes toda su información.
ᅳ muchas gracias.
Harry tomó de la cintura a Draco y ambos se dirigieron hacia la salida, cuando llegaron al estacionamiento, Harry se inclinó hasta los labios del contrario, y los junto en un beso húmedo, con un par de caricias entre medio.
ᅳ¿vienes a mi casa? ᅳsusurro contra la piel pálida del rubio, repartiendo pequeños mordiscos.
ᅳvamos ᅳgimio Draco reaccionando hasta las caricias.
Luego de una semana, las noticias de que el adolescente de 16 años, Simón Miller había sido encontrado en el sótano de la casa de verano del empresario y dueño de la empresa McLaggen, se hizo viral. Cormac fur enjuiciado por secuestro en primer grado y condenado a 10 años en prisión.El caso fue cerrado a las 10 de la mañana de un jueves, dejado a Harry con un tumulto de papeleo, otro caso cerrado.
El viernes por la noche, luego de un agotador día de trabajo, el moreno decidió ir al bar de los Gemelos, donde sabía que se iba a encontrar con Draco, lo cual si sucedió.
Apenas cruzó la puerta, pudo distinguir su cabello rubio platinado entre la multitud, sentado en una mesa apartada, bebiendo cerveza de la botella. Se acercó a él con paso decidido, y cuando estuvo frente al rubio, se inclinó y lo besó con firmeza, en un beso pasional que fue inmediatamente correspondido.
ᅳPotter ᅳfue el saludo de Draco apenas se separaron.
ᅳMalfoy ᅳ respondió el moreno antes de sentarse en el asiento vacío al lado del rubio.
ᅳ¿no te han dicho que tu sexualidad es dudosa? Digo, considerando que tienes una novia, o ex, y justo ahora acabas de tener tu lengua en mi boca, un hombre
ᅳme gusta besarte ᅳrespondió Harry ignorando el tono burlon del rubio.
ᅳpero no eres gay.
ᅳ¿sólo por que me gusta besarte? ᅳpregunto divertido.
ᅳnosotros hemos hecho más que besarnos, ¿acaso no tuviste tu pene en mi trasero hace unas noches? ᅳcuestino elevando una ceja.
ᅳfuiste el primer hombre con quien me bese y tuve sexo.
ᅳ¿y por qué aún te acuestas conmigo? ¿no deberías mejor buscar una mujer por ahí?
ᅳno quiero una mujer, me gusta el sexo contigo.
ᅳ¿por qué?
ᅳ¿tiene que haber un por qué?
Draco se calló, bebió un trago largo de cerveza antes de que Fred trajera unas botellas de cervezas más. Draco le alcanzó una tarjeta para que este las cobrará y luego se fue de allí, dejandolos nuevamente solos.
ᅳtambien me gusta el sexo contigo.
ᅳbien.
ᅳbien.
Y ambos se sonrieron, con una mirada cómplice, esa iba a ser una larga noche para ambos, sólo esperaban que nada terminará mal.
